Chapter4: la mort:

Se puso unos pantalones anchos de color negro, una camiseta ajustada de manga larga negra, se recogió el pelo en una cola de caballo dejando dos mechones sueltos, se hizo su típica ralla en los ojos negra y se puso a esperar a Severus.

Eran las cuatro de la tarde, por lo tanto solo estaban ellos en la sala común, ya que estaban en invierno y todo el mundo aprovechaba esta hora de sol para ir a los terrenos.

-ya estoy- dijo severus abriendo las cortinas de su cama.

El llevaba unos pantalones anchos también y (n/a: adivinen) negros, un polo de manga larga, negro y el pelo suelto y engrasado como siempre.

-¿nos vamos?- sugirió Sarah

-vamos- cogieron sus colgantes de invisibilidad, se los pusieron y salieron de Slytherin.

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Entraron al almacen de honey dukes, subieron a la tienda y salieron a la calle.

-estamos a una semana de navidad, en domingo y hace buen dia ¿por qué no hay nadie en la calle?- preguntó Sarah sorprendida.

-no se...¿qué tal si nos quitamos los colgantes? Es que si no dudo que podamos comprar algo.

Se los quitaron y siguieron andando hasta salir de la calle principal, pasaron por delante del pub cabeza de puerco y siguieron por un laberinto de callejones hasta llegar a una tienda muy vieja en la que el letrero medio borrado ponia: "anticuario".

Abrieron la puerta que rechinó de lo vieja que estaba. Entraron, el suelo a sus pasos crujia y las paredes tenian todo de cosas extrañas colgadas. Todo estaba lleno de polvo y un olor muy fuerte a humedad con lo que daba a entender que no le habian dado un buen lavado desde que el mundo era mundo.

-buenos dias jovencitos- una voz los sacó de su ensimismamiento, desde el fondo de la extraña y sucia tienda.-vengan hacia acá.

Se acercaron a la voz para comprobar que habia una viejita sentada tras un mostrador.

-¿qué es lo que buscaban?

Sarah se metió la mano en un bolsillo del pantalón y cogió un trozo de pergamino en el que habia apuntado todas las cosas que buscaba.

La mujer era un tanto extraña, tenia joroba, unas gafas muy sucias y llevaba un pañuelo de lentejuelas alrededor del cuello. Daba aspecto de loca.

-esto.-le dio el trozo de pergamino y ella lo examinó unos instantes, le hizo un ademán para que viniera con ella y salió de detrás del mostrador para irse por unas escaleras de las que antes no se habia percatado.

-sev, esperame aquí.

-como quieras.

Y sarah se fue por donde habia marchado la vendedora. Las escaleras eran un tanto peligrosas ya que al estar llenas de suciedad hacia que te resbalaras y no tenian barandilla. Llegó a una habitación pequeña, las paredes estaban hechas de cajones y más cajones hasta el techo de donde colgaban unas cadenas con jaulas llenas de hadas que alumbraban la habitación y en el centro de esta habia una mesa de madera tallada.

-¿cómo sabes que tengo de ...esos amuletos que busca?-dijo la mujer para romper el hielo.

-digamos que me lo contó mi padre

-¿quién es?

-Albert McFarlane

-oh...cliente habitual...entonces tu eres o sarah o gabrielle.

-Sarah- dijo enfadada por haberla confundido con su hermana.

-ah...pues de los amuletos que buscas solo me quedan 10.

Sarah contó a cuanta gente se lo queria regalar...a nueve personas...bueno pues se quedaría el último para otra persona.

-me los quedo todos.

-de acuerdo...a ver, pues entonces ahora el giratiempo...

La extraña vendedora se acercó a uno de los cajones de la pared de la izquierda y lo abrió. Sacó una caja de madera y oro ante la atenta mirada de Sarah y la dejó encima de la mesa. Se acercó a la pared derecha y abrió otro cajón, a la misma altura que el anterior cogió una caja de madera y plata e iba a cerrar cuando...

-¡espera!- le dijo Sarah- ¿qué es eso?- señaló una caja de cristal con cuatro pulseras dentro, una de oro normal, otra de oro blanco, otra de bronze (pero no menos bonita) y otra de plata. Todas tenian un símbolo chino y un sol enganchado a una luna.

-tienes buen gusto...son las pulseras de los fundadores de hogwarts.

-¿y para que sirven?

-si tu le pones una de estas pulseras a alguien, nadie más que tu podrá quitársela. Hace un vínculo en el que la pone y el que la lleva con lo que podéis comunicaros telepáticamente. Cada vez que esten las cuatro pulseras cerca, los poderes de los que las llevan se harán mucho más fuertes, al igual que sus conocimientos crecerán y adquirirán más habilidades. También había cuatro anillos a juego pero el otro día vino un muchacho y los compró.

