Truth
Advertencia – Yaoi, Shounen–ai.
Ya está la imagen oficial de la historia, para todos aquellos que la quieran, sólo dejen su mail y yo con gusto la enviaré, estamos a un capítulo del final, no pueden perderse a Yuriy enfrentando a Bryan ¿Será por última vez?...
Petición: En caso de que usted, lector, encuentre ofensivo el contenido de esta historia, Hágamelo saber, y cambiaré su Rating; así como tomaré acciones correctivas. Gracias por su comprensión.
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Capítulo 3 – Noche de Amor
Un peliazul se encontraba sentado enfrente de su estanque de koi, no podía dormir, así que había decidido observar las estrellas, intentando hacer algo para llamar al sueño.
Comenzó a contar las estrellas – "Debe ser lo mismo que contar ovejas... sólo que las estrellas son mas hermosas" – pensaba... suspiró – nop, no funciona – concluyó después de haber llegado a contar 83 estrellas.
Se dejó caer hacía atrás, recostándose en el verde pasto... una rodilla flexionada y su pie plantado en el suelo, su otra pierna recargada sobre su rodilla, aburriéndose en esa hermosa noche...
Volvió a suspirar... sintiendo un extraño escalofrío cruzar su cuerpo... se sentó, mirando a su alrededor... escuchando ruidos... pasos... – "No puede ser, todos están dormidos" – La oscuridad de la noche no le dejaba ver mucho... Miró hacía la izquierda, donde podía jurar que lo pasos provenían... Tenía que ser alguien del dojo, ya que era imposible que fuera algún visitante, al menos no a esa hora y dentro de la barda de la propiedad...
Su sorprendida mirada se encontró con una silueta acercándose lentamente, aun alejada de él... Su cabello se notaba desarreglado y en todas direcciones, un cuerpo delgado y pequeño caminaba hacía él... La poca luz delineaba a la perfección un cuerpo muy bien formado, delgado. Lo único que se distinguía a la perfección eran un par de ojos que brillaban a la luz de la luna revelando un hermoso color azul...
– Max – susurró el peliazul, apenas un murmullo, incapaz de ser escuchado por su visitante... permaneció quieto, esperando a que el extranjero llegara junto a él...
El ojiazul veía aliviado a su anfitrión, caminando aún inseguro para acercarse. Viendo como esas orbes marrones lo miraban confundido...
– hola – susurró cuando se paró frente a él, regalándole una leve sonrisa.
– ¿Q...Qué... – se levantó con rapidez – jeje, es decir... hola – respondió nervioso el peliazul al tener al extranjero cerca.
– ¿Interrumpo?... ¿Molesto?... – preguntó preocupado.
– no – rió levemente, colocando una mano tras su cabeza en posición despreocupada... – al contrario, bienvenido – extendió su mano para saludarlo, aún sintiéndose bastante sorprendido y aumentando su nerviosismo... le gustaba mucho ese ojiazul.
– Takao, si soy inoportuno me retiro – dijo preocupado, al notar a Kinomiya tan nervioso.
– no, no, no, sólo me sorprendiste – le sonrió con su habitual dulzura, sólo él lo hacía sentirse inseguro... – dime... ¿En qué puedo ayudarte?... – preguntó, poniendo finalmente una pose seria...
– veras... – permaneció en silencio; no sabía como pedirlo.
– ¿Gustas entrar?... está comenzando a enfriar, y sabes que eres bienvenido – señaló el dojo, invitándolo a pasar – siéntete como en tu casa, Yuriy – murmuró...
El ojiazul asintió en agradecimiento, comenzando a caminar hacía el lugar, seguido de un peliazul que no pudo evitar analizar la parte trasera del pelirrojo.
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– Esta es mi habitación... – encendió las luces, mostrando un pequeño cuarto, el cual se veía bastante acogedor, con una cama no muy grande pegada a la pared.
– ¿Estás seguro?... – dudaba mucho, sintiéndose un parásito en ese lugar.
