Armor Guardian Sailor Moon

Saludos. Lamento la tardanza, pero como dije en otro de mis fics, ésta vez fue porque cambié la estructura del guión y bueno, me tomó algo de tiempo acostumbrarme. Espero de corazón no volver a tardarme tanto en esto y pues, creo que es todo.

Paso al review:

nadaoriginal

Britney va a ser un poco más que su conflicto con Margie, aunque ese seguirá siendo su eje principal en el fic y esas dos pueden llegar a tolerarse, pero de amigas nada. Bueno, del padre de Keiko, como tal es irrelevante para la historia, pero es más que nada por trolear a Hotaru y en cuanto a lo de Chibiusa, pues ella tiene sus propios problemas xD. Aiko como tal no ha crecido a lo largo de la historia, aunque ha visto templadas sus convicciones y es por eso que ha logrado avanzar, aunque es cierto, para vencer a las Siete todavía falta bastante camino por recorrer.

Y ahora sí…

Capítulo 29

Entre el pasado y el futuro

La Luna brillaba a plenitud en el cielo, en aquél claro del bosque en cuyo centro se encontraba un precioso lago de agua tranquila y cristalina. Los sonidos de los animales de la noche, como grillos, murciélagos y demás, le daban un aire de paz y quietud al lugar… Shizuka Morisato se encontraba sentada en pose de meditación, con sus manos en las rodillas, mientras que a su derecha, la gata de cabello castaño continuaba revisando su libro.

— Ha sido difícil, pero estamos más cerca —Sol sonrió a su protegida, que con una sonrisa discreta, miraba al frente con firmeza—, a continuación sigue el Chakra del Fuego, el cual está unido a la fuerza de voluntad y se bloquea por la vergüenza… ¿De qué te avergüenzas? ¿En qué momento te has decepcionado a ti misma?

— Me cuesta trabajo aceptar que necesito ayuda a pesar de que estoy consciente de que no puedo sola —Replicó la Morisato al instante—. Cuando era pequeña, mi mamá me cuidaba mucho y cuando se fue, nunca me permití aceptar que necesitaba consuelo y luego ayuda en todo lo demás… Preferí valerme por mí misma a pesar de que no tenía que hacerlo, dado que mi papá y luego Airu, vieron por mí —Concluyó con pesar en su mirada.

— ¿Sabes? Yo creo que no es malo aceptar la ayuda de las personas que te quieren —La Felina le sonrió a su protegida—, creo que el destino y la suerte nos juntaron por eso… Yo soy la gata entrometida que siempre te da el beneficio de la duda, pero no te deja sola incluso cuando haces locuras como venir a entrenar a un bosque solitario

— Lo sé —La azabache asintió suavemente, mirando con detenimiento el movimiento del agua en el lago—. Desde que me encontré con las demás, poco a poco he sentido que me he abierto de corazón y así como necesité ayuda, me gusta ayudar cuando es posible, como por ejemplo a Usagi con lo de su novio o a Gruñona con lo del abuso que sufrió...

— Y así como ellas han aceptado tu ayuda, no está mal que aceptes la suya cuando la necesitas o simplemente quieres tenerlas cerca…

— Tienes razón —Suavizó su gesto cuando recordó a su hermana y a sus amigas—, Aiko, Naru, Mei, Usagi y Kasumi… Mi padre y Airu… Voy a abrirme más con ellos, aunque que me dé un poquito de miedo...

— Me da gusto oírte hablar así… —La gata se enfocó de nuevo en el libro—, Ahora debemos enfocarnos en el siguiente Chakra… Ahora sigue el Chakra del corazón y está entrelazado al amor, bloqueándose con el dolor —Adoptó un gesto serio—. Creo que ambas sabemos qué lo está bloqueando…

— Mi madre… —Shizuka contestó apenas su protectora dejó de hablar—. Me gustaría saber qué pasó con ella, aunque se haya ido… Aunque no tenga la certeza de que vuelva a verla… —Una solitaria lágrima recorrió su mejilla derecha.

— Deja que ese dolor arraigado en tu corazón fluya, deja que salga de tu interior…

La Morisato cerró los ojos…

Y al abrirlos de nuevo, se encontró de pie, cuando era niña, frente a su madre… Aquella mujer imponente de larga cabellera negra como la suya y con unos profundos ojos rubí, la cual vestía solamente unos jeans azules, una camisa roja que delineaba su curvilíneo físico y una bella sonrisa que a su vez, siempre la hacía sonreír.

Sin embargo, pronto Akari Morisato se convirtió en polvo que se llevó el viento.

— Has sufrido la pérdida de la persona que más querías, de aquella que te enseñó el concepto mismo del amor, que te amó incondicionalmente y que te hizo muy feliz durante todo el tiempo que pasaron juntas…

A la par de la voz de Sol, en el cielo de aquél pasaje mental, Shizuka pudo ver su más tierna infancia, a su madre abrazándola, dándole un beso en la frente antes de dormir, cargándola en hombros mientras caminaba sobre el agua de ese mismo lago, mostrándole un poco de su imponente poder como Divine Guardian y la más valiosa para ella, desayunando ellas dos con su padre, mientras los tres sonreían felices con amor…

— Pero el amor es una forma de energía y la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma en algo diferente si le das la oportunidad… El amor de Akari Morisato está en ti, en tu interior y adopta nuevas formas, nunca te ha abandonado realmente…

Entonces, los recuerdos de Akari fueron cambiando poco a poco por las memorias del tiempo que pasaba junto a su padre, con la servidumbre de la mansión Miyamoto que siempre era amable con ella, ese día en que Airu y Aiko llegaron a su casa para quedarse, el día que conoció a Naru, su primer encuentro con la misma Sol, la llegada de Usagi, Mei y Margaret a su vida…

— Y al ser así, el dolor puede fluir y finalmente, irse… Porque realmente tu madre no te ha dejado, su cariño estará siempre contigo…

Sol ahogó una expresión de sorpresa cuando sintió cómo desde el interior de su protegida, surgió un pulso de energía bastante intenso. No obstante, sonrió cuando se dio cuenta de que se trataba del poder latente de Shizuka, que despertaba poco a poco. Cuando se enfocó en su protegida, la chica lloraba de forma silenciosa, con una sonrisa sincera desde el corazón.

— Es cierto… Puedo sentir esa misma alegría, ese calor, en mi padre, en mi madrastra, en mi hermana y en mis amigas —La azabache abrió sus ojos—, esta sensación me hace feliz y voy a protegerlos a todos, para no volver a perderla.

La felina se mostró contenta al ver que su alumna estaba cambiando de verdad con ese intenso entrenamiento espiritual y varias de sus heridas emocionales estaban cerrando de forma que su energía se veía influida, creciendo de forma progresiva.

— ¿Te parece bien si descansamos un poco? —Shizuka se levantó, mirando la bella luna llena sobre su cabeza—. Han pasado un par de días y a pesar de que mi réplica esté con ellas, no seré yo hasta que desaparezca y reciba esa experiencia… Lo aceptaré, pero solo delante de ti… Las extraño mucho

— Eso está bien —Sol se mostró satisfecha—, de eso se trata todo esto… Que tu corazón se abra y termine de sanar tu interior para que le des al mundo la mejor visión de tu exterior… O algo así

— Gracias por venir contigo, Sol —La gata y la humana se sonrieron mutuamente.

— No tienes que darlas, yo siempre estaré contigo, Shizuka…

El largo viaje de Usagi continuaba por la aparentemente infinita extensión del Caos Multidimensional. La Armor Sailor Guardian miraba firme hacia el frente si detenerse en su ruta, ya que el artilugio que sujetaba en su mano derecha brillaba de forma intensa, como señal clara de que se acercaba a su objetivo.

A lo lejos, era visible un vórtice que si se colocaba la joya Sweet Heart, dejaba de parpadear para brillar de forma intensa, así que Sailor Moon se enfiló a toda velocidad hacia esa entrada dimensional, asumiendo que ahí se encontraría la mejor amiga de Setsuna en el Milenio de Plata, ingresando al vórtice como si se hubiera convertido en una estrella fugaz…

— Q—Qué… ¿Qué pasó?

