Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen (Muchas ganas no nos falta a cualquiera que le guste Inuyasha verdad?) le pertenecen a Rumiko sama!

Ricardo Montaner: Solo con un beso

Y ni el tiempo borra tu partida

Autor: Aydé

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Capitulo 15.-

-Pasión desbordada-

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-Que has dicho Miroku?-

-Señorita Kagome no me diga que no lo sabía-

-Pues… no-

-Inuyasha terminó su relación con la señorita Tsubaki-

Kagome aún no entendía muy bien lo que le había dicho Miroku antes de venirse a China. Por que había terminado Inuyasha con Tsubaki? No negaba que la idea le agradaba bastante ya que él no estaría de nuevo con esa odiosa mujer que tanto odiaba por tener a Inuyasha.

Dio un largo suspiro para luego recargarse en el asiento del avión. Tokio estaba a menos de una hora ya y ella estaba a solo 12 horas de verlo, o bueno eso era lo que ella creía.

Detrás del cristal veía como arribaba el avión donde seguramente Kagome venía. Un sudor frió comenzó a recorrer su piel. Era increíble, él sudando por ver a una mujer. Sonrió asimismo. Nunca dejaría de sentir nervios al esperar a Kagome, pero… y como lo recibiría? Sesshomaru le habría dicho que lo estaría esperando o… tal vez ella ni siquiera lo sabe? Como se supone que la recibiría? Con un abrazo? Con un te extrañé demasiado? Con un no te separes nunca de mi lado?

La gente comenzó a salir del avión y todas esas preguntas desaparecieron de su cabeza. De pronto la vio. Su cabello recogido en una cebolla alta un poco descuidada, tal vez el viaje no fue tan ameno.

Kagome iba arrastrando una de las maletas de ruedillas que traía. –Cielos, no pensé que el viaje fuera tan agotador…- Al fijar su mirada hacía la salida vio unos ojos dorados que la miraban intensamente.

-I… nu… yasha…-

Avanzó a ella lentamente mientras se deleitaba contemplándola. –Hola…-

-Q-que haces aquí Inuyasha?-

-Pues, vine por ti, Sesshomaru me dijo que vendrías hoy así que vine por ti- Suavemente le quitó la maleta para llevarla él.

-No tenías por que molestarte- Sonrojada y halagada le dedicó una sonrisa.

-Para nada-

Inuyasha camino lentamente hacía la salida del aeropuerto seguida unos pasos atrás de una Kagome agotada.

-Gracias por venir a recogerme, pero puedo irme al templo sola-

Una sonrisa se formo en los labios de Inuyasha, estaba esperando esa conversación por mucho tiempo.

-Kagome no irás al templo-

Kagome se paro en seco. -Que?-

Inuyasha se dio media vuelta para encararla. –Lo siento Kagome, pero pienso igual que Sesshomaru es peligroso que estés sola en el templo-

El corazón comenzó a latir más rápido. Que acaso él sabía algo? Sesshomaru le había dicho el por que de estar escondida? Su cara se puso pálida según pudo ver Inuyasha ya que abrió sus ojos enormemente sorprendido por la reacción de Kagome.

-Kagome estas bien? Te pusiste pálida…-

-Inuyasha, por que dices que es peligroso?- Sabía que estaba siendo demasiada directa, pero necesitaba saber que era lo que pensaba.

-Por que el templo esta retirado de la ciudad, estas sola y no es muy seguro según recuerdo-

Un gran suspiro salio de su boca conforme con su respuesta. El corazón pronto comenzó su rutina y una sonrisa débil se formo en sus labios. –Esta bien-

Inuyasha se sorprendió por la facilidad con la que había tomado las cosas. De hecho el estaba preparado para otro tipo de reacción por parte de ella. –Así, solo así? Sin nada de peros ni reclamos?-

-La verdad estoy demasiado agotada como para discutir contigo-

La suave risa de Inuyasha le hipnotizó por un momento en el que, sin darse cuenta había subido a su coche y tomaba rumbo hacía su departamento.

-Así que su asistente la señorita Kagome Higurashi ya ha regresado a Tokio-

-Si, pero no me parece relevante que lo sepa, es la empresa lo que va a revisar no el personal-

-Oh si, la empresa, no se preocupe señor Taisho, lo único que me mueven son los negocios…-

-Me alegra escuchar eso- Sin más el tono que indicaba que había colgado se dejo escuchar.

-Y los retos…-

Después de unos minutos marco nuevamente un número distinto.

