Disclaimer: Ninguno de los personajes o nombres de personajes y/o lugares me pertenecen, son propiedad e invención de la ingeniosa J.K.ROWLING.

Hola! me presento, me llamo Danielle, y aquí os dejo esta pequeña historia que ocurre en mi mente y que me gustaría poder desarrollar hasta el final. ya que me cuesta bastante acabar las historias que empiezo ':p Aquí encontrareis no solamente una historia entre dos personajes (Draco y Hermione jeje (perv)) sino que también vivirán aventuras, y, para los amantes del amor rápido en los cual tras el segundo beso los personajes se enamoran, siento decirles que este fic no tiene estas características, no me gusta precipitar las cosas, el amor no surge tras dos besos, el amor aparece poco a poco y en ocasiones ni te das cuenta, hasta que ya no puedes vivir con la persona, pero bueno! Ya veremos si les ocurre esto a nuestros personajes, o…si solo mantienen relaciones…um…especiales! ;)

El hielo…funde.

1.Frio

Ginny la miró por última vez antes de salir del cuarto, preguntándose cual era la razón por la cual la castaña actuaba de aquella manera tan rara.

Tumbada de lado en aquella cama de la habitación oscura, con su cabeza dulcemente apoyada sobre una de sus manos, Hermione escribía algo en una pequeña libreta.

La sabana de su cama dejaba al descubierto unas finas y suaves piernas enredadas, cubriendo justo lo importante, y dejando entrever un escote, más que pronunciado.

Allí tirada en la cama y todavía escribiendo, se preguntaba porqué la gente había decidido irse justo aquella noche, porque, Dumbledore había insistido en que hoy, y a tales horas, debían marchar los que querían ir a la montaña de Rowlnt. Muchos alumnos accedieron encantados a pesar de las condiciones y el horario, pero Hermione prefería quedarse en su cuarto, en estos tiempos, la magia había dejado de ocupar su mente al cien por cien, y algo mas la preocupaba…

De repente y sin previo aviso en su habitación entró corriendo un chico rubio, alterado, su cabello revoloteaba, su mirada…sus rasgos…completamente serios, y dejaba entrever detrás de unos fríos ojos de cristal, una preocupación creciente. Le costaba respirar.

- ¡Teneis que salir de aq…!-su mirada se posó en la única ocupante de aquel cuarto, medio desnuda bajo las sabanas, dejando entrever una fina piel cristalina, Draco olvido por un segundo el motivo de su irrupción en la torre Griffindor.

Hermione se asustó y cubrió con las sabanas su cuerpo.

-¡Pero que haces aquí Malfoy¡Fueraa!-Hermione estaba furiosa, completamente indignada.¡Que hacia el aquí?-¡Grosero¡Asqueroso male..!

Draco se dirigió hacia ella lo más rápidamente posible, tapándole la boca e intentando que se tranquilizara, Hermione se debatía, hasta que vio que había alguna razón por la cual el chico se comportara de aquella manera. La había arrastrado hasta el suelo, escondiéndose detrás de la cama y con la mirada mas seria que Hermione había visto jamás, Draco observaba la puerta. En silencio, completamente concentrado, pero sin expulsar de él el hecho de que todo aquello no lo hacia con placer, y Hermione lo notaba. No le ponía las manos encima en más de lo que debía, y no la miró ni por un momento.

Se oyeron unos ruidos, las velas del cuarto se apagaron dejando escapar un silbido estridente. El corazón de Hermione se aceleraba sin control, ¿Qué esta pasando? Pensó preocupada. Unos ruidos sordos hicieron que Draco la arrastrara mas abajo, agachándose por completo en el suelo, los dos, él cogido a ella, tapándole todavía la boca. Hermione sintió un frió repentino, además del que le producía con sus manos al tocarla…Draco estaba helado, completamente helado, y…la estaba helando a ella, tenia frió muchísimo frío, ahora él había cerrado los ojos, y Hermione se preocupaba cada vez más ¿Qué esta ocurriendo?

Y de repente, tal como vino,…nada. Hermione miro a Draco sin decir nada, sus ojos castaños brillaban llenos de preguntas, lo veía allí, mirando otra vez hacia la puerta en silencio, serio…demasiado serio para no tratarse de algo grave. ¿Desde cuando Draco tenia esa mirada¿Desde cuando veía más en él que un simple idiota repugnante? No sabía que acababa de hacer él por ella, pero sabía que fuera lo que fuera, tenia que agradecérselo.

-¿Qué…?-intento preguntar Hermione lo mas bajo posible.

-Deja los insultos para mas tarde Granger.-La corto él –sígueme, ahora.

Draco empezó a salir sin preocuparse de que Hermione lo siguiera, y se retuvo al no escuchar pasos detrás de él. Idiota niñata¿Por qué nunca hace lo que le dicen?

-¡Granger!-grito Draco furioso.

Hermione bajo lo más deprisa posible, tenía el pelo completamente desordenado pero ahora por lo menos llevaba algo de ropa encima.

-¡No podía irme así!-dijo a modo de reproche.

-¡Estúpida! Corre, no te vuelvas a separar de mí.

Pasaron por un pasadizo directamente desde la sala común de Griffindor, Draco pasaba delante, seguro de si mismo.

