El Un murciélago entre magos
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Parte 12
Tatarabuelos y Magos que fuman
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Harry Potter había sido toda su vida un niño que pocas veces conoció la felicidad. Vivía con los Dursley -Vernon, Petunia y su ballena, o sea, Dudley- quienes no le dejaban tener una infancia como cualquier niño merece. Sin embargo... eso cambió el último año cuando recibió su carta de Hogwarts y conoció a Hagrid. Descubrió que era un mago y que sus padres no habían muerto en un accidente automovilístico, no, habían sido asesinados por Lord Voldemort. Partió hacia Hogwarts y allí hizo por primera vez amigos, los mejores que podría haber pedido -Ronald Weasley y Hermione Granger, aunque también le caían bien los hermanos de ambos- y vivió aventuras, y fue... feliz, por primera vez.
Sin embargo, ahora estaba otra vez en el número cuatro de Privet Drive. Otra vez había regresado a su vida con 'esos horribles muggles', sin embargo, esta vez no lo maltrataban ni le gritaban. No, directamente no le hablaban. Fingían que no existía. Harry estaba seguro de que era porque pensaban que podría hechizarlos. Obviamente no conocían las leyes que regían a los magos menores de edad, caso contrario, Harry estaría viviendo un verdadero infierno en vida.
Harry se tomó la cabeza. Prefería un infierno en vida a tener que pasar un día más en el aburrido vecindario muggle.
Alimentó a Hedwig y luego se sentó en su cama. Dedicó una hora de su tiempo a mirar las fotos de sus padres que Hagrid le había regalado, una lagrima recorrió su rostro cuando vio una foto del día del casamiento de James y Lily que posaban para la foto junto a otros tres muchachos de similar edad. Harry asumía que eran amigos de sus padres. Miró la leyenda debajo de la foto y frunció el ceño.
-Los merodeadores más Lily Potter -murmuró tocando las letras con curiosidad. Hubiera jurado que antes no estaban ahí. -¿Merodeadores? -se preguntó mirando los rostros de los cuatro muchachos que sonreían y saludaban. Sacudió su cabeza y dejó el álbum de fotos sobre su pequeñísima mesa de luz. Se recostó.
-Solamente unos días más... -murmuró al tiempo que se daba cuenta que todavía tenía sus anteojos y los colocaba sobre el álbum. Bostezó. -Unos días más...
Pero lo que Harry no sabía era que no tendría que esperar solamente 'unos días más' y finalmente ese lejano pariente iba a venir a rescatarlo de los Dursley...
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Bruce Granger no parecía estar muy feliz que digamos. Estaba en una conferencia de la Orden del Fénix (si se la podía llamar así, ya que eran solamente cuatro personas, él, Dumbledore, Moody, otro mago que no reconocía y supuestamente faltaba aparecer otro más) y todavía no habían tocado el tema de cómo iban a detener a Voldemort exactamente. Suspiró. -Albus, ¿no hay ningún rastro de Voldemort? ¿No podemos capturarlo, encerrarlo en una prisión de máxima seguridad y terminar con esto?
Dumbledore sonrió y se giró hacia donde estaba sentado Bruce. -Tal vez sería mejor hablar con Batman en este momento, joven Granger...
Bruce frunció el entrecejo, pero asintió de cualquier manera. Sacó de entre sus ropas una mascara y se la colocó. -Creo que tenemos dos principales temas a tratar -musitó Batman levantando la vista y extendiendo sus manos.
El ojo mágico de Moody se posicionó en el rostro de Batman, interesado en lo que podría decir. -¿Y cuales son esos dos temas?
Batman suspiró. -Primero, ¿qué haremos exactamente con Voldemort? ¿Cómo prevenir que mueran más en la guerra que se avecina?
El hombre que no conocía tosió, parecía enfermo. -Lo principal es asegurar alianzas antes de que él regrese.
Moody gruñó. -Lo principal es evitar que regrese.
Dumbledore sacudió su cabeza. -Me temo, Alastor, que eso será imposible. En su estado actual Voldemort no puede ser capturado de ninguna manera... y mientras tenga un horcrux no puede ser destruido, no completamente.
