"La desaparición de Osomatsu-san"
Resumen: Osomatsu se levanta del futon hecho para una sola persona, de un cuarto que estaba decorado para mostrar su personalidad y anhelos, y una casa que podría haber sido la misma, si no fuera porque en ella había solo tres residentes. Podría haber sido un mundo perfecto, pero para Osomatsu, un mundo sin sus hermanos, era una mierda.
Fandom: Osomatsu-san
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos ellos son propiedad de su autor. Fanfic en traducción autorizada por The Garbage Goddess, título original: "The Disappearance of Osomatsu-san"
Podría haber sido un día normal para Osomatsu Matsuno, el revoltoso del pueblo y líder del infame grupo de los malcriados revoltosos, los sextillos Matsuno, en donde era el hermano mayor. Podría haber sido un día normal en el cual enfrentaba la divertida rabia del tercer hermano, Choromatsu; en el cual diría lo dolorosa y amable naturaleza del segundo hermano, Karamatsu; en el cual vería las travesuras del quinto hermano, Jyushimatsu, arrastrando consigo al cuarto hermano, Ichimatsu; y hablando de diversos temas con el sexto hermano, Todomatsu. Podría haber sido un día normal en el cuál los veinti-algo añeros sextillizos siempre se quedaban en el cuarto, demostrando al mundo sus lazos como hermanos.
Podría haber sido normal si la alarma de Choromatsu, la cual estaba programada para sonar diario cinco minutos, no chirriaba en sus oídos muy temprano por la mañana y lo despertaba de su sueño. Tal vez él podría haber tenido un largo sueño, no muy lejano de la realidad, y solo tenía que lidiar con un furioso Choromatsu, Todomatsu lo habría reprendido por dormir más tarde, teniendo que retrasar el desayuno.
Osomatsu se rio por lo bajo. Los hermanos más jovenes eran muy divertidos. Choromatsu y Todomatsu tenían una mentalidad mucho más madura que él. Aun así, él veía por ellos, especialmente desde que todos decidieron vivir juntos y lidiar con los demonios internos.
Compartía el futon con sus cinco hermanos menores como si se tratara de un pequeño refugio de paz que empezó durante sus primeros años en la escuela superior. Un incidente durante sus primeros días escolares dejó una cicatriz en Osomatsu, él no podía alterarse más que sus hermanos pequeños que habían sido víctimas. Recordaba el cuchillo presionar su garganta, habían sido víctimas de un ladrón disfrazado de un dulce inquilino, sus padres y hermanos habrían muerto de no haber sido por la interferencia no planeada de Chibita.
Estiró sus brazos y bostezó, sus ojos aún estaban cerrados. Como esperaba, Choromatsu ya estaba de pie, probablemente con Karamatsu. Osomatsu a veces golpeaba al tercer hermano mientras dormía o tan pronto como se levantaba. Jyushimatsu, a pesar de su naturaleza hiperactiva, no era necesario que madrugara, especialmente en invierno, era común en esa temporada. Jyushmatsu estaba a la derecha, como era de esperar, hecho un ovillo. Extrañamente ahora, Todomatsu no estaba junto a él, él usualmente tenía el pie contra el estómago, listo para dar un golpe. Ichimatsu probablemente se había levantado temprano para tener el desayuno primero o algo así.
Lo que fuera, Osomatsu sintió algo extraño. En lugar de sentir el futon y un "plop" bajo sus brazos sentía algo similar al ruido sordo del piso. Mientras no fuera doloroso, sus ojos se abrieron de golpe luchando por levantarse mientras se quedaba en el colchón.
Normal. Era el cuarto que compartía con sus hermanos, pero hoy estaba un poco espacioso. El sol era bloqueado por las cortinas, Osomatsu ladeó la cabeza. Todas las veces, con Choromatsu de pie y los demás acostados, habría abierto las cortinas ampliamente y eso significaba dejar ciegos al resto de los hermanos por ser expuestos al sol. Pero era invierno, Osomatsu acarició la idea de que incluso el exigente Choromatsu gallina tendría frío. Mejor… Si Choromatsu abría la ventana durante invierno, no solo todos tendrían frío, Jyushimatsu haría un berrinche infernal, como el hermano deslumbrante, odiaba el frío.
Podría haber sido un día normal si Osomatsu no hubiera visto abajo, no hubiera visto a los lados, o no se preguntara todo eso. Se dio cuenta que el edredón parecía más pequeño, lo que significaba que era para persona. Ellos habían crecido, pensó. Hm, pero todos tenían la misma estatura, el mismo peso, y ¡el mismo tipo de cuerpo! Ellos eran muy grandes para el edredón, según parecía. Al menos es lo que Osomatsu se decía. Cuando vio el sitio donde dormía esperó ver un gran futon, uno que ellos compartían, él abrió aún más sus ojos.
