Bueno aquí mi nuevo fic espero que os guste este primer capítulo. Como siempre digo este fic esta basado en los personajes de Rurouni Kenshin, del magnifico Nobuhiro Watsuki.

Ying-Yang: Por Misao de Shinamori

Captitulo primero: Cara

Aoshi Shinomori era un hombre apuesto y millonario. Era el hombre que todas deseaban. Era alto, con el pelo oscuro como la noche y sus ojos, eran hermosos, profundos como el océano. Su hermosura era solo comparable con su talento en los negocios.

Desde que era pequeño, siempre se guió por el ejemplo de su padre. Por esa razón estudio empresariales y se graduó con la mejor puntuación y todos los honores, en la escuela de Oxford. Ahora a sus 27 años era un hombre de éxito. Con gran destreza consiguió que la empresa de su padre, la cual dirigía el, se convirtieran en poco tiempo en la mayor multinacional de Japón. Se dedicaba a la informática y tenia varios negocios con empresas de Francia, Australia, Italia y Alemania.

Se podría decir que su vida era perfecta.

Aoshi se encontraba en la ducha, hoy tenia la cita más importante de su vida y quería verse bien. Eran las 7 de la mañana por ello decidió que la ducha fuera de agua fría. En realidad lo necesitaba si no quería quedarse de nuevo dormido.

Tras una gratificante ducha salió y se dirigió a su habitación. La cama estaba desecha pero ya la aria más tarde, ahora tocaba vestirse. Fue al armario y reviso la ropa que tenia. La verdad es que no le hubiera venido mal haber ido de compra. Tenia mucha ropa, pero toda era demasiado formal. Y poco útil para la cita a la que tenia que acudir. Finalmente opto por unos pantalones de color beige y una camisa negra, acompañado de unos zapatos negros. Era primavera y la temperatura le permitiría ir sin chaqueta. Se vistió dejando los primeros tres botones sin abotonar. Últimamente había ido mucho al gimnasio para quitarse tensión de encima y eso consiguió que se le marcaran mas los músculos. En verdad, se encontraba en la flor de la vida.

Din – don

Sonó la puerta. Aoshi observo el reloj que se encontraba en la mesilla. Eran las 8:30.

-Quien diablos será a esta hora de la mañana.

Casi nunca recibía visitas y menos a esa hora.

-Espero que la persona que me moleste tenga una buena excusa para hacerlo.

Antes de la cita tenia que ir a casa de su madre. Últimamente no se encontraba bien y su tía le insistió que fuera sin falta. Como no saliera ya no podría llegar a tiempo a la cita. Cosa que no pesaba dejar que ocurriera. Sea como fuere tenia que estar en el aeropuerto a la 13:00.

Compaso rápido, pero firme se dirigió a la puerta para abrirla. Cuando lo hizo no cabía en su asombro.

-Buenos días jefe. Puedo pasar?

Era una mujer joven de 25 años. Era realmente bella y una de sus mejores empleadas. Media 1´72 aproximadamente, piernas largas y bien moldeadas al igual que su cuerpo, con el pelo castaño y los ojos oscuros como la noche. Una mujer bomba.

-Cara, que haces aquí?-. le dijo mientras la guiaba al salón-. Ocurre algo?

Ella nunca había ido a su casa, la verdad es que ninguno de sus empleados iba. Amenos que el los invitara. Y apenas unos pocos conseguían ser invitados. Solo los más cercanos. La razón que la llevo allí ese día debía de ser importante.

Gracias a su talento y esfuerzo consiguió uno de los mejores puesto de la empresa. Ella era la jefa de la sección de importación y exportación.

-Veras resulta que Shinichi a tenido que largarse al hospital por que su mujer se a puesto de parto-. Dijo toda ofendida-. No es que me parezca mal ni nada por el estilo-. Hizo una pausa-. Pero el muy... bueno a dejado sin hacer el cierre del mes. He intentado localizarte... pero no contestabas... como no presentemos el cierre esta misma tarde. Podríamos perder mucho.

-Cálmate-. Aoshi la miro y sopeso la situación.

-No puedo hacerlo sola-. Su cara le suplicaba ayuda-. Se que eres el jefe y tu no tienes por que hacer esto. Pero todos están como locos para conseguir el mercado de los Estados Unidos y yo apenas tengo tiempo para nada más. Y...

-En primer lugar claro que es mi obligación. Es mi empresa y por lo tanto mi responsabilidad. Bueno, esto será lo que aremos. Empezaremos a sacar las cuentas inmediatamente y lo terminaremos enseguida-. La miro de reojo-. Mi despacho esta en el segundo piso. Primera puerta a la izquierda. Enseguida subo yo.

-Pero señor los datos...

-Tengo todos los archivos en mi ordenador. Los sacaremos de allí.

La chica le dedico la más hermosa de sus sonrisas y se dirigió al segundo piso. "De hoy no pasa, serás mío cueste lo que cueste".

Tras tres horas y media de trabajo consiguieron cerrar las cuentas. La verdad es que les costo más de lo que esperaban. Había recibos que ni Aoshi los había visto y tuvieron que pedirlo a la oficina para que se los mandaran. Todo un lío, pero por fin habían terminado.

Aoshi se sentía agotado. Normalmente no hubiera pasado nada, pero normalmente se preparaba sicológicamente para un día de labor. Con un suspiro de cansancio de apoyo en su sillón y cerro los ojos. Tenia la espalda molida.

-Se encuentra bien señor?

