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El sonido de los pesados pasos de Crabbe dentro de su pequeño despacho atrajo su atención y lo sacó de su ensimismamiento. Dirigió a la mole humana una mirada glacial y penetrante y preguntó con gran indiferencia:
-¿Qué quieres Crabbe?
Crabbe, que rebozaba de orgullo apenas atinó a decir:
-Es sobre Granger, Draco, la sangre sucia que nos pediste vigilar. Esta mañana estaba actuando muy extraño y logró enviar varios mensajes antes de que Goyle y yo pudiéramos noquearla. Ahora debe estar en los calabozos. Pudriéndose como la rata asquerosa que es.- Dicho lo cual estalló en alborozadas carcajadas, aunque guardó silencio tan pronto como vio que Malfoy permanecía callado e inmutable.
Su expresión se endureció aún más y sentimientos confusos parecían hacer eco en sus estoicas facciones. Un placer salvaje y un algo oscuro e indeterminado parecían brillar en sus ojos. Y no por primera vez Crabbe se arrepintió de haber hablado. Se retiró sin hacer ningún otro comentario y de pronto temió por la vida de la chica a la que acababa de dejar a su merced. Ratón de biblioteca, sangre sucia o no, la mirada de Draco no auguraba nada bueno.
En cuanto estuvo solo, Malfoy maldijo en silencio. Tendría que buscar la manera de disolver su obligación. El momento de disfrutar de la venganza, había llegado.
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La figura estaba dolorosamente cerca de Ron, sin embargo, como estaba de espaldas al sol, cuanto podía adivinar de ella era su silueta. Una silueta vagamente familiar… entonces, el viajero levantó la mano derecha en además de saludo y descendió frente al estupefacto pelirrojo.
Ron no podía creerlo…
-¿¡Harry!?
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Hermione despertó en una pequeña celda oscura y con claros rastros de humedad en las paredes. Sentía un dolor punzante en la cabeza y la misma sensación corporal remanente del uso de algún hechizo inmovilizador. Se puso dolorosamente de pie y descubrió sin sorpresa que le habían quitado su varita. Había sido descubierta. Solía pensar que estaba lista para cuando esto sucediera, que podría enfrentarse a su propia muerte con dignidad y sin temor. Pero estaba equivocada. Estaba muy asustada. Se consoló pensando que el sacrificio valdría la pena, sus dos mejores amigos estaban bien, y pronto, los seguidores del Señor Oscuro verían terminado su sueño de dominación. Sería pronto.
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Harry y Ron se fundieron en un cálido abrazo antes de que Ron soltara a su amigo y le preguntara:
-¿Dónde estuviste todo este tiempo Harry? Todos aquí estuvimos muy preocupados por ti. ¿Por qué no nos dijiste nada? ¿Qué paso? ¿Cómo…?....
-No puedo decírtelo ahora, comprometería mucho la posición de Hermione, tenemos una guerra que ganar, tan pronto como esta locura termine te explicaré todo, lo prometo.-Aseguró Harry con calma. Al ver que Ron parecía dispuesto a reprocharle el papel de su amiga en su 'desaparición', prosiguió con una sonrisa -Lo que debemos hacer ahora es discutir la estrategia a seguir. Escuché que eres uno de los mejores estrategas que se han visto en varias décadas.
Ron meneó la cabeza y dijo:
- Todo cuanto hago es jugar un enorme juego de ajedrez. Ahora ven, te diré en el camino qué vamos a hacer
Y se dirigieron al campamento en medio de una discusión sobre su plan de acción.
