Capítulo 6

Los cuatro emperadores parte 2

Apenas había llegado a la sala 2, cuando un grito ensordecedor me hizo estremecer , me quedé paralizada un momento y al poco oí otro de esos terribles gritos... me recordaban a mis entrenamientos en el gimnasio de artes marciales de Azafrán, sabía que el segundo oponente el Alto Mando era especialista en pokémon de tipo lucha, así que me imaginé que estaría entrenando.

Los gritos se seguían oyendo periódicamente cada pocos segundos, pero no en la misma sala en la que me hallaba. Parecía que venía de otra habitación, y al poco rato a esos gritos les acompañaban unos terribles golpes que hacían retumbar las paredes.

"Pues sí que es fuerte Bruno..." Pensé.

Se podía decir que Bruno era el miembro de la Élite del que sin duda más sabia... Como para no, si hablaban de él cada dos por tres en el gimnasio de artes marciales, por su puesto siempre bien, como un ejemplo a seguir en nuestro entrenamiento marcial.

No tuve que esperar mucho rato hasta que salió a la sala a recibirme, lo que no sé es si salió porque de una forma u otra se enteró de mi presencia, o simplemente porque había terminado su entrenamiento.

Bruno: ¡Hola!

Silvia: (Con seguridad) ¡Hola! 

Bruno: ¿Llevas esperando mucho rato? Siento la tardanza.

Silvia: ¡Que va! No te preocupes, que da igual :P

Bruno: Bien, empezaré presentándome... Aunque supongo que me conocerás ¿Quién no conoce a los miembros del Alto Mando? Jeje. Soy Bruno, el segundo oponente de la Élite. Enhorabuena por haber llegado hasta aquí, ¡Pero te advierto que no te será nada fácil vencerme!

Silvia: No he venido a luchar contra ti.

Bruno: ¿QUÉ? O.O Entonces... ¡¿Qué haces aquí!

Silvia: Pues mira... Soy miembro de la federación de artes marciales de Azafrán, me han enviado para solicitar tu ayuda cuanto antes

Bruno: ¿Mi ayuda? o.O, ¿Mi ayuda para qué?

Silvia: Resulta que se ha organizado en el norte y la parte media de Kanto, un movimiento anti-lucha...

Bruno: ¡¿Anti-lucha! o.O

Silvia: Sí, vamos, que hay un numeroso grupo de gente a quienes les ha dado por opinar que los pokémon de tipo lucha son una vergüenza dentro del mundo de los combates.

Bruno: ¡¡¿QUÉ! ¡¿PERO QUÉ DICES! ¿CÓMO VAN A PENSAR ESO?... :O

Silvia: Resulta que ellos dicen que los verdaderos combates pokémon son los que requieren la fuerza de los elementos, que es más estratégico y más moral, que usar la fuerza bruta les parece una salvajada...

Bruno: ¡¿QUEEEEEEEEEÉ! . ¡PERO... PERO!

Silvia: Vamos, que están convenciendo a mucha gente de que los pokémon de tipo lucha no deberían usarse para combatir, que solo deberían usarse en combate los pokémon que dominen algún elemento, como electricidad, agua, etc...

Bruno: ¡PERO ESO NO TIENE NINGÚN SENTIDO! ¡CON LOS POKÉMON DE TIPO LUCHA TAMBIÉN SE TIENE QUE USAR ESTRATEGIA! Y ESO DE LA FUERZA BRUTA... ¡TODOS LOS POKE...!

Silvia: Ya, ya, a mi no necesitas explicarme nada, el caso es que están convenciendo a muchísima gente, y se están poniendo tan extremistas que han pensado incluso en cerrar los gimnasios de artes marciales... y por supuesto prohibir los pokémon de tipo lucha en combate. ¡Por eso me han enviado! ¡Quieren también cerrar los gimnasios de la federación de Azafrán! . ¡Intentamos hacerles entrar en razón, pero no hay manera, la situación va a peor, y cada vez hay más gente que se une a ellos! ¡Necesitamos a una persona importante como tú que nos represente para poder defender nuestra opinión! ¡Y para intentar salvar los gimnasios de artes marciales y que los pokémon de tipo lucha puedan seguir en los equipos de sus entrenadores!

Bruno: ¡CLARO QUE OS AYUDARÉ! . ¡NUNCA PERMITIRÉ QUE RETIREN A LOS POKÉMON DE TIPO LUCHA! ¡NI TAMPOCO QUE CIERREN LOS GIMNASIOS DE ARTES MARCIALES! . ¡AHORA MISMO VOY HACIA ALLÍ!

Silvia: ¡ESO! ¡AYÚDANOS A SALVAR AL TIPO LUCHA!

Bruno: (parándose a reflexionar) Pero me parece tan extraño... ¿Estás segura de lo que has dicho?

Silvia: ¡Segurísima! Hemos recurrido a ti porque ya no sabíamos que hacer y tú tienes mucho peso en la opinión pública al ser miembro de la Élite.

Bruno: ... ¿Y tú quien eres?

Silvia: Ya te lo he dicho, yo soy miembro de la federación del gimnasio de artes marciales de Azafrán... Mira, he venido sólo con este pokémon... ¿Crees que me hubieran dejado pasar hasta aquí sin combatir si no llega a ser por una causa como esta y por lo que represento?

Bruno: ¡TIENES RAZÓN! ¡VOY INMEDIATAMENTE!

Siliva: ¡BIEN! Gracias. Corre, adelántate a mí, que yo seguro que soy más lenta que tú y has de darte prisa, por favor.

Bruno: Al gimnasio de artes marciales de Azafrán, ¿No?

Silvia: ¡Exacto!

Bruno: ¡VOY HACIA ALLÍ! .

