Capítulo 20. Buscando opciones.

Después de mantenerme casi un mes y medio en Terapia Intensiva Neonatal, los doctores decidieron que podía pasar ya a Prematuros, en donde permanecí otras dos semanas, tras lo cual los pediatras decidieron que yo podía irme con mis padres a casa.

Parece increíble.- dijo la pediatra.- Pero Daisuke sobrevivió y mañana vamos a darlo de alta.

Claro, después de dos meses de estarme tratando, la pediatra me veía como su hijo y me llamaba por mi nombre.

¿Está usted segura?.- Lily casi grita de la emoción.

Claro que lo estoy.- sonrió la pediatra.- Daisuke aun está algo bajo de peso, pero está sano y ya podemos intentar la recuperación final en casa.

Se lo agradecemos enormemente, doctora.- dijo Genzo.- No creímos que fuera posible...

Daisuke es un luchador, eso es seguro.- sonrió la médica.- Le esperan cosas brillantes, eso es seguro.

Mi padre sonrió, feliz, seguro de que al fin tendría a su sucesor. Mi madre, por el contrario, esperaba que en algún futuro quizás su hijo fuera doctor... O violinista... En fin, sea como fuere, el día en que me dieron de alta del hospital mi mamá me vistió con ropa amarilla. De hecho, todo lo que llevaba, tanto mantas como gorritos, zapatos y hasta la pañalera eran de color amarillo.

Creí que lo vestiríamos de azul.- comentó Genzo, algo extrañado de que su hijo saliera vestido cual pollito desplumado.

En mi país se tiene la creencia de que es de buena suerte el sacar a los bebés recién nacidos vestidos de amarillo.- explicó Lily, sonriente.

Ni hablar. Tanto Genzo como Lily se prometieron que cada uno respetaría las creencias y las costumbres del otro. Jazmín había querido ir con mis papás al hospital por mí, pero obvio que no fue posible, así que mi hermana esperó impaciente mi llegada a casa, en compañía de Emily y de Kana, mis dos abuelas. Cuando llegamos a casa, Jazmín casi se nos deja ir a todos.

¡Quiero verlo!.- pidió mi hermana, saltando como conejo esquizofrénico, según me dijo mi madre.

Está dormido.- respondió Genzo, cargando a Jazmín.- Tendrás que esperar un poco.

¿Por qué tengo que esperar tanto para ver a mi hermano?.- mi hermana hizo un puchero.

Porque es pequeñito.- respondió Lily.

También yo soy pequeñita y no por eso me duermo cuando alguien me quiere ver.- replicó Jazmín.

Mis abuelas y mis padres soltaron la carcajada. Por fin comenzábamos a ser una familia... Mi madre, sintiéndose culpable quizás por todo por lo que me hizo pasar, me alimentó y me cuidó con tanto ahínco que pronto comencé a aumentar de peso. Lily sacó su disco cuando yo cumplí cinco meses de nacido, pero se negó a dar conferencias de prensa o apariciones en programas en vivo.

Hace tiempo debí darme cuenta de que no hay nada más importante que mi familia.- explicó Lily a la prensa.- Estuve a punto de perder a una de las tres cosas que son más importantes en mi vida que mi carrera y eso no me va a volver a suceder.

Con esas tres cosas, por supuesto, mamá se refería a Genzo, a Jazmín y a mí. Y si bien los críticos pronosticaron que Lily Del Valle tendría un fracaso rotundo en su nuevo material, se equivocaron, ya que la historia del bebé que luchó por su vida la hicieron hacerse más popular... En fin, eso pasa cuando es hijo de famosos...

Jazmín, mi hermana, me quiso desde el primer momento, y creo que yo la quise a ella de la misma manera. Mamá me contó que muchas veces vio a mi hermana parada junto a mi cuna, vigilándome. Ella cumplió, y el oso de peluche que me prometió en el hospital pasó a ser mío hasta que cumplí los diez años. Fue entonces cuando lo guardé en mi clóset, pero sigue teniendo un valor muy grande para mí... De verdad, algo que siempre he agradecido es el que mi hermana y yo podamos llevarnos tan bien. Muchas veces escuché que tanto mi padre como mi madre np tuvieron jamás una buena relación con sus hermanos... Genzo, tan enfocado en el fútbol, descuidó mucho su relación con Touya, Kenji y Hana, mientras que Lily nunca se pudo llevar del todo bien con Lara, debido a lo diferentes que las dos eran. Y Chiara... Bueno, ya he hablado de eso, Lily y Chiara eran muy unidas, pero mi tía murió cuando mi madre era joven, así que Lily ya no recordaba lo que era tener una hermana...

Eso me recuerda... Debo investigar un poco más sobre la información que encontré en el folleto entre las cosas de mi madre...

