Cualquier cosa por de estar a tu lado

Izayoi notó un cambio de ánimo en InuTaisho, lo veía pensativo y bastante serio, la fiesta había terminado un par de horas atrás, al término de la fiesta ambos habían tomado un avión, irían de viaje, por cuestión de tiempo no habían salido del país aunque habían decidido pasar el fin de semana en un lugar cercano.

-¿Te sucede algo?

-No, solo estoy algo cansado, eso es todo.

Izayoi se apoyó sobre el brazo izquierdo de InuTaisho, sabía en su corazón que él ya no sentía lo mismo que antes, aunque no se resignaba a creerlo.

Mientras tanto en Tokio la situación era bastante diferente, Kagome y Kouga se encontraban en completo silencio, el joven de ojos azules se notaba bastante molesto, por más que le preguntaba ella se negaba a responderle que era lo que le sucedía, y se notaba que estaba bastante ebria.

-Kagome, basta deja de tomar o te sentirás mal mañana, también por eso no dejas de llorar.

-No puedo sentirme peor.

-Si que te sentirás peor, aparte pensé que me habías dado una oportunidad pero veo que no es así.

-Kouga... discúlpame, tienes razón, será mejor que me vaya a dormir.

-Kagome, yo te quiero, y deseo con todo el corazón ayudarte, no me gusta verte triste¿Qué te pasa?

-Prometo estar mejor, pero por favor no me preguntes que me pasa, solo me siento muy triste.

-Espero algún día tengas la confianza de decírmelo.

Kagome hizo como que no escuchó nada, Kouga estaba sacando unas cobijas del armario, comenzaba a hacer frío.

-Aquí tienes Kagome

-Kouga...

-¿Dime?

-Quédate aquí conmigo, no quiero estar sola, por favor.

-Claro, si no te molesta.

-Si me molestara no te lo estaría pidiendo. –Le dijo sonriendo.

Mientras tanto Izayoi e InuTaisho habían llegado a su destino, ella se sentía bastante incómoda, InuTaisho se veía distante, muy distraído.

-Si no te conociera, diría que estás enamorado. –Dijo Izayoi con un tono molesto, ella definitivamente estaba segura de que algo extraño pasaba con InuTaisho, sentía unos grandes celos aunque no estaba segura de que fuera cierto.

-¿Cómo dices eso? Estoy cansado eso es todo, este fin de semana vamos a tratar de relajarnos ¿si?

-...Si...

El romántico festejo que esperaba tener Izayoi no quedó en más que a su esposo desde hace 20 años durmiendo a su lado, mientras ella veía la luna entrar por la ventana.

Pasó el fin de semana, Kagome regresó a su casa donde Kikyo la esperaba muy molesta.

-¿Por qué no llamaste? Me tienes como loca buscándote por todas partes, mira si quieres pasar el fin de semana con Kouga no me importa solo avísame para no preocuparme.

Kagome ignoró las palabras de su hermana mientras subía las escaleras.

-¡No me dejes hablando sola¡Kagome!

Lo que menos tenía eran ganas de escuchar a su hermana discutir, había pasado el fin de semana en el departamento de Kouga, él se había ido a casa de sus padres, donde Kikyo pudo localizarlo y decirle donde estaba Kagome

Pasaron dos meses de la peor manera para Kagome, seguía pensando en InuTaisho, a pesar de que estaba al lado de Kouga, para Izayoi los días se iban haciendo más y más tristes, su esposo cada vez más distante, con la mirada perdida, ella comenzaba a sentir una gran indiferencia hacia InuTaisho, constantemente se preguntaba que era lo que sentía por su esposo pero no encontraba la respuesta, mientras los poemas de amor llegaban con más frecuencia, a pesar de que trataba de hacerse a la idea de que su matrimonio estaba perdido, no podía evitar el sentirse triste y en algunas ocasiones lloraba cuando pensaba estar sola, aunque con la última carta se dio cuenta de que esa persona estaba más cerca de ella de lo que imaginaba, estaba cada vez más confundida y a pesar de que no quería sentía algo extraño hacia la persona que le escribía los poemas.

-¿Amor, por supuesto que no, no puedo amar a alguien que no conozco. –Aún así no podía evitar suspirar cuando leía aquellos hermosos poemas, palabras de amor que hacia muchos años nadie le escribía y meses que no se las decían, las guardaba con recelo, inconscientemente esperando el día de conocer a la persona que escribía tan maravillosas palabras, sin imaginar que ese momento estaba más cerca de lo que imaginaba.

Ese mismo día, al salir del trabajo distraída, pensando como encontraría a su indiferente esposo en la casa vio un enorme ramo de flores en el cofre de su automóvil con una nota que decía.

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...,

Desengáñate, así no te querrán.

