Hei!

Ya estoy aquí. Espero que esta historia les guste. Se que no tengo mucha experiencia escribiendo, pero con el tiempo y con su ayuda (en forma de reviews), lograre mejorar. Así que ya saben, ayúdenme a mejorar.

Por cierto lo que esta en cursivas son pensamientos.

Sin mas que decir les dejo con el primer capitulo de esta historia.


Capitulo I. En marcha.

Aquella mañana se respiraba un aire estival, que era acompañado por los trinos de diversas aves que desde esa hora volaban sin descanso. La ventana del pequeño dormitorio, abierta de par en par, dejaba ver en el interior a una linda joven pelirroja de escasos 15 años que esperaba impaciente la llegada de lo que sería su 5° año en el Colegio Howgarts de Magia y Hechicería.

Estaba sumamente nerviosa, este año, tenía un solo objetivo y haría cualquier cosa para lograrlo, a partir de hoy, todo sería diferente, ya no mas niñita buena, ya no dejaría que sus sentimientos se ocultaran, ya no más. Harry Potter este año sería suyo, costara lo que costara.

La verdad es que solo había ocultado sus sentimientos por temor a que estos no fueran correspondidos, pero ya no le importaba más, tenía todo por ganar y nada que perder. Y sabiendo que cualquier otra tipa podía adelantársele, se dio a la tarea de pensar alguna manera de conquistar a su amo… em… bueno, llamémosle obsesión.

Pero ya sabía lo que tenía que hacer, y era tan sencillo que le tomó bastante tiempo adivinarlo: solo tenía que ser mucho más sexy, pero... como lograrlo? No tenía mucho dinero, que haría?

La solución: ir al Londres muggle para comprarse ropa, sabía que si su madre se enteraba la mataría, pero el Londres muggle era mucho mas barato y había ropa mucho mas bonita, así que decido que esa misma mañana se iría.

Eran casi las 8 de al mañana, cuando en la chimenea de la casa de la familia Weasley se notó un resplandor verde que ilumino toda la sala. Al llegar al callejón Diagon, se dirigió inmediatamente a la salida que llevaba hacia el Londres muggle. Como no contaba con mucho tiempo, se metió en al primera tienda que encontró abierta. Considerando que no traía cuantioso dinero, salió de la tienda cargada de numerosos paquetes con todo lo que creía necesario. Incluyendo un hermoso vestido blanco que se le veía precioso y acentuaba sus formas de mujer.

Cuando por fin arribó a la madriguera, aún no daban las 9 y se dirigió a la habitación de sus hermanos gemelos, necesitaba un pequeño favor y ellos serían la solución, además, tenían una deuda pendiente. Media hora más tarde llego a su habitación para poner todo lo que había comprado en orden, además de ocultar un saquito rojo que traía consigo.

Aquel día pasó sin ninguna novedad, así que al llegar la hora de la cena, Molly Weasley riñó a Ginny y a Ron para que pusieran en orden sus baúles, alistando así su viaje de regreso a Howgarts.

Las explosiones habituales en la casa Weasley y la agitación general de la mañana siguiente, no dejo a Ginny concentrarse en lo más mínimo, estaba a punto de explotar y así lo hizo.

―Quieren callarse de una buena vez!. YA NO LO SOPORTO, SILENCIO! ME ESTAN VOLVIENDO MAS LOCA! Si no es que ya lo estoy

―Lo siento Ginny, pero sabes perfectamente como somos, jamás podemos estar en silencio.―dijo Fred

―Si, es cierto, de todos modos ¿porqué estas tan histérica¿Es que acaso aún no terminas tu baúl¿O planeas otra cosa?― le apoyó George dirigiéndole una mirada llena de curiosidad.

―No, lo que sucede es que estoy muy nerviosa. Perdón chicos, no recordaba lo emmm… revoltosos que son. Perdón.― se disculpó Ginny.

Después de su crisis de nerviosa y de lidiar por un rato con la ropa ajustadísima, se decidió por un conjunto blanco que resaltaba su tez blanca, sus pecas y su cabello rojo encendido. Y así al fin bajo las escaleras cubierta con una gruesa capa y maquillada muy discretamente.

Sabía perfectamente que el viaje en tren era su primera oportunidad para poner en práctica sus estrategias.

Aunque le valiera la vida hacerlo.

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Cuando finalmente abordo el tren, no había un solo lugar vacío, los únicos lugares disponibles eran justo donde no quería encontrarse, en el compartimiento de Harry Potter. Aunque por lo menos no estaría sola, Ron y Hermione también estaban ahí. Cuando llevaban un poco más de 30 minutos de viaje, Ron se levanto y anuncio a sus acompañantes:

―Bueno chicos, los dejamos.―

―Qué? No, no, no por favor, si aquí están perfectamente― de inmediato dijo Ginny.

―No, tenemos que irnos, creednos preferiríamos estar aquí que con el idiota de Malfoy.―dijo Hermione.

―Además, el compartimiento de prefectos es mucho más cómodo y más grande. Y respecto a Malfoy pues siempre mi puño estará dispuesto a cerrarle la boca.―Dijo el pelirrojo.

