Tentaciones peligrosas
¥.きらいやみきらいやみ.¥
Hola! este es supuestamente el siguiente capítulo del fic (ya vamos con el segundo n.n) digo supuestamente por que la verdad creo que está quedando un poco mal a comparación de lo que pensaba escribir ¬.¬ pero ni modo, espero que me sigan mandando review para que me den ideas a mi cerebro que traigo seco por el momento u.u. Bueno en este capítulo se desarrollaran más cosas y les prometo que habrá un poco de lemon, y en futuros capítulos habrá mucho lemon. Agradezco mucho que hayan leído y mandado reviews y que bueno que les gustó. Ahora sí, a leer.
Nota: por cuestiones diferentes, doy aviso de que las edades que ahora representan los personajes son de 19 años y son UNIVERSITARIOS.
ADVERTENCIA: Este fic es yaoi, muy yaoi así que homofóbicos ni se atrevan a leer n.n.
Capítulo 2: Inevitablemente juntos
Los dos chicos se quedaron platicando por un rato más hasta que la tienda estaba a punto de cerrar.
Ambos habían disfrutado tanto de estar juntos que no se percataron de la hora a pesar de que habían estado atendiendo a los clientes. Estaban sentados en los bancos que se encontraban ahí y platicaban sobre las cosas que acostumbraban hacer por las tardes o los fines de semana, platicaban de sus gustos y disgustos. En solo unas horas, se habían hecho muy buenos ¿amigos?. Probablemente sí.
Ya eran alrededor de las 10:00 pm y la tienda había cerrado. Nadie de los demás empleados se había percatado de que dentro, aún se encontraban dos personas que parecían hipnotizadas o cegadas por la presencia del chico contrario. No podían evitar la atracción mutua.
Los dos chicos se encontraban casi al fondo de los locales. De pronto se apagaron las luces del lugar y salieron inmediatamente de sus pensamientos.
Len—que pasa!
Horo-Horo—no puede ser! Si a pagaron las luces significa que acaban de cerrar la tienda
Len--¿Qué dices, idiota! ¡¿Que cerraron la tienda? Ahora que vamos a hacer?
Horo-Horo—calma Len… no podremos salir de aquí hasta mañana, solo tenemos que esperar a que amanezca.
Len—pero que dices? A parte de que fue tu culpa, todavía me dices que no podremos salir hasta mañana? Mi madre y mi hermana se preocuparan…
Horo-Horo- calma, ya te dije que no saldremos de aquí, el único que tiene las llaves de la tienda es tu padre y los supervisores del lugar.
Len—mi padre tiene unas llaves? Bien, entonces lo llamaré por celular.
En ese momento el pequeño chino saca su celular pantalla a color de uno de sus bolsillos y comienza a marcar algún número.
Len—bueno, papá, quedé encerrado en la tienda, sí, sí lo que pasa es que por culpa de uno de los tontos empleados que contrataste no me percaté del tiempo y me cerraron la tienda, pero, es que, bueno está bien, adiós.
Len apaga su teléfono y baja la mirada con desgano.
Horo-Horo—que pasa?
Len—temo que tendré que quedarme toda la noche aquí con un estúpido como tú- en el chico se notaba un gran disgusto.
Horo-Horo—solo te limitas a insultar a la gente?- el joven peliazul se mostró molesto y harto por las palabras del Tao.
Len—la verdad es que eres un estúpido cabeza hueca
Horo-Horo—imbécil- el Usui molesto tomó a Len del cuello de su camisa como si intentara alzarlo del piso- yo no tengo la culpa de todas tus desgracias, dices que yo soy el culpable de que nos hayamos quedado atrapados aquí, sabes? Detesto a las personas frívolas como tú…
El tono en el que el Usui hablaba era bastante agresivo, a cualquiera podía causar miedo hasta a Len Tao quien estaba acostumbrado a que él siempre era el que trataba mal a la gente.
