-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. cambio de escena

ºººººººººººººººººººººººº inicio y fin de flash backs

"blablablablablablablabla" pensamientos

(...) comentarios tontos de la autora.

Ying-Yang: Por Misao de Shinamori

Capitulo siete: Tiempos felices

Un grito de alegría inundo la casa de los Himura. Kaoru se sentía tan alegre que le fue imposible guardárselo para ella misma.

-¿De verdad dijo eso?

-Si. Fue tan tierno y cariñoso-. Un tono carmesí cubrió las mejillas de la joven-. Todo volvió a ser maravilloso.

-Misao me alegro por ti-. Su sonrisa se convirtió en duda-. ¡Y ahora?

-No lo se-. Se levanto del sillón-. Quiero estar con el lo amo con todas mis fuerzas-. Dijo mientras observaba por el cristal.

-Pero...

-Pero me gustaría ir despacio y sin prisas.

-Y aquí llega el segundo pero.

-Pero creo que Aoshi piensa que ya todo esta solucionado y todo será como cuando estábamos casados.

-Ya veo. Te quiere con locura. Y seguro que esta muy emocionado-. Dijo "Aunque no se le note la emoción jiji"

-Si...-. Misao estaba pensativa.

ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

La mujer fue abriendo los ojos lentamente, no había prisa. Poco a poco empezó a ser consciente de su situación física. Por un lado se sentía relajada y muy descansada; obviamente había dormido de maravilla. Como no lo hacia desde mucho tiempo atrás.

Por otro lado se dio cuenta de que se encontraba totalmente desnuda, con las sabanas cubriendo parte de su cuerpo. Mientras este le advertía de un peso inusual en los últimos tiempos. Era un brazo. El brazo del hombre que yacía a su lado, también desnudo.

La estaba abrazando con delicadeza, pero con fuerza suficiente como para hacerles saber a todos que ella era suya, y que el era completamente de ella. Levanto la vista para admirar su rostro; era realmente hermoso. Con su pelo alborotado y su rostro lleno de paz.

Con delicadeza comenzó a incorporarse intentando soltarse del agarre. Pensó que seria buena idea preparar algo de comer. No consiguió soltarse, por eso se acerco al oído del muchacho y susurro.

-Aoshi, amor, déjame. Iré a preparar el desayuno. Anda cariño suéltame.

Desde que estaban casados, Misao tenia que ingeniárselas para librarse de el por las mañanas. Si no supiera que Aoshi era humano hubiera jurado que era una lapa o un pulpo.

Al oír la frase, Aoshi la soltó en sueños y se giro al otro lado murmurando algo ininteligible. La muchacha sonrió, siempre le pareció una actitud muy infantil por su parte. La única que tenia y eso la agradaba. Cogió una camisa y se dirigió a la cocina.

ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

-Bueno de todos modos habla con el y díselo.

-Crees que debería. Se le hubieras visto esta mañana, era tan feliz.

-Si. Pero si comienzas de nuevo con el, dejando de lado tus sentimientos. Todo lo que el hizo seria inútil. Además el te quiere y seguro que lo entiende.

-Si, es verdad-. Se giro para dedicar a su amiga la más cristalina de las sonrisas y la más sincera.

De pronto el rostro de su amiga cambio a uno más serio.

-Misao... esto...-. no sabia como preguntarle.

-Que ocurre.

-¿Piensas regresar a la casa?

-...-. Misao miro al suelo y lo pensó.

¿Como regresaría a la casa donde se encontró a su ex con otra mujer? Eso seria imposible.

-No-. Levanto la mirada y kaoru se sorprendió de verla sonreír-. Y me has dado una gran idea.

-¿Yo?-. pregunto asombrada.

-Mira le diré que no puedo irme con el porque la casa me trae malos recuerdo-. Se sentó frente a su amiga-. El lo entenderá. Yo entonces le propondré vender la casa y comprar una nueva. Eso nos dará tiempo, sin que ninguno de los dos sufra por mi indecisión de querer volver a vivir juntos.

-Te recuerdo que el tiene otra casa y tu también. No crees que te propondrá que en ese periodo de compra venta viváis en una de las dos.

-Ahí que ver lo aguafiestas que eres. Yo que ya tenia el plan perfecto-. Kaoru le saco la lengua-. Esta bien le diré la verdad.

ºººººººººººººººººººººººººººººººº

Aoshi abrió los ojos despacio. La luz que entraba por la ventana lo molestaba. Pero se sentía plenamente satisfecho. Entonces algo jalo del gatillo y se incorporo de golpe.

