Testosterona

Capítulo Cuatro: Ich will – I want (Rammstein)

I want

I want you to trust me

I want you to believe me

I want to feel your eyes

I want to control every heartbeat

I want to hear your voice

I want to disturb the peace

I want you to see me well

I want you to understand me

I want your fantasy

I want your energy

I want to see your hands

I want to go down in applause

Do you see me?

Do you understand me?

Do you feel me?

Do you hear me?

Can you hear me?

Can you see me?

Can you feel me?

I don't understand you

I want


Las cosas iban de mal en peor.

Empezó a fumar inconscientemente.

Realmente odiaba volver a ese vicio, como antaño, pero ahora estaba sólo él, sin nadie a quién le perjudicara, sin nadie que le reprendiera.

Ya no estaba Chouji, con esa tos exasperante, provocada por su nula tolerancia al humo. Ni Kiba, el gran deportista que a cada momento le reñía por estar haciendo estragos a su cuerpo. Tsunade-baachan, su tutora, una mujer adinerada, siempre estaba ocupada con los negocios y muy pocas veces le prestaba atención. No estaba Shika con ésa madurez e inteligencia inexplicables, haciéndolo reaccionar con no más de tres palabras ó frases independientes, las cuales tomaban un sentido abstracto y filosófico después de una semana de analizarlas. Ni tampoco Iruka-sensei, con esa dulzura paternal; ni estaba Kakashi-sensei, su entrenador de artes marciales, el cual había salido de viaje por unos meses; y sobre todo, no estaba Sakura-chan, que lo había dejado sin una razón específica.

Y hacía años que había dejado de fumar.

Muchas veces en su pasado, había sido repudiado y rechazado... pero no era por su culpa... o al menos eso creía...

Dio una leve última aspirada a la colilla del cigarro y recordó como antes... mucho antes... estaba tan perdido...

Empezó a recordar sus primeros años en las drogas; los estimulantes, el cigarro... y como poco a poco había dejado todo, de una manera lenta y dolorosa...

Memorias...

Y sin poder notarlo, comenzó a llorar...

Recordó a su padre, sus historias nocturnas, las vagas explicaciones sobre la confusa muerte de su madre... su asesinato...

Las noches en el departamento de policía...

Como, sin pensarlo, se enamoró platónicamente de su mejor amigo de la infancia, Kiba...

Y como Sakura llegó a su vida de una manera extraña, como un ángel caído de algún lugar sólo para él...

Varias veces lo cambiaron de hogar por ser un chico problemático, un pelmazo sin una vida propia (brutalmente arrebatada).

Como, con el último de los tutores empezó a haber demasiadas fricciones y el maltrato físico que recibió por ello llegó a ser excesivamente violento. Ahí fue donde empezó su "relación" con las drogas.

Y recordó también, como dudó de su identidad sexual al casi perder su virginidad con otro chico. Los problemas, las dudas, su temor adolescente. A veces pensó en el suicido.

Entonces, sin poder siquiera asimilarlo, llegaron sus amigos.

En pocas semanas sus calificaciones fueron en ascenso, su interés creció en los deportes y en la música, y en varios años pudo vencer con rehabilitación el problema de las drogas. Comenzó a conocer gente, lugares, cosas; olvidó su pasado. Llegó a ser popular y a ayudar personas sin saberlo.

Entonces se mudó con Chouji, Shika y Kiba a una casa rentada (a un precio excesivamente bajo) por ellos cuatro, los cuales la mantuvieron con trabajos de medio tiempo y el dinero que les enviaban mensualmente sus padres.

