El Anillo (o las sorpresas del corazón)
"¿Y qué pasó después que me fui?" Luna había vuelto a Hogwarts al mediodía del día siguiente. Le había sorprendido saber que Ginny estaba castigada por encontrarse saliendo de los cuartos de los Slytherin en la mañana. Aunque comprendía la razón… Ginny finalmente estaba libre y había ido con Luna hacia la sala común Hufflepuff, donde siempre era bien recibida. "Bueno, Harry parecía más sorprendido que otra cosa, para decir la verdad. Creo que te daba por sentado y que tú salieras corriendo no estaba en sus planes. Le expliqué brevemente que ahora tú amabas a otro muchacho y que de haber sabido que vivía tal vez las cosas hubieran sido distintas. Ron estaba echando chispas, pero Hermione lo tranquilizó cómo sólo una prometida sabe hacerlo. Nos despedimos de Harry y luego me enviaron aquí. Al parecer en un par de semanas darán a conocer al mundo que Harry vive"
Ginny suspiró. Jamás hubiera creído que dejaría al joven Gryffindor por Draco Malfoy. Pero no dudaba de su decisión. "¿Y tu Ginny? Parece que tu reencuentro con Draco fue algo apasionado…" La joven se puso roja como un tomate. "Ginny, no hables de esas cosas, por favor. Luna sonrió traviesa. "¿Qué va a ser ahora de nosotros?" murmuró Ginny mirando al techo, "No sé que pensarán mis padres cuando lo sepan. Y Harry… Cuando reaparezca estoy segura que no me perdonará el elegir a Draco. El mundo mágico me odiará." "No te debe importar lo que ellos piensen. Tú tienes derecho a ser feliz." Ginny le devolvió la sonrisa. "Eso espero. Y tú también, Luna." Luna sonrió. Tenía un nuevo brillo en lo ojos. Aunque muy pequeña, había recuperado la esperanza que había perdido.
Luna y Draco nunca habían estado presentes en la graduación de los alumnos de Hogwarts. Esta ceremonia, que terminaba con un baile, se llevaba a cabo un día antes de la cena de despedida y sólo los alumnos de último año, sus parejas y familia asistían. Ginny había asistido a la de los gemelos y Percy, así que sabía lo bella que era. Había pensado asistir a la de Ron con Harry, pero ese día hubo una lucha con los Mortífagos y ninguno de los amigos había asistido. Así que le hacía ilusión ir con Draco aunque formalmente él entrara con Luna y ella sola. Dennis la había invitado para poder estar presente (Colin al parecer seguía con Romilda) pero ella lo había rechazado.
Ese día Ginny se vistió con un traje hermoso de color esmeralda. Era el color favorito de Draco, y también el suyo. Cuando vio a Luna, supo que ese color rosado iba acorde al renovado ánimo que la caracterizaba últimamente. Draco estaba simplemente para quitar el aliento. La ceremonia se realizó en el tiempo esperado y los tres se sintieron orgullosos al recibir certificados del Ministerio de Magia de haber terminado su formación escolar. Cuando empezó el baile, Ginny se sentó en una mesa viendo a su amado y su mejor amiga bailar. Habían acordado que esperarían unas cuantas piezas y luego saldrían al balcón a bailar ellos solos. "Vaya, veo que la princesa Weasley ha venido sola." Colin se había pardo frente a ella. "¿Qué quieres Colin?" "No entiendo porqué no viniste con mi hermano. Hubiera sido mejor que andar sola como una pobre viuda. Si quieres podríamos bailar. Romilda a veces me hastía. O le puedo decir a Dennis que venga a sacarte, al final vino con una tonta que no sabe bailar." Los ojos castaños de Ginny brillaron. "¿Qué te pasó Colin? Cuando eras niño te consideraba uno de mis mejores amigos, Harry te tenía en tanta consideración. Pero ahora que has crecido te has vuelto tan odioso. Me da vergüenza pensar lo que él diría si te viera." "Pero él ya no está," contestó ofendido y se alejó hacia su pareja y hermano.
Luna se sentó al lado de la pelirroja. "Te está esperando fuera," dijo sonriendo. Ella le agradeció y corrió hacia el balcón, siendo seguida por algunas miradas suspicaces. Draco se encontraba en el balcón, mirando las estrellas. Parecía perdido en sus pensamientos, y Ginny lo encontró adorable. "¿En qué piensas?" "¿Qué haremos saliendo de Hogwarts, Ginny?" "Sólo sé que estaremos juntos." Los ojos de Draco se entornaron. "Es un buen prospecto. Se me hace raro pensar de que si aquella noche en San Mungo no te hubiese detenido... "Pero lo hiciste. Evitaste que cometiera el mayor error. Rendirme. Tenía que vivir para pasar este tiempo a tu lado… ¿No te das cuenta?" Ambos se besaron.