El hombre misterioso tembló, Batman notó que no fue ante la mención de Voldemort, sino ante la sola idea de que haya creado uno o más horcrux. -Entonces tenemos que incrementar nuestros números, juntar la mayor cantidad de gente confiable que podamos.
Dumbledore bajó la vista. -¿Quienes son los más confiables en tu humilde opinión, Remus?
El hombre, Remus, se estremeció y tosió nuevamente. -Profesor...
Batman miró confundido a Remus y luego dirigió su mirada a Dumbledore, como pidiéndole una explicación de la reacción del hombre.
Dumbledore suspiró cansado. -Remus Lupin era, en sus días de Hogwarts, uno de los Merodeadores, junto a Peter Pettigrew, James Potter y Sirius Black, eran amigos inseparables, eso eran.
Batman asintió lentamente. -Sirius Black... el que dicen que traicionó a los Potter, ¿verdad?
Remus miró con una mirada asesina a Batman. -Preferiría que no hables de los muertos en mi presencia, entiendo que siempre será difícil confiar completamente en otras personas.
-Sirius Black no está muerto... de hecho, me sorprende la condena que le dieron -murmuró Batman, casi sin prestarle atención a Lupin.
-Se merece lo que sea que le hayan dado -gruñó Remus Lupin.
Dumbledore miró alternativamente a Batman y Lupin. Se acarició la barba. -Ah... entiendo a lo que te refieres, Batman, ¿La ausencia de juicio frente al Wizengamot?
-Justicia Ciega, Albus, Justicia Ciega -murmuró Batman.
Moody tosió, más que nada para atraer la atención de los otros tres. -Me temo que nos hemos salido del tema en cuestión, Sirius Black no tiene importancia.
Lupin asintió. -Sirius Black está muerto para mí.
Batman decidió seguir el consejo de Moody y cambiar de tema. -El segundo tema que quería tratar es... Harry Potter.
Lupin se llevó las manos a la cara. -Este loco sinceramente trae temas que me llegan.
Dumbledore dejo escapar una risa. -Harry siempre es un tema interesante que tratar, ¿pero qué exactamente quieres hablar sobre él?
-Esto lo va a decir mejor Bruce -murmuró Batman y se quitó la mascara.
Bruce se sacudió la cabeza y miro a su alrededor. -Harry Potter tiene que dejar el Número cuatro de Privet Drive cuanto antes.
Moody arqueó una ceja ante esto. -¿E ir dónde? ¿Con Lupin? Yo votaría a favor de eso, pero sé que él no aceptaría ser el guardián del chico, no tiene suficiente confianza en sí mismo para ese tipo de cosas.
Remus se agachó un poco, como queriendo evadir la mirada de los otros tres. -Lo maltratan ahí, pero conmigo estaría peor... ¿Y si lo muerdo cuando estoy convertido en lobo?
Bruce asintió. -Albus, tú y yo sabemos que la defensa de sangre de Lily Potter necesita del poder del amor y los Dursley sienten todo menos amor por Harry. No tiene sentido tenerlo ahí.
Dumbledore estaba de acuerdo en ese punto. -Eso es verdad, y teniendo en cuenta el reciente descubrimiento sobre el señor Longbottom... me temo que algunas cosas eran mucho más complicadas de lo que creía... o simples, dependiendo como sean vistas.
El muchacho de catorce años les dedicó una mueca a los magos mayores, estaba seguro de que ninguno habría de saber lo que estaba por decir, ni siquiera Dumbledore. -Por eso voto a favor de que el nuevo guardián de Potter sea su otro pariente más cercano.
Lupin parpadeó repetidas veces. -Harry no tiene parientes, solamente Petunia Dursley.
-Del otro lado de la familia, Remus, de la del padre de Harry... una persona que, por mucho que quiera a Harry, no podía cuidarlo como su hijo porque no tenía la sangre de Lily, tenía que apostar que los Dursley pudieran aprender a amar a Harry -explicó Bruce levantando sus manos excitado.
Dumbledore frunció la nariz. -¿Desde hace cuanto tiempo lo sabes?
-Lo sospechaba desde el día en el que me mostraste los recuerdos sobre Grindelwald. -Bruce cerró sus ojos sonriendo. -Estaba 98 seguro hasta hace un momento, tus palabras me dan el 2 restante. Sus rostros... son iguales, no era muy difícil adivinarlo.
