Despertar de un sueño

A la mañana siguiente Kagome se despertó y no podía creer que InuTaisho estaba a su lado, recordaba lo que había sucedido la noche anterior y le parecía un sueño.

El sonido del celular la sacó de sus pensamientos con un gran susto.

Tomó el aparato de la mesita de noche y lo contestó su corazón latía rápidamente por el susto.

-¿Bueno?

-Buenos días hija, ¿Cómo la estas pasando?

-Mamá… muy bien gracias… todavía estaba dormida.

-Perdón por despertarte pero quería saber como habían llegado.

-Bien, llegamos desde ayer al anochecer.

-Ya cuelgo para que vuelvas a dormir un rato antes de que despierten los demás.

-Si.

-Nos vemos mañana en la noche hija.

-Si, bye.

-Bye.

InuTaisho se había despertado y abrazó a Kagome.

-¿Cómo amaneciste?

-Bien, gracias.

Kagome se sentía muy avergonzada, InuTaisho se dio cuenta y la abrazó invitándola a recostarse de nuevo a su lado.

Las horas pasaron sin darse cuenta, decidieron pasar el día juntos en la misma habitación.

Esa misma tarde Sango y Miroku caminaban por una gran avenida de Tokio, Miroku la acompaño a hacer unas compras aprovechando para pasar todo el día a su lado, mientras caminaban bromeaban y se reían, en eso Miroku sintió una mano sobre su hombro derecho.

Volteó a ver quien lo saludaba con tanta familiaridad.

-Miroku, sango, que gusto de verlos.

Sango abrió mucho sus ojos, se sentí muy sorprendida de ver a la persona que los estaba saludando.

-¡Kouga! Que gusto de verte, no te esperábamos.

-Es una casualidad encontrarnos en la calle. –Dijo el joven de ojos azules.

-Déjame adivinar a donde ibas, seguramente a casa de Kagome.

-Tienes razón, pero me detuve a comprarle un ramo de flores.

Sango no sabía que hacer ni que decir, si Kouga iba a casa de Kagome podía comentar que la había visto en la calle.

-Kouga… -Trató de hablar Sango.

-No digas nada quiero ir de sorpresa.

-Pero… -Sango sabía que Miroku la regañaría si se enteraba de lo que habían hecho, sobre todo por ayudarle a Kagome a mentirle a su mamá.

-Bien, me voy no quiero que se me haga tarde.

-Suerte.

Sango sin querer se quedó seria toda la tarde, seguramente la mamá de Kagome se daría cuenta de la mentira de las dos.

El joven de ojos azules llegó a la casa de la familia Higurashi, Kikyo le abrió amablemente la puerta invitándolo a pasar y tomar un poco de agua.

-Sé que vienes a buscar a Kagome, pero no está.

-Que lástima, ¿tardará mucho en llegar?

-Si, salió de la ciudad con Sango.

-¿con Sango?... pero…

-Sí, se fueron desde ayer. –interrumpió la mamá de Kagome.

Kouga pensó un poco y decidió quedarse callado e intentar averiguar un poco más.

-¿Cuándo se fueron?

-Desde ayer en la noche, fueron a Nemuro por lo que regresarán mañana en la noche, el padre de Sango tenía asuntos pendientes.

-Es tarde, será mejor que me retire.

-Ven mañana por la noche a buscarla, últimamente anda muy seria, no se que es lo que le pasa, tal vez puedas hablar con ella.

-Claro, hasta luego señora.

Kouga se fue pensando, obviamente era una mentira, pero… -¿Por qué le mentiría, talvez la señora Higurashi entendió mal y Kagome iba con otra de sus amigas.

Kagome había pasado uno de los mejores días de su vida, con el hombre que amaba, se sentía muy feliz, no podía creer que habían hecho el amor, se sentía algo avergonzada, pero estaba segura que era lo correcto.

Al anochecer salieron a caminar un poco, a Kagome ya no le dolía el pie de la caída de la noche anterior, se sentía dentro de un sueño del que no quería despertar, aunque tendría que hacerlo mañana, estaba disfrutando cada segundo al lado de InuTaisho.

Mientras tanto Sango no dejaba de pensar en que seguro habían descubierto a Kagome, en cuanto tuvo oportunidad llamó a Kagome por teléfono.

-Espero me conteste. –El número que usted marcó esta fuera del área de servi… -Maldita porquería, pues ya que hacer ni modo. –decidió no seguir marcando seguro el celular no tenía señal. -¿y si lo apagó, me las va a pagar, no sé ni porque me preocupo por ella…

-¿Me hablaste hermana?

