Disclaimer.- Ver capítulos anteriores. Ni tengo trabajo aún, así que no gano dinero, ni tengo el cerebro de la mejor escritora contemporánea que ha producido Escocia, que ya tiene que ir pensando en una linda forma de revelar el título del libro 7¿no les parece?

Aviso:

SI DESPUÉS DE ONCE MESES NO HAN LEÍDO HBP, YA NO ES MI PROBLEMA.

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Fic: El viaje de los Horcruxes

Capítulo 10: Lo que dijo Hagrid.

Por: Lunis

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En aquellos días en la madriguera, luego de la muerte de Arthur Weasley, lo habían hecho muy a menudo: cada uno por su lado salía, se encontraban en el jardín y caminaban largo rato en silencio, simplemente haciéndose compañía. Luego de un rato regresaban a la casa; Ginny se adelantaba un poco y entraba primero, Harry suspiraba antes de cruzar el umbral de la puerta y todo volvía a la normalidad. Estas salidas espontáneas le servían a Harry para tener algo a que aferrarse, así no pudieran seguir juntos, como en Hogwarts, al menos sabía que ella estaba allí. Era como el niño mendigo que no puede comprarse el dulce de la tienda, mas se conforma con ir a contemplarlo desde la vitrina todos los días.

Aquel día había dejado a Ron y Hermione discutiendo algo sobre una lechuza y lo que sonaba a "Vicky Krum" en la habitación del primero, había bajado al ver desde la ventana a Ginny en el jardín trasero, de pie sobre la nieve. Una vez abajo, Harry le toco el hombro, ella volteó y le dedicó media sonrisa. Avanzaron en dirección al campo donde usualmente jugaban al Quidditch. Ginny se veía fastidiada por algo. De repente, la pelirroja se sentó sobre una banca que había a la sombra de un sauce llorón, había comenzado a nevar. La muchacha suspiró mientras Harry se sentaba a su lado. Ginny tomó uno de los extremos de la bufanda de Harry (una de las de Hogwarts) y comenzó a jugar con los flecos rojos y amarillos. Harry estaba seguro de que algo le estaba molestando bastante y sabía que tenía que ver con el hecho de que se marcharían al día siguiente. Mientras seguía jugueteando con los flecos, Ginny le lanzó una mirada que decía claramente "Me revienta que te vayas otra vez".

Sin pensar en lo que estaba haciendo realmente, Harry recordó algo que alguien le había enseñado a hacer mucho tiempo atrás, quizás en el jardín de niños, quién lo sabe. Tomó varios de los flecos de la bufanda, los separó por colores y comenzó a trenzarlos hasta que tuvo dos pedazos: uno más largo que el otro. Sin pedir permiso, tomó la mano de Ginny, midió el pedazo corto al rededor del anular izquierdo y lo ató, lo separó a un lado y repitió el proceso con el pedazo mas largo en su propia mano. Sacó la varita y quemó los extremos para que no se deshilachara.

Ginny había observado el proceso con aprehensión, como tratando de adivinar que era lo que hacía, fuera lo que fuera, definitivamente era algo muggle. Harry le sonrió, la miró a los ojos y se señaló a sí mismo "yo"; puso la mano derecha sobre el pecho, "prometo"; señaló a Ginny, "a Ginny"; le tomó la mano izquierda nuevamente, esta vez con más delicadeza, le puso el anillito de lana lentamente, "Cuando vuelva".

La mano de Ginny temblaba ligeramente cuando Harry la miró inquisitivamente, ella le lanzó una mirada determinante y lo imitó: "yo, prometo a Harry", casi le arranca la mano "esperar"; y le puso la cuerdita en el dedo "para cuando vuelvas".

"Cuando Harry volviera" quería decir cuando pudieran estar juntos tranquilamente sin tener que andar mirando sobre el hombro ni tuvieran que preocuparse por magos malvados con ansias de dominar el mundo asesinando a cuanto ser humano se le opusiera. Ginny tendría paciencia y fe en que las cosas saldrían bien al mirar a la cuerdita, y Harry recordaría lo que le esperaba para cuando terminara de cumplir su misión. Un pedacito de lana trenzado de forma muggle ahora significaba para ambos algo más: TODO.