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Después de mucho pensarlo, decidí no decirle a mi hermana que Franz me había hackeado la computadora, y no lo haría hasta que no tuviera pruebas de por qué lo había hecho. Sinceramente, no le veía el caso. Nunca me metí con Franz, es más, hasta ayudé a Jazmín en muchas ocasiones en sus escapadas con el hijo de Karl Heinz Schneider, el gran rival de mi padre y al que muy seguramente hubiera dejado en coma con todo e hijo si se hubiese enterado de que este último andaba pretendiendo a su hija. Además, nunca nos había gustado la misma muchacha (con excepción de Liz) y como cada quien estaba en niveles diferentes en el equipo de fútbol pues tampoco existía esa rivalidad...

No tenía caso, tendría que averiguar el por qué Franz me había jugado esa mala pasada. Obvio que estaba muy molesto, tenía ganas de estamparlo contra la pared y ahora tenía doble razón: primero había invitado a salir a Liz Schneider, la niña que me traía loco, y ahora me había hackeado la computadora para cambiar mis calificaciones en francés, lo que me había hecho que me reprobaran y que me ganara un castigo monumental.

Contrólate, Daisuke.- me dije en voz alta, al tiempo que ponía un poco de música de estilo New Age.

¿Por qué tienes que tranquilizarte?.- preguntó Kirei, en esos momentos.

No importaba cuanto tiempo pasara, nunca me acostumbraría a la habilidad de gato de mi madrina para aparecerse de repente y sin hacer el más mínimo ruido... Jaja, cuando ella lea esto va a querer colgarme, Kirei odia a los gatos y no le va a hacer gracia el que la haya comparado con uno.

Descubrí quién cambió mis calificaciones.- respondí, tratando de mantener la calma.

¿En verdad?.- se sorprendió Kirei.- ¿Y qué esperas, que no lo golpeas?

Pues es que aun quiero saber el por qué rayos lo hizo.- repliqué.- No había ningún motivo. El muchacho es medio presuntuoso, pero no era mala persona y me llevaba bien con él.

Así pasa muchas veces.- suspiró Kirei.- Alguien a quien creías un amigo termina por ser tu peor enemigo. Más bien, lo que deberías hacer es encontrar pruebas en su contra.

Va a estar difícil que pruebe que fue él, a menos que lo haga confesar.- suspiré.- Pero ya se me ocurrirá algo.

Kirei se sentó sobre mi cama y me miró fijamente.

¿Cuándo vas a decirle a Kielo lo que descubrimos de su enfermedad?.- me preguntó mi madrina.

Bueno, Kielo significa en finlandés "Lily of the Valley", que sería más o menos el equivalente de Lily Del Valle en inglés, razón por la cual Kirei la llama así.

No se lo he dicho.- respondí.- Quizás no me vaya a creer alegando que el doctor Lacoste sabe lo que hace.

Eso puede ocurrir.- admitió Kirei.- Pero nada pierdes con intentarlo. Eso podría salvarle la vida, hasta donde sabemos.

Quisiera ser doctor.- gruñí.

¿Y por qué no? ¿Qué me impediría convertirme en doctor y salvar las vidas que algún niño desesperado de doce años no podía salvar?

Fui al clóset y saqué mi violín, comencé a afinarlo y empecé a tocar una melodía... Kirei me miró con una media sonrisa.

Tenía mucho de no escucharte tocar el violín.- comentó ella.

Lo había desplazado por tantas actividades que tenía.- contesté.- Pero creo que ahora lo necesito más que nunca.

Y fue ahí cuando supe que mi madre y mi madrina tenían razón: nada mejor para tranquilizar el alma que la música...

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Por cierto que el hexágono amoroso Carol-Valentina-Louis-Eiki seguía de mal en peor... Sí, ya sé, eso no es un hexágono, es un cuadrado, pero si contamos a Jun ya se forma... Ok, eso sería un pentágono, ustedes ganan...

El chiste es que Louis seguía buscando demasiado a Carol y a Valentina, lo curioso es que al principio primero buscaba a una y después a la otra, así que todos pensamos en que el muchacho quería jugar con ambas chicas, pero después Louis andaba con las dos y fue ahí cuando Jun y Eiki perdieron el control.

Voy a matarlo.- dijo Eiki, quien seguía sin querer reconocer que estaba molesto tanto por VAlentina como por Caroline.

No si te gano yo primero.- gruñó Jun.- Miren que traer así a mi hermana...

Sí, ¿qué se cree? Es un tarado.- apoyó Eiki.

Yo me reí. Desde que Louis salía mucho con Carol, ésta ya no le prestaba atención a Eiki, o al menos no tanta como lo era en un principio... Parece ser que mi primo había caído en eso de: "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido". Qué ironía...