Uf , por un momento llegué a pensar que no se lo creería, que me cazaría, pero no... XD Se me ocurrió la idea mientras le esperaba en la sala. ¡Que bien que hacía artes marciales, si no probablemente no se me habría ocurrido! XD

Ahora ya tenía aún más problemas encima; se habían sumado al hecho de que me podían pillar por haberme colado y ser responsable de que Lorelei apareciera de repente en cualquier sitio, otro problema más; el enfado de Bruno cuando llegase a Ciudad Azafrán y se enterase de todo... más me valía no estar ya en Meseta Añil cuando él regresase...

Me dirigí rápidamente a la puerta de acceso hacia la siguiente sala. ¡Solo me quedaba un oponente más para llegar hasta Lance! No sabía como saldría al paso, pero algo tendría que hacer, no podía fallar estando ya tan cerca...

Crucé la puerta y enseguida me recorrió el cuerpo una extraña sensación, como un escalofrío intenso. No tuve más que fijarme en la sala a la que acababa de acceder... de película de terror, totalmente lúgubre y oscura... fría... aquello me hizo estremecer aún más.

Ahí fue cuando recordé que la siguiente oponente es experta en pokémon fantasma. La verdad es que tenía tanta prisa por despistar a Bruno y cruzar de una vez a la siguiente sala, que ni me paré a pensar que era lo que me esperaba...

Los pokémon fantasma son un tipo de pokémon realmente poderoso y místico... ahora si que estaba perdida... No se estudiaba la asignatura de fantasma en la escuela pokémon (una asignatura demasiado complicada, con un aprendizaje duro y profundo, nada adecuada para impartirse, ni siquiera de manera teórica en una escuela) a pesar de todo era un tipo de pokémon que siempre había admirado muchísimo, al igual que los psíquicos, y tenía interés en saber mucho más de ellos... Pero no de aquella forma, claro.

Encima la nueva oponente era la anciana Ágata... tenía fama de ser muy dura y pícara, de esta si que no me libraba... fue en ese punto cuando empecé a estar tan nerviosa que no sólo me dolía el estomago, si no también la cabeza, terriblemente y mi respiración se hacía costosa...

En aquella sala tuve menos tiempo de pensar... Enseguida salió Ágata de entre las sombras más oscuras del gimnasio que se hallaban frente a mí, seguramente ya estaba ahí cuando entré.

Me miraba con una sonrisa siniestra y profunda, permaneciendo totalmente inmóvil sin mediar palabra... Pero yo enseguida dirigí mi vista a mi izquierda, debido a unas sombras que me había parecido ver moverse y unos extraños susurros que me había parecido oír... Ágata seguía con su vista clavada en mí y con su lúgubre expresión. Note como Cleffa, que permanecía en mis brazos, se apretaba fuertemente a mí.

De pronto comenzó a hablar con voz pausada y ronca:

Ágata: Así que has logrado llegar hasta mí... je, je, je... interesante... que pena que aquí vaya a terminar tu momento de gloria... je, je...

Silvia: ...

Ágata: Basta de charla, enséñame lo que eres capaz de hacer.

No tuvo ni que dar la orden, una de las muchas sombras que parecían moverse tomó de repente la forma de un Gengar que se situó inmediatamente en la zona adecuada para el combate. Yo me había quedado completamente en blanco, no sabía como actuar, como reaccionar, ni siquiera aunque se me ocurriera algo saldría bien parada, pues Ágata, debido a su edad, experiencia y personalidad, no parecía posible engañarla tan fácilmente en absoluto.

Ágata: ¿Vas a combatir con eso? (Refiriéndose a mi Cleffa, que continuaba en mis brazos)

Silvia: Pues...

Ágata: ¬¬ ¿?

Silvia: (Con repentina seguridad) ¡SI!

Ágata: Muy bien... tu sabrás lo que haces... comencemos...

Mi Cleffa se situó donde le correspondía, alrededor de mí seguía notando la presencia de decenas de sombras que se desplazaban de un lado a otro continuamente... Ágata no había dado ninguna orden, pero el Gengar extendió los brazos, lo cual significaba el comienzo de un ataque y antes de darle tiempo a realizarlo, corrí hacia mi Cleffa gritando su nombre y le abracé fuertemente.

Silvia: ¡Cleffa! O.O ¡¿¿¿¿¿¿¿CLEFFA QUE TE PASA!

Cleffa: ¿Cle? o.O

Ágata: ¿Que diantres ocurre?

Silvia: ¡MI CLEFFA! ¡MI CLEFFA! ¡ALGO LE ESTÁ PASANDO! .

Ágata: ¿Qué?

Abracé a Cleffa aún con más fuerza pegando mi cara contra ella de forma que pude decirle algunas palabras por lo bajo sin que al parecer Ágata se percatara. Ella continuaba en el mismo lugar en el que había aparecido, con expresión seria y al parecer algo molesta.

Ágata: (Con tono frío) ¿Se puede saber qué pasa? ¬¬ Si tienes miedo lo mejor será que te retires... aún no estás preparada para enfrentarte a mí...

Silvia: ¡NO, ¡NO TIENE NADA QUE VER CON ESO! ¡ESTO ES CULPA DE TUS FANTASMAS! . ¡CÚRALA! ¡CÚRALA!

Ágata: (Con tono más frío aún) ¡¿Pero qué dices niña! ¬¬ ¡¿Has perdido el juicio! ¡Deja de decir tonterías y combate! ¡Ó lárgate si es que tienes miedo! ¡Pero no me hagas perder el tiempo!

Silvia: (Mostrándole a Cleffa) ¡CÚRALA! . ¡Esto es culpa de tus fantasmas! ¬¬ ¡ESTÁ DELIRANDO!

Ágata: ¿QUÉ? ¬¬ ¡Tú si que estás delirando, niña! ¡No juegues con mi paciencia no vaya a ser que me enfade! ¡Y entonces te habrás metido en un buen lío del que te arrepentirás!

Silvia: ¡MIRALÁ! ¡MIRA COMO ESTÁ! .