-Misao! -.exclamo con fuerza.

-Estoy en la cocina-. Se oyó la respuesta.

El hombre suspiro como si le hubieran quitado 1000 kilos de la espalda. Temía que lo ocurrido la noche anterior fuera un sueño y que estuviera en la casa de otra cualquiera (si alguna mujer se siente herida por ese comentario, no lo siento Aoshi es para Misao, por lo menos en este capítulo).

Se levantó y se vistió los calzoncillos, después los pantalones y por ultimo... ¿Dónde estaría su camisa?

Miro por todas partes y cuando no la encontró se encamino a la cocina.

-Preciosa as visto...-. la miro.

-Que.

-Nada lo encontré-. Mientras agarraba de la camisa y la acercaba a el-. Buenos días mi amor.

-Que cariñoso de buena mañana. ¿Te a pasado algo bueno?-. pregunto juguetona.

-Me han permitido entrar en el cielo-. La beso suavemente-. En compañía del ángel mas hermoso.

Misao se sorprendió. El nunca jamás le decía cosas tan poéticas, bonitas si, pero poéticas no.

-Vale suéltalo ya.

-El que-. Dijo el asombrado.

-Quien eres y que as hecho con Aoshi.

La miro y hecho a reír abiertamente.

-Soy Aoshi Shinomori y yo no he hecho nada. Todo lo has hecho tu-. La abrazo con fuerza-. Te amo, te amo, te amo y siempre te amare.

-Yo también te amo.

Tras un suculento desayuno. Acompañado de frases hermosas y dulces besitos. Se despidieron.

-Preciosa vendré a buscar tus cosas a eso de las 18:00. Estate preparada.

A Misao no le dio tiempo de reaccionar pues el ya salió por la puerta.

ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

Misao se dirigió de nuevo a su casa ya eran las cinco. Conociendo a Aoshi y su habitual impaciencia con temas que le interesaban, seguro que vendría antes.

Subió las escaleras sin prisa. Y...

-Lo sabia...

-Sabias que, preciosa.

-Falta una hora.-

-En serio-. Dijo sorprendido-. Pues de verdad te digo que creía que había llegado tarde.

-No tienes remedio-. Se le colgó del cuello-. Hola mi amor.

-Hola princesa.

Se besaron con pasión y amor. Un beso para recordar. Entonces la mujer lo guió dentro del apartamento.

-No me digas que no has tenido tiempo de preparar las cosas-. Mientras veía las cosas en su lugar, sin empaquetar.

-Bueno digamos que estado de visita en casa de los Himura.

-Ya-. Se quito la chamarra-. Bueno quieres que te ayude.

-Primero quiero hablar contigo-. Lo sentó a su lado.

La charla apenas duro un cuarto de hora. Y hubiera sido más corta si Misao no se fuera por las ramas cada segundo de la conversación.

-Espero que no lo tomes a mal-. Dijo apenada y con la vista bajada.

-Pequeña-. La cogió del mentón para alzarle la mirada-. Al contrario, me gusta que vuelvas a decirme lo que piensas y lo que sientes. De verdad. Me siento muy feliz por todo ello. Y sabes que, tienes razón. Por ello te pido perdón.

-Perdón ¿por que?

-Pues no me daba cuenta de que para ti iba muy rápido. Estaba ilusionada, pues pensé que todo volvería a ser como antes...

-Y lo será estoy segura.

-Si, lo se, pero ahora se me plantean dos preguntas, bueno en realidad una.

-Dime.

-pues...-. puso una expresión picarona-. ¿Podré quedarme de vez en cuando aquí?

-Puf es una pregunta difícil de contestar-. Se pudo pensativa-. Tendré que consultarlo con la almohada esta noche.

-¿Te ayudo?-. le dijo mientras la agarraba por la cintura.

-No me tientes-. Dijo mientras le daba un corto beso-. Mañana trabajo, por lo tanto que tengo que descansar.

Aoshi acepto la derrota fácil. Al fin y al cabo esto volvía a ser como en los viejos tiempos. Solo conseguiría la guinda del pastel los fines de semana. Claro si es que ella no tenia otros planes.

-Esta bien. De acuerdo.-. la brazo mientras la besaba.

Sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo femenino de la mujer. Eran más pequeña que el. Pero siempre conseguían adaptarse a las circunstancias. Sus respiraciones comenzaron a agitarse.

