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Draco exploró su nueva celda con disgusto. El espacio era reducido y la iluminación pobre, sin embargo, comparada con su celda anterior, era mucho mejor. Ahora que el juicio se había llevado a cabo, podía darse el lujo de ver las cosas con mayor objetividad. Todo se había resuelto de una manera más favorable de lo que cabía esperar. No obstante, el hecho de que su lugar de residencia y compañía, durante el resto de su vida, serían fijados por un tribunal, no le hacía sentir mejor. Con un suspiro, tomó asiento en el camastro que ocupaba buena parte del espacio disponible en la diminuta habitación. No podía apartar de su mente a Granger, aún cuando en ese momento sus pensamientos debían concentrarse en su nuevo cambio de circunstancias.

En el momento en el que los aurores lo llevaron en medio de empellones a la salida de la sala, pudo atisbar brevemente el rostro de la joven. Lo vio salir sin decir una palabra, pero increíblemente atenta, como esperando adivinar que pasaba por su mente. La misma mirada que recordaba constantemente entre sueños. Al verla así, no podía evitar sentir que algo dentro de él se reblandecía; pero en cuanto parecía que permitiría a sus emociones dictar sus acciones, su mente le recordaba que la necesidad lo haría débil, el apego lo haría un blanco fácil y los sentimientos nublaban sus pensamientos, y necesitaba mantener la mente fría para bosquejar el plan a seguir. Un Malfoy jamás cedería a la palabrería demagógica de un grupo de estúpidos. Jamás.  De inmediato, las murallas que esa suave mirada marrón parecía reblandecer, cobraban nuevo vigor y la tranquila frialdad que lo caracterizaba embotaba nuevamente sus sentidos.

Miró de reojo la celda esperando encontrar algo que hacer hasta el día de mañana a las 11, en que su vida quedaría decidida. Notó con gran satisfacción que había recuperado su privacía. Las salidas no estaban vigiladas y la seguridad era ínfima; pero por muy tentador que fuera escapar, no quería arriesgarse a correr la misma suerte que los otros mortífagos, especialmente ahora que el ministerio había decidido ser benevolente. Una sonrisa amarga iluminó su rostro. Sus planes a corto plazo contaban con eso. No lo mantendrían encerrado por mucho tiempo.

Descubrió una pequeña mesa no muy lejos de la puerta. Desde luego, aún cuando lo solicitara, no le permitirían escribir, y de hacerlo ¿a quién? Él era el único y verdadero responsable por la caída del los últimos rebeldes. No podía contar con nadie ahora. Estaba solo. Era lo suficientemente listo como para comprender que tal vez la única opción posible era esperar hasta el día siguiente y una vez que su situación se resolviera, pensaría con calma en el siguiente paso a seguir: el escape. Trató de imaginar la expresión de Hermione cuando se enterara de la fuga, y el pensamiento le arrancó una risa ácida.

Granger. ¿Por qué pensaba tanto en ella? La idea era absurda ¿qué podría decirle? Ella no entendería. No era posible que nadie lo hiciera. Sin importar lo que hiciera él seguía sintiendo el vacío que le agujeraba el pecho. Un vacío oscuro y helado del que buscaba escapar desesperadamente. Escaparía y dejaría en el mundo constancia de su paso sin importar las consecuencias. El reino del terror estaba por empezar...

Sus solitarias meditaciones fueron interrumpidas por los sonidos en el pasillo que anunciaban visitas. Supo de inmediato que no era Granger. Las pisadas y las voces eran claramente masculinas. Desconocía quién, fuera de ella, podría estar interesado en verlo. Guardó silencio y observó con disgusto la puerta que se abría para revelar a sus "huéspedes".

Su rostro no sufrió un solo cambio, y aunque no pudo evitar sentirse un tanto decepcionado, tampoco pudo evitar la molestia que representaba la visita de Dumbledore, más aún cuando estaba flanqueado por Potter y Weasley.

La tensión entre los dos acompañantes del ministro y el prisionero, podía palparse casi como una presencia viva. De haberse tratado de condiciones diferentes, Draco hubiera hecho gala de su irritante personalidad sólo por diversión; sin embargo, la presencia del ex director cambiaba significativamente las reglas del juego. Se mantuvo impasible una vez que entraron a la celda y con elegante apatía, les dirigió una breve mirada antes de concentrarse de nueva cuenta en la pared frente a él.

