ATENCION: capítulo con grandes dosis de Hentai.

Bueno amigos y amigas, os regalo este capitulito que ha sido escrito en un tiempo record (30 minutitos, porque no dispongo de más, así que si hay errores de digitación, mil disculpas, pero no pude revisar lo escrito), deseandoles una FELIZ NAVIDAD. Y me voy corriendo a preparar la cena porque esta noche tengo invitados y un millón de cosas por hacer. Si no fuera por mi pequeña 'terapia' (escribir), con lo nerviosa que soy, creo que estaría desquiciada en un día como este. UFFF sólo de pensar la que me espera... Lo dicho, Felicidades a todos, en este día hermoso, que esté lleno de paz, amor y os regalen muchas cositas... (aunque mi marido no quiso regalarme las botas altas y el bolso de imitación de leopardo... grrr a ver que se le ocurre comprarme... grrrr). Por cierto, estoy algo 'asustada', voy a cocinar salmón al horno y no lo he hecho antes, que Dios me pille confesada, espero no fastidiar la cena... jaaa, jaaa. Ya os contaré como salió el experimento...

---------------------------------------------------

Capítulo 6: Juegos peligrosos.

La puerta del sótano se abrió, era bien entrada la noche. Bra se atiesó en el rincón que ocupaba. Aspiró el ambiente y sintió ese olor de nuevo, el olor de aquel hombre que la había golpeado anteriormente. Su rabia interior creció por momentos pero permaneció en la esquina que había seleccionado, desde la cual se tenía una perspectiva perfecta de todos los accesos a la habitación. Analizó cada movimiento tratando de buscar un modo de escapar la próxima vez que abrieran esa puerta. Podía oler el aire fresco de la libertad colarse a través de ella. Era un olor distinto al que se sentía cuando se abría la puerta por la que entraba el otro hombre. Por esa puerta se sentía olor floral y a comida. Si quería escapar de ese lugar tendría que ser por la puerta que utilizaba el malvado. Algo captó su atención esta vez, una sombra extra caminaba dentro de la habitación. Olía a un perfume penetrante, similar al que ella tenía cuando despertó en aquella habitación extraña y con esa ropa rara.

- Camina detrás de mi. - La esclava obedeció. Se trataba de un especimen hermoso, con el rostro azulado y una melena larga color verde oscuro. Sus ojos rosados adornaban un cuerpo espectacularmente bello, de volúmenes caprichosos.

Bra podía sentir el olor de su miedo. Broly encendió las luces. Bra cambió de lugar al más oscuro de la habitación con una velocidad increible. El saiyajin la siguió con la vista y luego medio sonrió. Cerró la puerta con llave y caminó dentro asiendo a la muchacha del brazo para que estuviera cerca de él. Caminaron hacia la cama. - Desvístete sensualmente. - La chica obedeció y se quitó una capa larga que la cubría por completo, dejando ver una lencería rosada de escasas proporciones. Lentamente, ella se despojó de la ropa mientras que Broly la miraba, a la par que analizaba las reacciones de la salvaje.

Bra miraba extrañada la escena, tratando de dilucidar el punto de aquella función que presenciaba. Ignorante por completo de lo que estaba pasando no podía más que pensar un modo de arrebatarle a aquel hombre el artilugio con el que abría y cerraba la puerta. Eran las llaves, la clave era esa. Pero ¿cómo iba a quitárselas?.

- Ahora quiero que te des placer, de ese modo que tu sabes que me gusta... - La muchacha comenzó a autocomplacerse emitiendo gemidos de placer.

Esto desconcertó a Bra, que la miró extrañada para determinar que puede ser que estuviera haciendo para gemir así de extraño. Broly se sentó en la cama junto a su esclava y comenzó a amasar dócilmente sus pechos ganando a cambio más gemidos de placer. Sonrió al ver la cara de desconcierto de la salvaje.

