Capitulo 4: "Seguimientos"
Hideto Takarai parecía estar en un lugar que no le correspondía, vigilando a una muchacha que conocía demasiado bien como para volverse un inseguro y dudar de sus estrategias. Por las noticias comenzaban a hacer un recuento de asesinatos alrededor de la ciudad desde hace un año, y todos daban con solo una base: Maiko Usami.
-No puedes estar viendo esas noticias!-Alegó apagando la TV y sentándose frente a él, viendo como abrazaba una almohada.-Has estado cuatro días conmigo y no ha pasado nada, no se porque sigues aquí, si no haces mas que molestarme. Gackt esta enfadado!
-Así fue determinado, hasta nuevo aviso.-Contesto encendiendo nuevamente el televisor.
-ey!
-"Se informa que a lo menos cuatro familiares de Usami Maiko han sido asesinados, de ellos, 10 cercanos han sido identificados las ultimas horas como importantes claves para un circulo cerrado de misterio y persecución.
-Cuando encontrare a mi padre?-Pensó en voz alta, exigiendo en su mirada una respuesta que ni siquiera Hideto pudo inventar.
-Tengo que salir.-Dijo repentinamente esperando que terminara de suspirar.
-¿A dónde?
-A respirar, esto de ser tu amante es un trabajo difícil.
-Y sigues con eso?
Los familiares de la joven estaban en la otra sala escuchando la conversación a lo cual Hideto solo pudo agacharse ante la joven y robarle un dulce beso.
-Te veo mas tarde, y no hagas cochinadas con tu novio legal.
-Cállate.
Siguiendo los mandatos que le llegaban a su teléfono privado Hideto Takarai abandono el edificio del parque central, de unos 20 pisos de altura, y camino en línea recta hacia donde el cielo se nublaba. El horizonte parecía distorsionado, y su idea negativa del presente una enredada discusión privada. Los involucrados en el tema le esperarían en la calle mas oculta de la ciudad, donde una espesa oscuridad los envolvía. No había que ser un genio para tener que lidiar con personas de esa categoría. Sus cigarros eran la bienvenida pacifica para la conversación, los saludos formales quedaban a un lado, y frente a su cuerpo delgado, la mirada y el humo saliente de sus bocas formaban señales que atender.
-¿Tienes el dinero?
El primer hombre avanzo y le alcanzo un maletín de cuero negro. Su interior contenía algo muy valioso que escondería fielmente hasta que fuese necesario. Su mirada se clavo entonces en las cuchillas que llevaba firmes en su cinturón y un movimiento repentino los alerto.
-Quiero que lo mantengan vigilado, es posible que Maiko Usami este cerca de él.
-¿Y tú?
-Yo estaré todo lo necesario a su lado.
-¿No sospecha?
-Gackt Camui sospecha de mí, pero no lo suficiente como para incriminarme.
-¿Qué hacemos con el padre de la chica?
-Mañana, antes de la media noche lo veré, y díganle que piense muy bien sus movimientos porque no se dará cuenta cuando estas cuchillas estén clavadas en su pecho y me vera, sonriendo victorioso.
La mirada de este hombre era inquietante. Hideto Takarai era considerado un hombre peligroso dentro de cualquier rango. No se sabía exactamente para quien trabajaba, pero si se estaba claro que sus objetivos eran poderosos y que cumplía las amenazas al pie de la letra, Maiko Usami pronto sabría de lo que eran capaces los hombres, sobre todo, aquellos que en fe de su imagen serena escondían un demonio.
-Amor…
-Maiko…como estás?
-Bien, Te extrañe demasiado, toda la noche!-Dijo uniéndose a él en un fuerte abrazo mientras Hideto Takarai les observaba con grandes ojos sentado en el mismo sillón en que durmió.
-¿Estuviste sola, sin compañía?-Pregunto mirando de reojo al otro sujeto.
-Claro! Como puedes pensar otra cosa, Gackt! Eres detestable.
-Lo siento, pero ya sabes que no confío en los cara de niños.
-Mira tú, quien lo dice…-Murmuro Hideto sintiéndose amenazado.
-¡Hoy te quedaras conmigo?
