Bien… este… ahora esta arreglado, es que me dolia mucho la cabeza asi que lo termine y subi altiro no mas… ya este… espero que les guste y eso! Naruto y sus personajes no nos pertenece… snifi! – aunque por un lado es bueno, creo xD
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Capitulo
3
i have lost myself…
Mi cabeza…, se dijo mientras frotaba sus ojos antes de abrirlos.
Al abrirlos se dio cuenta de que estaba en un lugar que no recordaba. Su vista bajó a sus manos y se abrió con horror. Empezó a retroceder confundida y espantada y se tropezó con algo. Cayó de bruces al suelo y se encontró frente a frente con la cabeza de un niño de doce años, con la boca abierta y los ojos en blanco.
Antes de gritar llevó sus manos a su boca como un acto automático para ahogar el grito. Pero las apartó bruscamente al sentir el sabor metálico de sangre ajena en sus labios. Se arrastró rápida y torpemente por suelo en un patético intento de huir de aquel lúgubre y sádico escenario. Se aplastó a sí misma contra el árbol más cercano y sus ojos volvieron a recorrer aquel cementerio de carne viva nuevamente tratando de encontrar una respuesta a todo aquello.
Sus manos manchadas de sangre, los cuerpos mutilados…
Las demostraciones daban a una explicación lógica.
Negó con la cabeza fuertemente negando su propio racionamiento. No era posible. Simplemente no era posible. Ella jamás haría algo así. Nunca.
Pe-pero…
Las lágrimas empezaron a amontonarse en sus blancas pupilas. Quería gritar pero sentía que no tenía voz. Era claro que ella había cometido ese crimen pero la perturbaba, la confundía y la hundía el no recordar nada.
help…
Recordaba un dolor inmenso en su cuerpo y un dolor omnipresente en su mente. Al forzarse para recordar sintió un fuerte dolor de cabeza acercarse pero tenía que saber. Saber que había pasado, saber si era esto un juego, una mala broma, una prueba de alguna técnica ilusoria.
¡Una técnica ilusoria!
Levantó su vista contenta y expectante. Era una técnica, nada de esto había sucedido. Se levantó y sintió un mareo repentino. Entrecerró sus ojos como muestra de dolor y llevó sus manos a su cabeza. Estaba sangrando. ¿Si pasaba eso seguía estando en una técnica ilusoria? ¿Por qué aunque este concentrado chakra para poder hacer una contra técnica no pasaba nada?
No era una técnica ilusoria…
No lo era. Tenía tal bloqueo mental que no podía ni maldecir su suerte. Su mente se empezó a llenar de aquellas imágenes de niños mutilados y entre todas ellas, creyó recordar a uno gritando. Estaba recordando, no era lo mejor, pero era algo. Se llevó las manos a la cabeza cuando sintió un dolor punzante en la cabeza.
Yo… yo n-no p-puedo recordar n-nada… N-no puedo…
Balbuceaba palabras perdidas mientras la garganta se le apretaba y ya no podía retener las lágrimas. Se detuvo en seco al escuchar a alguien acercarse. El miedo la paralizó y se tragó el llanto. El chakra de la otra persona le era vagamente familiar y algo en el fondo de su cabeza le decía que huyera. Esperó a que el otro hiciese algo.
Un silencio se apoderó de lugar y el olor a muerto y a sangre en coagulación empezó a dar un cierto aire pesado y macabro. Solo se escuchaba la nerviosamente pronunciada respiración de ella.
Emitió un leve grito al sentir una mano en su hombro que la dio vuelta con fuerza acompañada de una pregunta que iba directo al punto. Al verse a las caras ella solo quiso abrazarlo porque en todo ese nefasto lugar era él la única cosa que le era familiar, que le decía que todavía estaba en su realidad. Él la rescataría. Al menos así le hubiera gustado creer pero aquella vocecita en el fondo de su cabeza empezó a gritar con cada vez más insistencia.
No hizo nada y solo se quedó ahí, bañada en un sudor frío y sangre semi seca.
- Pensé que te había matado – dijo como hablando para sí mismo – Debo ser más cuidadoso – su vista se volvió a fijar en ella y la revisó con minuciosidad - ¿O será que he subestimado a la débil heredera? – agregó con un tonito de ironía mientras veía el pequeño desastre que se encontraba a las espaldas de la chica.
Fue ella, concluyó al ver sus manos ensangrentadas pero luego decidió volver a su objetivo inicial. Obviamente no era parte de esa organización, entonces, ¿por qué andaba trayendo ese vestuario?
- ¿Por qué andas vestida así?