– ¡Claro!... – respondió Takao con exceso de ímpetu... – pero si no te parece, puedo acomodarme un futón junto a la cama... – ofreció, no quería incomodar al ojiazul.
– no... al contrario... si lo deseas puedo dormir yo en el piso – medio sonrió; bastante fingido, pero lo hizo.
– vamos, Yuriy, vienes de Rusia, te apuesto a que nunca has probado un futón, sin embargo yo estoy acostumbrado – sonrió alegremente, como sólo el dragón sabía hacerlo.
– en verdad no quiero molestar – se sentó dudoso en la cama – supongo que los dos cabemos aquí – miró el pequeño colchón.
– ¡SI!... ¡CLARO QUE CABEMOS!... – Kinomiya brincó también a la cama, acomodándose pegado a la pared... – ay que baka, no apagué la luz – se volvió a levantar, corriendo la puerta para cerrarla, apagó las luces y regresó a un lado del ruso.
– gracias – escuchó un muy sincero murmullo mientras el peliazul se recostaba y los cubría a ambos con la sábana.
– para eso están los amigos, amigo – miró a Yuriy acomodarse, dándole la espalda... encogiendo sus piernas... dejándolo ver mejor ese trasero que poseía el pelirrojo.
– supongo que si – fue lo último que susurró Ivanov.
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El tiempo había transcurrido, la noche seguía su curso... dos cuerpos descansaban en una pequeña cama, hundidos en la bella y cómoda oscuridad de la noche... un par de ojos azules miraban hacía la entrada de la habitación. Su mente, su corazón... su cuerpo, sintiendo bastantes cosas a la vez...
Pasando lo que sentía era la noche más solitaria de su vida... un vacío en su ser... deseos de poder olvidar todo y no sentir nada... porque lo que para él iba a ser una noche de amor... – "Terminó siendo... otra cosa..." – Sintió solitarias lágrimas bajar por sus mejillas, perdiéndose en la tela de la almohada.
– "Se suponía que íbamos a demostrarnos cuanto nos amábamos... pero no hay nada que demostrar... si él no es capaz de decirme que me ama" – abrazó sus piernas... – "Prometió nunca ocultarme nada... dijo que siempre íbamos a decirnos todo... pero también prometió quererme, estar a mi lado... siempre..." – Apretó sus ojos... intentando detener las saladas gotas salir de ellos.
– "Si tan sólo me hubiera dicho que hice mal... que debía corregir... ¿Qué debía hacer para no perderte, Bryan?..." – Ahogó un sollozo – "¿En qué fallé?... ¿Te aburrí?... ¿No soy lo suficiente para ti?.. ¿Qué?..." – Su alma se seguía partiendo... Su ser... seguía muriendo lentamente...
– "¿Qué fue lo que te dio Rei... que yo no te di?.." – mordió su labio, para detener cualquier tipo de sonido que de ellos pudiera escapar... – "Te amo" – tomó la almohada entre una de sus manos... apretándola, deseando poder sacar ese dolor que no podía calmar... deseando que se fuera de él... de su mente... de su corazón...
– "Te di todo... te di mi amor... pero también te di mi confianza y amistad... lo mínimo que hubieras hecho es regalarme tu sinceridad" –
No podía dormir, no teniendo a la persona que más quería y admiraba en la misma cama que él... ¡En su cama!... a su lado... en su casa... teniendo una propia en la misma ciudad... teniendo un novio con el cual estar... una cama que ocupar... A pesar de todo esto... Yuriy estaba con él... se sentía nervioso, se sentía contento, dichoso...
¿Había huido?... – "Probablemente discutió con Bryan" – sonrió con melancolía... Bryan no lo merecía... Yuriy necesitaba a alguien que lo quisiera más – "Alguien que te quisiera como yo a ti" – Su sonrisa cambió a una más alegre... mirando ese cabello rojizo esparcirse por su propia almohada... Esa cabeza, ese hermoso y perfecto cuerpo descansar a su lado.
