El Un murciélago entre magos
--------------
Parte 13
Recuerdos, Confidencias y Consejos del Merlín
--------------
Constantine caminaba por un sendero pedregoso junto a otras dos figuras que llevaban hábitos negros con capuchas que cubrían sus rostros. La persona a su derecha era una mujer y la de la izquierda un hombre. John caminaba casi sin prestarle atención al mundo, solamente a su cigarrillo.
Estuvieron subiendo por el sendero durante más de veinte minutos, hasta que el hombre a su izquierda se detuvo y se acercó a un enorme muro que definitivamente no parecía natural.
-Es aquí -murmuró el hombre tocando una solitaria runa en el muro. Para sorpresa de Constantine y la mujer, la runa brilló con una intensa luz roja.
John Constantine frunció el ceño. -Así que aquí es donde termina nuestra aventura...
La mujer a su lado pareció reír ante el comentario. -Es solamente el comienzo del final, John... y yo no llamaría aventura a nuestras vidas.
Constantine tomó su cigarrillo y le echó humo a la cara a la mujer, sonreía con picardía. Si hubiera estado ante la corte de un rey, podría haber pasado de bufón. -Perdón, oh, gran bruja mística, me gusta hablar conmigo mismo para alivianar un poco la carga.
-La carga es de él -espetó ella apuntando al hombre que les acompañaba y no parecía prestarles atención.
El hombre finalmente se giró y movió su mano indicándoles que era seguro acercarse. -Creo que descubrí como entrar...
La mujer se acercó a la runa y la examinó. -¿Seguro? No estoy familiarizada con esto...
El hombre asintió y dio un paso adelante. Se quitó la capucha, revelando su cabello negro. Siseó horripilantemente ante el muro y de pronto... la runa cambió de forma, hasta convertirse en un picaporte con forma de serpiente. El hombre volvió a colocarse la capucha y abrió la 'puerta', Constantine y la mujer le siguieron de cerca.
-Parece que nosotros dos somos unos inútiles... -murmuró la mujer a Constantine.
-Nah, él tiene poder, pero yo tengo astucia y coraje... tú tienes sabiduría. Creo que somos una buena trifuerza.
La mujer estaba apunto de responderle al hechicero fumador, pero de pronto un par de ojos rojos aparecieron frente a ellos y un gigantesco ser de piedra salió de entre las rocas que formaban uno de los muros interiores.
El hombre gruñó. -Es el guardián del Horcrux.
La mujer levantó su varita y una ráfaga mágica en forma de cuchilla salió volando hacia el rostro del Golem... pero éste apenas y sufrió una cortada. Contraatacó con un golpe de garra, pero la mujer se desapareció justo a tiempo.
El hombre encapuchado lanzaba hechizos a toda velocidad, pero nada parecía tener demasiado efecto en el monstruo. -¡Diablos Constantine! ¡Ayuda!
El mago fumador estaba sentado a un costado observando a sus compañeros batallar al titán de piedra, al oír el pedido del hombre tomó su cigarrillo y frunció el ceño. -Uno ya no puede sentarse a descansar sin que lo molesten... amigos, pensé que ustedes eran los listos y yo el bobo... a ver... -lanzó casualmente su cigarrillo hacia los pies del monstruo. Éste parpadeó y miró confundido al hechicero fumador.
Constantine levantó su varita, mostraba sus dientes. -Me hiciste desperdiciar un excelente cigarrillo, era mi último. ¡EXPLOSSIO! -Cuando exclamó la palabra mágica el cigarrillo que acababa de lanzar explotó de manera violenta, mandando a volar los pedazos del Golem hacia todas las direcciones.
John se acercó a sus compañeros y los miró burlonamente. -Vamos... ¿me van a decir que no sabían que los golems son débiles contra explosiones? Eso es taaan de hijos de muggles, hay cientos de cuentos para niños en los que el Golem es derrotado así.
La mujer se sacudió el hábito, no parecía feliz con el fumador. -Cualquier cosa es débil contra una explosión así, John, pudiste matarnos a todos. ¿Qué les pusiste a esos cigarrillos?
Constantine formó una mueca en su rostro. -Runas explosivas, magia egipcia. Te encantaría aprender de eso -John rió de pronto. -Pero por cierto... nah, los dioses saben que sería muy buen material para los demonios, no dejarían que muriera tan fácil...
--------
Bruce abrió los ojos de pronto, recordando uno de los recuerdos de Constantine que Dumbledore le mostró vía un pensieve. Miró a su espalda y sacudió su cabeza percatándose de que todavía estaba volando en moto hacia La Madriguera con el paquete más importante del momento, Harry Potter. Al ver al horizonte la casa de los Weasley comenzó a bajar.
-Estamos cerca, vamos a hacer el resto del camino por tierra -le dijo a Harry casi gritando, no era fácil hablar a esa velocidad.
Harry parecía confundido. -¿Por qué?
Bruce sonrió mostrando sus dientes. -La señora Weasley me mataría si sabe que esta moto puede volar. -Y entonces aterrizaron.
Cuando llegaron a la Madriguera, los esperaban los Weasley. La madre, Molly, tenía sus manos en forma de puños sobre sus caderas, mirando inquisitivamente a Bruce. Los gemelos reían hablando entre ellos. Ron saludaba, aunque por la expresión de su rostro, Harry estaba seguro d que no esperaba ver a los visitantes llegar en una moto.
-¡El atrevimiento! -casi grita la señora Weasley a Bruce. -¿Tienes licencia para usar esa cosa monstruosa?
Bruce se quitó el casco y lo colocó sobre el asiento de la moto, le sonrió a la señora. -Claro, señora Weasley, soy muy buen conductor.