Por un momento parecía que el Usui había perdido la razón. El joven Tao no lo sabía pero el peliazul se caracterizaba por ser así de agresivo con gente como Len. Todo esto tenía sentido al recordar que Horo-Horo trabajaba para En Tao. En Tao era casi igual que Len, así que esa era una forma de desquitarse para Horo-Horo.
En los ojos negros del Usui se notaba su enfado pero recapacitó en unos instantes soltando así al Tao.
Horo-Horo- perdón, te ruego que me disculpes, no era mi intención… lo que pasa es que yo soy así cuando me encuentro en una situación de pánico como esta.
Ese era un perfecto pretexto para justificar su arranque de ira de corto plazo. El joven Usui sabía que no sentía pánico por quedarse atrapado en ese lugar, pues conocía cada uno de los rincones. Por lo contrario, era lo que deseaba, por que en verdad que le gustaba el Tao y no desaprovecharía la ocasión.
Len se incorporó de nuevo pero aún con una mirada de extraña indiferencia hacía el mayor. Todo lo ocurrido hacía unos instantes, lo dejó atónito, nunca alguien le había hablado en ese tono, claro, a excepción de su padre.
El Tao se acomodó un poco el cuello de su camisa.
Len- mmmm… creo que fue lo justo, era normal que reaccionaras así ante mi actitud altanera y egoísta, no te culpo.
Horo-Horo-…si pero…tampoco debía ser para tanto, nada justifica mi agresividad…disculpa, Len, no lo volveré a hacer. Entiendo que eres rico y que estás acostumbrado a tratar así a la gente pero yo no debí…
El Usui fue interrumpido por Len al mismo tiempo que éste se acercaba un poco.
Len- ya te dije que lo olvides…vuelvo a decir lo mismo: nunca había conocido a un sujeto como tú…
Horo-Horo- a que te refieres?- preguntó curioso el peliazul.
Len- …nunca había conocido a un sujeto como tú…con agallas y agradable…
Horo-Horo-cómo dices? Agradable?...
Len- si, bueno, es que eres el primero que me habla como un amigo, nunca había tenido uno sabes?
Horo-Horo- cómo que nunca habías tenido un amigo? Eso es ridículo…
Len- pues aunque no lo creas, normalmente no soporto mucho tiempo a la gente ajena a mi familia…
Horo-Horo- entonces…quiere decir que…me consideras como un amigo?
Len- si…déjame decirte que el rato que tu y yo platicamos juntos fue muy agradable, nunca antes lo había hecho por tanto tiempo. Si mal no recuerdo…comenzamos a platicar desde hace como 3 horas, no? Y sin darnos cuenta nos cerraron la tienda…
Horo-Horo- entonces no vuelvas a decir que yo soy el culpable de que nos hayamos quedado encerrados aquí…
Len- si, ya no voy a culparte, trataré de ser más comprensivo. Ni hablar! Tendremos que esperar toda la noche.
Contrario a Horo-Horo, Len no pensaba que la idea de quedarse con el peliazul toda la noche en ese lugar fuera buena. Era verdad que Len Tao también sentía mucha atracción por Horo-Horo, ya que desde el primer momento en que lo vio pensó en que era muy guapo pero no le gustaba la idea de dormir de manera incómoda en ese lugar lleno de cajas de cartón. Pero nada podía hacerse.
Horo-Horo- oye Len…
Len- que quieres?
Horo-Horo- quería decirte que yo sé donde hay un lugar perfecto para que escapemos a la calle…
Len- como dices, idiota? Sabías una salida y no me lo dijiste?
Horo-Horo- bueno, es que si sé que hay una salida pero…
Len- habla!
Horo-Horo- es que se trata de una pequeña ventanilla pero solo puede pasar por allí una persona pequeña y delgada o un niño…
Len-ya lo has intentado?
