Doble circulación.

La mañana en una alta torre puede no ser una genial idea cuando te llega, sin embargo las noches son espectaculares no así lo amaneceres, y mas aun si eres un joven en inicio de la adolescencia en el que los calidos y húmedos sueños te embriagan con su atrevimiento y placer. Lo que uno menos desea es despertar a la realidad donde hay mucho que hacer y mucho que callar.

Los calidos rayos solares inyectan la vida para el día que comienza, pero ¿cuanto darías por cinco minutos mas en la acogedora cama, la cual es una formidable contrincante te acaricia con su bochorno y suavidad pone a prueba tu sentido del deber o el de tu compañero que esta mas agudo en esos menesteres.

En la habitación donde comparte Harry Potter su estancia con sus compañeros de casa, la mañana entro con la promesa del futuro, la luz barrio con todo su poder importunando a los durmientes la cama más cercana al enorme ventanal es propiedad de Deán un chico muy precoz y amable, se desperezo como un gato retirándose lentamente las sabanas de seda sintiendo la suave caricia de la tela sobre su desnudes y fue entonces que recapacito que no se encontraba en su casa, que de hecho un chico redondo le miraba con enorme sorpresa y vergüenza, no precisamente a su alegre rostro mas bien a la carpa entre sus piernas.

Cuando el chico pelirrojo se levanto de su cama, se llevo un susto al mirar que en la cama de junto no estaba su inquilino, alarmado reviso en el pequeño baño y busco con la mirada en las otras camas, nada ni rastro de su recientemente adquirido amigo una joya entre sus tesoros aquel que le brindara mucha gloria, fue Seamus que le miraba atento y con la mirada le indico que revisara debajo de la cama y grande fue su sorpresa de encontrarlo allí.

-¡Harry!- llamo el pelirrojo- ¿Qué haces ahí?

-Dur…miendo- respondió el pelinegro con un sonoro bostezo- ¿ya amaneció?

-Si- respondió Ron sorprendido- ¿Por qué no te acostaste en la cama?

-Es que no estoy acostumbrado- respondió el ojiverde saliendo con dificultad de abajo- la cama es muy suave y la luz me molesta

-Por eso esta adocelada- contesto el ojiazul con obviedad- ¿no estás acostumbrado a las camas?

-Claro- dijo Harry acomodándose la pijama- es muy difícil que entre una cama en la alacena debajo de las escaleras tonto

-¿debajo de las escaleras?- pregunto el irlandés incrédulo- no puedo creer que duermas debajo de las escaleras

-No es tan malo una vez que te acostumbras a las arañas y ratones- respondió Harry como si diera la hora- y lo entiendo, no es nada

-Pero eso es inhumano- dijo Dean- ¿Ho tu lo pediste así?

-Bueno, es que mi primo quería un cuarto para sus juguetes y me mandaron a la alacena, pero ya dejen eso por favor, hay que vestirnos para desayunar

-Esto no me gusta- declaro Neville- deberías de quejarte

-Dije que lo dejen- debatió el pelinegro- me voy a bañar

En cuanto el ojiverde se metió al baño, los muchachos se quedaron un momento en silencio, no podían creer que algo así pasara, incluso el pelirrojo sintió pena por Harry y se identifico aun mas con él, no cabía duda de que sin un padre o una madre la gente se aprovecha de uno, el mismo era olvidado del amor maternal. Pero tenia la suficiente fuerza para lidiar con ello.

Los chicos estiraron sus extremidades aun dormidas por la noche anterior, el pelinegro tomaba un baño frió como le gustaban, bueno no es que le encantaran realmente pero como siempre le dejaban el agua fría en su casa se acostumbro, a demás es muy buena para despejar por completo el sueño, se sintió contento con el mismo la fase niño mártir estaba saliendo muy bien, ahora era tiempo de comenzar la operación con todo el colegio, pronto volvería a ser el centro de atención en la escuela, y eso era suficiente para comenzar después de todo este mundo le pertenece.

Losjovenes seguían preguntándose si todo lo que Harry había dicho era real, después de todo lo dijo con una naturalidad y certeza, pero era difícil de creer que el héroe con el que crecieron y admirado fuera tratado peor que una mascota mal querida, después de todo Harry era mas humano de lo que ellos pensaron y se sintieron afortunados de tenerlo como amigo.

Cuando Harry salio de la ducha, Dean entro para asearse pero cuando entro en contacto con el agua fría un fuerte grito salio de su garganta, el odiaba el agua fría en casa su madre siempre le tiene el agua caliente, otra vez comparando su casa y tuvo la idea que después de todo su casa no era tan mala al menos no lo obligaban a dormir con arañas y ratas.

Una vez quetodos estuvieron debidamente aseados se comenzaron a vestir, algunos con mucho trabajo, las corbatas siempre son difíciles de colocar o soportar como en el caso de Neville que no recordaba el hechizo que le dio su abuela para un rápido, sencillo y elegante nudo Windsor así que gracias a que Seamus tenia unas tijeras en su equipaje se evito un suicido por asfixia según Dean, con el forcejeo de liberar a Neville de la horca por corbata Seamus perdió un botón de su camisa, cosa que le preocupo por que esos botones son herencia de la familia, Harry lo encontró en el piso.

-¡Seamus!- dijo el pelinegro- este botón es tuyo ¿verdad?

-¡HAA! Lo encontraste Harry – respondió emocionado el irlandés- gracias, muchas gracias mi padre me hubiera matado si lo perdía, pero ¿ahora como lo coso a la camisa?

-Déjamelo a mi- respondió emocionado el ojiverde y corrió a su baúl sacando un pequeño estuche de madera- yo lo coseré, se me da bastante bien

-¿es cierto que sabes coser ropa?- pregunto muy sorprendido Neville que estaba cerca de los muchachos- eso es genial

-Una señora de por donde vivo me enseño- respondió Harry- como siempre tenia la ropa un poco grande y descosida, me enseño, ahora puedo ajustar la ropa para que no se me caiga, pero no soy un sastre, solo se lo básico.

-Entonces- dijo Ron- ¿la ropa te la heredaron de tu primo?

-Es herencia- contesto el pelinegro sin mirar y colocando el hilo en el ojo de la aguja- para que gastar en una nueva si de todas formas estoy creciendo

-Comprendo- admitió el pelirrojo con una amplia sonrisa- me pasa exactamente lo mismo, yo heredo la ropa de mis hermanos

-Si es lo malo de tener hermanos mayores- dijo Neville- yo soy hijo único pero no me importaría compartir mi ropa si tuviera hermanos

-Pero eres tonto- dijo Dean divertido- ahora nosotros somos hermanos, aunque no creo que mi ropa te quede, tenemos a nuestro sastre personal para eso.

-Jajaja- respondió Harry en una reluciente y sincera sonrisa- es verdad ahora somos como hermanos.

-Los mejores- corroboro Seamus recibiendo la camisa con sus botones en su lugar- simplemente los mejores, gracias Harry me has salvado.

-De nada- rebatió el pelinegro- si puedo ser útil me encanta ayudar

Terminados de vestirse los jóvenes bajaron en un agradable ambiente de camaradería y compañerismo un sentimiento de amistad nacía en todos los corazones, los demás habitantes de la casa de los leones vieron con alegría como los nuevos integrantes se adaptaban a su nueva situación.