Harry miró a Bruce. -Yo pensaba que necesitabas dieci... -pero fue detenido por los gemelos que saltaron sobre él y comenzaron a hablar animadamente sobre el partido de Quidditch que jugarían por la tarde.
Bruce suspiró, aliviado de que Fred y George le hayan salvado. Al levantar la vista no le agradó encontrarse con la mirada fría de Molly Weasley. -Le aseguro, señora Weasley... soy muy buen conductor, llegamos en perfecto estado, ¿no?
Ron asintió acercándose a la moto. -¿Puedo conducirla?
Molly agarró a Ron por el hombro y lo detuvo. -No quiero que te acerques a esa maquina infernal Ronnie, ¿entendido? -dijo con una voz como si estuviera hablando con un bebé.
Las orejas de Ron se colorearon de rojo. -Mamá...
Molly regresó su atención a Bruce. -Bien, supongo que puedo dejarlo pasar... bienvenido -luego se giro hacía donde estaba Harry y sonrió de oreja a oreja. -¡Es un gusto tenerte aquí por el fin de semana, Harry!
Bruce y los gemelos comenzaron a caminar hacia la casa. Bruce se giró para hablar con el 'niño que vivió'. -Harry, vamos a pasar el día y la noche aquí, mañana por la tarde iremos a Irlanda, ahí Dumbledore tiene su casa de verano.
Molly regresó su mirada hacia la dirección general de Bruce. -Oh, vino un encantador profesor de Hogwarts a hablar con Percy, también quería hablar contigo.
Los gemelos rieron picaramente. -El profesor Constantine quiere conocer a sus futuros alumnos estrella, o sea, los que le chuparan las medias.
Bruce les dedicó una mirada tan fría como la de la señora Weasley momentos antes. -Cierren la boca, vamos a ver que quiere ese profesor... -murmuró con irritación.
Harry sonrió al ver a los tres muchachos mayores internarse en la casa. Le maravilló la Madriguera, nunca se podría haber imaginado un lugar tan acogedor. Le sonrió a Ron. -¿Cómo has estado?
-¡Genial amigo! -exclamó Ron levantando sus manos. -Estuve todos los días practicando con mi nueva Nimbus 2000.
El rostro de Harry denotó una sonrisa. -Ah, ¿vamos a tener tres Weasley en el equipo entonces?
Molly suspiró y chistó. -Niños, tienen que tener más cuidado con las escobas... pueden lastimarse.
Ron miró a su madre como si le hubiera salido una segunda cabeza (y luego una tercera). -¡Mamá! No nos va a pasar nada, ¡Es quidditch! Voy a poder entrar en el equipo este año, estoy seguro. Con Bruce fuera del equipo no tengo dudas de que ese puesto de cazador es mío.
La madre de Ron sonrió. -Bien Ronnie, pero no te lastimes... -luego dio media vuelta y caminó hacia la casa. -La comida estará lista en veinte minutos, pueden hacer lo que quieran mientras tanto.
Ron dio un puñetazo al aire al oír aquello. -Brillante, vamos a buscar nuestras escobas y juguemos un poco de Quiddith uno-en-uno.
Harry rió ante el entusiasmo de su mejor amigo. -¿Primero muéstrame mi habitación?
-¡Oh! Claro, de cualquier manera, mi escoba está ahí... ¡Sígueme! -exclamó levantando su dedo hacia el cielo. -¿Qué te parece mi casa?
Harry no dejó de notar las orejas coloradas de Ron, estaba seguro de que a él no le gustaba del todo su casa, tal vez porque estaba un poco vieja... pero para Harry era simplemente... -maravillosa.
Ron miró a Harry como si éste se hubiera vuelto loco. -¿De verdad? Estoy seguro de que vives en una casa más grande... -musitó mientras caminaban hacia la casa.
Harry levantó sus manos defensivamente. -Oh, no, no... la casa de los Dursley no es ni la mitad de interesante que esta... -comentó mirando de reojo los gnomos de jardín que rodeaban el lugar.
Ron rió. -Apuesto a que tienes razón... pero me dijeron que ahora vas a vivir con Dumbledore, ¿verdad?
Harry parpadeó, más que nada sorprendido de que Ron ya conociera ese dato. -Sí... es mi tatarabuelo.
-¿Por qué no lo habías dicho antes? Ahora entiendo porque te trata mejor que al resto... no es solamente por lo de Tú-Sabes-Quien.
Harry frunció el entrecejo. -No me trata diferente -trató de defenderse.
Ron rió. -Amigo, no me quejo. Está bien. Pero Dumbledore te trata diferente, puedes contar con ello. Con los demás estudiantes es un director, contigo... un abuelo. Pero teniendo en cuenta que es tu tatarabuelo... no me sorprende -murmuró pensativamente Ron. -Por cierto, ¿Por qué no nos lo habías dicho?
-¿El qué?
-Que eres un Dumbledore, claro -dijo Ron con un toque de ácido.
-Oh, eso. No tenía idea -respondió simplemente Harry.
Ron examinó el rostro de Harry detenidamente. Luego sonrió. Había aceptado su respuesta como buena. De pronto se dio vuelta y abrió una puerta. -Esta, es mi habitación... y por esta noche, también será tuya.
Harry sonrió al entrar a los aposentos de Ron, era obvio que era su habitación, los póster de los Chudley Cannons le delataban. -Es magnifica.
-¿Sí? -cuestionó Ron, realmente sorprendido. -Amigo... te deberías sorprender con cosas un poco más... magnificas. -Luego apuntó al pie de la cama de Harry. -Ahí están tus cosas.