-No…

Kagome había apagado su celular cuando regresaron a la cabaña, deseaba pasar de nuevo la noche con InuTaisho, aunque ninguno de los dos había hablado de lo que pasó la noche anterior, Kagome no lo hacia porque le daba pena e InuTaisho no lo hacia por no incomodar a Kagome y también le daba algo de miedo que Kagome le dijera que no quería estar de nuevo con el. No pudo soportar más y se acercó a Kagome y la abrazó por la espalda.

-Lo que pasó anoche…

-No te preocupes, no creo que cambie en nada malo nuestra relación, ¿o tu si?

-No, no lo creo. –Dijo InuTaisho feliz.

Esa noche los dos volvieron a dormir juntos.

Al día siguiente había llegado el terrible domingo el cual Kagome no quería que llegara, era hora de despertar de aquel maravilloso sueño que había pasado junto con su amado InuTaisho.

-Gracias Kagome.

-¿Por qué?

-Por hacerme pasar un fin de semana maravilloso, te amo.

-Yo también te amo InuTaisho.

Se dieron un largo beso antes de salir camino al aeropuerto, cuado iban en el camino sonó el celular de InuTaisho.

Vio el número, si sus sospechas eran ciertas, su querida esposa le llamaba.

-… ¿Bueno?

-InuTaisho, ¿cómo estas amor?

-Bien… ¿Qué pasa? –Le dijo con un tono un tanto molesto.

-Nada… solo quería saber a que hora vas a llegar pero parece que te molesto que te llamara.

-No, no es eso… llegaré a casa como en dos horas.

-Está Bien, te quiero, bye.

-Bye.

InuTaisho tenía ganas de tirar el teléfono por la ventana. Kagome decidió no preguntar nada después de todo no quería verse como una loca posesiva, aunque ganas no le faltaron.

-Era mi hijo…

-¿Mande?

-Llamó mi hijo, quería saber a que hora vamos a llegar.

-¿Va a ir al aeropuerto?

-No. –Gracias a Dios.- Como es domingo quiere estar en casa cuando llegue, el fin de semana se la pasa con su novia.

-Con razón.

Llegaron al aeropuerto y tomaron el avión sin complicaciones, llegaron a Tokio a las 7:30pm.

-Te llevaré a tu casa.

-No, está bien tomaré un taxi, no hagas esperar a tu hijo, -dijo sonriendo- aparte mamá estará en casa.

-¿tiene eso algo de malo?

-No, pero también hace mucho tiempo que no la veo.

-Déjame llevarte así llegaras a verla más rápido.

Había algo en los ojos de InuTaisho, esas miradas a las que no puedes negarles nada.

-Esta bien.

Llegaron a casa de Kagome, se despidieron dándose un largo beso seguido de un abrazo.

-¿Nos vemos mañana para comer?

-Si. Bye, te amo.

Kagome se bajó del lujoso automóvil.

Traía una pequeña maleta en la mano izquierda la cual dejó a la entrada de la puerta para quitarse los zapatos, cuando escuchó unas voces y risas de la estancia.

Se acercó a ver quien era.

-¡Kouga! –Dijo bastante sorprendida, más no feliz, de esas sorpresas que te dan cuando vez a alguien que no deseas volver a ver.

-¿Cómo estas Kagome? Te extrañé muchísimo.

Cuando menos se dio cuenta Kouga la estaba abrazando y al ver la vergonzosa situación frente a su mamá, InuYasha y Kikyo decidió abrazarlo también, mientras Kikyo le hacia señas de que le pasaba.

-Bien, creo que es mejor que los dejemos platicar un rato, voy a ver la televisión.

-Nosotros vamos a ir a caminar un rato.

-Si hija.

Kikyo se acercó a Kagome y le susurro –por lo menos disimula que te da un poco de gusto verlo. Bye, nos vemos al rato.

-Con permiso –Dijo InuYasha.

La habitación quedó en un incómodo silencio, Kouga tomo la mano de Kagome.

-Son para ti.

Era un ramo de pequeñas florcitas blancas, el olor de estas animo bastante a Kagome.

-¿Cuándo llegaste?

-Ayer por la tarde, vine a buscarte pero me dijeron que saliste de la ciudad.

-Si… fui con Sango a Nemuro.

-¿Con Sango?

-Si, regresamos hace un rato.

-Que bueno que regresaron bien.

-¿Cómo te ha ido en la escuela?

-Bien, pero he decidido regresar.

-¿regresar?

-Parece que no te diera gusto.

-No es eso, pero pensé que te iba muy bien, aparte tenías una beca…

-Pero extraño a las personas que quiero. –Le dijo mientras le tomaba la mano y trataba de acercarse más a ella.

-No Kouga.

-¿Quieres ser mi novia de nuevo Kagome?

-Kouga mira yo…

-Si quieres no me contestes en este momento ¿si? Me dices en unos días.

