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Había que caminar un largo trecho desde la estación hasta la casa de Hermione y tratándose de una llegada inesperada, no pudieron encontrar a esa hora ningún transporte que los llevara a la pequeña vivienda.

La noche había dejado caer su largo y oscuro manto sobre las dos figuras que caminaban con paso tranquilo bajo la luz de las estrellas. Durante el trayecto de la estación hasta los márgenes de la pequeña población, mantuvieron un silencio tenso, ocasionalmente salpicado por recordatorios del reglamento y algunos básicos de la vida común de los muggles. En cuanto entraron a la ciudad dormida, sus voces se convirtieron en susurros apagados para evitar llamar la atención en medio del apacible  silencio.

-¿Alguna duda?-preguntó con cansancio Hermione.

-¿Tendré que soportar esto durante un año?

-Tal vez. Cualquier desliz podría comprometer nuestra estancia. Entiende que no me importa qué hayas decidido hacer de tu vida. El punto es que no quiero que destruyas la mía...-respondió ella de mal humor

-Está por verse Granger- repuso Draco con lo que parecía el atisbo de una sonrisa

La joven lo miró con recelo y luego señaló algo enfrente de ellos. Malfoy siguió la dirección de su brazo extendido.

-Hemos llegado. Mi domicilio se encuentra a una calle de aquí.

La casa que señalaba Hermione, se caracterizaba por ser a la vez igual y sumamente diferente a las pequeñas viviendas circundantes: Todas las casas tenían la misma forma; sin embargo, haciendo gala de su personalidad, los propietarios eligieron los colores y accesorios que mejor los definían. Así pues, la aparente uniformidad estaba salpicada de individualismo. Sin embargo, la de Hermione destacaba con viva fuerza: mientras que sus vecinos las habían pintado con colores vivos y alegres, la morada de Hermione era un interesante emplaste de colores suaves, y aún bajo la pálida luz de la farola, Malfoy pudo apreciar lo sobria y ordenada que se veía la residencia de su acompañante.

Destacaba en la oscuridad de la calle la puerta blanca de madera con el número 21 en color verde. Draco le dirigió una mirada que mezclaba consternación y curiosidad mientras se acercaban. Ella simplemente se encogió de hombros y señaló:

- No es nada extraordinario, pero es mío

Hermione tomó de la pequeña mochila un llavero y abrió la puerta. Tal como ella le había advertido anteriormente, la apariencia exterior de la casa no decía nada de lo que había dentro de la misma, el color era cálido y acogedor. Se respiraban tranquilidad y afecto. Avanzando hasta dar con un interruptor de luz, encendió las lámparas de la estancia. Malfoy observó con creciente interés los artefactos muggles que ella le había mencionado con anterioridad. Muy a su pesar, debía reconocer que los muggles se las arreglaban muy bien sin magia, recurriendo únicamente a su ingenio y al producto de sus propias manos; quizás esto era lo que tantos magos encontraban fascinante.

Hermione lo dejó vagar a sus anchas y desapareció en la cocina. En cuanto se encontró solo, se preguntó si la vida muggle podría resultarle llevadera. Por lo que sabía, esos pobres seres humanos, tenían que recurrir a cosas sumamente complicadas debido a su falta de magia. 

Suspiró. Tomó asiento en el sofá y contempló los libros pulcramente ordenados que llenaban los estantes alrededor de la sala.

Todos ellos de origen muggle. Había uno en particular que llamó su atención. Verde y pequeño, con la apariencia de haber sido leído una y mil veces; desgastado y a la vez, tan extrañamente apelativo... en la portada sólo había una palabra: 'Mort', Muerte en francés...

Notó una mirada. Levantó la vista y chocó con los ojos de Hermione. Ella lo observó divertida y le extendió una taza de chocolate caliente, Draco dejó el libro en el sofá y tomó la taza agradecido.

-Veo que estás empapándote en cultura Malfoy- dijo ella con una sonrisa

Ambos continuaron bebiendo en silencio.

-¿Podrías decirme de qué se trata?

Ella lo pensó un momento y respondió mirando el contenido de su taza.

-Es un joven al que nadie augura futuro en nada. Un buen día, la muerte aceptó hacerlo su aprendiz. Logró ejercer tan bien como podía esperarse, sin embargo, sus sentimientos lo traicionaron y salvó una vida que nunca debió dispensar. Eso trajo graves consecuencias para él y para todos. Mientras el mundo se caía en pedazos a su alrededor, le pasó lo impensable, y encontró el verdadero amor. El final y los pormenores tendrás que leerlos tú mismo...-pareció reírse para sus adentros antes de dirigirle una mirada melancólica.

Draco lo meditó un momento y sonrió con pesadumbre al recordar las largas horas de estudio que compartieron.