Harry se acercó a la cama y se sorprendió al encontrar todas sus pertenencias. Escuchó un ruido de la ventana y sonrió al ver a su lechuza. -¡Hedwig! -exclamó abriendo la ventana para permitirle al ave blanca entrar.
Ron sonrió y tomó su escoba. -Nos vemos afuera, apenas tenemos diez minutos para jugar un partido rápido.
Harry dejó a Hedwig junto a su cama, en su jaula (aunque sin cerrarle la puerta). Tomó su Nimbus 2000 y se despidió del animal. No se había dado cuenta de lo mucho que extrañaba el Quidditch.
--------
Mientras tanto, en el living de la Madriguera, John Constantine, Percy Weasley y Bruce Granger se habían puesto cómodos para hablar. Percy no tenía idea de que hablarían, pero al notar las miradas cómplices de los otros dos, supo que Bruce sí sabía. -¿En qué puedo ayudarle, profesor?
Constantine rió ante el titulo. -Todavía no soy tu profesor, John estará bien ahora.
Percy asintió. -Como usted quiera.
Bruce se llevó las manos a la nuca. -Podrías apurarte, ¿adicto al tabaco? Además... ¿Para qué estoy aquí?
Constantine arqueó una ceja ante el apodo y encendió un cigarrillo. -Para prevenir que alguien más escuche mi conversación con Percy. -explicó al tiempo que se dirigía al Weasley. -Dumbledore ha estado observándote los últimos seis años en los que has cursado Hogwarts y te tiene mucha estima. Cree que tienes un futuro prometedor.
El pecho de Percy se infló ante el halago. -¿El profesor Dumbledore dijo eso?
-Sí, claro que sí... -comentó Constantine, aunque por su tono de voz casi aburrido no parecía convincente. -Pasaste tus O.W.L.s con grandes honores, pocos en la historia han tenido tantos. Y Dumbledore cree que puedes trabajar para él... tómalo como una especie de pasantía.
Los ojos de Percy se iluminaron. -¿Qué puedo hacer por el profesor Dumbledore?
Constantine le lanzó humo a la cara y formó una mueca, sabía que había pescado a Percy. -El viejo Dumbles' es conocido por muchas cosas... pero tal vez la más importante es su labor como campeón de la Luz en tiempos oscuros. Él ha formado una organización contra hechiceros oscuros y cree que tú puedes ser un elemento importante para ésta.
-¿Cómo se llama esta organización?
Constantine miró a Bruce y le indicó que saliera. -Asegúrate de que los gemelos no escuchen nada.
Bruce asintió y caminó hacia la puerta, al abrirla Fred y George cayeron de bruces al suelo. Obviamente, estaban espiando. A los gemelos les hubiera agradado tener un invento útil como... digamos 'orejas extensibles'. -Vamos, payasos... apuesto lo que sea que Harry y Ron ya están jugando Quidditch, ¿dos contra dos?
Los gemelos asintieron, pero no dejaron de ver con interés a Constantine y Percy. -Vamos entonces...
Cuando Constantine se aseguró de que nadie les escuchaba se volvió a dirigir a Percy. -El nombre de esta organización es... La Orden del Fénix.
Percy asintió y miró al suelo. -Mis tíos Prewett eran miembros.
-Oh, ¿ya la conoces? Eso me sorprende -le sonrió al muchacho. -Y te aseguro, pocas cosas me sorprenden.
-¿Pero no soy demasiado chico? Todavía no tengo la mayoría de edad...
-Eso ya no importa, no cuando no estarás en ninguna misión peligrosa... Dumbledore te quiere más que nada para conseguir información dentro de Hogwarts, organización y estrategia. Escuché por ahí que eres un gran jugador de Ajedrez.
Percy miró a un costado. -Ron es mejor.
Los ojos de Constantine se abrieron mucho, parecía que cada vez se sorprendía más. -Claro, claro... -murmuró por lo bajo. Luego se percató de algo. -Tienes... un complejo de inferioridad, ¿verdad?
-¿Qué? -cuestionó el Weasley de anteojos, totalmente ofendido.
-Sí... eso de que te haces el perfecto, es una fachada. -Constantine rió y sopló más humo.
-No quiero hablar al respecto, mejor háblame más de la Orden.
Constantine rió y asintió. -Hubiera sido bueno tener al murciélago aquí... oh, bueno. No necesitamos a Granger.
Percy arqueó una ceja ante el comentario. -¿Bruce es miembro?
El mago fumador asintió. -Sí, necesitamos hechiceros competentes, no importa la edad.
-Y yo soy un hechicero competente -Percy pareció tratar de razonar.
-Aja.
Percy miró detenidamente los ojos azules de Constantine. -¿Podría presenciar reuniones de la Orden?
Constantine apagó su cigarrillo y buscó entre su sobretodo otro y lo encendió tan rápido como pudo. -Por lo general no las más importantes, Dumbledore decide quien va a esas... pero a las ordinarias irías siempre.
Percy se acomodó los anteojos. -Y lo único que tendría que hacer es... conseguir información, ayudar a organizar planes y... estrategizar. ¿verdad?
Constantine sacudió su cabeza. -Si te necesitamos también necesitaríamos darte misiones de campo, pero no serán frecuentes. Pero tu misión principal sería la información, descubrir quien tiene potencial para unirse a la Orden en el futuro y quienes probablemente se unan al Lado Oscuro y todo eso vendría bien.
Percy sonrió. -Asumo que esto no irá a ningún currículo.
Un brillo se pudo distinguir en los ojos del mago fumador. -Oh, no exactamente. Pero al entrar en la Orden del Fénix básicamente ya tienes la vida armada. Cuando se terminen los tiempos oscuros seguramente terminarías siendo recomendado para un puesto importante en el ministerio o en Hogwarts.