Misa se separo de el de golpe-. Aoshi... será... mejor... que.

-Esta bien. Buenas noches princesa.

-Buenas noche mi amor. No te olvides.

-¿De que?-. Pregunto curioso.

-De llamarme cuando quieras-. Dijo guiñándole el ojo.

-Tu también puedes llamarme cuando quieras y a donde quieras: casa, oficina o móvil. Siempre estará para responder.

-Ya...

Aoshi sintió que se tensaba el ambiente.

-¿Que te pasa?-. se preocupo.

-Preferiría no llamarte a la oficina. Por si,...

-Por si ella lo coge.

-Si.

Aoshi se acerco de nuevo y la abrazo con fuerza. Estaba claro, tenia que andar con pies de plomo. Ella tendría a Cara en mente en cada comentario y en cada movimiento que hiciera. Suspiro.

-Pues no lo hagas-. La beso en el cabello-. Haz solo lo que desees realmente. Yo te llamare siempre, incluso a tu oficina. Aunque me coja ese imbecil.

-Imbecil? Que imbecil?

Metió la pata.

-Yo no he dicho imbecil.

-Ha claro. Hablas de Kyo-. Chica lista-. Pues el no es un imbecil. Es un gran hombre con un corazón de oro-. Dijo enfadada, pero no agrego "cosa que tu pongo en duda que tengas ahora mismo".

-No te enfades perdóname, lo siento-. Dijo inquieto-. Yo... no quería... es que...

-...-. lo miro a los ojos.

-Lo siento, estoy celoso. Pues yo te he hecho sufrir y el ha sido el héroe.

Misao se sintió agradablemente bien por lo que le dijo su novio. Se puso en punta y le dio un riquísimo beso.

-Buenas noche amor.

Aoshi cogió su chamarra y se marcho. "Seré idiota. Solo a mí se me ocurre criticar al tío que la a apoyado tanto."

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Los días pasaron con tranquilidad. Misao solía llamar a Aoshi casi todas las noches y el por su parte la llamaba todos los mediodía a la hora del almuerzo. Misao estaba muy ocupada con el comercial de un producto labial llamado pasión. El cual ella misma tomo para su colección de pinta labios.

El no poder verse entre semana los traía de cabeza. Aunque no lo reconocieran, siempre se encontraban impacientes por verse. Aoshi incluso olvidaba saludarla de un modo cortes y adecuado; siempre lo hacia de un modo apasionado.

Durante esos días, tanto Aoshi como Misao tuvieron largas conversaciones con Kenshin y Kaoru respectivamente. Al fin y al cabo ellos fueron los mas molestados por lo ocurrido.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Tras un mes de noviazgo, Aoshi decidió que debía hacerle un regalo. Un detalle sin importancia. Por esta razón fue a la gran manzana y entro en la joyería. Allí tardo un buen rato en elegir lo más "adecuado". Decidió comprarle un broche dorado con incrustaciones de rubí. Una autentica maravilla. Además, a Misao no le gustaban las cosas ostentosas y como no podía regalarle un anillo (por el momento). Pensó que eso seria adecuado.

Sin darse cuenta alguien se acercó a el mientras el joyero preparaba el paquete. Le poso los brazos alrededor de su cintura y lo besó en el cuello. El se giro al instante¿es que le había descubierto?

-Espero que eso sea para mi, amor.

-No-. Contesto secamente mientras se desacia del abrazo.

-Vamos cariño. Ya no hay razón para esconder lo nuestro.

-Claro que no. Pues no hay nada que podamos decir nuestro. Y te pido por favor que te mantengas lo más alejada posible de mi-. Salió de la tienda.

-Aoshi no digas eso-. Lo siguió por detrás y lo detuvo en la esquina de la calle-. Yo te amo, y lo que ocurrió entre nosotros, fue tan bello.

Unos pasos se detuvieron al oír la ultima frase.

-Mira Cara, eres una gran empleada y una gran mujer.

-"Y una mierda buena mujer, esa es una arpía. Como es que no te has dado cuenta si trabajas con ella todos los días. Esa clase de mujer se merece un linchamiento en toda regla."-.pensó una tercera voz.

-Cara seré franco, o que paso entre nosotros, fue un error, no significo nada para mi.

-Mientes. Eso no es verdad-. Cara perdía la calma-. Es por esa mujer.

-Esa mujer, es el amor de mi vida. La única mujer que amo y amare-. Dijo firme-. Y aunque ella no estuviera...

