Ahora si, esta es una historia basada en el libro, "El mundo encantado de Ela" de Gail Garson Levine. Y los personajes son de la rubia, ósea, ya saben escribo sin lucro… bla, bla, bla…

Saludos y más comentarios al final, ahora si a leer….!

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

EL MUNDO ENCANTADO DE GINNY.

By:RaNaBaNaNa ®

El collar de mamá y un libro mágico

La noche siguiente cené con papá. Tuve problemas para sentarme porque Augusta me había hecho un elegante vestido con unas enaguas muy voluminosas.

En nuestros platos había espárragos cubiertos con mostaza de estragón. Papá bebía de una copa de cristal tallado. Cuando por fin conseguí colocarme en mi silla, papá hizo una señal a Neville para que le sirviera más vino.

-Mira, Ginevra, cómo recoge la luz- dijo levantando la copa –Hace que el vino brille como un rubí.

-Es bonito- respondí.

-¿Eso es todo? ¿Sólo bonito?

-Muy bonito, supongo- dije, resistiéndome a que me gustara algo que a papá iba a vender.

-Te gustaría más si bebieras de esta copa. ¿Has probado alguna vez el vino? (N/A: yo si, mi tío en vacaciones casi me mata de un paro cardiaco, por exceso de vino…. ¬¬)

-Tonks nunca me lo ha permitido.

Entonces intenté alcanzar la copa, pero las mangas de mi vestido se mancharon con la salsa de los espárragos. La copa todavía no estaba a mi alcance; me puse de pie, pisé la larga falda y perdí el equilibrio. Para no caerme levanté el brazo, lo que hizo que me cayera sobre la mesa y chocara contra el hombro de papá.

Me preparé para recibir un regaño, pero en lugar de eso, mientras se limpiaba la camisa con una servilleta, papá dijo:

-Ha sido una tontería por mi parte. Cuando te he visto entrar ya me he dado cuenta de que no podrías arreglártelas tú sola.

Mientras, Neville y otra criada retiraron el mantel y la copa rota.

-Lo siento- dije.

-Eso no recompondrá la copa, ¿no crees?- parecía que su furia se iba desatar, pero de pronto se sosegó. –Se aceptan tus disculpas. Cambiémonos de ropa y retomemos nuestra cena.

Estuve de vuelta un cuarto de hora más tarde, con un vestido corriente.

-Es culpa mía- dijo papá mientras comía un espárrago –He dejado que crezcas como un zoquete.

-¡No soy un zoquete!

Tonks no tenía pelos en la lengua, pero nunca me había llamado así. "Patosa", "desgarbada", "alocada", "pies torpes", pero nunca zoquete.

-Aunque todavía eres joven y puedes aprender. Me gustaría que algún día te relacionaras con gente más normal, (N/A: eso dicen mi mami y mis hermanas, mi papi no) gente civilizada.

-No me gusta la gente civilizada.

-Quizá necesite que resultes agradable a alguna persona civilizada. Ya lo he decidido; irás a la escuela de señoritas.

No podía ir allí. No, no iría.

-Pero dijiste que podía tener una institutriz. ¿No te resultaría más económico es que mandarme a la escuela?

-Qué delicadeza por tu parte al preocuparte por eso. Pero una institutriz sería mucho más cara. Y además no tengo tiempo para entrevistar institrutices. Dentro de dos días irás a la misma escuela de educación social para señoritas a la que van las hijas de Madame Fleur.

-No iré.

Él continuó como si no hubiese oído nada:

-Escribiré una carta a la directora y te dejaré en sus manos, junto a una bolsa llena de suficientes Galeones para que no pueda protestar al recibir una nueva alumna ahora que ya ha empezado el curso.

-No iré.

-Ginny... Tú padre no es un hombre bueno, como ya te habrán dicho los criados si no me equivoco

Yo no lo negué.

-Deben de haberte dicho que soy egoísta, y tienen razón, que soy impaciente, y también es verdad. Deben de haberte dicho que siempre voy a la mía, y es cierto que lo hago.

-Yo también- dije, sabiendo que no era verdad.

Él me sonrió con admiración.

-Mi hija es la chica mas valiente de Hogwarts- dijo, luego su sonrisa se desvaneció, y sus labios se contrajeron formando una línea fina y dura. –Pero irás a la escuela de señoritas aunque tenga que llevarte a rastras. Y no será un viaje de placer si ello me quita tiempo para dedicarme a mis negocios. ¿Lo has entendido, Ginny?

-Iré a esa escuela- dije sin poder reprimirme –pero la detestaré.

La sonrisa volvió a sus labios.

-Eres libre de odiarla o de amarla. Lo único que me importa es que vayas a esa escuela.