-Entonces... creo que has conseguido a un nuevo miembro -comentó el tercer hijo de los Weasley dándole un apretón de manos a Constantine.
Constantine se levantó de su asiento. -Me alegro de que hayas elegido el camino correcto Percy, temía que eligieras lo fácil.
Percy se limitó a dirigirle una mirada confusa.
--------
No tuvieron tiempo de jugar un partido de Quidditch como dios manda antes de almorzar... pero eso no los detuvo de jugar durante toda la tarde. Antes de almorzar jugaron dos contra dos, Ron y Harry contra Fred y George. Ganaron el "partido" los primeros por 20 a 10. Según los gemelos fue por sus escobas superiores. El resto de la tarde, Bruce se unió al equipo de Harry y Percy fue forzado a jugar con Fred y George (Que, curiosamente, no se quejaron).
Harry no estaba seguro si su equipo lo había hecho mejor que el que tenía todos jugadores de pelo rojo... pero sabía que lo habían hecho bien. No podía esperar la nueva temporada de Quidditch.
Miró a Ron cuando ya la señora Weasley los llamó para cenar y le sonrió. -Si juegas así, vas a entrar al equipo.
George asintió al tiempo que colocaba ambas manos sobre la cabeza de Ron (que ya era más alto que él) y le despeinaba el cabello. -¡Nuestro Ronniekins va a jugar!
Ron se sonrojó ante el apodo, pero no dejo de sonreír. -¿De verdad lo creen?
Percy asintió, dándose cuenta de que George estaba tratando de mejorar un poco la confianza de su hermano menor. -Pensaba que eras bueno jugando al ajedrez, pero también sabes tu Quidditch.
Fred se llevó la mano a la boca y le dedicó una risita pícara a Percy. -Oh, el perfecto prefecto se ha rebajado a hablar bien de alguien que no es él mismo, ¡día de fiesta!
George hizo una fingida mueca nerviosa. -¿Fiesta? ¡Es el fin del mundo! ¡Apuesto lo que quieras a que Tú-Sabes-Quien ha resurgido!
Todos estallaron en risas, menos Percy cuyo rostro se volvió blanco. -No... no digas eso...
Bruce se acercó a Percy y le habló lo suficientemente bajo como para que los otros Weasley no escucharan. -Todavía no vuelve, no te preocupes.
Percy le dedicó una mirada penetrante a Bruce al tiempo que guardaban las escobas. -No tengo miedo por mí -le dijo, aunque pareció tratarse de convencerse a sí mismo.
Bruce sonrió, asintió y no dijo nada.
Harry se refregó la frente llena de sudor. -Oigan, ¿ese tal Constantine es profesor?
Ron miró hacia adentro de la Madriguera por una ventana, en la cocina Arthur y Molly hablaban con Constantine. La conversación no era para nada animada. De hecho, Molly parecía un tanto enojada con el profesor. -A mí me parece un tipo raro... como traficante de pociones de dudosa legalidad.
Percy levantó la nariz y tomó el picaporte de la puerta principal. -Es un tipo raro, pero creo que va a ser buen profesor.
George se llevó las manos a la nuca, un tanto sorprendido por la forma en la que Percy estaba hablando... parecía... menos pomposo. -¿Mejor que Quirrell?
El rostro de Harry se oscureció. -Cualquiera es mejor que Quirrell.
-Oh, sí... lo había olvidado. Mago tenebroso y todo eso -murmuró George sacudiendo su cabeza.
Entraron a la cocina y los adultos dejaron de hablar. Bruce sonrió. -Creo que Constantine no es alguien muy confiable, pero me interesa saber cómo hace algunas cosas...
Molly se levantó de golpe y los miró como un general a un pelotón lleno de borrachos. -¡Miren la hora que es! Hace seis horas que están ahí afuera jugando Quidditch... George, Fred, ¡miren lo que le hicieron al pobre Ronniekins! -exclamó acercándose a Ron y limpiándole la cara que la tenía llena de barro.
George se rió. -Eso fue cuando Percy golpeó una Bludger y Ron volaba bajo.
Molly se giró hacia Percy. -¿Qué? ¿Pe... Percy?
Éste levantó ambas manos defensivamente. -No sé porque me pusieron de bateador, generalmente me usan de guardián...
Bruce y los gemelos rieron por lo bajo. Percy no se había defendido exactamente.
Molly sacudió su cabeza y luego les ordenó que se lavaran las manos para comer. En menos de quince minutos los Weasley más Harry, Bruce y Constantine estaban en la mesa para comer.
Solo entonces Bruce se dio cuenta de que faltaba un Weasley. -Oh, señora Weasley, ¿Y Ginny?
-Ah, mi santa hija... está con su tía por el fin de semana. Una pena porque ella realmente quería conocer a Harry.
Harry se agachó un poco desde su silla. Especialmente cuando a Ron se le ocurrió comentar que, según su impresión, Ginny estaba 'enamorada' de Harry. Después de todo, no paraba de hablar de él.
Cuando terminaron de comer, Constantine se acercó a Bruce y comenzaron a hablar en secreto. Luego ambos miraron a Harry y asintieron, como decididos a tomar acción frente a una situación peligrosa.
Molly miraba de cerca a Constantine. No le gustaba su forma de fumar... pero más que nada no le gustaba como se había metido con niños para reclutarlos a la Orden. Al ver como hablaba con Bruce, sumó dos más dos y supo que el Granger era miembro. -No iras a reclutar a Harry, ¿no? Es demasiado chico, ya con Percy es demasiado.
Las orejas de George, Fred y Ron se extendieron un poco al oír eso. -¿Reclutar? -preguntaron al mismo tiempo.
