Capítulo 15: "Aquí estoy"

"Aquí estoy…

Entre el amor y el olvido, entre recuerdos y el frío, entre el silencio y tu voz…"

Su torso desnudo resentía el frío que de pronto inundó el ambiente, solo, caminando por lo que una vez fueron calles mal trechas, hoy, sólo escombro… Aunque comparado con lo que su alma sentía, este sitio era una belleza, sus entrañas se carcomían de dolor, por tanta estupidez, por tantas dudas, por dejar ir el misterio que tiene lo nuevo, por dejar ir la magia de la libertad que sólo Hisoka podía ofrecerle…

"Aquí estoy…

Viendo pasar los segundos, viendo pasar los minutos, viendo pasar el amor…"

Un semidesnudo más, sólo que en este no tenía cabida que un ángel se le presentara y que en unos segundos cambiara tan radicalmente su forma de pensar, su forma de ver las cosas y sólo sacarle provecho para si mismo, sin detenerse a pensar un momento en los demás ni en sus sentimientos… Cuántas veces lo había hecho y hoy, como si su conciencia le reclamara de todo ello, el remordimiento no lo dejaba, oprimía su pecho y le hacía una especie de nudo en la garganta, ni el perdón de todas las personas que dañó sería suficiente para aliviar su mal… Ya no le encontraba sentido a eso, como fuera, ahora le daba asco, él mismo se daba asco.

"Aquí estoy…

Con la sonrisa fingida, que me dejo tu partida, como un verano sin sol…"

Hisoka era su prioridad, más que su vida, más que la vida de todos los que le rodeaban, necesitaba encontrarlo, abrazarlo, decirle que todo estaba bien, que nunca jamás se iría de su lado, y que juntos terminarían con toda esa basura que se les presentaba, necesitaba decirle cuanto lo amaba…

"Aquí estoy…

Sin la mitad de mi vida, un callejón sin salida, viendo la vida pasar…"

Tomó su cabeza con sus dos manos y apretó fuertemente su cabello blanco, y, por primera vez en su vida, lloró como cualquier ser humano, y sintió la necesidad de arreglar el daño que había hecho, sabía de antemano que no iba a poder compensar todo, pero que al menos, iba a hacer lo que Miguel le había pedido, ayudar a los shinigamis, aunque muriera… Y si, porque no, liberar a Hisoka de la maldición que había grabado en él, y, por supuesto, pedirle perdón, uno que seguramente no conseguiría…

"Aquí estoy…

Cantándole a la fortuna, soñando con tu cintura, con lo que nunca será…"

"Ya casi, siento que casi doy contigo, aguanta Hisoka, un único amor…"

"Aquí estoy…

Enredado con la duda, durmiéndome con la luna, despertando con el sol…"

Y entonces, ante Muraki, un nuevo ángel apareció, aquel que desistió de su tarea de cuidarle y guiarle, al ver la abrumadora maldad que se enredaba en su corazón que convertía su vida en pesadilla…

Se materializó ante él, y con suavidad en sus dedos, borró todo rastro de las lágrimas de Muraki, quien, aún impactado por el suceso, no pudo elaborar sonido alguno, sólo dejó que su rostro se acurrucara aún más en la frágil mano que le tocaba, y de igual manera que el llanto, por primera vez en su vida sintió afecto, no de él hacía alguien, sino de alguien más hacia él…

"Mi luz se proyecta en vibrantes colores... llameantes... armoniosos... y sus destellos te llenan de amor... de satisfacción... porque hoy quiero conducirte con ternura, sin tropiezos, para que todo se resuelva en tu vida…

Quiero que te acerques a mí. Ven... ven a mis brazos, Cierra tus ojos. Sé que quieres una respuesta a tu inquietud y por eso estoy contigo, porque te guiaré... siempre con dulzura.

Para que sepas que hacer en todas las circunstancias de tu vida. Entra en tu ser interno...tranquilízate y respira profundamente.