Dumbledore asintió. -Y yo también tenía ese rostro en mi infancia, aunque mi cabello era un tanto más oscuro que el de mi hijo.
Moody y Lupin se miraron, totalmente confundidos de lo que estaba pasando. -¿Qué dice el muchacho, Albus? -preguntó Moody.
Dumbledore se incorporó. -Harry Potter tiene un tatarabuelo. Su padre, James Potter, es hijo de Alphonse Potter y Guinevere Dumbledore, quien a su vez es hija de Harry Dumbledore, mi hijo.
Los ojos de Remus se llenaron de ira ante la información. -¡Tu tataranieto! ¿Tan importante eran las defensas de Lily? ¡Tú podrías haber hecho un trabajo mejor!
Bruce se agachó un poco cuando notó la mirada fría de Dumbledore, solamente lo había visto así de enojado una vez en su vida, y eso había sido una proyección de un pensieve. -Creo que no hay necesidad de gritar...
-¿CREES QUE QUERÍA DEJARLO CON ESE MATRIMONIO DE GENTE ENFERMA? -Rugió Dumbledore. De pronto una especie de aura blanca rodeó su cuerpo.
Remus se volvió a sentar, un tanto choqueado. -Pe-pero... -alcanzó a tartamudear.
Pero Dumbledore no había terminado de gritar. -¿CUANTAS VECES PIENSAS QUE ROGUÉ A LOS DIOSES QUE CAMBIARAN EL PASADO, QUE FUERA JAMES EL QUE SE SACRIFICARA POR HARRY PARA QUE ASÍ YO PUDIERA PROTEGERLO CORRECTAMENTE?
Remus miró al suelo, apenado de haberle levantado la voz a Dumbledore. -Lo... lo siento, Director.
Los ojos de Dumbledore regresaron a ser los vivos y brillantes de antes al tiempo que asentía, el aura se desvaneció. -Disculpas aceptadas, Remus. Y debo pedirte también que me perdones.
Lupin asintió. -Yo... no sabía que...
Bruce bostezó. -Él es tan humano como tú o yo, Remus. Es un símbolo de esperanza para el mundo... pero sigue siendo humano.
Dumbledore dirigió su atención a Bruce. -¿Tienes problemas si te uso para arreglar las cosas con Harry?
-En lo absoluto -comentó, sorprendido ante la petición.
Parecía que Moody estaba apunto de aportar algo, pero de pronto un suave ruido de pop atrajo la atención de los cuatro miembros de la Orden del Fénix. Bruce parpadeó repetidas veces al ver a un hombre alto de pelo rojo, tenía un sobretodo amarillo y estaba fumando un cigarrillo. -Llegué tarde, lo siento, lo siento... me encontré con un demonio, bla, bla, bla y todo eso.
Dumbledore asintió extrañado y le indicó al hombre que se sentara. -Justamente acabábamos de decidir que los Dursley no son buenos guardianes para Harry, en casi ningún sentido.
El hombre movió la cabeza a un lado y gruñó en forma de saludo al tiempo que se tiraba sobre una silla. -Debo admitir que fue divertido darle las noticias a ese pomposo intento de mago, nunca me agradó.
Bruce arqueó una ceja ante el comentario. -¿De quién hablas? ¿Y podemos saber tu nombre?
El mago del sobretodo amarillo formó una mueca en su rostro y apagó el cigarrillo contra la mesa (donde no había ceniceros). -Me pueden llamar Constantine, John Constantine. Y hablaba del hombre más irritante en la faz de la Tierra, incluso más que nuestro queridísimo Voldykins, y sí, no hablo de otro más que de... Lockhart. -Al terminar de decir su explicación, sacó otro cigarrillo, lo encendió y se dedicó a fumarlo.
Dumbledore le sonrió al hombre del cigarrillo. -John será el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, iba a contratar a Lockhart, pero... salió la oportunidad de contratar a alguien con verdadera experiencia y sinceramente, es una materia importante para el futuro de los estudiantes de Hogwarts.