Constantine les dedicó una mirada fea pero luego se giró hacia Harry y le alcanzó una pequeña botella con un líquido verde adentro. -Esta poción te ayudará a soñar. Dumbledore me dijo que te la diera, es esencial que la tomes antes de dormir.
Arthur arqueó una ceja. -¿Qué es eso?
Harry tomó la pócima entre sus manos y la olió. Tenía un suave aroma a manzana. -¿Es para dormir?
-No, para soñar... con cosas muy especificas. Harry, te ayudará a entender lo que el destino te depara.
Molly Weasley golpeó con su puño la mesa, estaba roja de ira. -¡Harry es muy chico! No tiene ni doce años, ¿cómo pueden forzarlo a hacer esto?
Constantine entrecerró sus ojos ante el instinto materno de la mujer. -Le recuerdo, Molly, que usted no es la madre de Harry. Dumbledore como su tatarabuelo es su tutor legal. Y tiene la supervivencia y felicidad del chico como prioridades máximas.
Ella miró hacia otra parte, ofendida. -Ser la madre de Percy no afectó mucho la decisión de la Orden sobre él.
John Constantine rió y encendió un cigarrillo. -Percy se unió bajo su propias condiciones y no fue coaccionado. Además, hace momentos terminaste dándome la razón.
-Como sea... -gruñó Molly. -¡no enciendas esas cosas en mi casa! -exclamó y levantó su varita. Con unas palabras hizo desaparecer el cigarrillo de la boca de Constantine.
El mago fumador se encogió de hombros. -Sé cuando no soy bienvenido. Percy, Granger, asegúrense de que Molly aquí no tire la poción... nos tomó meses prepararla. -Y así, con un CRACK desapareció.
--------
Ya más tarde, a la hora de dormir, Harry tomó entre sus manos la poción que Dumbledore le había enviado. Se preguntaba como funcionaría, pero decidió ver por sí mismo en lugar de imaginárselo. Se tomó toda la poción y luego se tiro sobre la cama. Los parpados se le hicieron pesados rápidamente... no tardó en cerrar los ojos y comenzar a soñar. Los efectos de la poción que tomó eran poderosos, sintió que su mente trabajaba dos... cinco... diez... cien veces más rápido que lo normal.
Tuvo visiones, extrañas visiones.
Primero vio una criatura, un monstruo... una especie de cruza entre una serpiente y un dragón.
La imagen cambió cuando observó los ojos de la bestia. Ahora veía a un muchacho de unos quince o dieciséis años de edad, sonriéndole burlonamente... a Harry no le agradó para nada aquél muchacho. Sus ojos rojos le hacían doler la cicatriz.
De pronto la imagen volvió a cambiar. Esta vez estaba frente a un gran perro negro que le miraba con impaciencia. Harry sintió ira al ver los ojos del animal, como si éste le hubiera traicionado.
Antes de que pudiera preguntarle al perro el motivo por el cual se sentía así la imagen volvió a cambiar. Esta vez apareció un rostro horrible frente a él, con ojos tan tenebrosos como los del muchacho de momentos antes, pero su rostro de serpiente y piel blanca llenaron de pavor al niño que vivió.
El rostro del mago tenebroso desapareció como los otros. Fue reemplazado, para sorpresa de Harry, por el de Hermione, que le miraba con lo que parecía ser una petición de perdón. Pero se sintió enojado para con ella... No entendía el motivo. ¿Por qué habría de estar enojado con Hermione?
La atención de Harry pasó del rostro de Hermione hacia su estomago. Alargó su mano y toco a la bruja sin dejar de temblar. Sintió algo dentro.
No pudo terminar de comprender lo que estaba haciendo cuando de pronto se encontró cara a cara con el mago tenebroso otra vez. Pero... ahora una ráfaga verde iluminó todo. No estaba seguro de si la luz provenía de su varita o la de su oponente. Solamente supo que las visiones se normalizaron cuando la ráfaga lo clamó.
Abrió los ojos de golpe. De pronto se sentía completamente consciente. Sin embargo... estaba seguro de que seguía dormido. Miró a su alrededor y no pudo dejar de notar que se encontraba a la orilla del lago de Hogwarts.
-Vaya, tardaste un buen tiempo en despertar, ¿qué tanto viste, Harry Potter? -preguntó una voz amable a sus espaldas.
Harry se levantó de golpe y casi da un salto del susto al encontrarse con un hombre alto y flaco que llevaba anteojos de marco cuadrado. Tenía los ojos color chocolate y el cabello castaño (Curiosamente le hacía acordar de cierta manera a Bruce Granger). Pero lo que realmente sorprendió a Harry era el rostro del hombre. Era como verse a un espejo... uno que te hace ver adulto y que te cambia algunos colores pero... además de eso, todo era igual.
El hombre extendió su mano. -Mi nombre es Timothy James Hunter... -comenzó a decir, luego sonrió -¡y Harry! -exclamó de pronto, como recordando a última hora ese dato. -Soy el abridor. Soy Merlín. Soy la Magia.
Harry abrió y cerró su boca repetidas veces. -¿Me...me... Merlín?
Timothy Hunter observó detenidamente a Harry, luego sonrió. -No ese Merlín -comentó como si con esas solas palabras se pudiera explicar, pero Harry estaba más confundido con cada momento que pasaba.
-¿Hay otro Merlín? -cuestionó Harry arqueando una ceja.
El mago de pelo castaño suspiró. -Sí y no. Yo soy la magia de Merlín. ¿Me explico? Tengo su esencia, pero no soy él. De cualquier manera, debes acompañarme, no tengo mucho tiempo como para estar parloteando sobre el origen de mi nombre.
Harry siguió a Timothy a Hogwarts. -¿Esto realmente es Hogwarts? -preguntó Harry a Tim. Había algo del lugar... que parecía distinto.
