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El simple sonido de la campanilla del despertador consiguió que levantara un brazo perezoso para detener el sonido que reverberaba en las paredes de la sencilla habitación. Al igual que el resto de la casa, parecía tapizada de libros. El escritorio, cubierto de papeles pulcramente acomodados en carpetas de distintos tipos, tenía una foto bastante maltratada de una familia sonriente. Por instinto buscó a tientas sobre la mesita de noche su varita antes de recordar que había tenido que entregarla al ministerio por seguridad. Se sentó en la cama contemplando brevemente los rayos de luz que se colaban por su ventana, se pasó una mano por el indomable cabello castaño y se levantó de la cama tras echar un vistazo a al reloj.

Entró a la ducha, y bajo la caricia del agua tibia que recorría su cuerpo, empezó a pensar en todo lo que había pasado últimamente, aunque con especial énfasis, en la actuación de Malfoy la noche anterior. No sabía que la llevó a responder con tanta honestidad como lo hizo, pero por alguna extraña razón, no obstante el que había sido enemigos casi desde el momento mismo en que se conocieron y que en cierta forma él era una extensión de la obra de su padre, se sentía reconfortada por su presencia sólida y segura en la oscuridad. Lo más sorprendente de todo, no había sido su imprudencia al mostrarse tan vulnerable ante él, sino que Malfoy había escuchado y comprendido; había contestado y le había dado el consuelo que durante mucho tiempo buscó sin encontrar.

Su misión de caridad se había convertido en una misión de compasión y solidaridad. Salió de la ducha y mirando nuevamente el reloj, se apresuró a vestirse. El día empezaba y ya tenía mucho en mente...

***

El amanecer de ese día fue diferente a cualquiera que Draco pudiera recordar. Había dormido sin interrupción, sintiéndose extrañamente seguro. La cálida suavidad de las mantas no parecía real. Supuso que aún soñaba hasta que escuchó una voz que parecía venir de muy lejos.

-Malfoy, si no te levantas, llegarás tarde. El desayuno está abajo.

Cuando abrió los ojos, vio el rostro de Hermione inclinado hacia él. La escasa luz que entraba por la persiana de su habitación, le confería un aire etéreo. Pensando que aún dormía, Draco levantó la mano y tocó dudoso el pómulo de la joven. En cuanto notó su suave y aterciopelada tibieza, supo que distaba mucho de ser un sueño y sorprendido y avergonzado, retiró la mano de su mejilla. El sopor lo abandonó de inmediato. Ella parecía igualmente confundida.

-Ya era hora de que te levantaras. Me retiro para que puedas bañarte y vestirte. Te espero en la cocina.

Draco asintió y se dirigió al baño.

En menos de 15 minutos bajó ya refrescado y cambiado, para unirse a ella en la pequeña mesa de la cocina. Tenía ante sí una taza de chocolate caliente, un vaso de jugo de naranja, una tostada con mermelada de fresa y un plato de huevos revueltos con jamón.

Ella estaba sentada del otro lado y leía despreocupadamente un libro que la hacía sonreír. Azazel de Asimov. Malfoy se encogió de hombros, probablemente se trataba de un escritor muggle. Tomó asiento en su lugar de la mesa, y tan pronto como lo hizo, Hermione cerró con delicadeza su libro y lo acompañó a desayunar.  Draco sonrió para sus adentros. Recordó lo que había sentido en la enfermería, esa curiosa sensación de pertenencia y calidez, esa sensación que podía atribuir a su simple presencia. Observándola mientras ella terminaba su jugo, no pudo evitar pensar qué hubiera pasado si los hados no hubieran decidido que debían estar en extremos opuestos del tablero.

Mientras recogían la mesa, Hermione revisó el correo que había recogido de su buzón. Notó en ellos una caligrafía familiar. Abrió ansiosamente los sobres y empezó a leer:

¡Hola Hermione!

Espero que te estés divirtiendo, aunque sé que no será fácil. Hay mucho que debes estar haciendo, pero lo mejor, es que has recuperado la paz que la guerra te había robado. Me encantaría ir a visitarte con Ron y Ginny, pero ahora que las cosas han vuelto a lo que eran, hay cantidad de cosas por hacer y sin ti para coordinar nuestros horarios de actividades, ha resultado endiabladamente difícil conseguir que alguien haga algo.