El gesto solo hubiera bastado para caldear los ánimos con los dos jóvenes, pero en esta ocasión, se limitaron a dirigirle miradas que prometían en sus profundidades dolores y sinsabores que la misma inquisición hubiera temido. Dumbledore rompió el incómodo silencio acercándose a la litera de Draco. Harry y Ron se mantenían a una distancia prudente. Draco lo observó acercarse en silencio.

-Como podrá ver joven Malfoy, hemos podido interceder por usted en este asunto tan delicado. Aún desconozco qué lo impulsó a hacerlo, sin embargo, sé que al final del camino encontrará una verdadera razón para ayudarnos. –Como para sí mismo, el anciano comentó- No obstante, mucho me temo que a partir de este momento sólo usted podrá decidir lo que sucederá a continuación. – el director hablaba en voz baja y suave, casi con un tono que revelaba buen humor. Draco abandonó su estudio del muro para dirigir a Dumbledore una mirada inquisitiva. Casi sin poder evitarlo, pensó en lo mucho que hubiera preferido que Granger le diera el mensaje. Estaba seguro de que ella habría dicho lo que debía decir sin ambages. Era demasiado honesta para los subterfugios. Miró al viejo con hastío. El hombre se acercó a él para que nadie más pudiera oír lo que le quedaba por decir – Cuando encuentre lo que busca, llenará el vacío.- aseguró el anciano con un aire extrañamente místico.

La simple aseveración lo puso en estado de alerta. No podía permitir que Dumbledore leyera en sus ojos todos cuanto planeaba hacer. Volvió lánguidamente la vista a la pared tratando de aparentar una tranquilidad que distaba mucho de sentir.

Ron, cansado del silencio del joven rubio, estalló:

-No sé que pretendes Malfoy. Sólo espero que entiendas que no te estamos ayudando por gusto, sino por obligación. Sea lo que sea que hagas después para arruinar tu vida –agregó con verdadero odio – te agradecería que dejes a Hermione fuera ¿entiendes? Ella es demasiado buena para alguien como tú. –miró a Malfoy con desprecio esperando una reacción.

Y la obtuvo.

Con una velocidad y fuerza que nadie esperaba, Malfoy saltó del camastro, estrelló a Ron contra la pared y lo sostuvo por las solapas de la túnica sin que su expresión cambiara. Su respuesta los tomó por completo desprevenidos.

Se acercó al pelirrojo y murmuró para que sólo él pudiera oírlo:

-¿Una nota de celos en tu voz Weasley?¿Qué te hace pensar que ella me interesa? Al igual que tú o San Potter, no es sino una pieza en el juego de alguien más...

Dedicó a Ron una mirada asesina antes de soltarlo abruptamente. Todo fue tan rápido que Harry no pudo intervenir. La expresión de Dumbledore era ilegible, pero translucía un dejo de preocupación. Harry sintió un escalofrío y recordó por qué razón debía mantenerse vigilancia constante sobre Malfoy: aún sin su varita, podía ser sumamente peligroso. La desagradable sensación que le despertaba el reo, lejos de atenuarse al verlo calmado en la oscuridad de la celda, se acrecentó. La manera en la que observaba a Hermione le hacía suponer que ella podría estar en peligro.

Ron se levantó del suelo bastante sorprendido. Toda su vida se dedicó al combate directo, sin embargo, Malfoy, que al igual que Hermione se decidió por los asuntos más intelectuales, consiguió vencerlo sin esforzarse. No por alardear, no por intimidarlo, simplemente por el puro placer de hacerlo. Dio un par de pasos temblando de ira apenas contenida alejándose de Malfoy, que parecía no notar su presencia. Harry puso su mano en el hombro del joven.

Dumbledore se hizo oír. Miró a Ron con seriedad.

-Señor Weasley, entiendo su inquietud, pero puedo asegurarle que la señorita Granger está más que cualificada para cuidar de sí misma, sin embargo, agradezco su preocupación.- Dirigió a Draco una mirada un decepcionada- En cuanto a usted, joven Malfoy, a preciaré el que mantenga una buena conducta. Su situación es aún incierta. Hay mucho que no sabemos y que podría repercutir en la decisión del tribunal... No espero que nos explique por qué razón nos ofreció su ayuda tan desinteresadamente aún cuando implicaba graves consecuencias para usted. Entiendo que usted y su padre compartían un lazo estrecho; así que debo confesar que lamento lo que pasó. –Su voz era seria y firme- Quiero darle mi más sentido pésame pero también, mi gratitud. Salvó la vida de la señorita Granger y del señor Potter, y esa acción, considerando el costo, es digna de un héroe. Supongo que no le parece un momento oportuno para discutirlo, pero, no hace daño preguntar ¿cierto?- agregó con tranquila expectación mirando aún a Malfoy.