Tim sacudió su cabeza negativamente. -No para ti. Este es mi Hogwarts, pero no es tu Hogwarts. Esta ha sido mi casa desde que tengo doce años. Vivía con mi padre, mi madrastra y su hijo muggle. No era una buena vida, el mocoso gordo era una especie de zelote... pero era gracioso verle zampar hasta no parar.
Harry miró con los ojos bien abiertos a Tim. -Suena familiar.
-¿Verdad que sí? -murmuró Tim secamente.
Entraron al castillo y se dirigieron inmediatamente a la torre Oeste, donde Tim parecía tener una oficina privada. -Aquí es donde usualmente hago mis estudios -explicó abriéndole la puerta a Harry.
El mago de casi doce años entró en la oficina y parpadeó repetidas veces, el lugar realmente parecía el laboratorio de un mago que se la pasaba experimentando. -¿Quién eres tú?
Timothy miró a Harry de arriba abajo. -¿No te lo dije ya?
-Dijiste tu nombre, no quien eres.
-Claro, claro... a veces olvido ese tipo de cosas. Eso sucede cuando Ronald Weasley es tu mentor -Timothy musitó con una sonrisa.
Eso trajo por sorpresa al mago de pelo azabache. -¿Ron?
-Ah, cierto. La pócima que tomaste... era color verde oliva, ¿verdad? -preguntó de pronto el 'abridor' al tiempo que abría un gigantesco libro que habría exaltado a Hermione y lo examinaba como loco.
Harry asintió lentamente. -El profesor Constantine y Bruce me dijeron que si la tomaba antes de dormir, en mis sueños encontraría respuestas. Pero... ¿Respuestas a qué preguntas?
Timothy cerró abruptamente el libro mirando inquisitivamente a Harry. -¿Quieres respuestas y no sabes las preguntas? -cuestionó, incrédulo. Al ver como Harry asentía lentamente se llevó el pelo a la cabeza y se despeinó.
-Supongo que tú sabes algo... ¿Verdad?
-Sé y no sé -respondió vagamente el mago mayor.
Harry entrecerró sus ojos. -Quisiera respuestas concretas.
-Quisiera preguntas que valgan la pena.
-El profesor Constantine y Bru... -comenzó a decir Harry, pero Timothy levantó su mano y murmuró 'silencio' y Harry perdió el habla.
Timothy sonrió. -Profesor Constantine... ¿eh? Me pregunto que hace exactamente ese cobarde en tu mundo... en tu tiempo... pero bueno, yo soy quien tiene que darte iluminación, no al revés.
Harry frunció el ceño tratando de hablar, pero era totalmente en vano.
Timothy rió. -No sabes hechizos silenciosos, ¿verdad? No puedes dejarlos para sexto año, tienes que aprender rápido si no quieres que Voldemort clame la vida de tus seres queridos.
Harry parpadeó repetidas veces. Perdido en las palabras del mago frente a él.
El Merlín se incorporó y se acercó a una especie de globo terráqueo que se encontraba en el centro de la habitación. Lo examinó detenidamente. -Si no me equivoco... tú todavía no iniciaste tu segundo año en Hogwarts, te encontraste tres veces con Voldemort y lo derrotaste dos, ¿verdad?
Harry simplemente parpadeó, confundido.
-Primera vez: siendo un bebé. Segunda vez: cuando Voldie se alimentaba del unicornio. Tercera vez: cuando frustraste su intento de adueñarse de la Piedra Filosofal -explicó Timothy extendiendo su mano y... por primera vez, le mostró su varita a Harry.
Timothy suspiró como cansado. -Deberían haber esperado antes de darte esa pócima... bueno ya. No puedo quejarme. Estás aquí. Tengo que darte respuestas, aunque no sepas las preguntas... primero que nada, voy a explicarte quien soy yo. -levantó su varita y sin decir palabras, lanzó un contra-maleficio que le devolvió el habla a Harry. -Dime, ¿encuentras algo curioso sobre mi apariencia?
-Me recuerdas a Bruce, Bruce Granger -comentó Harry de golpe, agradeciendo poder hablar nuevamente.
Timothy asintió. -¿Alguien más?
-A mí -murmuró por lo bajo el niño.
-¡Exacto! ¿Puedes explicarme el motivo?
-¿Somos parientes?
Timothy levantó su mano derecha y su varita comenzó a hacer estrellas de colores. -¡Exactamente! ¿Pero qué tan cercanos?
-No sé, ¿primos?
-Te acabo de decir que Ronald Weasley fue mi mentor, ¿cuantos años piensas que tengo?
Harry examinó de cerca las facciones de Timothy. No parecía viejo. -¿Veinticinco?
Una sonrisa de oreja a oreja se dibujo en el rostro de Tim Hunter. -Faltan cinco días, pero sí. Entonces... sabemos que soy pariente tuyo. Sabemos que tengo casi 25 años... y sabemos que Ronald Weasley fue mi mentor. ¿Entonces qué me puedes decir?
Harry lo pensó detenidamente. -Tú... ¿eres mi hijo?
Tim Hunter saltó como excitado. -Justo en el blanco, Potter.
Harry parpadeó repetidas veces. -Pero si eres mi hijo... ¿Cómo puedo estar hablando contigo?
-Magia, obviamente -explicó el abridor como si fuera la respuesta más obvia del mundo.
-Claro -murmuró Harry desviando la mirada -debí haberlo adivinado.
Tim Hunter volvió a tener un rostro serio. -Bien, aunque la verdad... todos los hombres de la casa de Dumbledore tienen este rostro... la verdad es que soy tu hijo de sangre y Hermione Granger es mi madre.