Cleffa: (Con los ojos como platos, la mirada perdida, y con el cuerpo totalmente rígido, susurrando ininteligiblemente) cleeee... cleee... ffaaa.

Ágata: ¿Me has tomado por estúpida? ¬¬ ¿Cómo sabes que está delirando? ¿Acaso entiendes su idioma? ¬¬ ¡Lo que le pasa a tu pokémon es que es tan cobarde que se ha quedado así de la impresión! Está claro que tu pokémon no está preparado para un reto así... Has querido aspirar muy alto retándome a mí y no tienes ni de lejos la preparación suficiente como para osar retarme. Lárgate, así lo único que consigues es hacer el ridículo... ¬¬

Silvia: ¡No me pienso ir hasta que no hagas que mi Cleffa vuelva a ser como antes! ¡Está poseída! .

Ágata: ¡¿QUÉ! . ¡Hacía muchos años que no oía tantos disparates juntos! ¡¿Has venido hasta aquí para intentar reírte de mí! . ¡Pues te advierto de que has cometido un gran error, niña!

Silvia: ¡No me crees! ¿Eh? ¿NO ME CREES? . ¡Pues cógela tú y dime si lo que susurra te parece normal!

Ágata: ¡No pienso perder mi tiempo con las tonterías de una cría! ¡Lárgate antes de que acabes completamente con mi paciencia! .

Silvia: ¡Escúchala sólo un momento! Palabra que si me dices que no le pasa nada me largo de inmediato! ¡Escúchala por favor! ¡Para poder quedarme tranquila! ¡Y me largo, palabra! .

Ágata: Anda ¡Damela! ¬¬ Con tal de perderte de vista cuanto antes...

Cogió con las manos a Cleffa y acercó su oído a la pequeña boca de mi pokémon, ahí fue cuando Cleffa aumentó el volumen de su voz y cantó dulcemente junto al oído de Ágata, como le había indicado. Ágata no tuvo mucho tiempo de reaccionar, al estar oyendo el canto desde tan cerca, cayó dormida casi inmediatamente, no esperaba que fuera tan efectivo. Yacía en el suelo profundamente dormida, Cleffa ya se había librado de entre sus manos y se aproximaba hacia mí.

Silvia: ¡JAJAJA! ¡MUY BIEN CLEFFA! ¡GENIAL:D

Cleffa: Cleffaaaaaaa-

Silvia: ¡Lo has hecho perfecto! ¡Gracias a ti ya podemos pasar por fin a la sala de Lanceeeee:D

Cleffa: ¡Cle!

Pero me equivocaba. Había olvidado por un momento al Gengar y al resto de los fantasmas que flotaban por la sala como sobras silenciosas, y en cuanto corrimos hacia la puerta, aparecieron de pronto justo en frente de ella decenas de oscuras sombras que tomaron la forma de Haunter y Gengar con unas miradas profundamente enfadadas y siniestras. Cleffa y yo nos paramos en seco.

Silvia: ...

Silvia: ... Ágata está dormida, ¡Palabra!

Fantasmas: ... .

Silvia: ...Despertará dentro de poco, ¡Ya veréis!

Fantasmas: ... .

Aquello no parecía convencerles, y después de permanecer mirándome unos momentos, como reflexionando la veracidad de mis palabras, comenzaron a desplazarse hacia nosotras con aterradora seguridad, y visible enfado en sus ojos.

Llegué a pensar que definitivamente estábamos totalmente perdidas con todos esos furiosos fantasmas y sin Ágata en condiciones para poder controlarlos, cuando de pronto me vino a la cabeza algo que había oído en varias ocasiones sobre cierto tipo de pokémon fantasmas y su excesivo sentido del humor y ganas de mofa, a pesar de su siniestro aspecto...

Los fantasmas estaban ya justo delante de mi cara, y Cleffa se agarró a mi pierna con fuerza.

Silvia: ...

Silvia: ¡VAN DOS Y SE CAE EL DE EN MEDIO!

Fantasmas: ... ¿? ¬¬

Silvia: ... Glup

Fantasmas: ...

Silvia: ... .

Al ver que seguían con su feroz expresión aunque con cierto aire interrogante en su mirada, me di por perdida. Pero de pronto ante mi gran asombro los enfadados Gengar y Haunter que tenía frente a mí estallaron en ruidosas carcajadas, como si acabaran de oír el chiste más gracioso del mundo. Yo permanecí observándoles completamente alucinada, pero con repentino ánimo ¡Había funcionado! Al parecer, habían tardado unos segundos en pillar el chiste XD.

Tardaron un rato en cesar sus risas y volvieron al silencio, de nuevo mirándome atentamente, pero esta vez con una amplia sonrisa dibujada en sus rostros, aunque con su misma mirada siniestra, esperando a oír otro chiste.

Silvia:...

Silvia: ... "¡Seguid adelante! Y delante no sabia el camino..."

De nuevo retumbaba en la sala el sonido de sus ruidosas carcajadas, lo que no comprendía era como podía seguir Ágata dormida con el escándalo que estaban montando. Ahora más confiados, se acercaron hacia mí rodeándome en círculo a la espera de mi siguiente chiste...

Cleffa se alejó de mi lado y se dirigió hacia la puerta de acceso de la siguiente sala, mientras, los fantasmas seguían con la vista clavada en mí, lo cual no me venía nada bien si quería salir de allí...

Silvia: ..."Perdone, ¿Cuánto vale el autobús?", "50 céntimos", "Pues bájese que se lo compro"

Y volvieron a oírse las esperadas carcajadas, ¡Daba gusto contar chistes a esos fantasmas! Ya podían ser malísimos que se iban a reír igualmente XD

Pero yo ya no podía esperar más, Cleffa había encontrado el botón del mecanismo de la siguiente puerta mientras les contaba el último chiste y lo acababa de pulsar, la puerta estaba empezando a abrirse, pero los fantasmas seguían mirándome fijamente, esperando el siguiente chiste...

