Capítulo 4. Mal presagio.
Sí bueno, ya qué. Fuera del gol que me anotó Gabriel, el entrenamiento fue de lo más sencillo.
Fabuloso, Daisuke.- me dice el entrenador.- Sigue así y te pondré de titular.
¡Me lo hubiera dicho antes! Hubiera dejado que Gabriel me anotara unos veinte goles más. Por cierto que mucha gente ha cuestionado mucho al entrenador y lo va a seguir cuestionando, ya que la gente murmura y dice que si el hijo de Genzo Wakabayashi juega en un equipo siempre va a ser escogido el titular. Sin embargo, Hanz Köpke (sí, adivinaron, es pariente de aquel guardameta que Alemania tuvo en los años noventa, Andräs Kökpke, y les ofrezco una disculpa por si escribí mal el nombre) no piensa darle favoritismos a nadie, aun así se trate del mismísimo hijo de Zinedine Zidane. Ya sé que Zidane no fue portero pero era solo un ejemplo. Lo entienden, ¿no?
Sea como fuere, ahora tengo a mis primos revoloteando por ahí. Derek, apasionado de la cámara, se la pasa fotografiando a cuanta cosa que le parezca interesante se le aparezca en frente, mientras que Ian no suelta su Gameboy. Al rato he de retarlo para un juego de ordenador. Mientras, Lara anda retando a Gabriel.
Anda, francesito.- le dice Lara.- Una reta, tú y yo, a ver si eres tan bueno.
No soy francés.- replicó Gabriel.- Ni siquiera tengo ascendencia francesa.
Lo que sea.- Lara no se amilanó.- Vamos, una reta.
Que no.
¿Por qué no?
Porque no estamos en igualdad de condiciones.
Gabriel sabe que a Lara le molesta que le den a entender que las mujeres no juegan igual al sóccer que los hombres, y es que olvidé decir que mi prima es delantera en un equipo femenil en México, lugar en donde radican mis tíos. Sin embargo, creo que en esta ocasión Gabriel se refería a que no estaban en igualdad de condiciones porque él estaba cansado.
Machista.- gruñó Lara.- Tienes miedo de que te venza una mujer.
Sí, como digas.- Gabriel no le hace caso y camina al sitio en donde está su papá.
En ese momento se aparecen Jazmín y Liz, en compañía de Susuke. Mi hermana inmediatamente se dirige al sitio en donde juegan los muchachos mayores. Obviamente, va en busca de Franz, sin percatarse de que mi padre está observándola. Se va a armar una buena, mi padre es tan ciego que es el único que no sabe que su hija sale con un Schneider.
Jazmín se va a meter en una buena.- susurró Gabriel a mi oído.
Lo sé.- suspiro, al tiempo que echo a andar.
¿A dónde vas?
A defender a mi hermana.
¿De tu padre?.- Gabriel está un poco incrédulo.
Es de quien más defensa necesita.- repliqué.
Genzo ya había empezado a andar en dirección a Jazmín, mientras que ésta miraba con emoción a su novio. Franz ya se había alejado de sus compañeros. Yo apresuré el paso, la cosa podía ponerse fea. Jaz y Franz estaban a punto de abrazarse cuando yo llegué al estilo kamikaze y me le dejé ir a mi hermana y casi la hago tropezar.
¡Hermanita!.- grité.- ¡Perdóname por lo que te hice ayer!
¿Qué estás haciendo?.- gruñó Jazmín, enojada.- ¡Déjame!
Yo sé que estás enojada conmigo, hermanita.- abracé a Jazmín con fuerza mientras Genzo llegó hasta donde estábamos nosotros.
Eh... .- Franz había captado inmediatamente el mensaje al ver a mi padre llegar con ojos de toro loco.
Me voy a enojar más si no me dejas que me vaya con... .- comenzó a decir Jazmín.
¿Con quién, Jazmín?.- preguntó mi padre.
Mi hermana se puso de todos los colores y me abrazó, más bien se aferró, a mí.
Con Liz.- dijo mi hermana.- Voy a darle el mensaje que Franz va a darle a ella...
¿Qué cosa?.- tanto Franz como Genzo se sorprendieron.
Sí, es que Liz anda con Franz.- dijo Jaz, rápidamente.- Y como no quieren que mi padrino se entere pues por eso yo vengo por recados para ella.
Nota informativa: Taro Misaki es el padrino de mi hermana Jazmín. Ahora sí, continuemos.
¿Eso es cierto?.- Genzo le preguntó a Franz, enarcando mucho las cejas.
Eh... .- Franz no tenía que ser demasiado inteligente como para aprovechar la cuerda de salvación que le tendían.- Claro.
Genzo me miró a mí, miró a Jazmín, miró a Franz, volvió a ver a Jazmín y al final a mí otra vez. Mi hermana y yo formábamos un lindo cuadro familiar que bien se pudo haber titulado "Los Miserables". Mientras tanto, Genzo parecía Otelo, excepto porque en vez de dudar de su esposa dudaba de su hija. ¿Y Franz? Pues él parecía Leonardo Di Caprio a punto de saltar por la borda del Titanic.