Ella bajó su vista a su cuerpo y abrió sus ojos con horror al reconocer el temido uniforme. Akatsuki…, pensó con miedo. ¿El Akatsuki, se repitió con pánico.
¿Qué había pasado? ¿Por qué no podía recordar nada?
Se tiró a él en un intento desesperado.
- ¡U-uchiha-san! ¡U-uchiha-san! ¡T-tienes que a-ayudarme…! ¡Yo…yo no recuerdo n-nada y si m-maté a esos c-chicos n-no puedo volver a K-konoha y –- fue interrumpida por un golpe en la mejilla que la hizo caer al suelo.
i have lost myself again…
- No tengo tiempo para tus estupideces. ¿Por qué traes esa capucha? ¿Qué relación tienes con el Akatsuki? ¿Dónde está Itachi?
¿Itachi?
Esa palabra le sonaba familiar, algo lejano y el susurro de su boca parecía levantar el polvo de alguna parte de una memoria lejana. Una memoria casi infantil, era como esos recuerdos que no se sabe si son recuerdos o invenciones. El nombre pareció perturbarla un poco… Itachi era el hermano de Sasuke y un miembro del Akatsuki. Nada más sabía de él pero había algo más. Algo que no concordaba.
Otro golpe.
lost myself…
Sintió sangre en su boca y luego Sasuke le tomó el pelo elevándola hasta que llegara a su nivel para conversar cara a cara. Repitió con firmeza las preguntas anteriores.
Se iba a poner a llorar. No entendía nada. Se sentía sucia. Se quería morir. Por que estaba ahí, porque estaba vestida así, como había llegado a matar a esos niños, porque Sasuke apareció de la nada y le preguntaba cosas que ignoraba, permanecía todo en una oscuridad inaccesible de su memoria. Pero tal vez a ella no le había pasado, tal vez era un engaño. Pero bien sabía que no. Tenía una enorme laguna mental, solo así lo pudo explicar. Solo se hundía en confusiones y llantos.
Un golpe en el estomago y volvió a pisar tierra. Algo en esos golpes era familiar, como si ya lo hubiese vivido. Hasta lo podía recordar. De hecho, lo podía recordar. Escupió un poco de sangre.
Sasuke no encontró nada mejor que volver a pegarle ante sus llantos y falta de respuesta. Repitió sus preguntas y solo vio a la pequeña heredera abrazarse a sí misma y tocar el suelo con la frente.
and i'm nowhere to be found…
Patética, pensó, como siempre.
Le dio una patada directo en la nuca y al repetir las preguntas le llamó la atención la falta de sollozo en aquel miserable ser. Frunció el seño con una leve curiosidad y la dio por inconciente. De ella no sacaría nada, estaba claro. El porque andaba con el traje característico del Akatsuki permanecía en duda y ahora daba igual. Tenía que seguir adelante.
Al caminar tuvo una extraña sensación de que algo no andaba bien. Se tuvo que confesar a sí mismo que sintió algo como cercano al miedo y un instinto, por así decirlo, le decía que debía matarla. A los pocos pasos tuvo un fuerte escalofrío cuando escuchó una tenue, una maligna y una casi sensual risa.
La vio incorporarse con lentitud y luego sentarse como indio. Ella, al ver la pequeña mutilación con una maquiavélica risita de niña risueña, juntó sus manos juguetonamente cerca de su boca mostrando su regocijo por la escena. Ocultaba su sádica sonrisa como un niño que sabe que ha hecho mal y se esconde detrás de un arbusto y ve como su trampa se lleva a cabo y ríe a escondidas.
La vio balancearse levemente en su lugar mientras emitía apagados gemidos de satisfacción y jugaba aún con sus manos. Parecía un niño que se divertía de lo lindo.
Sasuke observó la escena asombrado. Esa persona no era la misma chica. Todo en ella era distinto pero aún así igual. Sonaba estúpido e irreal pero era así. Él sabía, simplemente tenía la certeza de que ella no era Hinata. No era la dulce y tímida Hinata como él la recordaba, no era la misma Hinata quien estaba enamorada de ese imbécil de Naruto, no era la misma Hinata que él había 'matado'. No, no era la misma.
Tras un pequeñísimo momento de hesitación, se aventuró y preguntó de nuevo.
La vista de ella se fijó él y sus ojos se abrieron por un momento con sorpresa. Luego volvieron a tener esa imagen de ojos afilados, penetrantes y, en cierto punto, lujuriosos. Su lengua lamía sus manos ensangrentadas y sonreía contenta. Su boca besó sus dedos disfrutando el sabor a sangre y luego lo miró de arriba a abajo con cierta curiosidad.