Tomó la pequeña nota y la guardó en su bolsa, se quedó admirando el ramo de flores un largo tiempo, cuando pensó que no podía llegar a casa con ellas, con mucha tristeza buscó el contenedor de basura más cercano, cerro los ojos y las tiró. Se subió a su automóvil condujo hasta su casa, no podía dejar de pensar en lo mucho que le habían gustado las flores, y lo tonta que había sido al tirarlas, después de todo en casa nadie sabía de su admirador, diría que le gustaron y las tomo de la florería.

-¡Tonta, si trabajas en una florería es normal que traigas flores... a pesar de que nunca lo haces... –Casi sin pensar tomó el retorno y volvió al estacionamiento del trabajo donde notando que nadie la viera fue al contenedor para sacar las flores que gracias a Dios estaban intactas, se subió al auto y llegó a su casa con las flores que puso en el recibidor en la mesita de centro.

Mientras tanto Kagome y Kouga habían ido a caminar por el puerto, era invierno y Kagome veía fijamente el atardecer.

-¿Kagome¡Kagome!

-¿Mande?

-¿Me escuchaste?

-Si... te escuché Kouga. –Con un tono molesto

-Entonces parece que no te importa.

-... Discúlpame, en realidad... no estaba escuchando. –Dijo mientas agachaba la cabeza pensativa.

-Si, me lo imaginaba, sabes... no estamos llegando a ningún lado con esto, si no me dices que es lo que te sucede creo que debemos terminar con esto.

-Entonces creo que es lo mejor...

-Esta bien de cualquier forma no importa, será mejor que nos vayamos.

-No, caminaré a casa gracias...

El joven se alejó caminando molesto, mientras ella se quedó viendo fijamente hacia la nada.

Escuchó los pasos que se acercaban hacia ella, no tenía ganas de discutir con Kouga, así que fingió no escuchar nada.

-Por favor... perdóname.

-... –Mientras volteaba a verlo quedó en silencio, mientras esperaba encontrarse con los ojos celestes de Kouga, quedó observando incrédula los ojos ámbar que estaban frente a ella.

-No me imaginé encontrarte aquí... deseaba tanto verte.

Kagome no supo que pensar, se quedó viéndolo fijamente, deseaba con todo el corazón poder abrazarlo. Inmediatamente Kagome sin pensarlo se dio la vuelta y trató de irse corriendo, pero InuTaisho no lo permitiría, corrió tras de ella.

-Necesito hablar contigo... por favor.-La tomó del hombro, mientras volteaba.

-No es necesario que hablemos, todo está perfectamente claro, me mentiste, me engañaste, querías una aventura y la tuviste¿Por qué no me dejas en paz?

-Te amo Kagome, por favor, dame unos minutos...

No quería hablar con él porque estaba segura, me convencería estaría a su lado de nuevo, aunque trato de hacerme la fuerte yo también lo amo, y deseo con todo el corazón regresar a su lado, vivir momentos tan maravillosos como los que habíamos pasado juntos...

-Entonces... ¿vamos a comer a algún lado, aquí cerca?

-...Pero solo un momento

Ambos iban caminando en silencio, escuchaban a lo lejos las personas que pasaban, los niños jugando cerca, era un hermoso atardecer. InuTaisho se acerco a su automóvil para abrirle la puerta a Kagome.

-Creo que es mejor que vayamos caminando.

-Como tú digas...

Llegaron a un pequeño café que estaba cerca del puerto, un silencio incómodo los había acompañado todo el camino, InuTaisho ordenó dos cafés mientras encendía un cigarro.

-No sabía que fumabas...

-...

-Mejor dicho, creo que no sabía muchas cosas sobre ti.-Dijo Kagome mientras sus ojos se llenaban de lágrimas que trataba de esconder inútilmente agachando la cabeza.

-Kagome... sé que estuvo mal... muy mal todo lo que hice pero, no quiero perderte, hacia años que no me sentía de la manera en la que tú me haces sentir...

-¿Lo que te hago sentir? –lo interrumpió molesta Kagome. –Entonces quieres decir que lo que sentías o "sientes" por mi es solo porque tu esposa no te trataba como tu deseabas.

-Lo estas tomando todo mal, yo me enamoré de ti casi sin darme cuenta, y cuando lo supe, era demasiado tarde, tenía miedo de decirte la verdad porque sabía que esto ocurriría, no confiarías en mi y pensarías que habías sido solo una aventura para mi, pero... si hubieras sido solo una aventura no estaría aquí, hablando contigo, tratando de que me veas de nuevo a los ojos, extraño tanto tu mirada llena de ternura.

Ella no podía negarlo, también lo extrañaba, tan solo sentirlo cerca la llenaba de felicidad, su aroma que extrañaba tanto, tenía muchas ganas de besarlo, de abrazarlo, decirle que no importaba nada más que estar a su lado pero no podía hacerlo, a pesar de lo mucho que lo amaba, cerraba los ojos y podía imaginarlo al lado de su esposa.

-Creo que es mejor que me vaya, no vamos a llegar a ningún lado...

InuTaisho la tomó del brazo antes de que terminara de ponerse de pie.