Se llevaron bien... aún y cuando los cuatro tuvieran costumbre raras, excéntricas o diferentes. Kiba recogía perritos lastimados y solitarios; los cuidaba, los curaba y luego los regalaba a gente que quisiera conservarlos... aunque a veces comía con las manos y no tenía grandes hábitos de aseo personal. Chouji tomaba directamente del cartón de leche y a veces invitaba a gente desconocida a comer. Shika recitaba poesía a medianoche, era sonámbulo y hablaba dormido; no obstante era uno de los principales artistas teatrales de un escenario local. Y Naruto, era un sucio total, desordenado, adicto a la faramalla y siempre lleno de sorpresas... al cual todo le importaba un bledo y hacía actos de beneficencia los sábados en orfanatos y asilos de ancianos.

Aunque todo hubiera mejorado, había un problema que aún acechaba su mente... y seguía haciéndolo.

Seguían sus problemas de identidad...

En serio que le gustaban las chicas, lo juraba... pero... ése cariño especial por Kiba no amainaba...

Y en ésos momentos, en los cuales se sintió más confundido que nunca... los piercings hicieron su aparición...

Los de la derecha mostraban en cuántas personas del sexo femenino se había interesado de verdad y con las cuáles había salido oficialmente (no sólo como "pareja de baile de una noche")... y los de la izquierda mostraban exactamente lo mismo, pero con el sexo opuesto.

Si la perforación era en el lóbulo, significaba que solamente habían salido. Y si era en el arco de la oreja, o la parte posterior, representaba que con ésas personas, aún y cuando no hubiera salido con ellas más de dos o tres veces, habían despertado un sentimiento especial en él.

La única persona que se encontraba simbolizada en su arco derecho era Sakura-chan. Y en el lado izquierdo había tres; uno para "el gruñón de ojos blancos"; otro para su amor platónico de la niñez, Kiba; y el último para un muchacho pelirrojo de ojos verdes al cuál en un recóndito momento de estupidez empezó a llamar de cariño "Shukaku".

Si todo el tiempo, hasta ahora, hubiera contado cabalmente las chicas a las cuales había invitado a salir o lo habían invitado, no habría cupo en su oreja derecha y seguramente tendría que haber ocupado parte de su rostro en pendientes.

Así que se la reservó cuidadosamente para las personas específicas, como Sakura-chan y Hinata-chan, las únicas dos chicas que realmente había llegado a querer, de una forma u otra, pero querer, al fin.

Entonces tiró al piso los restos del segundo cigarro y se aseguró de apagarlos bien.

Se talló los ojos y entró de una vez al patio de la escuela, no importándole que en ésos momentos fuera a recibir un retardo de más de media hora de retraso.


"Blah, Blah, blablablah... ¡blahblahblah!..." entonces el profesor pausó proporcionándole más exaltación a sus palabras "¡BLHABLAHBLHAAAAAHH!" fuera de lo que fuera la clase... debía estar muuuuy interesante... pero a Sasuke no le importaba una sola palabra.

Si bien, la mayoría de las clases captaban su atención, no era algo poco común que no estuviera atento.

Algunas cosas sentimentales era lo que ocupaban su mente en ese momento.

Él podía sentirlo... lo sentía... y sabía lo que sentía... o tal vez no...

Cobardía... atracción... envidia... ira...

Mezclados en una orgía de lágrimas y cólera...

Últimamente pensaba que las cosas pasaban tan rápido que no podía siquiera estudiarlas, no podía saber lo que pasaba porque instantáneamente había otra cosa que le llegaba a los pensamientos y que lo distraía.

A su mente llegaron un millar de imágenes confusas, para luego desaparecer. Sin duda necesitaba el apoyo de alguien.

En pocos segundos se cuestionó la probabilidad de preguntarle a su hermano Itachi... debió haber sido adolescente alguna vez en su vida... debió haber sentido lo mismo que él...

O tal vez no...

Pensó un poco más y desesperándose de impotencia se decidió y se propuso lo que iba a hacer, iba a ir al grano.

Cuando sonó la campana que anunciaba el término de la última clase del día, Sasuke se levantó rápidamente hacia la salida y sin perder un solo momento se dirigió a su casa.

Todo el día había estado muy fuera de sus sentidos, como atónito por cierta razón.