¿Qué estaban haciendo?. No tenía ninguna pista, pero estaba claro que aquel hombre no la estaba dañando. Bra se sonrojó cuando Broly se comenzó a desvestir. Su cuerpo musculoso, fuerte, perfecto, le produjo una cierta atracción extraña. Los olores de la habitación eran excitantes... el saiyajin montó dominantemente a la chica y la penetró. El rubor de Bra creció aún más. Ahora si que sabía lo que estaban haciendo, los animales del bosque hacían eso en primavera. ¿Qué era aquello?. Bra no podía apartar su mirada de aquella escena, era hipnotizante. El ritmo de los amantes creció y la esclava no deaba de gemir y de pronunciar su nombre. - Broly, Broly, Brolyyy. -

- Bro..ly... - Bra repitió el nombre por imitación, extrañada de la cantidad de veces que aquella chica lo decía. El paró de pronto al escuchar la voz de Bra y la miró directamente con una sonrisa pícara.

- Ven... - Extendió su mano hacia ella plácidamente apartando a la otra chica que aún se convulsionaba de placer bajo su cuerpo.

Bra frunció el ceño sintiéndose muy incómoda. De repente se percató de que las llaves estaban con la ropa que Broly se había quitado. Quizás tenía una oportunidad de escapar. Con reserva y sigilosidad se acercó a la cama. Broly evitó reir en alto. Su plan parecía estar funcionando. Después de reflexionar largamente llegó a la conclusión de que la chica no se había relacionado jamás, y era normal que tuviera aquellas reacciones violentas. Había que ponerle modelos para que se fijase en como debía actuar si se quería obtener una respuesta adecuada. Y había que hacerle entender que lo que se pretendía de ella era algo que podía reportarle un elevado placer. Broly podía sentir el olor de su excitación a medida que caminaba más cerca y el encantador rubor de sus mejillas vírgenes. - Ven... -

La peliazul cambió de pose y gateó por el suelo sobre la ropa de Broly. El no podía dejar de mirar el cuerpo perfecto de la chica. Su corazón golpeaba furiosamente en su pecho loco por tomarla y hacerla suya. Maldició mil veces haber llegado a aquel acuerdo estúpido con Raditz. Esperar un més... cuando estaba tan cerca de poseerla. Extendió su mano hacia ella, sus dedos casi rozaban su pelo azul. De pronto Bra dió un salto tremendo en dirección hacia la puerta. El sonido de las llaves golpeó el tímpano sensible de Broly que corrió tras ella.

Bra logró meter la llave en la cerradura y dar apenas una vuelta de las dos que tenía. Broly la asió desde atrás y la estampó contra la puerta utilizando el peso de su cuerpo. - Eres más inteligente de lo que pareces... salvaje... - Susurró seductoramente. El corazón de la peliazul golpeaba furiosamente su pecho. El molió su cadera contra ella haciendole notar su miembro viril hinchado y duro. Ella comenzó a golpear la puerta con sus puños obteniendo sólo la risa de Broly a cambio, mientras se movía sensualmente contra ella utilizando su cola como accesorio de caricias.

La otra puerta se abrió. - ¿Qué está pasando aquí?. - Gritó Raditz analizando la escena.

Broly no le miró. - Marchate amigo, ¿no ves que estoy ocupado?. - Su pose era seria, y jamás apartó su mirada de la chica, que aún no cesaba en sus golpeos a la puerta.

- Tenemos que hablar 'amigo'. - Repitió mordazmente.

- Habla. - Broly tenía un cierto tono burlón en su acento, no parecía dispuesto a abandonar su actividad mientras 'hablaba'.

Raditz frunció el ceño. - Mientras que la titularidad sea conjunta, 'amigo', no quiero que la vuelvas a golpear. La dejaste muy mal parada con la paliza que le distes. -

- Pues parece bastante recuperada... jajaja. -

- No estoy dispuesto a hacer las veces de enfermero cada vez que vengas a verla. -

- A domarla. -

- ¿Cómo?. -

- Yo no vengo a verla sino a domarla. - Corrigió.