El fastuoso comedor que la noche anterior lucia imponente, ahora lucia ligeramente triste en comparación, los alumnos en pequeños grupos se concentraban en sus respectivas mesas de casas, los alumnos mas jóvenes comían al tiempo que esbozaban por el sueño, la mesa de Slytherin se encontraba mas seria de lo normal, muchos estaban charlando discretamente cuando por la puerta del gran comedor entro el grupo de primero de la casa de los leones, como si se tratase de una escolta que protege a la reina según los Slytherins, hizo su dramática entrada el niño que vivió, Harry Potter rápidamente había ganado un puesto privilegiado en la lista de enemigos públicos de la casa de las serpientes puesto que se corrió el rumor que el gran Harry Potter desprecio a uno de sus mas recientes miembros, con elevada prepotencia y soberbia no se seria tan mal visto por ellos si hubiese quedado en la misma casa, pero como la rivalidad de las casas de los leones y las serpientes se remonta desde prácticamente el segundo día de su fundación, cualquier pretexto es bueno para iniciar con las hostilidades.

En la mesa de Slytherin ya se encontraba desayunando un joven pálido de reciente ingreso, por instinto dirigió su mirada a la entrada y lo volvió a ver, un chico de cabellos negros y ojos verdes, sus miradas se encontraron por un momento, y un calor recorrió sus cuerpos al tiempo que en los bolsillos de cada uno un pequeño cristal se calentaba con las emociones, la mirada se mantuvo por un breve pero delatador lapso.

-¿Qué miras Draco?- pregunto el chico de color de ébano- ha es Potter

-ya supimos que peleaste con el- confirmo el chico de fría expresión- es una gran noticia, creo que no fue muy prudente de tu parte

-¿ que me pelee con el?- pregunto Draco saliendo de su trance- cierto, se supone que nadie sabia sobre eso

-es lo malo de un colegio- dijo Blaise con una traviesa sonrisa- las noticias vuelan con alas propias, sin embargo no lo considero un desatino Theodore

-¿no, por que?- pregunto el aludido con su patentado sarcasmo- nos hace ver como villanos

-¿villanos?- pregunto el pálido chico- solo por una pelea

-claro, te enemista con quien todo el mundo cree que es el salvador- respondió Theodore- obviamente tendrías que estar loco o que quieres llamar la atención

-exacto- debatió Blaise- gracias a eso, el nombre de Draco es ahora conocidos por todos, rápidamente ha obtenido un reflector que claramente podemos usar.

-Pero yo solo quería ser su amigo- se defendió el rubio- no era mi intención que esto pasara, fue culpa de ese Weasley que se me adelanto

-Muy desafortunado- comprendió Blaise- pero si esto llego así lo mejor es sacar provecho, ahora eres un ejemplo en Slytherin quien no se deja engañar por la fama y no sigue a las multitudes.

-Muy ingenioso- elogio el chico de cabellos chocolate- fama contraria, creo que Weasley también lo pensó, es decir se hizo amigo de Potter para ganar algo de fama, como su familia a pesar de ser antigua es considerada de clase baja esto les permitirá en un futuro subir en la escala social.

-Yo también lo pienso- declaro el chico de ojos dorados- pero hay varias formas de conseguir un mismo resultado. De ahora en adelante debemos hacer que los nombres mas pronunciados en el colegio sean los de Draco y Potter, para mantener el equilibrio del respeto y sacar a Weasley de juego, será tu venganza Draco contra ese pelirrojo desabrido.

-Tienes razón- concordó el rubio con una malévola sonrisa- el único culpable es ese niño pobre, le haremos la vida imposible.

-De acuerdo- dijo Blaise con un brillo malvado en sus ojos- esa será la táctica que utilizaremos para ser los amos del colegio

-Por lo visto vas en serio Majestad- indico el chico de expresión fría- eso será muy entretenido

-Puedes apostarlo- declaro Blaise al tiempo que colocaba traviezamente su mano en la espalda del chico- puedes apostarlo.

Cuando llegaron al comedor medio dormidos aun, los cinco jóvenes de Gryffindor se disponían a engullir un delicioso desayuno, fue cuando el chico de cabellos negro le vio en la mesa de las serpientes, tan fino y elegante como siempre con esa pálida piel, por un momento sus miradas se encontraron y un calor recorrió sus cuerpos, al tiempo que del pantalón en el bolsillo derecho un pequeño cristal se calentaba con las emociones de los chicos. La mirada duro unos breves pero delatadores instantes.

-¿Qué miras Harry?- pregunto el pelirrojo- ha es Malfoy

-ya nos enteramos que te peleaste con el – comento Seamus- es una gran noticia

-¿pelearnos?- pregunto el pelinegro- cierto, pero se supone que nadie mas sabia

-es lo malo de los colegios- Dijo Dean- los chismes caminan solos

-es cierto- comento Neville- en mi anterior escuela, todo se sabia era muy incomodo saber la vidas de otras personas que vergüenza

-bueno pero que se le puede hacer- comento el pelirrojo- cuando alguien es famoso todos sus actos son tema de chismes, por eso ten cuidado con lo que hagas Harry nosotros te apoyaremos en lo que podamos.

-Claro para eso estamos- dijo Neville- ha tengo mucho sueño…. ay ¿Por qué me pegas Dean?

-Se los advertí- dijo el alegre chico- que si se quejaban les daría un sape.

-no recuerdo esa parte- dijo el rollizo chico con un puchero en su cara- eres un abusivo

-jajaja- comento Seamus- sabias que te ves adorable con esa cara, me dan ganas de comerte

-Seamus- llamo Ron- si quieres comer ahí esta el desayuno no asustes a Neve por mas delicioso que se vea…jajaja

-Caníbales- dijo Dean y le dio un ligero mordisco en el hombro a Neville- pero tienen razón… jajaja

-Yo también quiero una probadita- dijo Harry- me muero de hambre

-No… ya… pónganse a desayunar- dijo un rojísimo Neville- tenemos clases

-Ya no sean malos con él- dijo Seamus un poco culpable- déjenlo comer

-Solo jugamos, a demás creo que ya se le quito el sueño- declaro Dean al tiempo que se servia del sabroso desayuno y no era Neville- siempre funciona jajaja

Durante el desayuno Harry no dejaba de pensar en las palabra de Ron acerca de la fama, ahora todo el colegio sabia que se había peleado con Draco, le gustaba ser el centro de atención pero no cuando se volvía en su contra, ahora si que se había complicado el asunto.