-Si, hoy sí, aunque de todas formas debo hacer algunas diligencias.
-Pero si hoy no trabajas! Es sábado!
-Pero tengo negocios que atender.
La mirada de Hideto se clavo en él atento a sus palabras, expresiones y movimientos que pudiesen darle alguna clave de lo que significaban sus palabras, y siempre hallaba el signo de alarma para comenzar un delicioso plan, que así le llamaba saboreándose la victoria. Sus ojos chocaron y pareció arder la habitación con deseos inagotables de un cometer un crimen¿Pero quien de los dos lo haría primero?
-¿Han sabido algo de tu padre?-Pregunto recostándose en su cama para descansar.
-No, en la mañana llamo uno de los detectives para ver si todo marchaba en orden.
-¿Y que le dijiste?
-La verdad, que desde que el señor Takarai está conmigo nada malo ha pasado.
-¿Y que puede hacer ese enano por ti? Nada útil, está claro de que él nada ha hecho.
-Shh, no quiero que peleen.
-Pero si estamos en tu alcoba…no escuchara…ven…no escuchara nada.
Hideto no era tonto, estaba cerca de la puerta con un pequeño transmisor que coloco en su oído para escuchar lo que hablaban, y lo cual ciertamente lo dejo helado, puesto que lo menos que hacían en ese momento era hablar, solo articulaban palabras cortas que mas parecían gemidos y gritos de angustia. Sintió entonces que no debía esperar a que dijeran algo secreto para intervenir, se aparto amablemente de la puerta, se guardo el micrófono en el bolsillo y salió del departamento para refugiarse en la azotea donde armaría su nuevo gran plan.
-Mañana es el gran día, prepárense.-Dejo caer un cigarro encendido el cual quedo detenido en el Balcón de la habitación de Maemi, quien en ahogos interminables expresaba su mayor emoción a su querido novio que no podía sacar de su mente la idea de que Hideto Takarai estaba a punto de colocarle una trampa.
Maemi despertó abrazada de Gackt, sintiendo su peso sobre su cuerpo y el aroma tibio a sudor que emanaba de ellos. No sabia que hora eran, pero el cielo se había tornado de un naranjo tan profundo que le hizo sonreír con gratitud para abrazar con fuerza a quien ahora se despertaba del maravillo sueño.
-¿Cómo estas?-Pregunto él mirando fijamente sus labios para besarlos con suavidad.
-Bien¿Y tu?
-Un poco agotado, pero sobreviviré.
-Que bien.
-¿Qué hora es?
-No sé…debe ser tarde, mira el cielo, esta hermoso.
-Si, debo vestirme, tengo que salir.
-¿A esta hora?
-Iré a hablar con uno de mis amigos para que me cubra mañana.
-Pero eres el jefe.
-Pero el jefe tiene que hacer su trabajo, volveré para dormir contigo, de acuerdo?
-Pero no tardes, por favor, la última vez no llegaste.
-Prometo que llegaré, no te preocupes, te traeré un regalo, De acuerdo?
-De acuerdo.
Hideto vio desde el último piso salir a su contrincante apresuradamente en su auto hacia quien sabe donde, inmediatamente quiso ir tras él, pero no tenía una salida más rápida que el barandal que dirigía el agua lluvia desde la azotea hasta el primer piso.
-Si no hay mas remedio…
Salto desde el último piso hasta el primero, afirmándose al barandal con todas sus fuerzas hasta llegar a suelo firme con las manos heridas, pero a tiempo para seguir a Gackt Camui. Su mente no procesaba el dolor de su cuerpo, se limpio las manos con un pañuelo que guardaba en el bolsillo de su chaqueta y tomó un auto estacionado en frente del hotel para seguir a Camui antes de que se escapara de todos sus radares.
El seguimiento se efectuó con tranquilidad, Gackt no se había percatado hasta pasado los 10 minutos cuando el automóvil azul oscuro dio una vuelta brusca en una de las esquinas de la gran avenida de la zona central para seguir a toda velocidad su camino muy cerca de su objetivo.
-Diablos, ese sujeto me esta siguiendo. ¿Qué hago?
