Hola a todos. Realmente estoy temblando un poco al reescribir esto. Tenía 12 años cuando escribí está historia y la única razón por la que me animé a subirla a las plataformas fue por el apoyo que me dio mi amigo Zorc El Destructor.

Esta es una historia ambientada en el Londres Mágico y cuenta las aventuras de mi primera Oc: Sharlotte "Lottie" Elwes, historia ambientada muchos años después del epílogo. Cabe resaltar que el otro protagonista es Albus Severus Potter.

Harry Potter le pertenece a J.K Rowling.

Esta historia tiene "OOC" en algunos personajes sobre todo de Harry Potter. Su actitud es muy similar al Harry del legado maldito.

Otro detalle importante no es Self insert.

Segundo detalle importante: Lottie tiene 28 años y Albus tiene 18.

Si la temática no es de tu agrado, te agradecería mucho que no insultes mi historia y mi personaje. Pasa de largo si los oc no te gustan, ignora la historia.

Los 0000 son cambio de escena.

Las letras en cursiva son pensamientos de los personajes.

Algunos capítulos tendrán lenguaje vulgar.

No Apagues La Luz Todavía

Prólogo: Una Nueva Compañía

Se levantó de la cama como cualquier otro día, estaba cansada de repetir aquella rutina, llevaba demasiados años sumergida en eso. Cansada, hastiada de no poder salir con libertad, la excusaban de que aún pensaba como una niña. Habían pasado muchos años desde que dejó de ser una. Ya era una adulta aunque estaba prisionera.

Era mejor que dejara de pensar en lo que era su vida. Tenía 28 años, de los cuales 15 había vivido en aquel lugar que lejos de ser un hogar le recordaban sus desdichas, maldecía el momento en el cual no salió corriendo al darse cuenta de lo que había hecho. Debió huir al ver su realidad.

Quizás siendo una fugitiva le habría ido mejor. Quizás no viviría en paz al ocultarse a cada momento de la ley, ¿Qué podría ser peor que esconderse de todos? Cierto, la vida que llevaba era mediocre.

-¡Lottie! ¡Despierta! Escuchó que le llamaba la atención la persona que había sido parte de su vida en los últimos tiempos, la única amistad real que tenía en ese momento.

-¿Sucede algo Amelia? Hace una hora que estoy despierta. Solo no quería salir de la cama.

-¡Oh! Arréglate que en media hora vienen por nosotras.

No quería ir otra vez ahí, cualquiera podría pensar después de tantos años en aquella monotonía estaría ya acostumbrada a "trabajar" pero la realidad era que deseaba irse al otro lado del mundo. Quizás en América las cosas no serían tan complicadas así como en Inglaterra.

A veces soñaba con la magia, hadas y duendes, con castillos encantados, debía dejar de soñar con las princesas imaginarias.

-¡Lo sé Amelia! Estaré lista antes de eso.

No iba a pasar nada malo.

Era un día común y corriente.

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Albus sonrió al nuevo amanecer que llegaba a su apartamento, después de graduarse de Hogwarts había decidido mudarse solo, quería tener su propia independencia, ya no era un niño, era ya un adulto de 18 años. Su amigo Scorpius Malfoy y su prima Rose Weasley eran quien más solían visitarlo. Su apartamento tenía todas las comodidades que podía ofrecer la magia.

Era hijo del reconocido Harry Potter "El Salvador del Mundo Mágico" y su esposa Ginny Potter, la "Cazadora Dorada de Las Arpías de Holyhead" y actual corresponsal de deportes del Diario El Profeta. Su hermano James Potter se había ido de viaje a Egipto con su tío Charlie y Lily Potter su hermana menor aún vivía con sus padres.

A veces le daba nostalgia el haberse ido de casa muy joven pero estaba seguro que le esperaba una gran aventura. Sus ojos verdes brillaron intensamente, había tomado la decisión de salir, porque a pesar de los años transcurridos aún se sentía inseguro de lo que había pasado con su padre en el pasado. Aún sentía el peso de ser el hijo Slytherin de Harry Potter. James fue clasificado en Gryffindor al igual que Lily. Así que era el único que cargó con la fama de ser el extraño de la familia.