-Ron- llamo Harry discretamente

-Mande Harry- contesto el pelirrojo igual de bajito pero no por discreción, mas bien por que su boca estaba llena de comida

-¿Cómo se enteraron los demás de mi pelea con Malfoy?- pregunto sagazmente el pelinegro

-la verdad no tengo idea- respondió el pelirrojo algo forzado se estaba atorando- pero puede que sea por el mismo Malfoy

-¿no tiene sentido eso?- debatió el pelinegro- no ganaría nada con ello

-no lo creo- refuto el pelirrojo- tu mismo me dijiste que lo habías visto antes, pero no sabias su nombre ni él el tuyo pero casualmente después de saber que Harry Potter estaba en el tren lo fue buscar

-es correcto- medito Harry- pero no veo el punto

-el punto mi querido amigo- dijo Ron dando un largo trago a su jugo de naranja- es que no le interesabas antes por que no le servias, pero después fue diferente al saber quien eras en realidad vio la oportunidad de colgarse de tu fama por eso debes tener cuidado, pero como vio que no podía sacarla de buena manera lo esta haciendo así, ahora todo el colegio sabe que Draco Malfoy es el enemigo de Harry Potter.

-Entonces lo mismo se puede aplicar contigo- debatió el pelinegro turbado por es posibilidad- ahora eres el amigo de Harry Potter

-Si ahora mucha gente pude llamarme así, sin saber siquiera que tengo un nombre- dijo el pelirrojo engullendo una salchicha asada- pero te recuerdo que yo no te busque tu solito llegaste. No creas que me agrada que la gente no sepa mi nombre pero me caes bien y no por eso dejare de ser tu amigo a menos claro que tu no quieras.

-No, no es eso- dijo el pelinegro- es solo que esto es muy difícil no contaba con que ahora debo cuidar y seleccionar a mis amigos no es que antes tuviera muchos

-Lo imagino- dijo el pelirrojo- pero no te pongas triste, no por eso deberás dejar de confiar en la gente, confía en tus instintos casi siempre son los correctos.

-Creo que eso haré- confirmo Harry con un sonrisa forzada- es solo que no contaba con eso, la fama puede ser muy triste después de todo.

Como todavía tenían un poco de tiempo antes de que comenzara la primera clase muchos de los alumnos se pusieron a curiosear por los alrededores, para conocer algo mas de ese misterioso castillo. Una chica castaña de primer año se acerco a un aula vacía maravillándose de todas las cosas que la magia puede ser capaz, era tan estimulante que sus talentos se apreciaran, se sentía por primera vez parte de algo importante ya no eran niñerías como las que hacia en su anterior escuela, ahora había un plan maestro los actos de rebeldía se habían terminados todos sus sentidos estaban puestos a un fin determinado, la primera parte salio mejor de lo planeado ahora todo el colegio sabia que Harry y Draco eran enemigos nadie sospecha de ella y mejor aun ahora tiene un puesto privilegiado en el concilio de las sombras era ni mas ni menos que la…

-La reina dorada de Gryffindor- dijo una voz fría a sus espaldas sacándola de sus cavilaciones - la estaba buscando su majestad

-¿Quién eres?- hablo la chica ligeramente sorprendida- ¿Qué deseas?

-Disculpe su majestad- dijo la voz sarcástica- soy el primer alfil de plata de Slytherin, Theodore Nott

-Si te recuerdo- contesto la chica- pero ¿Qué deseas alfil?

-De acuerdo con lo pactado en la reunión de ayer- contesto el chico- solicito me conceda su permiso para acceder a los registros del colegio, solo me falta su autorización

-Veo que eres muy eficaz- halago la chica con una dulce sonrisa- que rápido obtuviste los permisos de los demás reyes.

-Eso era obvio- dijo tajante el chico- Slytherin se comprometió a personificar el enemigo común del colegio pero para ello necesitamos estar bien informados, nos gusta hacer bien las cosas

-Demasiado bien creo- dijo la chica molesta- te concederé acceso a los archivos

-Es usted muy amable – adulo falsamente el joven

La chica solo le dio una mirada de superioridad y saco su varita mágica dándole un ligero beso que hizo que su color cambiara del clásico color madera a uno dorado.

-Oráculo, yo Hermione Granger, reina dorada de Gryffindor otorgo el permiso para acceder a los expedientes al primer alfil de plata de Slytherin, con la excepción de los míos propios.

Cuando la chica inicio con el procedimiento una amplia sonrisa se formo en el chico pero cuando escucho la restricción una mirada de odio puro se formo en sus pupila, la brujita estaba jugando con el.

-¿menos los suyos propios? Majestad- hablo claramente enfadado- no tenia por que hacer eso

-yo creo que no es así- dijo la chica con una sonrisa de suficiencia- mi información personal no es relevante para los planes de Slytherin

-No creo que sepa a lo que se refiere- casi grito el joven- solo nosotros sabemos nuestros planes

-Te equivocas primer alfil- dijo la chica sonriendo perversamente- él lo sabe todo y él mismo me lo contó, después de todo yo les proporcione el rumor de la pelea de Malfoy y Potter

-¿Así que fue usted majestad?- comento sorprendido el chico- ¿es su nueva mascota?

-Idiota- respondió la chica con gesto amenazante- yo no soy su mascota, soy su colaboradora.

-Perdóneme su majestad- dijo el chico con voz triste- no quise decirlo así, pero esa seria una definición mas acertada, si cree que él la necesita o siquiera que puede llegar a sentir algo por usted, entonces esta soñando.

-¿tu que puedes saber Nott?- pregunto la chica muy enojada- eres un simple Alfil y a mi me hizo reina

-por que yo soy su sirviente mas leal- contesto el chico con amargura en su voz- es mi deber servirle yo no puedo negarme, pero Granger toma este consejo que es el primero y el ultimo que daré sin pedir nada a cambio, no te confíes de él aléjate lo mas pronto posible, no te involucres escapa mientras puedas.

-Él me necesita- combatió la castaña- hicimos un contrato

-Entonces con todo respeto- dijo el chico con pena en su voz- estas realmente jodida

-Deja de decir idioteces y márchate- termino la castaña hirviendo de ira- no deben vernos juntos por ahora.

-Como usted ordene- pronuncio el chico con su voz sarcástica- espero considere mi consejo.

Cuando el frió muchacho se marcho Hermione no pudo dejar de pensar en las palabras del chico¿sirviente mas leal? Que irónico si así fuera no tendría por que decirle esas cosas, definitivamente era alguien que quiere tomar su lugar, no permitiría que nadie le arrebate su puesto aprendería todo lo que Ron le pueda enseñar y cuando lo sepa todo lo dejaría, de momento es mejor aparentar ser sumisa e ingenua.


Cuando estuvieron satisfechos con el rico desayuno se dispusieron a ir a sus salones de clase y mientras el grupo de Gryffindor avanzaba se podían escuchar a los demás alumnos comentando sobre Harry.

-Allí, mira

-¿Dónde?

-Al lado del chico alto y pelirrojo.

-¿El de gafas?

-¿Has visto su cara?

¿Has visto su cicatriz?

