Ranma el indio hereje

En la época de las misiones cristianas en América...

Temprano en la mañana cacareaba el gallo cantor. Salía nuevamente el sol en la misión.

Las primeras luces del claustro brillaban heladas sobre el maizal.

El monje despertó, o algo así ya que no pudo pegar un ojo en toda la noche.

Se encontraba muy nervioso porque sabía lo que iba a pasar unas horas después.

Salió de su dormitorio y se dirigió a la capilla a orar por el espíritu de su indio fiel.

- Sabes bien que fue él...

Escuchó decir al supremo sacerdote Kuno.

- Solo espero que sufra lo menos posible

Respondió el monje Moose.

- En una hora se celebrará el tribunal.

Sentenció el supremo.

Divina es la mano del gran inquisidor que imparte la justicia de los cielos.

Cuando el monje se dirigió hacia la casilla donde se haría el tribunal lo vio atado del cuello a un poste y encadenado de pies y manos.

Su torso estaba desnudo y su espalda todavía sangraba los 300 latigazos que había recibido.

El monje se acercó a él y, con un sollozo lerdo, le dijo...

- Ranma ... mi fiel indio... qué hiciste?

El pobre muchacho lo miraba como suplicando perdón.

El indio temeroso por la sentencia del santo tribunal no hacía más que derramar lágrimas.

Es que ayer encontraron sepultada una estatua de la Virgen María.

La encontraron cabeza abajo cubierta de hiebas secas cerca del maizal.

Y el sol se escondió...

Frío intenso en la misión...

Un silencio sepulcral...

- Esa virgen se la obsequié a mí fiel indio Ranma...

Dijo con voz entrecortada el monje al santo tribunal...

-Ranma es buen cristiano y trabajador. Sus manos sangran siempre en la siembra.

-Suficiente... vamos a dictar sentencia.

Al oír la pena, el monje cayó de rodillas... y hasta el día de su muerte siempre repitio en sus oraciones "No puedo creer aún lo que pasó... Dios por él pido clemencia"

El tribunal salió de la casilla y el sumo sacerdote se dirigió a la indiada que observaba temerosa.

-Bien se ve aquí la mano del diablo...

Dijo con firmeza el santo juez.

-Y este indio hereje va a la hoguera a cumplir el castigo del fuego...

Sentenció Kuno.

Y el sol se escondió...

Frío intenso en la misión...

Un silencio sepulcral...

Ranma en las llamas... el monje lloró.

Sabía bien por qué lo hizo Ranma...

Lo hizo para bendecir la tierra.

Pedir por la siembra cosecha buena...

Y las hierbas secas eran para protegerla...

Por más que fue cristianizado, nunca se despegó de él su creencia Autóctona...


Hola hola hola gente.

Perdónenme por haber desaparecido tanto tiempo. Anduve con unos problemas pero volvemos con todo.

Pronto actualizaré mi otra historia "El tesoro de los inocentes"

Hoy les traigo una historia corta como la canción misma.

Esta canción trae consigo ritmos folclóricos de mi país.

Cuenta la historia de un indio que quizo hacer un bien y terminó en la hoguera.

Canción: Ramón el indio hereje

Artistas: Iorio y Flavio