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Afuera, Harry y sus compañeros habían decidido separarse para cubrir la mayor cantidad posible de zonas. Llegar hasta donde pudiera encontrarse Hermione no sería fácil. Sus enemigos habían dispuesto una serie de trampas, pasadizos y escondrijos que dificultaban considerablemente su tarea. Como si las cosas no fueran lo suficientemente complicadas, probablemente tendría que recurrir al 'topo' para canjear su secreto por la vida de su amiga. Era una jugada arriesgada, principalmente porque nadie sabía de qué lado estaba realmente o por qué razón accedía a ayudarles. Sin embargo, Dumbledore confiaba en él y eso bastaba a Harry por el momento. Tenía sus dudas, pero no obstante lo que sucediera, debía confiar en Dumbledore.
Desafortunadamente, Hermione desconocía la identidad del 'topo'. Quizás si él o Dumbledore se la hubieran dicho con anterioridad, ella hubiera podido buscarlo para pedirle ayuda. Harry recordó la razón por la cual habían preferido mantenerlo en secreto: la posición de su agente era delicada y decirle a Hermione de quién se trataba hubiera aumentado sus preocupaciones. Bastante tenía ya con cuidar de él y Ron.
Tenían que apresurarse. Ron ya casi había logrado acabar con las defensas exteriores del castillo. Y muy probablemente, una vez que estuvieran rodeados y sin posibilidad de escape, recurrirían a medidas desesperadas.
Debía saber qué había pasado con Hermione. Una vez que estuviera seguro de su situación o paradero, decidiría el trato que habría de darse a los mortífagos que fueran tomados prisioneros, su 'topo' incluido.
Quedaban probablemente un par de alas de la mansión por explorar. No sabía por donde empezar, o al menos, no lo supo sino hasta ver la silueta rolliza de Goyle. Decidió seguirlo.
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Goyle tuvo un mal presentimiento cuando vio a Draco pasar a toda prisa ante su puesto de vigilancia con una figura encapuchada a la saga. La situación era peligrosa ahora que los chicos de Dumbledore los tenían rodeados, y Draco parecía divertirse incrementando las sospechas que ya pesaban sobre su cabeza.
Tratando de pasar inadvertido, los siguió muy despacio, procurando que no percibieran ni siquiera el sonido de su respiración. Los observó detenidamente. La figura encapuchada era ligeramente más pequeña que Draco, por lo que Goyle supuso que se trataba de un chico más joven o de una mujer. Desechó la primera opción: no era suficientemente corpulento y se movía de una forma peculiar. Sólo podía tratarse de una mujer: Granger, el auror perdido.
Goyle empezó a reunir las piezas y hacerlas encajar unas con otras: la petición que les hizo a él y a Crabbe de cuidarla de otros mortífagos, los rumores de las consideraciones que le tuvo en las mazmorras por ser una prisionera de 'categoría' y ahora esto, a todas luces, un intento de escape.
Sabía que Draco siempre había detestado al 'trío dorado de Gryffindor' así que supuso que debía haber una razón mucho más poderosa detrás de todas esas apariencias y pruebas acusadoras. Después de todo, siempre fue considerado uno de los más leales y allegados partidarios del Señor Tenebroso hasta su caída. Se dijo a sí mismo que probablemente Draco estaba bajo la influencia del imperious. Sabía que Granger era un auror y debía conocer alguna manera de doblegar la férrea voluntad de cualquier persona, aún del insondable heredero de Lucius. Apretó con fuerza los puños. Los seguiría para salvar al joven Malfoy de sus garras. Él no era un traidor.
Continuaron caminando. Goyle notó las extrañas miradas que Draco le dirigía a Granger. Había en ellas cierta dureza, sin embargo, algo en sus ojos era diferente, parecía ser que encontraba la situación tan confusa como él mismo o tal vez la gracia de la ironía en que se encontraba, estaba permeando en su frío exterior. Eso, no hacía sino aumentar la intriga de su compañero.
Entraron al salón de baile. Goyle se dispuso a seguirlos para confrontar a Draco. Tenía que saber qué estaba pasando.
Justo cuando estaba por entrar, escuchó la voz de Lucius y supo que sería mucho más prudente de su parte quedarse en donde estaba. Oculto fuera del salón, participó de la conversación de los dos Malfoy. Temiendo lo peor, se apresuró a entrar cuando vio que Lucius dirigía su varita hacia la persona a su derecha, pero había alguien más allí. Cuando el fatal desenlace tuvo lugar, el segundo espectador hizo caer a uno de los rubios. Su figura laxa yacía en el piso con una extraña expresión ajena a la sorpresa y muy parecida al hastío desdeñoso. Él sólo logró desarmar a su atacante, aún cuando el daño ya estaba hecho. Se acercó al hombre pero Granger se le adelantó. Buscando el pulso, pronto confirmó sus temores: el hombre estaba muerto. Por increíble que pareciera, lo que a Goyle le pareció una eternidad, sucedió en cuestión de segundos y casi simultáneamente.
