Un nuevo comienzo

Por Luz de luna82

Capítulo 9

-Archie, lo de los ponis me suena bien, en la mansión hay espacio suficiente para pasear a los niños, solo que necesitamos seguridad, ¿los niños estarán bien? El tema de rodeo me parece perfecto, le decía Candy a Archie por teléfono.

-Lo sé, el mas emocionado en todo esto soy yo, André quedara fascinado, ya verás y por lo de la seguridad de los niños la empresa que los renta tiene cuidadores y están certificados.

-Bien, mas tarde llegaremos a casa, gracias por tomarnos en cuenta. Candy se despedía de Archie por teléfono, afuera del consultorio donde se encontraba André con Albert. La rubia no entro para poder contestar la llamada "con sentido de urgencia" de Archie, tenia que confirmar la renta de los 20 ponys que quería para la fiesta del pequeño, pero le preocupaba la opinión de Candy, quería el punto de vista de una mujer y que mejor que la nana de su sobrino.

Salieron del consultorio después de 1 hora, André usaba unos lindos lentes con armazón azul, los necesitaba, lo que Candy pudo entender de la platica del oculista con Albert fue que se le dificultaba ver de lejos, entonces comenzaría a usar los lentes poco a poco, André tendría que acostumbrarse a ellos, algunos niños de su salón los usaban.

-Te ves guapísimo cariño, le decía Candy mientras comenzaban a caminar.

-Gracias Sally, ¡me gustan mucho mis nuevos lentes! Papá ¿podemos ir a la tienda de animales?, preguntaba André ya que en algunas ocasiones lo había llevado dentro del centro comercial donde se encontraban.

El rubio acepto mientras tomaba al niño de la mano, André tomo la mano de Candy, parecían una familia que iba de compras al centro comercial, era la primera vez que Candy recorría ese lugar, le impresionaba el gran lugar, había tiendas de todo tipo, pero cuando pasaba por los exhibidores de ropa abría grandes lo ojos, los precios eran exorbitantes, era un hecho que ese lugar era para personas de otro estatus social, le gustaría que con la paga de la próxima semana ir a pasear a algún lugar en su día libre, por ahora estaría en quiebra, debía de ayudar a Clara con sus gastos para ir a su pueblo, además era necesario tomar un poco de distancia para pensar claramente, Albert la desconcertaba era cierto, pero tenia que ponerse ella misma en el lugar que le correspondía, era una empleada más.

Estando fuera de la tienda de animales le entro una llamada al rubio, André veía fascinado los perros.

-Sally quiero un perro para mi cumpleaños. Decía el chico emocionado.

Candy sonrió, era cierto, no sabia porque no tenian perro o un gato, en una casa llena de niños seguramente a alguno le gustarían las mascotas, comenzaba a conocer a Albert, sabia que adoraba a sus hijos y deseaba darles todo lo posible, tal vez un perro no seria mala idea, ayudaba a los integrantes de la familia a ser mas responsables y el amor incondicional de un perro era invaluable.

- ¿Qué tipo de perro te gustaría cariño? Le preguntaba Candy mientras se hincaba para ponerse a la altura del pequeño.

-Quiero un pitbull, son perros muy amables con los niños, ¿sabías Sally?

-No lo sabia André, dijo mientras escuchaba la emoción en las palabras del niño.

-Se todo sobre ellos, he visto videos donde te enseñan como entrenarlos, pueden vivir hasta 15 años, son los cachorros muy cariñosos, ¿sabes que nombre me gustaría?

-Wooow cariño sí que sabes del tema, dime ¿qué nombre te gustaría?

-Petey, ese es el nombre perfecto, contestaba con la mirada soñadora.

- ¿Cómo el de la película? Preguntaba Candy, habían visto la película de "Pequeños traviesos" varias veces desde que ella los cuidaba, podía entender el deseo del pequeño.

-Si, tu si me entiendes Sally. Dijo el sonriente niño.

-Le preguntaremos a tu papi que opina sobre tener un perro ¿de acuerdo?