Se levantaron y comenzaron a caminar, tomados de la mano, como no lo habían hecho en meses. Llegando a las madrigueras de gnomos Ginny se adelantó un poco. Se miraron antes que ella entrara. Sabían que nadie necesitaba saber, por ahora, lo que acababan de hacer.

- Harry, Ginny, no los veía desde el almuerzo... -dijo Remus. Todos les dirigieron la mirada.

- Yo fui a dar una vuelta -contestó Ginny, encogiéndose de hombros, se sentó sobre un sillón y tomó del estante una copia de "Transformación Avanzada"

- Y yo fui a tomar aire -contestó Harry, tomando una bolsa de chucherías lechuciles de la esquina y llevándoselas a Hedwig que estaba apoyada en el alféizar de la ventana.

Esta vez, ya no soporto la terrible soledad

Yo no te pongo condición

Harás conmigo lo que quieras bien o mal

Llévame, de ser posible hasta la misma eternidad

Donde perdure nuestro amor

Porque tú eres toda mi felicidad

Llévame si quieres hasta el fondo del dolor

Hazlo como quieras por maldad o por amor

Pero esta vez quiero entregarme a ti en una forma total

No con un beso nada más

Quiero ser tuyo sea por bien o sea por mal

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Ahora que Harry ya sabía del ED, había prometido darse una vuelta de vez en cuando por las reuniones, y a pesar que las prácticas se habían incrementado -a tres por semana, siempre en distintos días para evitar patrones (idea de Dean)- Harry no fue sino hasta la primera semana de febrero, luego de haber destruido el Horcrux-Joyero de Ravenclaw y de que Dean Thomas estuviera de vuelta a la carga.

Y cual fue la sorpresa de Harry al ver en la sala de requisitos de Hogwarts a muchos más de las veinticinco personas que entraron originalmente al cabeza de puerco una tarde hacía ya dos años; para empezar, ya más de la mitad del año de Harry estaba allí, con la misma determinación de antes, también habían caras conocidas: Oliver Wood, grande y musculoso gracias al Quidditch profesional; el resto del equipo de Quidditch que Harry había capitaneado, incluyendo al detestable Cormac McLaggen y a los golpeadores que reemplazaron a Fred y George cuando Harry estuvo en quinto año; Gabrielle Delacour, tratando de robar la atención que cualquiera de los chicos le prestara a alguien que no fuera ella; y, para disgusto de Ron y por consiguiente, incomodidad de Hermione, Viktor Krum, quien lucía una barba tupida tipo chivita."Cualquiera diría -pensó Harry- que parte del ED expuesto en una foto del profeta y el rumor de un secuestro -que de alguna forma se había filtrado a la prensa- harían menos popular la idea de pertenecer a un grupo anti-mortífagos"

Ahora cada uno aportaba ideas para mejorar, y el hecho de que tuvieran a dos estrellas del Quidditch profesional para ayudar los había hecho más ágiles; incluso Neville volaba ahora decentemente en escoba. Harry no dudó en decir que Ginny parecía ser mucho mejor líder que él, mas ella dijo simplemente que seguía sus pasos. Nadie allí sabía lo que ocultaba aquel intercambio "Lo haces bien sin mi", "Igual no te librarás de mí".

Pero ir a ver al ED era solo una de las razones para Harry ir a Hogwarts, como había dicho Dumbledore "... que parezca ir a un sitio. Es una forma tan buena de ocultar tu verdadero destino como cualquier otra".

La hoja de la daga con la que Harry había destruido ya dos Horcruxes se había rajado por la mitad y hermione decía que no aguantaría otro intento más debido a la cantidad de magia involucrada y al efecto corrosivo del veneno que habían estado usando. Conseguir una nueva arma no habría sido tan difícil de no ser porque debían pedirle a Minerva McGonagall, directora de Hogwarts, la legendaria espada de Godric Gryffindor. Ron pensaba que habría sido más fácil pedirle permiso para vagabundear durante la noche por el castillo mientras estaban en primer año, mientras que Hermione insistía en que Harry le contara exactamente para qué la quería y sólo paró cuando Harry, en tono serio y voz grave, le dijo "Le prometía a Dumbledore que nadie más que ustedes dos lo sabría, y si no lo has notado, Ginny aún no lo sabe."

- ¿Y para qué demonios te quieres llevar la espada de Godric Gryffindor, Potter? -exclamó indignada la profesora McGonagall, perdiendo todo rasgo del agradecimiento y amabilidad que había mostrado al recibirlo en su oficina.