Bruce se llevó la mano al mentón, estudiando a Constantine. -¿Y tú de donde saliste? Me pareces familiar, pero... al mismo tiempo pareces desconocido.
Constantine sonrió. -Oye, si no es el Escudero Oscuro, ¿qué tal la vida de mago? -Esperó un momento la respuesta de Bruce, pero al ver que éste le dedicaba una mirada helada, decidió responder la pregunta. -Pues, yo salí de aquí y de allí, algún que otro problemita temporal me dejó en este lugar y en este momento... claro, nada elegante como haber comprado un deseo de la Bruja Dimensional.
Bruce se echó hacia atrás. -Asumo que tú tampoco eres de por aquí, ¿cuál es tu historia?
El mago fumador se rió. -¡Ah! Pero si tú eres un detective, ¿no deberías averiguarlo por tu propia cuenta?
Batman instantáneamente decidió que no le agradaba en lo absoluto el nuevo profesor de Hogwarts.
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Era un día extrañamente fresco de Julio, poca gente estaba afuera en sus jardines en Privet Drive, pero muchos ojos miraban escondidos detrás de las cortinas, pues en el número cuatro había estacionado alguien extraño. Y lo peor de todo es que no llevaba auto... iba en moto. Los chismosos vecinos observaron como el hombre se acercaba a la puerta de la casa de los Dursley y tocaba el timbre.
La enorme figura de Vernon Dursley apareció detrás de la puerta del número cuatro. -¿Quién demonios eres? -preguntó rudamente, ya había visto la motocicleta en la que el hombre viajaba y no le agradaba para nada (bueno, seguro un poquito más que un mago, pero eso es otra cosa).
El hombre sonrió ante la mirada de locura de Dursley. -Vengo aquí por Harry James Potter.
Vernon Dursley abrió sus ojos mucho y luego miro hacia ambos costados, asegurándose de que no hubiera vecinos alrededor. -¿Eres uno de ellos? -preguntó por lo bajo.
El hombre arqueó una ceja. -¿Uno de ellos, señor?
Dursley gruñó. -¿Por qué quieres ver al muchacho?
El hombre volvió a sonreír y dio un paso dentro de la casa de los Dursley, empujando a Vernon Dursley. -Estoy aquí por la custodia de Harry Potter, Vernon Dursley.
-¡Custodia! ¿Quieres decir que el niño tenía familia además de nosotros? -rugió Dursley enfadado al tiempo que azotaba la puerta.
El hombre asintió. -El honorable Albus Dumbledore es su tatarabuelo y tiene intenciones de tomar la custodia fuera de sus manos.
Los ojos de Vernon Dursley brillaron por un momento, pensando que podría sacar algo de todo eso. -Ah, ¿y qué saco yo de todo esto?
El hombre caminó hasta el comedor y colocó un maletín sobre ésta. Vernon Dursley parpadeó repetidas veces, estaba seguro de que el hombre no traía ningún maletín antes. -¡Responda mi pregunta!
El hombre abrió el maletín y levantó la vista para ver a los ojos al enorme hombre. -Sí, soy 'uno de ellos' Vernon Dursley, soy un mago. Y lo único que hay para usted es deshacerse de su sobrino.
-¿Cómo te atreves a hablarme así en mi casa? ¡Petunia! ¡Petunia! ¡Trae al chiquillo! -gritó acercándose a las escaleras. -¡Trae a Potter ahora mismo!
El hombre bostezó ante la ira del muggle. -Como sea, usted tiene que firmar un par de papeles que aseguran que transfiere la custodia a Albus Dumbledore, mágica y muggle.
Vernon se giró y le arrebató los papeles al hombre, más que papeles eran libros. -¡No puedo leer todo esto! ¿Qué dice y dónde firmo?
El hombre tomó asiento. -Básicamente dice que usted transfiere la custodia a Albus Dumbledore sin coacción alguna y de buena fe.
Los ojos de Dursley se achicaron y acercó su vista a la pila de papeles. -Sí, sí... ¿dónde firmo?
El hombre tomó los papeles y le mostró el último. -Aquí, nombre completo por favor.