Draco desvió la vista de la pared y contestó con frialdad

-Con todo respeto señor ministro, mis razones no son algo que quiera compartir con nadie. Es una pena que sigan vivos, pero los accidentes pasan… - dijo mirando a Dumbledore con expresión ausente y desdeñosa –No tengo nada que decir. –una sonrisa sarcástica asomó tenuemente a sus labios- Pierden su tiempo.

En cuanto la sonrisa se disolvió, fue imposible leer su expresión. Harry notó que Ron estaba a punto de hacer algún comentario, sin embargo, tras pensarlo un poco, se abstuvo.  Se hizo el silencio nuevamente. 'Es más fácil manejar a Malfoy con Hermione de por medio.' Pensó Harry. No pudo evitar pensar en su mejor amiga. Era difícil entenderla o apreciarla, pero una vez que se conseguía conocerla, resultaba evidente que la mujer era más de lo que el ojo mostraba a simple vista. Obsesiva y magnifica; su mejor característica era el ser una persona real, de intelecto claro y honor. Aún cuando Malfoy parecía odiarla con pasión, llegó un momento en que empezó a jugar de acuerdo a las reglas de la menuda dama. Los había observado años atrás y quizá sin ser plenamente consciente de ello, Malfoy lograba ser casi humano cuando concernía a Hermione. No pudo evitar una sonrisa. Ron y Malfoy lo vieron con curiosidad aunque no dijeron nada.

Dumbledore siempre parecía saber qué estaba pensando. Sonrió complacido al ver la escena. Harry notó el semblante divertido del anciano, y hubo de reconocer que el ex director sabía más de lo que estaba dispuesto a admitir, pero también guardó silencio. En ocasiones había que permitir que las palabras fueran dichas en su lugar y su momento, no antes y ciertamente, no después. Probablemente esto aplicaba a Draco Malfoy y su escueta respuesta a la pregunta de Dumbledore.

Ron continuaba de mal humor. Harry lo supo por la manera en la que miraba a Malfoy de tanto en tanto y tensaba la mandíbula. En su rol de 'hermano mayor' no estaba dispuesto a permitir que ninguna sabandija se acercara a su mejor amiga. Malfoy menos que nadie. Harry meneó la cabeza. Ron podía ser tan ciego en ocasiones...

La voz de Dumbledore trajo a Harry de vuelta a la realidad.

-Olvidaba mencionar, señor Malfoy, que el día de mañana se encontrará con un par de sorpresas que puede que no le resulten del todo desagradables- esta nueva información le ganó una ceja arqueada y toda la atención del joven que estaba sentado en el camastro –y en cuanto a la señorita Granger- Harry notó que Malfoy se tensaba casi imperceptiblemente en las sombras ante la mención del nombre- la verá tras el proceso. Tras dirigirle una mirada traviesa  a Draco, agregó- Supongo que es todo por hoy. Le recomiendo que descanse. Mañana le espera un día muy agitado.

Dumbledore se dirigió  a la puerta seguido por Ron. Harry esperó un momento antes de decir en voz baja al joven en las sombras:

-¿Qué significa ella para ti Malfoy?- no consideró necesario profundizar más, puesto que ambos sabían perfectamente de quién hablaba.

Draco lo observó con frialdad sin decir ni media palabra. Se hizo un tenso silencio. Harry supuso que no obtendría respuesta. Sin embargo, justo cuando estaba por salir, escuchó que el joven murmuraba una pregunta retórica:

-¿Qué significa ella para ti Potter?– por primera vez desde que entró a la celda, Harry sintió la penetrante mirada del prisionero- Nada en particular. La das por hecho. Simplemente es algo de lo que puedes disponer de manera tan natural que jamás te detienes a pensar en la manera en la que ella hace tu vida diferente. ¿No es cierto?-su voz era venenosamente suave- Para ti, ella es una herramienta en la que no sueles reparar, representa todo lo que quieres proteger. Para mí, ella es el epítome de cuanto busco destruir. Ella es lo que yo no soy, y su simple existencia representa una amenaza constante para la mía en formas que tú jamás podrías imaginar. Existo porque ella lo hace. Por el momento, es la única con la fuerza suficiente para mantenerme aquí Potter, pero ¿por cuánto tiempo crees que será posible? – sus ojos grises se entrecerraron dándole una mayor intensidad a la pregunta formulada apenas en un suspiro. Endureció el tono, se levantó del camastro y avanzó con lánguida elegancia hacia el joven- Potter, Potter, Potter... –su sonrisa sarcástica podía notarse aún en la penumbra- Creí que eras un chico listo... – la sonrisa despareció y en su lugar quedó un vago gesto de melancolía. Su voz adquirió un nuevo matiz que él jamás había escuchado en Malfoy con anterioridad, condescendiente, casi lacónico. Draco desvió la mirada y avanzó hacia el camastro de nueva cuenta- De la misma manera en la que tú y Voldemort debían morir uno a manos del otro, Granger y yo tenemos que...- Harry arqueó una ceja asombrado por la respuesta de su blondo interlocutor. El semblante del joven Malfoy se ensombreció antes de agregar lo siguiente en un susurro apenas audible-... encontrar nuestro lugar en el mundo...

Draco retomó la posición que tenía en el camastro cuando llegaron. Mirando a la pared habló de nueva cuenta con tono autoritario sin darle tiempo a Harry de digerir lo que acababa de escuchar:

-Más vale que te vayas. Deben estar esperándote y no quiero acarrear sospechas sobre mi persona, bastante tengo con las que ya existen.- Viendo que continuaba en la puerta, su voz adquirió de nuevo ese cariz metálico de antaño- ¿Eres sordo Potter? ¡Lárgate!

En cuanto la puerta se cerró detrás de él, Draco se recriminó a sí mismo el haber dicho todo eso; y lo que más le preocupaba, no era lo que Harry Potter pudiera pensar, sino la verdad que encerraban sus propias palabras.

***

¿Qué puedo decir? Espero que les parezca una buena aproximación al romance que está por venir. Avanza lento pero seguro, no teman…

Bien, llegó la 'hora del lector', donde –como es costumbre- doy respuesta a sus comentarios e interrogantes, agradecimientos –que bien merecidos los tienen por continuar leyendo- y algunos otros comentarios para mantener abiertas la líneas de comunicación…

Abril1 es la primera del día de hoy. Estimada lectora, estoy francamente sorprendida –y genuinamente conmovida- por cada comentario realizado a los capítulos anteriores. De verdad que me haz hecho sonreír con algunas frases, brillar de orgullo con otras y sentirme un tanto avergonzada con una más… a propósito de eso, los errores de dedo me resultan frecuentes, y con esa manía que tengo de subirlo sin revisarlo… Me comprometo a corregir esos pequeños detalles (y Calixta, si está leyendo por allí, una sentida disculpa, hace un par de días reparé en que escribí mal tu nick… ¡Me siento tan avergonzada!) y te agradezco mucho que me los hagas notar. Espero verte por aquí con frecuencia. Por cierto, lo del primer capítulo tiene sentido, pero tendrás que esperar para descubrir porqué… -¡Hey! Como decía Mae West: "Cuando soy buena, soy buena; pero cuando soy mala ¡soy mejor!"- Puedo adelantarte que eso es parte del núcleo de la historia y trascendente para el desarrollo del romance. Me temo que tendrás que seguir leyendo si quieres saber por qué está allí… Como sea, tenerte en la lista de personajes que han dejado una opinión es halagador, espero que continúes haciéndolo. Por cierto, tienes una intuición aguzada, muchas de las respuestas que buscas las conoces de antemano…

Alguien que merece especial reconocimiento por su dedicada labor, es Andrea Malfoy2, que ha tenido el arrojo –y la fortaleza- para leer todo de una sentada ¡ese es el ejemplo a seguir de un buen lector! Te agradezco mucho todo el tiempo dedicado, principalmente porque sé que sacrificaste otras cosas para poder hacerlo y te doy las gracias por la amable valoración que haces de mi trabajo. En la cuestión del romance, prometo seguir trabajando para no tenerles en mayor tensión, a decir verdad, los próximos capítulos tendrán bastante de eso ¡Palabra! ¡Me olvidaba! Nuestros protagonistas tienen alrededor de 21 -22 años (que me pareció adecuada para iniciar un 'romance serio' y para que afrontaran muchas situaciones que requieren de cierta madurez…) Me encantó leer tu comentario. Espero verte por aquí con frecuencia. Gracias por escribir.