El niño mostro gran emoción en su rostro, -Si, si Sally, si tenemos un perro me hare cargo de él y lo bañare y dormirá conmigo y seremos grandes amigos, también…

-Hola André, que gusto volver a verte nene… decía una mujer de cabellera castaña y ojos color miel, acercándose al pequeño sin permiso de Candy, sorprendiéndolos a los dos.

Candy se puso enfrente de la mujer, su rostro se le hizo familiar, los recuerdos le vinieron como flash, era la mujer de la fotografía, pero independientemente de eso ella se interpuso entre la mujer y el pequeño, tomando a André de la mano para que no se moviera de detrás de ella.

- ¿Qué se le ofrece señorita?

-Quería hablar con André, soy amiga de su padre, contestaba mientras quería quitar a Candy

-Me parece que el señor Ardlay esta por allá, haga el favor de dirigirse a el primero, decía Candy desconfiada apuntando hacia donde estaba Albert.

-No es necesario, dígale a Albert que nos volveremos a ver y que estoy más cerca de lo que él cree.

Una desconcertada Candy veía como la delgada y fina mujer se alejaba de ellos, a los dos minutos Albert había aparecido de nuevo, su llamada se había prolongado un poco más de lo esperado.

-Sally ¿Quién es esa señora? Preguntaba André desconcertado ya que le había llamado por su nombre.

-No lo se cariño, ya viene tu papá, le preguntaremos por el perro ¿te parece?

La emoción de André regreso a su rostro, -Papá ¿podemos comprar un perro? Le decía con el mayor deseo en sus palabras a su alto padre, dando brinquitos a su alrededor.

Albert frunció el ceño, pero se imaginaba que pronto llegarían a ese punto de nuevo, hacia tres años que había muerto el perro de James y el joven no había querido reemplazar a Bruce un pastor alemán, el perro que lo había acompañado casi desde que había nacido, cuando Albert lo adopto, su perro venia incluido, no se opuso y fue una gran pérdida para el chico, desde entonces no había querido tener una nueva mascota y ahora André quería tener un propio cachorro, le parecía un regalo perfecto para su hijo, lo complacería, pero había otras formas de tener un perro, no necesariamente comprándolo.

-Ya veremos André, si comes todas tus verduras lo pensare seriamente, contestaba Albert aprovechando la situación para que su hijo se comiera los temidos vegetales que siempre servía Esther en la comida, últimamente era una verdadera batalla que se los terminara.

Candy decidió hablar en privado mas tarde con Albert acerca de la mujer que se le acerco al niño, era hora de ir a casa para ver a Dilan, Esther seguramente se estaba volviendo loca con él y la cocina.

A la hora de la comida estaban los hermanos de Albert en casa, hablaban amenamente sobre los planes para la fiesta de André, prácticamente estaba todo listo, James no había llegado aún de la escuela.

-Cariño ¿a quien vamos a invitar de tu escuela?

-A todos los de mi salón, solo a Max no, dijo sinceramente el niño. -A la señorita Anna, tal vez a la señorita Stevens, a John el de la puerta y claro a mi mejor amigo Joan, estaba muy entusiasmado el pequeño.

-Recuerda comerte todos los vegetales cariño.

El niño hizo una cara de asco, pero tomo su cuchara con una mano y con la otra se tapo la nariz, dando un gran suspiro entre bocado y bocado, terminando con sus verduras.

Siguieron todos hablando sobre el tema, de repente entro James por la puerta azotando todo, yéndose directo a su habitación, Stear se preocupo y fue a verlo, pero regreso a los pocos minutos, el muchacho se había encerrado en su cuarto sin querer hablar con nadie. Decidieron darle su espacio, aunque Candy podía ver que era como una bomba de tiempo, se comportaba de una manera donde podía ver que estaba acumulando una cantidad de cosas y terminaría de explotar de alguna manera y por lo regular no era de una forma bonita o pacífica.