- Como sea. - La conversación se estaba poniendo pesada. - ¿qué hace esa esclava en la cama?. -

- Una lección práctica. - Bra golpeó más duramente la puerta, sus puños estaban sangrando en este punto. Estaba histérica, no quería que ese hombre la tocase, sentía una mezcla de humillación y de aún mayor pérdida de su mermada libertad. Era insoportable. Sus gruñidos eran cada vez más grandes. - Márchate, la estás turbando, todo iba muy bien hasta que apareciste. -

- Estás olvidando que en nuestro trato, ninguno de los dos la tomaría hasta que se determinase quien ganó la apuesta. -

- No la estoy desvirgando, jajaja. Te dije que la estoy domando, Raditz. - Bra paró un segundo al escuchar aquel nombre nuevamente.

La otra voz de la habitación pertenecía al hombre que la había curado, el que no dejaba de repetir Raditz. Quizás si decía esa palabra él actuaría y la ayudaría nuevamente. El saiyajin se dió media vuelta dispuesto a marcharse totalmente contrariado, cuando...

- RADITZ. - Gritó y él se dió la vuelta. Una sonrisa de triunfo alumbró su rostro.

- Sueltala, ya ves que no desea que le hagas eso. Me está llamando. - Broly la tomó de la garganta peligrosamente. Casi se sentía capaz de matarla por haberle hecho pasar esa verguenza.

- ¿Cómo te atreves perra?. - Golpeó su cabeza contra la puerta.

Raditz acudió y sujetó su brazo. - He dicho que no más maltratos. -

- Cuando seas mía, te haré pagar por esto... - Le susurró al oido antes de soltarla.

- Es mejor que te marches. -

- No cantes victoria... ella será mía, 'Raditz'. - Cuando salieron de la habitación se escuchó el sonido de un disparo de ki, seguido del grito aterrador de la esclava, la cual había sido fulminada.

Raditz la ayudó a levantarse y la cargó hasta la cama. Ella se sintió protegida entre sus brazos. - Dijiste mi nombre por fin, Raditz, repítelo, quiero volver a escucharlo de tus labios. -

Bra se sentó en la cama ignorando su petición y apoyándose en un cojín. Le miró detenidamente, tenía su torso desnudo, y sólo estaba vestido con unos boxer, ya que había salido de la cama a comprobar el motivo de los golpes en el sótano. Su rostro se tornó rojo al sentir esa sensación extraña. Raditz notó un cambio en su mirada y aspiró el aire de la habitación identificando un aroma en ella de excitación. Sonrió levemente situándose frente a Bra para que le mirase bien. - Nunca antes habías visto a un macho similar a tu especie, ¿verdad?. -

Raditz permaneció inmovil, sonrió levemente mientras se quitó los boxer dejando ver su excitación evidente. Posó desnudo unos minutos eternos dejando que Bra le mirase detenidamente. No intentó aproximarse, incluso procuró no mirarla directamente para no avergonzarla. Interiormente sin embargo, se sentía totalmente halagado.

Por fin ella se decidió a acercarse un poco. Con un dedo pulsó suavemente en el pecho de Raditz notanto que a diferencia de los suyos, el de él era duro. Con ese mismo dedo tocó su propio pecho. El saiyajin permaneció quieto, sin moverse, con sus brazos a los lados del cuerpo. Bra se puso de pie frente a él y dió una vuelta alrededor para mirarle. El saiyajin sonrió en sus pensamientos. - "Se supone que tu eres la esclava sexual..." -

Bra volvió a tocar con su dedo, esta vez una de las nalgas. Raditz la miró de reojo al escuchar su pequeña risa. - ¿Es divertida tu sesión de investigación anatómica?. -

Ella cogió un mechón de su pelo negro y encrespado y tomó su olor. La erección de Raditz palpitaba cada vez que ella le tocaba, y el olor de la excitación de la peliazul casi intoxicaba. Bra apareció delante de él nuevamente. Ahora su atención fue captada completamente por el miembro viril. El saiyajin sintió como su corazón latía más rápido al ver como Bra aproximaba un dedo para tocarle ahí mismo. Ella saltó un poco atrás al notar la palpitación de su falo al tocarlo y miró directamente a los ojos a Raditz. Permanecieron enganchados a esa mirada unos segundos, entonces él apróximó su rostro lentamente, la tomó de los hombros y la besó.