"¿Acaso no es tierno?" La pareja volteó asustada a mirar el origen de la voz. Romilda Vane se encontraba de pie entre Dennis y Colin Creevey, todos armados de varitas. "Sabíamos que había gato encerrado en este asunto. No puedo creer que te invitara al baile… y que me rechazaras por el maldito Malfoy." "Tú, que fuiste elegida por Harry Potter," chilló Romilda y alzó su varita. "¡Cuidado!" Un hechizo insonoro atrapó a Draco cuando protegía a Ginny, amarrándolo con una soga invisible. Ginny gritó. "Suéltenlo… ¿Qué es lo que hacen," Dennis corrió hacia ella y la rodeó con un brazo. "Atacar a magos sin varitas es poco noble para Gryffindors," murmuró Draco fríamente mientras Romilda lo hacía alejarse de Ginny. Colin y Romilda rodearon al Slytherin. "Realmente me das asco, Malfoy. Tomar a la novia de Potter. Aprovecharte de su debilidad." "Dudo que ella sea inocente. Siempre supe que era un víbora," agregó Romilda.
Dennis olió el cabello de Ginny, mientras ella palidecía. "No sé qué le ven a Malfoy. Lovegood también parece disfrutar de su compañía." Draco miró a la puerta. "Pronto alguien vendrá. Este no es el lugar más privado…." "Romi ya se encargó de sellar la puerta por dentro. Dudo que nadie se acerque." Hizo otro gesto con su varita y Draco cerro los ojos. Un hilillo de sangre corría por su mejilla. "Draco," sollozó Ginny. No podía zafarse del agarre de Dennis, y sentía que pronto iba a desmayarse. Draco soportaba todos estoicamente, ya que no podía defenderse, prefería que se enfocaran en él y no molestaran a Ginny.
"¿Es eso lo mejor que puedes hacer, Creevey?" Romilda lo golpeó en las piernas y lo hizo caer de rodillas. "Humíllate ante nosotros, serpiente. Vamos a vengar el orgullo herido de Potter." Dennis acarició la cintura de Ginny y ella se agitó. "Déjame." "Debemos humillar a los que no respetan al gran héroe." Se oyó una risa potente y fresca que dejó a todos sorprendidos. Los ojos de Ginny brillaron al reconocer a su dueño. Al frente de la puerta surgió Harry Potter, retirándose su capa invisible. Ya no podía soportar ver como esos tres mequetrefes usaban su nombre para cometer atropellos. Era suficiente.
Romilda soltó el hechizo que su varita mantenía en Draco para mirar con emoción a Harry. "Estás vivo, no puede ser," ella corrió hacia él pero fue echa a un lado por él. Dennis soltó de prisa a Ginny y corrió al lado de su hermano, mientras Draco se levantaba, alejándose de ellos. "Ustedes tres son una vergüenza para la casa Gryffindor. ¿Creen que lastimar a una de las personas más importantes para mí es una especie de homenaje? Quiero que se vayan de inmediato de aquí. No soporto ver sus caras. Y si vuelvo a oír que andan molestando a otros. No respondo de mis actos… Me has decepcionado, Colin," agregó dándole una mirada severa a éste. Los tres salieron corriendo de allí. Dennis abrió con un golpe la puerta y desaparecieron de escena.
Ginny se acercó a Harry. "Gracias, Harry." "Me sorprende que se hayan vuelto de esa forma. Realmente el orgullo se les sube a la cabeza¿no?" "La gente cambia," murmuró ella. Él sonrió y miró a Draco, que parecía indeciso en acercarse. "Ya lo veo. Así que él es ahora el dueño de tu corazón, como dijo Luna." Ginny asintió y corrió a tomar el brazo de Draco. Él se limpiaba la sangre de su rostro. "¿Cómo llegaste aquí?" "Oh, los seguí desde que salieron. Lo que me contó Luna no me dejó satisfecho, quería saber más sobre ese amor de Ginny." "Así que dejaste que me golpearan…" Harry sonrió culpable. "Bueno, me quitaste a mi novia, que puedo decir…" Ginny le dio una fría mirada a Harry. "No sabía que eras vengativo." "la gente cambia… Pero bueno, necesitaba verlos y oírlos. Y precisamente eso me ha probado que puedo contar con Draco para hacerte feliz, por más que yo nunca lo logre entender." La pelirroja resplandeció. "Él me hará feliz." Draco se sonrojó. Era una situación incómoda. "Hoy voy a presentarme al mundo mágico, y quisiera que me acompañaras, Ginny. Como amiga." Ella asintió. Harry se volvió a Draco. "Podría hablar con ella un momento, te la devolveré en seguida." Draco asintió y miró a Ginny. "Voy con Luna, te esperaré adentro." Draco salió del balcón y Ginny se acercó a Harry.