- No me creerá si le digo que estoy coleccionando objetos mágicos¿verdad? -dijo Harry, sonriendo.

- Por supuesto que no, -dijo la profesora McGonagall, frunciendo el ceño- me temo que es un objeto de gran valor para esta institución y, a menos que tengas una muy buena razón para pedírmelo, no te lo daré -dijo seriamente, a través de sus labios finos y blancos.

- Pues, precisamente es eso lo que no le puedo decir -Harry miraba algo divertido a la seria cara de la directora, luego se puso serio y continuó- pero no es algo nuevo para usted. Verá, tiene que ver con el profesor Dumbledore -le guiñó el ojo a la pintura que estaba detrás, la cual le devolvió el guiño- y lo que estuvo haciendo el año pasado, y a dónde fuimos el día en que... -Harry aún no podía terminar aquella frase.

- ¡Ah, bueno! -contestó la bruja- entonces pretendes que te lo dé así no más. Y, dime¿Albus también usó la espada para lo que sea que la usarás tú?

- Para serle sincero, profesora, no lo sé, -contestó Harry, sinceramente- pero lo que le puedo decir es que -aquí, Harry hizo una pequeña pausa, para crear un poco de suspenso- estará ayudando a acabar con Voldemort, pedacito a pedacito.

- ¿Qué¿Piensas que vas a lograr con esa espada lo que ni Albus pudo...? -Harry seguía mirando a la Profesora y esta captó el mensaje- ¿T-tt-t-t-tú eres el...?

- Si, pero es mejor si se mantiene como un rumor, al menos por ahora.

- En ese caso, Harry -el tono de voz de la mujer se tornó preocupado y dispuesto a ayudar- llévatelo, aunque no sé que vas a hacer con él. Supongo que pedirte que lo traigas intacto será en vano...

- Como el caldero de queso de Humphrey Belcher, -la pintura de Albus Dumbledore y la de Armando Dippet intercambiaron risitas cómplices.

- Oh, muy gracioso, -les dijo la directora. Se puso de pie y se dirigió hacia la urna donde reposaba la espada. Harry, a su vez, sacó del cinto de su pantalón la daga rajada, donde ahora tenía un porta varita y un porta armas blancas (patentado por los Sortilegios Weasley, cuyas fantásticas propiedades son demasiadas para poner aquí, pero los gemelos se la regalaron en Navidad)- No sería prudente que alguien más note que la espada no está aquí, así que podríamos hacer una copia, -Dijo Harry, poniendo la daga sobre el escritorio y apuntándole con la varita.

- Déjame hacerlo, Harry. Después de todo, es mi especialidad. -le dijo la profesora, y con pequeños movimiento de la varita, aquella daga se transformó en la copia exacta de la espada- ¿Así que usarás la espada de Godric Gryffindor, con la cual el mismo Gryffindor venció en duelo a Slytherin, contra el heredero de Salazar Slytherin?

-Digamos que sí. -Harry, que empezaba a marcharse, se detuvo, dio media vuelta- Si esto acaba pronto, podría contarle la historia.

- Supongo que será una historia mucho más interesante -dijo la directora, con un asomo de sonrisa entre los finos labios- que ir a decirle a hermione Granger que la poción para despetrificarla iba a estar lista, Harry.

- Bastante más interesante, -contestó Harry, sonriéndole.

- Para entonces, te alegrará saber -le dijo ella- el nuevo jefe de la casa Gryffindor será Rubeus Hagrid.

- Me alegro muchísimo -dijo Harry, luego de una milésima de segundo de sorpresa- estará orgulloso.

- Celebrando, querrás decir -le respondió la profesora, a modo de despedida, mientras Harry llegaba a la puerta de la oficina- ahora mismo en el cabeza de puerco, por si quieres saludarlo.

Ya que Ron y Hermione estaban con Ginny, Luna y Neville despidiendo a los ED, es decir, estaban comprobando la comodidad de todos los armarios de escobas y/o limpieza que pudieran encontrar, Harry se puso la capa de viaje y se dirigió a la aldea, ya luego buscaría a sus amigos, que inventarían alguna excusa estúpida como "nos perdimos". En las rejas de entrada, justo debajo de los puercos alados estaba Viktor Krum montando guardia.