Albert llego mas tarde, era pasada la medianoche las reprogramación de todas las reuniones del día lo habían saturado y apenas acababa de llegar de una cena de negocios, estaba rendido, entro a la cocina, quería un vaso de agua, no encendió la luz, había vivido en esa mansión los suficientes años para conocer cada rincón del lugar, tomo el vaso y se sirvió agua cuando sintió que no estaba solo.

- ¿Quién está ahí? Pregunto con la intensión de ver quien era el ladrón que había entrado.

-Soy yo señor. Contesto Candy esperando el momento adecuado para hacerse notar.

- ¿Ha enloquecido Sally? Dijo el hombre sorprendido por el susto.

-Lo siento señor, pero tenemos una conversación pendiente.

Se acerco Albert al interruptor y encendió la luz, - ¿Por qué estaba a oscuras Sally?

-Tiene la costumbre invariable de cada noche llegar a la cocina primero, es un hombre de hábitos señor Ardlay, entonces hábleme de la madre de André, ¿Cómo le quiere hacer daño?

Candy era una chica decidida y ese hombre era como una caja fuerte, llena de cosas valiosas en secreto, él le prometió una platica esa noche y no se iba a ir a dormir hasta que él hablara de André, era algo que lo atormentaba, necesitaba saber que amenazaba a su pequeño hijo y ese hombre era el único que le podría dar respuestas.

-No quiero ser grosero señorita Sally, pero ya es muy tarde y toca madrugar, Dilan podría despertar, se dirigió a la puerta, pretendía escapar.

-Hoy en el centro comercial una mujer se acercó a André hablándole por su nombre, dijo que era amiga suya, sin embargo, no se acercó a usted, era de cabello castaño largo, delgada, piel blanca, con ropa fina, ojos color miel, ¿sabe usted quién era? Preguntaba Candy, sabia que de esa forma tendría que quedarse y hablar, ese problema tenía que ser resuelto a como diera lugar, la rubia era una chica decidida.

- ¿Qué le dijo a mi hijo esa mujer? Preguntaba sujetando a Candy por los hombros con desesperación en los ojos.

-Me interpuse entre ellos, no le permití que le dijera nada, puse a André detrás de mí, la mujer fue rápida al acercarse al niño, pero yo lo aleje de inmediato de ella, ¿Quién es esa mujer señor?

Albert se sentó en uno de los bancos de la barra desayunadora, aflojo su corbata, sentía que se ahogaba, desabrocho el botón del cuello y tomo aire de nuevo.

-Gracias Sally, no te imaginas lo que has hecho por mi hijo, es necesario que sepas que esa era la madre de André, Karen.

Se sentó frente a él, Albert estaba a punto de abrir una caja oscura y se moría por hacerle miles de preguntas, pero lo dejaría hablar.

-Nos divorciamos casi después de que naciera André, ella simplemente estaba interesada en mi fortuna, yo me di cuenta después de que le controlara los gastos, ella termino yéndose, pidiéndome el divorcio y al final decidió renunciar a los derechos y obligaciones, un juez dictamino que no era una persona apta para educar a un niño tan pequeño, cuando André cumplió 5 años apareció, siempre tuve la idea de que talvez solo necesitaba una oportunidad, ella llego y quiso convivir con André en su cumpleaños, lo permití con la condición de que no le dijera que ella era su madre, pero al termino de dos horas la maternidad se le termino, me pidió dinero y yo accedí tontamente pensando que con eso sería suficiente para ella, entendí que solo quería acercarse por el dinero y decidí dárselo para que desapareciera de nuestras vidas, fue una mala decisión de mi parte, después apareció de nuevo en el cumpleaños número 6, sin embargo no le permití convivir con mi hijo, sabía que terminaría rompiéndole el corazón, ella en realidad no lo quería, él algunas veces me había preguntado por su madre, pero yo solo evadía el tema, solo le decía que se tuvo que ir, que tal vez pronto regresaría, no supe que mas decirle para no decepcionarlo, en resumidas cuentas ella me amenazo y me dijo que hablaría con André y le contaría que yo no le permitía vivir con nosotros, que tenia otras mujeres y que por mi culpa él no tenía una mamá.

