Boku wa Wakabayashi Daisuke.
Boku wa Wakabayashi Daisuke.
(Yo soy Daisuke Wakabayashi).
Capítulo primero. Las cosas comienzan por el principio.
Querido diario...
¡Puaj, no! No soy una colegiala que haya abierto por primera vez un tonto diario de recuerdos. Me encuentro sentado frente a mi computadora portátil, la que conseguí que me compraran después de meses de insistir. ¿Qué por qué estoy escribiendo esto sino pretendo llevar un diario? Mejor deberían de preguntarme quien soy.
Me llamo Daisuke y es todo lo que deben saber, por ahora, aunque bien puedo decir que tengo 11 años y que soy un mestizo, como diría mi madre, ya que soy mitad japonés, mitad mexicano. En estos momentos me encuentro sentado en la sala de mi casa, observando a mi familia. A mi izquierda, tumbada boca abajo, hay una chica de cabello negro que dicen que se parece a mí y que lee con mucho interés el libro "Mujercitas". Mi hermana, Jazmín. Frente a mí, una mujer aun hermosa de cabello castaño oscuro lee "Cien años de soledad" recostada en un diván, y que por cierto es más parecida a mi hermana que yo. Mi madre, Lily. Y a mi derecha, un hombre que pretende entrar a la edad madura está sentado en un sillón de cuero leyendo el periódico, y dicen que aunque me parezco a mi madre y a mi hermana, definitivamente soy el vivo retrato de ese hombre (decídanse, por favor).
Se trata de mi padre. Genzo Wakabayashi. Y ése es precisamente mi problema...
No me malinterpreten: amo a mi padre. ¿Pero alguno de ustedes sabe lo difícil que es ser el hijo del mejor portero de todos los tiempos?
Empezando por el principio, como ya dije en el título del capítulo, debo decirles que soy el hijo menor de Genzo Wakabayashi, el portero número 1 del mundo, el que más títulos y récords ha roto y el que llevó al Bayern Munich a ganar la Bundesliga y que ayudó a Japón a ganar la Copa del Mundo. ¿Con eso o quieren más? Mi madre es Lily Del Valle, una exitosa cantante que además es violinista y que ha sido tremendamente ovacionada y reconocida en el mundo de la música. Un jugador de fútbol y una cantante, no sé por qué, pero ya he visto esa combinación en muchas ocasiones... ¿Ejemplos? Digamos David y Victoria Beckham, él el ex capitán de la Selección de Inglaterra y ex jugador del Real Madrid, ella ex integrante de un grupo de pop del siglo pasado llamado "Spice Girls" (personalmente, encuentro horribles sus canciones, me sorprende que en su tiempo hayan sido tan populares, eso me demuestra que en el siglo pasado la gente era más tonta). Varias veces la prensa ha comparado a los Beckham con mis padres, pero mejor ni se los digan: ellos detestan que los comparen con los Niños Bonitos de Inglaterra.
Bueno, ya, que me estoy yendo del tema... Como les decía, Genzo y Lily son mis padres. Ellos se casaron después de un relativamente corto romance y de unas cuantas peleas de mi padre con los pretendientes de mi madre, y después de unos dos años de feliz matrimonio ellos tuvieron una primogénita, una niña que los llenó de alegría y de todas esas cosas cursis que los padres dicen sentir por sus hijos. Jazmín. Mi madre estaba feliz como una lombriz, pero mi padre ansiaba con toda su alma el tener un hijo varón. No malinterpreten, él adora a Jazmín, es su princesa y la luz de su vida, pero un hijo varón, o sea, yo, sería su sucesor...
¿Se han dado cuenta de que las cursivas ayudan mucho a crearle más dramatismo a las frases? Bueno, pues así lo espero, porque no saben lo terriblemente complicado que es ser el sucesor, el heredero de Genzo Wakabayashi. Mi padre nunca me lo ha expresado abiertamente, pero sé que se muere de ganas de que su hijo continúe su estirpe... Sí, que yo sea el próximo portero titular de Japón, que me convierta en el mejor portero del mundo... Como su hijo, no se puede esperar menos de mí pero... ¿Por qué tengo que hacerlo? No es que no pueda, yo heredé su habilidad, es solo que...
¿Y si no quiero serlo?
Yo soy Daisuke Wakabayashi. Y es lo que quiero ser. No quiero solo ser el hijo de Genzo Wakabayashi, quiero ser Daisuke, tener un nombre propio, una vida propia, tener la oportunidad de elegir mi propio camino, no tener que recorrer uno que alguien ya trazó por mí... Aun así se trate de mi propio padre...
