¡Hola! cómo están? Espero que bien, acá en mi ciudad hace un calor de locos, y en mi trabajo no tengo aire acondicionado (lloro). Bueno, aquí realizando otro capítulo más. Cuando termine esta historia, sigo con las otras.
Los personajes de mi villano favorito no me pertenecen.
Así que comencemos…
Margo se desperezó mientras ahogaba un bostezo, tenía un terrible dolor de cabeza, iba a tomar una pastilla para que se le pasase y después agua con limón para calmar un poco las náuseas que sentía. Se puso de costado, le parecía raro tanto silencio, en casa de Olivia siempre había ruido, quizá todavía era temprano, esa mala costumbre que tenía de ser la primera en levantarse. Abrió los ojos y vio una habitación blanca con algunos detalles naranjas, los cerró de nuevo para volver a dormir un rato, pero se levantó de golpe al recordar lo que había pasado. Comenzó a desesperarse y saltó de la cama para correr hacia la puerta, no obstante, esta se abrió dejando ver a Vector con un vaso de agua en una de sus manos.
- ¿Qué tratabas de hacer? ¿Escapar? - Vector rio fuerte- Déjame decirte chiquita, dudo que puedas escapar de aquí- Afirmó el muchacho
- ¿Qué quieres pedazo de idiota? - Le preguntó Margo con desespero
- ¿Qué vocabulario es ese para una chica tan educada como tú? En tu casa no eres de decir palabrotas- Vector no borraba su sonrisa maliciosa
- ¿En mi casa? ¿De qué hablas? - Ese tipo la estaba empezando a asustar
- ¿Te acuerdas del regalito anónimo que les llegó, el osito de porcelana?- Le preguntó a Margo, ella asintió- Bueno, ese se los mandé yo y dentro tiene una camara- la pelicastaña se llevó las manos a su rostro- Desde ahí vigilo todo lo que hacen, sus conversaciones, etcetera. Así me enteré que salías y aproveché la oportunidad- Vector agrandó más la sonrisa al ver el rostro asustado de la chica.
-Estás mal de la cabeza ¿Por qué estás haciendo esto? - Vociferó Margo
- ¿Por qué lo hago?- Vector apoyó el vaso en una mesita cerca de ellos y miró a Margo sombríamente -Porque linda... no me gustó absolutamente nada de lo que me hicieron la última vez. Arruinaron mi plan, me dejaron solo en la luna, mi padre me echó a la calle y estuve años de trabajos en trabajos pasando hambre mientras tu papá iba feliz por la vida formando su familia. ¡Gru no merece nada! -Vector se acercaba a Margo y esta retrocedía hasta que chocó con la pared- Solamente sufrimiento, desgracias y yo se los voy a hacer sentir. Si los otros villanos no pudieron derrotarlo, yo sí, por eso empezaré contigo- El chico golpeó con las manos la pared y Margo pegó un pequeño brinco.
Claramente el chico necesitaba ir a terapia, habían pasado muchos años de lo ocurrido ¿Y en todo ese tiempo únicamente pensaba en vengarse de su padre? Necesitaba escapar de ahí fuese como fuese.
Margo sin pensarlo dos veces, le propinó una patada en la entrepierna a Vector, haciendo que se retorciera del dolor y ella aprovechando a escapar. Corrió desesperadamente hacia la puerta y apretó un botón que supuso era para que se abriera y cuando lo hizo, paró en seco y miró hacia abajo, no estaban en una casa sino en una nave y tenía que saltar para llegar al suelo.
- ¡Maldita! -
Escuchó que gritó Vector. Tomando valor, respiró hondo y saltó. Saltó y al tocar el suelo, quedó unos segundos recostada y pegó un grito de dolor, seguramente se habría quebrado algún hueso, pero no le importaba, tenía que escapar de ese loco. Fortaleciéndose, se levantó y huyó sin rumbo fijo, debía alejarse, esconderse en algún lado hasta que amaneciera.
Estaba todo oscuro, no se veía nada a excepción de las luces de la nave, sin embargo, mientras más lejos corría, más tenues se hacían. Cada paso que daba, el dolor de su pierna derecha se hacía más intenso y trataba de no quejarse, empero, tropezó con una piedra y rodó hasta estamparse contra un árbol. Gritó comenzando a llorar y se tapó la boca para que Vector no la escuchase. Se paró y descansó unos segundos para calmarse, tomó un poco de aire y escaneó la zona, aunque estaba todo oscuro. siguió corriendo.