Conseguí una orden de restricción y se alejó, 6 meses después regreso pero los guardias le notificaron la orden del juez, envió a una de sus amigas a hacerme la misma advertencia, hace dos semanas cuando usted comenzó a trabajar con nosotros, ahora con lo que sucedió en el centro comercial se que esta dispuesta a cumplir su amenaza, créeme que lo que temo es que lo lastime, que la ponga en contra mía y que él le crea, que lo engañé, es un niño pequeño, no tiene maldad, se que con la orden de restricción la puedo enviar a la cárcel, lo que me preocupa es que consiga decirle todas esas mentiras, envenenarlo en contra mía y ni con meterla en la cárcel podrá pagar las heridas que causara en mi hijo. Lo que sucedió hoy fue una advertencia, lo esta vigilando, no creo que pensara en que usted le evitaría hablar con el niño, le agradezco que haya cuidado de él, esa mujer esta dispuesta a hacernos daño, no entiendo por qué. Decía Albert con los dedos entrelazados de las manos sobre la encimera, con la cara derrotada, con una mirada perdida en la nada.

Candy puso sus manos encima de las de Albert, ahora tenia todas las piezas del rompecabezas, le aconsejaría sin embargo la decisión siempre era suya, sabia que no le gustaría, sin embargo, sabía que era lo mejor.

- ¿Me permites darte mi opinión profesional? Candy decidió dejar los formalismos, Albert levanto la mirada asintiendo con la cabeza alejando las manos de las de Candy, deseaba pensar con cabeza fría y el contacto con ella no lo dejaría analizar lo que ella tendría que decirle.

-André es un niño maravilloso, amoroso, curioso y sobre todo inteligente, claro que lo sabes mejor que yo, la situación con su madre es complicada, pero piensa lo siguiente ¿Qué crees que él piensa de que no tiene una madre?, Albert supongo que en una temporada te lo pregunto hasta el cansancio, es un niño digno hijo de su padre, dispuesto a hacer hasta lo imposible cuando quiere algo, tienes que hablarle de ella, no tienes que mentirle, ni tampoco contarle todos los detalles, pero el necesita saber de ti cual es la verdad, es pequeño sí, pero la información que tu le des, es la que importara para él, tú eres su héroe Albert, ¿es que no lo ves? Sabe que lo amas, lo cuidas, lo proteges, seria genial que pasaras mas tiempo con él, pero en general has sido buen padre, créeme que él necesita saber de ti lo que paso con su madre, no me puedo imaginar que es lo que piensa sobre su madre, dale poco a poco la información y veras que esa mujer no tendrá poder sobre él, André te ama y admira Albert.

No supo en que momento el mismo puso las manos sobre las de Candy de vuelta, lo había pensado en alguna ocasión, que por una extraña razón le trasmitían paz, pero pensaba que aun era muy pequeño para saber una verdad tan cruda como que su madre decidió irse, sabía que Candy tenía razón, levanto sus brazos hacia su cabeza y se paso los dedos por los cabellos, sabia que esa iba a ser una charla difícil.

- ¿Estarías conmigo cuando decida hablar con André? Preguntaba el rubio esperanzado analizando que le diría a su hijo.

-Claro que si Albert, veras que todo sale bien, solo te digo que tiene que ser lo antes posible, si ya se acerco hoy puede intentarlo de nuevo y créeme que puedes enviarla a la cárcel por acercarse al niño, sin embargo, es mejor siempre hablar con la verdad a los hijos, no podemos protegerlos de todo, lamento decirte que esta creciendo y cuando menos lo imagines ellos se habrán ido.

-Sally lamento haberme comportado como un idiota esta mañana, te aseguro que por lo general no soy asi, el no poder estar aquí más seguido, los dos últimos meses no había tenido quien me ayudara con los chicos en casa y se me acumulo mucho el trabajo, en una semana tendré todo al día, tenme paciencia por favor.