Horo-Horo- ya, una vez que olvidé dentro de la tienda una cosa y quise entrar pero no pude, pero creo que tú si podrás…
Len-pues vamos a ver…
Los dos chicos se dirigieron al la ventanilla de la que hablaba Horo-Horo. Llegaron hasta donde se encontraba. Efectivamente era una ventanilla estrecha y no solo eso, sino que se encontraba bastante alta, tal vez como a 2 metros o más. Lo único que había en el lugar eran cajas de cartón y la mayoría vacías.
Miraron la ventanilla por un rato. El lugar no era tan oscuro debido al reflejo de los rayos de la luna que se proyectaban a través de una pequeña abertura en la ventanilla la cual daba directamente a la calle. Pese a que era muy estrecha, todo parecía indicar que Len podía salir a través de ella.
Horo-horo- bien, entonces lo intentarás?
Len-así que no cabes por esa ventanilla?
Horo-Horo- si quepo, pero uno necesita ayuda para pasar por ahí, no ves que está bastante alta?
Len- pues creo que tienes razón, bueno, entonces seré yo el primero que salga.
Horo-Horo- bueno, entonces, cuando salgas puedes ayudarme a que yo salga. Descuida, del otro lado de la ventanilla, donde está la calle, no es muy alto como aquí.
De pronto, el Tao comienza a sentir unas manos entre su cintura para después ser levantado del piso sorpresivamente.
Len- oye! Que haces, idiota!
Horo-Horo- solo te estoy cargando para que puedas subir más fácilmente, o acaso…te incomoda?
Len- no, claro que no me incomoda u…u
Pero la verdad era que Len se sentía muy incómodo ante tal situación. No pudo evitar sonrojarse y comenzó a salir un poco de sudor de su frente. Trató de quedarse quieto pero no lo lograba bien. No quería dar insinuación alguna al Usui, de que se sentía bien al ser cargado por él. Gracias a las penumbras del lugar, Horo-Horo no pudo notar nada. El peliazul también comenzó a sonrojarse un poco. En buena parte era algo que hacía con el propósito de cargar al Tao, por eso lo hacía de manera delicada.
Horo-Horo- casi no pesas, Len?- El sonrojo de las mejillas del Usui se hizo mayor.
Len- lo dices como sarcasmo?...
Horo-Horo- O.o no, claro que no, lo digo por que pensé que me costaría trabajo cargarte u…u
Len- bueno, entonces cállate y deja que salga por la ventana…
Len abrió la ventanilla que comúnmente dejaban semi cerrada. Se levantó una nube de polvo lo cual lo hizo toser. Fue cuando por fin pudo ver la calle oscura y tétrica. Comenzó a entrar por la ventanilla y dio un gran brinco para poder tocar el piso.
Len- bien! lo logré, estoy fuera, Horo-Horo.
Horo-Horo- bueno y ahora como salgo yo?
Len-que no lo habías pensado, imbécil?
Horo-Horo- no…no lo había pensado
Len- eres un idiota! Ahora como vas a salir?
Horo-Horo- tengo una idea! Intentaré apilar unas cajas para ver si así puedo llegar hasta la ventana
Len- y lo dices ahora! Entonces podríamos haber evitado que tu me cargaras…
Horo-Horo comenzó entonces a apilar algunas cajas para poder alcanzar la ventanilla y salir junto a Len. Formó una gran fila, lo suficientemente fuertes como para resistir su peso y la escaló. Fácilmente logró llegar y entrar a través de la ventanilla. Mientras, el chino lo veía con enfado terrible. Le disgustaba tanto sentirse incómodo cuando el peliazul lo cargó que esa era la faceta que quería hacer creer al Usui, la de estar molesto con el.
Horo-Horo- lo ves? Fue algo muy fácil…- decía desde la ventanilla.
Horo-Horo-…solo tuve que apilar algunas cajas y…- sin dudarlo, el peliazul dio un salto, al igual que el chino, sin percatarse de que Len se encontraba justo debajo de la ventanilla.
