En el capítulo anterior...

- Se muy bien que teneis aversión por Freezer. Pero yo le odio más que usted. El destruyó mi planeta, mi vida, y por su culpa murieron mis seres queridos. El deseo de venganza ha fraguado en mi alma durante años, y si vine a este planeta, fue exclusivamente para proponerle una alianza. Yo le proveeré del modo adecuado para derrotarle, usted logrará ser el dueño y señor del Universo y a cambio, lograré mi libertad, la de mis amigos, y una buena suma de dinero para comenzar desde cero en un planeta propio que yo misma regiré y que gozará de la protección de su Imperio. -

Capítulo 7: Avanzando.

Vegeta pensó unos instantes. ¿Y si era una trampa de Freezer para acusar a los saiyajins de alta traición?. Pero... ¿Y si lo que estaba diciendo era cierto y existía una posibilidad de que se hiciera más poderoso que el lagarto?.

- Creo que te mataré lentamente... - Amenazó sujetándola de las muñecas y arrastrándola sobre la mesa. Los platos y cubiertos salieron disparados al suelo. Tenía que salir de dudas.

- Dime, esclava... ¿pretendes jugar con el Príncipe de los saiyajins?. - Bulma estaba asustada, no podía llegar a este punto y morir de esa manera. No podía haberse equivocado tan gravemente.

- Me recuerda perfectamente. - Alegó mirándole a los ojos. - No lo niegue, príncipe Vegeta, se que se acuerda de esa niña que... -

Vegeta la levantó y la empujó contra la pared fijándola con anillas de ki a la misma, de modo que su cuerpo quedó sostenido por el cuello, manos y piernas.

- No recuerdo ninguna niña en la nave de Freezer. - Mintió, pero se traicionó con la declaración no nombrada "en la nave de Freezer". Bulma captó esperanzadoramente ese detalle.

Tenía que cubrir sus espaldas, aún no confiaba en ella. No quería hacerle daño, pero la situación requería una prueba, así que le rasgó la ropa violentamente. Bulma chilló pero se controló al ver que no estaba herida.

- Esto... no es una trampa. - Susurró intentando tranquilizarlo.

- ¿Ah no?. - Vegeta examinó su cuerpo, no había rastros de ningún dispositivo transmisor, pero era posible que fuese tan pequeño que no pudiera verse a primera vista, así que cogió un cuchillo y produjo un corte en su hombro desnudo, del cual brotó un hilo de sangre.

- ¿Sabes la pena que tienen los traidores del Imperio?. - Susurró realizando otro corte en su otro hombro, que aunque sangriento no era serio.

Bulma reunió todo su coraje. - ¿Quiere matarme?. Adelante. Pero cuando su raza sea eliminada por ese maldito bastardo drogadicto y psicótico, entonces... se acordará de este momento y lamentará haber matado a la única persona que con su genio podría haberle dado la victoria. -

Vegeta sintió un nudo en la garganta, la visión de esa belleza desnuda plantándole cara, sin demostrar temor alguno a la muerte inminente, era algo tan inverosímil para cualquier otra raza que él hubiera conocido, que hasta dudó que la mujer no tuviera algo de sangre saiyajin en sus venas. - ¿Y cómo pensabas hacer tal cosa mujer débil?. Ni siquiera puedes salvar tu propia vida en estos momentos. -

Bulma sonrió, era un avance si le dejaba explicarle sus proyectos. - Le explicaré... -

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Raditz entró en la habitación. Bra se levantó. Estaba durmiendo acurrucada en su rincón de la habitación. Sintió alivio al verle, pero a la vez mucha confusión y algo que jamás antes había sentido, el fuego de la excitación. El saiyajin caminó más cercano y sonrió a medias al notar que la muchacha no gruñía ni hacía maneras violentas. ¿Quizás se había ganado su confianza?. Sacudió esas ideas de su cabeza. El no tenía que ganarse la confianza de una esclava, están para confiar en sus amos, pero... por alguna razón estúpida ella era distinta, y no deseaba tratarla como una esclava.

Se acercó y la olió de cerca, ella hizo lo mismo con él. Se separaron al mismo tiempo, uno con una extraña mueca de diversión al ver que su sentido del olfato parecía tan bueno como el de un saiyajin, y otra por la confusión de su propio cuerpo. Ambos estaban excitados.

- Salvaje, quisiera enseñarte algunas palabras básicas. No se si puedes entender lo que digo, según consta en tu contrato de compraventa, tienes instalado un dispositivo de traducción multilenguaje que incluye el saiyajin. Deberías poder comprenderme... - Bra le miró extrañada de toda la cantidad de palabras que estaba dirigiendole. Una parte de ella comenzaba a familiarizarse de nuevo con algo que su cerebro llevaba demasiados años sin desarrollar, el lenguaje hablado.