A lo que Ron simplemente le regalaba una mirada a Harry de "te lo dije ni saben mi nombre". Los alumnos que esperaban fuera de las aulas se ponían de puntillas para mi­rarlo, o se daban la vuelta en los pasillos, observándolo con atención. Harry deseaba que no lo hicieran, porque intenta­ba concentrarse para encontrar el camino de su clase. Otro inconveniente de la fama le comento Ron, ya se estaba empezando a Hartar de su bendita fama. Ese pensamiento comenzó desde que el pelirrojo le hizo ver que era posible que Malfoy solo había querido ser su amigo por el beneficio social y bueno el también es amigo de Ron por la misma razón así que debería sentirse culpable

En la primera clase Harry comprendió que el mundo mágico es completamente diferente a lo que el había pensado, no solo es mover la varita y decir palabra graciosas primero hay que leer mucho, practicar mucho, leer mucho, practicar mucho y si hay tiempo leer mucho. Y si fuera todo eso seria mucho mas fácil pero el castillo siempre esta probando los reflejos e instintos de los alumnos, cambiando continuamente las escaleras, las puerta y caminos, varias veces en una sola hora los jóvenes se podían perder lo que hacia que casi siempre llegaran tarde.

También estaba la agradable presencia de Peeves un duende que molestaba a los alumnos, les aventaba de cosas desde agua hasta estiércol, era todo un misterio por que permitían que semejante atrocidad estuviera libre por el castillo, pero algo peor que Peeves era el celador Aarhus Filch y su inseparable gata "la señora Norris". Harry y Ron se las arreglaron para chocar con él, en la primera mañana. Filch los encontró tratando de pasar por una puerta que, desgraciadamente, resultó ser la entrada al pasillo prohibido del tercer piso. No les creyó cuando dijeron que estaban perdidos, estaba convencido de que querían entrar a propósito y los amenazó con encerrarlos en los calabozos, hasta que el profesor Quirrell, que pasaba por allí, los rescató.

Tenían que estudiar los cielos nocturnos con sus teles­copios, cada miércoles a medianoche, y aprender los nom­bres de las diferentes estrellas y los movimientos de los pla­netas. Tres veces por semana iban a los invernaderos de detrás del castillo a estudiar Herbología, con una bruja pe­queña y regordeta llamada profesora Sprout, y aprendían a cuidar de todas las plantas extrañas y hongos y a descubrir para qué debían utilizarlas. Misteriosamente Neville parecía pez en el agua con las plantas.

Pero la asignatura más aburrida era Historia de la Ma­gia, la única clase dictada por un fantasma. El profesor Binns ya era muy viejo cuando se quedó dormido frente a la chimenea del cuarto de profesores y se levantó a la mañana siguiente para dar clase, dejando atrás su cuerpo. Binns ha­blaba monótonamente, mientras escribía nombres y fechas, y hacia que Elmerico el Malvado y Ulrico el Chiflado se con­fundieran.

El profesor Flitwick, el de la clase de Encantamientos, era un brujo diminuto que tenía que subirse a unos cuantos libros para ver por encima de su escritorio. Al comenzar la pri­mera clase, sacó la lista y, cuando llegó al nombre de Harry, dio un chillido de excitación y desapareció de la vista.

La profesora McGonagall era siempre diferente. Harry había tenido razón al pensar que no era una profesora con quien se pudiera tener problemas. Estricta e inteligente, les habló en el primer momento en que se sentaron, el día de su primera clase.

Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderéis en Hogwarts – dijo -. Cual­quiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver. Ya estáis prevenidos.

Entonces transformó un escritorio en un cerdo y luego le devolvió su forma original. Todos estaban muy impresiona­dos y no aguantaban las ganas de empezar, pero muy pronto se dieron cuenta de que pasaría mucho tiempo antes de que pudieran transformar muebles en animales. Después de ha­cer una cantidad de complicadas anotaciones, les dio a cada uno una cerilla para que intentaran convertirla en una agu­ja. Al final de la clase, sólo Hermione Granger había hecho algún cambio en la cerilla. La profesora McGonagall mos­tró a todos cómo se había vuelto plateada y puntiaguda, y de­dicó a la niña una excepcional sonrisa. Y también se gano un guiño del pelirrojo.

La clase que todos esperaban era Defensa Contra las Ar­tes Oscuras, pero las lecciones de Quirrell resultaron ser casi una broma. Su aula tenía un fuerte olor a ajo, y todos decían que era para protegerse de un vampiro que había conocido en Rumania y del que tenía miedo de que volviera a buscarlo. Su turbante, les dijo, era un regalo de un príncipe africano como agradecimiento por haberlo liberado de un molesto zombi, pero ninguno creía demasiado en su historia. Por un lado, porque cuando Seamus Finnigan se mostró deseoso de saber cómo había derrotado al zombi, el profesor Quirrell se ruborizó y comenzó a hablar del tiempo, y por el otro, porque habían notado que el curioso olor salía del turbante, y los ge­melos Weasley insistían en que estaba lleno de ajo, para proteger a Quirrell cuando el vampiro apareciera.

Harry se sintió muy aliviado al descubrir que no estaba mucho más atrasado que los demás. Muchos procedían de fa­milias muggle y, como él, no tenían ni idea de que eran brujas y magos. Había tantas cosas por aprender que ni siquiera un chico como Ron tenía mucha ventaja o eso pensaba el.

El viernes fue un día importante para Harry y Ron. Por fin encontraron el camino hacia el Gran Comedor a la hora del desayuno, sin perderse ni una vez y para los planes de Harry fue excelente.

Se trataba de la clase pociones la cual se llevaba en los profundos y fríos calabozos, Harry sabia muy bien que en todas las escuelas el profesorado es casi el mismo y lo comprobó, siempre habrá un buen maestro amable y gentil, también uno serio y excelente instructor, también el maestro aburrido y tedioso, pero también esta el clásico amargado que considera que su materia es la mas importante y complicada de todas que se da un aire de superioridad y trata a los alumnos como basuras, y es mejor tratar de quedar bien con ese maestro si los estudiantes pese a todo le respetan, pero no es el caso del profesor Snape puesto que todo mundo lo odia por que odia a todos, y como siempre para que exista un mártir debe haber un martirizador, el profesor es el candidato ideal para tal papel.

-¿Qué tenemos hoy? - preguntó Harry a Ron, mientras echaba azúcar en sus cereales.

-Pociones Dobles con los de Slytherin - respondió Ron-. Snape es el Jefe de la Casa Slytherin. Dicen que siempre los favorece a ellos... Ahora veremos si es verdad.

-Ojalá McGonagall nos favoreciera a nosotros —dijo Harry La profesora McGonagall era la jefa de la casa Gryffin­dor; pero eso no le había impedido darles una gran cantidad de deberes el día anterior.

Justo en aquel momento llegó el correo. Harry ya se ha­bía acostumbrado, pero la primera mañana se impresionó un poco cuando unas cien lechuzas entraron súbitamente en el Gran Comedor durante el desayuno, volando sobre las mesas hasta encontrar a sus dueños, para dejarles caer encima car­tas y paquetes.

Hedwig no le había llevado nada hasta aquel día. Algu­nas veces volaba para mordisquearle una oreja y conseguir una tostada, antes de volver a dormir en la lechucearía, con las otras lechuzas del colegio. Sin embargo, aquella mañana pasó volando entre la mermelada y la azucarera y dejó caer un sobre en el plato de Harry Este lo abrió de inmediato.

Querido Harry (decía con letra desigual),

Sé que tienes las tardes del viernes libre, así que ¿te gustaría venir a tomar una taza de té conmigo, a eso de las tres? Quiero que me cuentes todo lo de tu primera semana. Envíame la respuesta con Hedwig.