El acto hizo que Horo-Horo cayera encima del Tao sin que este pudiera esquivarlo. Ambos chicos quedaron en el piso, uno sobre otro. En su rostro se dibujó una expresión de confusión además de un sonrojo bastante notorio a la luz de la luna y del poco alumbrado público que apenas llegaba. Duraron así por unos segundos. Simplemente no podían apartarse uno del otro. Era como si algo los impulsara a seguir.
Sus rostros comenzaron a acercarse cada vez más pero despacio. Aún no pronunciaban palabra alguna. No se oía más que el ruido de los grillos cercanos. Probablemente lo que ambos jóvenes deseaban era el encuentro de sus bocas pero no llegarían a algo así tan pronto, o si?
Sus rostros se acercaban cada vez más, sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente, su respiración se aceleró al igual que su ritmo cardíaco. Un calor parecía invadir sus cuerpos. Para los dos era una sensación nueva y extraña.
Un beso, tal vez apasionado, podría consumarse pronto. Sus labios comenzaron a rozarse entre sí sintiendo su cálido respirar mutuamente. Cada uno podía percibir el aroma del otro. Cada uno podía comenzar a conocer el sabor de otros labios. Sin embargo, el beso no se dio, por que el peliazul decidió separarse pronto. Era cierto que lo deseaba, y más ahora que lo tenía tan cerca, demasiado cerca. Pero no podía, el hecho de pensar que esto podía causar que Len fuera a despreciarlo, a no hablarle nunca más. Esta idea le causaba miedo, no quería que así sucediera. Pensaba que tal vez el tiempo podría decidirlo. De todas formas el no estaba muy seguro tampoco. No sabía si Len era un homofóbico o no.
Los dos se miraron confundidos.
Len—que ocurre?
Horo-Horo- perdón, no fue mi intención…
Len- me encanta oírte pedir disculpas, lo dices en un tono muy…sensual
Horo-Horo- como dices?- el peliazul no podía creer lo que el Tao le había dicho.
Len- es lo que pienso, tiene algo de malo?
Horo-Horo- no, no es eso, es solo que… es raro escuchar eso entre hombres
Len- por que tiene que ser raro, si es solo lo que pienso. Podrías levantarte? Pesas…
Horo-Horo- ah, si… disculpa- el sonrojo aún no se le quitaba.
El peliazul se levantó, seguido del Tao sacudiéndose cada uno el polvo que les había alcanzado a caer.
Len- ahora a donde vamos?
Horo-horo- pues a nuestras casas no?
Len- bueno, pues nos vemos mañana y gracias por ayudarme a salir…
Horo-Horo- puedo acompañarte a tu casa si quieres…
Len- y que no están preocupados en tú casa por tu retraso?
Horo-Horo- no, vivo solo, mi familia vive en Hokkaido, donde yo nací, ya te lo había dicho.
Len- no sabía que vivías solo, bueno, está bien, puedes acompañarme, por que la verdad aún me pierdo en estas calles…
Los dos chicos comenzaron a caminar en medio de las semidesiertas calles brumosas de Tokio. Ya era casi media noche, el ambiente era muy perturbador para andar solo por la calle. Len pensó que había sido la mejor decisión que Horo-Horo lo acompañara por que alguien podía asaltarlo y dejarlo golpeado camino a su casa. Por fortuna su casa no quedaba muy lejos de ahí. Con Horo-Horo a su lado se sentía mucho más seguro, además de que disfrutaba su presencia. Sentía una gran decepción de que no había ocurrido ese beso entre los dos. Ahora entendía lo mucho que lo deseaba. Ahora sabía que sentía algo fuerte hacía el peliazul. Pero ya existiría otra ocasión.
Cuando llegaron a la casa de los Tao, estaban a punto de despedirse pero trataban de hacer más tiempo para ello.
Len- pues, aquí es mi casa, si quieres puedo llevarte en uno de mis autos para que no camines solo por la calle…
Horo-Horo- lo dices en serio?
