Un Año sin ti (o la revelación)

Luna y Ginny llegaron a la madriguera antes del almuerzo. Les sorprendió comprobar que sólo estaban en la casa Ron y Hermione. "Fleur llamó hace unos días. La pequeña Harriet está con varicela Muggle y mamá salió desesperada a cuidarla. No puede vivir sin su nieta. Papá está trabajando." Ginny asintió. "¿Y tú no trabajas Ron?" preguntó de pronto Luna. Hermione sonrió. "El Ministerio está evaluando si debe seguir en el entrenamiento para Auror. Sus resultados no han sido del todo satisfactorios." "¡Mione!" Ella rió y Ginny volvió a recordar los tiempos en que, con Harry, armaban un cuarteto inseparable. El año anterior… Cuando ella le había dicho a Harry que estaría a su lado aunque él no quisiera… Cuando hablaban de que a ella el encantaría tener un anillo de compromiso de esmeralda…
Ginny se sobresaltó. No traía en su cuello el anillo… ¿Desde cuando? No recordaba haberlo visto en mucho tiempo. Incluso desde antes de que Luna planeara su estratagema. Y sin embargo… no se preocupaba. Tal vez era una forma del destino de decirle que esa etapa de su vida ya estaba cerrada. "Siéntense," invitó Hermione mostrando la sala. Ginny frunció levemente el ceño. Era su casa después de todo.
"¿Y porqué nos han hecho venir?" preguntó Luna cayendo alegremente en el sofá. Ginny se sentó a su lado algo desconfiada. Ron se notaba nervioso, podía sentirlo a leguas. Hermione rió nerviosamente. "Nosotros teníamos que decirle algo a Ginny y pensamos que sería más fácil si la acompañaba una persona." Luna tapó su rostro con las manos y luego las quitó. "No será que vana tener un hijo¿no? Porque la verdad no me sorprende…" Ginny se echó a reír, mientras que Hermione se volvía roja como una amapola. "Claro que no." "Eso explicaría el intempestivo compromiso." "Luna, no. No es eso," respondió tajante Ron, con las orejas ardientes.
"Entonces," preguntó con fingida serenidad Ginny. "Hablaremos de ello después del almuerzo. Hermione ha preparado algo. De allí iremos a Little Whinging. Una persona nos espera allí." Luna afiló sus ojos y miró preocupada a Ginny. Ginny en cambio desestimó el asunto. "Bueno… comamos."

Draco había faltado a clase y se encontraba en su ventana favorita. Ese salón nunca se usaba y era el escondite preferido de Ginny. Le gustaba sentarse bajo ella y contemplar los ojos castaños de la joven Weasley. Una carta le cayó en la cabeza. "¿Qué diablos?" La pulcra letra de Hermione lo sorprendió. Y más lo que decía el sobre. "No abrir hasta las tres de la tarde."

Ginny hubiera preferido no almorzar e ir directo a la misteriosa visita. La comida de Hermione, hecha a usanza Muggle, dejaba mucho que desear. En cambio Luna encontraba que había sido una cena divertida. Pensaba que el sabor poco apetecible era una broma de la cocinera. Se encontraban en un carruaje, uno de los pocos que aún se veían en Inglaterra. Arthur lo había conseguido en una de las incautaciones Muggle y ahora era el vehiculo favorito de la familia para ir al pueblo. Los gemelos lo usaban en especial para conquistar chicas cuando venían de visita.
"¿El pueblo no está hacia el otro lado?" corrigió Ginny al ver que viraban de rumbo. "Es cerca de aquí," susurró Hermione sin alzar la mirada. Vio su reloj y supo que ya eran las tres de la tarde. El carruaje se detuvo ante una casa que parecía abandonada, aunque el limpio balcón delataba la presencia de una persona. "¿Quién vive allí?"