Consultando el reloj que había en la videocasetera y el rostro cansado de su compañero, sugirió:

-Es tarde y creo que te agradaría dormir un rato. Te ves cansado.

-A ti tampoco te vendría mal dormir un poco- replicó aludiendo a los círculos oscuros bajo sus ojos

-Te mostraré tu habitación. Está arriba –Y poniéndose de pie, lo llevó por el vestíbulo, hacia las escaleras.

Subieron en silencio hasta que Hermione se detuvo frente a una puerta de color caoba. Abriéndola mencionó

-Esta será tu habitación. –lo condujo dentro y ella se quedó junto a la puerta.-Más te vale mantenerla en orden porque yo no pienso hacerlo. –añadió al ver la manera en la que él empezaba a diseminar sus escasas pertenencias. Adentrándose en el cuarto, añadió- Esta puerta da al baño y esta otra es el armario. Por allá hay un pequeño escritorio.-enfatizaba cada ubicación con un ademán

Él recorrió la habitación, que a pesar de no ser muy grande, se veía tan pulcra como el resto de la casa. Se sorprendió por el cuidado que ponía ella en los detalles y el orden. No pudo evitar notar una ventana cerca de su cama.

-¿Una ventana? ¿No te preocupa que escape? -su voz baja y sombría tiznada por una ligera sensación de duda la distrajo por completo de su explicación anterior.

-Puede que eventualmente lo hagas, pero me temo que no lograrás salir de esta casa si yo puedo impedirlo– ella meditó un instante antes de responder en voz queda- Confío en que harás lo correcto.

-¿No temes que pueda traicionarte o matarte? Sabes que lo he hecho antes y no dudaría en hacerlo ahora- comentó él en tono sombrío aún consternado por la evidente falta de medidas de seguridad.

-No-contestó simplemente y con seguridad Hermione

-¿Por qué?-inquirió en voz baja Draco con curiosidad

-Te lo he dicho ya. Confío en ti. –Tras una breve pausa se dirigió a la puerta de la habitación.

Draco no sabía que decir. Aún estaba sorprendido por su respuesta, su absoluta fe en él y su falta de recelos.

-¿Granger?

-¿Sí?

-Yo… bien… no importa, olvídalo…- Dijo titubeante antes de voltear la mirada. Se sintió estúpido y molesto consigo mismo '¿Estaba a punto de agradecerle?' Se preguntó furioso. Cuando ella estaba por salir, se levantó de un salto para detenerla- ¿Por qué haces esto? –inquirió con suavidad

-¿A qué te refieres?

-A... esto... –señaló impaciente al espacio entre ellos y luego la habitación-¿Has olvidado acaso que mi padre es el responsable del asesinato de... los tuyos?

-No.

-¿No? ¿No lo entiendes? ¿Viste acaso lo que pasó a tus padres? ¿Entiendes que ese podría ser tu fin?-empezaba a escucharse molesto- ¡Gente como yo no tendría ningún escrúpulo para cortarte en pedazos y arrancarte hasta el último centímetro de piel! ¡Reirían mientras sacan tus tibias entrañas  en un mar de sangre y lágrimas!-gritó finalmente

Ella se acercó a él y tomó asiento en la cama. Pareció meditar la respuesta con cuidado antes de responder.

-Sé perfectamente lo que pasó, Malfoy. Estuve allí. Creo que no tienes idea de lo que es despertar una mañana y descubrir que tu mundo, el único remanso de paz que poseías, arde en añicos, bañado en sanguinolentos pedazos de tu pasado.- Lo miró con intensidad- Imagino que tu padre y sus esbirros debieron divertirse mientras secaban la vida de la gente que amo gota a gota, arrancándoles lamentos desgarradores e inútiles, despojándolos de toda dignidad y obligándolos a implorar por sus vidas. Imagino la sensación que los invadió-continuó con la misma furia contenida-, de poder y grandiosidad mientras reducían a una pareja de indefensos seres humanos a guiñapos informes afónicos tras las súplicas y los alaridos... – sus ojos castaños parecían distantes pero oscurecidos por un odio sin nombre–La guerra dejó de ser una cosa honorable. Inocentes morían y ninguno de ustedes fue capaz de comprender las lágrimas que causaban defendiendo un ideal enfermizo y tan torcido como su amo- añadió con desprecio.- No creo que puedas entender lo mucho que me arrebataron en ese momento. Algo dentro de mí murió esa mañana... y sin embargo, estoy dando refugio al hijo de su asesino porque no soy como él. No quiero que el odio determine mi camino; sería como aceptar que ha logrado vencerme. Si la única forma de liberarme de este yugo es soportando tu compañía y devolviéndote en medida de lo posible el dolor que tu familia me ha causado, que así sea...- se levantó dándole la espalda, ansiosa por abandonar la habitación

Él la retuvo por la muñeca.