Len- claro que sí, no me gustaría que te pasara algo camino a tu casa.
Horo-Horo- sí, creo que tienes razón
Len- entonces vamos por uno de mis autos.
Entraron al pequeño estacionamiento en donde alojaban los autos de la familia. Eran 6 lujosos autos de distinto color. Dos eran de Len, uno de Jun, dos de En Tao y uno de Lan Tao. El abuelo tenía el suyo dentro de la cochera por que lo usaba poco. Horo-Horo solo podía ver arbustos más allá de los autos y algo lejos se notaba poco la casa por que estaban las luces apagadas. A los Tao no les gustaba mucho la luz.
Len- Usaré este, aquí traigo las llaves, vamos, sube…- anuncio el Tao
Horo-Horo- waau! Tu familia si que es rica.
Len- tu me irás diciendo hacía donde queda tu casa, entendido?
Horo-Horo- ni modo que tu lo adivines- dijo el peliazul con sarcasmo.
Len- no te hagas el gracioso, quieres?
Horo-horo- solo intento calmar la tensión.
Comenzaron el recorrido. Horo-Horo iba diciendo a Len por donde irse. El camino era un poco largo por que el Tao comenzó a inquietarse un poco debido a que el combustible comenzaba a terminarse.
Len- esto no estaba en mis planes… por que no me dijiste que vivías tan lejos, idiota?
Horo-Horo- tu no lo preguntaste? Además no es tan lejos
Len- pensabas irte a pie?
Horo-Horo- no, pensaba tomar un taxi…
Len-hay taxis a esta hora?
Horo-Horo- puede haber alguno, no?
Len- mejor cállate por que me estoy desesperando, no traigo dinero para el combustible del auto y no me alcanzará para regresar…- el Tao parecía sacar chispas por el enfado.
Horo-Horo- yo no tengo dinero suficiente para prestarte, mañana es cuando cobro mi quincena.
Len- entonces tendré que…
Horo-Horo- pues no habrá otro remedio: tendrás que dormir en mi departamento…- pese a la oscuridad, el peliazul podía notarse que una mirada maliciosa y divertida se dibujaba en su rostro.
Efectivamente, no hubo más remedio que quedarse a dormir en casa del peliazul. Se detuvieron en donde se encontraban una serie de edificios. En uno de ellos se encontraba el departamento del peliazul, en el tercer piso. Los dos chicos bajaron del auto y comenzaron por subir unas escaleras que ascendían en forma de espiral. Llegaron hasta la puerta descuidada y algo maltratada de la vivienda que habitaba el Usui.
Horo-Horo sacó unas llaves y escogió alguna. Abrió la puerta y un extraño aroma a comida se percibía desde afuera. También pudo notarse un poco de olor a humedad. Entraron a lo que es la sala donde solo se podía apreciar un sofá, una pequeña televisión y una pequeña mesa además de un librero con pocos libros. El Usui encendió la luz. Fue como Len pudo mirar mejor los objetos. También había algo de basura en el piso. La mochila que Horo-Horo solía usar para llevar sus útiles a la escuela, yacía tirada a un lado del sofá. Los libros que debían estar dentro de la mochila ahora estaban semi dispersados por el piso. También había un plato de comida para perro y agua en un pequeño recipiente, lo que indicaba que tenía una pequeña mascota.
Horo-Horo- pasa, que esperas?- el peliazul lo invitó a pasar haciendo un ademán.
Len- si, claro… se nota que en verdad vives solo.
Horo-Horo- perdona por el desorden, es que no me da mucho tiempo de limpiar. Después de la escuela, tengo que ir a mi trabajo- el Usui cerró l puerta.
Len- si, lo entiendo, pero no es más limpio el que recoge sino el que menos ensucia, sabes?
Horo-horo- si, mi mamá me dice lo mismo- comenzando a frotar el cabello de su nuca.