– "Nunca me imaginé tenerte en mi cama, tenerte tan cerca que si estiro mis bazos podría abrazarte, pegar tu cuerpo al mío... y dormir la mejor de mis noches" – Sonreía felizmente – "¿Huiste?... probablemente, llegaste con ropa de dormir... y lo mejor de todo es que... llegaste conmigo, a mi casa, cuando todos sabemos que tu mejor amigo es Kai..." – ese expectante corazón saltaba de alegría. Cerró los ojos, intentando dormir, pero el nerviosismo y la esperanza asustaban más su sueño.
Fantasías rodaban por su mente, imaginándose pasar sus manos por el chico que siempre quiso, admiró y deseó, probar sus labios como veía que Kuznetzov lo hacía, sentir esa dicha de compartir un momento con la persona amada. Una discreta sonrisa de dicha surcó su rostro, sus dientes mordiendo la uña del dedo gordo de su mano, adrenalina llenando su cuerpo, sintiendo un nerviosismo que no sabía que se podía llegar a sentir...
– "¿Cómo podría dormir?... imposible si el chico que me gusta está en mi cama, cuando podríamos hacer cosas, cómo confesarle lo que siento" – un sonido lo sacó de sus cavilaciones, parpadeó confundido, pensando que el ojiazul estaba dormido.
Retuvo su respiración, creando un silencio sepulcral en la habitación, atento a cualquier sonido. Y llegó, un sollozo ahogado. Su corazón comenzó a latir apresuradamente, pensando que talvez se había quedado dormido, y alucinaba, pero entonces continuó escuchándolo – "¡Está llorando!".. – reaccionó, culpa recorriéndolo en segundos, su adorado sufría, mientras él fantaseaba.
Tapó su boca, comenzando a temblar levemente, levantó y extendió su brazo, apenas colocándolo en el hombro del pelirrojo, deseando llamar su atención, notando como los silenciosos sollozos hacían temblar levemente ese cuerpo, se había distraído tanto que no notó tan obvias señales. Su corazón se oprimió, triste; ese corazón suyo que siempre saltaba de felicidad al ver la más pequeña y oculta sonrisa en Yuriy, al ver como brillaban sus ojos con la simple mención de un nombre, aunque ese nombre no fuese el suyo, lo que más le importaba es que él, su amado, su ruso, estuviera feliz.
Su mente comenzó a funcionar de nuevo, nunca pensó ver al imponente ruso pelirrojo de esa forma – "¿Por qué estás tan mal?" – puso un poco de más presión en su agarre, Yuriy se tragó todo sonido, quedándose quieto, mirando la puerta de la habitación, encontrándose descubierto, fingiendo que dormía, sin deseos de encarar a nadie en ese momento.
– ¿Yuriy?... – jaló con delicadeza el hombro, girándolo, el cabello rojo del ojiazul despeinado, cayendo gracias a la gravedad, cubriendo su rostro tristemente – "¿Qué te hizo?" – pensó acongojado – "¿Es posible?... ¿Es por lo de Bryan y Rei?..." –
Se sintió peor, su mundo de sueños y nubes flotando alrededor de los dos mientras se declaran amor rompiéndose al ver la deprimida mirada del pelirrojo – "Estúpido, que gran amigo, tu fantaseando mientras él sufre ¡Estúpido!" –
– no quiero hablar – dijo con voz muerta Ivanov, sintiendo como era rodeado por amistosos brazos, dedos acariciando sus cabellos, intentando calmarlo. Correspondió al abrazo, recargando su frente el en pecho del peliazul, dejando salir un sollozo más.
– ¿Estás bien?... –
– ... – su mente repitiendo una y otra vez todo, pidiendo que fuese un sueño, al cerrar sus ojos, y volverlos a abrir todo regresaría al a normalidad, y estarían juntos, abrazándose, Bryan diciéndole que lo amaba, que no lo abandonaría nunca.
"– ¿Qué sucede Bryan?...¿No quieres hacer el amor?... – susurró seductoramente al oído del otro ruso.
– hn, está bien – respondió su amante de forma resignada y aburrida."
– "No, es real" – sollozó, abrazando con más fuerza al ojimarrón.