Harry parpadeó repetidas veces, no del todo sorprendido... recordó la visión que tuvo antes de encontrarse con Hunter. -Pero... -murmuró pensativamente. -¿Por qué no te llamas Potter?
-Eso, es simple de responder. Veamos... en tu cuarto año descubriste un terrible secreto sobre Hermione, casi derrumbas la amistad que tenías con ella... y curiosamente también en esa época Ron se sintió alejado de ti. Solamente cuando ella te declaró su amor en un último intento por mantenerse como alguien importante en tu vida pudiste... perdonarla. En el trágico día final de tu sexto año yo fui concebido. Dos meses después, con la ayuda de Ronald Weasley, Neville Longbottom, los Granger y algunos otros derrotaste a Voldemort. No sin antes morir.
El rostro de Harry se volvió blanco. -¿Moriré antes de terminar la escuela?
-No necesariamente ahora que sabes todo esto -explicó Tim antes de proseguir. -Ronald se fue a América donde vivió como un muggle hasta encontrarse con su propia porción de señores oscuros. Neville Longbottom... murió junto a ti. Bruce Granger desapareció del mapa. Hermione Granger se escondió en los suburbios de Londres, usó una parte de las propiedades de los Potter para mantenerse viva y conoció rápidamente a un joven llamado Bill Hunter. Se casaron. Nací y me nombraron Timothy James Hunter. Pero... secretamente, mi nombre también es igual al tuyo, Harry James Potter. -Tim se detuvo un momento mirando al techo. -Ahora que lo pienso tengo muchos nombres, más incluso que Dumbledore.
Harry sonrió, mas no dijo nada.
Tim suspiró pesadamente. -Bien... Hermione murió en un accidente automovilístico que le costó el brazo a mi padre... y su voluntad de vivir. Entonces viví dando vueltas por Londres sin rumbo alguno... hasta que conocí a un pelirrojo amigo mutuo.
La sonrisa de Harry de pronto se volvió de oreja a oreja, aunque se le veía... casi triste. -Ron.
Tim asintió. -Ronald Weasley, mago extraordinario, campeón de la Luz, el más grande de todo el clan Weasley... o por lo menos eso dice él... en fin, me explicó que era un mago y todo eso, yada-yada-yada. Descubrí que mi destino era ser el más grande hechicero de mi era. Más grande todavía que Voldemort o Dumbledore.
Harry parpadeó. -Eso es mucho peso para un chico de once años...
Tim le sonrió a Harry. -El peso que tú tienes no es menor, y todavía no tienes doce años.
-Cierto -murmuró por lo bajo el mago de ojos verdes.
Los ojos de Tim se volvieron totalmente negros por un instante. -En fin... tengo algo para decirte. Voy a ser más terrible que Voldemort y Grindelwald juntos.
Harry levantó la vista de golpe. -¿Qué dices?
Tim suspiró. -Soy el mago más grande de la historia, los cuatro fundadores no son ni mi sombra. Voldemort es una risa. Dumbledore no es digno de más de un par de palabras.
Harry se levantó de su asiento de golpe. -No voy a quedarme a oír a un egocéntrico hablar.
Tim levantó su mano izquierda -Imperio -murmuró y de pronto Harry sintió la necesidad de sentarse nuevamente.
El niño que vivió se sacudió la cabeza, no comprendiendo porque se había vuelto a sentar.
-Cuando Ronald Weasley me dijo que sería el más grande hechicero que el mundo jamás vio, tampoco le creí. Pero la verdad es que... he tratado con tantas cosas que estoy seguro sin miedo a equivocarme en informarte que soy, en efecto, el más grande mago hasta el momento, soy Merlín. Pero eso no significa que sea bueno, de hecho, se me abrieron dos caminos, uno es el de la luz, seguir los pasos de Dumbledore; el otro es el de la oscuridad, el camino de Voldemort. ¿Cuál debería tomar?
-Dumbledore -respondió Harry sin pensar.
-¿Y cómo piensas decirme lo que debo hacer, si estás muerto? -cuestionó Tim.
-Estoy vivo, todavía no muero. -Murmuró Harry.
-En efecto, en tu tiempo, sigues vivo. Pero pensándolo bien, en tu tiempo yo no he nacido. Así que... ¿cómo puedes evitar que yo me convierta en un nigromante?
-No pareces un hechicero oscuro -comentó Harry mirando a los ojos a Tim Hunter.
-Si solamente supieras lo que hice... algunas cosas dignas de Ronald Weasley... pero eso no importa. Lo que importa es que yo, el Tim Hunter Gris, encontró la oportunidad de hablar contigo. Agradezco a Constantine esta oportunidad. Dime... ¿cómo evitaras que yo destruya el mundo?
-Puedo evitar que existas -murmuró Harry instantáneamente.
-¿Y olvidar tus sentimientos hacia Hermione?
-No tengo ese tipo de sentimientos hacia ella, es solamente mi amiga... -murmuró Harry con firmeza.
-Cierto, cierto... pero pensándolo bien, ella es la única chica que te ha tratado bien, ¿verdad?
No fue complicado responder. -Sí -fue la simple respuesta.
-Entonces tal vez no puedas cumplir tu objetivo de evitar mi existencia... pero pensándolo bien, no soy yo el que tiene como destino ser un gran señor oscuro... ese destino lo heredé. ¿Te muestro lo que pasaría si no nazco?
Tim no esperó respuesta alguna por parte de Harry. Levantó su varita hacia el globo terráqueo y éste se convirtió en una esfera de cristal. Imágenes aparecieron. La muerte de Harry, Neville y Voldemort en un estallido de luces verdes, rojas y azules. La partida de Ron hacia América... y por último... Hermione, matando gente y colocando algo brillante dentro de extraños objetos.