Estaba en un futon individual, un futon para una persona, una sola persona. No había signos de las otras cinco almohadas de sus hermanos. Dejando el edredón y levantándose para tener una mejor vista del cuarto, observó detenidamente para escanear todo lo que estaba mal en el cuarto. No le tomó ni cinco minutos, porque todo en el cuarto parecía estar mal y pronto lo entendió.
Uno, había un escritorio y una silla, la que se suponía estaba alojada en otro cuarto que tenía el sofá, el cuarto conocido como el segundo comedor el cual estaba reservado para los hermanos. Dos, había libros de texto viejos y comics en el estante. Ellos no tenían un estante, y todos sus libros estaban en el armario. Tres, los juguetes viejos de Osomatsu estaban organizados en una cabina de cristal. Otra vez, ellos nunca tuvieron una, y todos los viejos juguetes de Osomatsu estaban almacenados en una caja, junto a los de sus hermanos. Los juguetes coleccionables estaban con los comic en el armario, resguardados en una caja. Cuatro, había posters decorando el muro. Y no posters autografiados por Nyaa-chan de Choromtsu, ¿desde cuándo no los colgaba?, en su lugar, había poster de chicas que podrías encontrar en "revistas cotidianas", Osomatsu se quedó observando.
No se parecía a la visión de un cuarto vacío que compartía con sus hermanos. Más bien, parecía un cuarto que Osomatsu tendría, sino lo compartiera con sus hermanos. Se dio cuenta de un libro grueso en el escritorio, el cual Osomatsu reconoció como el álbum familiar. Frunció el ceño. Creyó que había sido guardado en el armario. ¿De todas formas, por qué estaba en el escritorio - no, espera, porque estaba el álbum en el escritorio e primer lugar? ¿Cómo había llegado el escritorio a la habitación donde dormía? Y ¿Por qué no se levantó cuando escuchó que estaba siendo llevado a otro sitio mientras dormía?
Sintió un nudo en el estómago. Podría haber sido un día normal si Osomatsu no hubiera abierto el álbum con un presentimiento en su pecho que lo asustaba y le decía que algo estaba mal. Lo abrió cuidadosamente y pasó algunas páginas, se dio cuenta de que algo estaba mal con cada una de las fotos. Desde el preescolar hasta la graduación de la secundaria a todas las fotos de Navidad y Año nuevo, especialmente la foto de su cumpleaños, Osomatsu sintió que algo iba mal. Y la evidencia de que algo estaba mal estaba en el álbum frente a él. Había una fotografía de Osomatsu en la graduación de la secundaria, tomando el diploma cerca de su cabeza con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Qué estaba mal, te preguntas?
Era una fotografía de Osomatsu.
No de los sextillizos Matsuno.
Solo Osomatsu.
No Choromatsu sonriendo embarazosamente a lado de Osomatsu que sostenía el diploma felizmente. No Karamatsu en una posición vergonzosa al frente del grupo. No Todomatsu haciendo el signo de paz con los dedos, y en su otra mano sosteniendo el diploma y una sonrisa maliciosa plasmada en su cara. No Jyushimatsu e Ichimatsu entrelazando sus brazos y el diploma cerca de la cabeza, Jyushimatsu sonriendo ampliamente como siempre e Ichimatsu con una pequeña y rara sonrisa presente.
Solo estaba Osomatsu en su toga y sombrero de graduación, tomando un certificado que significaba que actualmente había concluido el infierno educacional conocido como secundaria. No había un Pajamatsu feliz secretamente junto a él, no Mierdamatsu levantando una pierna con una flexibilidad vergonzosa, no Totty esperando secretamente a matar a sus hermanos ocultandolo detrás de su linda-fachada, no Jyushimatsu con su amplia boca que te invitaba a volar y no Ichimatsu haciendo una atmosfera oscura alrededor de él.
El futon, el cuarto y el álbum no tenían lugar para sus hermanos menores. Algo en ese cuarto, junto al futon, fue el clavo final del ataúd, la última pista del caso, Osomatsu se bajó de su fantasía y se dio cuenta que algo estaba verdaderamente mal esa mañana. Y todo lo que coronó aquello para decirle que algo estaba definitivamente mal fue la alarma de cristal que Choromatsu compró con dinero propio para que todos sus hermanos la usaran. Esa pequeña y plateada alarma que estaba decorada con rasguños de los gatos de Ichimatsu, las estampas de colores de Jyushimatsu y Todomatsu y restos brillantes de las prendas dolorosas de Karamatsu, fue lo que hizo que Osomatsu soltara el álbum y viera el cuarto con horror.
El despertador, esa pequeña pieza plateada de tecnología, estaba limpia y sin un rasguño a lado del futon que era para una sola persona.
Aviso de una vez, la traducción puede traer varios errores, de eso seguro.
Así que… Estoy tratando de ser lo más fiel que puedo con la redacción y traducción.