-Los chicos estarán bien, no dejes pasar mucho lo de André por favor, ¿confías en mí?

-Ahora lo hago, he estado mucho tiempo criando y tomando decisiones sobre ellos, no tengo el instinto maternal, el tenerte aquí me da esperanza y me he dado cuenta que lo han necesitado tanto, es complicado, no he podido confiar en ninguna mujer después de lo de Karen, no ha sido sencillo Sally.

-Lo sé, te ayudare en todo lo que pueda, gracias por hablarme de lo de André.

-Eres bastante insistente, a decir verdad, decía en tono divertido.

-Lo sé, mi padre y yo peleamos muchas veces por ello, decía con una sonrisa soñadora.

-Sally ¿Por qué usas lentes de contacto? Dijo Albert dejando la risa de lado, tanteando si era verdad lo que vagamente recordaba, sus ojos verdes.

Candy deseo haber olvidado todo lo sucedido en la noche, la tenía nerviosa que él quisiera hablar de ello, pero ahora solo le preguntaba por sus ojos, creía estar a salvo si no tocaban el tema, suspiro -Albert tengo una larga historia, son herencia de mi madre, por ahora he dejado mi pasado atrás y mi color de ojos es algo que tenía que cambiar, algún día te la contare, pero ahora no es momento. Le dijo ella añorando escuchar de nuevo su nombre, extrañaba todo, su color de cabello, su aspecto anterior, agradecía poder estar con esta familia en la cual podía ser útil, aunque ella los necesitaba aún más, necesitaba el calor de hogar que ya no tenia derecho a disfrutar de su vida anterior.

- ¿Te molestaría que sigamos con solo "Sally"? pregunto Albert, sintiendo una confianza con la rubia, se había liberado parte de toda la carga que tenia con respecto a André.

-Por supuesto señor, estaré contigo cuando hables con mi pequeño niño, lo manejaremos juntos, no te preocupes.

-Solo Albert por favor y gracias señorita Johnson, dijo en tono juguetón, -tengo que avisarte que mañana André esta invitado a su primera fiesta de cumpleaños, la madre de Samantha me ha llamado para invitarnos al festejo, quiero que vayamos todos, nadie de su salón lo había invitado nunca, además sé que la niña no le es indiferente a André.

- ¿Amor de juventud eh? Dijo Candy enternecida.

- ¿Iras con nosotros?

-Por mi niño, a donde él me lleve, contesto sonriente, de pronto el monitor de Dilan comenzó a sonar, el pequeño estaba a punto de soltar el llanto, seguramente tenia un poco de sed.

-Yo iré, vete a dormir, gracias por escucharme. Decía Albert mientras veía preparar rápidamente un biberón a Candy.

-Aquí tienes, buenas noches, decía Candy mientras le entregaba la botella y se alejaba con sus pantuflas y su vestido de pijama, trago seco al verla perderse por el pasillo contoneando las caderas y la larga cabellera moviéndose al compás, pensando en todo lo que había descansado al hablar con la chica, saliendo de su reflexión al escuchar de repente el fuerte llanto de Dilan.

De pronto una idea brillo por la cabeza de Albert, ¿Por qué no lo había pensado antes?...

Continuara…

Comadres les dejo esto por aquí, pues créanme que revise este capítulo muchas veces, tratando que plasmar las personalidades de cada uno, como ya les había dicho en esencia son iguales sin embargo aquí son un poco más intensas debido a todo lo que han vivido, siempre he pensado que el pasado nos ayuda a aprender de nuestros errores y nos ayudan a ser mejores, así que ojala les vaya gustando como queda la trama, los enfrentamientos van a seguir de una vez les digo jaja, aún hay situaciones pendientes, como ya he dicho les agradezco su cariño a la historia, créanme que quisiera actualizar más seguido, pero después de que tengo el capítulo listo lo leo muchas veces, es todo un proceso de corregir palabras para que la historia quede tal cual la tengo pensada, les deseo un excelente día y muchas bendiciones como siempre, un abrazo!