-¿Sabes qué creo?-preguntó en voz baja, ligeramente dura-Creo que no me odias realmente. Creo que a quién no has podido perdonar en mucho tiempo es a ti misma. Por eso te embarcaste en esas misiones de caridad. Quieres convencerte de que eres distinta, pero, probablemente la misma oscuridad que me corroe por dentro, te atormenta en las noches solitarias llenas de recuerdos fantasmales que no puedes controlar. El odiar es humano y deberías permitirte sentir de vez en cuando... - Dio a la mano de la chica un ligero apretón- Olvidas que no somos sino simples mortales dirigidos por sus emociones-  dijo en voz apenas audible en el sepulcral silencio de la habitación oscura.

-Para ti todo es simple. ¿Qué podrías entender? No te han arrebatado nada que amas...-respondió lentamente sin mirarlo

-Te equivocas. Al igual que tú perdí a mis padres, mi hogar, mi mundo y mi libertad; y ahora amenazan con arrebatarme lo único que me queda: mi personalidad... El que mis pérdidas te parezcan lejanas porque mis circunstancias son diferentes, no significa que sean una pérdida menor...- contestó con melancolía

-No sientes apego por nada ¿así manifiestas el dolor que te causa? ¿Olvidando?-su voz aún era gélida

Él se encogió de hombros

-A diferencia tuya, yo siempre supe que había que sacar provecho de todos los recursos disponibles y no establecer vínculos afectivos con ninguno. Tarde o temprano te lo arrebatan. La necesidad te hace débil...- dijo con amargura

-Pero el apego a lo que amas te da fe y fuerza para continuar. Eres tan egoísta que no entiendes el valor de un instante o de una vida. Ojalá pudieras sentir el dolor que causas...- contestó la mujer en un susurro

-Aunque eso no explica porqué aceptaste mi custodia. –inquirió él con suspicacia- Mi padre...

-Malfoy, no eres tu padre...-interrumpió Hermione con sorprendente vehemencia

Se hicieron breves instantes de silencio en que él no hacía sino aumentar el odio que sentía.

-¿Es pedir demasiado? ¿No podrías decirme de una maldita vez porqué estamos aquí?-Gruñó Draco hablando con mayor dureza de lo que había pretendido

-¡Por que aún creo que hay algo en ti que vale la pena. No olvidaré nunca lo que hizo tu padre, pero tú no eres él y mereces que te juzgue por tus obras y méritos. Salvaste mi vida y te devolveré el favor a pesar de que hacerlo pueda significar el fin de mi existencia...!-respondió ella tajante

La ira se evaporó por completo de su sistema y miró compasivamente a la chica. Empezaba a darse cuenta de que mientras él luchaba con los demonios de un pasado que no le pertenecía, ella arrastraba tras de sí la sombra del odio –provocado por su padre y aún por él mismo- que había cambiado el rumbo de su vida. Dando una suave tirón a su mano, sujetó con firmeza sus antebrazos y fijó sus ojos grises en las profundidades de sus iris castaños.

-Granger, a pesar de que nunca los conocí, sé que no querrían ver que no eres sino una pálida sombra de lo que eras. No has hecho sino lo humanamente posible. No tienes porque culparte; se trata de algo que estaba más allá de ti- espetó- No puedes vivir en el pasado. Has aprendido a ser fuerte y debes continuar. Ellos se sentirían orgullosos...

Mantuvieron la vista fija el uno en el otro durante unos instantes antes de que él cayera en cuenta de lo que estaba haciendo. Avergonzado y ligeramente asqueado y sorprendido, la soltó abruptamente y se metió a la cama sin decir más. Ella empezó a caminar hacia la puerta

-Duerme, mañana te llevaré a conocer la escuela en la que trabajarás y créeme, necesitarás cada gramo de fuerza que puedas obtener con una noche de sueño.-dijo en voz baja mientras salía.

Y por primera vez en mucho tiempo, los sueños del joven rubio no estuvieron plagados por pesadillas. Durmió profundamente con una sonrisa disimulada prendida en el rostro.

***

Gracias por leer.

Es un capítulo un tanto… oscuro, pero me pareció necesario. Debe haber pequeños chispazos de romance y no pude pensar en una mejor manera de empezar a crearlos. Desde luego, las cosas van a fluir mejor con cada capítulo. Hora de los comentarios…

Una sentida disculpa a Shiro_2, no reparé en tu comentario la última vez que revisé y por esa razón, me temo que te dejé sin respuesta. Quiero agradecerte el cumplido y la atención que has dedicado a este humilde relato. Es muy agradable para mí el saber que puedo aportar algo a los ratos de ocio de otros. Disculpa si no profundizo, pero lo haré tan pronto como me des la pauta para entablar una verdadera comunicación. Vale decir lo que te gusta… si has escrito o leído algo recientemente y quieres recomendarlo… Espero verte pronto

Isis, me alegra haber encontrado a una lectora tan apasionada como yo misma. A lo largo de esta historia notarás algunos títulos de libros. Puede que alguno te llame la atención, a decir verdad, son muy buenos. Lo mejor, es saber que te veré por aquí con frecuencia… te agradezco que hayas decidido continuar

¡Hola ross_malfoy! Si esa parte te gustó, espero que las venideras te resulten todavía mejores. Entiendo la impaciencia, cuando leemos algo que nos llama la atención, creo que es inevitable desear un poco más.

