Capítulo 7. Entre primos te veas…
Ya les dije que soy patético para los títulos… ¿Cuándo tuve la estúpida idea de ponerles títulos a los capítulos de mi diario?
Como sea, miré a mi primo con el entrecejo fruncido. Él me sostuvo la mirada.
¿Qué haces aquí?.- le pregunté.
Acaban de transferirme.- explicó mi primo Genzo.- Papá va a ser el nuevo entrenador del equipo de la ciudad.
Ya. Entonces Valentina y tú estudiarán aquí.- dije.
Exactamente. ¿Tu padre sigue siendo el mismo tonto de siempre?
Eso depende. ¿El tuyo sigue siendo el mismo lavacoches de siempre?.- repliqué.
Gabriel nos miró a ambos con cierta preocupación. Mi primo y yo nos medíamos con la mirada hasta que ambos soltamos la carcajada.
Supongo que tu mamá sigue preguntando eso de mi papá.- comentó Genzo, mi primo, quien por cierto prefiere que lo llame por su segundo nombre, Eiki, y esto es una completa bendición porque iba a hacerme un embrollo al no querer confundirlos a él y a mi padre.
Y yo supongo que la tuya sigue preguntando eso del mío.- reí yo.- ¡Qué gusto verte!
Igual digo, camarada.- Eiki, me palmeó el hombro.
Si pensaron que Eiki y yo nos llevábamos mal, están muy equivocados. Él y yo nos llevamos muy bien, ambos somos porteros y nuestros padres fueron los guardametas titular y suplente de la selección japonesa, de manera que nuestras familias son más que cercanas, además de que la madre de Eiki es la prima hermana de Genzo, mi padre. Curiosamente, Lily odia con toda su alma al padre de Genzo, mi primo, Ken Wakashimazu, mientras que la madre de mi primo, Paola, odia a mi padre, Genzo Wakabayashi. (¡Qué lío con tanto nombre similar! ¿No pudieron mis parientes echar a andar sus neuronas y ponerles a sus hijos nombres diferentes a los de sus familiares?). Es por eso que cada vez que nos vemos mi primo y yo nos burlamos hablando mal de nuestros padres, ya que eso hacen nuestras madres, insultar al esposo de la otra.
Vaya que es sorpresa.- comenté.- Pero al menos me da gusto tenerlos aquí.
Ya, aunque te advierto que te haré competencia para el puesto de portero titular.- advirtió Eiki.
Te lo cedo con todo gusto.- repliqué.
Eiki, mi primo, sabía de mi descontento por seguir los pasos de papá. Él no lo entendía el por qué de mi actitud, ya que a Eiki no le molestaba seguir los pasos de Ken. Incluso, Eiki también aprendió kárate, como su padre.
¡Qué amargado eres!.- exclamó Eiki.
Solo quiero que me dejen decidir mi vida.- dije.- No me agrada que alguien decida desde antes de nacer cuál será mi camino y que hasta decidan cuales serán mis gustos.
Ya, no te pongas así.- gruñó Eiki.- Y de todas maneras, no somos de la misma edad, así que no jugaríamos en la misma liga.
Ah, eso sí, porque mi primo era de la edad de Jazmín. Casi todos los compañeros y amigos de mi papá tuvieron hijos primogénitos, con excepción de Taro Misaki, que tuvo a Liz. Gabriel carraspeó. Supongo que se sintió ignorado.
¡Ah, perdón!.- exclamé.- Gabriel, él es Genzo Wakashimazu, mi primo. Primo, él es Gabriel Misaki, mi mejor amigo.
Mucho gusto, Genzo.- dijo Gabriel.
Prefiero que me digan Eiki.- gruñó mi primo.- Y tú eres el hijo de Taro Misaki. Hasta que te conozco.
¿Ya habías escuchado hablar sobre mí?.- Gabriel estaba algo sorprendido.
Mi padre siempre habla de sus compañeros y amigos de la selección y de sus hijos.- Eiki, se encogió de hombros.