-¿Que?

-No quiero parecer grosero. Pero lo que ocurrió aquella mañana. Para mi nunca dejaría de ser un polvo. Nada más.

Cara no podía créeselo. Como podía ser tan cruel. Después de lo vivido. Se dio la vuelta y corrió con todas sus fuerzas. "Esto no quedara así Aoshito mío. Me las pagaras"

-Cara-. La llamo pero ella no se detuvo-. Lo siento-. Susurro.

Se dio la vuelta y giro la esquina.

-¿Lo has oído?-. pregunto a la persona que se mantenía firme en frente suyo.

-Si.

-¿Y?

-Que te parece si tomamos algo. Me parece que lo necesitas.

-Siempre que tu invites.

-Oye con todo este asunto te has aprovechado de mi buena fe y siempre que hemos quedado yo te he invitado a ti-. Le dijo-. Esta vez podrías hacerlo tu. Para celebrar el momento.

-Esta bien. Vamos-. Se dirigieron a un bar-. Y Ken, no le diga nada de esto a Misao. No quiero que se altere más de lo que esta. No me atrevo a mencionar a Cara. Se que no le gusta.

-No te preocupes. Aunque creo que esta vez le gustaría oír la historia.

-Ni a Kaoru-. Dijo con firmeza-. Pues ella se lo contara a Misao por mucho que tu le digas que no lo cuente.

-¿Me estas pidiendo que le mienta a mi mujer?-. lo miró de reojo.

-Te pido que no se lo cuentes, no que le mientas.

Ken puso cara de pensativo-. Hecho, además si pasa algo siempre te puedo culparte a ti-. Ambos sonrieron y se tomaron un café mientras charlaban.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

-Por favor pase. El doctor la esta esperando.

-Muchísimas gracias.

Paso al despacho donde se encontró con un hombre grandote, con una barba tan oscura como su cabello.

-Bien señorita Makimachi. Siento decirle que las pruebas no son del todo concluyentes. Y si no es mucha molestia me gustaría repetir los análisis. Para estar más seguros y no meter la pata. Aunque al parecer, lo mas posible es que sea falta de hierro.

-Comprendo pero, no es nada malo ¿verdad?

-Primero hagamos las pruebas. Pero no, no parece ser nada alarmante-. Miro el informe-. Además veo aquí que a sufrido de falta de hierro en otras ocasiones.

-Si-. Afirmo-. En mi familia siempre a sido nuestra cruz. Por decirlo de algún modo.

-Bueno. Tome estas vitaminas. Y venga mañana para hacerle las pruebas. Como la ultima vez.

-Gracias.

-Que tenga un buen día.

Un buen día lo tendría cuando le dijeran que tenia. Llevaba casi un mes sin sentirse bien, siempre estaba cansada. Y ahora tras animarse hacerse un cheque en toda regla le decía que las pruebas no eran concluyentes. Mira que si le decían otra vez lo mismo tras las pruebas de mañana los freiría en la nueva freidora que se había comprado.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Los días fueron pasando con tranquilidad y sobre todo llenos de felicidad. Habían llegado a finales de diciembre y eso significaba reunirse con la familia.

-Cielo¿no crees que lo mejor seria quedarse en casa?-. pregunto Kenshin preocupado-. En tu estado seria mejor. Además ya estas apunto.

-Ya lo hemos hablado ken...

-Más bien has hablado-. Susurro bajito.

-...¿Que decías?

-Nada, que talvez podríamos cambiar de idea.

-Oye hoy es un día para pasar con la familia. Y comenzar un nuevo año con amor y buenas intenciones.

-Pero eso lo podemos hacer nosotros tres solitos. Fíjate en Misao y Aoshi. Ellos lo celebraran los dos solos, juntitos-. Dijo haciendo pucheros y intentando convencerla-. Y así me libraría del pesado de mi padre.

-Kenshin Himura no digas eso de tu padre. Es un hombre encantador...

"Si, contigo y mi hermano. Por que lo que es conmigo, nada de nada."

-Y vamos ha ir. Punto y final de la conversación-. Kenshin se resigno.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Misao estaba muy elegante, tal y como Aoshi le había pedido. Llevaba un vestido palabra de honor que le llegaba hasta el suelo y su pelo sujeto; con unos mechones rebeldes y decorado con unos brillantes. El vestido era rojo. Y como mandaba la tradición la ropa interior también. Cosa que Aoshi descubriría más adelante.