Len- además veo que no tienes muchas cosas…
Horo-Horo- es que viviendo solo, no las necesito mucho…ven Shirou inu!- el Usui llamó a su perro quien vino gustoso, meneando la cola de alegría.
El pequeño animal corrió por el pasillo y se abalanzó sobre su joven dueño.
Len- es un perro muy lindo…
Horo-Horo- es mi mejor amigo, el y yo vivimos en este departamento…
Len- sabes? Tengo mucho sueño, mañana tenemos que ir a la escuela y no quiero que se me haga tarde, donde voy a dormir?
Horo-horo- duerme en mi cama, yo dormiré en el sofá…
Len- en donde está tu cuarto?
Horo-Horo- en el fondo del pasillo…
El Tao caminó hacía donde estaba la habitación del Usui. Esperaba encontrarse con un cuarto desordenado como la sala pero no fue así. Dentro había una cama bien tendida, un escritorio con libro bien apilados y un armario.
Horo-Horo- si quieres puedo prestarte algo de ropa…
Len- no, así está bien, yo acostumbro dormir solo con mis boxer
Horo-Horo- mmm….bueno, entonces, que pases buenas noches.
Len- je…tu también.
Horo-Horo también acostumbraba dormir con boxer solamente. Pero de su mente no salía esa imagen en donde ellos dos se encontraban tan cerca de ese beso. Se sentó en el sofá y comenzó a desvestirse para dormir. Pronto comenzó a fantasear en la idea de aprovecharse de que Len estaba en su cuarto, probablemente ya solo con su boxer, para seducirlo y…
Horo-Horo- no, será mejor que deje de pensar en eso…
El Tao se encontraba ya acostado en la cama. Iba a asegurar la puerta para que Horo-horo no entrara pero pensó que el Usui sería incapaz de tal cosa, así que no lo hizo.
Len intentó conciliar el sueño pero no podía. Sentía demasiado nerviosismo por el hecho de saber que ese encontraba tan cerca de Horo-horo.
Horo-horo ya estaba muy inquieto. No lo resistiría más, así que decidió levantarse para ir al baño a arreglar su "asunto" pero no entró al baño y miró a donde estaba la puerta de su habitación. Dudó en entrar o no. Comenzó un gran calor recorrer todo su cuerpo de nuevo.
Sin dudarlo más, decidió entrar al cuarto, moviendo la perilla lentamente. Len hundía su cara entre la almohada y se tapaba con las sábanas comenzando así a sudar.
Horo-horo se fue acercando cada vez más hacía la cama donde Len estaba "durmiendo". Lentamente comenzó a tratar de despojarlo de las cobijas. Len reaccionó pero no tuvo tiempo para evitar aquel beso. En efecto, Horo-horo besaba a Len con gran pasión, explorando cada rincón de su boca.
El hecho de que ambos estuvieran semidesnudos hizo que el ambiente se tornara cada vez más lujurioso. Horo-horo se subió a la cama. Tiraron algunas sábanas al piso. Ninguno de los dos se resistió. Ahora estaban juntos y no lo desperdiciarían.
Primero sintieron como chocaban sus entrepiernas, causándoles sumo placer, lo cual los hizo lanzar ciertos gemidos. Seguían las caricias. No pronunciaban palabra alguna. Horo-Horo comenzó a besar el cuello de Len con gran ansiedad.
Cuando se dieron cuenta, sus boxer se habían perdido de vista. Ya estaban completamente desnudos. Hasta esa banda de la cabeza de Horo-horo había sido quitada. El peliazul comenzó a acariciar el miembro de su compañanero.
Los gemidos seguían invadiendo la habitación y cada vez era más fuertes. Su excitación era tan fuerte que los dos chicos deseaban ya tener un contacto sexual competo.
Len- Horo-Horo, ya, quiero sentirte…- su voz se entrecortaba por la excitación, solo se escuchaba como un susurrro.
Horo-Horo- como…dices…?- tampoco podía hablar con coherencia.
