Capítulo 9: La tela de araña.
- Hola mi bella genio. - Bulma forzó una sonrisa pequeña. - Veo que has sido una chica muy mala... - Su sonrisa se descoloró de inmediato ante aquella declaración. Era el fin.
Enmudeció repentinamente. Su cara se ensombreció, después de tanto esfuerzo moriría del modo más horrible. Ella sabía demasiado bien lo que Freezer hacía a los traidores de su Imperio.
El lagarto sonrió torcidamente. - Tendré que ir a castigarte personalmente. - Pronunció lujuriosamente.
Bulma seguía silenciosa como una tumba mirándole fíjamente, presintiendo lo que le esperaría detrás de esa afirmación lasciva.
- ¿Qué te pasa?. ¿Te están tratando mal los saiyajins o es que has perdido el sentido de la lujuria?. - Su tono cambió repentinamente a uno de enojo. Sus dedos golpetearon nerviosamente en su silla.
Bulma jadeó un instante comprendiendo algo que la llenó de una inesperada felicidad: sólo era un juego. Quería una conversación caliente con ella. Era uno de sus malditos juegos de seducción enfermos y estúpidos. Unos que ella había jugado con él en algunas ocasiones... Pero que dadas las circunstancias... él llevaba un buen rato largo de no estar interesado en ella como eso porque había conseguido cierto juguete nuevo, además que estaban lejos y su frase inicial tan terrorífica.. no había sido capaz de captar el doble sentido. Qué torpeza la suya. Si, había hecho cosas cuestionables. Se había acostado con aquel maldito, le había dedicado las sesiones más "especiales" con tal de ganarse su confianza y su favor. Y no sólo a él, no, tenía una lista de candidatos que se vió obligada a seducir con tal de ir logrando sus objetivos. No estaba orgullosa de eso, pero se trataba de sobrevivir, se trataba de dominarles mediante su poder se seducción y contaba con la posibilidad de hacerle pagar un día todos esos sacrificios y sufrimientos... con creces. Además, ella era la que tenía el control, nadie había tenido el control de su cuerpo salvo ella misma, y lo había utilizado por una causa justa. Podrían juzgarla, pero si lo que hizo había servido para enviar al infierno al Imperio maligno de la familia de los Icejins, su sacrificio no habría sido en vano.
La Matahari de pelo azul sonrió y adquirió una pose más cómoda delante de la cámara. Dobló ligeramente su cuello y abultó sus labios hacia adelante antes de hablar. - Supongo que estar en este planeta de brutos descerebrados no ayuda a mi lujuria... sin vuestra inteligencia poco puede excitarme, lo sabéis Lord Freezer... - Se había convertido en una mentirosa tan excelente que hasta se daba miedo a sí misma.
Freezer se apaciguó con su tono y sucumbió a sus halagos. - ¿Ningún problema con los monos? - Se aseguró.
- Oh, no... por suerte están bastante alejados de nuestra ala científica y no tenemos que tolerar su presencia. - Freezer sonrió nuevamente bebiendo un sorbo de su bebida preferida, una droga sintética bastante fuerte a la cual era adicto desde hacía bastante tiempo.
- Desnúdate para mi... - Pidió con sus ojos rojos chispeantes. Zarbón apareció en la parte baja de la cámara mirando de reojo a su vieja amiga de sábanas. Su movimiento delataba que estaba ocupado realizando ciertos trabajos especiales en las zonas íntimas de su Maestro y mentor.
Bulma sonrió y se desnudó lentamente, fingiendo excitación, contoneándose como una cobra deslizándose fuera de su piel. Probó distintas posturas excitantes antes de quitarse toda la ropa, posando su cuerpo escultural de modo provocativo e infamemente desvergonzado. Fue entonces cuando Freezer lo vió, algo que le hizo excitarse de tal manera que acabó por estallar de placer. Los dos cortes que Bulma tenía en sus hombros, recientes y limpios.
Jadeando aún y recuperando el control de sus cuerdas vocales, el lagarto se propuso averiguar el misterio de esos cortes que en su mente sádica hicieron albricias. - Mi hermosa genio... ¿Cómo te hiciste esos... - Jadeó unos instantes antes de definir lo que el consideraba exquisiteces de la lujuria. - ...cortes?. - Pidió con su respiración aún irregular.
Bulma se congeló, pero forzó una sonrisa enigmática. ¿Qué respuesta rápida podría imaginar?. - Los hice... - Aprovechó una leve pausa de efecto para poder pensar una respuesta que no la comprometiera. - ¿Os gusta Lord Freezer?. - Preguntó con tono seductor rozándolos con sus dedos.
Los ojos rojos brillaron hipnotizados por el gesto mientras que tomaba otro sorbo de su 'vino' para calmar sus nervios. - Responde a mi pregunta... -
Bulma maldijo su suerte por no haber podido cambiar de tema. - A veces... yo... - ¿Qué podía decirle?. Algo que su mente enferma sintiera correcto y excitante. - Gozo de placeres algo más exquisitos... -
Los ojos del otro lado de la pantalla se estrecharon. - ¿Quién se ha atrevido a tocarte?. No recuerdo haber enviado machos en tu equipo. - Su tono era acusador en este punto.