Draco sacó la carta del sobre y empezó a leer.
"Draco, la verdad no sé que extraña inspiración me ha llevado a escribirte pero extrañamente sé que no estoy equivocada. Sé que amas a Ginny Weasley y lo que es más raro, creo que ella te corresponde. ¿Cómo lo sé? Las miradas que se daban en la boda pensando que nadie los veía, la forma en que las cartas de Ginny se han ido iluminando según pasan los días. Han llegado a mi rumores sobre una relación que supuestamente tienes con Luna, y me da la impresión que es sólo una fachada para ocultar a tu verdadero amor. Estoy convencida de ello…"

Los cuatro bajaron del carruaje y Ron se acercó a la puerta. El rostro de Hermione parecía nervioso. "¿Qué sucede?" murmuró Luna suspicaz. Ginny vio como una sombra oscura salía de la casucha. "Ginny, no queríamos ocultártelo pero él nos lo pidió." "¿Él?" Luna dio un sollozo al ver los ojos de la sombra por un momento.

"Es por eso que me veo en la obligación de informarte a dónde estamos llevando a Ginny, ya que te afectará tanto como a ella. Ron por supuesto no sabe que te he escrito esta misiva, pero era lo menos que podía hacer. Supongo que debo empezar por el principio… y el principio se dio precisamente el día en que el reinado de terror de aquel que no debe ser nombrado cayó…"

Hermione tomó la mano de Ginny. "Pase lo que pase, sé fiel a tu corazón." Ginny sintió que en su otra mano se colocaba un anillo. Bajó la mirada y vio el reluciente anillo esmeralda en su dedo anular. Luna aún sostenía sus dedos en él. "Creí que ya no lo necesitarías, así que lo tomé… Pero estaba equivocada…" La pelirroja sintió un aroma familiar en el aire, mientras Ron caminaba con un encapuchado hacia ellas.

"Aquel día, mientras todos estaban ocupados luchando por sus vidas, Harry enfrentó al señor Oscuro. Y lo venció. Sin embargo, sólo yo y Ron pudimos acercarnos a él después de la batalla. Su rostro parecía haber envejecido muchos años, su color era cetrino y su mirada opaca. Voldemort podía haber muerto pero había liquidado parte de su alma con él. Nosotros nos acercamos a él, y recuerdo bien que lo abracé. Estaba frío como el hielo y temblaba como un niño. Aunque sabía que debía matar al rey de los Mortífagos, la emoción había sido demasiado para él. Y lo primero que nos dijo fue precisamente eso. Que n o podía soportar ninguna otra emoción… Que quería desaparecer"
Draco dejó leer por un momento. No entendía porqué Hermione le contaba eso. Era historia conocida de que Harry había vencido a Voldemort y después había muerto. Sin embargo algo no cuadraba no lo que los amigos del muchacho habían contado… ¿Acaso Harry se había suicidado¿Y qué tenía eso que ver con él?

Ron y el desconocido se pararon a escasos metros de las chicas. "Ginny. Hay alguien que te ha estado extrañando por mucho tiempo, pero aún no era le momento de que lo vieras. Pero ahora hemos decidido qué tu también debes ser parte del mayor secreto que hemos compartido y que pronto será de conocimiento público." La joven sintió un escalofrío. Presentía quién se encontraba al lado de su hermano pero no quería creerlo. Era imposible.

"En ese momento no podías negarle nada a Harry. Si el quería desaparecer del mundo, lo ayudaríamos. Pero no del modo que crees. Sabíamos que Harry se recuperaría, que tomaría tiempo pero que algún día volvería a ser el joven valiente y determinado que se había convertido en el héroe del mundo mágico. Así que con las pocas fuerzas que nos quedaban lo enviamos lejos. Lejos aun lugar donde no lo buscarían y sólo nos quedamos con el anillo de compromiso que había comprado para Ginny. Ella tampoco debía saberlo por el momento, porque su impulsividad, según las propias palabras de Harry, podrían quitarle ese tiempo de descanso y anonimato que tanto necesitaba"
Draco se levantó sorprendido. Harry Potter vivía.