El por su parte llevaba un esmoquin negro con pajarita. Estaba realmente elegante, y quien podía negar que aquel hombre era un buen perchero para semejante traje.

-Vamos dime a donde vamos.

-No seas impaciente. Llegaremos enseguida.

-Eres malo. Dame una pista.

-Lo único que te puedo decir es que esta noche seré la envidia de todos-. "Aunque ellos no lo sabran, por que esta noche solo te mirare yo".

Misao se puso colorada, no pudo evitarlo. Entonces Aoshi detuvo el auto. Misao miro por la ventanilla.

-Pero si es...

-La casa de campo de los Hondai. Desde donde veremos perfectamente los fuegos artificiales que lanzaran en la ciudad.

-Aoshi-. Se acercó a el y lo beso con pasión-. Gracias. Es precioso.

-Todavía no. Ven entremos.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

-Hay que ver lo descarado que eres hijo.

-Lo mismo digo papa.

-Bueno ya esta bien los dos-. Dijo una mujer apareciendo en el salón-. La cena esta servida, así que espero que os comportéis como es debido.

Los dos hombre miraron a la mujer.

-¿Hiko?

-Pero Omasu yo...-. la mujer lo fulmino con la mirada-. Esta bien.

-¿Kenshin?

-Lo que tu digas mama.

-Bien entonces pasemos. Tu hermano se esta impacientando.

Padre e hijo siguieron a la jefa por el salón asta el comedor donde encontraron a Kaoru sentada a la derecha y en frente a un hombre y una mujer.

-Ya era hora-. Dijo el muchacho-. Meg se estaba impacientando.

-No digas tonterías cabeza e pollo-. Replico la joven-. Eras tu quien quería saltar sobre la comida.

-Tienes razón. ¿Pero como esperar a probar los deliciosos platos de mi madre?

-Hijo eres encantador.

Kenshin se sentó al lado de su esposa. Hiko en la cabecera, entre Sanosuke y kenshin y Omasu en el otro extremo.

La cena paso sin altibajos. Algunos comentarios graciosos, otros un tanto más serios. Pero el ambiente siempre fue agradable y placentero asta que...

-Ken... kenshin-. Dijo la oji azul aguantando la respiración.

-¿Kaoru que pasa?-. Pregunto alarmado.

-Que viene.

-¿Quien?

-Tu hijo idiota-. Replico el padre.

-Oro-. Se puso de pie-. Vale que no cunda el pánico. Primero te llevo al hospital, luego el doctor te lo saca y todos felices.

Todos se quedaron atontados.

-Querido futuro cuñado. Tu padre tiene razón eres idiota-. La mujer se puso de pie-. Ken ve a por el coche, tu también amor. Yo iré con Kaoru para ayudarla con la respiración. Los demás iréis por detrás. Omasu por favor llama al hospital para que estén preparados.

Megumi puso a todos en marcha mientras con la ayuda de Hiko llevaban a Kaoru a la entrada.

-No te preocupes, lo aras muy bien-. Una sonrisa sincera cubrió su cara.

-Gracias.

-Aunque yo lo are mejor en un futuro. Jojojojojojojo.

En el camino las contracciones de Kaoru se iban haciendo mas fuertes y mas constantes. Era como una bomba apunto de estallar.

Al llegar al hospital los camilleros los estaban esperando. Y tras revisarla la pasaron directamente a la sala de partos. Ken fue con ella, aunque no supiera exactamente que estaba ocurriendo. El pobre hombre estaba tan nervioso que no sabia donde pararse.

Antes de entrar Kaoru les pidió que llamaran a Misao. Que quería que estuviera allí. Sano se encargo de llamarlos.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Aoshi decidió que era el momento de entregarle el regalo. Pensaba hacerlo tras las campanadas, pero estaba muy impaciente.

Los dos se encontraban en el sofás, la cena fue maravillosa. Y ahora miraban la tele, observando como a gente se agrupaba para pasar la noche con alegría y gozo en sus corazones. Aunque ellos se sentían los dichosos de todos.

-Misao-. Susurro en el oído de la joven-. Cariño, yo quisiera...

Misao lo observo asta que el teléfono comenzó a sonar.

-Un momento amor-. Descolgó su celular-. ¿Diga?...Sanosuke¿qué tal?... ¿como?... enseguida vamos.

-¿Ocurre algo?

-Kaoru esta en el hospital. Al parecer el año nuevo traerá consigo un regalo muy hermoso.