-Si-. Suspiro de nuevo-. Solo tengo la espalda un poco agarrotada nada más-. Puntualizo.

Cara sin decir nada se acercó a el. Se puso a su espalda y comenzó a masajearle. Aoshi peso que no era correcto, pero la verdad es que se sentía muy bien. Esa muchacha tenia unas manos maravillosas. Ella por su parte disfrutaba de poder tocarlo de esa manera. Poco a poco sintió como se iba relajando y entonces decidió atacar.

Sus manos fueron deslizándose suavemente hacia delante. Aoshi estaban a gusto que ni siquiera se dio cuenta. Con grande destreza Cara comenzó a desabotonarle la camisa. Aoshi abrió los ojos, con intenciones de detenerla pero ella fue mas rápida. Delicadamente poso sus labios en el cuello del hombre y lo beso suavemente. El comenzó a ceder.

Lemon (no es muy fuerte; creo)

No sabia por que pero no podía detenerse. Hacia tanto tiempo que o le tocaban de ese modo. Su mente se quedo en blanco.

Cara fue estimulándolo con caricias y besos y consiguió su objetivo. Aoshi comenzó a responder. En pocos minutos ambos se encontraban en el dormitorio de el. Aoshi le besaba con fervor y pasión. Ella recibía sus besos con placer. Con una maestría digna de una profesora consiguió sacarle la camisa.

En esos instantes pensó que se encontraba en el séptimo cielo. Ver aquellos músculos, aquello abdominales. Pensó que era uno de esos pocos hombres que desnudos gana más que vestidos. Era un dios.

El no se quedo atrás y comenzó a desabotonar su camisa. Estaba desesperado por sentirla. Su pasión era tal que la dejo solo con el sostén en un abrir y cerrar de ojos. Con suma delicadeza levanto la cabeza y miro sus senos. Eran abundante y redondos, la perfección. Su rostro fue besando su boca, su mentón, su cuello y por fin sus senos.

Durante unos minutos los saboreo por encima del sostén. Peor eso se convirtió en una molestia; lo arranco de un tirón. Su boca continuo con la estimulación que anteriormente había dado por encima del sujetador. Los pezones de la morena se pusieron duros y erguidos.

Ella cansada de la actitud pasiva que tenia decidió tomar el control. Con un leve empujón se puso encima de su abdomen y comenzó a saborear todo el cuerpo del hombre. Aoshi dejo escapar un gemido de placer. Dios se sentía en las nubes.

Ella bajo asta sus pantalones. Y miro hacia arriba, para encontrar aquellos gélidos ojos azules convertidos en dos llamas ardientes. Por lo tanto le quito los pantalones y los boxer. La erección de Aoshi quedo libre.

Cara pensó que para esas alturas estaría más erecto. Pero ese no era problema, ella lo estimularía más. Con gracia y habilidad comenzó a besar el pene del hombre. Poco después se lo introdujo en la boca. Aquella maravillosa maquina para hacer el amor estaba erguido completamente. Y era maravillosamente hermoso.

Aoshi por su parte no aguantaba más. Tomando el control de nuevo se uso encima de ella y le subió la falda asta la cintura. Al igual que la parte de arriaba, la de abajo termino destrozada. Pero no importaba nada, solo ellos dos.

El oji azul metió uno de sus dedos en el clítoris de la mujer y la estimulo asta que la sintió húmeda y cálida. Era el momento. Se puso encima suyo y la penetro de una vez. El golpe fue duro pero ambos dejaron escapar un gemido de placer inmenso.

Aoshi la volvió a besar con fervor y después se comenzó a mecer. Sus movimientos fueron lentos al principio, pero poco después comenzaron a ser mas rápidos y fuertes.

-Dios... ah ah ah ah... si... Si Aoshi... Dame, dame mas.

Gemía ella y el como un perrito obediente le daba lo que le pedía. En cuestión de minutos terminaron por derramarse el uno en el otro. El placer llego a su fin para dar paso al cansancio.

Fin del Lemon

Agotados por el esfuerzo se quedaron dormidos. El encima de ella y todavía dentro de su cuerpo.

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Era la una del medio día y en el aeropuerto de Kyoto el avión procedente de Estados Unidos había tomado tierra.

Una muchacha de unos 22 años desembarco y se dirigió a recogió sus maletas. Estaba agotada y solo pensaba en acostarse un rato en su cama. Como había añorado su hogar en estos últimos meses.

Por un tema de estudios tuvo que marcharse antes de navidades a Estados Unidos. Paso navidad lejos de sus seres queridos. Fue terrible. La verdad es que gamas se había sentido tan sola. Pero ya había vuelto y esta vez nada le aria abandonar su hogar.

Era una muchacha bella. Tenia unos ojos verdes enormes, llenos de vida y alegría, y una melena larga asta las rodillas. Pese a su corta estatura era una mujer muy bien proporcionada. Muchos hombres se acercaban a ella, pero a ella no le interesaba ninguno de ellos.

-Aoshi dijo que vendría a recogerme-. Una sonrisa se curvo en sus labios-. Querido esposo, por fin podré abrazarte, de nuevo estaremos juntos.

Con una sonrisa tomo asiento y lo espero. No tardaría en llegar.

Continuara...


Bueno que os a parecido? se me acaba de ocurrir y la verdad es que me gusto la idea de hacer este nuevo fic. Pero como siempre necesito vuestras opiniones; para ver si quereis mas capitulos o no.

Para los que os esperabais un Lemon mejor que el que he hecho, mis más sinceras disculpas. No soy muy buena. jeje

besos a todos.