- Yo misma los hice. No dejaría por nada del mundo que me tocase un monstruo mono como estos. No después de haber probado su tacto... Maestro... - Ahí estaba el punto, si se lo creía todo iría bien, pero si dudaba, su plan estaría arruinado por completo.
- ¿De verdad?. ¿Mientras os dabais placer?. - El instinto lascivo volvió a hacer aparición en su mirada fría.
- Si... mientras pensaba en vos... Lord Freezer. - El lagarto se acercó a la pantalla.
- ¿Quisieras que te hiciera conocer esos placeres?. - Bulma se congeló con esa pregunta. Ella misma se había tejido la tela de araña y ahora tendría que saltar a ella.
- Ah. - Jadeó un instante capaz de predecir lo que le tendría pensado. - Yo... s... Si, Lord Freezer. -
La sonrisa del lagarto se hizo más plena. - Quizás te visite para ver los avances dentro de poco... - Los ojos amarillos de Zarbón le dedicaron una mirada última cuando la pantalla se cerró en un cuadro negro que disminuía poco a poco.
- MALDITA SEAAAAAAAAAAAAAAAAAA. - Bulma gritó rabiosa. Era horrible, y todo por culpa de ese estúpido Príncipe Saiyajin y sus suspicacias.
Calló de rodillas y se puso a llorar. ¿Cuándo vendría?. ¿Un més, una semana, un año, dos días...? No se lo dijo a propósito, porque quería turbarla pensando en su llegada inminente, era otro de sus juegos mentales. Tendría que utilizar sus influencias y hackear el ordenador central de la nave Imperial si quería averiguar la fecha probable de visita. Aunque era casi imposible predecir algo así. Si tomase la corbina de alta velocidad podría estar en Vegetasei cada noche, si quisiera hacerlo.
- "Vegeta más te vale darte prisa..." - Se recompuso como pudo, se vistió, secó sus lágrimas y se dirigió a su trabajo. Tenía que hacer avances en el proyecto para el Imperio a la par que diseñaba los robots y demás elementos necesarios para el entrenamiento del Príncipe. Al menos... no la había delatado, y eso significaba que iba a seguir sus planes. Era un punto de esperanza, y ella, con los años, había aprendido a ver el lado bueno de todo, y a acogerse a cualquier clavo ardiendo que pudiera darle un mínimo de esperanza, ya bien de venganza, ya bien de libertad, y sobre todo... de justicia.
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Raditz la miró dormir pacíficamente en su cama lujosa, en las sábanas púrpura del tejido más fino, suave y glamuroso de todo el Universo. Acarició sus mejillas sorprendiéndose de sólo acariciar esa parte de su cuerpo a pesar de que ella estaba a su merced. Rozó sus labios con sus dedos. - Salvaje... - La llamó esperanzado de que no le guardase rencor por haberla encerrado nuevamente.
Algo le pareció extraño. Ella siempre está alerta y ahora dormía demasiado profundamente. - Salvaje. - La tomó en sus brazos incorporándola levemente. El pelo largo y azul se desplomó en las sábanas dejando al descubierto su cuello, rodeado por una especie de artefacto ajustado de color marrón. - ¿Qué es esto?. SALVAJE. - La zarandeó para despertarla pero sólo logró que sus ojos se abrieran apenas y volvieran a cerrarse después de un gemido lastimero.
- Maldito Broly... - Con furia se precipitó fuera de la habitación para encontrar a su 'amigo'.
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- BROLY. -
El saiyajin arqueó una ceja. - ¿Ya estás de vuelta?. Fiuu veo que estás obsesionado con esa hembra amigo... - Se burló. El siempre era así de burlesco y Raditz siempre le seguía las bromas en el mismo tono, pero esta vez su amigo no parecía nada contento como para seguir su tono.
- ¿Qué le has dado?. -
- Ah es eso... no te apures, despertará en apenas media hora más según mis cálculos y podrás seguir tu sesión de doma. -
- ¿Qué le has dado?. -
Broly arqueó una ceja divertido por la tensión. - Era sólo un sedante... No tienes que hacer tanto drama... -
- ¿Qué pasa?. ¿No te atreves a tocarla sin sedarla previamente?. - Ahora la burla vino de parte del saiyajin de cabellos largos y azabaches. El otro no contestó. - ¿Y qué es eso del cuello?. -
- Es un mecanismo especialmente diseñado para evitar un nuevo intento de fuga. -
- Te exijo que dejes de utilizar sedantes y el dispositivo del cuello, no es un animal. -
- Ahora mismo es más animal que un ser racional. -
- El hecho de que no pueda comunicarse adecuadamente aún no la convierte en un animal. -
- El hecho de que pueda hablar no la convierte en un ser racional. -
El fulgor da las miradas se cruzaba causando una gran tensión en la sala.
- Es un ser racional. -
- Es una esclava sexual tan sólo. -
- Ella era mía desde un principio, yo la reclamé primero, todo esto es una estupidez. - Acusó Raditz no queriendo entrar en terrenos movedizos ni en debates acerca de la esclavitud de hembras con fines sexuales. Ya había bastante polémica en Vegetasei con ese tema...
