Bien el segundo capitulo. Les cuento que esta historia será actualizada más lento de lo que fue mi otra historia larga, porque esta promete bastante, además estoy pensando en subir mi primer post-Hogwarts, así que imagínense, súmenle a todo eso la facultad y las clases de guitarra, más el gimnasio y bue…en fin, las actualizaciones serán entre diez a doce días después del ultimo capitulo subido, les prometo seguir…sean pacientes. Ahora si, el capitulo…espero sus reviews! YOGINNY.

AMARTE A TI ES LA VERDAD MÁS MENTIROSA

Caminaba por un frondoso bosque, completamente cubierto por hojas color café. La seguidilla de árboles dejaba pasar el sol entre las ramas jugando con el cabello de la chica. A lo lejos parecía extenderse un lago, de un color azul profundo que le resulto extrañamente familiar. Parecía ser pleno verano, ya que había un grupo de gente sentada a orillas del lago, la mayoría de cabellos rojos como el fuego.

Se acerco a ellos con cuidado, pero sin poder evitar sonreír. Los había reconocido. La familia Weasley por completo se encontraba allí, junto a Harry. Les sonrió ampliamente cuando vio que ellos recalcaban en su presencia.

Molly Weasley le indico con una mano que se una a ellos, y sin dudarlo se acerco. Fred y George estaban allí, molestando a Ginny, tirandola al agua. Harry estaba junto al señor Weasley armando lo que parecía ser una parrilla y Ron que estaba subido a un árbol y la saludaba con la mano. Sin saber porque su sonrisa aumento el doble de su tamaño al verlo caminar en su dirección.

El pelirrojo le tomo la mano y le corrió delicadamente un mechón de pelo de la cara. Hermione sonrió contenta, sintiendo como la sangre le ruborizaba las mejillas. Ron la arrastro junto a sus padres y sus hermanos. Una mesa se extendía delante suyo, todos se ubicaron y Hermione quedo entre Ron y Harry.

A lo lejos pudo ver Hogwarts. Quizás estaban del otro lado del lago que se extendía frente al castillo. Vio a Ron comer glotonamente, a Harry reír junto a Ginny de algo que dijeron los gemelos, a los señores Weasley conversar con sus padres y más lejos aun vio una figura grande y borrosa que le llamo la atención. Parecía estar cubierto con una capa negra que no dejaba ver su rostro, pero esa postura, esa exacta posición, ella la había visto antes.

Se giro a sus amigos, para avisarle de esa extraña presencia, pero la voz no le salio. Y entonces todo cambio. De la nada el hermoso paisaje se volvió oscuro, y luego una luz demasiado fuerte para sus ojos la hizo sobresaltar. Era fuego. Hermione se giro para encontrarse en su cama, acurrucada bajo su manta mientras las llamas se extendían acercándose a ella.

Grito con todas sus ganas. Realmente estaba asustada. Se cubrió hasta la cabeza con la manta y entonces sintió una voz cerca de su oído. Era una voz que reconoció, incluso antes de que hablara. Era Ron.

-Todo va a estar bien…

Se corrió de debajo de la manta y lo vio mirándola con una sonrisa. El fuego había desaparecido y entonces se abrazo a el con todas sus fuerzas. Quería llorar, pero sin embargo lo único que hizo fue sonreír. Ron estaba a su lado. Eso, sin alguna razón en particular, la hacia sentir protegida.

Hermione Granger abrió los ojos lentamente. La luz del sol entraba por la ventana como pidiendo permiso. Debía ser muy temprano. Todavía en su cabeza quedaban imágenes de su sueño, pero como todo sueño, se borro lentamente dejando solo el recuerdo de la realidad. Su casa completamente destruida, sus padres sin lugar a donde ir, y Ron.

Esa mañana había pensado justamente en que las cosas estaban raras. Hacia unos días había visto a dos personas sospechosas caminar cerca de su casa, pero en ese momento pensó que seguramente ya estaba volviéndose paranoica. Cuando su casa se prendió fuego, lo único que pudo hacer fue llorar. La ultima vez que había llorado de esa forma fue cuando se entero que Sirius había muerto y de eso no hacia más que unas cuantas semanas

Llorar. Parecía ser que la única forma que tenia de descargar todo esa impotencia que le producía el no poder hacer nada era esa. Llorar. Sabía que Harry, por más que ellos le digan lo contrario, estaba solo en esta. Nadie más que el podía meterse en el medio de esta pelea. Lo que Hermione no sabía, era que sus pensamientos eran demasiado certeros, a pesar de no tener idea de que se trataba la profecía, Hermione algo se imaginaba.