- A ti no te debo explicaciones – respondió con simpleza.
Se paró con decisión y antes de partir miró por última vez su trabajo. Empezó a caminar y sintió un kunai contra su cuello.
- ¿Eres parte del Akatsuki? ¿Dónde esta Itachi? – la pregunta 'quien eres' no le importaba en absoluto. Hinata o lo que sea que fuese ella daban igual, matar a Itachi era lo esencial.
Ella apartó su mano con brusquedad y siguió su camino. Le habían dicho que si se encontraba con él que no le hiciera nada. Era trabajo de alguien más.
Sasuke le pegó y le exigió que le dijera todo lo que sabía. La tomó por el cuello de su capucha y la sacudió con violencia. Ella solo sonrío como si él fuese un niño mañoso. Esto solo hizo su ira aumentar. La tiró al suelo y le dio una fuerte patada. Ella se incorporó y tras darle un mirada homicida se dispuso a partir. Él le iba a pegar de nuevo pero ella lo detuvo tomándolo por la muñeca.
-
Ya, basta. Estoy harta de este jueguito – y le apretó la
muñeca con fuerza.
- Así que la pequeña
Hinata Hyuuga si podía luchar – dijo sarcástico
mientras le lanzaba una patada.
¿Hinata? ¿Hinata Hyuuga?
De distraída se dejó golpear. Ese nombre… la confundió enormemente y no pudo hacer nada más que pensar de porque la había llamado así. Ella no conocía a ninguna chica con ese nombre. ¿Cómo la había podido confundir?
Solo recordaba haber matado a esos niños… luego negro, después esto… Sintió un dolor en la cabeza y la invadió una desolación tremenda. Sintió frió y el remolino de inquietudes y dudas no la dejaban en paz. Oyó a Sasuke volver al ataque y lo paró en seco. Puso una mano en su cuello y lo tiró contra un árbol.
- Déjame en paz, no tengo nada que ver contigo.
Él forcejeó un momento, se zafó y trató de volver a atacar. Ella esquivó sus ataques y rió divertida al ver como su ira aumentaba. Pobre perdedor, se dijo.
- Se que lo que te ha pasado, Sasuke… - se detuvo frente a él y sus ojos se entristecieron. Él la miró con curiosidad, si, tal vez esa estúpida iba a cooperar – Y no me das pena ni en lo más mínimo.
Tonto iluso, pensó alegre. Ella sabía toda la trágica historia y al oírla del propio Itachi fingió estar emocionada y llorar. Itachi pareció divertido ante su actitud infantil y le hizo cosquillas en el estomago y ese día fue la primera vez que la besó.
Sasuke atacó con más fuerza y parecía no querer desistir. Un par de golpes no le harán mucho daño, concluyó ella y además necesitaba otra pelea para mantenerse en forma. A cada ataque, a cada golpe, él hacía resonar algo en ella. Como una piedra en el agua y las ondas que se expanden. Fue de apoco, fue lejano pero cada vez más cercano y dañino.
Hubo una especie de shock, de relámpago en su mente y la invadieron unas ganas locas de venganza. De matarlo. De hacerlo sufrir. De torturarlo tanto física como sicológicamente. De hacerlo rogar por su patética existencia. De hacerlo pagar.
¿De qué? No sabía. Pero tenía que hacerlo. Era un deseo, era una orden inconciente y no se iba a hacer de rogar.
Un puño, débil, una patada, tus padres murieron por tu culpa, varios kunais al aire, así jamás vencerás a Itachi, el Jyuuken, has entrenado toda tu vida para nada, velocidad, echaste a perder tu vida por nada, certeza en cada punto de chakra, ¡ellos murieron por tu culpa!
Golpeado, azotado, ensangrentado, derrotado.
Cayó al suelo de rodillas y antes de que su cabeza chocara contra el suelo ella se tomó la molestia de tomarlo por el cuello. Sintió placer al sentir la tibia sangre de él correr por su mano. Se mordió el labio inferior de ansiedad. Se acercó a él. Como amaba ese olor en general. Como amaba su olor en particular. Recorrió la línea de su mandíbula con sus labios y apenas la puntita de su lengua afuera para saborear levemente el sabor de su piel, de su sudor y de su sangre hasta llegar a su oído.
No me das ni lástima…, le susurró al oído y luego rió de una manera un tanto gangosa. Lo soltó, se rió muy contenta al verlo impactarse contra el suelo y luego se lamió y besó la mano manchada con sangre.
Revisó su bolso.
Todo estaba listo. Todo en su justo orden. Momento de partir, se dijo triunfante.
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Espero que les haya gustado! Dejen reviews por fis!