Cierra tus sentidos externos y, en secreto, habla con Dios. Formula tu inquietud y escucha con los sentidos de tu alma...porque Él siempre te responderá. Ahora... ¡alégrate!... Sé que has escuchado lo mismo que yo: que Él te ama profundamente y que todo saldrá bien. Cariño mío, quédate entre mis brazos todo el día y recíbelo lleno de felicidad, porque yo te preparé con amor antes de venir a bendecirte hoy…"

Las palabras de ese ángel llenaron sus sentidos de paz, serenidad y confianza en si, y sobre todo, hizo que él mismo se perdonara todo, cuando hubo terminada la oración, Muraki dijo:

"Si, Dios me ama, no sé porque lo abandoné… Yo también te obligué a hacerlo¿verdad?"

"¿Aún me recuerdas?"

"No es sólo recordarte, es que hace tiempo que no sentía ese calor, para ser más precisos, desde que era niño, y pasó todo eso con Saki y mis padres… Ahí perdí la fe en todo y actué de acuerdo a lo que sentí, no me di otra oportunidad para vivir, sólo se la di al odio y al rencor…"

"Me sentí tan solo e inútil, por eso, Dios en su infinita bondad me dio una responsabilidad mayor, yo soy el ángel de las respuestas, ya no fui más tu ángel guardián…"

"Un papel digno de ti, siento el daño que te cause, todo, hasta el que mis acciones malas te han hecho en todo este tiempo"

"Por fin eres humano, eso es lo mejor, que el tiempo pasado no fue en vano, y más alegría me da que juntos vamos a luchar por nuestro mundo, esta tierra que tanto amamos…"

"Lo prometo, pero, dime algo, tienes nombre, me gustaría saber…"

"Soy Daniel…"

"Aquí estoy…

Con la sonrisa fingida, que me dejo tu partida, como un verano sin sol…"

Las esperanzas de Tsuzuki renacían al ver que por donde ahora caminaba no había señales de destrucción, su corazón le decía que ahí encontraría a Hisoka…

De pronto, como si un milagro hubiese aparecido, el aire le faltó a Tsuzuki al ver a Hisoka caminar hacía él, aunque, el chico parecía no ver nada, además de que su caminar era extraño, como que se tambaleaba, y repetía mil cosas que no eran entendibles, y su mirada estaba algo nublada, sin duda se veía extraño…

"Aquí estoy…

Sin la mitad de mi vida, un callejón sin salida, viendo la vida pasar…"

Curándome las heridas, durmiéndome con la luna, despertando con el sol…

Aquí estoy…"

"¡Hisoka!" – le llamó Tsuzuki.

"¿Qué! Aquí estoy" – Tsuzuki estaba feliz, tenía ganas de abrazarlo, pero, el estado de Hisoka lo hacía dudar mucho.

"Hoy quiero quedarme solo, sentir el dolor tan hondo que me causas tú, quiero quedarme solo para lamentar que un día lo tuve todo y lo dejé escapar… Lo siento Tsuzuki" – Hisoka dijo, sin dejar de mostrar el estado de ebriedad en el que estaba.

"¿Qué? Pero, si el que falló fui yo, yo te abandoné…" – Tsuzuki mostraba tanto arrepentimiento en sus palabras, sus miradas y los ademanes que hacía, detallaban aún más este sentimiento.

"Y yo dejé que te fueras…" – agachó la cabeza, tocando su frente y pasando es mano por sus ojos, como queriendo evitar algo…

"Pero, bueno, yo no quise alejarte, y espero que el buscarte hoy y ahora no sea tarde para poder reparar esto, Hisoka yo…" – dudo en decirlo, pero, maldición, que demonios había que dudar, nada…