-Si? Señorita quiero un boleto para Tokio el más próximo que tenga. A nombre de Bankotzu Shishintai-

Inuyasha entra al departamento un poco nervioso al igual que Kagome. Estar en el mismo departamento era demasiado… sugestivo? Asfixiante? Kagome se sentó en uno de los sofás tratando de aparentar que no había una revolución de emociones en su interior. Sabía que la iba a llevar a un departamento, pero jamás pensó que sería su departamento!

-Esta cómodo…- Le dijo con una sonrisa tratando de no sonar nerviosa.

Inuyasha sonrió un poco relajado. –Me alegro- Y se sentó a su lado.

Kagome volteo a verlo un poco temerosa. Su cercanía la estaba matando, pero había una pregunta que quería hacerle desde hacía un buen rato.

-Por que… terminaste tu relación con Tsubaki?-

Inuyasha soltó un gran suspiro. –No pensé que me preguntarías esto…-

Kagome no supo si sonreír o enfadarse.

Inuyasha se recargó en el sofá inclinando su cabeza hacía atrás mirando hacía arriba.

–Me di cuenta que la relación que llevaba con Tsubaki era demasiado vacía, no había nada que valiera la pena… en realidad… creo que, bueno; ni siquiera sé por que anduve con ella. Nos conocimos en una fiesta, platicamos, bebimos de más y bueno… después de ahí me empezó a buscar y yo… me refugié en ella-

-Te refugiaste? De que?-

Inuyasha miró a Kagome con un visible dolor en su mirada. –Kagome, después de que te fuiste, quede frustrado, enfadado conmigo mismo por no saber retenerte, por no saber demostrarte mi amor lo suficiente como para que te quedarás… unos años después traté de revivir tu recuerdo con alguien parecido a ti, imaginaba que eras tu y… le propuse matrimonio casi al mes de conocerla, creí que casándonos la retendría y no se iría como tu lo hiciste, pero… ella nunca llegó al registro civil y de nuevo quede devastado…-

-Inuyasha…- Kagome retenía las lágrimas en sus ojos.

Juré que no iba a verte

Mucho menos a enloquecerme

-Parece ser… que nunca podré ser feliz con alguien, verdad?-

-Inuyasha!-

Los brazos de Kagome sorpresivamente lo envuelven en un abrazo. Todo el dolor que en ese momento sentía se esfumo al sentir el calor de Kagome en su pecho.

Pero no sé

Que has hecho en mí

Es tu veneno que lentamente

Kagome quería abrazarlo, necesitaba abrazarlo, tanto dolor que había en el corazón de Inuyasha, y ella era la culpable de todo ese sufrimiento. Dios si tan solo pudiera retroceder el tiempo, tal vez habrían buscado juntos una solución para su problema y no haberse separado nunca, pero… la situación fue tan difícil…

Los dos se quedaron abrazados por un largo tiempo sin decir palabras, no las necesitaban, los hechos demostraban tanto, tanto que ninguno de los dos se atrevía a confesar.

Kagome se aferraba al pecho de Inuyasha conteniendo los sollozos evidentes de su llanto. "Inuyasha, perdóname… perdóname por haber sido tan débil, por haber sido tan cruel contigo, te hice demasiado daño, un daño irreparable que alberga en tu corazón y que no sé si algún día pueda removerlo, tan solo sé que te amo tanto…"

Se apoderan de mis deseos

Y me ahogan todos tus besos

-Kagome…- Inuyasha se separó un poco de ella para mirarla. Sus ojos estaban derramando lágrimas, de nuevo veía llorar aquellos ojos color chocolate que tanto amaba, pero no, no quería volver a verla llorar, no lo soportaba. –Kagome no llores por favor…- Inconscientemente comenzó a besar su cara en diferentes partes como queriendo parar su llanto desesperadamente.

Kagome recibió todas sus caricias sin poner ninguna objeción, pronto sintió como aquellos besos desesperados se convertían en unos más pausados, su cuerpo comenzó a contraerse ante aquellas caricias, mientras que Inuyasha se acercaba cada vez más a su boca a tientas, primero rozó sus labios con suavidad temiendo a algún rechazo por parte de Kagome, pero al no ver resistencia, tomó su labio inferior con suavidad tratando de recordar el sabor de aquellos labios que tanto había anhelado, el beso se volvió más intenso cuando subió su mano hasta el cuello de ella empujándola hacía adelante para recorrer con su lengua cada rincón de su boca, recordando el dulce sabor de la jovencita de la cual se había enamorado, ahora convertida en una mujer.