Luego de recuperar el conocimiento, finalmente Usagi fue capaz de ponerse de pie para explorar con detenimiento el lugar donde se encontraba…

El cielo reflejaba la inmensidad del espacio en vez de la noche o el día. Era un lugar rocoso, donde parecía que no crecía nada y solo había un frío viento ocasional, que calaba a la temerosa Sailor Moon hasta los huesos. La Sailor Guardian empezó a caminar con cautela por ese sombrío lugar, dándose cuenta de que en el horizonte se podía ver un castillo siniestro, como alguno de esas películas de vampiros que tanto le aterraban. Se abrazaba a sí misma para tratar de mitigar el frío que sentía de forma intensa.

Ahogó una expresión de sorpresa cuando estuvo no muy lejos del particular edificio, el cual parecía ser en realidad, un reflejo oscuro del Castillo Lunar del Milenio de Plata…

— ¡¿Quién anda ahí?!

Sailor Moon se dio media vuelta para encontrarse con dos mujeres de particular aspecto: ambas usaban vestidos entallados de falda corta y botas apenas debajo de las rodillas, así como guantes de ópera arriba de los codos. La ropa de ambas le recordó inmediatamente a Esmeralda, la integrante de Black Moon obsesionada con el Príncipe Diamante, obsesión que la llevó a su triste final…

Una de ellas tenía el cabello violeta y usaba el cabello corto con un corte asimétrico, dejándose un flequillo que le cubría el ojo derecho, mientras que la otra tenía todo su cabello rubio relamido y sujetado en una coleta alta en la parte posterior de la cabeza.

— ¡Mira, Amatista! —Exclamó seria la chica rubia—. ¡Parece que es una Sailor Guardian!

— ¡Vamos, Topacio! —Replicó entusiasmada la otra fémina—. ¡Su Majestad nos premiará si la atrapamos con vida…!

— ¡Trágate esto! —Amatista extendió sus brazos a los costados—. ¡Amethyst Bombardment (Bombardeo de Amatista)…!

— ¡Topaz Spears (Lanzas de Topacio)…! —Topacio levantó sus manos sobre la cabeza.

Las dos enemigas extendiendo sus manos al frente, liberando respectivamente una oleada de rocas violeta y una lluvia de estacas amarillentas, las cuales se dirigieron a toda velocidad hacia Sailor Moon, que extendió sus puños a los costados, lista para contraatacar al tiempo que su aura dorada la rodeaba de golpe.

— ¡Moon Midnight Shimmer…!

Lanzando su puñetazo derecho al frente, de la extremidad de Sailor Moon se liberaron una cantidad enorme de halos de luz que de forma sumamente fácil destrozaron los proyectiles y ante las miradas horrorizadas de Amatista y Topacio, se dirigieron hacia ellas, golpeándolas por todos su cuerpos y arrojándolas al aire para caer de forma pesada, completamente fuera de combate, al suelo.

— K—Kh… —Topacio apretó los dientes, incapaz de ponerse de pie— Es muy fuerte…

— M—Maldita… —Agregó Amatista, apenas consciente.

— No deseo lastimarlas… ¿Dónde estamos?

Las dos amigas se voltearon a ver temerosas. Era claro que no eran rivales para esa misteriosa Sailor Guardian que usaba un traje totalmente distinto y que no estaba en los registros que su soberana les había hecho estudiar para la eventual batalla que sostendrían con esas enemigas, una vez que todo estuviera preparado…

— Estás en los alrededores del castillo de la Familia Black Moon…

Usagi volteó de golpe hacia su espalda, para encontrarse con la imagen de un apuesto niño de cabello blanco y traje blanco, cuyos ojos ámbar estaban totalmente enfocados en ella y no pudo evitar recordar al temible Príncipe Diamante al ver con detenimiento a ese chico aparentemente indefenso de 10 años.

— Tú eres…

— Soy el Príncipe Diamante, hijo de la Reina Gem —Replicó el chiquillo, haciendo una respetuosa reverencia— Bienvenida.

— D—Diamante… —Murmuró una atónita Usagi.

— Vaya, vaya… Así que Tokio de Cristal ya ha empezado a enviar a sus mensajeras…

Cuando levantó la mirada para observar a la persona que había llegado junto a Diamante, la rubia quedó estupefacta al encontrarse con aquella imponente mujer que tenía ese largo cabello de tono azul oscuro, tan familiar para ella, así como esos ojos grises, profundos y enormes. Esas facciones, embellecidas por su madurez eran inconfundibles para ella a pesar de la situación. No obstante, el rostro frío y esa expresión sombría que a pesar de su elegancia destilaba odio, la desconcertó por completo.

Era una versión adulta de Margaret Young, con el detalle de que su cabello azulado lo llevaba casi hasta los tobillos y usaba un vestido negro de tirantes sumamente sobrio, con el detalle de que carecía de calzado…

— M—Margie… —Susurró incrédula la Sailor Guardian.

— Tenía tiempo que no escuchaba esa forma de referirse a mí —La gobernante del Planeta Némesis, hogar de la familia Black Moon, sonrió confiada—. ¿De dónde me conoces, Sailor Guardian?

— ¡Soy yo, Meatballs! —Al escuchar ese apodo, la Reina Gem entrecerró la mirada.

— ¿Usagi Tsukino? —Gem bajó la mirada ligeramente para mirarse la mano derecha—. La Neo Reina Selene en este momento gobierna su decadente imperio… Pronto le daré su merecido con mi poder, pero por ahora se me hace de mal gusto que uses ese nombre delante de mí…

— ¡Vengo del pasado, Margie! —La angustia en la voz de la rubia era evidente—. ¡Vine para ayudar a Rarity!

— ¿Rarity? —La peliazul repitió, intrigada.

— E—Ella se refiere a la prisionera… —Con ayuda de Topacio, Amatista pudo finalmente levantarse para observar temerosa a su señora—. Esa tal Hyppeia…

— Ya veo —La gobernante de Black Moon se llevó la mano a la barbilla, pensativa—, me sorprende que sepas sobre esa prisionera, Usagi Tsukino… Según mis datos, la tal Rarity no es una Sailor Guardian de Tokyo de Crystal… Además, me llama la atención tu Sailor Dress, ya que ninguna Sailor Guardian está registrada con uno similar en nuestra base de datos…

— ¡Margie, escúchame! ¡Yo…!

— Te contaré una historia interesante… —La Reina Gem entrecerró la mirada con deleite al ver la consternación de esa chica tan parecida a su amiga perdida—, hace tiempo, en la tierra original, existía un reino llamado Ozamu… Dicho lugar fue destruido en una guerra tan antigua, que la misma humanidad la olvidó, por un ser artificial creado a base de un hechizo prohibido, algo así como los Youma, pero a un nivel superior… —El relato de Gem se volvía más y más siniestro conforme modulaba su voz con ese fin—. ¿Sabes? Aquél día que la verdadera Usagi Tsukino fracasó en proteger al último de los Siete Demonios y perdí a mis amigas, despertó en mí la esencia de ese ser, esa abominación de la naturaleza… ¿Has visto algo como esto alguna vez?

Sailor Moon se mostró horrorizada al ver que en la mano derecha de la Reina Gem comenzaba a arder una intensa flama mientras que en la mano izquierda una corriente de viento helado se formada de tal manera que copos de nieve eran distinguibles…

— ¡No quiero pelear contra ti! —Usagi miraba suplicante, al borde del llanto, a la versión del futuro original de su amiga.

— ¡Muere entonces…! —Una sonrisa demencial se formó de golpe en el rostro de la Reina Gem— ¡Meragaia!

De forma similar al Kaiser Phoenix de Sunset Shimmer, aunque en menor escala, de la palma de la mano derecha de la Reina Gem surgió un torrente de fuego con gran fuerza ante la consternada Sailor Moon, que recibió de lleno el impacto, ante la mirada expectante la soberana de Black Moon y el Príncipe Diamante.

— Madre… —El tímido niño jaló del vestido a la mujer.

— ¿Qué pasa? —Replicó la mujer sin apartar la mirada de su enemiga, con su mano todavía liberando el ataque.