Había temido tanto por la vida de sus padres, que no recordaba haber temblado de esa manera en mucho tiempo. Odio el ser tan frágil. No se creyó capaz de poder salvar a sus padres en ese momento. Su mente había volado hacia la imagen de sus amigos. ¿Que hubiera hecho Harry, ¿y Ron? Quizás a su lado era más valiente, quizás solo por eso había sobrevivido tantos ataques.

Se movió un poco en su lugar. El colchón era raro. La almohada no olía a ella. En realidad era un perfume conocido, pero no era el suyo. Se había dormido en la cama de Ginny, pero aun así era una sensación extraña. Y como si le golpearan la cabeza, se dio cuenta de la realidad. Una mano estaba sobre su cintura, un calor extraño sobre su espalda, el ruido de una respiración y el característico olor a chocolate que una sola persona podía tener. Ronald Weasley.

La reacción esperada nunca llego. Hermione no salto alterada, ni golpeo a Ron con fuerza. Solo se quedo allí, completamente paralizada. Algo o alguien había borrado su mente. No recordaba como ella y Ron habían terminado durmiendo en la cama de su amiga. Ron se movió un poco y acerco más a Hermione contra su cuerpo. Sintió la nariz de Ron sobre su cuello y no lo soporto más.

Lo separo con fuerza. Había agarrado de la muñeca al brazo que la rodeaba y lo estrelló contra el propio pelirrojo que salto en su lugar y miro a todos lados.

-¿Que se supone que estabas haciendo, Ronald Weasley?-le grito mientras lo miraba con odio. Ron miro a todos lados, parecía no saber donde estaba o que hacia ahí. Miro a Hermione y luego a la cama. Hermione nuevamente y la cama por ultimo.

-No…nose…-le dijo tontamente. Tenía el pelo completamente alborotado y la ropa toda desordenada. Y miraba para todos lados, con una mano en la cabeza.

-¿Por qué dormiste acá?-le pregunto furiosa intentando no pegarle con algo en el centro de su cabezota.

-Vos…vos me dijiste que me quede acá…-le dijo parándose también de la cama y señalándola con ambas manos. Hermione lo vio sin comprender. ¿Yo le pedí que se quede? En realidad ni lo recordaba, pero sonaba normal. Ron nunca haría algo así sin su consentimiento.

-Bueno…-dijo nerviosa, pero aun algo enojada. Ron se movió tímidamente intentando sentarse en la cama nuevamente.

Lo vio acomodarse en una orilla de la cama de Ginny, aun con los ojos entrecerrados. Había dormido en la misma cama con Ron, había soñado con el, y todo eso la puso contenta. Sacudió la cabeza torpemente y hablo con la voz fuerte y clara.

-Voy a ir al baño…-le informo a Ron que se había acostado hecho un ovillo a los pies de la cama y ahora se levantaba asustado-y cuando salga te quiero fuera de aquí ¿entendiste Ronald?

Ron solo la miro. Hermione creyó por un momento que sus palabras habían sido demasiado duras, que había herido en su interior al pelirrojo. El chico levanto los hombros resignado y Hermione giro entrando al baño.

¿Por qué era mala con el? ¿Por qué siempre le peleaba? Siempre, desde que lo conoció esa había sido la forma más fácil de comunicación entre ellos. Con Harry era completamente diferente. Claro que Harry nunca le diría sabelotodo insoportable, o le echaría la culpa a su gato de comerse a su rata, o incluso le recriminaría por ir a un baile con Viktor Krum. Claro que Harry tampoco la defendía de Malfoy, se ganaba castigos por su culpa, ni escupía babosas toda una tarde.

Ron era su amigo, eso lo tenía claro. Sin embargo cuando esa mañana despertó deseo que Ron fuera más que eso, deseo dejarse acercar más al cuerpo del pelirrojo. Por unos momentos cruzo por su mente la loca idea de que Ron seria a la única persona a la que le gustaría dormir abrazada.

Se miro en el gran espejo delante suyo. ¿Acaso le gustaba Ron? ¿Ronald Weasley? No, eso es imposible. Seguramente había sido solo un momento de debilidad.

Ella no era linda, como seguro le gustaban las chicas a Ron. No le gustaba el Quidditch. No le divertía saltearse clases. No tenía lo que Ron buscaba en una chica. ¿Pero que haces Hermione Granger pensando en semejante cosa? Que Ron haga con su vida lo que quiera. Ella tenía sus objetivos prefijados correctamente. Terminaría el colegio, entraría a trabajar al Ministerio y lucharía por la igualdad entre los hombres y los elfos domésticos. Dentro de ese plan no entraba nada más, ni nadie.