Vernon Dursley firmó los papeles apurado, si no podía sacar nada de dinero de deshacerse de Harry Potter por lo menos podía... deshacerse de Harry Potter. -Bien, ahora lléneselo, no quiero verle la cara nunca más en la vida. ¡Si llego a ver otro de ustedes fenómenos...!
El hombre sacó una varita de su cinturón y le apuntó con ésta a Dursley. -¿Si ve a uno de nosotros que hará?
-Na-nada, nada... por supuesto -tartamudeó asustado el muggle.
De pronto bajaron Petunia Dursley y Harry Potter, el segundo siendo arrastrado por su tía. -¿Qué pasa Vernon? ¿Por qué tanto alboroto?
Vernon Dursley fingió una sonrisa al ver a su esposa. -¡Un día maravilloso Petunia! ¡Nos deshacemos del niño!
Harry casi da un salto del susto al escuchar eso. -¿Deshacer? -murmuró mirando con cautela al hombre extraño.
El mago se inclinó ante Harry. -No se preocupe, señor Potter, Albus Dumbledore me envió. Él será su nuevo guardián.
Harry sonrió ante la idea. -¡Dumbledore! ¿De verdad?
El mago asintió y tomó la mano de Harry. -De verdad, tu tatarabuelo espera -luego se giró para ver a la cara a los Dursley -y en cuanto a ustedes... tienen cita ante el Wizengamot el primer día de Agosto por el cargo de abuso infantil. Un representante del ministerio de la magia vendrá a recogerlos.
Ambos magos salieron del número cuatro sin prestarle atención a los Dursley. El hombre mayor le indicó a Harry que irían en moto, pero antes de subirse a ésta, él tomó un pequeño frasco que llevaba en el bolsillo y lo tomó. Harry se sorprendió al ver a Bruce Granger en el lugar donde el adulto antes estaba.
Bruce le sonrió a Harry. -Dumbledore me mandó a buscarte, iremos a donde viven los Weasley, La Madriguera. Estaremos ahí todo el fin de semana porque Dumbledore no puede atenderte hasta el lunes.
Harry se subió a la moto detrás de Bruce, tenía un rostro invadido por confusión. -¿Dijiste que mi tatarabuelo espera?
Bruce suspiró al tiempo que encendía el motor de la moto. -Albus Dumbledore, tu único familiar mágico que te queda, bueno, también se puede contar a Aberforth pero él es otra cosa... y por lo que me contó Moody creo que no lo podrías contar como un familiar, aunque sí como un pariente.
Harry parpadeó repetidas veces. -Pero... ¿por qué no viví toda mi vida con el Profesor Dumbledore?
Bruce arrancó la moto y comenzaron a alejarse de Privet Drive. -Eso te lo va a responder Albus cuando decida contarte de que va tú vida.
Harry estaba apunto de decir algo más, pero de pronto la moto se elevó cual escoba voladora. El muchacho de casi doce años se aferró al cuerpo de Bruce. -No me dijiste que esto volaba.
Bruce formó una mueca en su rostro. -Oye, soy un mago, obvio que esto vuela.
Harry se calmó y miró hacia abajo sonriendo, le gustaba volar. -¿De dónde la sacaste?
-Me la prestó Dumbledore, dijo que era de tu padrino... así que supongo que es tuya... cuando tengas edad.
Harry rió. -¿Cuando tenga edad? Mi Nimbus 2000 va más rápido que esta carcacha.
-No si piso el acelerador, no lo hace -murmuró el mago de catorce años al tiempo que aceleraba y se perdían de la vista de cualquiera que estuviera mirándolos.
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Notas del autor: No, no se me ocurrió de pronto meter a Constantine en el juego. Ya lo tenía planeado de antes. Y sí, sé perfectamente que es rubio (Sí, es rubio, el de pelo negro ese de la película... ¡NO ES CONSTANTINE! Es una burda copia barata americanizada), pero hay un buen motivo para que este Constantine tenga pelo rojo.
En cuanto a la presencia de Batman en la Orden del Fénix... pues, es Batman, es útil, no importa que tenga 14 (Batman tiene como 35-40 después de todo).
El próximo capitulo tal vez sea un poco más largo, voy a tratar de profundizar el personaje de Ron, presentar más correctamente a Constantine, redimir de una vez por todas a Percy Weasley y comenzar el año escolar.