Aún era frío con las personas que le rodeaban, a pesar de aquello, decidió que era momento de dejar todo atrás, jamás le afanó conocer a alguien en especial.

Incluso Scorpius lo molestaba que se iba a quedar solo, pero eso solo le permitía reírse de su mejor amigo en su rostro. Aún eran jóvenes quizás el amor estaba a la vuelta de la esquina. Solo una vez se enamoró de una chica que resultó ser una mentira: Delphi.

Desayunó en silencio, iría con Scorpius al callejón Diagon.

Era un día normal, todo saldría bien. Siempre y cuando no reconocieran al hijo de Harry Potter.

Albus aún renegaba de su parentesco con "El hombre que Sobrevivió"

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-¡Corre Amelia! Gritó Lottie mientras tomaba la mano de la única amiga que tenía en su vida.

Las cosas habían salido mal, la mujer de cabello rubio y ojos azules lo había hecho a propósito, estaba cansada de esa vida para las dos. Quizás Lottie también estaba harta de esa vida, el mejor regalo que podía hacerle era darle su libertad, podría ser el último también.

-¡Sharlotte! ¡En la esquina debemos separarnos!

-¿Qué? ¡No! ¡Amelia no podemos hacer eso! Sintió que no podía dejar ir a la persona que le había apoyado desde que tenía 13 años, que la abrazó, que le ayudó a esconder sus verdaderas emociones en el interior de su corazón.

-Lottie, no podemos ir juntas nos encontrarían más rápido. ¡Cuídate mucho! Trata de regresar con tu padre. Le dedicó una sonrisa sincera sabía que a pesar de todo la mujer de cabello negro y ojos marrones quería volver a su pueblo natal, aunque temía la reacción de su progenitor, desconocía que le habían dicho para justificar su ausencia. Aún estaba vivo, lo había confirmado con el tiempo.

-¡Amelia!

-¡Adiós Lottie!

-¡¡Amelia!! -Limpió la pequeña lágrima que descendió de su ojo izquierdo- ¡Cuídate por favor! ¡Gracias por todo!

La rubia y la de cabello negro tomaron un camino diferente, no podían irse juntas, si la vida misma lo permitía se volverían a encontrar, si no era así, deseaba que ambas pudieran encontrar su sendero en la vida.

Lottie siguió corriendo por el callejón tratando de esconderse con éxito. Podía escuchar las voces de quienes la estaban persiguiendo, si la encontraban habían dos opciones viables iban a volver a encerrarla o esta vez sí iban a silenciarla.

Genial, lo que era un día común y corriente, se había transformado de un momento a otro en un intento por sobrevivir, no es que no pudiera defenderse, podía hacerlo con precisión, con elegancia, pero ella no quería seguir haciendo las cosas contra su voluntad.

-¡Por aquí deben estar sigan buscando!

Lottie observó una casa que a su parecer estaba vacía, suplicaba que así fuera o dentro de la misma tendría que acallar a quien estuviera dentro, verificó por medio de la ventana que estaba abierta e ingresó a la vivienda.

A su parecer era una suerte que la misma estuviera abierta y también se hacía la siguiente pregunta ¿Quién en su sano juicio dejaba una ventana abierta en pleno siglo XXI? La casa estaba amueblada, lo que más le llamó la atención fue la chimenea que adornaba la casa. ¿Aún estaban de moda? Donde solía vivir no había ni una disponible.

Se tropezó con algo que había en el suelo. Se asustó al ver que una especie de polvo caía de un recipiente. Sin saber que más hacer lo lanzó a la chimenea, quizás el dueño de la casa no notaría que faltaba el contenido del mismo.

-¡Revisemos la casa!

- Demonios, ¡Me van a encontrar! Pensó Lottie su única opción para esconderse era la extraña chimenea, se paró encima del polvo mientras hacía lo posible porque no se dieran cuenta que estaba ahí. Lo que la asustó pero evitó por todos los medios posibles gritar, fue cuando la chimenea se encendió sola y la envolvió una estela de fuego verdoso.

Genial, lo que le faltaba morir calcinada en una vivienda desconocida. Pero las llamas no le hacían daño, solo sintió que su cuerpo era elevado dentro de la misma, para ese punto ya no pudo evitar gritar asustada. No sabía que estaba pasando. Ni le importó si la escuchaban, no solía perder el control de sus emociones, para eso la habían entrenado.