Silvia: ¡Bueno! ¡Yo ya he contado tres! ¡Ahora quiero oír uno de vuestros chistes, venga! XD

Con gran entusiasmo, uno de los Gengar empezó a contar algo entre risas, algo de lo que por supuesto no entendía ni una palabra y para mi alivio todos los fantasmas dirigieron la vista hacia él, escuchándole atentamente con una gran sonrisa en el rostro, incluso algunos ya estaban empezando a reírse. Perfecto, ahora que no me miraban me alejé furtivamente de ellos y me dirigí como un rayo hacia la puerta, que ya dejaba ver un hueco suficientemente grande como para poder pasar. Los fantasmas estaban tan pendientes de sus chistes y sus risas, que aún no se habían dado cuenta de que la puerta estaba abriéndose y justo antes de cruzarla agarré a mi Cleffa y atravesé la puerta velozmente. Casi me caigo al suelo al cruzarla de lo brusca y repentina que había sido mi huída, pero enseguida recuperé el equilibrio y continué corriendo por el pasillo al que había llegado tras salir de la anterior sala, pues en cualquier momento (pudiera ser que incluso en ese mismo momento) se darían cuenta de mi huída y temía que me persiguieran a pesar de no hallarme ya en su sala, probablemente no tendrían reparo en salir de ella.

Corría por el pasillo agarrando con mucha fuerza a Cleffa, y casi sin darme cuenta me encontraba frente a otra puerta decorada llamativamente. Ni siquiera tuve tiempo de fijarme con detalle en como era, entré directamente con el corazón latiéndome a gran velocidad y cerré de golpe la puerta al cruzar al otro lado, sintiéndome ahí a salvo de los fantasmas. Con la puerta ya cerrada, me apoyé en ella y suspiré de alivio, intentando calmarme poco a poco.

Cierto que si los fantasmas me persiguieran, podrían atravesar puerta y paredes con toda tranquilidad, pero supuse que en la sala de otro miembro no entrarían...

De pronto comencé a ser consiente de donde me encontraba... ¡Estaba en la última sala! ¡en la sala del campeón! ¡Lo había conseguido:O ¡No me lo podía creer!

Miré a mi alrededor y lo primero que vi fue que la sala propiamente dicha, se hallaba varios metros debajo de donde me encontraba, y unas escaleras que empezaban justo delante de mí llevaban a dicha sala... Sala que por cierto era la más grande que había visto en mi vida; había antorchas en las paredes como única iluminación y algo aún más curioso; un gran foso lleno de agua en la parte superior y a los dos lados del suelo de la sala, pero no en la zona de la pared donde se hallaban las escaleras para bajar hasta allí.

Otra detalle, éste de mucha menos importancia, que me llamó algo la atención, fue el hecho de estar pintada prácticamente toda la sala de color rojo muy oscuro, y encontrar ciertas pequeñas partes de las paredes pintadas de color negro. Se notaba que estaba siendo restaurada... quién sabe por qué... De pronto me vino a la cabeza la idea de que quizá la estaban restaurando porque algún combate anterior que tuvo el Campeón fue tan potente que la misma sala sufrió grandes daños... Ese pensamiento me hizo sentir un nudo en el estómago.

Pero lo que más me llamó la atención de todo, sin duda fue lo que vi justo en el centro de la sala... un enorme Dragonite y un Aerodactyl completamente inmóviles y con los ojos cerrados... y a duras penas debido a mi vista miope, pude distinguir una figura humana que estaba frente a los dos voluminosos pokémon pero de espaldas a mí, con algo que parecía una gran capa negra en la espalda y un pelo llamativamente rojo.

"¡Lance! ¡¡¡¡Es Lance! O.O ¡He conseguido llegar hasta él:D"

Me dejé llevar por la emoción y comencé a bajar las escaleras corriendo, muy nerviosa y con una sonrisa de entusiasmo dibujada en el rostro. Y no se si fue por ese motivo, o por mi manía de llevar los cordones de la playera izquierda desatados, que al estar bajando las escaleras tropecé y terminé de bajar los escalones que me quedaban a trompicones, medio perdiendo el equilibrio, de forma que al llegar al suelo no me caí en el mismo de milagro. Pero no pude frenar la inercia de mi torpe bajada y continué corriendo aún a trompicones unos metros más, en contra de mi voluntad, haciendo grandes esfuerzos por continuar en pié, hasta que ante mi gran horror, me di de narices contra el Campeón que permanecía de espaldas y ya por fin me fui al suelo, oyendo después un "¡CHOF!" que no me gusto nada...

Enseguida me levanté y vi justo en frente de mí a Dragonite y a Aerodactyl, pero ni Campeón ni nada. Un segundo después vi que también frente a mí, justo debajo de Dragonite y Aerodactyl, estaba el foso lleno de agua, y rápidamente deduje con más horror aún, que el "¡CHOF!" que había oído era el ruido del agua al caer algo en ella... Me llevé las manos a la cara pensando; "Ahora sí que me la he cargado . ".

Apenas estaba pensando ésto cuando observé que Dragonite y Aerodactyl me miraban con una expresión no muy amistosa precisamente... y antes de que se lanzaran a por mí salí yo corriendo con toda mi alma hacia la puerta, pero inmediatamente me tuve que desviar de mi camino de un salto, debido a un hiper rayo que no me dio de milagro y que hizo retumbar las paredes de la sala e incluso que se cayeran algunos trozos de pintura seca del techo.

Aquello me produjo un desagradable escalofrío... ¡Pues sí que eran fuertes los pokémon de Lance:O Continué corriendo como una posesa, y de pronto me fijé en una antorcha de las que estaban colocadas en la pared, que había caído al suelo, probablemente por la potencia del hiper rayo y me aproximé hacia ella para cogerla, con intención de mostrársela a los dos enfurecidos pokémon pensando ingenuamente que el fuego les mantendría a raya.