- Hola Harry, gusto en vverrte, -le saludó.

- Igualmente, Viktor.

- ¿Y Ron y Herr-mío-ne?

- En el castillo, escucha, voy a la aldea a tomar algo y regreso, debo encontrarme con Hagrid.

- Oh, está vvien entonces.

Harry encontró a hagrid en la barra del cabeza de puerco conversando con el dueño que olía a cabra.

- ¡Pero miren lo que el viento trajo! -dijo el semi-gigante con voz inusualmente baja- No te has olvidado de los viejos amigos ¿eh?

-Claro que no¿cómo has estado, Hagrid? Me enteré de la gran noticia.

- Me parece -se escuchó un gruñido, era el dueño- qué sería mejor seguir su conversación en una de las habitaciones -Harry lo miró aprehensivamente- por si desean más privacidad.

- Er... sí -dijo Hagrid- eso sería mejor... tenemos mucho de que hablar... -luego de susurrar tan bajo, Hagrid dijo en voz potente, que casi retumbó en todos los rincones del pub- Nada importante, claro, sólo para ponernos al día¿eh?

- Síganme -dijo el dueño y ellos lo siguieron hacia una habitación destartalada y pequeña en la que Harry dudaba que entrara Hagrid. Sin embargo, una vez adentro, no sólo entraban cómodamente, si no que tampoco había olor a cabra. Harry esperaba a que el dueño se fuera, sin embargo, este se quedó un momento.

-Sólo quería decirle al señor Potter que mi hermano le tenía mucho afecto, me dejó esto para dárselo unos días antes que se fuera... -le entregó a Harry una caja con un pergamino enrrollado- dijo que sería bueno que lo abriera a solas. Y también debo advertirle que hay alguien aquí que quiere escuchar cosas que no le incumben, pero no lo puedo echar, así que deben tener cuidado... -y salió.

- ¿Aberforth Dumbledore? -pregunto Harry a Hagrid cuando la puerta se cerró tras el anciano.

- Si, -respondió Hagrid- no tiene el carisma de Albus, pero es buena persona¿ves?

- Bueno, -dijo Harry, guardándose en el bolsillo interno de la túnica el paquetito y el pergamino- ¿Cómo van los gigantes?

- Pues, ahora tenemos a dieciséis gigantes aparte de Grawpy, Maxime, que está en su colegio, y yo... es un buen número, creo yo, y Grawpy me está ayudando a civilizarlos ¿ves? creo que ya tiene una novia.

- Me alegro por él. ¿Y quién se encargará del bosque cuando tú estés encargándote de mantener a los traviesos en su sitio?

- Ah, pues hablé con Minerva¿ves? y parece que le ha simpatizado Grawp, así que puede que lo traiga. Además, yo seguiré enseñando Cuidado de las criaturas mágicas... tengo mucho que agradecerle, es una muy buena bruja. Jefe de mi casa¿quién lo hubiera dicho, eh? Mi padre estaría orgulloso.

- Apuesto a que sí... -Harry quería tratar de evitar en lo posible hablar sobre lo que estaba haciendo él, pero sabía que Hagrid no se iba a aguantar.

- ¿Y qué has estado haciendo tú, que ahora es imposible encontrarte? -Harry miró hacia todos los lados y lanzó un muffliato a la puerta. Hagrid parecía algo asombrado por el secretismo.

- Pues, digamos que Dumbledore me dejó algunos deberes y yo los estoy haciendo...

- Vamos, Harry¿te refieres a... ya-sabes-quién?

- Sí. Mira, no te puedo decir exactamente lo que estoy haciendo, pero estoy continuando lo que Dumbledore dejó incompleto y espero que eso sirva. Tú lo conociste¿verdad? en el colegio.

- Ah, sí... él me acusó ¿recuerdas? Yo pensaba que él estaba equivocado. Cuando regresó un día a Hogwarts, Dumbledore dice que a pedir trabajo, ya se llamaba como-ya-sabes... casi no lo reconozco ¿ves? Yo estaba cerca de las rejas... tu padre estaba allí, ahora que me acuerdo, no tendría más de doce años... -ahora Harry escuchaba con todos sus sentidos, sin prestar atención a nada más- apenas si miró cuando pasó por nuestro lado de ida, y de regreso parecía muy enfadado.