-Espera aún no he terminado...

-Yo sí.

-Voy a divorciarme...

Kagome se quedó sin palabras ante tal declaración, no supo que contestarle, se quedó pensando por un momento que era exactamente lo que le había dicho InuTaisho y se sentó de nuevo en la mesa para seguir conversando con él.

Las horas pasaron Kagome se quedó pensando toda la noche sobre lo que le había dicho InuTaisho y lo que ella le había contestado.

Mientras tanto en la casa de los Tsuki todo era completamente diferente.

-Mamá.

-¿Dime InuYasha?

-Voy a salir por unos días de la ciudad.

-¿A dónde vas a ir?

-De campamento con mis amigos de la universidad, también va Miroku.

-¿Cuándo te vas?

-Solo vine por mis cosas y nos vamos.

-Esta bien hijo, cuídate mucho.

InuTaisho estacionó el carro, mientras su hijo se despidió de él a lo lejos, entró a la casa nervioso, tenía que hablar con Izayoi esa misma noche, sería mejor que InuYasha no estuviera en la casa. Entró a la casa, el olor a cigarro llamó la atención de Izayoi la cual estaba en la sala, estaba sentada en el sillón viendo la televisión, aunque veía más las flores que estaban en la mesa de centro que la televisión.

-Necesito hablar contigo Izayoi...

-Creí que no fumabas...

-No, casi nunca lo hago... estoy cansado, creo que mejor me voy a dormir, no me siento muy bien.

-¿Quieres que te lleve algo?

-No, gracias, prefiero dormir.

Entró al baño, se veía en el espejo y se sintió un cobarde, no podría pedirle el divorcio a Izayoi, pero necesitaba estar al lado de Kagome.

Los días pasaron, no le dijo nada a Izayoi, pero aún así trataba de conquistar de nuevo a Kagome aunque ella aun no le daba ninguna respuesta.

Comenzaba la primavera, InuTaisho se encontraba en su oficina, cuando lo sacó de sus pensamientos.

-Señor Tsuki, la señorita Higurashi lo busca.

-Hágala pasar por favor. –Se sintió nervioso de que Kagome lo fuera a buscar. –Espero que haya decidido estar conmigo.

La secretaría abrió la puerta para que Kagome entrara a la oficina.

-Señorita Tsuru, puede tomarse la hora de su descanso desde este momento.

-Esta bien señor Tsuki.

-... –Se sentía nerviosa, no sabía como había llegado hasta la oficina de InuTaisho, lo único que sabía es que tenía ganas de verlo, necesitaba estar a su lado, quería que su angustia terminara.

-Kagome, me da gusto de que estés aquí.

Ella no pudo hacer otra cosa corrió a abrazarlo se sentía tan bien entre sus brazos a lo que InuTaisho, quien le correspondió con un beso.

-Te amo Kagome, te extrañé muchísimo.

-Y yo a ti... Volvieron a besarse más apasionadamente que la vez anterior, comenzó a tocar a Kagome, necesitaba estar con ella.

Le pareció raro no ver a nadie fuera de la oficina por lo que entró sin llamar a la puerta.

-¿InuTaisho?

Una vos conocida lo hizo voltear, no daba crédito a lo que veían sus ojos, Izayoi se encontraba en la puerta de la oficina.

-¿Qué significa esto?

-Izayoi... yo –trató de hablar completamente nervioso mientras Kagome abrochaba su pantalón para salir corriendo de la oficina, pasó a un lado de Izayoi quien la empujó dentro de la oficina.

-Ahora veo que es lo que te pasa, porque has estado así últimamente.

-Izayoi... no te pongas así, déjala que se vaya, arreglemos esto tu y yo.

-No, no te preocupes la que se va soy yo, espero te sigas divirtiendo.

Izayoi azotó la puerta al salir, trató de comportarse lo mejor que pudo, subió al auto y llegó hasta su casa, se bajó del auto, entró a la cocina y sin poder evitarlo más se apoyo sobre la barra de la cocina mientras lloraba incontrolablemente, algunas veces había sospechado que InuTaisho tenía aventuras pero nunca lo había visto, sentía como su mundo se venía abajo.

Escucho unos pasos que se acercaban a ella.

-Vete, no quiero hablar contigo, ni verte.

-Perdón... ¿le hice algo que la molestara?

-Sesshomaru, discúlpeme...

-Sucede algo malo, puede confiar en mi.

-No, no es nada.

-Nunca había visto a una mujer llorar así por nada...

-Tu padre... tu padre está saliendo con otra mujer, lo sospechaba pero, hoy los vi en su oficina ahora comprendo todo.

-No... no todo. –La vio tan sola e indefensa, no pudo soportarlo más, tomó a Izayoi entre sus brazos y la besó en los labios

--Continuará--

Este fic cumplió un Año hoy, gracias a los que lo han leido, sé que tenía mucho tiempo sin escribir, una disculpa a todos, porfis dejen sus reviews, se acerca el final!