Los personajes de Ranma ½ no me pertenecen, son de la gran mangaka Rumiko Takahashi. Hago este fic sin fines de lucro, sólo para el entretenimiento del fandom.

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MI PEOR PESADILLA

Era domingo por la mañana, los rayos del sol se colaban por la ventana de la habitación, lo que me hizo despertar de mi sueño. Me incorporé en mi futón y me desperecé, el clima era cálido, decidí ponerme en pie y comenzar mi día. Afuera ya se oían los pasos de las personas que habitaban la casa, no sabía qué hora era pero seguro pasaban de las nueve, el olor a comida entró a la habitación e inundó mis fosas nasales; en respuesta mi estómago comenzó a rugir rogando por un poco de alimento.

Salí del cuarto donde dormía, hace unas semanas que mis padres duermen en otra habitación, me topé con Akane saliendo del baño; gotas de agua caían de las puntas de su cabello, prueba de que acababa de bañarse se veía radiante.

—Hola Akane

—Buenos días Ranma —me dijo antes de entrar presurosa a su habitación.

Bajé al comedor, mamá y Kasumi iban saliendo de la cocina con el desayuno listo, papá platicaba alegremente con el tío Soun y Nabiki, bueno siempre será un misterio lo que hace en esa pequeña libreta que carga a todos lados.

—Buenos días —saludé a todos.

—Hijo buen día —contestó mi mamá —¿Podrías avisarle a Akane que el desayuno está listo?

—¿Por qué yo mamá? —me quejé.

—Jovencito, por favor sube a avisarle a Akane que ya vamos a desayunar —me dijo con una de esas sonrisas que aunque parezcan dulces, están llenas de amenaza.

Me tensé enseguida al pensar que si no obedecía sacaría su katana, así que asentí para cumplir lo encargado.

Al darme la vuelta Akane ya venía bajando por la escalera, me quedé embobado admirándola, se veía realmente preciosa con ese vestido rosado con pequeñas flores blancas y zapatos blancos con un poco de tacón. Había peinado su cabello de manera diferente y lo adornó con un broche con una pequeña sakura. Sus pestañas se veían más rizadas de lo normal y su mirada más profunda. ¿Por qué se habrá arreglado así?

—Buenos días familia —saludó alegre.

—Hermanita que linda te ves —la halagó Kasumi.

—Estás preciosa hija —la secundó mi mamá.

—Gracias —contestó ella con un leve sonrojo en sus mejillas.

—¿Tú no le dirás nada cuñadito?

—No tengo nada que decirle —contesté con fastidio a Nabiki y me senté para desayunar.

En otros tiempos, Akane se hubiera enfurecido con mi respuesta pero últimamente es menos agresiva conmigo, creo que nuestra relación está mejorando; ya no peleamos tan seguido y tampoco se molesta ni cela cuando vienen mi otras prometidas, hemos madurado.

El desayunó transcurrió con normalidad, Kasumi y mamá hablaban sobre los pendientes que tenían que hacer durante el día, Nabiki estaba escribiendo en su libreta, papá conversaba con el tío Soun sobre su juventud y en ocasiones peleaba por robarme un poco de arroz. Akane desayunaba a mi lado en total silencio, se le veía nerviosa aunque no sabía la razón.

—¿Vas a salir Akane? —preguntó Nabiki.

—Sí —fue su escueta respuesta.

—¿Por qué te arreglaste tanto? ¿Con quién saldrás? ¿Acaso tienes una cita? —comenzó a cuestionarla.

—Eso no es de tu incumbencia hermana —me quedé sorprendido ante su respuesta, ella siempre negaba ante ese tipo de preguntas, pero esta vez sólo las evadió.

—Así que se trata de un chico —dijo mordaz y me tensé en mi lugar. Un duelo de miradas se llevaba a cabo por parte de las menores de los Tendo, estaba claro que Nabiki quería una respuesta y Akane no se la daría.

—Me voy —se levantó mi prometida sin apartar la vista de su hermana —Vuelvo más tarde, no me esperen para comer —se despidió de todos y la vi alejarse.

—Creo que alguien se quedará sin prometida cuñadito, o mejor dicho ex cuñadito —las palabras de Nabiki calaron hondo en mí, pero eso no podía ser cierto.

Akane y yo estamos destinados a estar juntos. Tal vez no somos una pareja normal que se abraza o dice cosas bonitas, nuestro lenguaje del amor es diferente. Nos celamos, peleamos, la llego a insultar y ella me golpea, pero es nuestra manera de decir te quiero, me importas.

Pero, ¿y si en verdad tiene una cita con un chico? La duda empieza a instalarse en mí, ella no puede hacerme eso, ella es mía así como yo soy suyo. Tengo que averiguar qué está pasando.

Agradezco por el desayuno y me levanto de la mesa.