- Firmamos un acuerdo. -
- Cédemela, te daré a cambio el doble de lo que vale. - Ofreció Raditz por último.
- No. Es un reto para mi y no hay dinero que pueda suplir la diversión de domar a la salvaje. -
- Diablos, te conseguiré otra salvaje, aunque tenga que remover el Universo completamente... pero dáme esa maldita mujer. -
Broly le miró con expresión fastidiada. Era su mejor amigo y le estaba pidiendo algo con una intensidad demasiado grave. Una parte de él quería ceder y complacerle, pero otra parte estaba demasiado entusiasmado y obsesionado el mismo con ese reto que suponía. - Rayos, siempre hemos sido los mejores amigos, Raditz. No quiero discutir contigo por una simple esclava... Compartámosla. - Ofreció afablemente.
- ¿No entiendes que lo que no quiero precisamente es compartirla?. -
- Egoista... Te estoy ofreciendo un trato... yo tengo que ceder en todo, pero tú no puedes ceder, maldita sea, ¿es que nuestra amistad te importa menos que la esclava?. -
- Broly, sabes bien que eres mi mejor amigo, pero esto es importante para mi. Quiero esa esclava y estoy dispuesto a compensarte por renunciar a ella. -
- Te ofreceré el último trato, de todos modos, es algo a lo cual tengo derecho. - Raditz angostó los ojos pero esperó a que terminase su ofrecimiento. - Conviene conmigo en que pase una noche con ella... y te la cederé de inmediato. -
- NO. - Replicó furioso ante la sóla idea de imaginarle tocándola.
- De todos modos lo haré, te estoy ofreciendo la posibilidad de permitir que tú la desvirgues, sólo pido una noche, no tiene que ser ahora mismo, puede ser dentro de un mes, pero podrías llevártela contigo mañana por la mañana en cuanto arreglásemos los papeles. -
- ¿Qué quieres decir con eso de que 'de todos modos lo harás'?. -
Broly sonrió. - Amigo mio, no quiero privarte de ella, pero si no aceptas mi proposición, amparándome en nuestro trato, tendría derecho a pasar una noche con ella, después de lo cual, su propiedad pasaría a tus manos inmediatamente, por supuesto. -
Raditz se sintió acorralado. Por un lado, si no cedía al trato, su querida salvaje pasaría 3 días acosada por los juegos malditos de Broly, maltratada, sedada, y al final de los cuales, acabaría perdiendo la virginidad a sus manos. Si aceptaba el trato, se la podría llevar con él y Broly no le importunaría por un mes, tiempo suficiente para que él pueda hacerla suya... Maldito... pero no quería tener que entregársela ninguna noche... Lo malo es que eso era casi inevitable. Aunque quizás, si jugaba bien sus cartas, podría aplazar esa noche indefinidamente hasta poder hacerla su compañera, y después de eso, Broly no se atrevería a reclamar el cumplimiento del acuerdo.
- Está bien. Acepto el trato. - Broly cabeceó en acuerdo y estrecharon sus brazos cogiéndoselos por antebrazos.
- Mañana al alba tendré los papeles listos y podrás llevártela. Espero que valores el sacrificio que supone para mi hacer esto en nombre de nuestra amistad... -
- Lo valoro, y espero que siempre podamos gozar de esta misma amistad que hemos disfrutado desde que eramos apenas unos niños. - Ambos se separaron con expresiones relajadas por primera vez en varios días.
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Kawaii, gracias por tus felicitaciones por el día del amor, pero en mi país se las dan las parejas entre ellos jajaja ¿no te estarás volviendo rarita a estas alturas no? jajajaja Yaaa, es broma, espero que este capítulo también supere tus espectativas, y espero que el próximo de medicina para la locura salga yaaaaa porque te cuento en confidencia... que también superas mis expectativas siempre. Chaooooo. Por cierto, te extraño... .
Karo, no dudes de que se va a armar un lío terrible, y espera... porque cuando los conservadores de Vegetasei se enteren de que Raditz ha hecho (porque la va a hacer en siguientes capítulos) como compañera a una esclava, va a estallar una polémica terrible en todo Vegetasei.
Ladyargoss, bienvenida al club de fans de Raditz, a mi antes tampoco ni fu ni fa, pero después de descubrirlo un poco, uffff adoro a ese chicooooo.
Dulce, como ves Broly también tiene su corazoncito para los amigos... Opsss
Runliney, la tela de araña está ahora mismo hecha, sólo falta que las presas caigan en ella...
Lady, este capítulo solucionará alguna de tus preguntas, sólo que seguro que ahora surgen nuevos interrogantes, como ¿cuándo va a aparecer Freezer? y... ¿qué le va a hacer a Bulma?.
Raykal, no te comas tanto el tarro que yo actualizo rápido generalmente, no os quejareis... eh?
Rina, no te apures, que ya vuelve nuestra Bra con su Raditz, sólo que ahora, está un pelín cabreada con él...