-bueno pues me las llevo.

-de acuerdo y ahora vamos a por lo que has venido...el giratiempo.

-¡es verdad! Ya no me acordaba...

-acercate- se volvieron a acercar a la mesa y la mujer abrió las dos cajas. Dentro de cada una habia cuatro gira-tiempos, algunos más antiguos que otros.

-mira, estos-señaló a los de la caja de madera y oro.- son giratiempos normales, y estos otros- señaló a los de la caja de madera y plata- són algunos que por causas desconocidas salieron defectuosos, son muy buscados en el mundo mágico ya que hay uno que va por años, otro por meses, otro por siglos y otro va hacia el futuro en vez de hacia el pasado.

-me quedo estos cuatro y uno de los normales, más los 10 amuletos y las 4 pulseras.

-te pongo la caja de madera y plata. Venga, subamos que tu amigo aún te espera.

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-venga, vamos a las tres escobas por aquí que se nos está haciendo tarde...-dijo Severus.

"como me gustaria estar aquí con Sirius...pero no...el solo me amarga la vida...ojalá sufriera tanto como yo lo hago..."pensó Sarah y bajó la cabeza con tristeza.

" maldito black, que le hiciste a mi amiga...me las pagarás..." pensó Severus mirando como sarah bajaba la cabeza.

Iban por un estrecho callejón, por donde nadie pasaba y de la nada apareció una tienda oscura y pequeña, pero lo suficientemente grande como para que les tapara el camino. ya que no querían recular entraron en ella.

Por dentro era muy oscura y las paredes estaban recubiertas de libros, algunos muy nuevos, otros tan viejos que se caían a pedazos.

En cada estantería había algo escrito encima como por ejemplo: "maldiciones enloquecedoras", "pociones mortales sin antidoto" o "mil maneras de matar con cosas de la casa"...

Con lo que se podia deducir que esa tienda estaba dedicada a asesinos y locos que no sabian de que manera matar a su víctima.

Sarah se adentró en la tienda, donde solo había un candelabro con lo que poder iluminarse. Miraba los libros fascinada cuando una voz a su espalda la sacó de su ensimismamiento.

-¿qué es lo que buscas, pequeña?- era una voz sin genero ni edad. Era un susurró como si viniera de todos los sitios y de ninguno a la vez.

Se giró asustada para encontrarse con una persona ataviada con una larga capa negra con capucha, que no dejaba entrever ninguna forma o gesto que dijera si era mujer o hombre. Lo que si se podia deducir es que ese "alguien" debia de ser viejo ya que llevaba un bastón negro en el que habia escrito de arriba a bajo, con letras plateadas una frase.. "lo que es no es siempre lo que parece"

-yo...solo miraba. Es que se nos apareció la tienda en medio del camino y decidimos entrar.

-¿se os apareció? Pero si esta tienda no se mueve de su sitio. Lo que pasa es que es invisible para los que tienen el corazón demasiado puro como para poder leer todo lo que hay aquí escrito. Me voy a ver a tu amigo.

El o la vendedor marchó dejando a Sarah sumida en sus pensamientos con una frase retumbándole en la cabeza "es invisible para los que tienen el corazón demasiado puro para poder leer todo lo que hay aquí escrito" entonces eso la metía a ella y a severus en el mismo carro que los locos y los asesinos...

Una fuerza sobrehumana se apoderó de ella nublándole la mente y sin poder reaccionar. Se giró sin darse cuenta y sin pedirlo sus piernas se empezaron a mover solas hacia una estantería, cogió un libro sin titulo y todo volvió a ser como antes, pudiendo controlar sus gestos y acciones, como antes. Miró la tapa más atentamente, era de cuero negro y en vez de algun titulo, habia una mariposa de plata en medio. Lo abrió por la primera pagina y en medio habia escrito el titulo en rojo sangre " la mort de l'anima" y más abajo en negro "Leopoldo R. J."

Lo volvió a cerrar.

-¿lo comrpará?- dijo el sujeto encapuchado tras ella

-si.

-muy buena elección...puede ser muy útil, para quien desea hacer daño realmente.-sarah lo miró fijamente y descubrió, que bajo la capucha el sujeto sonreía.

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Compró el libro más otro que quería Severus.

Iban a salir de la tienda cuando Sarah se giró y le preguntó...

-¿quién eres?

-algunos me llaman dama de la noche o señora de la oscuridad pero yo prefiero que me llamen como yo misma me nombro...la muerte.

La muerte comenzó a reir estruendosamente y cayeron los dos inconscientes.

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Sarah despertó de golpe y vió que estaba en su cama. Había sido un sueño y miró a su mesilla de noche...ahí estaba el libro que había comprado...no podia ser verdad ¿o si?

Finishhhhhhhh chaP4!!!!!!!!!!!