"Tsuzuki, antes de que digas algo, yo quiero por fin decir lo que nunca pude… Con esta borrachera encima seguro vas a pensar que no soy sincero, pero lo soy, tengo el corazón en la mano, y si nada cambia, no importa, pero, tengo la esperanza de que volverás porque yo te amo, y eso es, te amo, se que por ello estoy vivo y que moriría una vez más sólo por estar contigo y hacerte feliz… Ahora, mírame a los ojos y líbrame de todo mal, dame una señal, quítame este miedo, dime que jamás te irás, abrázame, quiero sentirme vivo… Ayúdame a encontrarme, yo te amo Tsuzuki…"

"Hisoka… te amo… "– y, ahí, estando en medio de la destrucción parcial, con frío, con todo lo malo del universo rodeándolos, ambos sintieron un ambiente romántico y cálido gracias al amor que por fin se confesaban, Tsuzuki se acercó aún más a Hisoka, tomó sus manos y dio un beso a cada una, después, colocó las manos de su amante en su propio rostro y tomó por la cintura al oji verde…

Lo abrazó fuerte, aspirando ese profundo aroma a alcohol, pero, no importaba en lo más mínimo, era el ser que amaba y lo aceptaba tal y como era, con sus arranques, con sus regaños, con su timidez, con sus gritos, pero también como el ángel que ahora daba todo por él.

"¿Me permites besarte?" – dijo tocando gentilmente sus labios con el dedo pulgar, provocándolo, mirándolo profundamente.

"Mi aliento es horrendo Tsuzuki" – se sonrojó, y rió para ambos.

"No importa, tanto tiempo he anhelado un rose de tus labios divinos, y, este es un momento perfecto…" – compartió la sonrisa, y no pudo evitar sentirse por fin vivo, amado, grande.

"Para mi no tanto Tsuzuki, estoy ebrio, me duele un poco la cabeza, tenemos un mundo que arreglar, no lo voy a disfrutar, esperemos a que todo esta acabe…"

"Pero, y si morimos, bueno, tú me entiendes…"

"Siempre estaremos juntos Tsuzuki, lo que somos, este cuerpo, al final de todos los tiempos se pudre, lo que prevalece y rompe barreras, incluso las del tiempo, es nuestro pensamiento y la enseñanza que dejamos como seres humanos, todo ese esfuerzo que hicimos por sobresalir, por ayudar al prójimo, por simplemente ser… En este caso, nuestro amor, es lo que cuenta y que seguro más allá sobrevivirá… Tú lo sabes, sólo no te dejes llevar por lo físico, déjate guiar por el alma y ten por seguro que la mía te ama por sobre todo." – acarició su rostro, y lo abrazó de nuevo, se sentía tan protegido en brazos de Tsuzuki.

"Tienes razón, entonces, esperemos a media noche para luchar contra Behemoth, mañana es primero de noviembre, primer día de muertos, tenemos que proteger a todo ser espiritual que corra peligro y, con los arcángeles de nuestro lado, seguro no fallaremos"

"También me tienen a mi, yo quiero ayudarlos…" – la voz de Muraki golpeó las espaldas de los shinigamis.

"Tú…" – fue lo único que Hisoka pudo decir.

§l§a§v§i§d§a§e§s§u§n§g§r§a§n§d§o§n§n§o§l§a§d§e§s§p§e§r§d§i§c§i§e§s§

Bueno, pues, una más de mis fumadas… XDD… gracias a todas, que lindas, y mi amado Muraki, cuanto lo adoro, me gustan las cosas difíciles, bueno, por llamarles así…

Pero bueno, siento muchísimo no contestar sus reviews, pero es que ya hay nueva regla en la página, que no se puede, y que si lo hago me van a cagar, pero, no por ello no puedo decirles que me fascinan, todas, sus comentarios siempre son de los más padre que puedo recibir…

Sorry por un capítulo corto de nuevo, pero, al menos así el fic dura más, y más ahora que ya voy a entrar a la universidad, en verdad es tan lindo, pero si, definitivamente no deja tiempo para nada, además, las vidas cambian, y probablemente este sea el ultimo fic que escriba, no lo sé, pero bueno, ya no las aburro aún más con mis bobada, las quiero mucho:

Ana Rosa (GR)