¡Hola! Gracias a los reviews de tres amables personas, he decidido continuar mi fic. Ahora si, viene la verdadera historia.

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Capítulo 2. Un secreto revelado. Una visita inesperada.

La campana había sonado después de un largo y molesto periodo de 40 minutos en los que la señorita Ave no había hecho otra cosa más que hablar y hablar sobre los proyectos de la feria de ciencias. Mientras los alumnos abandonaban el aula, ella daba su última recomendación:

- ¡No olviden que los trabajos deben presentarse dentro de dos semanas, así que no lo dejen todo para el último momento!

- ¡Dos semanas! – Cindy obviamente seguía molesta. Aunque "molesta" sería muy poco para describir su furia – ¿Cómo aguantar dos semanas trabajando con ese sabelotodo de Nerdtron? Aún no lo puedo creer. Todo esto tiene que ser planeado.

- Relájate, amiga – Libby hablaba tranquilamente, escuchando en su Discman un CD que al parecer se llamaba "DJ Jam Revolution" mientras se dirigían al área de los casilleros – ¿Qué tan malo puede ser? Además – añadió en tono pícaro – a mí se me hace que estás más que feliz por trabajar con él, ¿no es cierto?

- ¿De que hablas? – Cindy fingió sorpresa, pero su voz se entrecortaba por el nerviosismo.

- No te hagas a la loca. Vamos, admítelo. Sé que te gusta. Podrás engañar a todo el colegio, podrás engañarlo a él, pero a mí no. No señor, para mí esta más claro que el agua que Jimmy Neutron te gusta.

- ¿Qué? ¡No! Debes estar bromeando. ¿Gustarme él a mí? ¿Qué te hace pensar eso? – Trataba de mantener un tono de voz firme, pero sonaba dubitativa por los nervios. Apenas había logrado digitar la clave de su casillero, y no podía abrirlo porque sus manos comenzaron a sudar. No podía hacer nada. Había sido descubierta por completo.

- Cindy... – Apoyada en el casillero de la niña rubia, Libby la miraba con un gesto de reproche.

- Ay, bueno, yo… ¡esta bien! Creo que sí me gusta… algo, un poquito – otra mirada de reproche la obligó a seguir – ¡bueno, sí, me gusta mucho! ¿Estás contenta ahora?

- Muchas gracias – dijo Libby, apagando su Discman cuando tocó el timbre de entrada a la siguiente clase - ¿ves que no costó tanto admitirlo?

Cindy tan solo guardó silencio. Un secreto que tan celosamente había guardado acababa de ser descubierto. Pero lo bueno era que sólo su mejor amiga lo sabía, ¿o no era así?

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A las tres de la tarde había tocado el timbre para la salida. Como era viernes, los chicos salían a toda prisa de sus cursos para, por fin, salir a disfrutar del fin de semana. Especialmente uno de ellos, un chico de cabeza enorme y peinado extraño, salía a toda prisa del colegio. A pesar del disgusto que le había ocasionado quedar como compañero de Cindy para la feria, nada podía arruinar su alegría en ese momento. Sus padres iban a darse unas pequeñas vacaciones de 15 días, y esa misma tarde iban a partir para conocer Europa. ¡Dos semanas con la casa entera a su disposición! No podía pedir nada mejor. Ya quería llegar para que sus padres se despidieran y el se quedara solo, sin supervisión, con una libertad inmensa por delante.

- ¡Apúrense chicos, no hay tiempo que perder!

Detrás de él venían dos chicos de su edad, uno pelirrojo que usaba unos vistosos lentes, y otro que llevaba con orgullo en su camiseta un dibujo de Ultralord, su máximo héroe. Ambos trataban de seguirle el paso pero les era imposible.

- ¿Ves que cuando quieres puedes correr rápido, Jimmy? ¡Solo es cuestión de motivación! – decía el chico de pelo castaño oscuro.

