Memorias Congeladas:
(By Alcoeid)
Aclaraciones: Los personajes de Yu Yu hakusho, no me pertenecen, y este fic no fue escrito con fines de lucro.
- Bla, bla, bla – Diálogo
"Bla, bla, bla" Pensamiento
Bla, bla, bla Recuerdo
Bla, bla, bla Sueño
La Voz
Capítulo 3:
- Si, nos vemos el lunes Shuichi – Mientras Travis salía paso frente al espejo de la entrada, solo fue por un segundo pero el kitsune de ojos esmeralda podía jurar que lo que se había reflejado no era el rostro de Travis, era otra persona –
- Travis! – Pero era tarde, el joven de cabello bicolor ya había salido –
Unos minutos más tarde de la intrigante partida de Travis, tocaron la puerta: Era Shiori, había tenido un vuelo agitado y lo único que actino a decir era que estaba todo bien y que iría a recostarse un rato.
- No te preocupes madre, por cierto hay te preparado en la cocina – "Eso hará que duerma el tiempo que yo permanezca en el Maikai"
- Muchas gracias hijo
- De nada madre, de nada –
Diciendo esto Shuichi se aseguró de que su madre, ya inconciente se encontrara segura y se retiró con una pequeña bolsa al hombro, y se dirigió rápidamente a una de las puertas del Maikai, ésta era vigilada por Hiei quien estaba en un árbol...
- Qué sucede Kitsune, acaso ese "Niger" te tiene nervioso?-Dijo con sarcasmo –
- No es eso, solo que...
- Vas al Maikai? – Preguntó Hiei al ver la bolsa en el hombro del chico pelirrojo –
- Sí, debo averiguar unas cosas –
- Quédate en el castillo de Mokuro - Sugirió Hiei (K/ C: Lo sugirió a su manera che!) –
- No te preocupes, Yomi se enteró de mi visita al Maikai y me pidió que me quedase... –
- Creo que vas a estar mejor con una conquistadora frenética que con ese ciego lujurioso – Dijo con desden Hiei –
- Jajaj – El zorro se río ante el nuevo "apodo" que Hiei le había puesto a Yomi, claro uno entre cien millones de apodos que el koorime le había puesto al monarca de Gandara –
- Vamos – Ordenó el Koorime –
"Creo que Hiei tomó mi risa ante su comentario como un sí... Espero que no me deje solo con Mokuro, igual, para lo único que estaré será para dormir..."
Luego de unas diez horas de viaje Kurama y Hiei llegaron al castillo de la conquistadora que los estaba esperando en la entrada, y aunque solo habían pasado dos años desde la última vez que Kurama la había visto para su sorpresa, Mokuro, tenía el cabello largo hasta la cintura.
- Konichiwa Hiei – Sama, es un gusto tenerlo aquí Kurama – Kun – Dijo la muchacha inclinándose para saludar –
- Hiei ella es...
- No, que las apariencias no te engañen, ella no es Mokuro, su nombre es Misha, es una de las sirvientas del palacio, y aunque tiene un gran parecido con Mokuro, no está ligada en lo más mínimo a ella – Explicó el Koorime mientras entraban –
Kurama, Misha y Hiei se dirigieron hacia el interior del castillo, allí, subieron por unas largas escaleras con forma de caracol hacia las habitaciones principales, la cuales, se encontraban en un extenso pasillo al parecer interminable.
- Señor Hiei, su habitación habitual está preparada – Misha se agachó y le susurró al oído a Hiei - la señorita Mokuro estará ausente durante la estadía del joven Kurama – Luego tomo su postura habitual y se dirigió al pelirrojo - Señor Kurama por favor, sígame, lo llevaré a su habitación –
- Sí, gracias –
"Luego de dejar solo a Hiei, Misha y yo caminamos un largo trecho hacia una habitación cercana a la de Mokuro: Allí dormiría yo. Misha dijo que me sintiera como en mi casa, y que la cena me la traería en un rato a mi cuarto, le dije que sí, pero en realidad me pareció mejor empezar con mis asuntos, ya que cuanto más rápido comenzara más rápido terminaría y podría irme. Por más que Mokuro me haya permitido quedarme este lugar me pone realmente nervioso"
"Misha ya ah llevado a Kurama a su cuarto, pero por más que él está a solo unos pasos de mí últimamente me siento realmente distante de él, creo que está ligado en algo a la aparición de ese Niger bicolor, supongo que él también tiene la culpa de la herida de mi Kitsune, esa tan extraña en forma de gota, así que para cerciorarme haré algo que no debería, pero no toleraré que ese niger quiera a Kurama para él, él es mío y solamente mío."
Con esto en mente el koorime camino, lo más rápido que pudo, la distancia que lo separaba del pelirrojo, llegando así a su cuarto. Hiei realmente dudó a la hora de abrir la puerta de aquella habitación, su corazón latía como nunca lo había hecho antes, sus manos sudaban y se sentía nervios, en su opinión, por nada. Lentamente abrió la puerta del cuarto, pero al entrar no encontró a Kurama, cosa que lo preocupó. (K/C: Sí, escucharon bien, LO PREOCUPÓ) Hiei salió de la habitación y posteriormente de la casa siguiendo cuidadosamente el rastro difuso y débil de Kurama. Fuera a donde quiera que haya ido, no quería ser encontrado.
"Muy bien, si mal no recuerdo, y según esto, lo que busco, debería estar aquí."
En ese momento Kurama se detuvo. Estaba en un inmenso bosque, a sus espaldas las ruinas de lo que debió ser un gran palacio, y frente a él un Roble aparentemente milenario.
- Necesito preguntarte algo – El pelirrojo se acercó al viejo árbol y concentró su Youki en su mano como si quisiese extraer algo del interior del extraño árbol – Así que entonces no sabes, bueno, no me rendiré tan fácil – Susurró, Kurama al viento como respondiendo a una pregunta –
El Kitsune siguió avanzando por entre un mar de espinas, planta y ramas, preguntando por su objetivo a todo ser que pudiese ayudarlo, pero sin éxito, al caer la noche se durmió sin remedio abrigado solo por la noche y las estrellas en el cielo.
Hiei llegó al lugar unas horas más tarde, se sorprendió al ver al Kitsune en el estado tan deplorable en el que se encontraba: Su ropas estaban rasgadas por todas partes, su rostro y el resto de su cuerpo estaban lastimados, en menor medida pero lastimados, una expresión de tristeza tan poco característica de Kurama y un par de lágrimas congeladas en su rostro.
- "Qué te sucedió mi Kitsune? Qué te hicieron?"
– Un susurro débil e inaudible para el koorime se escapó de los labios del pelirrojo-
Fin del capítulo 3
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