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Draco ansiaba bajar a los calabozos para ver el semblante asustado de Granger y recordarle que su vida estaba en sus manos. Su propio pensamiento le repugnó. ¿Por qué decírselo si ella sabía tan bien cómo él cuál sería el desenlace? Alimentó durante meses su obsesión por hacerla pagar la humillación de la que lo había hecho objeto, pero a fuerza de observarla y seguirla desde las sombras, la obsesiva fuerza que lo impulsó para vivir un día más sólo para verla morir, se convirtió en necesidad. Y la necesidad lo hacía débil. En los últimos meses no hacía sino pensar en ella y desear con todas sus fuerzas que volvieran a encontrarse. Sabía perfectamente que había esperado el momento con ansia enfermiza. Conjuró una de las esferas vigías que abundaban en la mansión y observó a la mujer a lo lejos, sin que ella pudiera verlo. Parecía estar despertando. Se veía confundida y molesta. Perfecta en su imperfección, trató de devolver un poco de orden a su cabello castaño y acomodó sus ropas con lentitud deliberada. Buscaba en la oscuridad alguna respuesta a los eventos que se sucedían a su alrededor. Finalmente se dejó caer sobre sus rodillas aparentemente comprendiendo su situación. Sabía que no sentía por ella sino desprecio y una forma de odio mancillada por pensamientos y emociones sin nombre; pero al verla allí, perdida y sola en la fría penumbra de la húmeda celda dudó. Podía ver sus ojos, cansados y vacíos de cualquier expresión. No había temor ni odio. Era la mirada que solía temer su madre, ajena al mundo, muerta en vida. Sintió un escalofrío.
Desvaneció la pequeña esfera con un movimiento apresurado de su muñeca. Deseaba sucumbir a la tentación de verla por sí mismo. Faltaban menos de 10 minutos para la reunión ¿había pasado tanto tiempo pensándolo? Debía asistir. Una vez que la armada de Dumbledore fuera derrotada podría hacer de la prisionera lo que quisiera. Caminó sumido en sus pensamientos hacia el ala oeste en donde se encontraban probablemente su padre y los otros mortífagos.
-Bienvenido joven Malfoy- lo saludó la cascada voz de Nott, avejentada y susurrante.
Draco contestó con un leve asentimiento antes de sentarse en una de las sillas dispuestas en la sala. Theodore, el hijo de Nott lo observó con curiosidad, pero Draco mantuvo la mirada distante. Los otros mortífagos empezaron a llegar y su fingida cortesía era contestada con la franca apatía del joven.
Una vez que todos estuvieron reunidos, Lucius entró con paso ligero a la habitación y tomó asiento tras el escritorio de caoba. Sonriendo con frialdad se dirigió a su audiencia:
-Caballeros, tenemos entre manos un asunto de lo más preocupante. Con la caída de nuestro señor, nuestra fuerza ha disminuido y muy probablemente los imbéciles del ministerio intenten algo tan pronto como puedan reunir la suficiente cantidad de voluntarios. Sugiero, por tanto, que recurramos a medidas un tanto más extremas. Será necesario mantener a esos amantes de los muggles a raya.
-¿Cómo pretendes hacerlo Lucius?-Inquirió una voz grave que Draco no identificó.
-De la manera más simple McNair. Utilizaremos contra ellos lo que más aman: muggles. Probablemente no se esperen algo así. Después de todo, es bien sabido por nuestros enemigos que no pactamos con seres de tan baja categoría. Este ataque los tomará por completo por sorpresa y muy probablemente, siendo los amantes de muggles que dicen ser, no se atreverán a hacerles daño.
Draco se sentía francamente sorprendido, aunque su expresión facial seguía siendo una de total indiferencia. Si algo había que admirara de su padre, era que siempre guardaba un as bajo la manga. Sin embargo, esta medida extrema colapsaba por completo sus planes. El prolongar la guerra implicaba que podría perder a Granger de nuevo, y ella, eventualmente, lo derrotaría a menos que él lograra matarla antes. Por otro lado, debía encontrar a la brevedad posible al doble agente infiltrado en sus filas, cosa que probablemente podría lograr utilizando a Granger como cebo. Su lista de sospechosos se reducía únicamente a un puñado de nombres y ninguna evidencia concreta, y su concienzuda labor se vería amenazada por este nuevo giro en los planes, sin mencionar el franco desprecio que sentía por los llamados 'seres no mágicos'.
Haciendo un mohín de disgusto, Draco intentó disfrazar su preocupación.