— Ella… Ella lo resiste —La Reina Gem entrecerró la mirada al ver que la silueta de la Sailor Guardian todavía era distinguible entre el fuego.

«Imposible» Pensó la soberana de Black Moon, «Aún cuando quiero calcinarla, es capaz de resistir…» Una sonrisa maliciosa se formó de repente en su cara. «No obstante…»

— ¡Ya basta, Margie! —De entre las llamas emergió una decidida Sailor Moon completamente ilesa—. ¡No quiero continuar con esto!

— ¡No te preocupes, ya termino! —Replicó triunfal la Reina Gem—. ¡Mahyad…!

Ante la sorpresa de Sailor Moon, de la mano izquierda de la peliazul surgió una corriente de aire frío que se dirigió de inmediato hacia ella, tomándola por sorpresa y congelándola rápidamente para su evidente consternación. Fue algo tan inesperado que Usagi no intentó esquivar el hechizo de viento frío que rápidamente la dejó atrapada en una gruesa capa de hielo…

— Cuando un cuerpo caliente se expone a una corriente extrema de aire frío, se congela con mayor facilidad debido al intercambio exotérmico —La soberana bajó su mano izquierda cuando vio que su enemiga había quedado capturada—, Topacio, Amatista… Lleven a la Sailor Guardian al calabozo junto a la tal Hyppeia…

— ¡A la orden, majestad! —Replicaron las aludidas, recién reincorporadas.

— ¡¿Cómo es posible que tampoco aparezca Pinkie?!

Ante las consternadas miradas de Twilight, Fluttershy y Applejack, Indigo Zap se retorcía de dolor, ya que sus queridas amigas y su hermana no aparecían, como si se las hubiera tragado la tierra. Se dejó caer de rodillas y se abrazó a sí misma rompiendo a llorar como una niña pequeña, siendo cobijada de inmediato entre los abrazos de sus amigas, que también dejaron libremente que el líquido salado saliera de sus ojos como la mejor muestra de que compartía el mismo dolor de su líder temporal.

Un poco alejadas de ellas, las Shadowbolts se mostraban realmente acongojadas por no poder ayudar a sus amigas, especialmente a Indy y a Sparky, las dos que completaban a su grupo…

No podían creer que Sunset, Rainbow y Pinkie estaban desaparecidas y estaba resultando imposible dar con ellas. Era simplemente ridículo que tres de las llamadas Siete Virtudes, que poseían incluso el poder que les había dado la Reina Metalia del Negaverso, no podían ser localizadas sin importar los esfuerzos que estaban haciendo con ese fin.

Las cuatro Virtudes tardaron bastante su tiempo en recuperarse y comenzar a mostrarse de nuevo como las fieras enemigas de las Sailor Guardians. No obstante, cuando recuperaron el coraje para encarar a sus enemigas, comenzaron a planear su estrategia para la inminente confrontación…

— Yo atacaré a las Sailor Guardians —Fluttershy tomó con firmeza la decisión, dando un paso al frente ante sus amigas—, haré lo mejor que esté a mi alcance para acabar con esas odiosas chicas y sacarles la verdad de lo que está pasando…

Una parvada de murciélagos comenzó a surgir desde el suelo para volar a su alrededor y completar su transformación en Flutterbat rápidamente, ante las expresiones serias de sus amigas.

— Indy… Es hora de ir en serio y acabar con las Sailor Guardians, sin importar que alguna vez hayan sido tus amigas… Lo entiendes, ¿verdad?

— Haz lo que tengas que hacer.

La fría respuesta de Indigo Zap, que cerró los ojos sin ablandar su dura expresión, dejó sorprendidas a la Castidad, a la Diligencia y a la Paciencia por unos breves segundos, pero pronto las tres chicas se recompusieron para comprender que si bien era lógico que hubiera sentimientos encontrados en el corazón de la Generosidad, la chica demonio que había sido Makoto Kino antes, no dejó pie a la duda en su semblante frío.

— Muy bien…

Entre la parvada de sus murciélagos, Flutterbat dejó el lugar, ante la expectativa de sus amigas puesto que la verdadera batalla contra las Sailor Guardians, estaba a punto de comenzar…

«Ten cuidado, Flutters…» Pensó la peliazul, abriendo los ojos para mirar partir a su amiga.

— Princesa… Princesa…

— Q—Que… ¿Qué pasó…?

Poco a poco abrió los ojos, para encontrarse con la visión de Rarity mirándola con clara preocupación, aunque pronto se dio cuenta de que no era como tal la Generosidad que reparó su Sailor Dress, ya que tenía un tono claro de piel, que no era la tez blanca de Rarity, sino un matiz claramente humano y lucía ropa parcialmente desgarrada, lo cual era indicativo de que llevaba algo de tiempo en ese lugar…

— ¿Se encuentra bien? —La expresión preocupada en el gesto de Hyppeia dio paso a un marcado alivio.

— S—Sí… —Usagi se mostró cansada—. ¿Dónde estamos? —Murmuró con marcada debilidad.

— Estamos en la prisión del Palacio Black Moon…

En ese momento, la rubia se reincorporó de golpe para sorpresa de la Satellite Guardian. Dándose cuenta por fin de que estaban en una mazmorra lúgubre, excavada en roca y que presentaba gruesos barrotes, aislando del exterior el pequeño espacio en el que se encontraban, el cual contaba apenas con un pequeño baño y una tosca cama que consistía en una madera enterrada en la roca y detenida en el aire por un par de cadenas en los extremos.

— ¡Rarity! —Usagi finalmente reparó en que había logrado su objetivo de encontrar a la chica de cabellera morada—. ¡Estás a salvo! —La abrazó de forma efusiva.

— Lo que podría decirse a salvo… —Sonrió forzadamente por la situación en la que estaban.

— ¡Lo importante era encontrarte, Rarity! —Usagi se separó de la chica para mirarla con esa sincera y feliz sonrisa

— Rarity —Hyppeia bajó la mirada, pensativa—, viví mucho tiempo con ese nombre, sin saber que solo era una mentira… —Su voz se entrecortaba poco a poco—, peleé contra mis compañeras Sailor, levanté mis manos contra mi hogar… Las lastimé e incluso yo… —Se cubrió la boca para soltarse a llorar—. ¡Soy de lo peor! ¡Merezco quedarme aquí…!

Incrédula, la Satellite Guardian se quedó inmóvil cuando Usagi le dio una sonora bofetada que retumbó por toda la celda, ladeándole el rostro. Totalmente desconcertada, regresó su insegura mirada a una seria rubia, que a su vez la observaba con dureza…

— Princesa… —Susurró con un hilo de voz.

— Una amiga muy especial me dijo hace poco que jamás debo pesar que merezco lo malo que me pase… Y siempre habrá gente dispuesta a ayudarme, gente que me quiere —Un par de lágrimas traicioneras surcaron las mejillas de la princesa—, por eso estoy aquí, porque en el momento en que más débil y triste me sentía, me ayudaste mucho y el que me hayas permitido continuar con mi deber de Sailor Guardian al reparar mi Sailor Dress, nunca podré pagártelo… —Usagi sonrió débilmente—. Lamento haberte golpeado, pero necesitaba que reaccionaras… No puedes dejar sola a Sweetie Belle.

Hyppeia abrió los ojos de golpe, a toda su capacidad…

Aquella niña que había perdido a su familia durante el ataque a Ponyville, a la que salvó de sus compañeras cuando buscaban supervivientes para terminar con la "limpieza" de esa aldea. La cuidó porque era lo más justo, dado que ella no hizo nada cuando Sailor Rhea asesinó a sus padres, un pescador y una repostera, que hasta el último momento suplicaron de rodillas por misericordia… No para ellos, sino para su hija.

Cuando la encontró, estaba bastante lastimada porque apenas había podido huir cuando el ataque comenzó y logró salvar la vida. La líder de las Satellite Guardians no la encontró por mera casualidad, porque quedó escondida bajo un estante que le había caída encima y quedó bastante lastimada…

No pudo evitar el sentirse terrible cuando la miró con sus ojos llenos de temor…

Le costó trabajo ganarse su confianza mientras la atendía y la mantenía oculta de las otras Satellite Guardians, que recibieron la orden de no dejar a ningún demonio de Ponyville con vida, por lo que buscaron entre los escombros de la aldea por si se habían escondido algunos supervivientes y luego de varias visitas en las que Hyppeia le llevaba provisiones a la pequeña a su improvisado escondite bajo las ruinas de la casa de Sweetie Belle, finalmente se dio por completada la misión y se pudo relajar ante el temor de verse descubierta por haber salvado a esa niña demonio.