Me detuve en la esquina donde estaba acorralada, pues me había aproximado a ella para coger la antorcha y ya no tenía escapatoria y se la mostré a los dos pokémon sujetándola con las dos manos. Por supuesto ni se inmutaron, no fue nada brillante la idea, a unos pokémon que combaten ¿Cómo les va a dar miedo el fuego? Eso querría decir que temerían a los pokémon del tipo fuego también... Una idea bastante tonta, pero en aquel momento...

Contemplé horrorizada como Dragonite y Aerodactyl se aproximaban rápida y salvajemente hacia mí, yo continuaba con la antorcha entre las dos manos. Cerré los ojos con fuerza, como resignándome ante lo que me venía encima...

Lance: ¡ALTO!

Aunque yo seguía con los ojos cerrados pude notar una total calma y silencio nada más oír aquella orden, solo permanecí tres segundos más de esta manera y enseguida los abrí... Justo delante de mis narices estaba el Campeón, otra vez de espaldas y de cara a Dragonite y Aerodactyl, que permanecían de nuevo quietos y silenciosos.

Yo aún sujetaba la antorcha, mi respiración era fuerte y rápida, al igual que los latidos de mi corazón, miraba fijamente al Campeón sin saber como reaccionar, él aún me daba la espalda.

Poco a poco comenzó a darse la vuelta y le vi por primera vez el rostro; estaba muy serio y sus ojos reflejaban dureza y enojo. Completamente empapado, se cruzó de brazos y empezó a hablar con voz fría.

Lance: ¿Quién eres? ¡¿A qué has venido!

Silvia: Pe.. perdona, perdóname en serio... es... estaba bajando las escaleras y me tropecé... y.. fue sin querer.. palabra... yo no quería... O.O

Lance: ...

Silvia++... -.-

Lance: (poniendo un tono menos frío) ... ¿A que has venido?

Silvia: ... Eeh...

Lance: ¿Has venido a retarme?

Silvia: ... No...

Lance: ... ¿NO?

Silvia: ... No.. he venido... a hablar contigo.

Lance: (mostrando cierta sorpresa, pero con expresión dura aún) ¿A hablar conmigo?

Silvia: ... Sí.

Lance: ... ... ¿Has venido hasta aquí tan solo para hablar conmigo?

Silvia: Sí...

Lance: (con tono más amable) ... Es admirable.

Silvia: O.O

Me sorprendí bastante ante esas últimas palabras, pero más me sorprendí aún cuando le vi esbozar una pequeña sonrisa.

Lance: ¿Cuál es tu nombre?

Silvia: ... Silvia

Lance: Aja ¿Y sobre qué querías hablarme, Silvia?

Abrí la boca para responder pero nada salió de ella, me quedé de piedra manteniendo aún la boca abierta al darme cuenta de pronto de que había fuego en la capa de Lance... Le habría prendido fuego sin querer con la antorcha cuando estaba de espaldas a mí... Él no parecía haberse dado cuenta aún, permanecía esperando pacientemente mi respuesta con expresión amable. Al verme con la boca abierta sin pronunciar palabra debió pensar que me había quedado trabada de los nervios y apoyó su mano en mi hombro para que me sintiera más tranquila.

Lance: ¿Sobre que quieres hablarme Silvia?

Silvia: La.. la... la capa

Lance: ¿Qué? o.O

Silvia: La.. la capa ¡La capa!

Lance: ¿La capa?

Silvia: ¡Sí! ¡La capa! ¡La capa! .

Lance: (Poniéndose serio y duro) Así que era eso... ¬¬ ¡Ya os he dicho un millón de veces que no pienso cambiarme el color de la capa! ¡Me da igual que os parezca que me favorece más una capa roja! ¡Así que ve y dile al resto del club de fans que dejen de insistir de una vez porque... ¡

Silvia: No... no... ¡Fuego++

Lance: ¿Eh?

Silvia: ¡Fuego leches! ¡FUEGO! .

Lance: ¿QUÉ?

Silvia: ¡EN TU CAPA! ¡HAY FUEGO EN TU CAPA! .

Por fin miró la capa y se percató de la presencia del fuego. Soltó una pequeña exclamación y comenzó a darse manotazos en la capa con intención de extinguir el fuego, lo hacía con un poco de nerviosismo, pero sin perder en absoluto el control. El fuego en vez de extinguirse se estaba avivando, y al poco rato exclamo:

Lance: ¡Rápido! ¡Trae algo que me ayude a apagarlo!

Silvia: ¡Vale!

Comencé a correr buscando algo que pudiera servir y vi entre la pared y el foso un cubo, supuse que al estar junto al foso, estaría lleno de agua.

Cogí rápidamente el cubo, esta vez iba a deshacer lo que había hecho. Me dirigí hacia él con rapidez y firmeza y le lancé el contenido del cubo vivamente... Apenas me dio tiempo a oír un "¡NO! ¡ESPERA!" y me encontré a Lance cubierto de arriba a abajo de pintura roja con los ojos cerrados y los puños fuertemente apretados intentando controlarse...

Silvia: ... Uy... Perdón...

Lance: ...

Lance continuaba con los ojos cerrados apretando los dientes sin mediar palabra, de pronto me pareció ver salir humo de su espalda y recordé con horror que la pintura es altamente inflamable...

Antes de que pudiera reaccionar Lance estaba cubierto de llamas y esta vez no tenía ninguna pinta de controlar la situación... empezó a correr de un lado a otro gritando "¡AGUA! ¡AGUA! . " y muy a mi pesar no tuve otro remedio que dejar la antorcha, acercarme a él y empujarle con mucha precaución por una zona en la que no había fuego, directamente al agua del foso otra vez.