-Aún cuando incluir a los muggles puede ser la llave para la victoria, debemos tener en cuenta que su naturaleza no-mágica los hace peligrosos y poco confiables. Es un hecho por todos conocido que son débiles, manipulables, traicioneros, viles y egoístas. Se volverán contra nosotros en cualquier momento. No podemos darnos el lujo de que nuestros "aliados" nos apuñalen por la espalda cuando nos encontramos tan vulnerables- Razonó Draco. Continuó luego de una pausa -Siempre supe que luchaba del lado correcto. La magia y todos sus secretos, deben permanecer seguros en las manos de magos capaces, de una larga tradición de brujas y hechiceros, como nosotros, magos de sangre pura. No me importa de qué medios tengamos que valernos. Matar, torturar... ¡¿qué más da?! Pero gente de nuestra categoría no tiene por qué involucrarse con muggles. No lo valen. Debe haber otra forma de lograrlo. Quizá debamos escapar, mantener a nuestro lado algunos rehenes y tratar de reintroducirlos al ministerio. Salvemos nuestros cuellos y esperemos para ver la siguiente batalla.
Murmullos aprobatorios se dispersaron entre los asistentes a la reunión. La mirada de Lucius se ensombreció aunque no podía disimular su orgullo. Odiaba reconocer que su hijo pudiera tener razón y sin embargo él mismo saboreaba la sensata respuesta que dio. La voz de Nott se hizo oír:
-Aún podemos usar nuestro último recurso en su contra: los espías capturados. Entre ellos debe haber alguno de importancia. Seguramente podríamos conseguir algo de esos gusanos. El joven Malfoy aquí presente ha hecho una labor concienzuda que podríamos aprovechar.
Theodore Nott miró a Draco de soslayo. Su rostro usualmente inexpresivo tenía una vaga sonrisa superior. Malfoy sintió la mirada de su colega y decidiendo jugar al inocente, mantuvo la fachada mientras observaba con atención a Nott, que oculto entre los hombres de la sala, no lo perdía de vista. Recordaba al chico de sus días en Slytherin y lo observó con cuidado. Un nuevo plan empezaba a formarse en su mente. Con suerte, no sólo se desharía de Granger y descubriría el secreto de Nott sino que también podría ocupar el lugar de su padre entre los mortífagos y llevarlos a una nueva gloria; algo que ni su padre ni el mismísimo Voldemort en sus días de mayor auge había conseguido. Temió por un instante que pudieran leer este plan en su rostro, pero afortunadamente para él, su padre y los otros mortífagos estaban muy ocupados examinando los pros y contras del nuevo proyecto.
A su mente volvía una y otra vez el rostro de Granger. El momento decisivo llegaría pronto y antes de que la suerte le diera la espalda, debía terminar lo que había empezado. Su padre se acercó a él y le pidió que le ayudara a discutir los pormenores de escape. Mandó traer a los prisioneros. Ambos Nott irían, por lo que supuso que Theodore, de tramar algo, no intentaría nada.
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¿Y bien? Espero que tenga coherencia, unidad y fluidez. Ya mencionaba que nunca antes he escrito de manera profesional, sin embargo, esto resulta la mar de divertido y espero con ansias sus contribuciones.
Veo nuevas firmas, destacando la de Calixta. Te lo agradezco mucho. Saber que esperan con ansias lo que esta humilde escritora está por subir a la red, es alentador. De verdad.
Petit, como de costumbre, uno de los grandes placeres de mi día es ver llegar tu review. Francamente, debo reconocer que picas mi curiosidad y cada vez que leo tu comentario, empiezo a sonreír. Lo que dijiste sobre los capítulos de 'por dentro' es muy amable. Nunca pensé que pudiera expresar la idea que tengo de lo que debe motivar a los personajes. No te conozco realmente, pero puedo imaginarte como una persona enérgica y sonriente, quizá un tanto apresurada… pero definitivamente llena de joy de vivre… Yo sé que las cosas que escribo parecen un poco confusas, pero espero que el estilo cubista no te desconcierte. Prometo seguir actualizando como hasta ahora, cada martes y jueves, y terminar tan pronto como sea posible la historia. Te agradezco el que sigas escribiendo. Significa mucho para mí.
A mis otros lectores, extraño ver sus comentarios por aquí, espero que encuentren algo interesante en este lugar, y de hacerlo, les agradecería que lo compartieran conmigo, o podrían recomendarme sus fic –si es que los tienen-. Lo agradeceré igualmente.
Nos vemos pronto
Exlibris