Las cosas aquí en Londres están mejorando. Con el clima de orden y tranquilidad que ha dejado la concienzuda labor de Dumbledore, todo parece estar volviendo a la normalidad. Ron y yo continuamos en el ministerio al mando de las organizaciones en las que estábamos antes de que Voldemort intentara tomar el control. Es casi como si nada hubiera pasado.

O al menos algo muy parecido. Nos haces falta. Después de todo lo que hemos pasado estos últimos meses, Ron y yo hubiéramos querido dedicarte más tiempo, pero en vista de que no puedes reunirte con nosotros por el momento, por ahora tendrás que conformarte con nuestras cartas. Estoy seguro de que deseas tanto como nosotros que el año sabático que han decidido darte, termine para que puedas volver a tu vida normal ¿no es cierto?.

Hablando de eso, quería que fueras la primera en saberlo: Ginny y yo hemos empezado a salir juntos. Mis intenciones son serias. Han pasado muchas cosas desde que estudiábamos en Hogwarts y simplemente me es imposible separarme de ella después de todo lo que hemos compartido durante la guerra. Aún no se lo he dicho a Ron porque temo a su reacción, pero puedo decirte que Ginny y yo somos muy felices. Cuando estamos juntos el tiempo pasa muy rápido y... cuando estoy lejos, no dejo de pensar en ella... sí 'Mione, creo que cupido me ha dado duro. Probablemente nos casemos en el verano del año próximo.

Corto y cierro esta edición antes de empezar a escribir más cursilerías.

Harry

PS Escribe pronto, me encantaría saber cómo te sientas de vuelta a la tranquila vida muggle

Hermione no pudo evitar sonreír ante la carta de Harry. Era evidente que todo iba bien. Dejándola sobre la mesa, tomó un pergamino que debía pertenecer a Ron:

¡Hola Herm!

Recibe un abrazo.

Se te extraña, y no veo el día en que decidas volver a reunirte con nosotros. Entiendo que tienes mucho en qué pensar y que cada momento que disfrutas en casa debe ser precioso. Espero que  te ayude a desintoxicarte de todos los horrores que atestiguaste.

Imagino que no has sabido gran cosa del mundo mágico. En breve, te diré que en el juicio que se realizó contra Malfoy, se le asignó un custodio provisional debido a que el titular (Anthony Goldstein, un Ravenclaw de lo más simpático) sufrió un percance de último minuto. No se sabe quién es el sustituto o dónde se encuentran; pero si quieres mi opinión, te diré que no envidio su suerte. Malfoy no es sino un bastardo insensible y malagradecido.

No puedo evitar el hecho de sentirme molesto al ver que durante el siguiente año ese mortífago supuestamente redimido podrá vagar libremente y sin que nadie sepa en dónde se encuentra o qué pretende. Era peligroso antes y no creo que deje de serlo ahora. A decir verdad, temo que vuelva por ti, pero sé que si sucede, estarás lista para enfrentarlo.

En el ministerio hemos estado muy ocupados estos días. Hubo algunos cambios menores en cuanto a los nombres de departamentos y los integrantes, pero fuera de eso, las cosas son las de siempre. Las labores de reconstrucción han tomado buena parte del tiempo y recursos, pero nada mejor para dejar atrás todo lo que pasó.

Ayer estaba paseando por Diagon Alley con Harry y Ginny, y jamás adivinarás a quién nos encontramos: a Lavender Brown. Ha cambiado bastante desde que la vimos en 7º año. Aparentemente es la nueva maestra de adivinación en Hogwarts. Charlamos un rato, y quedamos de acuerdo para vernos el próximo viernes a las 6 en el Caldero Chorreante para rememorar viejos tiempos. Harry y Ginny tienen la agenda llena, así que seremos sólo nosotros dos.

Ya te contaré de nuestra entrevista.

PD No te olvides de escribirme, si algo extraño sucede, no dudes en contactarnos, y ¡disfruta de tus vacaciones!

Ron

Hermione tomó ambas cartas y las guardó en un cajón de la cocina. Volviéndose hacia Malfoy que la miraba expectante, explicó:

- Malfoy, ¡llegaremos tarde!

No dejó de notar la manera en que sus facciones se iluminaban al leer las cartas, que –guiado únicamente por su expresión-eran evidentemente de sus dos mejores amigos. Se preguntó si alguna vez pensar en él despertaría en ella ese mosaico de sensaciones. Un pequeño dolor en la boca del estómago le recordó que él no era sino el custodiado. Suspiró de forma inaudible. ¿Desde cuando había empezado a pensar en ella como algo distinto a un carcelero? Al escuchar su interjección preocupada y matizada por la ansiedad, recordó a la chica de 11 años que conoció tiempo atrás, con el mismo temor ansioso por llegar temprano a clases,  y que se veía reflejada en las facciones de la mujer a la que ahora contemplaba. Tomándolo del brazo para apresurarlo, ella lo sacó de sus ensoñaciones.