Sin darse cuenta, primero por la culpa y la pena de saber que esa pequeña niña se había quedado sin alguien en el mundo, la procuró con toda la dedicación del mundo. Le tomó cariño sincero cuando finalmente Sweetie Belle le perdió el miedo y por una mezcla de admiración y agradecimiento, empezó a llamarle hermana…

Mantuvo ese secreto de forma tan firme como el diamante más duro, incluso de su mejor amiga Nix. Comprendía a la pequeña porque ella también había perdido a su familia cuando era joven, por lo que fue para ella la hermana adoptiva que siempre deseó durante su formación como Sailor Guardian y que solo encontró de forma parcial en Lorelei. Por eso había quedado impactada al comienzo luego de que la Satellite Guardian tomara la vida de Gozen de Rhea en combate para proteger a las chicas demonio que alguna vez habían sido sus amigas y que por capricho del destino pasaron a ser las Siete Virtudes…

El lazo que había formado con Sweetie Belle había sido tan fuerte que incluso cuando Metalia la manipuló para convertirse en Rarity, sin saberlo, ese instinto de hermana la había llevado de nuevo a ella, que a pesar de su cambio de apariencia, había podido reconocerla.

No sabía cómo, pero su pequeña hermanita había llegado a esa época, superando las barreras del tiempo y el espacio, porque su lazo era más fuerte que todo eso…

— Tiene razón, princesa —Hyppeia asintió con creciente convicción—, Sweetie Belle me necesita, sea Hyppeia o Rarity…

— ¡Así es! —Usagi se mostró feliz con esas palabras.

— Pero… ¿Cómo escaparemos de aquí? Nos quitaron nuestras plumas de transformación antes de encerrarnos en este lugar y no puedo pensar en una forma de salir…

Hyppeia ahogó una expresión de sorpresa al ver que la rubia cerró los ojos y se orientó hacia la puerta de la celda, mientras poco a poco, el aura dorada que permitía notar la fuerza de Sailor Moon emergía de su cuerpo, cubriéndola de forma gradual…

«¿Puede usar sus poderes sin transformarse?» Pensó la Satellite Guardian , bastante sorprendida.

«Tengo que volver a casa…» Usagi abrió los ojos de golpe. «¡Tengo que evitar que Margie se convierta en la Reina Gem!» Tomó vuelo con su puño derecho. —Cambiaré este futuro… ¡Con mis propias manos! ¡Moon Midnight Shimmer…!

La hermana adoptiva de Sweetie Belle quedó atónita cuando del puño extendido de Usagi Tsukino surgió un vendaval de rayos de luz que rápidamente destrozaron los barrotes de la puerta, abriéndose paso hasta chocar contra el muro frente a la celda…

— ¡Vamos, Rarity! —La rubia comenzó a correr hacia la salida— ¡Tenemos que buscar las Plumas para irnos de aquí!

— S-Sí… —La pelimorada asintió desconcertada, tardando unos segundos en reaccionar.

Las dos se dirigieron rápidamente hacia el pasillo para comenzar su escape, sin saber qué les esperaba en la difícil misión de recuperar sus Sailor Dress…

«La Princesa de la Luna en verdad es muy fuerte…» Hyppeia miraba con fascinación a Usagi. «Justo como debe ser la futura Reina del Milenio de Plata…»

«Les prometo que volveré, pase lo que pase…» La Tsukino endureció su expresión mientras corría sin saber hacia dónde, pero consciente de su meta. «Mei, Aiko, Margie, Shizuka… Kari, Tai… Todos… ¡Ya voy!»
— ¡Alerta, alerta! —Una alarma hizo eco por todo el lugar—. ¡Hay una fuga en el sector número 10! ¡Repito, hay una fuga en el sector número 10!

— Bueno… Entramos en la recta final, esta será la parte más difícil…

Shizuka y Sol se encontraban frente a frente, cerca de aquél lago cristalino, mirándose fijamente mientras el libro donde se detallaba el funcionamiento de los chakras estaba abierto entre ellas. Las dos permanecían serias, luego de la declaración de la felina.

— Estoy lista
— Muy bien —La gata castaña asintió—, el quinto Chakra está ubicado en la garganta, es el Chakra de la verdad y se bloquea por las mentiras… Las mentiras que te dices a ti misma… ¿Qué mentiras te has dicho a ti misma?

— Siempre quise a Aiko, porque es mi hermana, junto con mi padre es la familia que me queda —Cerró los ojos con pesar—, Pero sentí que el acercarme a ella era traicionar la memoria de mi madre, porque pensé que Airu le había quitado su lugar… Tantos momentos perdidos, porque me convencí a mi misma que era lo correcto cuando sabía que estaba mal… Siempre estuve consciente de que era una persona especial, aunque la consideraba cobarde por su forma de ser, siempre dulce y amable… Por eso quise convencerme a mí misma de que nunca la había querido

— Bueno… Ahora están juntas y su cariño siempre ha sido sincero, porque ella también te quiso desde el principio y apenas se han unido, parece que llevaran toda la vida procurándose…

— Lo hecho, hecho está… —La azabache suspiró, ahogando un lamento—. Si bien no puedo recuperar el tiempo perdido, lucharé con todas mis fuerzas para que el futuro donde Mei, Aiko y yo morimos y dejamos a Usagi y a Margie, no suceda jamás —Su expresión se llenó de una plena convicción—, las cinco estamos unidas, Aiko y yo finalmente tenemos una relación de hermanas… Y si por eso debemos enfrentar los mayores peligros… ¡Lucharé con todas mis fuerzas!

Sol ahogó una expresión de sorpresa, dado que desde el interior de su protegida pudo sentir cómo una intensa energía surgía desde lo más profundo de su ser, la cual la rodeó de forma sutil por un breve momento en forma de una serpiente blanca que así como se enroscaba a su alrededor, ascendía y se disipaba luego de un abrir sus fauces de forma feroz hacia el cielo.

— ¿Qué fue eso? —Shizuka se mostró sorprendida, al percibir también esa manifestación de su propia energía.

— Seguramente fue el Espíritu de la Serpiente Blanca… —Replicó la felina, seria—. Al parecer, Makoto estaba predestinada a despertar como Indigo Zap y por ende, el Espíritu de la Serpiente Blanca, no podía manifestarse a través de ella…

— La Serpiente Blanca…

— Estando tan cerca, debemos seguir, solo faltan dos Chakras para finalizar con este entrenamiento y por la manifestación de esa energía, casi logramos nuestro objetivo… ¿Estás lista? —Cuestionó, firme.

— ¡Sí! —La azabache asintió decidida, retomando su postura de meditación.

— El sexto Chakra es el Chakra de la Luz y se encuentra en la frente… Es el Chakra del discernimiento y se bloquea con la ilusión… Se dice que la separación es la mayor de todas las ilusiones y lo que crees que está separado, en realidad está unido, ya sea por lazos visibles o invisibles…

Shizuka no respondió ni dijo mala, limitándose a mirar hacia el cielo. La vastedad del cielo estrellado era simplemente preciosa y no pudo evitar pensar en su padre, su hermana, su madrastra, sus amigos y más que nada, en el recuerdo de su amada madre. La verdad era que a pesar de su forma de ser un tanto seca y generalmente inexpresiva, ella era una chica sensible, que gustaba de ayudar a los demás y si bien no lo demostraba con frecuencia, ella realmente quería a todas sus personas importantes…

— A pesar de la distancia, los lazos que comparto con mis seres queridos, están ahí… Una vez que esos lazos verdaderos se forman, jamás desaparecerán ni se desconectarán, así que sin importar la distancia, ni los obstáculos, jamás estamos separados…

Sol pudo notar de nuevo cómo esa aura la rodeaba, adoptando un matiz oscuro sin que aquella manifestación del espíritu de la serpiente dejara de mostrar ese tono albo completamente perfecto, y aquella forma de serpiente se desvaneció en el aire cuando luego de dar varias vueltas a su alrededor para enroscarla, se disipó violentamente…

— Impresionante… —Murmuró la boquiabierta gata, sabiendo que estaba cerca del último paso—. Pues bien, puede sentirse el espíritu de la Serpiente Blanca emergiendo poco a poco de tu cuerpo, así que estamos más cerca de llegar a nuestra meta y de hecho, estamos a nada de lograr nuestro objetivo…

— Puedo sentirlo… —Por un momento la Guardiana de Júpiter se puso de pie para mirar su mano derecha y darse cuenta de cuánto había cambiado.

