Habían caminado casi por una hora, quizás más, tratando de ubicarse en la oscuridad. Pronto el cielo estrellado dio paso a la mortecina luz del día. Ron no dejaba de maldecir, Harry estaba tan preocupado que no podía pensar con claridad, y Neville penas podía caminar entre la maleza. Habían caminado por un tiempo indefinido sin la menor señal de Hermione. Fue entonces cuando un suave rumor de movimiento atrajo su atención.

La figura estaba agazapada entre los zarzales que cubrían el camino era imposible definir si se trataba de un hombre o una mujer. La capa oscura y la manera en la que parecía escudarse con el tronco de un árbol cercano dejaba en claro que esperaba pasar desapercibido. Ron se acercó a Neville, pero mantuvo una distancia considerable para no llamar la atención de la persona que los observaba, con un gesto, lo encominó a cerrar el cerco.

Neville asintió imperceptiblemente antes de lanzarse sobre la figura al acecho. Sosteniendo entre sus corpulentos brazos al menudo ser que se debatía y forcejeaba, lo arrastró hasta Ron para que él pudiera retirar el capuchón.

El rostro pálido y las finas facciones de su sorprendida presa se revelaron por fin.

-¡HERMIONE! ¡Creí que no te veríamos de nuevo!

Por un instante, los tres hombres, mudos de asombro, apenas atinaban a estrecharla con fuerza contra su pecho. Cuando la conmoción del reencuentro terminó, Ron se hizo oír:

-¿Y Malfoy?

La chica habló en voz baja.

-Ha vuelto con los suyos

Harry la miró sin comprender

-¿Con los...?

Ella asintió brevemente.

-Con los mortífagos...

El pequeño grupo guardó silencio por unos instantes.

-¿Cómo es que escapaste?-inquirió Ron

Dejando caer los hombros, Hermione tomó una bocanada de aire. Harry la observó con detenimiento. Sus ojos castaños tenían la oscura sombra de la falta de sueño y mil preocupaciones parecían inscritas en su semblante laso. Aún las comisuras de la boca parecían envejecidas por el peso de una dolencia sin nombre. Sin embargo, había en ella un extraño brillo que Harry no sabía a qué atribuir. La iluminaba por dentro y le daba un aire de belleza etérea que jamás creyó posible en su mejor amiga. El mortecino agotamiento pasaba desapercibido. La miró con curiosidad esperando entender qué era lo que desentonaba tan fuertemente con su aspecto atribulado. La suave voz de la mujer interrumpió su meditación.

-Él me liber

Los tres hombres se miraron confundidos

-¿Malfoy? –aventuró Harry

Ella asintió nuevamente

Ron, rojo de ira la tomó con fuerza de los brazos

-¡¿CUÁNDO APRENDERÁS QUE NO DEBES CONFIAR EN ÉL?! ¡NO SABES QUÉ PODRÍA ESTAR TRAMANDO! ¡TU IGNORANCIA PODRÍA COSTAR LA VIDA A ALGUIEN!

Ella se estremeció y palideció aún más. El pelirrojo continuaba lívido observándola con un odio apasionado, incapaz de encontrar palabras suficientes para describir su ignominia al aceptar ayuda del enemigo. Harry tomó a Ron por el hombro y lo obligó a soltarla mientras que Neville se apresuraba a sostenerla entre sus brazos.

-Ron. Basta. Ha tenido suficiente. Volvamos.

A regañadientes, Weasley emprendió la marcha en sentido opuesto a aquél por el que habían llegado. La luz del día disolvió la neblina al poco tiempo, de manera que la expedición de rescate salió sin problemas del bosque. Asegurándose de no ser vistos por nadie, Harry dio la señal a Neville y Hermione de adelantarse. Neville utilizó su varita para aparecerlos en la casa de Hermione. Harry y Ron se les unirían después ya que ninguno de ellos podía cruzar las barreras que rodeaban la casa.

Con un suave relampagueó, desaparecieron del lugar.

-Ron...

-Sé lo que dirás; y creo que tienes razón: no debí ser tan duro con ella...

Harry lo miró sorprendido. El otro joven se encogió de hombros

-Es difícil para mí aceptar que vive al borde del peligro y que danza con la muerte todos los días, Harry. Hemos perdido mucho en esta guerra, y no estoy dispuesto a perder más. No me importa que me odie en tanto pueda asegurarme que vivirá otro día para gritarme... La conozco desde hace 11 años Harry, y me gustaría conocerla 11 años más. No permitiré que nada le pase.

Antes de que pudiera recibir una respuesta, tomó su varita y desapareció.

Harry contempló el espacio vacío por unos instantes. Algo muy extraño estaba pasando, y estaba decidido a descubrir de qué se trataba.