Como sea.- Genzo al final aceptó su derrota, cosa que al final le costó bastante ya que como sabemos, no le gusta perder.- ¿Están listos para irse?
Sí, papá.- Jazmín asintió humildemente.- Nos veremos, Franz.
Hasta pronto, Jazmín.- se despidió de Franz con cara de cuije.
Adiós, Schneider.- me despedí, y no solté a mi hermana hasta que no nos encontramos bastante lejos.
Te debo una.- murmuró Jazmín, en español.
Así te pago la que te hice ayer.- murmuré, apenado.- Lo lamento, Jaz.
Naaaa, está bien.- rió mi hermana.- Fue divertido ver chillar a Francine.
En ese momento, una niña rubia de ojos grises y coletas se acercó a nosotros. Yo le sonreí.
Hola, Lori.- la saludé.
Adiós, Dai.- quizás fue mi imaginación, pero Lorelei Schneider se puso colorada.
Allá va tu amorcito.- se burló Jazmín.
Ya cállate.- gruñí.
Pero si es bien conocido por todos que esa niña te ama.
Te dije que te callaras...
Mientras tanto, Liz y Gabriel se disponían a marcharse con sus padres. Todos nos hicieron señales de adiós con la mano.
Recoge tus cosas ya, Daisuke.- ordenó Genzo.- Hay que darnos prisa para llegar a casa y preparar todo para las visitas.
¿Uh?.- exclamó Jazmín.- ¿No es ése mi tío Ian?
Efectivamente, Ian Takahashi mayor, mi tío, estaba ahí tratando de controlar a todos sus hijos. Siempre le he tenido cierta admiración, no debe ser nada fácil el tener trillizos.
Qué tal, Takahashi.- saludó Genzo.- Nos cayó de sorpresa la visita.
Lo sé, y lo siento.- se disculpó Ian.- Es solo que a Lara se le botó la canica cuando se enteró de que estaba embarazada.
¿Lara está embarazada?.- exclamó Genzo, sorprendido.- ¿Bromeas?
Ojalá lo fuera.- suspiró Ian.- Pero no. Tiene dos meses de embarazo.
¿Qué no te has enterado de que ya se inventó la televisión?.- bromeó mi padre, cosa que por cierto solo hace con mi tío Ian y con Ryo Ishizaki.
Qué gracioso.- mi tío Ian se llevó las manos a la cabeza.- Ya me estoy haciendo viejo para esto...
La que se está haciendo vieja para esto es mi tía Lara. Ella es de la edad de mi papá, y dos años mayor que mi mamá y casi tres años mayor que mi tío Ian. Mi tía Lara era detective cuando era soltera y después de casarse y de tener trillizos se convirtió en fiscal. Por lo que había escuchado, mi tía era implacable y ya había mandado a una buena cantidad de malos a la cárcel, pero cuando se trataba de enfrentar a su familia mi tía era tan indefensa como un Winnie Poh. La pobre se estresaba muchísimo, y no era para menos con tres niños de la misma edad que exigían atención al mismo tiempo, creo que al final lo que la salvó de la locura fueron las largas pláticas que mantuvo con mi madre.
Lara ya se adelantó y fue a tu casa.- comentó Ian.
Uhm.- gruñó Genzo.
¿Qué ocurre?
Que Lily está enferma y tu esposa va a encontrar otro motivo para hacerme ver que no soy bueno cuidando a su hermana.- respondió, mi padre.
¿Lily está enferma?.- Ian se preocupó, como era de esperarse, ya que quería muchísimo a mi madre.
Dice que no es nada serio.- dijo Genzo.- Pero aun así...
Y ahí estaba otra vez. Esa mirada, ese sentimiento. Algo no andaba bien, era como si todos percibiéramos la mala vibra de un terrible suceso que estaba por ocurrir.
Voy a llevarla al médico mañana, me diga lo que me diga.- Genzo trató de restarle importancia al asunto.
Eso sería lo mejor.- asintió Ian.
Así pues, todos nos metimos en nuestro automóvil y emprendimos el camino a casa. Suerte que mi padre tuvo el tino de traerse la "van" de lujo ya que si se hubiese traído su coche deportivo no habríamos cabido todos. En el camino, Jazmín miraba por la ventana distraída, quizás lamentándose de su suerte por no haberse podido besar con Franz. Lara leía una revista de sóccer y se peleaba con Derek acerca de quién era la mejor jugadora de fútbol de todos los tiempos, e Ian seguía jugando con el Gameboy.
Ya, suficiente.- protestó Derek.- Ya me harté. No quieres que te diga qué es lo que opino, sino que te diga que tienes razón.
Bah.- gruñó Lara.