— Continuemos entonces… —Rápidamente las dos asumieron sus posturas de meditación para continuar con su actividad—. El último Chakra es el Chakra del pensamiento y está ubicado sobre la cabeza… Es la energía cósmica que seguramente surge de la Semilla Estelar y se extiende más allá de los límites del cuerpo… Aquí dice que este Chakra se bloquea por los lazos mundanos, particularmente el más fuerte de ellos, así que piénsalo detenidamente… ¿Cuál es el lazo más fuerte que te ata a éste mundo terrenal?

Cerró los ojos y de inmediato lo supo. Desde que tenía uso de razón, su querida madre era su lazo más fuerte. Simplemente la amaba… Amaba su cariño, amaba el calor que le brindaba cuando la abrazaba, amaba lo poco que sabía cocinar y le daba de comer con todo su amor, amaba toda su historia como una Divine Guardian, amaba los paseos que tenía con ella y su padre los domingos por la mañana, amaba todo de ella, al punto de que deseaba emularla, conservando su propia esencia… No había nada más fuerte en su vida que el amor que le tenía a su madre y revivir ese sentimiento la hizo llenarse de una dicha que la hizo sonreír de forma inconsciente.

— Ahora… —La voz de Sol se escuchaba en esos preciados recuerdos—. Deja fluir ese lazo, déjalo ir y despréndete de él… Olvídalo.

Shizuka abrió los ojos de golpe para mirar incrédula a su compañera. Algo como olvidar el amor y el cariño de su madre, todos esos bellos recuerdos, era algo que simplemente no podía hacer. Ese lazo era la fuerza que le hacía salir adelante cada día y la esperanza de volver a ver a Akari Morisato era la motivación principal en su vida para ser cada día mejor que su versión anterior. No había forma de que olvidara esa parte de ella, puesto que era la base de su ser…

— ¿Qué? ¡No puedo olvidar a mi madre! —Shizuka se mostró afligida—. ¡Ella es lo más importante para mí!

— ¡Calma, Shizuka! —Sol interrumpió a su protegida de inmediato—. El texto se refiere a que dejes atrás ese lazo que te ata al mundo terrenal, en el sentido de que aceptes que se ha ido… Que ya no está aquí.

La azabache entonces ahogó una expresión de sorpresa, dándose cuenta de las verdaderas implicaciones de las palabras de su compañera…

¿Había aceptado la partida de su madre? La realidad era que a pesar de que un día simplemente no volvió luego de marcharse de forma un tanto sorpresiva, no podía saber si realmente ya no iba a volver o estaba en alguna misión, algo…

Shizuka se encontraba en el jardín de la majestuosa mansión Miyamoto, trepando por el tronco de un manzano, decidida a llegar a la cima luego de encapricharse con una jugosa manzana que estaba en una de las ramas más altas. Totalmente enfocada en su objetivo, no tardó mucho en alcanzarlo y pronto ya estaba sentada en la rama, devorando alegremente la fruta, satisfecha tanto por su labor como por el sabor de la misma…

Sorprendente, eres muy pequeña y aún así ya lograste escalar este árbol…

Shizuka miraba con una enorme sonrisa a su madre, que con las manos en la espalda, flotaba en el aire, cerca de ella, mirándola con esa enorme sonrisa que amaba tanto verle todos los días…

¡Voy a ser muy fuerte! —Exclamó con una amplia sonrisa, para darle otro mordisco a la fruta.

Lo sé —Akari Morisato tomó una manzana cercana y comenzó a comerla luego de limpiarla—, serás una niña muy fuerte si te mantienes firme

¡Seré tan fuerte como tú! —Replicó de vuelta, feliz.

Je, je, je… Todo a su tiempo, Shizuka… Por ahora, ven…

Akari extendió sus brazos para abrazar a su hija. Shizuka simplemente asintió y sin soltar su manzana se arrojó a esos brazos para sentir una vez más ese cálido abrazo que nada podía igualar. Mientras su hija se acurrucaba en ella, la Divine Guardian, que para la ocasión lucía pantalones de mezclilla y una holgada camiseta de color rojo, descendió poco a poco, posando en el suelo sus pies con suavidad.

Hoy vamos a comer esas cosas que se llaman hamburguesas, encontré un lugar donde dicen que saben deliciosas, ¿Te gusta la idea? —Cuestionó, mientras bajaba a su pequeña con delicadeza.

¡Claro! —La niña se abrazó a las piernas de su persona más valiosa.

Muy bien, entonces…

Shizuka volteó a ver a su madre extrañada, puesto que Akari no terminó lo que estaba por decir. De repente, la mujer de ojos rubí enfocó su mirada en el cielo con expresión seria. La pequeña parpadeó confundida ante tal cosa y permaneció en silencio, esperando por saber qué ocurría.

Shizuka… —El tono serio usado por su madre, dejó confundida a la pequeña—. Debo salir un momento, pórtate bien y no te metas en problemas, ¿de acuerdo?

S-Sí…

Mirando desde el piso, se limitó a ver cómo su adorada madre se elevó y se perdió en el azul del cielo de repente, sin nada más qué decir, asumiendo ambas que solo sería por un momento…

Sin saber ambas que sería la última vez que se verían.

— Vaya, todavía me lastima…

La gata castaña se mostró comprensiva cuando su protegida se llevó la mano derecha a los ojos para limpiarse con las palmas las abundantes lágrimas que corrían libremente por su rostro. La azabache tardó unos minutos en poder contener el flujo del líquido salado y finalmente, con sus orbes todavía hinchados, se enfocó nuevamente en la gata.

— Shizuka…

— ¿Sabes? —La Morisato bajó la mirada—. Esto no se lo había dicho a nadie, pero, a pesar de todo el tiempo que ha pasado, espero que un día regrese descendiendo del cielo y me abrace, para luego decirme por qué se fue ese día…

«Ahora entiendo… Lo que ocurre es que Shizuka no quiere traicionar a su madre al aceptar que se ha ido y considerando que Akari fue una Divine Guardian, no es imposible que realmente siga viva… Eso es lo que le impide a Shizuka desprenderse de lo que significa el recuerdo de su madre como ese lazo que no la deja crecer…»

— Soy patética, ¿verdad? —Shizuka le sonrió con tristeza a su acompañante.

— ¡No! —Replicó con firmeza la felina—. Es normal que creas en tu madre, lo que podemos hacer es abordarlo desde otra perspectiva…

— ¿Qué quieres decir? —La adolescente se mostró confundida.

— Podríamos trabajar en la línea de que puede que Akari tuvo que marcharse y bien podría volver, puedes esperarla mientras vives plenamente… O algo parecido

— Sí… Puede ser…

— Bien —Sol asintió—, Entonces manos a la obra

— ¡Sí! —La Morisato asintió con renovada convicción.

— ¿Cómo estará Usagi-san?

K.A.M.U.S., con la obvia excepción de Usagi, se encontraba reunida en la casa de todas, luego de que las chicas que habían acompañado a Aiko luego de la batalla en el Templo Hikawa se hubieran marchado. Solo quedaban las cuatro integrantes y las dos chicas del futuro, reunidas en círculo en medio de la sala, pensando en lo siguiente que harían…

— Entonces, hasta ahora dos Virtudes han caído, Rainbow Dash y Pinkie Pie… —Mei tomó la palabra—. Usagi y Aiko han logrado hacer evolucionar sus Sailor Dress luego de superar sus límites, por lo que en teoría nos queda enfrentar a cuatro más…

— Sin embargo, de momento solo somos nosotras cuatro —Agregó Margie—, sin contar el hecho de que yo no tengo Sailor Dress…

— Además de eso, debemos tener cuidado puesto que Indigo Zap merodea en busca de sus compañeras caídas… —Murmuró cruzada de brazos la Morisato.