¿Por cierta razón?... ¡él sabía porque!...

Naruto...

Le preocupaba...

Para empezar... había faltado a las primeras dos horas de clase y había llegado sumamente tranquilo y sin llamar la atención de nadie...

O al menos tratando eso.

Luego, no lo había molestado, ni le había contestado ninguno de sus insultos.

Y para terminar, olía raro...

Olía justamente como su hermano Itachi después de...

Fumar

'...'

¿PERO QUE DEMONIOS¿FUMABA?

En realidad no lo podía creer, la perspectiva estuvo rondándole la cabeza varios momentos y luego desapareció...

Entonces perdió el valor.

En serio quería hablar con Naruto, quería saber que le pasaba. Porque en serio lo apreciaba. Porque lo quería. Porque... porque él...

Se había enamorado.

Tenían más de medio año conviviendo juntos, peleándose, sonriéndose.

Amándolo en secreto.

¿Eran realmente amigos?

Al menos él lo consideraba su real y más íntimo amigo (NA: buaaa... T.T esa parte del manga me conmueve).

Su mejor amigo de toda la vida.

Pero sabía que para Naruto él no representaba eso.

Era un estorbo, un dolor en el talón, un chico más, un idiota más con el cual competir.

Si alguna vez se hubiera enamorado de una persona más imposible, era ésta Naruto.

Un dolor le invadió el pecho.

Él aún amaba a Haruno.

Y al parecer Haruno estaba atraída intensamente hacia él... ¡su rival más detestada iba realmente tras sus huesos!

¿Huesos?... ¡Trasero!

Pero a él no le agradaba mucho el color rosa... ni el verde... a él le gustaba el azul...

El azul... dos mares hermosos inundaron sus pensamientos y suspiró ensoñado...

El suave y cremoso color de su piel... su piel...

Sintió un estremecimiento de su cuerpo al recordar cuando pelearon en el gimnasio... cinco meses atrás...

En esos momentos un poco de saliva se escapó de sus labios y la necesidad de lamer su exquisito cuerpo se hizo obvia.

El sólo pensamiento del rubio lo excitaba.

Pero él deseaba algo más de él que su cuerpo.

Simplemente quería verlo feliz.

Porque si había algo que aborreciera más que ver a una persona que apreciaba triste, odiaba aún más ver a una persona amada triste fingiendo ser feliz.

Y eso era lo que hacía Naruto.

Si hubiera alguien que ocultara mejor sus sentimientos que él mismo, era Naruto.

Siempre sonriendo, siempre alegre; vulnerable, escondido detrás de una imagen irreal de ídolo perfecto, de un actor de cine, viviendo en una mentira, en una vida surrealista de felicidad y placer infinitos.

Porque hasta los mismos actores saben que la realidad comienza cuando se cierra el telón.

Y el telón se había cerrado para los ojos de Sasuke y había echado un pequeño vistazo tras bambalinas.

Había probado un poco de la vida de su compañero.

Y verlo sufrir sin poder ayudarlo lo hacía sentirse mal.

En ese pequeño momento, en el cual el mundo se cerró frente a sus pies, sintió como alguien lo tomaba del hombro y un poco exaltado, giró para averiguar el poseedor de aquella mano alargada.


USTEDES MIS REVIEWERS SON MI EMPUJON PARA SEGUIR ADELANTE CON ESTE FIC XDD¡

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Balucita-chan¡ Gracias

Shooting Star Natalie¡ Gracias

Miv-chan¡ cuatro veces gracias¡ claro que te agregooo¡

usagi-hk¡ gracias¡ me gusta recibir reviews de gente que escribe mejor que yo¡ Claro que me voy animar¡

Capítulo dedicado a Nidis-chan¡ La kero un chrooo¡ es una de mis mejores amigas¡ no creo que lo lea¡ pero wehhh¡ n.n¡

No tengo mucho tiempo¡ gracias¡ n.n

las kiero, cuídense¡

Kao-chan