Aquello no era una orden, aunque lo parecía. No era muy distinta de otras que me veía obligada a obedecer. Abandoné el comedor y papá no me detuvo.

Aún era pronto para ir a dormir, pero a pesar de ello fui a mi habitación y me puse la pijama. Llevé mis muñecas, pepa y mechas, hasta mi cama y me metí dentro. Hacía mucho tiempo que no dormía con ellas, pero aquella noche necesitaba su calor familiar. Las coloqué sobre mi estómago y esperé a que llegara el sueño. Pero no podía dormirme. Empecé a llorara y abracé a pepa.

-Cariño- oí decir mientras se abría la puerta y entraba Tonks con su tónico y con una caja que dejó sobre la mesita. Luego me abrazó y me pasó la mano por la frente.

-No quiero ir- dije apoyando mi cara en su hombro.

-Lo sé, pequeña- contestó. Me abrazó durante un tiempo, y casi me quedé dormida. Luego se apartó de mí y dijo: -Es la hora de tu tónico.

-Hoy me lo salto.

-Ni hablar, hoy es cuando más te conviene. No quiero que te pongas mala cuando más necesitas estar fuerte- dijo mientras sacaba una cuchara de su delantal –Tomaras tres cucharadas.

Me prepare para tomarlo. El tónico era delicioso, sabía a fresas, pero al tragarlo tenía una consistencia viscosa que resultaba desagradable. Cada cucharada bajaba lentamente por mi garganta, y después intentaba tragar saliva para quitarme aquella desagradable sensación. Luego me sentía mejor. Bueno, sólo un poco mejor. Lista para volver a hablar. Me acomodé en la falda de Tonks.

-¿Por qué se casó mamá con él?- pregunté. Hacía que quería hace aquella pregunta, me había preocupado desde que empecé a tener uso de razón.

-Hasta que se casaron, sir Lucius era muy cariñosos con lady Molly. Yo no me fiaba de él, pero tu madre no quiso escucharme. Y su familia no aprobaba la boda porque él era pobre. Pero eso hacía que tu madre le amara más todavía. Era así de bondadosa.- la mano de Tonks dejó de acariciarme la frente y continuó –Ginny, cielo, intenta que tu padre no sepa nada del hechizo.

-¿Por qué? ¿Qué pasaría si lo supiera?

-Él está acostumbrado a hacer prevalecer su opinión, siempre ha sido así.

-Mamá me ordenó que no se lo contara nunca. De todas formas, tampoco lo hubiera hecho.

-Entonces, perfecto- dijo tonks volviendo a acariciarme.

Cerré los ojos, pero no podía dejar de pensar.

-¿Cómo crees que me irá en la escuela?

-Creo que allí conocerás a chicas encantadoras. Pero ahora siéntate. ¿No quieres ver tus regalos?

Me había olvidado completamente de la caja.

-¿Regalos?

-Uno por uno- dijo Tonks ofreciéndome la caja. –Esto es sólo para ti, llévalo siempre, adondequiera que vayas.

En el interior había un libro de cuentos de hadas. Nunca había visto ilustraciones tan bellas, parecía que estuvieran vivas. Lo hojeé maravillada.

-Cuando lo mires te acordarás de mí y te sentirás mejor.

-No lo leeré hasta que me haya ido, así todas las historias me parecerán nuevas.

Tonks rió.

-No creas que lo vas a terminar tan rápido. Crecerá contigo- dijo mientras sacaba de su delantal otro paquete. –Esto era de tu madre. Ella hubiera querido que lo tuvieras tú.

¡Era el collar de mamá! Lo formaban unas cadenas de plata que me llegaban casi a la cintura, con un diseño trenzado, hecho de plata con pequeñas perlas incrustadas.

-Crecerás llevándolo, cariño, y estarás tan hermosa luciéndolo como lo estaba tu madre.

-Lo llevaré siempre puesto.

-Pero debes tener cuidado y esconderlo bajo el vestido cuando estés fuera. Es muy valioso. Lo hicieron los gnomos- Entonces sonó la campanilla en el piso de abajo. –Tu padre llama.

Abracé a Tonks con todas mis fuerzas, pero ella se zafó de mis brazos.

-Deja que me vaya, cariño- dijo dándome un beso en la mejilla.

Me acomodé entre las sábanas, y el sueño me venció enseguida.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Mis disculpas por el retraso, pero es que mi compu, no me deja ingresar al fanfiction…

Espero que les guste mi historia, un beso.

En el próximo capitulo….

De centauros y Ogros.

… Me di la vuelta; era el príncipe Harry, que me ofrecía una manzana.

-¡Oh, gracias!- respondí.

Bueno eso es un muy pequeño adelanto del próximo capitulo

RaNaBaNaNa ®