"– AAAhhhhh si Rei – gritó Bryan"
– ¿Por qué?... – preguntó al aire, con voz rota.
– ... – escuchó la triste pregunta, la voz le desgarraba el interior – ¿Qué?.. –
– dijo que siempre estaríamos juntos –
– las personas cambian –
– ¿Por qué me cambió?... –
– nadie en su sano juicio te cambiaría – recargó su barbilla en la cabeza del pelirrojo, percibiendo su delicioso aroma – se dará cuenta, cuando se aburra de Rei – sintió el cuerpo de su amado tensarse.
– ¿Lo sabías?... – tomó una gran bocanada de aire.
– lo siento, pensamos que Bryan sería más maduro para controlar la situación, dijo que te diría, para que no sufrieras –
– ¿'Pensamos'?... – apretó las ropas verdes de Takao – ¿POR QUÉ NADIE ME DIJO?... que estúpido... – tembló – que ciego –
– se llama "Amor" – susurró, sintiendo como el rostro del ojiazul se levantaba, mirándolo a los ojos, con un par de hermosas orbes azules, cubiertas de lágrimas amargas.
– ¿Ehh?.. –
– "Amor"... sólo velar por quien amas, desearle lo mejor, sonreír cuando sonríe, conocer todo de él, intentarse acercar cuando sabes que es imposible – abrió más la boca, nada salía de su garganta – es... no ver las cosas, porque estás mas ocupado mirándolo, deseando estar en sus brazos y olvidar lo demás. Así se llama, y te ciega, porque... porque... – lagrimas salían también de sus ojitos marrones – porque... somos humanos y nacimos para sufrir amando... –
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El mayor de los Kinomiya cerró sigilosamente la puerta, dirigiéndose al teléfono del pasillo, teniendo la responsabilidad de avisarle a alguien. Tomó el auricular y marcó...
– ¿Yuriy?... – Contestaron del otro lado... la voz se escuchaba preocupada
– No – respondió con tranquilidad, sin levantar mucho la voz, no quería alarmar a nadie, ni dejar que Ivanov escuchara lo que estaba haciendo en esos momentos.
– ¿Quién habla?... – pregunta el pelilavanda preocupado al otro lado de la línea.
– Hitoshi Kinomiya – silencio – Yuriy está en mi casa – Informó el peliazul mayor.
– ¿Está bien?... – El joven le respondió casi gritando, la desesperación presente en su voz.
– Si, lo está, está con Takao, intentando descansar – miró hacía la puerta que daba a la habitación de su hermano, aun escuchando esos sollozos salir de ahí.
– Voy para allá – fue la rápida respuesta que recibió, pero eso no era lo que el pelirrojo necesitaba.
– No vengas, no quiere verte, no puede verte ahorita... pero... mañana será otro día – intentó animar, por el tono que Kuznetzov utilizaba, podía darse cuenta que la situación también era dolorosa para él.
– ¿Hasta mañana?... NO, tengo que verlo ahorita... – grita el ojilavanda, la necesidad en su voz. Él debió pensarlo antes de hacer lo que todos sabían que hacía.
– Escucha, si vienes, no te voy a abrir, hagas lo que hagas, no entrarás a esta casa mientras él no desee verte, así que mejor ahórrate el viaje, hasta mañana – se despidió, siendo firme, y diciendo lo que tenía que decir. La única meta con esa llamada era prevenir que él se preocupara sin razón, que el halcón supiera que el chico estaba bien, a salvo.
– Entiendo – dice melancólico, y sin decir más, cuelga.
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Bryan vuelve a descolgar el teléfono, sabiendo que había una persona más a quien avisar. Marca el número de nuevo, y espera...
– ¿Ya llegó...?... – preguntó Kai, apenas acababa de contestar el teléfono.
– no... Pero... ya se donde lo tienen... está en el dojo Kinomiya – informó...
– ¿Por qué prefirió ir allá, y no conmigo?... –
௩Truth ௩Truth ௩Truth ௩Continuará… ௩Truth ௩Truth ௩Truth ௩
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