Me llevé de nuevo las manos a la cabeza no queriendo ni pensar la que me caería cuando saliese del agua, mientras, Dragonite y Aerodactyl me miraban como dudando si ir a por mí o quedarse donde estaban. Al poco Lance salió del foso con un aspecto totalmente pésimo y con una cara que prefiero no recordar... +

Silvia: ... Creía.. creía que el cubo tenía agua...

Lance: ... .

Silvia: Yo.. yo.. perdona... sólo quería ayudarte...

Lance: ...¬¬

Silvia: Bueno, al menos.. Al menos he conseguido apagarte el fuego...

Lance: ¡ENCIMA TE TENDRÉ QUE DAR LAS GRACIAS!

Silvia: ... No. -.-

Lance: ...

Silvia: UU

Silvia: ... ¿Te.. te encuentras bien?

Lance: Si... ¬¬

Lance (suspirando) Bueno, ¿qué querías? ...

Silvia: Ah.. Sí... Que... Quería preguntarte... i podría ser tu aprendiz...

Lance: ... ... ¿MI APRENDIZ? O.o Si solo con una visita tuya he acabado así, si te cojo de aprendiz me veo en el hospital ¬¬

Silvia: ... +

Silvia: Ha sido sin querer, no debo de tener el día.. normalmente no soy así, en serio.

Lance: Ya... ¬¬

Silvia: Por favor...

Lance: ...¬¬ Bueno, te voy a dar una oportunidad...

Silvia:D

Lance: Pero primero quiero ver tu nivel en combate...

Silvia: ¿Quieres combatir? O.O

Lance: Claro. No te preocupes, sólo quiero ver tu nivel... ¿Ese es tu único pokémon?

Señaló a Cleffa, que había estado todo el tiempo agarrada a la pernera de mi pantalón. Al darse cuenta que se refería a ella le miró con aire interrogante.

Silvia: No... Tengo también un Abra... Bueno, aunque ahora no se dónde está.

Lance: ¿No sabes dónde está tu pokémon? Eso no es nada profesional...

Silvia: Es que ha hecho teletransporte y se ha escapado...

Lance: ... Ahora entiendo porque antes a aparecido de repente un Abra sobre mi cabeza... ¬¬

Silvia: ¿QUÉ? O.O

No pude reprimir la risa y me llevé de inmediato la mano a la boca, pero aún así Lance lo notó y su expresión se tornó aún más seria y enfadada... no estaba de humor precisamente...

Se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia una puerta que había en la parte superior de la sala, la abrió y entro en la habitación que había tras la puerta, volviendo al poco rato con mi Abra en brazos, que estaba completamente dormido.

Lance: (Con frialdad) Aquí está Abra.

Silvia: (Cogiéndolo) Gracias.

Silvia: ¡Abra! ¡Despierta y ponte en posición!

Lance: ... ¿Vas a combatir de todos modos?

Silvia: Sí... total, perder no pierdo nada

Lance: De acuerdo...

Abra despertó de mala gana y fui yo misma la que le colocó en la posición adecuada para el combate, Lance llamó a su Dragonite que se colocó de inmediato en la zona de combate.

Ni siquiera habíamos empezado cuando Abra volvió a desaparecer... Lance bajó la vista y movió la cabeza de un lado a otro...

Silvia: ¡ABRA! ¡LECHES! ¡OTRA VEZ NO! . ¡VEN AQUÍ AHORA MISMO! ¡ABRAAA!

Lance: ... Así no puedes combatir...

Silvia: . ... jou -.-

Lance: Lo siento Silvia, pero no puedo acoger como aprendiz a alguien con tan poca experiencia... No tienes los pokémon adecuados para el entrenamiento, ni tampoco tú estás preparada. Soy campeón del Alto Mando, entenderás que mis entrenamientos son muy duros y no es adecuado que tenga de aprendiz a una novata... no es bueno para ninguno de los dos.

Silvia: ... Ya... ¬¬

Lance: Lo siento...

Silvia: UU

Lance: Tú no te rindas, aún tienes que entrenar mucho y muy duro, y aunque todavía no estés preparada para aspirar tan alto, seguro que algún día llegas a ser realmente buena, sólo tienes que proponértelo, esforzarte y entrenar con cariño a tus pokémon...

Silvia: Ya...

Lance: (reflexionando) Aunque me parece bastante extraño... ¿Cómo has podido llegar hasta aquí con ese nivel? Se supone que has de tener 8 medallas o más, y haber vencido al resto de miembros del Alto Mando...

Silvia: ... ¡Oye que me voy yendo! Que tengo que buscar a mi Abra...

Lance: Espera

Volvió a entrar en la habitación de la parte superior de la sala y apareció de nuevo con Abra, que otra vez estaba dormido.

Silvia: ¿? O.o

Lance: Me imaginaba que estaría allí otra vez... se ve que le ha gustado el sitio.

Silvia: Ya... Bueno... (cogiendo a Abra) Gracias por haberme atendido al menos...

Lance: No hay de qué... Te acompaño a la salida.

Silvia: Gracias... Oye... ¿Algún día si llegase a ser mejor me aceptarías?

Lance: Quién sabe... Pero para eso tendrías que mejorar mucho...

Silvia: Ya...

Lance: (sonriendo levemente) Quizá algún día...

Mientras habábamos nos íbamos encaminando hacia la puerta de acceso a la sala de Ágata. Me sorprendía que volviese a tener un trato amable después de la que había armado... Estaba claro que Lance no sólo era el Campeón de Alto Mando, si no también muy buena persona, lo cual es más brillante aún.

Cruzamos la puerta y entramos en la sala del tercer oponente del Alto Mando, Lance enseguida se fijó en Ágata que yacía aún dormida en el suelo. ¡Lo había olvidado!. El Campeón enseguida mostró una preocupada expresión y corrió hacia ella.

Lance: ¡Ágata! ¡ÁGATA! ¡¿Qué te ocurre!