- Dumbledore no le dio el trabajo. -añadió Harry.

- Claro que no. Dumbledore ya sabía entonces lo que él era¡Ja! Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras...

- ¿Y... -Harry se preguntó si habría algo más- cómo era quién-tú-sabes en el colegio, Hagrid?

- Ah, Dumbledore siempre me preguntó si me había hecho algo ¿ves, siempre nos encontraba en algún lugar fuera de límites, o cerca de los límites... pero...

- Hagrid... antes de incriminarte¿no te hizo algo?

- Er... no, Harry, eso no me preguntes... yo... no.

- Hagrid, escúchame bien, algo de eso me podría ser muy útil, dímelo, por favor.

- Nunca se lo dije a Dumbledore... Yo me hacía el que no entendía nada ¿ves? no quería dar motivos de sospecha...

- ¿Sospecha?

- Verás... cuando yo estaba en Hogwarts me metía en muchos problemas¿ves? problemas relacionados con criaturas mágicas... así que pasaba mucho tiempo cerca del bosque prohibido. Yo era lo suficientemente grande para combatir con trols¿sabes?

En esas idas y venidas, pude ver lo que quién-tú-sabes le hacía a los demás, los torturaba, les hacía cosas horribles, terribles... er... y luego les borraba la memoria, para que no lo delataran. La mayoría eran nacidos de muggles o de sangre mezclada... por alguna razón, nunca me vio, pero tendíamos a encontrarnos de camino al bosque. Entonces yo me hacía el tonto, el que no veía nada, para que no me hiciera nada. Me daba miedo que si decía algo, él me haría daño. No es que fuera fácil¿ves? no es fácil atacar a un semi-gigante...

El caso es que él parecía usar mis incursiones al bosque como distracción para hacer sus fechorías, era el favorito de casi todos los profesores, menos de Dumbledore, él siempre le tenía un ojo encima, sí. Y un día no puede evitar que me viera. Me amenazó, le dije que no había visto nada, no, y no me creyó. Intentó borrarme la memoria, no lo logró, pero logré convencerlo de que lo había hecho, me llevó a dirección y le dijo al profesor Dippet que había estado intentando traer cachorros de hombre-lobo al castillo otra vez. Y dos semanas después, la chica murió¿ves? el monstruo de Slytherin la mató y yo sabía que no era Aragog¿ves? antes que empezaran los rumores de la cámara de los secretos, Aragog ya me había estado pidiendo que lo deje ir "La bestia está despierta, Hagrid -me decía, el pobrecito, estaba asustado- déjame irme, en el bosque estaré bien" Así se deshizo de mí. Dumbledore me hizo guardabosques y como yo sabía por dónde andaba quién-tú-sabes, así que me mantenía fuera de su camino...

- ¿Y nunca le dijiste eso a Dumbledore?

- Mhmhmh, no. Yo sabía que él me preguntaría, pero nunca le dije nada¿ves? se supone que yo no sé nada de eso...

- Y Vol... -Harry sabía que no era prudente asustar a Hagrid por el momento- Quién-tú-sabes, nunca se dio cuenta que su maldición no funcionó en ti?

- Nop... me parece que se confió.

- ¿Y alguna vez lo viste hacer algo extraño?

- ¿No te estoy diciendo que lo veía torturar a gente para que le hicieran favores y luego les borraba la memoria!

- ¡Shh! Me parece que podríamos estar más seguros en tu cabaña, Hagrid, este lugar ya tiene mucha historia con gente escuchando lo que no debe... además, está anocheciendo y me toca ir a la Madriguera, ya sabes cómo se pone la Señora Weasley si llegamos tarde...

- Sí, bueno, me vendría bien saludar a Ron y Hermione, - Dijo Hagrid. Bajaron, se despidieron de Tom, y se marcharon en dirección al castillo- ¿Están allá arriba?

- Sí. Aunque supongo que nos tomará tiempo encontrarlos...

- ¿Cómo?

- Pues... digamos que aprovechan cada minuto cuando no estoy para... ya sabes... "andar juntos".

- ¡Ja! Pues ya venía siendo tiempo... ¿Y cómo por qué "aprovechan" que tú no estás?

- Pues... porque... ar... No quieren hacerme sentir mal y eso.

- ¿Entonces sigues con esa tontería, Harry?