- Solo lo hago porque lo amerita la ocasión – dijo con firmeza - ¡Carl, apúrate!

- ¡Allí voy! ¡Espérenme!

Llegaron a la casa de Jimmy cuando sus papás, sacaban dos maletas y las metían en la cajuela del auto. Su mamá los recibió y los detuvo frente a la puerta para despedirse de ellos.

- Jimmy, pórtate bien, cariño – decía mientras le daba un beso en la mejilla – Recuerda que estaremos fuera dos semanas. No dudes en llamar si sucede algo, y cuida bien la casa. Adiós, Carl, Sheen, ¡diviértanse mucho!

- Si, si, lo sé. ¡Adiós mamá, adiós papá! – Jimmy no podía esperar a que se marcharan. Tenía una lista de cosas que quería hacer sin que ellos estuvieran sobre él todo el tiempo, y no perdería ni un segundo más.

- ¡Hasta luego Jimbo! – dijo su papá, y su mamá agregó – ¡y no te olvides que tu prima vendrá a cuidarte!

De repente, todo el entusiasmo de hace dos minutos se le vino al suelo - ¡¿Qué! ¡Pero pensé que me iba a quedar solo! ¡Papá! - protestó, buscando una poco de ayuda, un pequeño consuelo.

- Lo siento Jimbo, pero es por tu propia seguridad que te quedes con alguien – dijo su papá.

-Tu prima vendrá de visita a Retroville y ella se ofreció para quedarse contigo y ver que todo esté en orden – continuó su madre - Todavía no eres lo suficientemente grande para que te quedes solo y sin supervisión.

- Pero no me dijeron nada…

- Nada de peros, jovencito – lo cortó su mamá – ¡No puedo creer que pensaras que estarías solo dos semanas! Dentro de tiempo podrás quedarte solo. Pero ahora no. Además, estarás con tus amigos. Trata de divertirte.

En ese momento, e interrumpiendo la discusión, una chica de tez blanca y cabellos oscuros llegó en un taxi, y bajó de él llevando una maleta y un pequeño bolso. Sus ojos azules, como los de Jimmy, brillaban vivazmente. Tendría unos 18 años, pero al verla llegar, aparentaba la picardía de una pequeña niña de 7. Corrió en dirección hacia la casa de los Neutron, y abrazó calurosamente a los padres de Jimmy.

- ¡Tía Judy, Tío Hugh, hace mucho tiempo que no los veo! – exclamó, mientras Carl y Sheen miraban embobados a la simpática recién llegada y Jimmy se limitaba a entornar los ojos.

- Frankie, que gusto nos da verte de nuevo – dijo el señor Neutron – recuerdas a Jimmy y a sus amigos, ¿no es verdad?

- Así es – dijo, y se dirigió a los chicos, casi en un susurro – les prometo que nos divertiremos mucho.

Carl y Sheen no pronunciaron palabra. Seguían embobados, perdidos en su mirada. Jimmy apenas pronunció un "lo dudo mucho", casi inaudible.

- ¡Oh Dios, Hugh, mira la hora! – exclamó su mamá – Será mejor que nos vayamos. ¡Adiós chicos!

- Adiós, si…- dijeron Carl y Sheen, sin salir de su trance. Jimmy, más que enojado, no dijo nada.

Sus padres se subieron al auto y partieron cuando aún no daban las 3: 20. Era increíble pensar como una situación podía cambiar tan drásticamente en menos de media hora.

- Muy bien chicos, adentro – dijo Frankie, conduciéndolos hacia la casa, con una hermosa sonrisa en su rostro.

Jimmy se quedó afuera, solo, enojado y pensativo. ¿Acaso estas dos semanas se podían poner peor?

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Bueno, ¿que tal? me esforcé mucho y aquí lo tienen. Espero que cumpla con sus expectativas, y que si tienen alguna duda, sugerencia o simplemente algo que decir me lo hagan saber por medio de un review.

Nos vemos en el próximo capítulo!

Claudy SGS