Hagrid

Harry cogió prestada la pluma de Ron y contestó: «Sí, gracias, nos veremos más tarde», en la parte de atrás de la nota, y la envió con Hedwig.

Fue una suerte que Hagrid hubiera invitado a Harry a tomar el té, porque la clase de Pociones resultó ser la peor cosa que le había ocurrido allí, hasta entonces.

Al comenzar el banquete de la primera noche, Harry había pensado que no le caía bien al profesor Snape. Pero al final de la primera clase de Pociones supo que no se había equivocado. No era sólo que a Snape no le gustara Harry: lo detestaba y eso era mucho mejor para el

Las clases de Pociones se daban abajo, en un calabozo. Hacía mucho más frío allí que arriba, en la parte principal del castillo, y habría sido igualmente tétrico sin todos aque­llos animales conservados, flotando en frascos de vidrio, por todas las paredes.

Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se detuvo ante el nombre de Harry

- Ah, sí —murmuró—. Harry Potter. Nuestra nueva... celebridad.

Draco Malfoy y sus amigos Crabbe y Goyle rieron tapán­dose la boca, Blaize solo miraba curioso y Theodore sin cambio alguno. Snape terminó de pasar lista y miró a la clase. Sus ojos eran tan negros como los de Hagrid, pero no tenían nada de su calidez. Eran fríos y vacíos y hacían pensar en tú­neles oscuros.

- Ustedes están aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones —comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo. Como la profesora McGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo—. Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de ustedes dudaran que esto sea magia. No espero que lleguéis a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relu­cientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, enga­ñando los sentidos... Puedo enseñaros cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si son algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar.

Más silencio siguió a aquel pequeño discurso. Harry y Ron intercambiaron miradas con las cejas levantadas. Her­mione Granger estaba sentada en el borde de la silla, y pare­cía desesperada por empezar a demostrar que ella no era un alcornoque.

- ¡Potter! - dijo de pronto Snape—. ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

-¿Raíz en polvo de qué a una infusión de qué? Harry miró de reojo a Ron, que parecía tan desconcertado como él. La mano de Hermione se agitaba en el aire.

—No lo sé, señor —contestó Harry.

Los labios de Snape se curvaron en un gesto burlón.

—Bah, bah... es evidente que la fama no lo es todo.

No hizo caso de la mano de Hermione.

—Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde busca­rías si te digo que me encuentres un bezoar?

Hermione agitaba la mano tan alta en el aire que no ne­cesitaba levantarse del asiento para que la vieran, pero Harry aun cuando sabia de lo que hablaba trataba de aparentar que no. Trató de no mirar a Malfoy y a sus amigos, que se desternillaban de risa y eso si que le enojo tal vez Ron tenia razón con Malfoy.

—No lo sé, señor.

—Parece que no has abierto ni un libro antes de venir. ¿No es así, Potter?

Harry se obligó a seguir mirando directamente aquellos ojos fríos. Sí había mirado sus libros y de hecho sabia todas y cada una de las respuestas, pero debía mantener un perfil bajo, conseguir que el profesor la tomara contra el, obviamente no tuvo que esforzarse mucho.

Snape seguía haciendo caso omiso de la mano tembloro­sa de Hermione.

— ¿Cuál es la diferencia, Potter; entre acónito y luparia?

Ante eso, Hermione se puso de pie, con el brazo extendi­do hacia el techo de la mazmorra.

—No lo sé —dijo Harry con calma y una mirada retadora —. Pero creo que Her­mione lo sabe. ¿Por qué no se lo pregunta a ella?

Unos pocos rieron. Harry captó la mirada de Seamus, que le guiñó un ojo. Snape, sin embargo, no estaba complacido.

—Siéntate —gritó a Hermione—. Para tu información, Potter; asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en Vida. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma planta. Bueno¿por qué no lo estáis apuntando todo?

Se produjo un súbito movimiento de plumas y pergami­nos. Por encima del ruido, Snape dijo:

—Y se le restará un punto a la casa Gryffindor por tu descaro, Potter.

Las cosas no mejoraron para los Gryffindors a medida que continuaba la clase de Pociones. Snape los puso en pare­jas, para que mezclaran una poción sencilla para curar fo­rúnculos. Se paseó con su larga capa negra, observando cómo pesaban ortiga seca y aplastaban colmillos de serpiente, cri­ticando a todo el mundo salvo a Malfoy, que parecía gus­tarle. En el preciso momento en que les estaba diciendo a todos que miraran la perfección con que Malfoy había cocinado a fuego lento los pedazos de cuernos, multitud de nubes de un ácido humo verde y un fuerte silbido llenaron la mazmo­rra. De alguna forma, Neville se las había ingeniado para convertir el caldero de Seamus en un engrudo hirviente que se derramaba sobre el suelo, quemando y haciendo agujeros en los zapatos de los alumnos. En segundos, toda la clase es­taba subida a sus taburetes, mientras que Neville, que se ha­bía empapado en la poción al volcarse sobre él el caldero, ge­mía de dolor; por sus brazos y piernas aparecían pústulas rojas.

— ¡Chico idiota! —Dijo Snape con enfado, haciendo desa­parecer la poción con un movimiento de su varita—. Supongo que añadiste las púas de erizo antes de sacar el caldero del fuego¿no?

Neville lloriqueaba, mientras las pústulas comenzaban a aparecer en su nariz.

—Llévelo a la enfermería —ordenó Snape a Seamus. Luego se acercó a Harry y Ron, que habían estado trabajan­do cerca de Neville.

—Tu, Harry Potter. ¿Por qué no le dijiste que no pusiera las púas? Pensaste que si se equivocaba quedarías bien¿no es cierto? Éste es otro punto que pierdes para Gryffindor.

Aquello era tan injusto que Harry abrió la boca para dis­cutir, pero Ron le dio una patada por debajo del caldero.

—No lo provoques —murmuró—. He oído decir que Sna­pe puede ser muy desagradable.

Una hora más tarde, cuando subían por la escalera para salir de las mazmorras, la mente de Harry era un torbellino su plan fue un éxito, sintió un poco de pena por Neve por que si se dio cuenta que su poción estaba saliendo mal, pero corregirlo era revelar que sabia sobre esas cosas, pobre Neve ya se lo compensaría luego pensó.

—Anímate —dijo Ron—. Snape siempre le quitaba pun­tos a Fred y a George. ¿Puedo ir a ver a Hagrid contigo?

Salieron del castillo cinco minutos antes de las tres y cru­zaron los terrenos que lo rodeaban. Hagrid vivía en una peque­ña casa de madera, en el borde del bosque prohibido. Una ba­llesta y un par de botas de goma estaban al lado de la puerta delantera.


Para Draco Malfoy la primera semana en el castillo fue excelente, en tan solo dos días toda la casa de Slytherin le rendían pleitesía, era el héroe de su casa gracias al consejo de Blaise, aun no se explicaba como el chico de ébano consiguió que todos en su casa le digieran Príncipe a él, Blaise casi siempre estaba a su lado pero en ocasiones desaparecía misteriosamente con algún alumno de curso mas avanzado y cuando regresaba se le veía plenamente contento y con una enorme sonrisa, un poco rojo y el cabello ligeramente desordenado, lo mismo pasaba con Theodore que desaparecía por horas pero el regresaba siempre con la misma expresión de hastió.