Mientras Kagome y Kouga conversaban InuTaisho llegó a su casa, entró y para su sorpresa todo estaba callado, subió las escaleras y entro a la habitación principal, donde vio a Izayoi sentada leyendo sobre la cama.

-…Hola amor ya regresé. –

-¿Cómo te fue? –pregunto Izayoi mientras seguía leyendo su libro en un tono indiferente.

-¿Estas enojada?

-No.

-No te enojes estaba con el señor Kinomoto arreglando los últimos detalles del proyecto. –Mientras le decía esto InuTaisho se subió a la cama para darle un beso el cual Izayoi rechazó. -¿Qué tienes?

-Hueles a perfume barato.

-No me digas… seguro Hitomi estuvo llenadote la cabeza de tonterías.

-No es ninguna tontería, por eso pasaste el fin de semana en Nemuro.

-No voy a discutir contigo por algo que no es verdad.

InuTaisho salió de la habitación más asustado que molesto mientras Izayoi se quedó llorando en la habitación, no habían sido figuraciones suyas InuTaisho olía a perfume de mujer.

InuTaisho había regresado a la habitación hasta que Izayoi se había quedado dormida, cuidando de que cuando ella despertara a los pies de su cama encontrara un enorme ramo de sus flores favoritas con una pequeña carta.

Izayoi:

Espero ya no estés molesta conmigo, perdón si me enojé ayer, pero me sentí triste de que desconfiaras de mí, y espero que aceptes mi invitación que esta en el otro sobre.

Te ama InuTaisho.

Izayoi se sintió muy feliz de la nota que le había escrito InuTaisho, después de todo, no debía desconfiar de él, solo había ido a trabajar. Abrió el otro sobre donde estaban dos pasajes de avión a Kyoto y una reservación en el hotel Shikon no Tama.

Cuando dejó el sobre encima el buró sonó el teléfono.

-¿bueno?

-Sigues molesta conmigo. -Con un tono tierno.

-No, te amo InuTaisho.

-Y Yo a ti Izayoi, ¿entonces eso quiere decir que aceptas mi invitación?

-Si.

-Nos iremos al término de la cena de aniversario el viernes, ¿te parece bien?

-Perfecto.

-Nos vemos a la hora de la comida.

-¿vas a venir a la comida?

-No, mejor te invito a comer y si quieres vamos de compras si te hace falta algo para la cena.

-Si, entonces te espero en la tarde.

-Bye.

-Bye.

InuTaisho al colgar con Izayoi llamó a Kagome.

Mientras se quedaba dormida en clase de historia vibró el celular de Kagome, quien salió rápidamente del salón.

-¿Bueno?

-¿Cómo estas?

-Bien, aunque en clases.

-Discúlpame por llamarte a horas de escuela, pero no podré ir contigo a comer hoy, tengo una junta.

-No te preocupes.

-Gracias, te llamo más tarde.

-Si, bye.

-Te amo Kagome.

-Te amo bye.

-Que mala onda –pensó en voz alta Kagome.

-¿Qué pasa hermana?

-Kikyo, me asustaste.

-Así tendrás la conciencia.

-hay si… bla bla bla.

-No te enojes, te vengo a invitar a ir conmigo al centro comercial en la tarde.

-¿A que?

-Nada más a caminar, anda vamos.

-Esta bien, nos vemos a la salida.

Pasó el día sin más complicaciones Kikyo fue a buscar a Kagome y fueron juntas al centro comercial.

-Oye Kagome, ¿quieres pizza?

-Bueno.

-Pero primero me acompañas a comprar unos zapatos.

-¿Y me vas a comprar unos a mi?

-Si, como no. Hacia mucho tiempo que no pasaban tiempo juntas, la verdad es que siempre habían sido buenas amigas.

Mientras tanto InuTaisho e Izayoi habían ido a comer y habían decidido pasear un rato.

-Mira Kagome, ¿te gustan estos?

-Si, pero…

-¿…?

-No son de mi número.

-Quien te manda a tener los pies de conejo.

-¡Kikyo! Hola linda como estas.

-Buenas tardes señora Izayoi, ¿Cómo ha estado?

-Bien venimos de compras.

-Deje le presento a mi hermana Kagome.

-Mucho gusto, Kagome Higurashi.

-Izayoi Tsuki.

-¿Tsuki?

-¿Viene sola? –Pregunto amablemente Kikyo.

-No, vengo con mi esposo.

-Izayoi donde te habías metido te perdiste de repente.

Kagome volteó a ver a la persona que llamaba a Izayoi, reconoció la voz pero no podía creerlo.

InuTaisho vio a Kagome con sorpresa, no podía creer que esto estuviera pasado.

-Querido, ella es la hermana de Kikyo.

Kagome solo sintió como sus piernas se doblaron y todo se puso negro.

---------------continuará----------------