Ginny empezó a temblar violentamente y sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. El desconocido dio unos pasos hacia ella y bajó su capucha. Los ojos verdes de Harry hicieron soltar un sollozo en Ginny. ¡Él estaba vivo! "Te extrañé mucho, Ginny." Las manos de Ginny tocaron el rostro del joven elegido. Era distinto a la última vez que lo había visto. Su rostro era más serio y traía una cicatriz en una mejilla, producto de la última pelea. Peor estaba bien. Hermione había convenido días atrás que estaba notablemente recuperado y que las heridas de su alma estaban cicatrizando. Pero ver a Ginny era lo que más necesitaba Harry.
Luna cayó de rodillas al lado de Ginny y empezó a llorar de felicidad silenciosamente. Había callado su dolor de perder a Harry por demasiado tiempo, y era la primera vez que les daba rienda suelta a sus emociones. "¿Cómo es posible, Harry?" preguntó Ginny con una sonrisa.

Draco terminó de leer la misiva, con cierto temor.
"Hemos cuidado de Harry en secreto, haciéndole recobrar su fuerza sólo con nuestro cariño y amistad. Somos los únicos que saben de su existencia… Hasta hoy. Cuando nos llevamos a Ginny y Luna, era con la intención de que reencuentren a Harry, lo que debe estar sucediendo en este momento. Dada tu relación con Ginny, era justo que lo supieras y confío en que guardarás el secreto hasta que demos a conocer al mundo que el Niño que Vivió es también el Héroe que Vivió. Lo que Ginny haga después de hoy, no puedo saberlo. Pero confío en que elija lo que su corazón realmente necesita.
Hermione Granger"
Draco dejó caer la nota al suelo. Algo terminó de romperse en su interior y por primera vez desde que era un niño, lloró. "La he perdido."

"Te he extrañado tanto. A pasado casi un año sin estar contigo." "Yo también te extrañé," murmuró Ginny sentada en el sofá de la casucha. Después del momento de emoción, Ginny se había desmayado y todos se habían visto obligados a llevarla dentro. Apenas despertó, Hermione y Ron les explicaron a las recién llegadas la forma en que Harry había sobrevivido y cómo lo habían ocultado hasta ahora. Después de ello, Hermione se había llevado a Luna y Ron a la cocina, para dejar a la pareja hablar después de meses de separación.
"Veo que Luna y tú se han hecho más amigas." "Sí. Después de que ustedes se fueron de Hogwarts, Luna ha sido mi apoyo incondicional." Miró el anillo y recordó que Luna lo había guardado. Luna tenía una forma extraña de hacer las cosas, pero siempre tenía las mejores intenciones. "Veo que aún llevas mi anillo. El de compromiso," murmuró Harry con una voz suave. Ella le dio una forzada sonrisa. Ver a Harry la había alegrado sobremanera, pero pasado el momento de sorpresa, había notado que se encontraba en una posición incómoda. Harry no sabía nada sobre Draco… Y cuando lo supiera no le gustaría.
"Es un bello anillo," murmuró sacándoselo del dedo. "No te lo quites. Quisiera hacerte ahora le pregunta que venía con ese anillo," dijo él empezando a pararse de su silla. "Espera," dijo más nerviosa que nunca Ginny, "necesito preguntarte algunas cosas antes." "Por supuesto, le respondió él sonriendo. "¿Por qué no me lo dijeron?" Si lo hubieran hecho tal vez no hubiera dejado que sus emociones cambiaran tanto en ese tiempo… "Porque tú hubieras querido venir conmigo y yo no quería que sacrificaras tu último año de Hogwarts cuidando a un desvalido." "Tomaste esa decisión sin mí," dijo ella amargamente. "Lo hice por ti." "Lo sé," dijo ella.
Ginny se levantó y se paró frente a Harry. "Pero no me pediste que te esperara."