—Regreso más tarde —digo antes de salir a toda velocidad a buscar a mi prometida. Escucho la voz de Nabiki a mis espaldas pero voy tan sumido en mis pensamientos que no entiendo lo que dice.

Comienzo a caminar sin rumbo, ¿a dónde podrá haber ido? La miro a lo lejos sentada en una banca del parque, sus manos juguetean nerviosas en su regazo, voltea hacia la entrada y decido esconderme para que no me vea. No pasa mucho tiempo cuando veo a alguien acercarse a ella.

Esto no puede ser, es Ryoga quien llega a su lado y le obsequia un lindo ramo de flores, Akane las recibe con una radiante sonrisa. Mi cerebro no puede procesar lo que acaba de ver, ¿por qué mi Akane está con el cerdo de Ryoga?

Se levantan de la banca y caminan muy juntos hacia la salida, tan juntos que sus manos casi se rozan. Comienzo a seguirlos muy de cerca, trato de controlar mis nervios y mi respiración para que no noten mi presencia. Ambos platican muy amenamente, en momentos voltean a verse y al cruzar miradas los dos se sonrojan. Veo a Ryoga nervioso, respira profundo unas cuantas veces y toma la mano de mi prometida. Los celos me invaden, quiero golpear a ese idiota, ¿quién se ha creído para hacer eso? Me sorprende el cómo es que ella no se asombra ante tal acción, como si no fuera la primera vez que lo hace. Akane mira la unión de sus manos y le regala una sonrisa que jamás había visto en ella: se ve tan radiante, tan llena de vida.

Llegan a una heladería y él cortésmente le abre la puerta para que pase primero. Me detengo unos instantes y me debato en si debo entrar y ver lo que sucede ahí adentro. Para mi suerte se sientan en una mesa de la terraza, los oigo ordenar una copa de helado doble, con dos cucharas para compartir. Al poco rato la mesera llega con la orden.

—Un helado doble para la feliz pareja —les dice y ambos agradecen.

Me asomo un poco y veo cómo Akane le está dando helado en la boca, Ryoga hace lo mismo con ella, pero el muy tonto la ensucia en la comisura de sus apetitosos labios. Mi enemigo se acerca a ella y con su pulgar limpia el helado, se quedan mirando a los ojos y él toma su rostro entre sus manos, siento como mi corazón late desbocado por lo que pueda pasar a continuación.

—¿Ya hablaste con tu familia? —lo escucho preguntarle.

—Todavía no —dice ella con tristeza en la voz —es difícil Ryoga pero juro que hoy lo haré —él asiente y continúan compartiendo el helado.

Después de unos minutos salen del local y caminan de nuevo tomados de la mano, a estas alturas no sé qué es lo que sigo haciendo aquí, tal vez soy masoquista.

Llegan a un parque con caminos de piedra lleno de árboles de cerezo, las sakuras están en su máximo esplendor. Sus manos no se sueltan y ambos siguen avanzando maravillados por el paisaje. Ryoga se detiene al lado de una fuente y se para frente a mi tormento.

—Akane quiero decirte que eres la mujer más maravillosa que he conocido; eres dulce y tierna, bondadosa y además tu comprensión hicieron que me enamorara de ti —ella lo mira embelesada ante cada palabra que sale de su boca —llevamos casi dos meses juntos y han sido los más felices de mi vida, sé que todavía no resuelves tu situación con Saotome, pero no puedo estar más sin ti. Akane Tendo ¿quieres ser mi esposa?

Quedé en completo shock ante lo que escuché, tienen dos meses saliendo a mis espaldas, ahora entiendo el comportamiento de Akane, yo que creí que estábamos avanzando. Dudo que ella acepte su propuesta de matrimonio, cuántas veces se ha negado cuando nuestros padres hablan sobre planes de boda.

—¡Ryoga! Esto es tan repentino. Yo, yo —comenzó a tartamudear y vi cómo sus ojos se cristalizaban —¡acepto! —respondió finalmente.

Sentí como si mi alma estuviera siendo estrujada, me negaba a creer lo que estaba pasando. Ryoga colocó un anillo en el dedo anular de ella, los vi empezar a acercarse, él tomó un mechón de cabello de Akane que jugueteaba con el aire y lo posó detrás de su oreja, tomó su rostro delicadamente entre sus manos y ambos cerraron los ojos, se iban a besar y eso no lo permitiría.

—¡Akane! —grité con todas mis fuerzas lo que logró que ambos se separaran.

Ella me miraba asustada mientras el cerdo de Ryoga tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro.

—Aléjate de mí prometida Ryoga, te lo advierto —espeté amenazante.

—¿Qué te da el derecho de llamarla prometida Ranma? Por si no lo sabes, ella acaba de aceptar ser mi esposa.