Al llegar donde se encontraba se agachó para atenderla y yo salí disparada de la sala pues sabía que de esa no me libraba, para colmo los fantasmas de Ágata estaban lógicamente mucho más enfadados que antes y comenzaron a perseguirme. Lance, que sujetaba la cabeza de Ágata con las manos, debía de estar alucinando; Ágata en el suelo y yo corriendo como una loca huyendo de sus fantasmas, no había quien lo entendiera.

Salí disparada de la sala y atravesé con rapidez las dos salas que me quedaban pues ni Lorelei ni Bruno se encontraban en ellas y llegué a la zona previa a las salas del Alto Mando donde se haya el Centro Pokémon con la enfermera y el Guardia.

Guardia: ¿Qué tal le ha ido?

Silvia: Bien, bien... Bueno, mal... He perdido...¡Perdón, pero es que tengo prisa!

Y seguí corriendo hacia la Calle Victoria ante la estupefacción del Guardia y la Enfermera.

Metí a Cleffa, que continuaba agarrada a mi pernera y a Abra, que permanecía en mis brazos, en sus respectivas balls y sin parar de correr llegué a la oscura Calle Victoria... Ahora sólo tenía que seguir el camino que había hecho para llegar hasta allí y me encontraría en la puerta de entrada de Meseta Añil... Con un enfadadísimo guardia. Preferí no pensar en eso de momento, concentrarme en seguir correctamente el camino de vuelta y estar atenta ante los pokémon salvajes.

Cesé de correr y continué el trayecto andando con rapidez, sólo se oía el ruido de mis pasos debido al gran silencio que reinaba en esos momentos.

De pronto noté como alguien agarraba mis brazos bruscamente, los ponía en mi espalda y como otra mano me tapaba la boca con fuerza. Durante un segundo me quedé de piedra, pero enseguida reaccioné agitándome violentamente de forma que quien me sujetaba dejó de apretarme con tanta fuerza y aproveché para darme la vuelta y abalanzarme con rabia contra mi agresor, propinándole fuertes patadas.

Casi al instante recibí lo que me pareció ser una descarga eléctrica que me hizo desplomarme en el suelo, aunque no llegué a perder la conciencia. A pesar de eso, no podía moverme del sitio, mis músculos no reaccionaban, pero podía contemplar a mi agresor; un joven vestido totalmente de negro, con la cara oculta por un antifaz y un gorro. Lo más llamativo de su ropa era una enorme "R" de color rojo que llevaba en la parte superior del tronco.

Me miraba con una malvada sonrisa, y de pronto me percaté de que a mi alrededor habían aparecido un montón de personas vestidas igual que él, me habían rodeado y todos me miraban con la misma sonrisa malvada...

Rocket 1: ¡Levantadla!

Rocket 2: ¿Qué hacemos con ella?

Rocket 1: ¡Registradla! Y si encontráis alguna pokéball robádsela.

Rocket 2: ¡Entendido!

Me levantaron entre dos y ahí me di cuenta de la presencia del simpático entrenador que había conocido antes en la misma Calle Victoria, el pobre estaba retenido por uno de los Rocket, de la misma forma que habían intentado retenerme a mí; con los brazos en la espalda y la boca tapada. Tenía una expresión de angustia en el rostro, parecía estar a punto de llorar, pobre... Yo todavía estaba medio atontada por la descarga.

Me apoyaron violentamente contra la pared y comenzaron a registrarme, no llevaba cinturón con pokeball, así que optaron por mirar en mis bolsillos... Y claro, acabaron sacando de ellos caramelos, cromos, figuritas, calcomanías, bolígrafos, papeles...

Rocket 2: ¿Pero qué demonios significa esto? .

Rocket 1: ¡Dinos ahora mismo dónde tienes tus pokéball! ¡Sabemos que tienes muy buenos pokémon! ¡A Meseta Añil solo vienen los mejores entrenadores! ¡Así que dánoslos por las buenas si no quieres tener que dárnoslos por las malas...!

No le dio tiempo a terminar la frase. En aquel momento lo que vi fue una especie de meteorito cayendo con una fuerza arrolladora sobre la mayoría de los rocket, creando una cegadora iluminación y enviándolos por los aires a varios metros de donde nos encontrábamos. Los únicos que se libraron fueron los dos que me estaban registrando, el que sujetaba al rockero y el rocket que estaba al lado de este.

Los que quedaban en pié alzaron atónitos la vista hacia arriba, con lo cual hice lo mismo y a pesar de mi vista miope y el estado de atontamiento en el que me encontraba distinguí lo que yo creía que era Lance en su Dragonite, lo cual a los pocos segundos fue confirmado gracias a la exclamación que lanzaron los rocket que permanecían de pié; "¡LANCE!" y enseguida comenzaron a correr con intención de huir, pero Ágata les salió al paso, apareciendo frente a ellos rodeada de sus siniestros fantasmas.

Frenaron en seco y se quedaron mirando a Ágata con expresión de quien ha sido pillado haciendo alguna trastada y luego miraron hacia el resto de sus compañeros que se estaban empezando a incorporar. Pero enseguida reaccionaron y comenzaron a lanzar pokeball al aire para liberar a sus pokémon del interior y comenzar una batalla. Los pocos rocket que habían conseguido incorporarse del todo hicieron lo propio y comenzaron a aparecer decenas de pokémon de muy diversos tipos dispuestos a atacar.

Pensé que el Dragonite de Lance lanzaría otro hiper rayo desde el aire, pero en lugar de eso descendió hasta el suelo, ante la sorpresa de los rocket, de forma que Lance pudiera bajar de él y acercarse al rockero que estaba de rodillas en el suelo con las palmas de las manos apoyadas en el mismo y la cabeza gacha.

Rápidamente le agarró y le subió a su Dragonite para ponerle a salvo y justo mientras se subía él también, varios pokémon de los rocket lanzaron sus ataques al mismo tiempo y lo que es seguro es que uno de esos ataques fue autodestrucción, pues se oyó una tremenda explosión a la que siguió una gran onda que barrió a los que estábamos ahí, rockets incluidos, haciéndonos elevarnos del suelo.