Nada de lo que le habían enseñado y nada de lo que siempre había creído, lo preparó para enfrentarse a lo que descubrió allí dentro.
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Harry siguió a Goyle por una serie de pasillos. El sujeto actuaba muy extraño. Parecía estar siguiendo a alguien más. De haber sido diferentes circunstancias, Harry lo habría encontrado gracioso, pero no ahora. Tal vez Goyle pudiera llevarlo a su 'topo' o a Hermione, aunque rogaba porque no tuviera que lidiar con ambos en el mismo tiempo y espacio. Era demasiado arriesgado.
Sus reflexiones fueron interrumpidas cuando observó a Goyle detenerse abruptamente y ocultarse tras una puerta. Harry actuó rápidamente y se cubrió con la capa invisible que ocultaba bajo sus ropas. Se acercó sigilosamente al lado de Goyle y al igual que él, escuchó la conversación. Se alarmó al darse cuenta de que Hermione estaba en peligro, sin pensarlo, dejó caer la capa y entró a la habitación varita en mano, pero cuando lo hizo, con el miedo y la ira escritos en el rostro, no dudó en dejarse llevar por sus instintos. Había perdido a sus padres y luego a......; pero no le arrebatarían a sus amigos. Consumó la acción iniciada por el hombre que estaba rígido ante él. La acción no había terminado de escribirse en su cerebro cuando su varita escapó de entre sus manos y pronto fueron las manos del otro hombre lo que le cortó la respiración. Las tres acciones tuvieron lugar prácticamente en el mismo instante.
Fuera de lo insólito de la sincronización de sus acciones, que se sucedieron una a la otra, Harry se quedó sin palabras. Ante él se encontraban el asombrado cuerpo de Lucius Malfoy aún sosteniendo la varita con su diestra, en el suelo, inmóvil y más pálido que nunca; Malfoy no aflojaba la opresión en su cuello y su varita se encontraba a los pies de Goyle tras el sorpresivo ataque del que hizo víctima a Harry. La delicada mano de Hermione se posó sobre el hombro del joven Malfoy y presionó suavemente. Él se quedó inmóvil y finalmente soltó a Harry para concentrarse en ella. La tomó con fuerza por la muñeca y poniéndose de pie, la jaló consigo hasta estar frente a frente. Harry intentaba reponerse lo suficiente como para ayudar a Hermione; pero ella, el ver sus desesperados intentos por incorporarse, le hizo una seña con la mano dándole a entender que estaría bien. Las manos de Malfoy, que sujetaban con firmeza los antebrazos de la mujer, no parecían ceder. Bajando la mirada, pudo ver de lleno los ojos castaños de la joven y se sintió extrañamente reconfortado pero igualmente furioso al sentirse tan vulnerable. Los otros dos espectadores del extraño encuentro, miraron a la pareja con una mezcla de temor y repugnancia.
Finalmente Harry se incorporó tomando la varita de Malfoy y se acercó a la chica.
-Suficiente Malfoy. Suéltala.
Él bajó los brazos lentamente hacia la capa, pero antes de que lograra completar el movimiento, Hermione le arrebató la varita.
-Goyle, Malfoy, caminen hacia la puerta. Harry, encárgate de atarlos.
Harry asintió. Petrificó a Goyle y se encargó de aprisionar a Malfoy.
-La gente de Ron no tardará mucho en llegar. Debemos encontrar a Nott y salir de aquí con los prisioneros.
-¿Nott?-la voz de Hermione estaba llena de sorpresa
-No pude continuar aquí, es peligroso para él. Él es el 'topo' de Dumbledore, de no haber sido por él, nunca hubiéramos adivinado que te encontrabas aquí.- Con un movimiento de su varita, hizo aparecer una esfera cristalina a la que le susurró brevemente algunas instrucciones y desapareció con un movimiento de su varita.
-Después de todo, tenía razón. No era digno de confianza. Fue muy estúpido al subestimarme... –dijo Draco con tono burlón
-Descuida Malfoy, está lejos de tu alcance. Te pudrirás en Azkaban una vez que él diga al Wizengamont la clase de rata que eres...
Draco soltó una carcajada.
-Harry, Nott está muerto... –dijo Hermione con suavidad
-¡¿QUÉ?!
-Era muy entrometido, sabía que debía esconder algo- indicó Malfoy con aire aburrido.
Pronto, el sonido distante de voces y pasos que se acercaban los sacó de su ensimismamiento. Era evidente que se trataba del enemigo.
-Después de todo, creo que han perdido. Una vez que lleguen, no dudaran en matarlos. ¿Por qué no les ahorras el trabajo ahora? Aunque podría llevarte a algunos de nosotros contigo ¿Por qué no nos matas por la espalda y a sangre fría como lo hiciste con mi padre? Así es como lo hacen los héroes de leyendas cuando se enfrentan al enemigo ¿no, Potter?