Bra quedó inmovil, incapaz de comprender lo que significaba aquello, pero a la vez sintiendo pulsiones eléctricas por todo su cuerpo que la invitaban a abandonarse a aquel beso. Sus músculos se relajaron y Raditz la acomodó más cerca, abrazándola mientras su lengua procuraba explorarla. Su beso bajó hasta uno de sus pechos, reclinándola sobre la cama. Comenzó a juguetear con uno de sus pezones. Bra quería expresar de algún modo que aquello le gustaba, que quería que continuase, de modo que recordó lo que la mujer decía. - Broly. - Repitió esa misma palabra, de la cual desconocía el significado.

Raditz paró repentinamente procurando no mirarla, se enderezó, se puso sus boxer y se marchó de la habitación sin mediar palabra, y sin percatarse del desconcierto que protagonizaba la cara de Bra.

Ya en su habitación, él se apoyó en la puerta sujetando su pecho. - ¿Qué me pasa?. - Aquella simple palabra había originado en él tal turbación. Era como si le hubieran clavado un puñal en el mismísimo corazón, casi podía sentir ese dolor físicamente. Se marchó sin mirarla con tal de no volver a escuchar esa palabra. De repente sintió deseos de matar a Broly, y se odió a si mismo por haber accedido a la estúpida apuesta. - No será tuya, jamás... -

-------------------------

Bulma acudió nuevamente a la cita principesca. La historia se repetía casi alarmantemente, la misma doncella, la misma puerta, la misma mesa llena de manjares, y la habitación sola. - Sientese, él acudirá a recibirla en breve. -

Pasaron 15 minutos y el Príncipe seguía sin aparecer. Se sentó en la mesa... - Pues esta vez no me quedo sin cenar. JA. - y bebió un poco de vino mientras probaba algún canapé. - Mmm, delicioso. -

- ¿Quién le ha dado permiso para empezar a comer?. ¿Acaso no sabe que es una falta de educación grave?. Aunque qué se puede esperar de una simple esclava. -

Bulma dió gracias a Dios por haber tragado el bocado antes de terminar de escuchar su frase, porque de lo contrario, lo hubiera escupido, presa del atragando, espurreandolo por toda la mesa. Ella giró a mirarle lentamente y su pose, lejos de ser la de una mujer humillada, era altanera y soberbia.

- Alteza, qué grata sorpresa, pensé que no tendría el sumo agrado de ser recibida por usted esta noche. - Pronunció en su mejor tono, haciendo alarde de su desarrollado y sutil sarcasmo.

Vegeta frunció el ceño levemente. ¿Se estaba burlando de él?. - Hmp. Me temo que se acaba de quedar sin cenar. -

Bulma trató de no mirarle feo pero consiguió muy mal su objetivo.

Vegeta sonrió al ver la expresión de su cara. - Las chicas maleducadas se quedan sin cena hasta que aprendan modales. -

¿Por qué tenía que decir aquella frase de ese modo tan... sexy?. Bulma quisp golpear su cabeza contra la pared para eliminar esos pensamientos de su mente. Pero Vegeta en cambio, podía oler su excitación y se felicitó mentalmente.

El silencio se hizo incómodo durante unos torpes minutos. Bulma tomó aire, no podía desaprovechar esta opotunidad, tenía que seducirle como fuera, era por una buena causa. Con una sonrisa se acercó al Príncipe, el cual arqueó una ceja, su mano agarró fuertemente su virilidad, y no pudo evitar soltar una sonrisita al notar el leve gemido de él.

- ¿Qué haces mujer?. - Un punto de miedo asoló su mente. ¿Y si hacía esto porque se sentía obligada?. Si Freezer se enteraba originaría un grave incidente político.

- ¿No es evidente?. -

- ¿Acaso piensas que querría acostarme con una simple esclava científico?. -

- ¿No era lo que quería?. -

- Prefiero la experiencia de las esclavas sexuales... -

- Oh, las prefiere sin cerebro para... - Bulma frenó su lengua pero no su pensamiento "para que no hagan sombra a su elevadísimo craneo de mono insípido y asqueroso".

- Termina la frase mujer. - Estrechó los ojos.