Aoshi entendió y se puso de pie. Cogieron el coche y fueron lo mas rápido posible al hospital. A las 11:45 ya estaba allí.

-¿Que ya?-. pregunto con los nervios a flor de piel la mujer.

-No-. Contestaron al unísono. Todos se encontraban en un mar de sensaciones. Temor y alegría, preocupación y felicidad.

Paso un cuarto de hora y la radio que estaba conectada en la sala de espera emitió las campanadas.

-Mi cuñada podría haber esperado a dar las campanadas. Así por lo menos comeríamos las uvas (aquí lo celebramos así).

-No seas tonto hijo. Hoy es un día muy importante para la familia-. Dijo Hiko emocionado-. Hoy seré abuelo. Dios que bien suena.

Su mujer lo miro. Estaba claro que los años no lo habían hecho cambiar. Seguía siendo muy prepotente.

Por otro lado Aoshi aparto a Misao de los demás.

-Bueno no es el momento, ni la situación que yo deseaba, pero...-. saco una cajita-. Esto es para ti.

-Anata...-. su cara se ilumino mientras abría el paquete-. Es precioso, gracias-. Le obsequio con un beso y un abrazo muy fuerte-. ¿Me lo pones?

Aoshi la ayudo. En ese momento apareció Kenshin.

-¿Que pasa?

-¿Ha nacido?

-¿Que a sido?

-¿Esta bien?

-Hermano di algo.

Kenshin levanto la vista.

-Todo a terminado-. Dijo serio, todos lo miraron con horror-. Ha nacido, es un varón, pesa 3,300 y es un bebe con una salud de hierro. Su nombre es Kenji Himura Kamiya, mi hijo.

Continuara...


Bueno que os parece? Un capitulo largo verdad? He batido mi record. Jeje Kenshin el pobre lo e dejado un poquito tonto en este capítulo verdad? Jiji. Pensé que seria divertido.

Digamos que este capitulo es de transición. Antes de que comience... bueno ya lo leeréis si queréis.

Bien espero vuestras opiniones.

Gracias a:

Alis chan: Si Cara y Kyo son importante en este fic. Me e dado cuenta que puede que ellos sean el Yin y el Yang de esta historia, el bien y el mal. No lo pensé antes, pero creo que ellos son la base de la historia. A pesar de no ser los protagonistas. Al fin y al cabo son el conflicto y la esperanza. Que profunda estoy jeje. espero que este capitulo te guste. Les e dado una año nuevo bien merecido. Cuídate.

Gabyhyatt: No se si nos encontraremos en el chat, yo espero que si pues deseo ver el video. Me tiene en vilo. Gracias por estar siempre hay. Besos.

Luna Sol Nocturno: siento lo del capitulo anterior, tuve problemas con el Word, me arte y lo subí. Jiji cuando pierdo la paciencia soy lo peor. Sobre tus peticiones. 1 Cara pagara por lo que a hecho, si tienes alguna idea de cómo puedes decírmelo, 2 Y bodas abra en el futuro, jojojojo: pero todavía no. Tus fics están genial sigue así. Besos

Ali-chan6: El linchamiento se ara, pero Cara todavía tiene una misión en mi fic. Jiji la necesito viva por el momento. Sobre que continué y después haga la continuación, pues no es mala idea. Talvez lo haga, ya veré. Por el momento terminare esta parte de la historia. Y para eso aun queda. Bien por tus actualizaciones, eres una rival muy fuerte jeje. cuídate mucho.

Silvia chan: Bien quiero decirte que como vicepresidenta del comité de linchamiento, y seguro que Ali-chan6 también esta de acuerdo, tu también tienes una antorcha. Jejeje. A este paso seremos un club jajajaja. Bien me alegro que te aya gustado. Espero que este capitulo también aya sido de tu agrado. Besos.

Milk chan: Siempre que tengas una duda no dudes en planteármela, yo intentare aclarártela. Cuídate. Chao.

Por cierto, ya que el linchamiento esta a la orden del día, si no te parece mal Alis-chan6, invito a todas las que quieran unirse que lo digan. Nuestro objetivo más inmediato es Cara.

Bueno seis reviews, no esta mal, esta vez quisiera conseguir 7 si no es mucho pedir.

Besos a tods y cuídense

Próximo capitulo: El desacuerdo, ruptura.

Adeu-bye-adiós-agur-sayonara

Misao de Shinamori