Nota! - hola! Pues, esta es una historia basada en el libro, "El mundo encantado de Ela" de Gail Garson Levine. Y los personajes son de la rubia, ósea, ya saben escribo sin lucro…

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EL MUNDO ENCANTADO DE GINNY.

By:RaNaBaNaNa ®

Un entierro y el último adiós.

Debemos consolar a este marido y a esta hija sumidos en la pena – dijo el canciller Fudge de forma contundente, después de un largo y monótono sermón. Habló sobre mamá y repitió muchas veces su nombre, lady Molly. Sin embargo, la persona que describía (una madre excelente, una ciudadana leal, una fiel esposa) no se parecía mucho a mamá. El sermón había tratado sobre la muerte, pero el canciller dedicó la mayor parte del mismo a elogiar la lealtad hacia Hogwarts y sus gobernantes: el rey James, el príncipe Harry y el resto de la familia real.

Papá me tomó de la mano. Su palma estaba desagradablemente húmeda y caliente. Me hubiera gustado encontrarme junto a Tonks y el resto del servicio. Me solté y me aparté un poco. Él se acercó y volvió a tomarme de la mano.

El ataúd de mamá era de caoba brillante, con dibujos tallados de hadas y elfos. Ojalá las hadas hubieran podido abandonar el bosque y hacer un hechizo para devolverle la vida, y otro para mandar a papá lejos de mí. O quizás mi hada madrina hubiera podido hacerlo, pero yo no sabia quien era, ni donde encontrarla.

Una vez que el canciller dio por terminada la ceremonia, mi obligación era cerrar el ataúd para que pudieran enterrarlo. Papá me puso las manos sobre los hombros y me empujo hacia delante.

La boca de mamá formaba una mueca severa, muy distinta al aspecto que tenia cuando vivía. Su rostro no tenía ninguna expresión, y aquello me pareció terrible. Pero mucho peor fue el crujido de la tapa del ataúd al bajar, y el golpe seco que se produjo cuando se cerro. Era horrible pensar que mamá permanecería allí encerrada para siempre.

Las lágrimas que habia contenido durante todo el día brotaron de repente. Llore, allí de pie, ante toda la corte, con un gemido incontenible, incapaz de calmarme.

Papá me abrazó contra su pecho. Aunque parecía que quería consolarme, en realidad solo intentaba amortiguar mis gemidos, pero no lo consiguió. Al fin me dejo marchar, mientras me susurraba con voz firme:

Vete, y no vuelvas hasta que te serenes.

Por una vez me alegre de cumplir una orden. Corrí hasta que mi pesado vestido negro hizo que me tropezara y me caí. Antes de que alguien pudiera ayudarme yo misma me puse en pie, aunque me dolían la rodilla y la mano.

El árbol más grande que habia en el cementerio era un sauce llorón. Me metí entre sus ramas y me arrojé al suelo sollozando. Todos decían que habia perdido a mamá, pero no era cierto. Ella no se habia perdido, se habia ido. Y adondequiera que hubiera ido (a otro país, a otra ciudad, al reino de las hadas o las cavernas e los gnomos) nunca más volvería a verla. Nunca mas volveríamos a hablar ni a reír juntas ni a nadar en el rió, ni bajar por la barandilla, ni a tomar el pelo a Augusta, ni a hacer las miles de cosas que solíamos hacer juntas.

Me ordene a mi misma dejar de llorar y me incorpore. Mi traje de seda negro se habia manchado. Pensé: "¡Estas horrible!", como habría dicho Tonks.

"¿cuanto tiempo ha pasado?", me pregunte al cabo de un rato. Tenia que volver papá me lo habia ordenado y la maldición me obligaba a obedecer.

Cuando salí de mi escondite vi al principe Harry frente a una lápida. Nunca antes habia estado tan cerca de él.

-"¿me habrá oído llorar?", pensé

El príncipe era mucho más alto que yo. A pesar de que solo tenia dos años mas. Estaba de pie, en la misma postura que solía adoptar su padre: los pies separados y las manos en la espalda, como si pasara revista a todo su reino. Se parecía mucho a su padre, aunque los rasgos angulosos del rostro del rey James aparecían suavizados en el de su hijo. Ambos tenían una melena despeinada y la piel un poco tostada.

-Ginny - dijo el príncipe – nunca me ha caído bien tu padre, si en cambio tu madre. – y empezó a caminar hacia su tumba.