Sintió su cuerpo salir expulsado hacia arriba apenas pudo sostenerse dentro de la chimenea con los codos, sentía la fuerza que la movía hacia adelante y hacia atrás gritando con fuerza sin entender que sucedía.

Su cuerpo salió expulsado de aquel lugar, cayó de rodillas y de polvo en un lugar completamente diferente al que había entrado al inicio.

-¿Dónde estoy? Se preguntó a si misma, lo mejor era salir de una vez por todas de la casa. Se sorprendió al comprobar que ya no estaba en el mismo lugar.

Esto no podía ser Londres. ¿o si?

Las personas no se parecían a las que ella conocía con anterioridad, ni siquiera vestían con ropas que ella pudiera reconocer. ¿Estaba soñando? ¿Había muerto? Se enterró las uñas en la muñeca, dolía. Definitivamente no era un sueño y no estaba muerta los espíritus no sentían nada.

¿O si?

Caminó sin saber a dónde se dirigía mientras las personas la observaban con sorpresa, ella estaba temblando sin poder preguntar dónde estaba.

¿Ya habrían avisado que se marchó sin permiso? ¿La llevarían de nuevo a aquel lugar? Sin darse cuenta se topó con alguien solo sintió que una mano la sostenía pero no pudo tomarla a tiempo, cayó sentada en el suelo mientras escuchaba una voz que le hizo sonreír sin importar que el golpe le había dolido demasiado.

-¡Discúlpeme Señorita! ¿Se encuentra bien? ¡Permítame ayudarle! No me di cuenta de su presencia. Escuchó que le hablaba un joven de cabellos negros aún más azabaches que los suyos y que unos intensos ojos verdes le veían con preocupación.

Logró ponerse de pie y siguió observando al joven frente a ella. Sonrió en silencio sin agregar más lo cargó como si de un muñequito se tratara en su hombro.

-¡Señorita! ¡Bájeme por favor! Exclamó Albus sorprendido de que la mujer lo tomara en sus brazos y lo cargar en su hombro con tanta facilidad.

-Te llevaré conmigo, me gusta el color de tus ojos. Quizás me puedas decir dónde estoy. Comenzó a caminar con el joven a cuesta de sus hombros mientras las personas los observaban sin creer lo que veían.

-Estamos en el Callejón Diagon.

-¿El callejón Diagon? ¡Qué nombre tan extraño para un lugar como este! ¿Por cierto cómo te llamas pequeño?

-Soy Albus Potter. Respondió con inseguridad creyendo que ella lo rechazaría o lo llenaría de halagos al saber que era hijo del reconocido mago.

-¿Albus Potter? ¡Un gusto conocerte! ¡Mi nombre es Sharlotte Elwes. Pero la mayoría de las personas me dicen Lottie.

-¿Lottie?

-Es un sobrenombre, es un apodo realmente.

-¡Alto ahí! -Exclamó un hombre mayor apuntándole con ¿Una ramita?- ¡Baja al joven en este momento!

-¡Que extraña forma de amenazar a alguien! ¿Para que sirve esto? Preguntó tomando la punta de aquella extraña rama con su mano derecha.

-¡Stupefy!

Fue lo último que escuchó antes de caer inconsciente al suelo. Era el sueño más extraño que había tenido, comprobó finalmente que no era un sueño, cuando aquellos ojos verdes volvieron a verla con preocupación.

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Bueno hasta aquí llegaría el prólogo de esta historia. Espero hayan tenido una lectura amena. Y que les haya gustado esta primera entrega.

Stupefy: Es un hechizo que ayuda a dejar inconsciente a tus rivales, enemigos o amenazas por unos segundos.

Muchas gracias por la oportunidad, si has llegado hasta aquí. Sinceramente no iba a publicar este proyecto lo tenía en abandono desde hace muchos años, los escritos originales de la historia los perdí hace años y solo me animé a subir la misma, porque mi amigo me animó a hacerlo. Gracias de nuevo.

Que tengan un excelente día.

Atentamente,

Sharlotte Soubirous.