—Ella es mi prometida porque nuestros padres así lo quisieron —estaba empezando a perder la paciencia.

—Exacto Saotome, sus padres fueron quienes los metieron en esto, pero ¿te has puesto a pensar que es lo que en verdad quiere Akane? Ella no deseaba un compromiso impuesto —por desgracia él tenía razón, todo esto es culpa de nuestros progenitores.

—Akane —la llamé con ojos suplicantes, sólo quería una explicación a todo esto —¿Por qué él?

—Lo siento Ranma, pero me enamoré de él. Lamento que te hayas enterado de esta forma, pensaba hablarlo hoy con nuestros padres y contigo.

—Maldita sea Akane, pensé que estábamos bien, yo, yo, te amo, no puedes hacerme esto —lágrimas amenazaban con salir de mis ojos pero parpadee fuertemente para alejarlas.

—Ya es tarde para que me digas esas palabras Ranma —suspiró pesadamente —me cansé de tu indecisión, de tus prometidas, de las peleas sin sentido. Ryoga ha estado conmigo en todo momento y en él he encontrado un amor recíproco y sincero. En verdad lo siento, esta noche hablaré con la familia. —tomó la mano de Ryoga y los vi alejarse.

—¡Akane! —grité con todas mis fuerzas, pero ella ni siquiera volteó a verme.

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—¡No! —me incorporé en mi futón, gotas de sudor caían por mi frente, miré hacia la ventana y todavía estaba oscuro, fue una pesadilla.

—Ranma, ¿estás bien? te oí gritar —Akane entró a la recámara y me miraba con preocupación, se acercó a mi futón y comenzó a analizarme con la vista.

—Akane —la tomé de los brazos y la apreté fuertemente contra mi pecho. No pude contener las lágrimas, tuve tanto miedo de perderla.

—¿Ranma qué sucede? ¿Qué estás haciendo? —comenzó a removerse para soltarse de mi abrazo.

—Por favor escúchame, sé que tal vez soy un estúpido boca floja e inmaduro, pero yo te amo —cuando le dije lo que sentía ella al fin se quedó quieta y yo sentí como si un peso se me quitara de encima —no soy el mejor prometido, no sé demostrar mis sentimientos, pero quiero que sepas que tú eres la dueña de mi corazón.

—Ranma, ¿estás hablando en serio? —oí su voz quebrarse.

—Claro que hablo en serio, eres la chica con la mirada más dulce, y ni hablar de esa sonrisa que derrite a cualquiera, por eso es que soy tan celoso —me estaba sincerando con ella, era el momento de hacerlo —no quiero que me dejes por el idiota de Ryoga.

—¿Ahora de qué diablos estás hablando? —se separó de mí y me miró a los ojos.

—Es que yo, yo, tuve una pesadilla. Tenías una relación a escondidas con él y se iban a casar. Akane, me cambiabas por ese cerdo —le confesé con pesar, ella no hizo más que reírse —¡Oye! No te burles.

—Lo siento Ranma, eso te pasa por cenar tanto en la noche —poco a poco su risa se fue apagando —eres un bobo, tal vez seas un insensible y en ocasiones me desesperas, pero no te cambiaría por nada ni nadie en el mundo.

Sus palabras me reconfortaron y me armaron de valor, tomé su rostro y junté mis labios con los de ella. No duró mucho aquel roce pero sentí como si fuegos artificiales se incendiaran en mi interior; era nuestro primer beso y al separarnos estábamos completamente sonrojados y sólo atinamos a mirarnos a los ojos.

—Debo irme Ranma, descansa —la tomé de la mano antes de que se levantara de mi futón.

—Quédate conmigo por favor, al menos hasta que me quede dormido —la miré con ojos suplicantes esperando que aceptara.

—Está bien Ranma, pero sólo hasta que te duermas.

Me acomodé para volver a dormir, sentí su mano acariciar mi cabello y después mi mejilla, el sueño se estaba apoderando de mí.

—Te amo Ranma —susurró en mi oído y depositó un suave beso en mi mejilla.

Y justo antes de quedarme dormido pensé que definitivamente ya no tendré esa horrible pesadilla.

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Si han llegado hasta aquí gracias por leer.

Esta historia surgió después de escuchar la canción 'Un sueño' del grupo Los Ángeles de Charly.

Como siempre agradezco a Sweetsimphony por dar el visto bueno a esta historia y arreglar cualquier detalle que se me pueda pasar, y a las páginas de Facebook que difunden mis historias.

Quiero hacer una mención especial a Psicggg, Juany Nodoka y a Maya Shapyro, muchas gracias por todo su apoyo, no saben cuánto lo aprecio.

Si les gustó la historia los invito a dejarme un review, me encanta saber que les pareció.

Nos leemos pronto