Caminaron por una callecita empedrada que conducía a la escuela. Todos parecían conocer a Hermione, quien cada pocos metros debía detenerse a saludar a alguien. Ella presentó a su apuesto acompañante como 'el profesor Malfoy, sociólogo', un 'profesor londinense que iniciará a los niños de la localidad en el conocimiento del civismo'. Mientras pasaban frente a un grupo de ancianas que hacía fila en la farmacia, y tras una nueva ronda de presentaciones, Malfoy vislumbró la escuela.

Era un edificio de ladrillo bastante amplio, aproximadamente tres pisos; con cantidad de ventanas que iluminaban los salones con la alegre luz del norte. Tan pintoresca y acogedora como todos y todo lo que había visto antes en la pequeña localidad.

Hermione se despedía efusivamente de las ancianas. Draco la contempló absorto en la curiosa escena que se desarrollaba frente a él. La sonrisa siempre presente, irradiaba seguridad y carisma, confianza. Parecía saber siempre qué hacer y qué decir. Eso lo hizo recordar. Para el casual observador externo, Hermione podía ser excesivamente racional y aprensiva, poco dada a tratar con otras personas y por ende, algo falta de gracias sociales. Era innegable que ella solía ser así la mayor parte del tiempo. Sin embargo, había constatado por sí mismo que la misma joven, cuando se preocupaba por alguien, ofrecía una visión casi contradictoria con su naturaleza objetiva, fría y racional; se mostraba empática y confiada, sonriente y pródiga en palabras amables y abrazos, la gente que de Yorkshire amaba de la chica su apasionada entrega.

Apresurando el paso, Hermione lo tomó del brazo de nueva cuenta y apenas disimulando una sonrisa indescifrable agregó:

-No me gustaría que llegues tarde a tu primera clase. – subieron los escalones aceleradamente y empezaron a recorrer los pasillos abriéndose paso entre los alumnos hasta llegar a una pequeña puerta- Este primer día sólo es necesario que los conozcas y tal vez que les dejes algunas tareas que faciliten tu labor de enseñanza. –dijo ella señalando hacia la puerta. Viendo su rostro preocupado comentó- Al terminar la clase pasaré por ti, sé que es un poco difícil ubicar todo ahora y me temo que no hay tiempo para un recorrido, pero tan pronto tu clase termine, supongo que puedo mostrarte los alrededores. –Sonrió y le dio un ligero apretón a su mano colocando en ella un objeto delgado y alargado.-Todo saldrá bien.

Hermione se perdió entre la multitud. Draco la vio alejarse con aprensión. Ahora todo dependía de él. No podía evitar sentirse nervioso. Tratando de mostrarse tranquilo y confiado, entró al salón de clases tan pronto sonó la campana. Apretó el objeto que traía en la mano. Dejó escapar un suspiro. ¿Qué tan difícil podía ser esto?

***

Últimamente ya no he puesto el disclaimer, sé que debería pero no me ha dado tiempo de corregir eso… Como fuere, saben que fuera de la retorcida trama, nada me pertenece (por más que quisiera). Debido a que ayer fue un día especial (guiño) ustedes reciben ¡más capítulos! Que les aproveche, y pasemos ahora a los comentarios…

A todos los que han leído esta historia y/o enviado su review, un sincero agradecimiento. Han sido parte esencial de este proceso creativo.

Un saludo de lo más atento, mi estimada Sakura.

¿Qué puedo decirte? Cada vez que veo un nuevo nombre entre mis lectores, no puedo evitar entusiasmarme. Pues sí, empecé un poco dudosa porque jamás había publicado cosa alguna con anterioridad, pero una vez que le cogí gusto a la situación de escribir esta historia, supongo que cada vez me enamoro más y más profundamente de lo que hago. Lo que ves no es sino una manifestación de lo mucho que me apasiona mi trabajo, y es increíblemente halagador saber que lo encuentras agradable y digno. Por otra parte, creo que no lo mencioné antes, pero además de estudiar letras (en esta carrera analizamos textos de todo tipo y aprendemos cómo están planteados los elementos del español) en la UNAM (sin resentimientos, mi mejor amigo también estudiaba en el IPN; aunque ahora entrará a la Universidad sigo pensando muy bien de la escuela), estudio derecho como segunda carrera. Me temo que a veces estoy tan adentrada en la historia que pierdo la noción del discurso, pero prometo que a partir de ahora incluiré un glosario para que no tengan problemas. El que me hayas hecho notar esto me resulta valioso e importante, además de que es una oportunidad para que ambas aprendamos...