Giro a la derecha, prosiguió unos 50 metros y volvió a girar, esta vez en sentido opuesto, siguiendo por la calle angosta hasta poder entrecortar el camino girando nuevamente hacia la izquierda y continuando con su camino sin detenerse. Estaba demasiado nervioso, perturbado con la idea de que pronto lo extorsionarían y dejarían atrapado sin escapatoria, estaba pensando muy detenidamente que lo mas importante en ese día sería librarse de quien era su peor enemigo.
-La desesperación lleva al agotamiento y el agotamiento lleva a la caza...sigue así, Camui y en pocas horas serás hombre muerto.
-¿Quién es?
El teléfono Móvil de Camui comenzó a sonar en medio de la persecución, el numero era desconocido pero la risa siniestra tras él le daba la idea de quien podría tratarse.
-¿Nervioso, Don Gackt?
-¿Qué quieres?
-Ahora mismo Te están siguiendo, si logras escapar él no te matará.
-¿Cuánto quieres para dejarnos tranquilos?
-No es la cantidad la que me interesa, si no ella…
-No te le vas a acercar.
-Ten cuidado con quien esta cuidándola…puede lograr que se vuelva en tu contra y estarás solo.
-Dime tu precio para que desaparezcas!
-Mi precio es su vida…pero no de mis propias manos.
Freno de improvisto en una de las calles de los suburbios, las ruedas dejaron su marca en el pavimento, su terno estaba arrugado, su frente humedecida por el sudor…el vehiculo perseguidor también se detuvo para enfrentarle.
-Muy bien¿Por qué me sigues?
-Gackt Camui…
-¿Qué quieres?-Pregunto dejando su cabeza por sobre la de él, mirándole con odio y desprecio.
-Nada, nada, es solo que…se te quedo la carpeta de la empresa en el departamento…No querrás extraviar todos estos documentos…
-Muchas gracias.
-Espero que llegues a casa…sin novedad…
-Claro que llegaré, ahora sal de mi camino.
-Como guste, señor…
Camui se fue intranquilo, si bien Hideto Takarai le había llevado la carpeta de trabajo algo andaba mal, no era normal que le persiguiera casi por toda la ciudad por una carpeta donde lo único que habían eran contratos para nuevos trabajadores, algo andaba mal, no confiaba en él para nada, menos ahora que estaba tan cerca de su novia.
-Buenas tardes…
-Buenas tardes, señor.
-¿Alguna novedad?
-Un señor le espera en su oficina.
-¿Quién es?-
-Dice ser el presidente de la compañía Toriyama.
-Con que Toriyama. Estén al tanto, puedo necesitarlos.
-Si, señor.
Cerró la puerta a sus espaldas y vio al presidente de la compañía más importante de oriente sosteniendo una carpeta negra sobre sus rodillas.
-Camui…
-¿Qué ocurre?
-Solo vine a decirle que esperamos que lea bien este contrato. Es el proyecto para los nuevos negocios de este año.
-Ya veo…
-Quiero que sepa que espero que los acepte, porque ya sabe lo que puede pasar si no lo hace.
-Estoy a punto de perder millones¿No cree que sería ridículo de mi parte negarme a esto?
-Sabemos su posición, así que espero que acepte. Por otra parte…tenga mucho cuidado en hacer algo en contra de nosotros…
-No sería capaz…
-Mis hombres le están vigilando, cualquier movimiento imprudente podría costarle hasta la vida.
-No haré nada. Lo prometo.
-Tendremos una reunión el próximo viernes a las cuatro con las empresas importantes, esperamos su participación.
-Iré.
-Hasta entonces.
La puerta se cerró de golpe, los nuevos negocios eran la clave para proteger el futuro de su compañía, pero con el constante fastidio de sus enemigos era casi imposible salir victorioso.
-Señor, alguien desea verlo.
-Hágalo pasar.
-Si, señor.
Esta vez el negocio con la persona que entraría por esa puerta sería para salvar la vida de su propia novia.
-Un Gusto verle de nuevo, señor Camui. Ahora…Entréguenos los contratos y los títulos.
-Pero…
Continuara…….