"Tuve que contenerme para no insultar al hurón. He madurado¿no crees?" Ginny sonrió. "Sí, y te lo agradezco." "¿No gano puntos con ello?" Ginny negó sin dejar de sonreír y se paró a su lado en el balcón. "Me lo suponía. Pero no puedes culparme por intentarlo." Ella bajó la mirada. "Hubiera deseado que me hubieras contado sobre Malfoy aquel día. La explicación de Luna me dejó algo extrañado." "Temía la forma en que reaccionarías." "Lo sé, creo que hubiera sido capaz de ir a golpear a Malfoy ahí mismo.," agregó riendo. "Siempre has sido muy impulsivo." "Lo sé. Es por eso que te perdí ¿no?" Ella miró a las estrellas, en contemplación. "Nunca me perderás, Harry. Siempre estaremos unidos. Fuiste mi primer amor, nada borrará eso." Él sonrió pacíficamente. "Eso espero"
Ginny volteó a mirarlo. "¿Y qué harás con el anillo?" "Lo vendí a una joyería. Sólo lo compré para una persona, así que no puedo quedármelo. La esmeralda era tu joya preferida." Ginny se sorprendió. "Yo pensé que era el anillo de tu madre. Supe por la mía que Sirius te había entregado ese anillo en el tiempo que vivíamos en el cuartel general de la Orden." "Sí. Pero era de perlas y sé que no te gustan." Ella encogió la nariz y asintió. "Tienes razón." Ella se separó del balcón y se paró frente a él. "¿Entramos? Es momento de que Harry Potter reciba el recibimiento de héroe que merece." Él tomó su brazo y ambos entraron al salón.
Los invitados vieron incrédulos cómo el joven héroe que creían muerto entraba al salón del brazo de la joven Weasley. Las murmuraciones empezaron, pero terminaron en el instante en que los aplausos se hicieron oír. Todos daban paso a la pareja, y Harry buscó con la mirada a una persona. Se detuvo frente a Draco y Luna. "Creo que tengo algo que te pertenece." El rubio sonrió mientras Harry ponía la mano de Ginny en la suya. La muchacha se dejó rodear por los brazos de Draco mientras Harry continuaba su camino hacia el podio, donde iba a dar la explicación de su comportamiento y el discurso que marcaría muchas vidas en el proceso.
El público perdonó el ocultamiento de Harry y se sintió emocionado al oír de cómo él había estado dispuesto a sacrificarlo todo sólo por protegerlos. Era un verdadero héroe, y cuando anunció que iba a integrarse al Ministerio para ser Auror una nueva ola de aplausos llenó la sala. Tuvo que pasar varios minutos hasta que los asistentes se calmaron y Harry fue a sentarse en una mesa con Ron, Hermione y el resto de los Weasley, que no dejaban de lanzar preguntas. Por supuesto, Molly sólo lloraba de emoción al ver a su "hijo" perdido y reencontrado.
Se fue haciendo tarde, y algunos invitados iban retirándose. Arthur y Molly, después de las emociones causadas por el regreso de Harry, prestaban mucha atención a Ginny mientras bailaba con Draco. Pese a que Harry les había dado su bendición, los padres de la chica querían asegurarse que las intenciones del hijo de Lucius eran tan honorables como Harry les había asegurado. "¿Vamos a bailar?" le dijo Hermione a Harry con una sonrisa. "En un momento," respondió él pensativo. Ron se levantó y fue a bailar con Hermione. Harry notó que ya nadie lo observaba y caminó hacia una solitaria joven.
"¿Bailamos?" Los ojos de la chica brillaron y tomó con gusto la mano que Harry le ofrecía. "Ese vestido es hermoso." "Gracias. Me alegró mucho volver a verte." Él la miró dulcemente mientras bailaban. "Lo sé. Tus lágrimas fueron elocuentes. No sabía que significaba tanto para ti." Ella rió nerviosa. "Sabes que tengo gustos extraños. Imagínate que interesarme por Harry Potter." Harry le dio un beso en la frente y notó un hermoso arreglo de perlas en su cabello. "Esa peineta es preciosa." "Era de mi madre. Es mi favorita, ya que mi piedra favorita son las perlas." Harry se separó un poco de ella y contempló sus ojos. Habían perdido ese vacío que tanto lo había intrigado en el pasado y se notaba que había sufrido. Pero nunca los había visto tan hermosos. "También son mi piedra favorita, Luna."
Ginny volteó a observar a Harry. "¿Tú lo sabías, Draco?" "¿Qué cosa?" "Que Luna estaba enamorada de Harry desde el día que lo conoció." "¿En serio?" dijo él mirándolos bailar. "Sí. Yo lo supe cuando él desapareció. El corazón de Luna se rompió. Es por eso que me cuidaba, Creía que eso agradaría a Harry." "Pues a mi me impresionó." Ginny le dio un golpe en el pecho. "No te hagas el gracioso. Que ahora te espera el interrogatorio Weasley y dudo que quieras realizarlo sin mi ayuda. En especial cuando sea el turno de los gemelos." Draco dio una mirada furtiva hacia la mesa Weasley y sintió un escalofrío al ver las severas miradas de Fred y George Weasley. "En que familia de locos me he metido…" susurró. Y Ginny no pudo evitar reír.
