Capitulo 12
Kagome miro a su alrededor, buscando ayuda, estaba desesperada, Sango seguía
Inconsciente, Miroku apenas podía andar, Inuyasha parecía q volvía en si pero estaba
muy aturdido, miro a Shippo, a su lado había una flecha, posiblemente se le cayo
mientras huía, dirigió su mirada a el pequeño zorrito, que pareció entender, y se
convirtió en un arco, ya que el suyo estaba demasiado lejos y no podría alcanzarlo.
-Escucha atentamente vuestra sentencia de muerte, muchacha, y el principio de mi poder
Hablo Naraku, con la esfera de los cuatro espíritus en alto.
Kagome cogio a shippo convertido en arco y la flecha, e hizo lo único q sabia q podía
hacer, tenso la cuerda todo lo q pudo, apunto, no podía fallar, tenia que impedirlo, y
disparo. La flecha salio a gran velocidad, Naraku la miro un tanto sorprendido, y vio
como la flecha no iba hacia el, sonrió placidamente.
- Fallaste, jajaja, Kikyo, no habría fallado.
-Yo tampoco he fallado, Naraku.
La flecha de kagome alcanzo su objetivo, la esfera que Naraku sostenía con tanta ansia,
y la joya volvió a fragmentarse y a esparcirse por todo el Sengoku.
Kagome sabía que con una flecha no podría matar a Naraku, e intento la única opción
que le quedaba, volver a romper la joya, no la tendrían ellos, pero Naraku tampoco y así
ganaban tiempo.
Naraku se enfado mucho, tan cerca que había estado, tan cerca, de tenerlo todo, TODO.
Y esa imitación de miko se lo había arrebatado, estiro su brazo y la cogio del cuello.
-Vas a pagar lo que has hecho, porque vas a morir.
Kagome no podía respirar, se ahogaba, pataleo intentando liberarse, pero lo único que
consiguió fue agotar sus energías, la vista se le nublaba, la luz del día desaparecía,
agarro la muñeca de Naraku intentando apartar su mano, pero no tenia fuerzas, ya no
podía respirar.
Inuyasha consiguió centrarse para ver caer los brazos de Kagome inertes uno a cada
lado de su cuerpo, Naraku la sujetaba del cuello, ella ya parecía sin vida, estaba
totalmente quieta.
Una furia interior recorrió su cuerpo tiro a colmillo de acero a un lado, la sangre le
hervía, su cara cambio, parecía poseído, una rabia interior le inundo, y quería matar a
aquello que lo había provocado, a aquello que le estaba arrebatando lo que mas quería
Como un salvaje con ansias de sangre se lanzo contra Naraku, atacándolo sin pausa,
Naraku no podía regenerarse tan rápido, Inuyasha le ganaba en velocidad, estaba
endemoniado, poseído, encolerizado, la muerte de esa muchacha había provocado eso.
No podía quedarse mas tiempo, si recuperaba los fragmentos aun tendría una
oportunidad, si se quedaba a pelear, Inuyasha acabaría con el tal era su rabia.
Naraku pues tomo una decisión, y adelantándose a Inuyasha lo esquivo y se esfumo.
El malvado ser había soltado a kagome cuando Inuyasha se le echo encima y esta yacía
sobre la hierba. Shippo corrió hacia ella, en su garganta había una enorme marca
morada, la mano de Naraku, al zorrito se le escaparon unas lagrimas, pero tuvo valor de
poner su oreja en el pecho de ella, y pudo oír aunque débiles los latidos de su corazón.
Inuyasha, necesitaba mas, no podía parar, tenia que pelear, quería sangre, ya no conocía
a nadie, ni amigos ni enemigos, se volvió, feroz, vio a la chica en el suelo y su rabia
creció , vio a Shippo a su lado y sin distinciones se lanzo sobre el, pero algo lo detuvo,
un golpe directo a su estomago que le hizo encogerse.
Sango se había recuperado a tiempo de ver la reacción de Inuyasha y había reaccionado
lanzándole su hueso volador.
-Esta viva¡¡¡¡- dijo Shippo mirando a Sango.
Sango se acerco velo pero preparada por si Inuyasha les atacaba, poco a poco Kagome
iba recuperando el color, la luz traspasaba sus pestañas, y por fin abrio los ojos, apenas
podía hablar, pero pudo incorporarse.
Inuyasha vio a dos personas cerca de lo que tanto quería, y volvió al ataque, Shippo se
asusto y se escondió detrás de Sango, esta se preparo para atacar, pero Kagome la
detuvo, los echo a un lado y se puso delante, Inuyasha la alcanzo y la cogio con sus
garras, clavándoselas, parecía que la iba a partir en 2.
Sango miraba horrorizada.
Shippo lloraba.
Kagome no podía hablar, no podía decirle "al suelo".