Así que tus padres son de aquí ¡vaya! Tal como habrás notado, el DF es grande, populoso, lleno de ruido y contaminación; supura historia por todas partes y no deja de ser extrañamente atractivo en medio de su habitual frenesí y color. El clima tiende a ser templado, llueve durante el otoño y tenemos mañanas heladas (hay ocasiones en que hemos llegado a grados bajo cero aunque no nieva) y tardes de calor insoportable (no es tan común, pero podemos llegar a más de 30 grados…). Supongo que puedes decir que tenemos las comodidades de las grandes ciudades aunque hemos sacrificado cosas como la seguridad o la calidez de vecinos que se conocen bien. Es un lugar interesante a pesar de todo…

Trato de seguir actualizando con la misma frecuencia con la que empecé a pesar de que me dan mis ratos de perfeccionismo. Comprendo perfectamente lo que dices. Jamás lo creí posible, pero me doy cuenta de que es una realidad.

Me encontré con otro amable review, el de Osaka Asil Black- nótese que ésta vez pillé el mensaje y lo escribí como debe ser- (por cierto, espero no haberme equivocado en esta ocasión). Hablando de eso, creo que las formalidades están hechas sólo para que tengamos la posibilidad de tantear el terreno. Conforme conoces la situación, te das cuenta de que muchas veces no son sino parte de una burocracia social que viene sobrando. La franqueza, amiga mía, es lo que en verdad deberíamos valorar. Pocas personas pueden darse el lujo de serlo porque a veces tememos demasiado a lo que otros piensen, y por esta razón, no deja de sorprenderme que no te animes a escribir. Entiendo que debe ser bastante desmoralizante el que al presentar un trabajo que representa horas de esfuerzo y dedicación, te encuentres con que las criticas lo destrozan. En cierta manera, cualquier escrito es como un hijo: es algo que viene de alguna parte de ti y a quien tu das vida y forma constantemente. Puede tener errores pero no sueles notarlos porque lo miras con amor. Desde luego, no a todos les agradará, pero no es razón para dejar de intentarlo. Aún los fracasos pueden enseñarnos mucho. No te desanimes por el resultado de tus exámenes y tampoco por la falta de conocimiento que le dará mayor calidad a tu trabajo como escritora. El tiempo dirá. Te agradezco mucho el que me honres con tus comentarios. Espero verte pronto

¡Calixta! Desde luego que el romance empezará a crecer y multiplicarse. Así es como debe ser… Desde luego, lo bien que hablas de mi trabajo de me hincha de orgullo y espero acreditarlo. No creo llegar a ser mejor que JK Rowling, y probablemente tampoco renombrada de ninguna manera, pero si mi breve incursión por el mundo del fanfiction basta para trascender en las vidas de mis lectores y darles algo bueno, creo que lo vale. Eres muy amable al considerar importante lo poco- o mucho- que tengo que decir por este medio; por cierto, me apena oír que no disfrutaste del día de muertos, espero que estés mejor. Esperaré con ansias tu siguiente review.

¡Petit Charat! Ya veo, así que después de todo, no estaba tan lejos de la verdad… Tiene relación con un ánime…

Respecto a los problemillas que hubo con el último capítulo, probablemente fue cuestión técnica. A mí ha llegado a sucederme que al abrir una historia para leerla, no me permite verla… No te impacientes con tu pobre pc. Lo malo de la red es que suele incluir molestias de este tipo todo el tiempo. Ahora bien, supongo que no es exactamente lo que esperabas encontrar sobre la descripción de Hermione, pero me pareció un buen pretexto para que se diera algo de cercanía y comprensión. Respecto a la actitud de Draco, yo me justifico pensando que alguien que lo tiene todo pero no le sirve de nada, empieza a ver esos objetos con mucha mayor frialdad. En cierta manera, es la clase de persona que vive porque no le queda más remedio y busca llenar su vacía existencia con otras cosas: logros, reconocimiento, respeto… Puede que tu, conociendo más de psicología que yo, pudieras hacer una mejor evaluación, y espero que cuando lo hagas, me informes, me encantaría leerlo. Trataré de escribir pronto. Un abrazo y gracias por escribir

Exlibris