Harry se tomó la cabeza. -¿Por qué me muestras esto? ¿Qué es eso?
-Mi madre, cayendo al lado oscuro. Dedicándose a la creación de... Horcrux Invertidos. No preguntes, ni yo sé exactamente lo que son. No quiero investigar mucho las artes oscuras. Prefiero mantenerme Gris por ahora.
Harry suspiró. -Así que... ¿si evito tu existencia... Hermione tomaría el lugar de señora oscura?
Los ojos de Tim brillaron con triunfo. -Exacto.
-Entones... ¿Cómo puedo evitar esto?
Tim sonrió. -Simple: Sobrevive.
-¿cómo dices?
-Sobrevive, asegúrate de que mi nombre no sea Tim Hunter... ¿Tal vez si me llamo Tim Potter estaría definitivamente ligado al lado de la luz? -teorizó el Merlín moviendo su varita de lado a lado juguetonamente.
Harry miró al suelo por un largo rato. Finalmente levantó la vista. -¿Y si muere Hermione? Digo... si no naces, y Hermione muere, ¿qué pasará?
Tim entrecerró sus ojos pero apuntó con su varita a la enorme esfera de cristal. -Ese sería el peor futuro de todos. -Las imágenes que Harry vio en la esfera eran similares a las anteriores. Enfrentamiento final con Voldemort en el cual Neville muere. Pero cuando Harry estaba apunto de morir, Hermione toma su lugar y el rayo verde la asesina. Ahí... todo es diferente. Ron no parte hacia América. Se queda junto a Harry. Ambos lloran ante la lápida de Hermione tanto que sus almas son desgarradas. Lo único que los mueve es algo... oscuro. No pasa mucho tiempo antes de que AMBOS comiencen a matar gente y crear esos... 'Horcrux invertidos'.
Harry desvió la mirada. -Nunca me pasaré al lado oscuro, eso... eso está mal.
Tim asintió. -Ronald Weasley y Harry Potter son dos de los más grandes hechiceros de la luz que jamás existieron... sin embargo, se dice que mientras más cerca del Sol te encuentres, más fácil te quemarás. En ese futuro, tú y Ron unen fuerzas una vez más... esta vez para usar una maldita magia nigromantica. Esos asquerosos Horcrux traerán el terror al mundo.
Harry asintió lentamente. -En otras palabras, debo siempre saber cual es mi camino... mantenerme vivo y asegurarme de que mis amigos también lo hagan...
Tim le sonrió. -En realidad... no debes preocuparte tanto por el futuro, simplemente debes saber que siempre debes escoger el buen camino. Ronald Weasley me enseñó una vez que cuando nos enfrentamos ante una decisión difícil, podemos hacer dos cosas: Tomar el camino fácil o... Hacer lo correcto. Simplemente asegúrate de hacer siempre lo correcto. Mantente vivo y piensa bien tus movimientos antes de ejecutarlos.
Harry volvió a formar una sonrisa en su rostro. -Ron va a ser muy sabio.
-¡Claro que sí! -exclamó Tim casi cantando. -Pero de cualquier manera, tengo un par de cosas más que decirte, esto lo dejó mi madre para ti...- murmuró levantando un pedazo de papel, lo leyó en voz alta. -Si la vida te da limones... haz jugo de manzana y deja que el mundo se pregunte como diablos lo lograste.
Harry parpadeó repetidas veces ante lo último que dijo Tim. -No... no entien... -pero fue interrumpido nuevamente por el hechizo de 'silencio'.
Tim tenía los ojos cerrados. -Harry, recuérdame. Soy Timothy Hunter, tengo 24 años. Creo en migo mismo. Creo en la Tierra y en el Cielo y en el Espíritu. Creo en la canción que todos cantamos. Creo en la magia. -Abrió los ojos de pronto, revelando un par de brillantes orbes color esmeralda. -¿Crees en la magia?
Harry cerró sus ojos y asintió. Pero cuando los volvió a abrir, se percató de que había despertado. Estaba otra vez en la Madriguera, y Ron Weasley roncaba como siempre.
--------------
Fin de la Parte 13
--------------
POOOOR DIOOOOS... eso me tomó mucho
tiempo. Más que nada fue por el debate interno de como
incorporaría a Timothy Hunter. Ahora ya no estoy jugando
solamente con 'dimensiones' y tierras alternas. Un poco de viaje
temporal (no es exactamente eso, por lo menos no hasta que comience
el tercer año, ahora me quedo con el campo de la predicción).
Uff... fue un episodio largo... Pero básicamente sirvió bastante para la edificación de nuevas telarañas para las relaciones entre personajes y evoluciones de sus personalidades y todo eso...
Unas cosas a tener en cuenta:
-El fanfic se va a tener tintes
de HHr en los años más avanzados, pero no va a haber
absolutamente nada de 'fluffy'... Bueno, sí, pero solamente si
ese fluffy es el perro de tres cabezas favorito de todos, ;). Sin
embargo, Ron va a ser tratado con mucho respeto. No por nada es él
la mano derecha de Harry Potter.
-El episodio 14 marcará
finalmente el comienzo del segundo año escolar de Harry y el
verdadero comienzo de la 'Saga de la Cámara Secreta'.
-Más
sobre el futuro de Ron se va a ver ciertos episodios más
adelante. Estos capítulos van a tener, básicamente, a
Ron como protagonista.
-Algunos de estos 'universos alternos' van
a ser visitados en el futuro.
-Percy no va a ser tan idiota como
en canon.
Nota Extra: Sí, la única manera de deshacerse de Constantine sin miedo a equivocaciones es prohibiéndole fumar.