Pero no podía negar que cuando veía a Ron sonreír alegremente el estomago se le llenaba de mariposas. Por más que se la pasaba regañándolo, gritándole por ser tan cabezota, ordenándole que hacer o que dejar de hacer, el seguía a su lado. Y entonces le sonreía y todo su mundo se daba vueltas. ¿Cómo llego a eso? No lo sabia, hasta entonces nunca le importo, pero ahora parecía ser fundamental.

Necesitaba estar cerca del pelirrojo. Necesitaba que el note su presencia. Aunque fuera en una pelea. Cuando estaba cerca de Ron su cuerpo adquiría ese sentido extra. La piel se le volvía más sensible, como esperando algún roce. Las manos incluso a veces, le temblaban. Con nadie más le pasaba eso, solo era Ron. Suspiro resignada. Algo le pasaba con su amigo pelirrojo. El irresponsable, cabezota, descerebrado, impulsivo y atolondrado de Ron.

Y entonces sonrió. Sonrió como una idiota. Mirándose en el espejo, pensando en Ron. Decididamente algo andaba mal. Se lavo la cara con agua helada tratando de pensar en algo más. Probablemente fue culpa del sueño, nada más. Ron significaba para ella seguridad. Era su amigo, y a veces se puede confundir eso con algo más. Si, seguro era eso.

Cuando salio del baño Ron ya no estaba en su pieza. La cama seguía igual de desordenada. Los zapatos de Ron estaban tirados junto a la ventana. Tenia que pensar en algo más. Decidió entonces que ordenaría la habitación, una redecoración no le vendría nada mal a esa vieja habitación. Estaba tan metida en su mente que no se percato de la presencia de otra cabellera roja como el fuego sentada cerca de la puerta en una confortable silla.

-¡Hermione!-llamo la pelirroja al notar que la castaña se dirigía a buscar una nueva muda de ropa. Hermione se giro sobresaltada al encontrarse con Ginny.

-Ginny…no hagas eso…me hiciste asustar-le dijo mientras se cambiaba. Ginny se hizo la desentendida y le sonrió de forma picara.

Si algo había aprendido en los últimos años era que si algún Weasley sonreía de esa forma quería decir que sabía algo o que tenía un macabro plan perfectamente formado en su cabeza.

-¿Qué-que me miras así?-le pregunto con algo de temor. Ginny rió graciosamente, tenia una risa muy bonita, parecida a la de Ron.

-Nada…nada…-le dijo la pelirroja mientras caminaba hacia su cama y poniendo las manos en sus caderas la miro como analizándola.

-¿Dónde dormiste?-pregunto Hermione mientras se sujetaba el pelo en una media cola.

-Con los gemelos…cuando vine anoche estabas hablando con Ron, así que no quise interrumpirlos…-dijo en un tono de voz que poco le gusto a la castaña.

-Ah…-fue lo único que dijo Hermione mientras se volvía a arreglar la cama, pero Ginny la detuvo.

-Si Ron durmió en mi cama voy a cambiar las sabanas-le dijo comenzando a destender la cama torpemente.

-¡Ginny!-le dijo Hermione sin saber bien porque se había ofendido-es tu hermano…

-Lamentablemente…-dijo risueña- sabes que quiero a Ron…es mi hermano, pero es que a veces puede ser tan tonto-dijo alargando el tan de una forma en la que Hermione creyó que pronto la dejaría sin aire.

-A veces-dijo la castaña sonriendo. Cuando se giro sob re si vio como Ginny la miraba con una sonrisa.-¿Que pasa?

-Creo que a mi me corresponde hacer esa pregunta-contesto la pelirroja mientras terminaba de sacar por completo las sabanas y las hacia un ovillo tirandola a sus pies.

-No es necesario que hagas eso-le dijo mientras se ataba los cordones de sus zapatos-sabes que Ron se baña…

-Casi siempre-le dijo Ginny haciendo a Hermione sonreír. -Además…el no durmió solo-le contesto la pelirroja levantando las cejas y Hermione enrojeció hasta la punta de los dedos.

-No se que estas pensando…

-Yo no estoy pensando nada…-la interrumpió Ginny con una sonrisa. Tomo una almohada y se la arrojo a Hermione que no reacciono a tiempo y la dejo caer. Cuando la tuvo entre sus manos Ginny volvió a hablar-Quédatela…huele a Ron.