―Ah! Claro, los prefectos, lo había olvidado por completo.― se disculpó la pelirroja.

Y así, resignándose a viajar sola con Harry se prometió a sí misma que tendría que superar sus miedos. Después de varios minutos de incomodo silencio, Ginny se recostó en un asiento vació a su lado, cerró los ojos y al fin, se atrevió a hablar:

―Hace un poco de calor aquí ¿no lo crees Harry?

―Pues… si, un poco. Pero que digo! Aquí esta hirviendo!―Respondió el aludido con una voz que trataba de ser fría y al mismo tiempo suave.

―Mmm… t… e… ¿ te importaría que me quitara la capa?―

―No, en absoluto, estas en libertad de hacer lo que quieras. Que estoy diciendo?― dijo Harry mirando por la ventana.

―Ah! Gracias.― y en voz mas baja añadió: creo ―parecía que le hablaba un témpano de hielo.

Con gran lentitud se levanto y desató cada cinta de su capa, finalmente, con un suave movimiento de sus manos, dejo caer la capa en el asiento que hasta hace unos segundos ocupaba. Harry no pudo evitar que su mirada se perdiera por todo el cuerpo de la pelirroja.

―T…e… te ves muy… linda. ¿Es ropa nueva? ¿Por que demonios tengo que tartamudear? Merlín, se ve tan hermosa! ―el pelinegro se puso de pie y se sentó al lado de la pelirroja.

―Sip. La compre hace poco, mmm… te gusta?― dudo un poco en preguntarlo porque pues, bueno, uno no se puede olvidar de sus miedos de un día para otro. Se sentó en el asiento vacío y cerró un poco los ojos, hacía mucho calor, tenía que tomar un poco de aire.

―Si, si me gusta… y mucho― lo último lo dijo en voz baja así que Ginny no lo escucho.

La verdad es que para Harry, Ginny ya no era la niñita de once años que se escondía detrás de las puertas y se estaba convirtiendo en toda una mujer y una mujer muy hermosa.

―Bueno, pues gracias.―y diciendo esto, no pudo evitar sonrojarse, aun con los ojos cerrados.

―Creo que te ves muy bien, esas ropas resaltan tus pecas y tu cabello― diciendo esto, se acerco un poco mas a ella y retiro un mechón de cabello que lo cubría el rostro dejándolo detrás de la oreja de Ginny.

Se inclino hacia ella y la tomo suavemente con la mano izquierda de la cintura, mientras que con la derecha levantaba su cara para que sus ojos se encontraran. Sus rostros se acercaban lentamente y estaban a punto de rozar sus labios, cuando… Neville entró en la habitación.

―Oh! eh, eh!... yo… lo…lo siento, no sabía que estaban… eh ocupados?― dijo un tanto nervioso el chico despistado, dándose la vuelta para abandonar la habitación.

―No, espera Neville, ven no te vayas.― dijo Ginny.

―Obliviate, lo siento Neville pero sabemos que eres un tanto… mmm… comunicativo (por no llamarte chismoso).

―Harry! Pero… pero que has hecho?― pregunto alarmada Ginny.

―Lo siento, pero, es que lo arruino todo y no quiero arriesgarme a que Ron me mate antes de poder besarte― dijo el aludido con una sonrisa.

―¿Qué ha pasado?― Pregunto un Confundido Neville.

―Ah…nada…solo te golpeaste con el cristal al entrar― Mintió rápidamente Ginny.

―oh! Bien, pues, yo venía… ¿a qué venía? Bueno, no lo recuerdo pero supongo que no tenía importancia, creo que no tengo que estar aquí así que me voy.― Neville dijo todo esto muy rápido y su cara redonda se veía aún más confundida.

En cuanto el chico de cara redonda se retiro, Harry comenzó de nuevo con lo que se había pospuesto por la llegada de Neville.

―Bueno, y en que nos quedamos?

―Pues… no lo se… dime tu…

Una vez más, sus rostros comenzaron a acercarse. Estaban a solo unos cuantos centímetros… y Hermione entro en la habitación.

―Oh! Perdón, los siento, ya me voy, ya me voy.

―Espera Hermione, Quiero pedirte que no le digas nada a Ron― dijo el chico moreno.

―Eh? A sí, no, de ninguna manera. Seré una tumba.― los tranquilizo Hermione.

Como buena amiga que era, Hermione se retiro y dejo a los chicos solos una vez mas y ellos de buscaron sus rostros otra vez.

―Sabes, ya me estoy cansando de esto― dijo la pelirroja con un falso tono de disgusto,

―Bien, eso se puede arreglar fácilmente.¡Fermaportus!― con ese simple hechizo, la puerta quedo sellada y por tercera vez en lo que iba del día, sus rostros se acercaron de nuevo, sus labios casi se tocaban y por fin iban a darse en tan ansiado beso…


Bueno, que les parece? Lo continuo? o soy muy mala para esto? Ya saben, ayúdenme a mejorar. Espero sus reviews.