— Eso es sospechoso… ¿No creen? —Keiko llamó la atención de todas—. Es raro que no sepan lo que sucedió con sus amigas

— Es verdad —Asintió la Mizuno—, hay evidencia de que pueden comunicarse a distancia, como para no dar un último aviso de que fueran derrotadas…

— Otra cosa importante, es que Sunset Shimmer está desaparecida… —Las palabras de la pensativa alba llamaron la atención de todas al instante—. Rei-san dijo que Pinkie Pie mencionó la desaparición de Sunset Shimmer además de Rainbow Dash…

— Nosotras aprovechamos eso para que no nos ataquen con toda su fuerza, pero sigue siendo extraño que no estén conscientes de que ya perdieron a dos de ellas… —Shizuka cerró los ojos—. Algo falta para entender todo esto…

— Tienes razón… —La estadounidense asintió—. Hay algo que o no hemos tomado en cuenta o existe algún factor que desconocemos… Pero, por ahora no estamos al tanto de todo

— Por lo pronto, debemos permanecer como hasta ahora, esperando para que sean ellas las que vengan, es ahí donde tenemos una posibilidad, como ha pasado con Usagi-chang o contigo, Aiko-chan —Mei volteó a ver a su amiga—, si no saben que puedes vencer a una de ellas, tenemos la sorpresa a nuestro favor

— Por ahora nos mantendremos a la expectativa, ¿estamos de acuerdo? —Las palabras de Kasumi fueron aprobadas por todas.

— Siendo así, creo que podemos descansar por ahora, ¿no? —Intervino Hikari luego de estar bastante rato en silencio.

— Tú no cambias —Keiko negó con la cabeza, pero siguió a su amiga cuando ésta se puso de pie.

El ambiente se tornó más ligero luego de que las niñas fueran al refrigerador para servirse un poco de helado. Margaret y Aiko fueron las siguientes en ponerse de pie, la primera para estirar los brazos hacia arriba y la segunda para acercarse a las niñas y proponerles hacerles un postre más elaborado a lo que las dos asintieron felices.

— No habíamos tenido tiempo para hablar, Shizuka… —La seriedad en el rostro de la pelirroja, desconcertó a la azabache.

— ¿Qué sucede?

— Me gustaría hablar contigo sobre algo importante, a solas… —Volteó de reojo hacia sus otras amigas, concentradas en el postre que ya empezaba a preparar la Koukin.

— Tú dirás… —Aprovechando que las otras empezaron a usar una licuadora, Mei y Shizuka se pusieron de pie para salir de la casa.

El camino fue rápido y en silencio, quedándose en la acera de la calle, debajo de una lámpara del alumbrado público, con la Morisato al pendiente de lo que estaba por decir la chica china, que parecía no estar por completo segura de lo que estaba por decir.

— Vamos, escúpelo —Shizuka se cruzó de brazos, a lo que su cabizbaja amiga levantó la mirada para verla con una desconcertante seriedad.

—B-Bien… ¿Recuerdas que hace un par de días tuvimos un encuentro con una Divine Guardian en el Templo Hikawa?

— Sí…

— Sobre eso… Rea de Saturno comentó que ella iba a asesinar a la maestra Perséfone, así como en el pasado lo había hecho Tatsu de Venus… Con Akari de Marte.

El rostro de Shizuka pasó de la dureza a la incredulidad en un segundo. Quería encontrar algún rastro de duda en Mei, pero solo la vio la tristeza de su expresión, lo que confirmaba que no estaba mintieron y lo peor de todo, que no dudaba de aquella verdad…

Su adorada madre, la persona a la que más quería, a la que más admiraba y que nunca había perdido la esperanza de volver a ver, estaba muerta. Sin siquiera notarlo, de sus ojos ya escapaba libre el líquido salado y caía al suelo, ante la expresión triste de su amiga pelirroja. Se cubrió los ojos con la mano derecha, mientras su gesto se descomponía por la tristeza.

— P-Por eso… Por eso nunca volvió… —Sonrió en medio de su silencioso llanto—. Es evidente… Sólo otra Divine Guardian podía vencerla

— S-Shizuka… ¿Estás bien? —La pelinegra simplemente negó con la cabeza.

Entonces Mei la envolvió en un abrazo confortante y finalmente Shizuka Morisato rompió a llorar sobre el hombro de su amiga, dejando salir todos los años de esperanzas perdidas y anhelos irrealizables, aceptando por fin que su adorada madre ya no estaba en el mundo de los vivos…

Para la Huo-Long fue muy duro ver cómo la más firme de sus amigas se descomponía de esa forma, como si fuera una niña pequeña, perdida y sin saber qué hacer. Lo único que pudo hacer por ella fue cobijarla de forma protectora y prometer en silencio que si había alguna oportunidad, por muy remota que fuera, ella tomaría justicia en su nombre…

— ¿Y mi hermana?

Las chicas se preparaban para descansar, pero la Morisato brillaba por su ausencia. Mei, Aiko y Kasumi se encontraban ya acostadas y listas para dormir, aunque esperaban a la mayor de las hermanas.

— Lo siento —La pelirroja suspiró—, pero le dije a Shizuka lo que nos reveló Rea de Saturno…

— ¿A qué te refieres? —Preguntó claramente confundida la Koukin.

— Lo que sucedió hace un par de día con aquella Divine Guardian, ¿cierto? —Replicó la Mizuno—. Ahora que recuerdo, solo mencionaste el incidente puesto que pasó todo lo de Meatballs venciendo a esa Virtud y lo dejamos de lado

— Sí… —La Huo-Long se dejó caer sobre su almohada, mirando hacia el techo—. Lo que sucedió fue que Rea de Saturno nos reveló que la razón por la que la madre de Shizuka desapareció fue porque en el pasado apareció Tatsu de Venus, otra Divine Guardian… Y la asesinó…

— ¿Qué?

Las dos chicas quedaron incrédulas después de saber aquella revelación y se voltearon a ver con incredulidad. A continuación, Aiko se levantó y luego de ponerse una bata que tenía al lado de su bolsa de dormir, se dirigió a la entrada de la casa. Sus amigas de inmediato la siguieron.

Corrieron por varios minutos hasta que llegaron a la mansión Miyamoto, que se sentía levemente lúgubre iluminada por la luz de la noche y saltaron la amplia cerca de protección para dirigirse al jardín donde habían hecho la lunada, encontrándose con la imagen de Shizuka con la espalda recargada en aquél manzano, abrazando sus piernas, con la cabeza metida entre las rodillas.

— Hermana… —Aiko se acercó con cautela, recibiendo como respuesta la mirada llorosa de la aludida.

— ¿Q-Qué hacen aquí? —Dijo apenas en un murmullo.

— Mei nos contó lo que te dijo y… No quería dejarte sola —Contestó la alba—, quiero estar para apoyarte en los momentos felices y también en los momentos tristes…

— Aiko… Chicas… —La Morisato cerró los ojos y regresó a su posición inicial.

— ¿Sabes? —Kasumi se acercó y tomó asiento cerca de la azabache, mirando hacia el cielo nocturno, en ese momento oculto por las nubes—. No se compara con lo de tu madre, pero cuando mis padres se peleaban, no tenía consuelo alguno, salvo mirar hacia el cielo y desear que todo fuera mejor al día siguiente… —Sonrió mientras cerraba los ojos—. No servía de mucho, porque al día siguiente todo seguía igual, pero al menos me consolaba un poco… —Shizuka rodó sus ojos en dirección a la estadounidense, sin decir nada—. Igual, al final seguía sola y no servía de mucho… Pero ahora tú no estás sola… —Abrió los ojos, mostrando una ligera sonrisa—. Porque nos tienes a nosotras…

— Margie tiene razón, hermana… —Aiko se arrodilló frente a Shizuka, posando sus manos en las rodillas de su hermana—. Estamos contigo, no tienes que pasar por esto tú sola…

— Aiko…

— ¿Sabes lo que es el amor? —La pregunta de Mei llamó la atención de sus amigas, que de inmediato se enfocaron en ella—. El amor es el cariño incondicional… El que seguramente te tuvo Akari-san… Y el que te tenemos nosotras

— Mei…—De repente volteó hacia su hombro izquierdo al sentir un puñetazo de la peliazul

— Se lo dije hace tiempo a Meatballs, no te niegues la oportunidad de que quienes te queremos, te ayudemos… —Margie miraba hacia las nubes

— Margie… —Shizuka también posó su mirada en el cielo.