- Comprenderme... - Repitió sonriendo con inocencia.

Raditz se sentó frente a ella, Bra ladeó la cabeza y se aproximó a él arrodillandose. El saiyajin hizo un esfuerzo sobrehumano por no besarla, pero debía enseñarla. Cuando llegase el momento, si ella pronunciaba el nombre de Broly en lugar del suyo se la arrebatarían de las manos, y eso era inaceptable. Mataría a Broly antes de permitir que se la quedase.

Con suavidad la tomó d los hombros. Un flash de su infancia vino de repente a la memoria de Bra, una vez algunas personas la tomaron de los hombros, y eso era bueno. Se acordó que ella demostraba su afecto de una manera, abrazando a quien quería, y ella quería a ese hombre, la había librado del malvado que la dañaba, así que sin pensarlo se le abrazó.

Raditz quedó congelado unos instantes, arropándola con sus fuertes y enormes brazos detrás de su cuerpo. -Mi bella salvaje... - Susurró.

- Salvaje... - Repitió ella en imitación. Le gustaba como sonaba su voz vibrando en su garganta.

Raditz la sentó en su regazo, entre sus piernas musculosas, sin dejar de abrazarla pero cambiando la postura de modo que ambos estuvieran cómodos y pudieran verse las caras. Suavemente tomó una de sus manos.

- Mano. - Dijo exprimiéndola con la suya un tanto.

- Mano. - Repitió siguiendo el extraño juego.

Raditz se odió por haber elegido el tema de las partes del cuerpo. Eso no ayudaba al abultamiento de cierta parte... Prefirió cambiar al tema 'objetos de la habitación'.

Se levantó alzándola para arriba y conduciéndola hacia la cama. Bra sonrió pensando que haría lo de antes, era tan placentero... aunque se turbó al recordar el modo en que se apartó de ella cuando dijo la palabra Broly. Definitivamente, esa era una mala palabra.

- Cama. - Indicó dando una palmada a las sábanas.

- Cama. - Repitió con incertidumbre.

- Muy bien. - Sonrió. - Sábana. -

- Sábana. -

Pasaron un buen rato jugando a ese juego de nombrar cosas y repetir su nombre. Luego Raditz se marchó y volvió con algo de comida.

- Comida. - Bra quiso abalanzarse a ella sin miramientos, pero él la frenó. - Comida. -

- Comida. - Repitió frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

Raditz sonrió y le dio lo que había nombrado. Entonces entendió el razonamiento del juego. Saber cómo se llaman las cosas para pedirlas. El saiyajin sostenía el vaso de agua. Bra señaló en petición del mismo.

- Agua. -

- Agua. - Repitió y él le entregó el vaso. Bra bebió mirándole de reojo. Luego sonrió torcidamente. Raditz sintió una sacudida al ver su risa, le recordaba a alguien o a algo pero no sabía qué exactamente en esos momentos.

Bra le cogió repentinamente del brazo y corrió por la habitación arrastrándole. Raditz se dejó llevar por su entusiasmo. - Perfume. - Indicó. El saiyajin sonrió tomando el tarro de perfume y dándoselo. Ella parecía muy feliz con el descubrimiento.

- Cepillo. - Raditz arqueó una ceja.

- Se supone que las esclavas son las que entregan los artículos a sus dueños, no al revés. - Bra le miró confusa y desilusionada. ¿Sería que se había equivocado?.

El saiyajin asió el cepillo y se lo dio. No quería verle esa cara triste. - Aquí está tu cepillo. ¿Sabes usarlo?. -

De nuevo la confusión en su hermoso rostro antes juguetón. El la condujo hasta una silla, la sentó y pasó el cepillo por su pelo. Bra cerró sus ojos recordando cuando su madre la peinaba. - Mama. - Susurró con tristeza.

Raditz abrió los ojos de par en par y paró de cepillar su pelo. Esa palabra no se la había enseñado. Ella le miró con sus ojos azules clavándose en los ónix. - ¿ Tu madre te cepillaba el pelo?. - De un extraño modo, su cerebro comenzaba a entender cada vez más las frases.

- Mami. - Susurró incapaz de explicarse, sin embargo, pero demostrando una gran pena. - Corre. - Dijo angustiada recordando sus últimas palabras. Deseaba tanto explicarlo, anhelaba tanto poder contarle lo que le habían hecho a su mamá.

- ¿Corre?. - Preguntó intrigado.

- Corre lejos, corre... - Repitió. - Mami. - Ella se situó delante de Raditz representando la escena.