Draco terminó de recoger todas sus cosas en su baúl. Sólo hacía unas horas que había sentido que su corazón se rompía en mil pedazos. Ginny no volvería para la graduación, estaba seguro de ello. Quería alejarse de Hogwarts lo más rápido posible. Olvidar ese tiempo en que había tenido a Ginny Weasley en sus brazos y que el futuro parecía prometer brillantes esperanzas. Todo había sido un sueño. El príncipe azul de Ginny había vuelto desde le mundo de los muertos y ya era hora de que él desapareciera de su vida.
"¿Qué crees que haces?" Él alzó sus ojos azules y se encontró con una Ginny agitada. Parecía haber corrido desde algún lugar lejano. "¡Ginny!" "Déjame tomar aire," murmuró ella mientras se dejaba caer en la silla del escritorio de Draco. Nunca había estado en la habitación de un Slytherin. No sabía que tenían dormitorios privados pero lo agradecía. Sería muy vergonzoso tener la conversación que quería frente a muchos Slytherins burlones.
"¿Qué pasó¿Porqué estás así?" "Bueno, he corrido desde los límites del Hogwarts hasta aquí. Obviamente estoy cansada. No tenía una escoba, y las reglas de Hogwarts de movilización no ayudan." "Pero y la contraseña…" "Vamos... Me la dijiste hace unos días¿no lo recuerdas? Decías que jamás me atrevería a entrar a este lugar." Ginny suspiró y miró a Draco.
"Bueno, ya estoy bien. ¿En qué estábamos?" Miró el baúl a medio hacer y volvió a mirarlo. "Ya recuerdo. Me preguntaba qué estabas haciendo." "Empacando," respondió él volviendo a lo que hacía. "¿Por qué? La graduación es en dos días¿no crees que te estás adelantando?" "Pensaba irme de Hogwarts hoy mismo. Aunque me sorprende que hayas venido. Creí que tú no volverías para la graduación." "Es un momento importante de mi formación¿no crees? Mamá estaría desilusionada si no me quedara. ¿Por qué no volvería?" Draco cerró violentamente su baúl y la miró. ¿Por qué actuaba como si nada hubiera pasado¿Por qué no le decía de frente que se había encontrado con Harry?
"Dímelo de una vez Ginny." Ella parpadeó confundida. ¿Qué le pasaba? Había salido corriendo de la casa de Harry con los ojos llorosos. Le había entregado su anillo y le había pedido a Luna que por favor le explicara que ella ya no correspondía a sus sentimientos. Hermione la había sorprendido dándole un Traslador. "Pensé que tal vez lo necesitarías. Va directo a los límites de Hogwarts." Había corrido todo ese trecho y no había podido esperar a la mañana para hablar con Draco. Pero la forma en que lo encontró la había sorprendido. Ni siquiera lo había saludado con un beso, como solía hacer. Algo había pasado…
"¿Sucedió algo mientras no estaba?" "Sí," dijo él mirándola de una forma que ella no había visto en mucho tiempo, "Harry Potter se reencontró con su novia después de una larga ausencia." Ella se paró asombrada. "¿Cómo sabes de Harry?" "Granger tuvo la decencia de anunciarme que te reencontráis con él hoy. Así que perdóname que no quiera pasar más tiempo en Hogwarts sabiendo que una vez que termine el año, te irás con el héroe del mundo. No podría soportarlo." Ginny se rió, y Draco se quedó sin palabras.
"¿De qué te ríes?" "¿Voy a irme con Harry?" "Vamos, es el gran amor que habías perdido y la vida te ha dado una nueva oportunidad para..." Ginny acortó la distancia que los separaba y lo besó. Draco se separó sorprendido. "Pero…" "Él no confió en mi. Decidió pasar solo momentos muy importantes para él. No me incluyó en su vida… Tú sí. Tú has abierto mi corazón en estos meses mucho más que el amor que tuve por Harry Potter desde que tenía diez años. No podría dejarte por él. Siempre lo voy a querer de cierta forma pero a ti te amo. Yo te pertenezco. Ese día en San Mungo, me marcaste como tuya para siempre." Draco sonrió con lágrimas en lo ojos. "¿Estás llorando, Sr. Malfoy?" "Rayos. Es la segunda vez hoy. La primera cuando creí perderte y ahora…" "Cuando sabes que nunca lo harás." Y cayendo en la cama continuaron su beso.