Como lo prometió Blaise les enseño a fumar, pronto dominaron el fino arte del humo de tabaco incluso competían por ver quien terminaba el cigarro primero, Goyle y Crabbe se marearon tanto que terminaron vomitando. También le enseñaba a comportarse de una manera indiferente era un gran maestro pronto el mismo Theodore se veía mas animado y divertido con comentarios tan inteligentemente sarcásticos que daban envidia.

Sus nuevos amigos le hacían mas divertida y amena la vida, pero aun así no dejaba de pensar en Harry, muchas veces se preguntaba que sentiría Weasley al estar a su lado y rápidamente se llenaba de ira por culpa de ese pobretón perdió la oportunidad de tener Harry como su amigo, se podía ver a simple vista que era agradable y divertido. Lo mejor de todo es que parecía que ya no tenía ataques de alguna manera estaba empezando a controlar mejor los ataques, hasta el momento no tenia necesidad de acudir con su jefe de casa.

Las clases eran como todas ligeramente aburridas, por desgracia las lecciones se le daban bastante bien solo tenia que aplicarse un poco y listo estaban resueltas, ninguna materia se le dificultaba y por eso casi siempre estaba aburrido, para distraerse un poco jugaba con el pequeño cristal que guardaba en su bolsillo derecho del pantalón, en una ocasión lo saco para mirarlo en su cuarto, cuando Blaise lo vio.

-Que hermoso cristal tienes- comento maravillado el chico- ¿Dónde lo conseguiste?

-Lo encontré- mintió el rubio- apareció de repente

-No mientas- debatió Blaise- esas cosas no aparecen así por que si

-¿Cómo sabes?- pregunto el rubio jugando con el origen de ese cristal- que no es mágico

-Bueno la verdad no lo se- confeso Blaise- es muy hermoso para que un humano o mago lo hiciera, esa luz en su interior estoy seguro que es mágica.

-Yo también lo he pensado- confeso el pálido chico- es muy extraño

-Pero es muy hermoso- dijo el chico de ébano- me gustaría tener un cristal como ese¿me dejas tocarlo?

-Claro no hay problema- extendió el rubio la mano con el cristal para que Blaise lo tomara- adelante tómalo.

-Esta tibio- dijo emocionado el chico- se siente raro, como si un calor me recorriera, debe ser mágico lo juro.

En cuanto Blaise toco el cristal sintió una pequeña corriente eléctrica, tibia y erótica, se sentía muy excitado, sus mejillas se tiñeron de rosa y una erección se formo en sus pantalones, comenzó rápidamente a sudar y disfrutar de las descargas del cristal, era simplemente delicioso era igual o si se puede mejor que tener sexo, porque claro Blaise Zabini había tomado el sexo como religión y era su mas fiel párroco, desde aquella vez que durmió con su tío y probo la delicias del sexo se ha ido especializando y acumulando experiencia y esta era una de las sublimes. Ni los ardientes encuentros con los chicos de su casa donde invadían su intimidad eran tan deliciosos como el del cristal.

-¡Toma!- dijo el chico devolviendo el cristal o mancharía sus pantalones- en verdad es mágico.

-¿estas bien Blaise?- pregunto el rubio preocupado- te ves muy agitado

-si, estoy bien- jadeo ligeramente el chico de ébano- es solo que me hizo recordar unas cosas¿no te sientes diferente cuando lo tienes?

-¿diferente?- pregunto el rubio- no al contrario como que me siento mas confiado y tranquilo

-entonces así funciona- declaro Blaise- otorga el sentimiento de que uno necesita

-¿y que es lo que necesitas?- pregunto inocentemente el rubio señalando el pantalón del mulato - para que te pusieras así

-algún día lo sabrás- respondió el aludido dirigiéndose al baño- espera que crezcas

-tu siempre tan misterioso- dijo el rubio guardando el cristal en su bolsillo- nunca cambiaras

-¡jamás!- reto el mulato- espera un momento a que salga te voy a dar algo, esperame

En cuanto Blaise entro al baño se desnudo rápidamente, y comenzó a acariciarse furiosamente la entrepierna, rozando sus pezones y recorriendo con sus largos dedos el contorno de su cueva, ensalivo sus dedos y se los introdujo en si mismo al tiempo que se masturbaba furiosamente, se contorsionaba de placer doblándose e introduciendo su largo miembro en su boca, tenia una gran flexibilidad para hacerse una autofelacion esa fue la mejor enseñanza de su primo Albert sin contar claro con su delicioso trasero. El orgasmo no tardo en presentarse puesto que el cristal hizo muy buen trabajo y solo requirió de un estimulo adicional, el abundante chorro de secreción inundo su boca fueron varios disparos que degusto con avidez le encantaba el sabor de su propio semen.

Recuperado y mas que nada aseado, salio con una gran sonrisa del baño, todos sus movimientos observados atentamente por el rubio, siempre que Blaise salía del baño la rutina era encender un cigarrillo y dependiendo la sonrisa el sabor del tabaco, y a juzgar por la sonrisa de ese instante el cigarro seria de vainilla.

El mulato saco de su escritorio una cajetilla con menos de la mitad y ofreció uno al rubio que presto lo tomo y lo encendió, le gustaba el de vainilla era tan rico y oloroso, Blaise encendió el suyo con lentitud y dio una larga calada al cigarrillo, espero un momento para exhalar el humo degustando el sabor del mismo y relajándose aun mas.

Medito un rato, y espero a despejar su mente ese cristal era un gran hallazgo, si con Draco funcionaba como un medio para sacar mas confianza lo mejor seria que lo tuviera mas cerca de el, y mas alejado de él mismo o se haría adicto al calor del cristal, recordó un hechizo que le enseño su abuela para engarzar diamantes, ahora lo siguiente en que lo colgaría, y de pronto recordó que en la bitácora mágica del concilio de las sobras venia un hechizo para crear una cadena irrompible que permitía modificar los sentimientos.

Para eso necesitaría un poco de sangre de Dragón y de unicornio, cosas que tenían en las alacenas de la habitación de las sombras. Una sonrisa de satisfacción se formo en su rostro, si engarzaba la piedra al collar que el haría seria mas fácil controlar a Draco, eso era excelente ahora podría saber donde esta o que es lo que hace.

-oye Draco- dijo el chico decidido- ¿no te gustaría tener tu cristal como dije?

-No se me había ocurrido- respondió el rubio- le pediré a mi papa que lo made a engarzar en una cadena de plata

-Yo tengo una mejor idea- dijo el mulato- mi abuela me enseño un hechizo para hacer una cadena irrompible y hermosa.

-¿en serio?- pregunto emocionado el ojiplata- me lo enseñaras

-Lo siento, no te lo puedo enseñar- respondió el mulato- es un secreto de familia, pero te puedo hacer la cadena,

-Harías eso por mi- dijo emocionado el rubio- es genial.