Yo miraba con tristeza mi sándwich, al tiempo que sentía que mis tripas me gruñían de hambre.
Siento lo de tu almuerzo, no lo pude evitar.- Eiki me miró con todo, menos con culpabilidad, el desgraciado.
Ya qué.- suspiré.
Te comparto el mío.- ofreció Gabriel.
Gracias, pero no me gusta el atún.- gruñí.
Hola, Dai.- en esos momentos se acercó Lori a nosotros.- ¿Cómo estás?
Muriéndome de hambre porque mi primo me dejó sin almuerzo.- respondí.- ¿Qué tal tú?
¿Te quedaste sin almuerzo?.- Lori inmediatamente me ofreció su lonchera.- Te doy el mío.
¿Qué? No gracias.- me negué.- No te puedo dejar sin comer.
No importa, yo me traje un sándwich extra.- insistió Lori.- Y no es de atún, porque sé que no te gusta.
Escuché que Gabriel tosió, ocultando una risilla de burla. Eiki, comenzó a canturrear.
Bueno, muchas gracias.- tomé el emparedado para evitar que mis amigos siguieran haciéndome burla.
No hay de qué, Dai.- Lori Schneider sonrió.- Nos veremos después.
Claro.
No sabía que tuvieras novia.- Eiki, me palmeó la espalda.
Ah, ya tiene meses con ella.- se burló Gabriel.- Nomás que Dai no lo quiere reconocer.
Cállate, Gabo.- me enojo.
Es muy linda, Daisuke.- se burla Eiki.- Deberías de declarártele.
Es lo que yo le digo.- se ríe Gabriel.
Váyanse mucho a freír espárragos los dos.- bufé.
Me devoro el sándwich antes de que el receso se de por terminado. A lo lejos veo que Valentina, mi prima y hermana de Eiki, nos saluda apenas a su hermano y a mí con la mano. Sonrío levemente, Valentina sigue siendo la de siempre, igual de mula que su madre... Ya, que si mi tía Paola me escucha decir esto me dirá que soy una copia exacta de papá, aunque nunca le he dicho a ella que el que me digan eso no me molesta, solo me molesta que quieran que siga sus pasos.
Veo que Jazmín y Franz se pasean por la escuela tomados de la mano. Gabriel me dijo que a Liz no le hizo mucha gracia cuando mi hermana le dijo que la había hecho novia ficticia de Franz. Sin embargo, eso hacen las amigas, actuar de tapaderas y celestinas. Como siempre, detrás de Jazmín había otros cuatro o cinco muchachos que estaban esperando el momento oportuno de que mi hermana y su novio se pelearan para poder ir detrás de la chica más popular de la escuela...
Supongo entonces que al llegar a casa encontraré a más gente ahí. No creo que mis tíos Ken y Paola resistan la tentación de saludar a mis padres.
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Y mientras nosotros estábamos en la escuela, mi padre se tomó un día libre como vicepresidente de la FIFA para llevar a mi madre con el médico, ya que sabía que si la dejaba ir sola, Lily terminaría por no ir.
Comentario aparte. ¿No sabían que mi padre es el vicepresidente de la FIFA? Pues lo es, Genzo Wakabayashi es el primer japonés en ocupar el puesto y el hombre más joven de la historia en llegar hasta ahí... Otro motivo más para hacerlo terriblemente famoso...
En fin, mientras mis padres estaban en la sala de espera, Lily hablaba y hablaba sin parar.
Quizás, si me doy prisa, puedo lanzar mi próximo disco en dos meses.- decía Lily.- Así no se me juntará con la graduación de Jazmín.
Claro.- Genzo, mi padre, la dejaba hablar.
Aunque aun no tenemos la imagen de la portada pero quizás podríamos tomar algunas con los Alpes de fondo y...
Mi amor, deja que Débora se encargue de todo.- interrumpió mi padre.- No te estreses.
No me estreso.- replicó mamá.- Solo comentaba.