No puedo hablar

Solo sentir

Como estremeces todo mi cuerpo

-Inuyasha…- Su nombre en aquellos labios lo transportaban hacía un lugar donde tan solo estaba Kagome, él y el inmenso amor que se tenían. Bajo con sus besos hacía su cuello escuchando los suspiros de ella que lo instaban a seguir, sintiendo como la sangre comenzaba a hervir y el ambiente se llenaba de un aroma diferente, lleno de amor y erotismo que empezaba a embargarlos, el calor en sus cuerpos se hizo evidente en sus frentes que estaban adornadas con pequeñas perlitas de agua. Esto era lo que ambos deseaban, unirse de nuevo con aquella pasión, aquella entrega, aquella demostración de amor que los unificaba, para aceptar que nunca, pudieron derribar todo el amor, a pesar de tantas dificultades que tuvieron.

.-No sabes cuanto te extrañé preciosa…- Perdido en aquellas sensaciones, su amor había sobrepasado el orgullo que parecía no derrumbarse, pero solo con un beso se volvió tan vulnerable que no soporto más y se rindió ante el amor que sentía hacía su Kagome.

Y tu bien sabes que no fui yo

No es culpable la situación

Kagome comenzó a besarlo con tanta vehemencia, con sed de años antes, donde había deseado con tanto ardor volverlo a sentir, probar de nuevo sus labios tan cálidos que la transportaban a otro lugar, un lugar donde no existía nada tan solo ellos y el amor que sentían. – Yo también… no sabes cuanto extrañaba tus besos… tus caricias…-

La razón no era algo que estuviera presente en aquellos momentos, el corazón hablaba por si solo. Las caricias aumentaban momento a momento, sin restricciones. Casi sin darse cuenta Kagome yacía recostada en el sofá con Inuyasha encima de ella, besándose apasionadamente.

Que quede claro por esta vez oh

Que solo eres tú

Solamente tú

Instintivamente Inuyasha comenzaba a moverse con tanta sensualidad que le arrebataban a ambos suspiros desesperados, sus manos recorrían su pierna desnuda levantando su falda cortándole la respiración, jadeante suplicaba por más, quería que Inuyasha la hiciera suya de nuevo sin importarle nada, aunque después se arrepintiera, ahora lo único que deseaba era que Inuyasha le hiciera el amor.

.-Kagome, te deseo… quiero hacerte el amor… quiero hacerte mía y de nadie más…-

Como respuesta a sus palabras Kagome comenzó a desabrocharle los botones de la camisa. Eso fue suficiente para él. Cegado por la pasión Inuyasha se deshizo de la camisa en un abrir y cerrar de ojos ante Kagome que lo miraba deseosa y ella misma comenzó a bajar la cremallera del pantalón causando un evidente asombro a Inuyasha. Desde cuando Kagome se había hecho tan atrevida? Pero el echo no le importó en lo más mínimo y corrió casi a quitarle la blusa que traía, rozando sutilmente sus manos con sus senos comprobando que estos estaban tan deseosos de que los probará, pues sus pezones estaban tan duros, que no dudo en tomarlos con la boca produciéndole un gran placer.

.-Ahh… Inuyasha…-

Enredando sus dedos en el cabello de él se encorvaba ante los espasmos que su cuerpo comenzaba a tener, ardiendo de deseo, hirviéndole la sangre esperando el momento en el que se hicieran uno.

Lentamente, empezó a acariciar sus muslos, su cadera, su vientre… y después deslizó la punta de los dedos hasta el triangulo de rizos que terminaba entre sus muslos. El cuerpo de Kagome parecía volver a la vida bajo las manos de Inuyasha.

-Inuyasha…- Balbuceo ella acercándose más. –Necesito…-

-Lo sé preciosa- Susurro él. Deslizando los dedos hasta su húmeda cueva. –Los dos necesitamos…-

Ella tembló violentamente al sentir el roce de los dedos masculinos. Inuyasha inclino la cabeza para tomar su boca y saborear sus gemidos mientras hundía uno de sus dedos dentro de ella. Kagome temblaba, apretándose contra él, clavándole las uñas en la espalda.

Él la tocaba intima, profundamente y ella levantó las caderas en un gesto instintivo. Los dedos del hombre se movían, expertos, llevándola cada vez más alto, hasta que no podía respirar.