-Claro, solo dame un minuto- anuncio el mulato- necesito unos frascos de mi baúl y una daga

-¿una daga?- pregunto incrédulo el rubio- para que la quieres

-es para mezclar los ingrediente- respondió el chico con una enorme sonrisa- veraz la cadena se hace con ingredientes especiales que no se deben tocar con las manos hasta que estén listos para el hechizo.

-Que interesante- reconoció el rubio- ¿Cuándo lo harás?

-Creo que hoy en la noche- respondió el mulato con una enorme sonrisa- mañana tendrás tu cadena.

-Gracias- agradeció el rubio muy emocionado- eres un gran amigo

-Claro, soy el mejor- reconoció con inocencia fingida el mulato- no lo olvides.

Con la promesa de Blaise, Draco estaba mas emocionado ese día que le pareció que el tiempo corría mas rápido y en la noche antes de lo prometido el mulato le entrego una hermosa cadena plateada con grabados negros, era realmente hermosa la cadena, Blaise le pidió que pusiera el cristal en su escritorio, luego él puso la cadena cerca del cristal y como si se tratara de una enredadera unos hilos de plata engarzaron el cristal a la cadena, realmente se veía hermosa y el cristal brillaba con un poco mas de fuerza. El mulato tomo la cadena y peso el cristal con su mano sintiendo la calidez de la gema, se acerco a el rubio y coloco cadena en su cuello, la cadena se cerro mágicamente en el y se ajusto, a Draco le gusto mucho porque no pesaba nada y era tibia no como las otras cadenas hechas de metales que con el frió se ponían heladas y con el calor se calentaban y quemaban la piel.

Blaise se sintió muy complacido de ver la cadena en el cuello de Draco, modestia a parte le había quedado muy hermosa y en el rubio los grabados negros hacían una excelente combinación. Se veía elegante y moderna. Nunca había hecho un hechizo como ese por eso tuvo que pedir ayuda a Theodore, ese chico si que esta avanzado en magia reconoció el mulato.

-¿y bien?- pregunto el mulato- ¿te gusto?

-Bromeas- respondió el rubio muy contento- me encanta, es genial nunca había visto un material como este es único

-Claro- respondió Blaise orgulloso- es mágico, yo no me hecho ninguno porque no encuentro el dije adecuado

-Que lastima- consoló el rubio- pero cuando lo encuentres seguro que tu cadena será muy bella

-Cuenta con ello- agradeció el mulato- bueno descansa que mañana tenemos pociones con Snape.

-Cierto- reconoció el rubio- muchas gracias Blaise, eres el mejor

-No hay porque- despidió Blaise muy contento ya no tendría que vigilar tan de cerca al rubio y podía dedicarse a otros placeres mas carnales - buena noches.

La mañana del viernes Draco se sintió muy diferente, mas tranquilo y confiado en si mismo, era como si cualquier cosa que quisiera la podría hacer, a demás por fin tendría una materia algo mas interesante, las pociones son algo mas elaboradas y por eso mas interesantes, cuando entro al salón el profesor le saludo con un ligero asentimiento de cabeza, los alumnos llegaron rápidamente y la clase comenzó.

El profesor Snape paso su lista como los demás profesores e igualmente como con los demás se detuvo cuado fue el turno de Harry Potter, el profesor fue muy ácido con Harry para su gusto. Pero lo que hizo interesante fue la expresión del chico de ojos verdes era tan divertido ver su cara, tan fascinante para él que se rió en su cara, algo que no haría muy a menudo pero salio natural.

Por fin algo de diversión, en las aburridas clases, ver las expresiones de Harry eran tan absorbentes y divertidas, cada seño fruncido o mirada de suplica, lo mejor era esa pose de descarado cuando reto al profesor, fue tan cómico que casi se desternilla de risa, ese chico era toda una gama de emociones para el, con solo mirarlo se sentía feliz.

Aun cuando pareciera que a Harry le molestaba, incluso su cara enojada era simplemente admirable para Draco. No sabia porque pero se sentía muy afortunado de llamar la atención del ojiverde; Era como sentirse único.

En la clase todo ocurrió muy interesante para el rubio, primero pudo ver a Harry, pudo molestar a Harry y su poción estuvo perfecta, lastima que un chico de Gryffindor hecho a perder la clase y Harry no pudo observar el talento del rubio con las pociones. Pero ya le demostraría que el era mejor que el pobretón que tiene de amigo.


Durante toda la semana las palabras de Nott se grabaron en su memoria, analizándolo fríamente sin involucrar los sentimientos, recordó la mirada triste del joven y algo de verdad pueden tener sus palabras, para ella era muy interesante el mundo mágico, estudiaba los escritos de la bitácora mágica del concilio de las sombras con mucha avidez, y cuando comparaba la información de los libros de textos del colegio le parecían mucho mejores los de la bitácora, no eran aburridos y se entendían mejores los hechizos.

Su habitación era la típica de jóvenes en inicio hormonal, las chicas tan tontas y sosas, solo pensando en que chico era mas guapo o mas con quien se casarían, las platicas simples y sin sentido la mantenían aislada de las demás y no es que le molestara en absoluto al contrario era mejor para ella para poder concentrarse en sus estudios.

Recordaba con nostalgia su anterior escuela donde mantenía subyugados a los alumnos y profesores con terrorismo, lo mejor de todo es que sabia muy bien el reglamento de la escuela y siempre sabia como manejar las situaciones, nadie podía frenarla por que si no había pruebas no había delito, era muy divertido pero era tan sencillo que poco a poco se aburrió, fue una interesante variación encontrarse en su camino al pelirrojo, le enseño un mundo nuevo y con aventuras, un emocionante lugar donde hacer travesuras y ser parte importante de un plan.

El pelirrojo la saco de los juegos de niños y le mostró un juego mas grande y peligroso, no era nada tonta sabia que "rojo" la estaba usando que cuando no le sirviera la botaría como un chicle que pierde su sabor, pero el reto estaba en hacer que el chicle jamás perdiera el sabor, demostrarle que ella era mucho mas importante e indispensable de lo que creía.

Toda la semana estuvo preparando y revisando los planes que acordaron, Slytherin acordó ser el enemigo publico para que el colegio estuviera equilibrado, pero la razón por la que lo hizo era para obtener la información de todos y cuando menos lo esperaran atacarlos, esos chicos eran listos, pero no mas que ella debía preparar un contraataque con la misma información, después de todo ella era la encargada de la seguridad del concilio.

La única manera de vencer a todos era aprenderse y practicar los hechizos de la bitácora, la teoría la manejaba muy bien pero no había tenido oportunidad de practicar los hechizos, debía encontrar una victima que pudiera manipular y hacer lo que ella quería. Eso era algo que haría el fin de semana. Tenía que estudiar para impresionar a los profesores y ganar la simpatía de la mayoría. Y de paso demostrarle a "rojo" su valía.


Cuando Harry llamó a la puerta, oyeron unos frenéticos rasguños y varios ladridos. Luego se oyó la voz de Hagrid, di­ciendo:

- Atrás, Fang, atrás.

La gran cara peluda de Hagrid apareció al abrirse la puerta.

-Entrad –dijo- Atrás, Fang.

Los dejó entrar, tirando del collar de un imponente perro negro.