Harry observó a Malfoy que permanecía mudo y distante. Sabía que decía la verdad. Sin embargo, no entendía qué le había impedido matar a Hermione o porqué se encontraban en ese lugar. Los refuerzos podrían tardar en llegar y había muchas interrogantes, pero ¿por dónde empezar? La voz de Malfoy, desdeñosa, interrumpió sus pensamientos:
- ¿Y bien, Potter?
Harry trató de mantener la calma. No permitiría que Malfoy lograra tener el control del juego. Sonriendo, contestó:
-Tú no mereces morir, Malfoy. Hay cosas peores que la muerte, y espero que vivas para experimentarlas por ti mismo.- miró a su compañera- Hermione, toma la capa de invisibilidad y busca a Ron. No tenemos tiempo, te necesitan – sus ojos verdes la miraban con seriedad.
-No me iré sin ti, Harry.
-Entiende por favor Hermione; mi labor ha terminado, Voldemort ha sido vencido; tú debes seguir. Te necesitamos. Debes irte.
-Me quedaré-insistió ella
-En ese caso, desátame-gruñó Malfoy
-¡¿Te has vuelto loco?! –preguntó incrédulo- ¿Por qué habría de hacerlo?-añadió Harry de mal humor- Te unirás al enemigo ¡No tengo razón alguna para creer que lucharás a mi lado!
-Lucho por mí mismo y para mis propios fines, Potter. Las alianzas que haga en el ínterin no te conciernen.- la expresión de Malfoy era ilegible y la de Hermione de profunda consternación.
-¿Pretendes decirme que darás la espalda a los tuyos estando tan cerca de la victoria?
- Como dije antes, Potter, eso no es asunto tuyo. Lo haré en esta ocasión, pero no puedes esperar que vuelva a suceder. No queda tiempo, esta es la última salida. Si quieres que Granger viva, aunque eventualmente muera siguiéndote en tus estúpidos heroísmos, tendrás que aceptar que estoy de tu lado en esta ocasión.
La expresión de Harry iba de la incredulidad al asombro pasando por una terrible incomodidad. Miró a Hermione.
-Sé que te las arreglarás muy bien sola, eres muy buena, pero no quiero correr riesgos, Hermione. No soportaría perderte. –miró al rubio- Si la única forma de garantizar que ella saldrá viva y bien de esto es vender mi alma y aceptar tu ayuda Malfoy, que así sea. No entiendo por qué lo haces pero, te estoy agradecido
Sorprendido al ver que sus ataduras se desvanecían, Draco abrió la boca para contestar cuando escucharon el sonido de pasos en el corredor. Su expresión dejó translucir verdadero desprecio. Recuperando su frialdad, agregó en voz baja y calmada:
-Están por entrar, ocúltense tras las columnas, una vez que estén dentro, nos encargaremos de ellos. ¡Ahora! –les urgió.
Siguieron sus instrucciones. Los otros mortífagos estarían allí en cualquier momento. 'Pequeños sacrificios deben hacerse para grandes fines' se recordó con amargura. Una vez que el vínculo desapareciera, podría matarlos a ambos. Hermione estaba cerca de la ventana; su tez pálida y el revuelto cabello castaño contrastaban con la capa que llevaba puesta. En el enorme ropaje, se veía extrañamente joven, inocente, delicada y vulnerable. Draco sabía bien que esa impresión podía ser absurdamente real. Sus maneras seguras y su frío intelecto sólo ocultaban su fragilidad. Al verla, le pareció una pena que una mujer así tuviera que morir en sus manos. Pensar en la manera en la que le confió su vida sin ninguna duda, lo hicieron sonreír genuinamente por primera vez en mucho tiempo desde que saliera de Hogwarts. Afortunadamente para él, nadie gozó del privilegio de ver el fugaz gesto que turbó su calmado semblante. Se sorprendió ante el hecho de que verla de nuevo pudiera hacerle sentir tan vivo y tan extrañamente reconfortado. Trató de ignorar el pensamiento. La odiaba por ser ella y por las emociones que despertaba en él. Ella escrutaba ansiosamente la ventana. La luz iluminaba su rostro resaltando el contraste entre su tez clara y su cabello oscuro, los ojos llenos de preocupación ensombrecían su rostro. Desvió la mirada. '¿Aún podría matarla?'
-Debiste escapar cuando te lo pidió, Granger. Me temo que no habrá otra oportunidad para intentarlo. –su voz era dura, sin embargo, había en ella un matiz muy tenue que desentonaba con su apariencia fría y esquiva- Han empezado a acorralarlos. Eso quiere decir que tendremos que luchar con todos nuestros recursos. No habrá misericordia ni honor. Espero que entiendan que nuestra situación es difícil y estamos solos.- con una sonrisa amarga miró la puerta- Si todo falla, los veré en el infierno Gryffindors...
Ella asintió. Estaban cerca, podía oírlos. Se colocó tras una columna cercana a la ventana con la varita lista. Entrarían en cualquier momento.
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(Guiño) Es todo por el momento, pero entre más reviews, más capítulos… a mí me parece justo ¿no creen?