Por cierto... Ni me la van a creer, pero me cae que se los tengo que contar. A últimas fechas había visto a Jun platicando mucho con... Lisy... Sí, aunque no me la crean, Jun y mi primo andaban mucho tiempo juntos desde que la enfermedad de Lily y el embarazo de Lara obligaron a esta última a alejarse un poco de sus hijos... Derek y Scott lo tomaron con calma y se comportaron según las circunstancias, pero Lisy se lo tomó demasiado a pecho, ya que era muy unida a su madre y de pronto se sintió desplazada... Un buen día, Jun se acercó a hablarle, ya que Lisy se veía muy triste, y de ahí se hicieron aficionados a charlar sobre muchas cosas, entre ellas el fútbol sóccer. Al poco tiempo, Jazmín y yo nos dimos cuenta de que Lisy parecía haberse encariñado demasiado con Jun...

Ah, la juventud...

¿Y cómo está Lara?.- le pregunté a Jun, para cambiar de tema.

¿Quién?.- Jun pareció no entender.

Mi prima.- expliqué.

Ah, hablas de Lisy.- sonrió Jun.

¿Lisy? ¿Desde cuando alguien llamaba a mi prima "Lisy"? Cierto es que yo la llamo así aquí para no confundirla con mi tía, pero cuando mi prima se entere va a matarme. Ella no deja que nadie la llame así... Con excepción de Jun, por lo que veía...

Sí, Lisy.- dije.- ¿Cómo ha estado?

Tú deberías de saberlo, eres su primo.- replicó Jun.

Noté que él se había puesto algo nervioso... En fin, yo que sé, si él quiere tener un romance con mi prima, allá él. Si él la aguanta, perfecto, por los demás no habrá problemas. Lo dicho, mi prima va a matarme...

En fin, volviendo al tema del principio, Jun y Eiki no sabían que hacer ya con Louis. Lo que a mí me inquietaba era que el francés no parecía interesarse en serio por ninguna de las dos muchachas, pero ni Caroline ni Valentina eran tontas y no entendía cómo era que aceptaban el salir con él... Otra cosa por la que debería de ocuparme, pero eso sería después...

Sí, ya lo sé. Daisuke, el niño con complejo de superhéroe, el que quiere arreglarle la vida a todos...

Eso, definitivamente, lo heredé de mi madre.

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Le pedí a mi madre que me dejara acompañarla con su próxima cita con el doctor Lacoste. Lily aceptó sin reservas, ya que a esas alturas ella comenzaba a pensar que estaba por perder la batalla contra su enfermedad y que lo mejor sería el que comenzara a pasar más tiempo para su familia... A esas alturas, Lily ya había perdido todo su hermoso y largo cabello...

No había querido hablar sobre esto. La verdad es que para todos fue terriblemente doloroso. El cabello de Lily era espectacular, era brillante, era hermoso, era como su símbolo personal, así como el símbolo de mi padre eran las gorras. Jazmín y yo crecimos con la imagen de mamá con su largo cabello flotando alrededor de ella, era lo que más nos gustaba, aparte de sus ojos, así que cuando ella comenzó a quedarse calva fue un duro golpe para todos... Pero no por eso dejamos de quererla... Lily comenzó a usar entonces pañoletas y gorros que en vez de hacerla verse mal, le dieron un toque de juventud que nadie esperaba...

Bien, Lily.- dijo el doctor Lacoste.- Estamos por concluir el ciclo de quimioterapia y... Desgraciadamente no tengo buenas noticias...

¿Qué ocurre, doctor?.- mi madre trató de mantener la calma.

Tus niveles de células malignas en la sangre no han disminuido casi nada.- explicó el doctor Lacoste.- La quimioterapia no está funcionando por ahora... Y sinceramente, hay muchas posibilidades de que los ciclos posteriores tampoco funcionen...

¿Y qué otras opciones hay?.- preguntó Lily, apretándose las manos con fuerza.

Hay medicamentos más potentes, podríamos intentar un nuevo ciclo y... .- comenzó a decir el doctor Lacoste.

Fue suficiente. Había otra opción que podía hacerse y que resultaría mucho más eficaz, según lo había investigado. Era el momento de hablar.

¿Qué hay del transplante de médula ósea?.- pregunté en esos momentos, interrumpiendo al doctor Lacoste.

Lily emitió un gemido y Jean se quedó callado. Por supuesto, el transplante de médula ósea era la última opción, pero daba resultados en la mayoría de los casos, con buena tasa de supervivencia a largo plazo...

Sin embargo, en otros casos, el cuerpo donador podía rechazar el transplante y matar al enfermo con mayor rapidez que la propia enfermedad...

Tal y como había ocurrido con Chiara...