¿Esperaba que le siguiera? ¿Tenía que guardar la distancia que correspondía a su alteza real? Al fin decidí caminar al lado, dejando una enorme distancia entre los dos, pero él se acercó a mí. Me di cuenta de que también había estado llorando, aunque intentaba disimularlo.

-Puedes llamarme Harry- me dijo de repente - Todo el mundo lo hace.

-Gracias- dije

-Gracias, Harry- corrigió el – Tu madre siempre me hacia reír. Una vez, en un banquete, el canciller Fudge estaba pronunciando un discurso. Mientras él hablaba tu madre jugueteaba con la servilleta. Antes de que tu padre se la quitara de las manos yo ya me había fijado en ella. Había formado con la servilleta el perfil del canciller, con la boca abierta y la barbilla prominente. Era su vivo retrato, excepto por el color azul de la copia. Para poder reírme a gusto tuve que irme del comedor y quedarme sin cena.

-¿Adónde ha ido todo el mundo? – le pregunté a Harry.

-Cuando fui a buscarte ya se habían marchado todos- me contestó- ¿Hubieras preferido que te esperaran? – preguntó preocupado, tal vez pensando que debería haberles hecho esperar.

-No, no. No quería que se quedara nadie – comenté, incluyendo en mis pensamientos a mi padre.

-Sé muchas cosas de ti- dijo Harry cuando ya habíamos andado un poco.

-¿De verdad? ¿Y como es posible?

-Tu cocinera y la mía se encuentran a menudo en el mercado y ella le habla de ti- comentó mirándome de reojo- Y tu ¿sabes algo de mí?

-No, Tonks nunca me ha contado nada. ¿Y qué es lo que sabes?

-Se que puedes imitar a la gente, igual que hacia lady Molly. Una vez imitaste a tu criado delante de él, de tal modo que no sabía si era él mismo o eras tú. Y que inventas cuentos de hadas, y que a veces eres un poco torpe y tropiezas o rompes cosas. Sé que una vez destrozaste una vajilla entera.

-Es que resbalé sobre el hielo!

-Si, sobre trocitos de hielo que tú misma habías esparcido antes por el suelo- dijo riendo, con una risa que no era de burla, sino franca y natural.

-Fue un accidente- protesté. Luego sonreí, algo temblorosa tras haber llorado tanto.

Llegamos a donde estaba papá. Él, con una reverencia dijo:

-Gracias, alteza, por acompañar a mi hija.

Harry le devolvió la reverencia.

-Vamos, Ginevra- me dijo papá.

Nunca antes me habían llamado así, aunque aquél era mi verdadero nombre.

-Ginny, me llamo Ginny- protesté.

-Bien, pues Ginny vamos- dijo, volviéndose a inclinar ante el principe, y a continuación subió al carruaje.

No tenía más remedio que irme. Harry me ayudó a subir. No sabia si darle la mano o dejar que me tomara por el codo, así que me enredé con su brazo y tuve que agarrarme al carruaje con la otra mano para no caer. Cuando cerró la puerta me pilló la falda, y oí el sonido de la tela al romperse. Papá hizo una mueca de desaprobación. Vi a través de la ventana que Harry se reía. Miré la falda y vi que tenía un desgarro de seis centímetros por encima del dobladillo. A Augusta le iba a costar mucho arreglar aquello.

Me senté lo más lejos que pude de papá, que miraba absorto por la ventanilla.

-Un buen entierro. Han venido todos los del Valle de Godric, o por lo menos toda la gente importante- comentó, como si en lugar de estar hablando del funeral d mamá hablara de un torneo o de un baile.

-No ha sido perfecto, ha sido horrible- protesté- ¿Cómo puede ser perfecto un funeral?

-El príncipe estuvo muy amable contigo- se limitó a responde él.

-Mamá le gustaba mucho.

-Tu madre era muy hermosa- su voz sonó triste- Me apena mucho que haya muerto.

Neville chascó el látigo, y el carruaje empezó a avanzar.

Hola muchas gracias a todos los que me dejaron reviews,

a los que no también, me alegra saber que les

gusta la historia.

Bueno un saludo muy especial para - MoonyGem, barbar15110, Vivi-G Weasley, RemusiiNa y MaryGin

En el próximo capitulo….. Aparece Hermione (¬¬) (para los que ya leyeron mi profile, saben que ella me cae mal, y si no lo han leído que esperan?)

Bueno tengo un problema y necesito su ayuda… un amigo escribió un ff Harry/Ginny pero es para mayores de 18 años. Que dicen lo publico o no?

Un beso,

RaNaBaNaNa ®