¿Y entonces por qué me estás apretando tanto la mano?.- preguntó mi padre, mostrando su mano la cual ya estaba poniéndose blanca de tanto que mamá se la apretaba.
Lo siento.- se disculpó mamá, y aflojó la presión.- Es solo que...
¿Qué pasa?.- preguntó Genzo.
Lily lo miró a los ojos y se mordió los labios.
No sé, como que siento que se me está acabando el tiempo.- murmuró ella.
¿El tiempo para qué?.- cuestionó mi padre.
El tiempo para hacer lo que quiero.- respondió Lily.
No digas eso, por favor.- Genzo besó a su esposa.- Quizás solo sea una infección que no quiere ceder.
Era curioso cómo mis padres se turnaban para ser el apoyo del otro. Cuando uno estaba nervioso, el otro inmediatamente lo tranquilizaba aun cuando compartiera sus mismos temores. Por fin, después de un rato, Gwen Schneider los hizo pasar.
Gwen Heffner había sido desde siempre la médico de cabecera de mamá, desde una vez que la alemana trató a Lily de una laringitis que amenazaba con prohibirle cantar en el concierto de Pavarotti and Friends. Gwen siempre estuvo enamorada de Karl Heinz Schneider, padre de Lori y Franz y acérrimo rival de papá, aunque tuvo que pelear mucho por su amor para poder casarse con él y darle hijos. En fin, volviendo al presente, Gwen hizo pasar a mis padres y comenzó a interrogar a Lily sobre sus síntomas.
A últimas fechas me he sentido muy cansada.- comentó mi madre.- Me duele mucho la cabeza, me ha dado algo de fiebre y algunos ataques de tos. No le he prestado importancia porque creo que son simples resfriados. Y la edad.
¿Nada más?.- preguntó Gwen.
Nada más.- asintió mamá.
No olvides los moretones.- añadió Genzo.
¿Moretones?.- preguntó Gwen.
Sí, en los últimos quince días le han salido varios moretones.- aclaró papá.- Al menos como unos siete.
Eran seis.- protestó mamá.
Aun así son muchos.- replicó papá.
Ya veo.- comentó Gwen.- ¿Algún otro problema? ¿Sangrado de las encías o de la nariz?
Ahora que lo mencionas... .- dijo Lily.- Cuando me lavo los dientes me sangran las encías con mucha facilidad. Mandé comprar cepillo de dientes infantil, pero aun así me sangran.
Ya veo.- Gwen extendió una solicitud de laboratorio.- ¿Utilizan algún método para que no te embaraces?
Me hicieron la salpingoclasia pocos meses después de que nació Daisuke.- explicó Lily.- Mis embarazos fueron complicados y no queríamos correr riesgos con un tercero, a pesar de que me costó trabajo el quedar embarazada de mis hijos.
Sí, lo había olvidado.- sonrió Gwen.- Te haré un examen médico general, pero también quiero que te tomes estos estudios de sangre.
¿No es un poco exagerado?.- Lily trató de sonreír.
Nunca es exagerado cuando se trata de la salud.- replicó Gwen.
Lily ya no respondió. Genzo le agradeció a Gwen con una sonrisa. La doctora se levantó y le dio a Lily una bata médica.
Por favor, espéranos afuera.- pidió Gwen a papá.
Durante el chequeo, todo parecía estar bien, pero Gwen descubrió más moretones en el cuerpo de mamá. La alemana no dijo nada, pero sabía que ésa no era una buena señal... Una enfermera entró y le sacó las muestras de sangre a mamá para el laboratorio.
Bueno, pues ahora solo habrá que esperar los resultados.- dijo Gwen.- Aparentemente la exploración física no reveló datos de importancia, pero veremos qué dice tu sangre. Te avisaré cuando los tengan listos.
Claro.- asintió Lily.- Muchas gracias.
Papá esperaba a mamá con su abrigo en las manos y la ayudó a ponérselo. Ambos se despidieron de Gwen y salieron del hospital con la seguridad de que no regresarían.
Lástima que se equivocaban...