Desde niño me di cuenta de las intenciones de mi padre. Bien dicen que siempre he sido más maduro de lo que se esperaría para mi edad, así que no necesitaba de mucho para darme cuenta de que desde el inicio mi padre ha estado preparándome para ser su sucesor. Curiosamente, me compró varias gorras de todos los colores, balones de fútbol, guantes de portero, y colgó de mi habitación varios pósters de los mejores porteros que ha habido... Mi cuarto parecía más un altar a los guardametas del fútbol soccer que una habitación. Y así se quedó hasta que cumplí diez años y cambié los balones por computadoras y por libros de Harry Potter, aunque los pósters se quedaron ahí, quien sabe por qué, quizás como recuerdo de mis primeros años de infancia... Y pues mi padre no se detuvo ahí, me enseñó a detener un balón de fútbol cuando yo tenía seis años. Vaya que soy precoz, ¿no?
Una noche, cuando tenía ocho años, escuché a mi madre hablar con mi padre, cuando se suponía que tanto mi hermana como yo ya estábamos en el mundo de los sueños.
Mañana llevaré a Daisuke a que haga prueba para las ligas menores de fútbol.- dijo papá, el cual se veía muy entusiasmado.
Gen, no quisiera cortar tus ilusiones, ¿pero no crees que Dai es aun muy joven para eso?.- cuestionó mamá.
Yo empecé a jugar fútbol cuando tenía su edad.- replicó mi padre.- Éste es el momento ideal, si comienza a jugar ahora podrá convertirse después en un gran portero.
No me refería a eso.- mi madre suspiró.- Es solo que... ¿No crees que deberías de darle la oportunidad a él de elegir?
¿A qué te refieres?.- papá estaba confundido.
A que quizás él no quiera ser jugador de fútbol.- dijo mi mamá, con suavidad.
Noté que mi padre mostraba una expresión extraña en los ojos. Le masculló a mamá unas cuantas palabras que no recuerdo y después se marchó. Mi madre se veía algo triste, pero lo que más se me quedó grabada fue la expresión de desilusión que puso papá... Así que, sin decir ni media palabra, dejé que mi padre me llevara al día siguiente a las pruebas de sóccer.
Pues bien, volviendo al presente, el teléfono suena. Mine contesta, como siempre, la fiel, querida y leal Mine, nuestra incondicional ama de llaves, quien al poco tiempo llega con el teléfono en la mano.
Señorita Jazmín, tiene una llamada.- anuncia Mine.
Gracias, Mine.- sonríe Jazmín, al tiempo que se levanta corriendo a contestar.
Mi hermana es tremendamente popular. ¿Lo había dicho ya? Jaz heredó el carisma y la belleza de mi madre, lo que hace que la gente se le acerque como moscas a la miel. Cada noche Jaz recibe al menos unas cinco llamadas de diferentes compañeros de su clase. Yo no soy tan popular como ella, debo admitirlo, pero tampoco me importa puesto que yo heredé el carácter serio y reservado de mi padre, así que no tengo muchos amigos realmente y no me interesa tenerlos. De hecho, solo hay una persona aquí al que realmente puedo considerar como mi mejor amigo...
Ahora, es el timbre el que suena. James, nuestro confiable mayordomo, va a abrir.
Joven Daisuke.- James se aparece poco después.- El joven Gabriel está aquí.
Arrojo mi computadora a un lado y salgo a la puerta. Me encuentro ahí con un muchacho de mi misma edad, de cabello castaño claro y ojos oscuros. Gabriel, mi mejor amigo de toda la vida.
¡Qué onda, Dai!.- me saluda Gabriel.- ¿Qué haciendo?
Tratando de escribir un libro sobre mi vida.- respondo yo.
Yaaa, ni que fueras tan viejo.- ríe Gabriel.- ¿No quieres ir a jugar un poco de fútbol?
Vale, supongo que no hay problema.- me encojo de hombros.
Regresé a la sala y me dirigí a mi madre. No sé si todavía no lo han notado pero no soy tan cercano a mi padre en los últimos días como yo quisiera.
Mamá, Gabriel está aquí.- anuncié.- ¿Puedo salir a jugar un momento?
Claro, corazón.- me responde mamá, quien levanta levemente la mirada del libro que lee para sonreírme.- Solo cuídate.
Dile a Gabriel que me salude a su padre de mi parte, por favor.- dice mi padre en ese momento.
Claro, papá.- respondo yo, al tiempo que salgo.
¿Comenté acaso que Gabriel es el hijo de Taro Misaki? Y si me preguntan quién es Taro Misaki, tendré que preguntarles a ustedes el dónde rayos han estado metidos los últimos años. Taro Misaki es uno de los miembros de la Generación Dorada de Japón, uno de los que ayudaron a ganar la Copa del Mundo, y por cierto que también se casó con una mexicana, jugador estrella además del Paris Saint Germain y gran amigo de la infancia de mi padre. O sea, que es de lo más normal el que Gabriel y yo seamos amigos, supongo.
Bien, ¿estás listo?.- me pregunta Gabriel, jugueteando con un desgastado balón de fútbol.
Dijiste que ibas a traer un balón nuevo.- gruño.
No me dio tiempo.- Gabriel empieza a hacer que el balón rebote repetidamente sobre su cabeza.