Hermione vio como Ginny sacaba unas nuevas sabanas y comenzaba a tender la cama. Hermione seguía parada en plena habitación abrazada a la almohada que efectivamente olía a su amigo el pelirrojo. El solo pensamiento de dormir abrazada a esa almohada para siempre, la hizo preocupar.

-Bien…-dijo Ginny interrumpiendo sus pensamientos-vamos a tener una interesante charla. ¿Que pasa con Ron?

Hermione abrió la boca lentamente, pero sin saber que decir. Ginny esperaba una respuesta convincente, pero ella, ni siquiera ella misma, estaba segura de lo que le pasaba.

-Nada…-dijo en un poco creíble intento de convencer a su amiga.

-No te creo…pero como veo que tenés más líos en la cabeza de lo que me contas voy a ser buena amiga y te dejo meditarlo-y sin decir más salio de la habitación dejando a la chica completamente preocupada.

Le había costado demasiado decir ese nada. Quizás si había algo. Tal vez más de lo que ella misma se imaginaba. Había estado pensando en Ron demasiado últimamente. Quizás era una prueba del destino. Quizás era hora de pensar en otras cosas, de salir de sus planes. Estaba segura que Ron era definitivamente eso, algo diferente. Algo fuera de sus planes.

Pero siempre había sido eso. Algo que no estaba previsto. No tenia pensado conocerlo, no tenia pensado pelearse con el, ni hacerse su amiga, ni preocuparse tanto por el, ni llegar a quererlo tanto. Todo era diferente, nuevo. Así como era nuevo eso que le pasaba, esas mariposas que estaban en su estomago sin permiso de la dueña.

Cuando había visto su casa incendiarse, se dio cuanta que necesitaba el apoyo de alguien. Sus padres estaban demasiado asustados como para ir a su consuelo, y entonces en la primera persona que pensó fue en Ron. A lo mejor fue que se imagino a su amigo de la forma más comprensiva posible, dándole aquellos abrazos de osos como le decía Ginny, diciéndole una y otra vez que todo estaría bien. Y cuando lo vio frente a ella, creyó que de tanto pensar en el lo había hecho aparecer delante suyo, para abrazarlo como lo hizo.

Respiro resignada. Ron significaba demasiado. No era solo su amigo, no era tan solo todo lo completamente opuesto a ella. Era algo más. Con Harry no le pasaba igual. Tampoco con Dean, o Neville o Seamus. Ni siquiera con Viktor Krum. Recordó que la noche anterior, cuando Ron le dio una rana de chocolate, le había tocado una figurita del búlgaro. Sin saber porque en ese momento la escondió. Le había parecido mal, una traición.

Busco en el bolsillo de la campera y se encontró con el rostro rustico de su amigo por correspondencia. El chico miraba tranquilo y sonreía débilmente de vez en cuando, mientras que se podía ver un indicio de una escoba en su mano izquierda. Cuando conoció a Krum había pensado que era lindo, luego incluso llego a pensar que le gustaba, ahora ninguna de las dos. Ya no le parecía lindo, ya no le parecía que le gustaba.

Cuando había sacado la figura del buscador búlgaro lo miro como tratando de buscarle algo que la haga reaccionar. Sabía que no podía sentir nada por Viktor. El la hacia sentir bien, cómoda, segura de si misma, pero nada de mariposas en ningún estomago. Krum, había sido quizás un error. Cuando había ido al baile de cuarto con el, no había hecho nada más que sentirse angustiada. Al ver a Ron sentado aburrido y mirándola se le puso la piel de gallina y ahí se dio cuenta que, el que Ron la mire, le daba un brillo especial. Se paso la noche preocupada por haberse peleado con el, y cuando Viktor la beso, solo pensó en que Ron nunca se debería enterarse de eso.

Se colgó una mochila al hombro. Había decidido ir al bosque a buscar hojas de un árbol especial que cura las heridas y que seguro seria tema para los exámenes de Herbologia ese año. Solo era una excusa, pero no quería pasarse todo el día pensando en Ron y en como se sentía con el.

Era todo demasiado para ella. De un momento a otro, la escuela paso a segundo plano, y eso era de preocuparse. Tenia que terminar cuanto ante con eso que le pasaba sino sus notas bajarían, y no se lo podía permitir.

Abrió la puerta con cuidado y salio deteniéndose en frente mirando la pared. Una gran fotografía de los Weasley a su temprana edad se desparramaba por la ya gastada pared.