- Para... que le adoren aún más. -

- Insinuas acaso que una mujer con cerebro no podría adorarme. - Gritó enojado.

- Oh noooo, alteza, que torpeza la mía... está claro que una mujer con cerebro podría ver con mayor claridad quien usted es. -

- ¿Y que ven tus ojos, 'esclava'?. -

- Un príncipe... - "con rabieta" - con encanto... -

- Pues los míos solo ven a una mujer simple y sin gracia. -

- Eso es por la inteligencia de la que hablábamos antes. -

- ¿Cómo dices?. -

- Por lo mismo, según la inteligencia, así se percibe la realidad... -

- ¿Me estás llamando poco inteligente mujer?. - La voz era amenazadora.

- Alteza, jajaja, en absoluto. Doy por sentado que la palabra de un Príncipe siempre es verdadera, y admitiendo que lo que dice es verdad, su inteligencia es altísima, no podría indicar lo contrario porque tendría que suponer que usted está mintiendo, lo cual es totalmente impensable en un Príncipe. -

Aquellos juegos de palabra eran insultantemente ingeniosos. - Te crees muy inteligente ¿verdad?. -

- Eso dice Lord Freezer, no tengo por qué dudar de su palabra. ¿Lo dudais? -

- Hmp. - Vegeta gruñó, no había manera de localizarle un punto flaco a esa mujer, siempre tenía respuesta para todo.

- Hmp. Es una suerte que seas sólo una científico. Jamás podrías complacerme en la cama, seguramente eres una inexperta. -

- Oh, todo lo contrario, tengo mucha experiencia al respecto. -

- ¿Y eso?. - Por alguna razón, aquello le dió rabia al principe.

- Ya no soy una chiquilla. -

- No lo jures, seguramente tienes unos... ¿50 años?. -

- JA. - Bulma casi se lanza para ahogarlo allí mismo. - Algunos menos... alteza... -

- Pues es la edad que aparentais. - Sonrió él.

- Gracias por el cumplido. -

- No pretendía serlo. -

- ¿Qué pretendeis de mi 'alteza'?. ¿Para qué me habeis citado esta noche? -

Vegeta quedó congelado unos instantes. - Sólo quería comprobar si la científico de Freezer era tan estúpida como me habían comentado. -

- ¿Es divertido?. -

- ¿El qué?. -

- Humillar a las personas aprovechándose de que se tiene un estatus de poder más elevado. -

- Oh, eso... ¿te he humillado?. Lo siento... no me di cuenta, jajaja. Parece que no ando muy delicado últimamente. -

Bulma le miró unos instantes fijamente. Todo estaba saliendo mal. De repente le dieron unas ganas terribles de llorar y si poder contenerse, sus lágrimas se le escaparon. Vegeta gruñó al ver aquello. - Deja de lloriquear. -

- ... -

- He dicho que pares de hacer escándalo. -

- Los sentimientos... no admiten órdenes... -

- ¿Por qué lloras mujer tonta?. - Sintió un terrón de culpabilidad.

Bulma se recompuso. Ahora o nunca, iba a hacer su exposición y si no resultaba moriría y dejaría de sufrir.

- Príncipe Vegeta, ¿quereis ser el amo del Universo?. -

El arqueó una ceja.

- ¿Quereis derrotar a Freezer?. -

- ¿Qué estás diciendo?. ¿Quieres morir por alta traición?. - Vegeta formó una bola de ki en su mano.

- Si me matas perderás la oportunidad de destruirle... -

- ¿De qué estás hablando?. -

- Se muy bien que teneis aversión por Freezer. Pero yo le odio más que usted. El destruyó mi planeta, mi vida, y por su culpa murieron mis seres queridos. El deseo de venganza ha fraguado en mi alma durante años, y si vine a este planeta, fue exclusivamente para proponerle una alianza. To le proveeré del modo adecuado para derrotarle, usted logrará ser el dueño y señor del Universo y a cambio, lograré mi libertad, la de mis amigos, y una buena suma de dinero para comenzar desde cero en un planeta propio que yo misma regiré y que gozará de la protección de su Imperio. -

------------------------------