En la lista de lectores allegados y apreciados por su constante apoyo, tenemos a la bella Calixta (después de todo, no hay mujer fea, sólo belleza rara… ¿no es así, chicas del mundo?). Salté de alegría al leer que mi historia te ha gustado tanto como para releerla, me haces sentir muy bien porque me da la impresión de que vale la pena continuar, y si puedes encontrar en esto algo que te fascine al punto de sentir que es como empezar a descubrirlo, me siento no sólo halagada sino mucho más comprometida con mi labor. Sobre lo que comentas, un fanfic no llegaría a ninguna parte de no ser porque lectores y escritores participamos activamente del proceso. Es a ti y muchas otras personas que me han favorecido con la gracia de su atención a quienes debo mi desempeño y la calidad de mi trabajo. Sí, en definitiva, lo único que podría ser superior a un taco de pollo es ¡un delicioso chocolate! (…) Muchas gracias por seguir leyendo y por hacerme llegar tus reviews. Lo aprecio mucho, son importantes para mí.

Otra de mis lectoras regulares, ross_malfoy, ha dejado su comentario haciéndome sentir que de orgullo tendría el pecho tan hinchado que no podría salir por la puerta. El que un escritor novato reciba tan buenos comentarios de alguien mucho más experimentado, basta para que el color se me suba a las orejas. No tengo palabras para decir lo feliz que me siento de que te parezca que mi trabajo es bueno. En tu calidad de veterana probablemente comprendes bien lo difícil que animarse a empezar y después de eso, mantenerse escribiendo sin importar las circunstancias. Te prometo continuar escribiendo para ameritar la alta opinión que te has formado de mí y de esta historia. Esperaré con ansias tus comentarios. Gracias por escribirme.

BB, es un placer acceder a la amable petición de una lectora que ha sido parte del proceso creativo desde el principio. Se te extrañaba, de manera que me dio gusto ver tu firma por estos lejanos parajes. Te agradezco el comentario, principalmente porque considero que tienes un gesto muy noble con muchos escritores que abundamos por aquí en la red, dándote tiempo para leer nuestras historias y levantarnos la moral. Si las personas hicieran más a menudo lo que tú, el mundo sería un lugar bastante más lindo. Muchas gracias por tu tiempo, por leer y por tu review…

¿Qué decirte a ti, Petit Charat, que no hayas supuesto ya? Te agradezco la apreciación que haces de mi léxico. Si vieras las caras de mis amigos cuando me escuchan hablar las primeras veces… Les causa mucha gracia porque son de la opinión de que me expreso como documental de televisión… Creo que me olvidé de comentártelo antes, pero además de estudiar letras hispánicas, estudio derecho… sólo por hobbie; de manera que a pesar de que no soy muy docta en la materia espero que resultara creíble. Por cierto que la readaptación de Malfoy definitivamente no será tan simple como parece. ¡En serio! Nada en esta vida es simple! ¿Qué sería de nosotros si lo fuera?

Una vez leí en un libro, de Alberto Paredes para mayor referencia, que una de las mejores cosas de un relato es que va siendo activado por conflictos y sorpresas. Algunas sorpresas son impredecibles y otras, en cierta forma las esperabas… pero hay veces en que lo inesperado es precisamente que suceda lo predecible… Espero que te de una idea de lo que tengo en mente. Sea lo que sea que pase, espero que lo encuentres posible, real y consistente. Me encantará saber qué opinas. Definitivamente nada de 'flechazos', son historias muy dulces y disfrutables, pero para pena de mis queridos lectores, soy más bien de la corriente empírica y necesito que las cosas tengan una razón de ser. ¿Comenté alguna vez que nací en el otoño y que me encantan las manzanas? Son elementos que no pude evitar incluir… simplemente no me resistí.

Entiendo perfectamente lo que dices de sentirte útil y necesaria. Yo lo siento también. Lo que nos distingue es que para mí eso consiste en crear cosas bellas para aliviar al que tiene necesidad y tú das la ayuda directamente. Me parece que eso es muy loable y espero que la carrera que elegiste te llene de satisfacciones. Gracias por escribir, y como verás, tu propuesta ha sido más que bienvenida. Espero leerte pronto. ¡Gracias por escribir!

A todos mis lectores que no han sido mencionados –y si es así es porque ustedes no me han dado la oportunidad de conocerlos, escucharlos o mencionarlos- les agradezco que participen de este ejercicio de lectura y espero que tengan a bien hacerme saber qué piensan de esto o si algo les disgusta. Prometo contestar a cada review que envíen. Un abrazo a todos, nos vemos el jueves…