El más alto de los pelirrojos tenía un peluche gigante, incluso más alto que el, de un dragón, mientras que otro lo perseguía corriendo con una pequeña escoba en su mano. En un costado pudo ver al que seguro era Percy con un libro de figuras y sonriendo a la cámara, junto a el, sujetada por una mano, una pequeña Ginny de alrededor de un año. Los gemelos estaban sonriéndole a la cámara como si fueran dignos angelitos, pero de un momento al otro comenzaban a hacer caras graciosas.

Hermione rió con la fotografía y busco a Ron por todos lados pero no lo encontró. Se empezó a preocupar, pero entonces cuando la foto volvía a moverse nuevamente lo vio. Ron salía corriendo, como podía, luego de ver una pequeña araña treparse por la pared. Ahora si que estaba riendo. Ron le tenía miedo a las arañas desde pequeño y ahora que había crecido, en vez de superar sus fobias, parecía haber aumentado el doble.

-No es una de mis mejor fotos-dijo una voz a sus espaldas. Hermione giro lentamente a ver las escaleras y se encontró a Ron y Harry allí parados sujetando sus escobas alegremente.

-Ya veo porque-dijo Harry analizando la foto. Ron lo miro enojado y le dio un poco amistoso golpe en el brazo. Harry trastabillo un poco, pero se recompuso e inmediatamente le devolvió el golpe solo que un poco más fuerte. Ron lo miro con una ceja levantada y le volvió a pegar. Harry estaba a punto de volver a pegarle cuando Hermione decidió intervenir.

-De acuerdo…suficiente-les dijo mientras pasaba entre ellos y los tironeaba para que bajen. Cuando llego al final de la escalera vio a Ginny mirarla con una sonrisa. No, otra vez no.

-¿Defendiendo a mi pobre hermanito de las manos malvadas de Lord Potter?-le pregunto Ginny sonriente sosteniendo su escoba también. Los gemelos comenzaron a reír graciosamente. Ron y Harry que llegaron después no entendieron el chiste.

Hermione miro a Ginny con cara de me las pagaras y salio de la cocina como un rayo. Había hecho pocos pasos cuando la voz de Harry la detuvo. Al darse vuelta estaban todos mirándola como si estuviera desquiciada.

-¿Adonde crees que vas?-pregunto George.

-Al bosque…a juntar hojas de Calixto, son para la clase de herbologia…-pero no pudo terminar. Los gemelos comenzaron a reír. Harry la miro enojada, pero fue Ron el que hablo.

-Ayer atacaron tu casa y ¿vos pensas meterte sola a un bosque a buscar unas plantitas de porquería que seguro la profesora nos dará de cualquier forma el primer día?-pregunto el pelirrojo en un tono de vos algo enojado.

La castaña se quedo mirando al pelirrojo, sabia que tenia razón, pero no era tan fácil decirlo. Había combatido toda su vida en contra de el por ser imprudente y ahora ella estaba actuando de aquella forma que repudiaba. Asintió levemente y comenzó a entrar a la casa.

-¿No le vas a gritar a Ron?-pregunto Fred sorprendido.

-¿Por qué lo haría?-pregunto Hermione levantando los hombros. Fred hizo de cuenta que no escucho bien.

-Porque te grito-dijo George como si fuera lo más comprensible del mundo. Ginny sonrió triunfante, como si de esa forma corroboraba su teoría. Harry miro a Hermione a los ojos y Ron parecía preocupado.

-No…si tiene razón-dijo Hermione. Fred y George dejaron la boca abierta. Ginny hacia movimientos con sus brazos como si estuviera alzando la copa de Quidditch y Harry sonreía.-Aunque sea la primera vez en su vida que la tenga.

-¡Auch!-dijeron ambos gemelos a la vez.

Y si, la tenia que rematar con un golpe al orgullo del pelirrojo. Los gemelos comenzaron a reír. Ginny se golpeo la frente con la palma de su mano y comenzó a hacer movimientos amenazantes hacia su amiga desde atrás del grupo. Harry reía divertido y Ron gruño algo por lo bajo antes de darse vuelta con dirección al precario campo de Quidditch.

Era mejor. Aunque por dentro le duela un poco, sabía bien que no podía demostrar su debilidad. Nadie nunca podía enterarse de lo que estaba pasando dentro suyo. Nadie nunca se enteraría de las mariposas, ni de los sueños, ni de las sonrisas tontas. Además, si se lo negaba ella misma, quizás desaparezca y Ron vuelva a ser solamente Ron.

Les gusto?...yo no quede muy conforme, pero bue…espero su opinión…les recomiendo leer Olor a Chocolate que es mi one-shoot de Ron/Hermione…adioz.