- No es ninguna tontería, Hagrid, Ginny está en más peligro...

- Son más que tonterías, es basura, Harry. Si Voldemort no sabe aún todos los detalles sobre Ginny¡me como a Fang!

- Hagrid¿Te das cuenta que acabas de decir "Voldemort"? -preguntó Harry, asombrado.

- Mhmhmh, puede ser, pero no cambies el tema, chico. Él ya debe saber exactamente quién es Ginny para ti ¿ves, y los Weasley. ¿Tú crees que no se sabe que te quedas con los Weasley, o que eres amigo mío, o que siempre andas con Hermione y Ron?

- Er...

- Claro que él lo sabe, tiene espías por todos lados. ¿Y crees que el chico Malfoy o Snape no se lo han dicho¡Y la foto que salió en el profeta, eso no fue muy discreta que digamos, Harry!

- Er...

- Y además, el año pasado tú y Ginny andaban juntos a todas partes, no creas que no sé lo que hacías con ella en el lago, mocoso -Harry de pronto se puso muy colorado- ¡Ja¡Cómo si no hubiera visto a todos los que han pasado por el colegio haciendo lo mismo¡Ni te cuento dónde se escondían tus padres¡Y lo que hacían en...!

- ¿Y el punto es...? -interrumpió Harry, bastante azorado, mientras llegaban a las rejas y Viktor les abría.

- Que no tiene sentido que no estés con ella cuando está en igual peligro que si no lo estás ¿ves?

- Ella está de acuerdo... -musitó Harry en su defensa.

- ¡Por que no tiene otra maldita opción! -dijo Hagrid, mientras entraba a su cabaña, Fang se les abalanzó encima con un gran sobre babeado en el hocico- ¡EH¡Deja de mojar eso, fang! -le arranchó el sobre amarillento y lo abrió- Mhmhmh, es de Olympe...

- ¿En serio?

- Si... Las cosas no van bien en Beuxbatons... dice que está pidiendo ayuda a Minerva¡Ah¡Mira pues! Dice que quiere iniciar un grupo con sus estudiantes, como el ED, o algo así...

- ¿Tan mal van las cosas allá?

- Parece que han habido ataques aislados, pero no están seguros de que sea Voldemort... Pero que tontos¿Quién más podría ser? -alguien tocó la puerta de la cabaña- ¿Quién podrá ser?

Hagrid fue a abrir la puerta y eran Ron y Hermione. Durante el resto de la tarde, Harry y los demás tomaron el té, se pusieron al día y charlaron como en los viejos tiempos, cuando ellos bajaban a la cabaña del guardabosque y eran demasiado amables como para rechazar los pasteles duros como rocas que Hagrid les convidaba. Cuando ya estaba casi oscuro, decidieron que ya era hora de irse; Molly Weasley los esperaba, pues al día siguiente era domingo y Tonks y Remus habían dicho que irían también. Los almuerzos dominicales se habían vuelto un buen punto de reunión para los miembros solitarios de la Orden del Fénix o el ED que buscaran algo de compañía o ambiente familiar, lo cual encantaba a la matriarca de la Madriguera... Y también era ideal para enterarse de las últimas noticias antes que llegaran al "Profeta".

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OK, sí, me demoré mucho, pero este mes he estado súper ocupada y no pude ponerlo antes, además… el final no me convence… el siguiente capítulo estará interesante y doy Gracias a Dios que hice un cuadro con todo lo que sucederá o si no… estaría frita.

En otras noticias, me va bien con lo del futuro trabajo y espero que todo siga saliendo bien y de una vez me contraten, aunque eso significaría menos tiempo para el fic, pero cuando mi mente está ocupada y tengo menos tiempo es cuando mejor me salen los fics. Los lectores más antiguos saben que es verdad.

Bien… la lista de canciones saldrá en mi blog… o mejor dicho, en alguno de mis blogs. Actualizo tres, los tres son exactamente iguales y los subo los jueves, pueden chequearlos, abajo les dejo las direcciones… Uno es de mi deviantart, allí cuelgo mis fanarts; o en mi blog, el que ya conocen; y también en my space, desde donde pueden encontrar todo sobre el Wizard Rock.

Bien, entonces nos vemos la siguiente vez, que, para serles sincera, no tengo idea de cuando será.

Lunis.

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