Por si no lo encontraste antes, la jusrisprudencia, en un mero sentido literario podría considerarse como la impartición de justicia por medio de un juez; y en el sentido estricto de la jeringonza del derecho, es un conjunto de cinco casos similares de los que se saca una conclusión que puede aplicarse si se presenta un caso que cumpla con ese patrón.

Lo del tiempo, lo entiendo a la perfección, suele sucederme con frecuencia, no te disculpes, aunque espero poder seguir al tanto de lo que haces y de lo que piensas. Un abrazo

¡Saludos Calixta! Pues sí, desde el principio mi intención fue llegar a esto, un enamoramiento gradual y una situación tan humana y real como fuera posible. Desde luego, es una pena que en el proceso hayan tenido que esperar tanto, pero quisiera pensar que ha valido la pena y que con cada paso que damos hacia el núcleo de la historia nos acercamos más a lo que de verdad queremos ver… Por otro lado, me complace informarte que la segunda historia –iniciada a petición tuya- está empezando a cobrar vida, forma y consistencia. Tan pronto como esta termine –para lo que todavía falta un buen rato- supongo que empezaré con la otra. Me alegra que te encuentres mejor de la gripe y cuídate mucho, el invierno promete ser terrible.

Para Andrea Malfoy 2, puedo decir que me hizo mucha gracia el calificativo del capítulo, además, elevó el ánimo de esta sencilla escritora. Supongo que es una pena que no podamos contactarnos por un mensajero, pero es un hecho que mi bandeja de entrada siempre estará abierta para recibir cuanto tengas a bien enviar. Recibí tu e-mail y lo contesté tan pronto como pude. Disculpa si tiende a ser de forma esporádica, pero en verdad se complica coordinar mi mundo de actividades y lograr puntualidad. Sea por este u otro medio, prometo mantenerme en contacto. Continuaré escribiendo sólo porque me lo pides (guiño). Un abrazo, te leo luego.

Finalmente, la querida Petit Charat. La vez pasada me olvidé de responder a tu duda sobre los cuellos de tortuga; y la sensación de haberte dejado con la incertidumbre me ha dado vueltas por la cabeza sin permitirme el reposo. Tras investigar un rato sobre los 'cuellos de cisne' (de los que por cierto, me temo que no encontré nada), llegué a la conclusión de que la única forma de describir un 'cuello de tortuga' es como un cuello alto, tiene tela suficiente para cubrir la extensión de la garganta y sobra aún como para doblarla. Quizá por eso le viene el nombre… Ojalá pudiera incluir un dibujo o fotografía, pero me temo que no es posible, así que usa tu imaginación de la forma en que conoces tan bien, y ayúdame a ver lo que mis palabras no logran describir. Siento mucho que el capítulo se te haya hecho tan corto, pero para compensar, esta vez incluyo más de uno. Lo que dices de Draco y Hermione, me encantó. Me da la impresión de que interpreté de forma bastante realista posibles reacciones de personas 'reales' ante un escenario semejante, y considerando que tu opinión tiene gran peso al respecto, creo que ya puedo sentirme aliviada.

Sobre el libro, 'Mort', es un libro real. No, no me inspiré en él, pero podría intentarlo después. A decir verdad, yo recomiendo fuertemente esta obra en particular porque tienen de todo: acción, aventura, romance, drama, intrigas, magia, y es terriblemente cómica. ¡La adoro! Pensé en mencionarla, porque tal como notaste, existe cierto paralelismo, sin embargo, posteriormente encontrarás cosas que te harán recordarla. Lo sé. Espera un par de capítulos…

Respecto a Draco en su nuevo 'trabajo', supongo que puedes ver que no ha cambiado gran cosa, hasta cierto punto era predecible. Desde luego, la gente siempre cambia ¿verdad? En referencia a los niños, comparto tu opinión, sus caras angelicales no suelen bastar para esconder esas mentecitas retorcidas que te hacen sufrir por horas. ¡Nunca te has preguntado de donde sacan tanta histamina? Ya quisiera tener tanta energía en la semana como ellos muestran en un día… Me despido esperando tus comentarios. Un abrazo enorme

Exlibris