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Después de clases, Jaz y yo comenzamos a caminar con Liz y Gabriel a nuestras casas. No me sorprendió cuando Eiki y Valentina se nos unieron. Hice las correspondientes presentaciones y nos dirigimos a casa, ya que mis primos vendrían con nosotros. Liz, Jazmín y Valentina hablaban de cosas de chicas y del próximo cumpleaños de mi hermana, mientras que los chicos hablábamos de fútbol y cosas relacionadas. De pronto la charla se desvió hacia el examen de matemáticas.
¿Cuándo vas a ayudarme a estudiar?.- preguntó Gabriel, algo preocupado.
En la tarde podemos empezar, si quieres.- respondí.
No me digas que te fallan las matemáticas.- comentó Eiki.
Algo así.- Gabriel le mostró la lengua.
Pues ya somos dos.- suspiró Eiki.- A mí también me va mal en eso, pero acá Daisuke nos podrá ayudar.
A Gabriel lo ayudaré porque me ayudará a mí con el francés.- repliqué.- Pero a ti no, primo, porque no me vas a ayudar con nada.
Te puedo enseñar a ser un buen portero.- ofreció mi primo.
Qué chistoso.- gruñí.
Yo siempre.- rió mi primo.- Además no sé de qué nos preocupamos, según mi mamá los jugadores de fútbol tienen el cociente intelectual de un político.
Gabriel y yo nos reímos.
¿Y se ha dado cuenta tu mamá de que su esposo entra en esa categoría?.- preguntó Gabriel.
Por eso mismo lo dice.- rió mi primo.- Nada más que no se lo vayan a decir...
En una esquina Gabriel y Liz se despiden de nosotros y se enfilan hacia su casa. Gabriel me dice que irá a mi casa unas cuantas horas más tarde, según para estudiar pero ya sé yo que alguna travesura habremos de planear para el cumpleaños de Jazmín. Mis primos, mi hermana y yo seguimos nuestro camino y llegamos a casa. Como ya me lo esperaba, mis tíos Paola y Ken ya están ahí, pero no son los únicos, ya que también se encuentran Gina y Hikaru Matsuyama, los padres de Jun, junto con éste y su otra hija, Caroline.
No creas que vamos a parasitar tu casa.- comentó mi primo.- Papá ya consiguió una muy bonita cerca de aquí.
Lo que significa que a mi tía Paola le va a dar un infarto por tener a mi padre tan cerca.- comenté.
Algo así.- mi primo se encogió de hombros.
Caroline ve a Jazmín y va a saludarla, pero de pronto se fija en el muchacho de ojos verde profundo que nos acompaña y se dedica a contemplarlo con ojos de admiración.
Si Carol no cierra la boca, se le van a meter las moscas.- le comento en un susurro a Jazmín.
No seas grosero.- me reprime mi hermana.
Caroline se acerca a Jazmín y se la lleva tomada del brazo. Valentina levantó una ceja, pero Eiki, ni cuenta se dio.
¿Quién es ese muchacho de ojos verdes?.- le pregunta Carol a Jazmín.- ¡Es guapísimo!
¿Hablas de Eiki?.- se sorprendió Jaz.- Es mi primo...
¡Vamos, conchita al mar, como diría mi abuelo materno. No me digan que ahora a Carol le gusta mi primo...
Notas:
Gwen Heffner es un personaje creado por Lily de Wakabayashi. Y si bien en algún momento dije que estaba inspirado en una de mis mejores amigas, mentí. Indirectamente, Gwen está inspirada en mí, también XD.
Valentina Wakashimazu es un personaje creado por Tsuki.
Caroline Matsuyama es un personaje creado por Gina de Matsuyama.
La salpingoclasia es una operación que consiste en cortar y ligar las trompas de Falopio e impedir así el embarazo, de manera permanente.
Mi padre en verdad dice "¡Vamos, conchita al mar!" cuando algo lo sorprende XD.
Gracias a Susuke, Tsuki, Samael y Gina por los datos de sus personajes.