Las sensaciones comenzaban a hacerla perder el control. No podía pensar, pero le daba igual, no necesitaba el cerebro para procesar lo que sentía.

El pulgar de Inuyasha rozó una zona increíblemente sensible y Kagome lanzó un gemido ronco. Sentía escalofríos de anticipación.

-Inuyasha… no puedo soportarlo más…- Susurro, auque sabía que si él paraba en aquel momento se moriría. –Ámame…-

La forma en que Kagome lo había nombrado lo sacó de sus sentidos y sin ningún miramiento la despojó de sus prendas que llevaba sorprendiéndola un poco. Inuyasha la observó un poco temeroso tal vez su actitud había sido demasiada brusca, pero es que ardía en deseos de hacerla suya. –Kagome…-

-Inuyasha, te amo…- La dulzura de sus palabras hicieron que olvidará su casi salvajismo y la volvió a besar apasionadamente mientras se acomodaba para encontrar la entrada a lo que sin duda los llevaría a un placer infinito.

La que con dulzura entiende mis palabras

Y ama mi locura

La miró por unos instantes antes de entrar en ella. Sus ojos algo rasgados por la evidente excitación junto con sus mejillas y labios rojizos debido a los besos que se había dado.

Entró en ella suavemente mientras dejaba escapar un ronco gemido al sentir aquella cavidad húmeda y caliente, echando su cabeza hacía atrás mostrando su evidente placer.

-Kagome…-

Kagome se mordió los labios al abrigar dentro de ella el miembro latente de Inuyasha, sintiendo como este palpitaba dentro de ella, hasta llegar a estar completamente adentro, soltó el aire que había tomado en el rostro de Inuyasha que la miraba con un amor infinito. Sonrió al encontrarse con él y lo abrazó para acercarlo más a ella hasta llegar a su oído.

Con una sonrisa en sus labios susurro dulcemente. -Nunca deje de amarte…-

La que con me domina con una sonrisa

Pintada en sus labios

-Yo tampoco preciosa…- Y con esa última declaración comenzó a moverse lentamente dentro de ella. El cuello y la espalda de Kagome se arquearon y el placer que se centraba en la parte baja de su vientre aumentó progresivamente.

-Ahh, Inuyasha…-

-Siénteme preciosa… siente mi amor…- Decía una y otra vez, en cada embestida que daba quería que supiera cuanto la amaba, cuanto la deseaba.

Kagome abrió los ojos y lo miró perdiéndose en aquellos ojos dorados.

Estaba a punto de ocurrir. Lo sabía. Enredo sus piernas a la cintura de él atrayéndolo con fuerza hacía ella mientras se preparaba para el clímax.

Entonces Inuyasha deslizó una mano entre sus cuerpos y cuando sus dedos rozaron su parte más sensible, el cuerpo de Kagome explotó.

-Inuyasha!- Gritó el nombre de Inuyasha y se sujetó a él con desesperación mientras se dejaba mecer ola tras ola de placer.

La que entrega todo sin pedirme nada

Solo que me ame

Abrió los ojos esperando ver tal vez el espejismo de Kagome en otra mujer y comprobar que tan solo había sido un engaño más, pero ahí estaba ella, gritando su nombre siendo victima del inmenso placer que le provocaba. Ella temblando ante los espasmos de haber llegado al clímax probablemente.

Solo cuando ella dejó de gemir. Inuyasha lanzó un grito ronco de y se lanzó al placer que no había sentido en muchos años.

Buscó la mirada de Kagome impaciente con un gesto de expectación. No sabía que era lo que ella pudiera decirle, le partía el alma tan solo imaginar que se apartaría y lo dejaría solo. Pero a cambio ella abrió los ojos y con los ojos aún ardientes y las mejillas rosadas lo besó dulcemente en los labios.

La que en el silencio lo logra todo en mi

Solo con un beso

Entonces Inuyasha se recostó en su pecho escuchando los latidos del corazón de su preciosa. Su cabeza subía y bajaba a causa de la respiración entrecortada de ella. No necesitaban palabras. Inuyasha sabía que Kagome lo amaba y Dios! Como la amaba el también.

Continuará…

Que les pareció el lemon? Impresionante verdad? Je, je, estas escenitas resultan demasiado Uff! Pero me encantan y más con esta parejita que se quieren y no confiesan sus sentimientos.

Espero con impaciencia sus reviews por favor, díganme que les pareció esta bien?

Nos vemos en el próximo capitulo que aquí no acaba.