Len- quiero sentirte dentrooo…- ahora había subido su tono de voz. Lo pedía con gran insistencia.
Horo-Horo- lo haré…
El Usui sacó un lubricante y después de llenar su miembro de el, se dispuso a entrar lentamente para no lastimar al chico chino.
No podía verse nada por que la luz estaba apagada, lo que hacía que el momento fuera más emocionante. El Usui entró cada vez más y más hasta llegar al final.
Len soltó un quejido leve. Sentía dolor pero mezclado con un inigualable placer. Trató de ahogar un grito en el pecho del Usui. Horo-Horo dio un gran gemido de placer levantando su cara hacía donde estaba el techo. El peliazul comenzó a mover la cadera de forma circular, lo que los estimuló a continuar.
Después de un delicioso orgasmo del peliazul, vino uno del chino que sintió el Usui deliciosamente por todo su torso. Nunca habían sentido tal placer y no se arrepentirían de lo que habían hecho.
Después de sentirse satisfechos, el peliazul salió y cayó rendido a un lado de Len. El Tao tenía una gran sonrisa por su excitación pero tiernamente tapó a su compañero con una de las sábanas. Len besó a Horo-Horo en la boca, ahora de forma tierna, como diciéndole "gracias, te amo". Ambos chicos durmieron placenteramente el resto de la noche.
…………………………CONTINUARA…………………………
Hola! espero que les haya gustado este capi, a mi parecer está algo cortito, no sé que opinen ustedes, pero es que ya son la 1:00 de la mañana y se me secó un poco el cerebro. La verdad es que no quería que las cosas sucedieran tan pronto pero mi pervertida mente me incitó a escribirlo muajaja (mirada maliciosa y pervertida de Kirai Yami). Espero que pueda actualizar pronto el próximo capi para que sepan en que continua todo ¿cómo será la relación de Horo-Horo y Len a partir de ahora? Eso lo sabrán en el próximo capi, así que no dejen de leer y onegai, review!.
Ja nee!
Kuchizuke!
Kyoskete Kudasai!
Atentamente, Kirai Yami きらいやみ
Sus reviews:
Alia Asakura: Hola, espero que estés bien y te agradezco que hayas leído el fic, que bueno que te gustó. Bueno, con respecto a lo de que Horo-Horo trabaja ahí pues la verdad si me equivoqué con lo de las edades pero bueno, ya que, de todos modos Horo-horo solo trabaja ahí ayudando en cosas pequeñas y no le pagan mucho, tampoco trabaja mucho tiempo ahí n.n. Dices que ponga un poco de HaoxYoh? Pues me encantaría, lo voy a hacer (por que además me gusta esa pareja también) y creo que intentaré hacer lo de las parejas disparejas que sugeriste. Espero que te guste este capi y onegai, mándame otro review.
Hitomi miwa: pues como vez tardé siglos pero ya por fin aquí está el otro capítulo de este fic, te mando muchos saludos y que te encuentres bien n.n.
Horohorolikka: gomen nasay T.T por tárdame en actualizar pero aquí ya lo tienes. Que bueno que te haya gustado mucho el capi! Eso me hace muy feliz T.T y espero que este también te guste. También espero que puedas leer mis otros fics y onegai, mándame otro review sobre este capi que espero que ahora si sea lo suficientemente largo. Kyoskete!.
Pilikita y Kororito: Que bueno que me digas que es un lindo fic T.T, me gusta que queden satisfechos con lo que escribo. No se si ya pude unir este fic a tu C2, creo que no, mejor tú explícame como se hace por que no sé T.T. Onegai, otro review. Kyoskete kudasai!
Risa Haradaa: Como vez ya actualicé el nuevo capi y espero que te guste para recibir otro review tuyo. Te gusta DNAngel? A mi si (sobre todo por el sexy Dark-san), tal vez luego escriba algo de esa serie. Kyoskete kudasai!