Mi prima y mi hermana estaban sentadas una al lado de la otra, pero ni siquiera se miraban. Ellas no se llevaban bien, ya que eran muy diferentes en su forma de ser. Lara creía que Jazmín era una ñoña y Jazmín creía que Lara se pasaba de marimacha. Vaya expresiones mexicanas que se me pegan, marimacha es una mujer que hace cosas de hombres.
Llegamos a casa. Tanto papá y yo pensamos en que encontraríamos a mamá acostada en su lecho con mi tía Lara poniéndole compresas húmedas en la frente, pero no fue así: Lily aparece en la entrada, vestida con una larga falda blanca de algodón y una blusa de seda azul marino, y se dejó suelto su largo cabello. Me doy cuenta de que el cambio nos impactó a todos, no esperábamos ver a la Juventud encarnada esperándonos en casa.
Genzo fue el primero en caer en el embrujo. Se adelantó, tomó a su esposa entre sus brazos y la besó largamente.
Veo que ya te sientes mucho mejor.- sonrió mi padre.
Mucho mejor.- sonrió Lily.- Te dije que solo necesitaba descansar.
Hola, Lily.- saludó mi tío Ian.- Me da gusto ver que estás bien. Mira que acá tu maridito ya me había pintado un cuadro de muerte.
Gen suele exagerar un poco.- se disculpó Lily.
Mamá, ¿puedo preparar algunos pasteles para mis primos?.- pidió Jaz, quien fue la única que no vio lo mal que mamá había estado la noche anterior y por lo tanto no estaba tan impactada con el cambio.
Claro, querida.- aceptó mi madre.- Yo te ayudaré. Pero pasen todos, por favor. Ian, Lara te está esperando en la sala. Y por cierto: Felicidades.
Gracias.- el gesto de mi tío fue más una mueca que una sonrisa.
Todos entraron, excepto mi madre y yo. Lily me miró con dulzura.
¿Y bien? ¿Cómo le fue a mi Dragón Occidental?.- preguntó ella, con el apodo que me había puesto.
Dragón Occidental. El primero aludía a mi ascendencia oriental y el segundo a mi parte occidental.
Gabriel me anotó un gol.- me encogí de hombros.
Y supongo que el entrenador te dijo que eso le puede pasar hasta al hijo de Genzo Wakabayashi, ¿no es así?.- Lily soltó una risilla.
Ah, eso me lo van a decir siempre.- gruñí.
Reí junto con mi madre. Sin poder evitarlo, la abracé. La quería tanto, era mi mayor apoyo, la única que realmente me comprendía y que a veces interfería con mi padre a mi favor... Yo esperaba que ese horrible presentimiento que tenía no significara nada malo...
¿Pero quién habla de malos presagios en una tarde de sábado? Era un día brillante, soleado, cargado de buenas vibras, ¿quién podría pensar en que la muerte podía ceñirse sobre nosotros?
Mamá y yo entramos a la casa, la cual amenaza con convertirse en caos. Inmediatamente Ian me reta y nos ponemos a jugar en el X-box, mientras Derek espera a que uno de los dos pierda para poder retar al ganador. Jazmín se fue a hablar por teléfono, quizás para avisarle a Liz de que la hizo novia momentánea de Franz Schneider. Mis tíos charlan con mi prima acerca del futuro bebé y mi padre está esperando a mi madre.
Buen juego.- me dijo Genzo, antes de ponerme a jugar en el X-box.
Gracias, papá.- no lo puedo evitar y siento un poco de orgullo... Pero solo un poquito.
Desgraciadamente, pierdo contra mi primo y Derek se pone a jugar contra él. Yo me levanto por algo de jugo y veo que mis padres están charlando. No parecen estar discutiendo, pero el tono de voz de Genzo es apremiante.
No creo que sean normales los catarros que te dan.- dijo Genzo.- Puede ser otra cosa más seria.
¿No ves que ya estoy bien?.- Lily sonríe de esa manera tan especial.- No necesito un médico.
En circunstancias normales, mi padre hubiese cedido ante esa sonrisa, pero esta vez no. Sé que él también tiene ese sentimiento de que algo no anda bien con mamá.
Por favor, mi amor.- el tono de voz de Genzo era de súplica.- Sabes que te amo, que te necesito y que no toleraría que algo malo te sucediera. Por favor, ve con un médico, hazlo por mí y por Jazmín y Daisuke.
Esta vez fue mamá la que no pudo resistirse a la súplica.
Iré mañana a ver a Gwen.- dijo ella.- Te lo prometo.
Gracias.- Genzo sonrió y besó a mi madre.
Suspiré, aliviado. Al menos mamá ya buscaría a un doctor. En ese momento, Jazmín bajó corriendo las escaleras, con el teléfono en la mano.
¡Papá, es el tío Tsubasa!.- exclamó.- ¡Dice que quiere venir a vernos!
Más gente conocida en la casa. Qué bien, espero que Hayate, Daibu y Akiko vengan.