Ni siquiera había terminado de caer, cuando note que unos fuertes brazos me agarraban impidiendo mi caída, mantuve los ojos cerrados fuertemente un largo rato, pues el atontamiento que llevaba de antes sumado a la fuerza de la onda expansiva (aunque no me había pillado de pleno, menos mal) me había dejado en muy mal estado, aun así podía notar como era desplazada de un lado a otro por quien me sujetaba.

Por fin abrí los ojos. Lo primero que vi fue a Ágata, en medio de todos los rocket y sus pokémon dándoles una soberana lección con sus fantasmas y al alzar la vista hacia arriba, a Lance montado en su Dragonite junto al rockero que se agarraba fuertemente a él.

Giré la cabeza para ver a quien me agarraba a mí; ¡Era Bruno:O, me di cuenta de que nos encontrábamos en la cabeza de un enorme Onix. Bruno miraba seriamente el combate, atento por si en algún momento se necesitaba de su intervención. Poco tiempo después, todos los rocket estaban fuera de combate y los fantasmas de Ágata volaban alegres y victoriosos alrededor de ella. El Dragonite de Lance descendió de nuevo al suelo y el Onix de Bruno apoyó la cabeza en ídem para que Bruno y yo pudiésemos bajar.

Lance bajó de Dragonite y luego ayudó al rockero a bajarse, Bruno bajó de Onix y ya por fin me soltó, depositándome en el suelo.

Lance: ¿Estáis bien?

Rockero: Ss... sí... +

Silvia: Sí, bueno...

Ágata: Has recibido un buen golpe, niña...

Silvia: Sí... Más la descarga que me han soltado antes...

De pronto apareció Lorelei como de la nada, caminaba patosamente y llevaba un aspecto magullado y desarreglado. Al llegar donde nosotros miró un poco sorprendida el panorama; un montón de rocket por los suelos... Luego nos miró a nosotros.

Lance: ¡Lorelei! ¿Dónde te habías metido?

Ágata: ¿Dónde has estado? ¡Menudo aspecto traes!

Lorelei: Vengo de la escuela Pokémon de Ciudad Verde.

Bruno: ¿De la escuela Pokémon de Ciudad Verde? ¿Qué hacías ahí? o.O

Lorelei: Esa es muy buena pregunta... La verdad es que no me lo explico... lo único que recuerdo es que yo me encontraba en mi sala, a punto de tener un combate contra una entrenadora y de repente estaba sentada en un pupitre rodeada de niños que me miraban atónitos. ¡En cuanto me han visto han empezado a perseguirme como locos! Me he tenido que subir a un pupitre para que no me tiraran al suelo. o.O

Ágata: ¿Qué? ¡Pero que falta de respeto a un miembro de la Élite!

Bruno: ¿Y no había ningún profesor que controlara la situación?

Lorelei: Sólo había uno que lo único que hacía era decir a los alumnos; "¡ESTAIS MAJARAS! ¡ESTAIS PA'LLÁ!" y cuando me ha visto encima del pupitre me ha dicho; "¡Y tu también, estás majara! ¿Cómo se te ocurre aparecer aquí de repente?¬¬" le he contestado "Un poco de respeto por favor, que soy Lorelei, del Alto Mando" y me ha dicho; "¿Qué quieres? ¿Qué te aplauda?¬¬"

Ágata: Ya no hay respeto ni por los miembros de la Élite ¬¬

Bruno: La gente de Ciudad Verde tiene fama de ser bastante traviesa e irrespetuosa.

Lorelei: He tenido que salir de allí corriendo y me visto perseguida por una oleada de alumnos histéricos que me pedían autógrafos, había un hombre con el pelo azul pegando gritos fuera de sí, pero nadie le hacía caso...

Silvia: (Por lo bajo) Pobre Tasuke... XD

Ágata: Menudos monstruitos...

Bruno: Casi peores que estos rocket, ¿Eh?

Lorelei: ¡Parece que vosotros por aquí tampoco os habéis aburrido! A juzgar por el aspecto de Lance los rocket se han esmerado esta vez... XD

Lance: ¿Qué? ¡Ah! ¡No! Aunque parezca mentira mi penoso aspecto no se debe a los rocket... ¬¬ (me mira de reojo)

Lorelei: ¡Ah! ¿No? (De pronto se fija en mí) ¡Oye! ¡Tú eres la entrenadora con la que iba a librar un combate antes de aparecer en Ciudad Verde!

Silvia: ...

Lance: Me estaba imaginando que tú tenias algo que ver con eso... ¬¬

Bruno: ¡A mí me has engañado! ¡He ido hasta el gimnasio de artes marciales de Azafrán y no ocurría nada! . ¡Menudo ridículo me has hecho hacer!

Silvia: ...Pfjijijiji..XD

Lance: ¡Muy bien! ¡Encima ríete! ¿Me puedes explicar que hacía Ágata dormida cuando hemos salido de mi sala? ¬¬

Ágata: Me ha engañado vilmente diciendo soberanas tonterías sobre su pokémon. No sé como he podido acabar haciéndole caso... ¬¬

Los cuatro me miraban con profundo enfado, el rockero me miraba sin poderse creer lo que estaba oyendo y mientras los rocket continuaban en el suelo. Con ese panorama se encontró la policía cuando apareció, les acompañaba el guardia de la entrada de Meseta Añil, que luego me enteré de que había sido atado y amordazado por los rocket para que no fuera un obstáculo entrar a la Calle Victoria, con razón no había sido nadie avisado de mi entrada ilegal, los rocket debieron de llegar justo después de mí y atacaron al guardia... Y justo cuando yo me adelante al rockero para llegar lo antes posible frente al Alto Mando le atacaron a él... Pues si que habían estado tiempo esperando en la Calle Victoria...

Fin del capítulo 6