¿Qué no te dio tiempo?.- bufo.- Salimos de clases a las 3 de la tarde. ¿Qué haces después de eso?
Molestar a Liz.- Gabriel se encogió de hombros.
Liz Misaki es la hermana mayor de Gabriel.
Ya déjala en paz.- digo yo.- Mejor haz algo más de provecho.
Uy, sí, aquí viene el enamorado a querer defender a mi hermana.- se burló Gabriel.- Liz, dame un besito.
Ya cállate.- ya comencé a sentir que la cara se me pone roja de vergüenza.
Sí, qué quieren. Me gusta la hermana de Gabriel, no me importa que ella sea mayor que yo. Es linda, simpática e inteligente. ¿Qué más se necesita para que te guste alguien? Puaj, si mis compañeros de la escuela se enteran me van a tachar de cursi.
Dame tu mejor disparo.- digo, para que Gabriel deje de fastidiar.
Creí que no te gustaba jugar de portero.- comentó Gabriel, sorprendido.
Psss, de vez en cuando.- me encojo de hombros.
Gabriel toma el balón con los pies y lanza un potente disparo, tan potente como puede hacerlo un muchacho de 12 años. Yo, sin pensarlo dos veces, mi herencia japonesa hace que adivine la trayectoria del disparo y me lanzo sin dudarlo. Por supuesto, el balón se queda entre mis manos.
Vaya que eres bueno.- comenta Gabriel, asombrado.- Sé que no te gusta que te lo digan, pero de verdad que juegas tan bien como tu papá.
Ni siquiera has visto jugar a mi papá.- protesto, molesto porque una vez más me comparan con mi padre,.
Claro que lo he visto jugar, en el Mundial pasado.- se defiende Gabriel.
Te quedaste dormido los últimos treinta minutos del partido.- le recuerdo.
Para eso existen las videos, para grabar esos bellos momentos que hacen que te quedes dormido.- Gabriel me muestra la lengua.
Ya, como digas.
Me levanto y me sacudo el polvo de los pantalones. De repente se me quitaron las ganas de jugar fútbol.
Hagamos otra cosa.- comenta Gabriel, quien se ha dado cuenta de mi estado de ánimo.
Por algo siempre ha sido mi mejor amigo.
¿Qué te apetece hacer?.- pregunta él, mientras pateo con fuerza el balón y lo arrojo al tejado de la casa.
Qué se yo.- me encojo de hombros.- Podríamos intentar hackear a la NASA.
Déjate de babosadas.- me regaña Gabriel.- No eres ningún hacker.
Claro que lo soy.- lo miro retadoramente.
Solo eres un niño con una computadora que teclea a lo we... .- se burla Gabriel.
Algún día te he de demostrar que sí soy un hacker.
No se vive de hackear las computadoras de otros.
Ya lo verás.
No es que me ponga de mal genio el que Gabriel dude de mi capacidad de hackear a la gente, es solo que ha roto la regla y me ha comparado con papá. Si hay algo que prometimos los dos es que nunca diríamos que nos parecemos demasiado a nuestros padres. Gabriel está en mi mismo predicamento, su padre también desearía que él siguiese sus pasos, con la diferencia de que Taro Misaki no presiona tanto a su hijo como lo hacen conmigo.
Ya sé que te puede animar.- dijo Gabriel, de repente.- Mi hermana tiene una pijamada esta noche, podemos ir a echarles arañas en las bolsas de dormir de sus amigas.
Lo más seguro es que mi hermana esté invitada, quizás para eso la llamaron hace algunos minutos. El imaginar los gritos de terror de Jazmín hace que me sienta inexplicablemente alegre...
Dale.- dijo yo.- Quizás podamos encontrar algunos ratones por aquí.
De veras que eres un infeliz.- ríe Gabriel.
Ya me conoces, cuando se trata de hacerle maldades a mi hermana soy el mejor.
Ya lo sé. Por cierto, lo siento, no debí decir que juegas tan bien como tu papá.
No te preocupes.- abrazo a mi mejor amigo.- Tú también juegas igual al tuyo.
Gabriel hace una mueca y los dos reímos.
No me malinterpreten, yo amo y admiro a mi padre. Pero soy Daisuke Wakabayashi y quiero seguir mi propio camino.
Notas:
Lily Del Valle, Jazmín y Daisuke Wakabayashi son personajes creados por Lily de Wakabayashi.
Gabriel y Liz Misaki son personajes creados por Susuke de Misaki.
Todos los personajes de Captain Tsubasa son creación y pertenece a Yoichi Takahashi y Shueisha.
Gracias a Susuke de Misaki por la idea para este fic.
¿Creen ustedes que es fácil ser el hijo de Genzo Wakabayashi? Pregúntenselo a Daisuke.
"Mujercitas" fue escrito por Louise M. Alcott. "Cien años de soledad" fue escrito por Gabriel García Márquez.
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Lily de Wakabayashi.