Había una sola estancia. Del techo colgaban jamones y faisanes, una cazuela de cobre hervía en el fuego y en un rincón había una cama enorme con una manta hecha de re­miendos.

-Estáis en vuestra casa - dijo Hagrid, soltando a Fang, que se lanzó contra Ron y comenzó a lamerle las orejas entusiasmado como si lo conociera de toda la vida. Como Hagrid, Fang era evidentemente mucho menos feroz de lo que parecía.

-Éste es Ron —dijo Harry a Hagrid, que estaba volcan­do el agua hirviendo en una gran tetera y sirviendo peda­zos de pastel.

-Otro Weasley, nos vimos en los botes ¿verdad? — Dijo Hagrid, mirando de reojo las pecas de Ron—. Me he pasado la mitad de mi vida ahuyentando a tus hermanos gemelos del bosque.

El pastel casi les rompió los dientes, pero Harry y Ron fingieron que les gustaba, mientras le contaban a Hagrid todo lo referente a sus primeras clases. Fang tenía la cabe­za apoyada sobre la rodilla de Harry y babeaba sobre su tú­nica.

Harry y Ron se quedaron fascinados al oír que Hagrid llamaba a Filch «ese viejo bobo». En opinión de Ron eso era muy leve.

—Y en lo que se refiere a esa gata, la Señora Norris, me gustaría presentársela un día a Fang. ¿Sabéis que cada vez que voy al colegio me sigue todo el tiempo? No me puedo li­brar de ella. Filch la envía a hacerlo.

Harry le contó a Hagrid lo de la clase de Snape. Hagrid, como Ron, le dijo a Harry que no se preocupara, que a Snape no le gustaba ninguno de sus alumnos.

— Pero realmente parece que me odia.

— ¡Tonterías! —Dijo Hagrid—. ¿Por qué iba a hacerlo?

Sin embargo, Harry no podía dejar de pensar en que Ha­grid había mirado hacia otro lado cuando dijo aquello. Posiblemente si lo odia por otra razón mejor para el, entonces no debería esforzarse tanto en quedar mal.

-¿Y cómo está tu hermano Charlie? - Preguntó Hagrid a Ron-. Me gustaba mucho, era muy bueno con los animales.

-Le va muy bien- dijo el chico con una enorme sonrisa- trabaja con dragones de verdad, están emocionante aunque sea un poco peligroso tiene talento para eso.

-Lo imagino- confirmo Hagrid – era muy atento con los animales y siempre estaba en el bosque prohibido claro que el era muy prudente y sabia como manejar a los animales

-Si, por eso es el único que controla a los gemelos- dijo Ron con sorna- ni papa puede con ellos

-Ya lo creo- dijo Hagrid algo lento con la broma del pelirrojo- no creo que ni tu mama pueda con ellos

-No se- dijo de pronto el pelirrojo- ni me interesa lo que ella haga.

-Ha, si lo siento- se disculpo Hagrid- olvide que tu eres él Weasley

Harry se preguntó si Hagrid no estaba cambiando de tema a propósito. Mientras Ron le hablaba a Hagrid del tra­bajo de Charles con los dragones, Harry miró el recorte del periódico que estaba sobre la mesa. Era de El Profeta.

RECIENTE ASALTO EN GRINGOTTS

Continúan las investigaciones del asalto que tuvo lu­gar en Gringotts el 31 de julio. Se cree que se debe al trabajo de oscuros magos y brujas desconocidos.

Los gnomos de Gringotts insisten en que no se han llevado nada. La cámara que se registró había sido vaciada aquel mismo día.

«Pero no vamos a decirles qué había allí, así que mantengan las narices fuera de esto, si saben lo que les conviene», declaró esta tarde un gnomo portavoz de Gringotts.

Harry recordó que Ron le había contado en el tren que alguien había tratado de robar en Gringotts, pero su amigo no había mencionado la fecha.

- ¡Hagrid! - dijo Harry—. ¡Ese robo en Gringotts suce­dió el día de mi cumpleaños¡Pudo haber sucedido mientras estábamos allí!

Aquella vez no tuvo dudas: Hagrid decididamente evitó su mirada. Gruñó y le ofreció más pastel. Harry volvió a leer la nota. «La cámara que se registró había sido vaciada aquel mismo día.» Hagrid había vaciado la cámara setecientos tre­ce, si puede llamarse vaciarla a sacar un paquetito arrugado. ¿Sería eso lo que estaban buscando los ladrones?

-¡Harry!- dijo de pronto el pelirrojo- ¿el 31 fue tu cumpleaños?

-Si, mi mejor cumpleaños- dijo el pelinegro sonriéndole a Hagrid- hasta tuve un pastel, nunca había tenido un pastel de cumpleaños.

-¿NUNCA?- dijeron Hagrid y Ron al mismo tiempo

-bueno, no que yo recuerde- excuso el ojiverde- hasta me dieron regalos, fue el mejor de todos

-chispas Harry- comento el pelirrojo- no sabia que tu cumpleaños ya paso, entonces te debo un regalo

-ha, no es necesario- aclaro Harry- a demás ya paso

-si, si es necesario- dijo el pelirrojo- así cuando sea el mío me tendrás que dar uno

El comentario causo gracia en los haciendo que momentáneamente Harry olvidara sus sospechas. El resto de la tarde charlaron animadamente sobre los cumpleaños y como seria la fiesta o el regalo perfecto.

Mientras Harry y Ron regresaban al castillo para cenar, con los bolsillos llenos del pétreo pastel que fueron dema­siado amables para rechazar; Harry pensaba que ninguna de las clases le había hecho reflexionar tanto como aquella me­rienda con Hagrid. ¿Hagrid habría sacado el paquete justo a tiempo¿Dónde podía estar¿Sabría algo sobre Snape que no quería decirle? Y otra duda más personal ¿él Weasley¿Qué significara eso y porque Ron se comporto tan serio cuando Hagrid menciono a su mama?

El pelirrojo pensaba en el regalo perfecto para Harry, una cadena o una pulsera algo que le permitiera manejar un poco mas la mente del pelinegro que era muy zagas como para dejarlo correr libre por sus planes. Definitivamente debía pensar bien el regalo. Le pareció recordar que Nott revisaba el hechizo de la cadena de sangres, un hechizo que aprendió en su viaje a Rumania hacia algunos años, y que anoto en su bitácora de la cual todos los miembros tienen una copia. No le dio mucha importancia en ese momento pero ahora que lo pensaba habría que investigar para que y de paso hacer una cadena para Harry.

continuara


saludos:

nuevamente yo, disculpen la tardanza deveras no era mi intencion pero he tenido muchos cambios en mi vida y aun no me adapto del todo, en fin tambien salio "pequeños traumas" y pues me ha sido dificil actualizar, en compensacion aqui el capitulo mas largo de este fic, espero les haya gustado la escena de Blaise recordar que estan en la pubertad asi que esperen un poco mas de eso jejeje.

sale eso es todo por ahora, el proximo en actualizar es "pequeños traumas" nos leemos pronto haaa y si se puede y tienen tiempo y ganas manden un comentario para saber si les esta gustando la historia o si suprimo los lapsos sexuales .

lios hijo del caos