Unos 10 minutos después, escuchó sonidos de olas y se apresuró hasta llegar a una playa. Miró desesperadamente por todos lados y se dio cuenta que estaban en una isla. Diviso si a lo lejos había otras islas más para el amanecer escapar y llegar a una de ellas, sin embargo, lo único que se veía de fondo era todo mar. Pensó que quizás había otras personas viviendo en ese lugar y dispuso a caminar, pero despistadamente no escuchó a Vector acercándose a ella y la sujetó de la cintura para subirla al hombro.
- ¡SUÉLTAME ESTUPIDO! - Gritaba Margo dándole golpes en la espalda para que la soltase.
- ¡CÁLLATE LA BOCA! JURO QUE CUANDO LLEGUEMOS A LA NAVE TE VOY A ATAR A LA CAMA. UNICAMENTE TE DESATARÍA PARA QUE VAYAS AL BAÑO Y COMAS- Vector estaba furioso, casi su plan se arruinaba, otra vez, aunque no sabía porque eran ellos dos nomás en la isla.
En el transcurso a la nave, Margo mordía, pellizcaba y tiraba del cabello a Vector, el chico lo soportaba pacientemente entretanto alumbraba el camino con una linterna. Al llegar, Vector sacó un control de su bolsillo e hizo bajar la rampa de la nave para subir. Llevó a Margo a la habitación y la arrojó a la cama para atarle las manos y pies a los bordes.
-Mi papá nos encontrará y juro por mis hermanas que te hará pagar- Escupió con odio la pelicastaño
Vector sonrió sádicamente- Lo espero con muchas ansias- Y se retiró de la habitación de la chica.
Margo lloró y lloró hasta quedarse dormida.
Vector tomaba un té mirando televisión y no paraba de felicitarse y enorgullecerse de lo bien que había salido su Plan del secuestro, aunque bueno, casi se le escapaba la chica e iba a tener un largo trabajo buscarla por toda la isla. Por un tiempo iba a mantenerla allí hasta devolvérsela a Gru con el cerebro lavado y hacer que ella misma lo derrote.
Echó una risa pequeña y apoyó la taza en la mesa baja que tenía frente de él, se recostó en el sillón y cerró los ojos. Lo primero que vino a su mente fue el beso apasionado que le dio Margo y lo sensual que se veía bailando con ese vestido negro. Sus mejillas se tornaron rosas y llevó una de sus manos a su entrepierna, al parecer recordar lo de anoche su amigo se alegró y se levantó. Abrió los ojos de sorpresa y se enderezó para sacudir su cabeza y borrar esos recuerdos. Se refregó los ojos y caminó hasta su habitación para dormir, estaba muy cansado.
Se colocó el pijama y se acostó en su cama de dos plazas. Suspiró, no se culpaba, hacía mucho no estaba con una mujer, que no besaba o tocaba y ayer esa chiquilla le había bailado, besado y sus hormonas sucumbieron a esos encantos. O través su amigo se levantó y no pudo evitar tocarse, pensando en Margo ayer cómo se pegaba a su cuerpo y cómo sus lenguas jugaban entre ellas. Y su aroma, cuando la tenía acorralada contra la pared, todavía se le sentía su perfume femenino. ¡Qué difícil iba a ser tenerla allí! Pero no, tenía que resistir, ella era el enemigo y debía hacerla sufrir cómo haría con toda su familia. Gimió y miró hacia abajo sintiendo vergüenza que había terminado pensando en su prisionera. Buscó en su cajón servilletas y se limpió.
Se levantó de su cama y se dirigió a la habitación donde dormía Margo. Mañana iría a comprarle ropa y un par de cosas de mujeres, porque no iba a estar siempre con el mismo vestido, y él no iba a resistir verla con la misma prenda, aparte debía preguntarle qué otras cosas más usaban ellas. Oyó a la chica quejarse un poco y la miró detenidamente, todavía no sabía cómo iba a lavarle el cerebro, tenía que poner en marcha ese plan, por el momento seguro la haría su mucama, que limpiase, cocinase, lavase y demás cosas. Y obviamente ponerse en la cabeza que era enemiga y tratar de olvidar ese beso que se dieron, porque otra vez lo recordaba y se estaba enojando con él mismo. Margo se movió de la cama y su vestido se subió mostrando un poco más sus piernas. Vector cerró la puerta y se apoyó en ella, se refregó la cara ¡Realmente iba a ser difícil tenerla allí!