-No había nadie más en la torre.-dijo medio cortante, medio preguntando.

-No.-respondió solamente Hermione.

Escucharon la gruesa piedra cerrarse tras sus espaldas, y continuaron avanzando en la oscuridad. Hermione había decidido no hacer preguntas hasta encontrarse en un lugar lo suficientemente seguro como para empezar a soltar gritos y preguntas sobre lo que ocurría.

Tras caminar lo que le pareció una eternidad, llegaron a una especie de mazmorra, Malfoy cerró la entrada con varios hechizos e hizo lo mismo con la salida que emplearían entrada la noche.

-Ahora puedes empezar con tus estúpidas preguntas, que únicamente harán que molestarme…-dijo Malfoy, cortante, seco, distante, y con repulsión en la voz.

-¡Qué ha pasado exactamente¡Porque…porque estamos aquí¿Qué esta ocurriendo¡Contesta!-dijo Hermione sin hacer caso del comentario anterior del chico. Draco desvió su mirada para clavar sus fríos ojos llenos de desprecio en ella.

-Esta pasando estúpida sabelotodo, que te acabo de salvar el pellejo ¿me oyes? Acabo de hacer lo que ninguno de tus dos amiguitos ha querido hacer...-dijo tranquilamente.- Han entrado mortifagos en el castillo-dijo mientras se sentaba despacio pasándose una mano por el cabello-llevaron a dos dementotes con ellos, y como yo no me pensaba ir para Rowlnt a aguantaros a vosotros y al viejete, me quede en la biblioteca…y fue cuando escuche unos ruidos raros, justo después aparecieron dos alumnas heridas…me dijeron qué había pasado, y que quedaba gente en tu torre. Por un momento consideré la opción de dejaros allí…-dijo divertido dibujando una sonrisa en su cara, y mirando directamente a Hermione.-Pero la opción era demasiado tentadora-reflexionó en un tono triste.

Hermione se había quedado allí, de pie asimilando las palabras que Malfoy estaba pronunciando. Se han ido a Rowlnt…dejando el castillo sin protección…han entrado los dementotes y los mortifagos y y… ¡un momento Hermione! No…no puede ser…Dumbledore tiene que haber dejado alguien al mando mientras el no esta! Alguien que pueda asegurar la protección de los pocos alumnos que quedan!

Si! Eso es…debemos ir a pedir ayuda.

-Malfoy, debemos ir al despacho del director.

El la miro divertido, como si acabara de contar un chiste.

-Escuchas algo mas que a ti misma cuando la gente habla? No podemos subir allí arriba, y si piensas ir a ver a quien dejo Dumbledore al mando, me temo que te llevaras una desilusión, los mortifagos llegaron antes.

-¿Qué, pero como lo sabes? Y además! Allá arriba todavía queda gente! Tenemos que ayudarles.

-Me quedo asombrado de lo estúpida que puedes llegar a ser…-dijo él mientras la observaba atentamente, Hermione era muy bella, pero a él no le afectaba en lo mas mínimo, ni sus ojos cautivadores, ni su dulce nariz, ni sus facciones de niña y mujer a la vez, ni su cuerpo…todo aquello, aunque lo veía mas claro que la propia agua, no le producía absolutamente nada, ella era una estúpida sabelotodo muggle. –No podemos subir…primero porque no pienso arriesgar mi vida, con el supuesto de que quizás queda alguien con vida allí arriba…y segundo porque tenemos que salir lo antes posible de aquí. Si quieres suicidarte adelante, ve allí arriba.

¿Como puede hablar con tanta frialdad¿como puede ser tan asquerosamente egoísta¡Subir¡Pues claro que voy a subir! con o sin su ayuda, pienso ir a rescatar a los demás.

-Eres despreciable.-sus palabras golpearon la frialdad de hielo del chico, sorprendiéndolo y divirtiéndolo a la vez.

-Vaya…¿esa es tu manera de agradecerme?

-¡Me largo!-grito exasperada Hermione, dando media vuelta.

-¡Es que eres tonta o qué¿¡No te das cuenta que si subes allí arriba no conseguirás salvar a nadie y morirás?-Draco soltó un bufido y se paseo por el cuarto.-No vas a conseguir ayudar a nadie hazme caso, conozco a los mortifagos.

-¡Por supuesto que los conoces, eres uno de ellos verdad!-Hermione se había dejado llevar por la furia¿Por qué intentaba ayudarla?

Como respuesta obtuvo la más fría mirada que jamás había visto, aquellos ojos de cristal se habían cargado del odio mas intenso.

-¿Y yo soy el despreciable?-él chico saco su varita, Hermione se estremeció, pero únicamente hizo aparecer unos sacos de dormir. Hermione le dirigió una mirada sorprendida, pero él ya no la miraba, y a Hermione le pareció que habría tenido mejor compañía con los mortífagos.-No voy a molestarte más, duerme, dentro de 3 horas te despertare, tenemos que salir de aquí lo antes posible, y vas a necesitar fuerzas.-Draco se metió dentro de uno de los sacos que había colocado en la esquina al lado de la salida, y Hermione colocó exasperada, el suyo al otro extremo.

Lo que no sospecho Hermione, fue que…en unos días, se acercaría mucho…mucho más a él…y, de propia voluntad.