— Estamos juntas en todo —Aiko tomó asiento junto a su hermana, mirándola con una sonrisa—, para siempre…

— Es cierto… —Mei sonrió mientras miraba al cielo, donde poco a poco las nubes se disipaban para dar paso a la luna creciente—. Aunque no todas estemos aquí ahora mismo, las cinco vamos a estar unidas siempre…

Rei se encontraba mirando fijamente la maltrecha explanada del templo…

Apenas había amanecido y si bien ya no estaba la esfera de luz donde el Sailor Dress de Venus había renacido y luego evolucionado, el lugar claramente necesitaba reparaciones.

Había dudado, pero al final le había pedido ayuda a su padre, reconocido político, quien tras una discusión breve había ofrecido su ayuda económica para iniciar los trabajos de restauración en cuanto fuera posible. Para ella era muy simbólico ver el lugar iluminado poco a poco por la luz del sol, puesto que no había podido creer en la victoria contra las Siete Virtudes hasta que fue testigo de cómo sucedió ese milagro, en el que la pequeña Aiko demostró su verdadera fuerza para vencer a Pinkie Pie de la Templanza.

Desde entonces no pudo evitar sentir cómo poco a poco, el optimismo crecía dentro de ella, sintiendo que la victoria de las Sailor Guardians no era un sueño imposible…

— Hola, Rei-chan… —Era una voz familiar que le provocó una sonrisa a la azabache.

— ¡Tío Akagi!

La chica volteó de inmediato para encontrarse con un hombre que compartía su color de cabello, el cual usaba corto y desaliñado, poseía unos profundos ojos rubí, los cuales la miraban con un cariño notorio. Vestía jeans azules y una chaqueta de cuero negro, con botas negras arriba de los tobillos.

— ¿Cómo has estado? —Se acercó entusiasta hacia el joven adulto de aproximadamente unos 35 años.

— Bien, aunque… —Replicó el azabache, adoptando un gesto melancólico—. He seguido buscando a mi hermana mayor, aunque cada día es más complicado… Actualmente tendría unos 41 años…

— No hables así, tal vez mi tía esté por ahí, nunca se sabe…

— No lo sé, desapareció de muy joven, aunque no me rendiré —Replicó el recién llegado con clara convicción—, Se lo debo a Akane…

— Mamá —Rei se entristeció visiblemente.

— Lo siento, Rei-chan… No quise hacerte sentir mal —Akagi se mostró apenado.

— No te preocupes, tío… —La sacerdotisa trató de sonreír—. Cada día soporto un poco más…

— Por cierto… —El pelinegro intentó cambiar de tema—. El Templo está bastante descuidado… —Torció la boca ligeramente, para luego susurrar—. Por decir lo menos…

— Bueno… ¿Recuerdas que te mencioné lo de las Sailor Guardians? —El hombre asintió de inmediato—. Las cosas se han complicado bastante

— Ya veo… ¿Y tu abuelo? ¿Cómo está Hino-san?

— El no está aquí por ahora, un aprendiz lo está hospedando en su casa por ahora —Rei se mostró triste.

— No te preocupes, todo saldrá bien al final… —Akagi intentó animar a su sobrina.

— De hecho, será todo lo contrario…

— ¡Rei-chan! ¡Mira! —El hombre levantó la mirada hacia el cielo, para encontrarse con el origen de esa voz.

«¡Oh, no…!»

La Guardiana de Marte original se mostró claramente consternada cuando enfocó su mirada en el cielo, encontrándose con la intimidante visión de Flutterbat levitando en el aire, con sus alas extendidas, cubriendo de forma parcial al tío y a la sobrina.

«¡¿Por qué siempre tienen que venir al templo?!» Rei contuvo su rabia apretando los dientes.

— ¿Dónde está Pinkie Pie? —Cuestionó la Paciencia, claramente hostil.

— ¿Qué? —La sacerdotisa endureció su expresión de golpe «Tengo que proteger a Aiko… Sin Usagi aquí, ella es la esperanza por ahora…»

— Te lo preguntaré una vez más… —Entrecerró la mirada con marcado odio—. ¿Dónde está Pinkie Pie?

— Qué se yo… —La azabache sonrió burlonamente.

— Entonces se terminaron las palabras… —Flutterbat levantó su mano derecha, tomando vuelo como si sostuviera un arma—. ¡Bloody Whip (Látigo Sangriento)…!

— ¡Cuidado!

En apenas un parpadeo, de la mano de la Paciencia surgió un látigo de energía carmesí que se dirigió a enorme velocidad hacia tío y sobrina, siendo la segunda quien alcanzó a quitar al segundo con un empujón para recibir el impacto del poderoso ataque en su espalda…

— ¡Rei…! —Impotente, Akagi observó impotente, cómo su querida sobrina cayó de forma violenta al suelo tras el golpe que desgarró su ropa, dejando su piel expuesta.

— Te lo hubieras evitado si hubieras hablado… ¡Grizly Wing!

Agitando su mano derecha, Flutterbat apareció una gran cantidad de murciélagos que se dirigieron a la inconsciente y maltrecha Rei, mordiéndola en sus ropas para levantarla y acercarla a su ama, que se limitó a mirar con oscuro regocijo en su mirada a su maltrecha presa, ante la mirada impotente de Akagi…

— ¡Suéltala, infeliz…! —Tomando su brazo derecho con su mano izquierda, el tío de Rei se levantó con evidente dificultad.

— Dale este mensaje a las Sailor Guardians… —La Virtud tomó la barbilla de la azabache con su mano izquierda, para orientar su rostro hacia el adulto—. Si quieren volver a ver a ésta chica con vida, quiero que vengan al Parque Juuban a la medianoche, o si no…

Ante la impotencia de Akagi, Fluttershy comenzó a ejercer presión en la barbilla de Rei, que a pesar de estar inconsciente, comenzó a gemir poco a poco con dolor creciente.

— ¿He sido clara?

— Desgraciada… —Luego de esbozar una sonrisa maliciosa, la Paciencia desapareció junto con la sacerdotisa.

— La orden es detener a las fugitivas con vida… Y cuando las atrapen, quiero torturarlas personalmente…

Por los alrededores del Castillo Black Moon, continuaba el rastreo de Sailor Moon y Sailor Aegis, ya que sus Plumas de Transformación continuaban en poder de la Reina Gem y sin ellas no podían emprender el camino de regreso. La gobernante de Némesis estaba consciente de ese hecho y a pesar de que las dos permanecían escondidas en su lúgubre castillo, sabía que tarde o temprano tenían que mostrarse en su presencia.

Sentada en su tétrico trono que tenía la forma de una combinación consistente en las mitades de una flama ardiente y un copo de nieve, la mujer que alguna vez fuera Margaret Young se encontraba mirando a sus varias servidoras, que inclinadas ante ella se limitaban a escuchar su despiadado mandato.

— ¡Sí, excelencia! —Gritaron a coro, mientras se ponían de pie.

Gem observó indiferente cómo se marchaban todas las chicas que la obedecían con la creencia ciega de que obtendrían la victoria final contra Tokio de Cristal. Cerró los ojos por un momento para recordar fugazmente a la Sailor Guardian que se había definido como Sailor Moon, como su vieja amiga. A continuación se sobó el tabique de su nariz con los dedos índice y pulgar de su mano derecha, tratando de calmar sus pensamientos.