- Broly... - Dijo asemejando esa palabra mala con los que aniquilaron a su familia, y haciendo gestos de golpeos y de violencia con armas laser imitando los sonidos. - Mamá. - Señaló surcos en las mejillas con sus dedos para explicar que lloraba. - Corre, corre lejos... - Señaló su pecho para identificar que ella corrió. Paró unos instantes tratando de explicar lo que sucedió después. - Auuu. - Imitó el aullido de los lobos. - Broly... - Con un gesto de sus manos imitó el despegue de las naves de los que purgaron el planeta. Señaló su pecho. - Corre Mami. - Mezcló esos conceptos para explicar que esta vez corrió para ver a su mamá. Luego sus ojos se llenaron de lágrimas. - Mami... - Ahogó esa palabra y cerró sus ojos con sus dedos para explicarle que no abría los ojos. Con sus manos hizo un gesto infantil, apoyando su cabeza en ellas como dormida. - Mami. - Repitió de nuevo el gesto asegurando que dormía y no despertaba. Hizo señas de intentar despertarla. - Mami, Mami... despierta. - La palabra vino a su mente aliviando su escased de vocabulario. - Mami no despierta. - Señaló una de sus heridas. - Mami. - Tocó su herida para mostrar que el estado de su madre era ese.

Raditz, por supuesto, entendió completamente la triste historia de la muchacha. Debía ser muy pequeña cuando pasó eso si aún no entendía lo que era la muerte. Eso explicaba su incapacidad para comunicarse a pesar de ser endiabladamente lista y tener el chip. Pero por fortuna, aprendía rápido y hasta parecía estar recordando algunas palabras que utilizaba en su infancia.

La miró saliendo de sus pensamientos. Ella estaba en el suelo de rodillas, llorando. - Mami... - La tomó entre sus brazos y la acunó en su pecho firme y seguro. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo, aferrándose a él con tal fuerza que resultaba sorprendente que una hembra pudiera demostrar tal nivel. Raditz tomó una nota mental, debía llevar un scuter en su próxima visita para anotar su fuerza de combate. Seguro que no debía ser nada desdeñable y más de una muer saiyajin envidiaría su poder.

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- Me propongo utilizar una cámara especial que puede aumentar la gravedad tanto como se desee. He accedido a algunos informes privados y he podido comprobar que el cuerpo de los saiyajins es muy resistente en condiciones extremas y está bien preparado para la lucha, llegando incluso a superarse y a hacerse cada vez más poderosos cuando el esfuerzo es tamaño. Si viene conmigo a la zona que nos han asignado podría mostrarle esa cámara de gravedad que he construido a espaldas de Freezer. -

Vegeta la escuchó atentamente. Era ingeniosa la idea, aunque él mismo no estaba demasiado seguro de que llegase a funcionar, pero tenía que verlo. - Iré de inmediato a confiscar esa... cámara que dices. - Fingió de nuevo en su papel de leal al Imperio. Aún no se fiaba de que fuera una trampa de ese lagarto enfermo.

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Raditz la acostó en la cama junto a él sin dejar de abrazarla, esa noche dormiría a su lado. Por una razón que él mismo no entendía, no quería separarse de ella, y tampoco sentía necesidad de saciar sus instintos físicos primarios. Quería ser dulce para ella, suave, confortarla, actuar como si fuera una compañera, y no una esclava. Llegado a ese punto comenzó a no importarle en absoluto lo que dijeran, se había decidido a hacerla compañera suya aunque se desatase un escándalo público en Vegetasei. Pero si probaba que tenía la suficiente fuerza física, quizás podrían aceptarla. Costaría trabajo, le recriminarían los más conservadores, y quizás hasta intentasen matarla... más de una hembra la desafiaría a combate para vengar el ultraje de su raza... quizás debía entrenarla, prepararla para afrontar todo lo que se les vendría encima. Si una saiyajin la trataba de matar y ella la batía en vuelo se ganaría el respeto de la sociedad. Los siguientes días serían duros, tenía que sacarla de esa habitación para entrenarla, pero ¿cómo estar seguro de que no trataría de escapar?. No, aún tenía que avanzar un poco más a nivel de lenguaje para explicarle lo que quería hacer. Su cola se envolvió protectoramente alrededor de la cintura de la muchacha que se acurrucaba en el ladrón de su hombro. Perdido en sus pensamientos locos se quedó dormido junto a la primera mujer que había amado en su vida.

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Bulma caminaba por los pasillos sujetada del brazo por Vegeta. Los guardias procuraron no mirar la escena de la mujer desnuda, aunque se cuadraron al ver pasar a su príncipe. En el laboratorio, Bulma sacó una cápsula. - Tenemos que ir a un salón grande. - Afirmó.

Vegeta quedó pensativo unos instantes. - ¿Por qué?. -

- Para poder mostrarte la cámara de gravedad. -

- ¿Dónde esta?. - su voz ruda sonaba demasiado amenazante.

- Aquí. - Señaló la cápsula en su mano.

- ¿Te burlas de mi?. - Le arrebató el artilugio mirándolo de cerca para ver si era un micrófono. - Entrégame el material que dices, yo mismo avisaré a Lord Freezer en persona mañana mismo de tu traición. -

- ¿Tanto miedo le tienes?. - Escupió rabiosa desafiándole con su mirada azul llameante.

Vegeta le dedicó una mirada totalmente impar. - Yo no temo a nada ni a nadie, esclava. - Su tono descendió una octava. La cogió del brazo de nuevo y la condujo a un salón grande. De algún modo sentía que esos ojos furiosos no podían estar mintiendo. Había visto esa mirada antes, en algunos guerreros saiyajins que murieron honorablemente en la batalla.

Ya en el salón , Bulma sopesó la altura del techo y se decidió a accionar el mecanismo de la hoi poi. Con una nube de humo apareció de repente la cámara de gravedad. - Camina. - Indicó violento.

- Si accionas la gravedad conmigo dentro moriré. - Vegeta la miró tratando de analizar algún vestigio de mentira, alguna sombra de engaño en sus constantes.

Tomó una de sus manos midiendo de modo casi imperceptible su pulso. - ¿Cómo te llamas?. -

- Bulma. - Contestó algo confusa por la pregunta, pero confiando de algún modo en que aquello debía tener una finalidad.

- ¿Odias a Freezer?. - Preguntó afinando sus sentidos olfativos para detectar la posible presencia de miedo o cólera.

- SI. - Gritó. Lo segundo afloró en su química corporal.

- ¿Me estás tendiendo una trampa?. - Con su otra mano la sujetó del cuello para medir el pulso de su yugular. Por supuesto Bulma no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Sus ojos analizaron las pupilas en busca de una variación propia del nerviosismo. Pero era firmes en su respuesta.

- NO. - Seguía habiendo esa cólera tremenda y otro aroma que le arrebató una media sonrisa al sentir exaltado su ego masculino. El no era el único

- Si intentas escapar, morirás de inmediato. - Amenazó caminando dentro de la cámara de gravedad para probarla.

A los pocos minutos salió con una media sonrisa en sus labios. Bulma respiró aliviada y dejó de comerse las uñas. Tenía un miedo atroz a que algún cable fallase de repente y la máquina no funcionase, pero ella era un genio, todo había salido como planeó.

O eso pensaba hasta que habló por fin. - Permanecerás en sus habitaciones. Mañana mismo informaré a Lord Freezer de tu traición. -

Accionando su scuter avisó a dos guardias que aparecieron enseguida escoltándola entre gritos, amenazas, maldiciones, insultos y pataleos a la habitación. Vegeta dio media vuelta aún divertido por el carácter de la mujer y caminó dentro de la Cámara de gravedad. Era demasiado increíble para ser cierto, esa máquina le iba a ser definitivamente útil.

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Nuri, aquí tienes la continuación, he tardado un pelín, pero ya salió a la luz, y ahora empieza mi parte preferida, jejeje

Lulú, si hubieras vivido lo que Bra, también estarías confusa, desde luego. Pero ya verás cuando Raditz la empiece a entrenar... y no en las artes de la cama precisamente... aunque de todo habrá un poquito, jejeje

Rina, yo quiero otro Raditz lol de verdad, lo estoy buscando jajaja. En realidad de voy a poner a mi chico una foto de Raditz en la mesita de noche a ver si se le pega algo... Gracias por tus deseos para mis exámenes, yo estoy pasandolo algo chungo porque no se que me pasa con la memoria, tengo serios problemas con esa cuestión...

eglavásawen, no era chantaje emocional, intentaba ser justa, pero descubrí que no puedo escribir con esas normas, me temo que sólo puedo actualizar aquel fic para el que me sienta inspirada en cada momento...

Kawai, aquí la guerrera de clase alta SuperBrave . está actualizando otro nuevo capitulito de uno de mis preferidos... pero lo mejor está por venir... ¡te lo aseguro!

Lady, al final no sabemos que va a hacer el Príncipe, pero de momento, parece que la cámara de gravedad le ha encandilado... hay cosas que nunca cambian, ni siquiera en los Universos Alternos, ajjajaja

Runliney, celebro que tengas ordenador. Ops, leyendo tu review recuerdo que tardé bastante en actualizar este Fic eh?. Capítulo navideño... jaja

Shadir, mi pobre Bra va haciendo sus progresos con eso de los nombres, ya ves, jeje.

Karo, el salmón me quedó genial, pero genial! aunque a mi no me gusta el salmón así que casi no comí, pero a todos les encantó.

Felpa, qué no dariamos tú y yo por pagar un profesor de anatomía como Raditz, con esas clases.. tan... prácticas!