«Esto tenía que pasar en este preciso momento, justo cuando estoy cerca de iniciar el ataque masivo a Tokio de Cristal… Esa nueva Sailor Moon y su amiguita no pueden escapar con vida de aquí y antes de acabar con ellas, voy a averiguar todo lo que saben con respecto a mi plan… Ahora que tengo acceso a una fuente de energía ilimitada, lo que necesito es evitar que ocurran inconvenientes…» Estiró su mano libre con la palma hacia arriba, generando una corriente de viento frío que poco a poco formó una roca de hielo «Voy a aplastar Tokio de Cristal y un inconveniente menor como dos fugitivas no van a detenerme…» Con rictus colérico, aplicó fuerza en la roca helada hasta romperla en cientos de pedazos —Meatballs o no, voy a enviarte al otro mundo antes de que me causes problemas…

Usagi e Hyppeia avanzaban por un lugar oscuro. Tratando de encontrar el posible lugar donde pudieran estar ocultas sus plumas, finalmente llegaron a un área que estaba bastante hundida en la tierra, puesto que parecía más una enorme mina que el sótano de un castillo…

— ¿Dónde estamos? —Murmuró la rubia.

Usagi miraba ahogando una expresión de sorpresa, que sin contar el amplio camino de piedra circular en el que estaban paradas, solo había un abismo enorme delante de ellas hasta donde alcanzaba la vista y un camino de cuatro secciones que se conectaban justo al centro de ese amplio espacio sombrío se erigía una columna de acero que se elevaba hasta donde alcanzaba la vista, perdiéndose en lo que sería la base del castillo.

— Parece ser el pilar del castillo… —La pelimorada alternaba la vista en toda el área.

— ¿Oíste eso? —Hyppeia volteó a ver con extrañeza a la princesa —Alguien me está llamando…

— ¿Q-Qué?

La Satellite Guardian observó desconcertada cómo la princesa se dirigió a uno de esos cuatro senderos para avanzar hacia la enorme columna, con un lento y suave caminar. A pesar de lo fino de cada pisada, la inmensidad debajo de ellas provocaba un sutil eco de cada paso, el cual ponía más y más tensa a Hyppeia, que pronto le dio alcance a Usagi, aunque sin atreverse a detenerla…

Pronto estuvieron al pie de la columna, dándose cuenta de que había una pequeña zona dentro del metal, en la cual reposaba lo que parecía ser una gota de agua de color negro del tamaño de una pelota de béisbol, que flotaba por sí misma.

— Princesa… —Hyppeia se limitó a ver cómo la rubia se detenía a centímetros de ese extraño objeto.

— Impresionante… ¿Verdad?

Usagi salió de su ensimismamiento al escuchar la voz de Margaret detrás de ella, encontrándose con la Reina Gem, que sonreía de forma maliciosa. Pronto las miradas de ambas de encontraron en un duelo de firmeza silenciosa.

— Honestamente, nunca pensé que llegarían a este lugar —Gem comenzó a avanzar con paso firme—, este es el "Planetary Axis (Eje Planetario)" del Castillo Black Moon, cuya energía se obtiene de ese objeto que he denominado como "Divine Teardrop (Lagrima Divina)" una anormalidad de energía que descubrí hace tiempo y que alimenta todo el complejo industrial de Némesis… Gracias a esa preciosa joya, estamos creando los medios de transporte, así como las armas, con las que aniquilaremos al Nuevo Milenio de Plata…

— ¿Q-Qué? —Murmuró la pelimorada con claro temor, mientras Usagi y Gem mantenían su duelo de miradas.

— La idea es acabar por completo con Tokio de Cristal, sin dejar la más mínima señal de que alguna vez haya existido, para luego adueñarnos del planeta y regresarlo a su estado natural de Orden y Caos, que se perdió con la supuesta utopía… —Gem sonrió de forma retorcida—. Pero no se preocupen, ustedes no van a salir de este lugar para ver eso…

— Tú no lo viviste… ¿Cierto? —La pregunta de la rubia llamó la atención de la líder de Black Moon.

— ¿A qué te refieres? —Gem adoptó una expresión seria, ante la expectativa de Hyppeia.

— Las Siete Virtudes —Usagi cerró los ojos—, la más difícil de las pruebas, donde tú has sido clave por toda la ayuda que nos has dado…

— No digas estupideces… —La peliazul entrecerró la mirada con marcado odio—. Mei, Aiko y su hermana se sacrificaron por tu incompetencia y la de las demás inútiles, con el fin de que esas supuestas enemigas jamás despertaran…

— Por fin lo entiendo —Abrió los ojos de golpe, intimidando a la Reina Gem por la firmeza de su mirada—, tú eres la Margie que no nos tuvo a su lado y salió adelante sola… Pero yo protegeré a nuestra Margie, la que adora a Aiko, la que se entiende con Mei y la cómplice de Shizuka…

— ¿Qué dices?

— ¡Volveré a mi presente y ganaremos la batalla! —En la frente de Usagi se hizo presente la marca de la Luna—. ¡Y viviremos nuestros sueños junto a las demás!

— Dices puras tonterías… —La Reina Gem comenzó a verse rodeada de su particular aura bicolor—. ¡Y por eso voy a matarte aquí y ahora!

— ¡No lo harás! —El aura dorada alrededor de Usagi se manifestó de golpe—. ¡Porque también protegeré el lazo que recuperaste con Izumi-kun!

«¿Izumi-kun?» La soberana de Black Moon recordó de forma fugaz a su viejo amigo de internet «Jamás le platiqué de eso…» Endureció la mirada de forma marcada «¿Qué significa eso?» Ahogó una expresión de sorpresa «Mencionó que volvería a su presente… ¡Entonces!»

— ¡Pelearé hasta el final!

— ¡No me hagas reír! — Replicó con crueldad Gem—. Si realmente eres Usagi Tsukino, siempre fuiste una cobarde y una inútil…

— Eso es porque no entendía el deber que tengo como Sailor Guardian… —Su aura se expandía poco a poco—. ¡Pero ahora lo comprendo a la perfección!

— ¿Y qué vas a hacer? —La sonrisa que había esbozado la peliazul se alargó—. ¿Acaso pretendes enfrentarme desarmada?

— ¡De ser necesario lo haré!

— Eso no será necesario…

Las dos mujeres que estaban por entrar en combate voltearon a ver a Hyppeia luego de esa inesperada declaración. La Satellite Guardian tenía la mirada puesta en un punto de la inmensa oscuridad en la que se perdía la vista del Planetary Axis, de la cual surgió de repente un brillo dorado…

— ¡¿Qué diablos es eso?! —Gem alcanzó a cubrirse el rostro con su antebrazo derecho para no ser totalmente deslumbrada.

La luz impactó de forma violenta en Sailor Moon, provocando que desapareciera en un fulgor tan intenso como fugaz, revelándola portando su Sailor Dress. Al instante, delante de Hyppeia apareció una Pluma de Transformación blanca coronada por un diamante, la cual tomó de inmediato.

— Infeliz… —La expresión confiada de la soberana de Black Moon desapareció de su rostro—. ¡Prepárate a perder y luego a morir!

— No pienso perder… —Sailor Moon dio un paso al frente, lista para esa importante batalla—. ¡Yo debo ganar!

Notas

Han pasado varias cosas, principalmente en el desarrollo de Shizuka y su obstáculo final: el asunto de su madre. Sobre la réplica de la Morisato, ya está enterada de la muerte de Akari y eso la ha dejado bastante mal, sin mencionar el hecho de que una nueva enemiga aparece frente a las Sailors.

Usagi finalmente llega al futuro y se encuentra a la versión original de Margie en el futuro, la Reina Gem, así como a la naciente Blak Moon, antes de que sucediera lo acontecido en el anime durante la Saga R. Como siempre, los hechizos y el monstruo mencionado por la Reina Gem es una referencia a Dragon Quest: Las Aventuras de Fly. La batalla en el futuro servirá para definir ciertas cosas…

Ha aparecido un nuevo personaje, Akagi, tío de Rei, que tendrá un papel fugaz pero importante en la historia y relacionado a eventos inmediatos.

Ahora que hace su ataque Fluttershy, hago alusión en cuanto a sus ataques a un antagonista que en su momento fue genial para su tiempo, Myotismon, con todo el lore de vampiro y terror, faceta que le espera a las Sailor Guardian en la batalla venidera.