Capítulo 27. Un beso…

El doctor Lacoste tuvo pronto los resultados preliminares de las pruebas de compatibilidad. Como era de esperarse, la mayoría de los candidatos quedaron descalificados en la primera ronda, igual que Estados Unidos en el Mundial de Alemania 2006 (¿Qué? Me caen mal los gringos). Sorprendentemente, Derek, Scott, Lisy, Jazmín y yo quedamos como candidatos. Creo que a mis primos les llegó la herencia de Chiara más que la de Lara, ya que ellos tenían más compatibilidad con Lily que la propia Lara.

Lo que hacen los genes.- suspiró Ian.

Ése sería un buen título para un libro.- comentó Genzo.

¿En qué andas pensando?.-preguntó Taro.- ¿Vas a escribir un libro o qué?

No sería mala idea que comenzara a escribir sobre mis experiencias.- Genzo suspiró.

Lo siento, papá, te gané la idea... En fin, sea como fuere, mis primos, mi hermana y yo nos sometimos a más pruebas. Espero que no vayan a pensar que es una crueldad el hacer que un grupo de chiquillos se sometan a tantas cosas, pero aunque no me lo crean, un transplante de médula ósea no es como donar un riñón u otro órgano del cuerpo, ya que los huesos producen médula ósea de manera constante, de forma que la persona que la dona no sufre daño alguno. Hasta un bebé puede donar médula ósea, y me consta porque en algún lugar leí acerca de una familia que tuvo a otra hija para salvar a la que ya tenían y que se estaba muriendo de cáncer... Pero ésa es otra historia...

Volveremos a hacer pruebas más específicas.- anunció el doctor Lacoste.- Después de eso escogeremos al candidato adecuado.

¿Cuánto tardará eso?.- quiso saber Genzo.

Algunos días, pero quiero aclararles algo y es el hecho de que no porque encontremos a un candidato adecuado significa que va a ser el idóneo.

Perdone, pero creo que no lo entiendo.- dijo Genzo.

Significa que no porque se escoja a un donador significa que seamos compatibles en un cien por ciento.- explicó Lily.- Un candidato idóneo es aquel que tiene más del noventa por ciento de compatibilidad. Un candidato adecuado solo significa que fue el que mayor compatibilidad tuvo conmigo, aunque solo lo seamos en un setenta por ciento.

Ya veo... .- mi padre se veía desilusionado.

Si tuviéramos más tiempo, podríamos buscar en el banco de donadores para tratar de encontrar al adecuado.- explicó el doctor Jean.- Pero como no lo tenemos, tendremos que tomar el que tenemos a la mano...

Genzo sabía a esas alturas que si Lily no recibía médula ósea de un donador idóneo, sus posibilidades de sobrevivir eran muy pocas...

Él rogó porque alguno de nosotros fuera el donador perfecto...

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Franz no se lo esperaba. Claro, no podría esperarse jamás una trampa tendida por alguien como Jazmín, ya que después de todo, él aun la seguía queriendo... Ese día, Jazmín se veía sensacional, con unas botas altas y una minifalda con una blusa escotada.

Gracias por aceptar hablar conmigo.- dijo ella, sentándose a un lado de Franz.- Es solo que me siento fatal...

Siempre estaré para ti, preciosa.- respondió Franz.- Aun no puedo creer lo que Ozhora te haya engañado con Melissa...

Pues para que veas.- Jazmín fingió un sollozo.- Hayate solo me buscaba para acercarse a mi mejor amiga...

Lo lamento mucho.- Franz abrazó a Jazmín.

Mi hermana, gran actriz, sollozó en el hombro de su ex por largo rato, después de lo cual se separó un poco.

¿Sabes qué es lo que más me duele?.- musitó ella.- Que Daisuke ayudó en esto.

¿Qué?.- Franz estaba atónito.- ¿Daisuke te traicionó también?

Sí.- hipó Jazmín.- Él fingió estar interesado en ella para poder hacer que Hayate y Melissa me engañaran.

¡Qué poca!.- exclamó Franz.- Y se dice ser tu hermano...

Debo vengarme.- dijo mi hermana, con un brillo maléfico en los ojos.- De los tres.

¿Estás segura?.- Franz dudaba.- Ellos son tu novio, tu hermano y tu mejor amiga...

Lo eran.- replicó Jazmín.- Hasta donde sé, Daisuke ya no es mi hermano.

Franz se tragó enterito el anzuelo... Mi hermana no podía estar más satisfecha...

¿Qué has pensado?.- preguntó Franz.- ¿Tienes alguna idea?

Sí. Quiero hackear la computadora de mi hermano y cambiar todas sus calificaciones de la escuela, para que lo expulsen.- respondió Jazmín.

Vaya que eres malvada.- se sorprendió Franz.

Tú lo hiciste una vez, ¿no?.- preguntó Jazmín, como quien no quiere la cosa.

¿Hacer qué cosa?.- Franz no se iba a delatar tan fácilmente.

Tú sabes... Hackear a mi hermano... .- susurró Jazmín.- ¿Quién más podría haberlo hecho? Te conozco y sé que también eres muy bueno con las computadoras...

Franz sonrió.

¿Por qué estás tan seguro de que fui yo?

¿No fuiste tú?.- Jazmín puso cara de sorpresa.- Vaya, entonces hay alguien mejor hácker que mi hermano pror ahí... Quizás deba conocerlo...

Solo le daba drama al asunto.- sonrió Framz.- Por supuesto que yo hackeé a tu hermano. Le cambié las calificaciones de francés, supuse que así lo iban a expulsar pero no lo conseguí.

Mi hermana tuvo que echar mano de toda su fuerza de voluntad para no golpear a Franz en ese momento.

Pero aun estamos a tiempo de conseguir que lo expulsen.- dijo Jazmín, con voz melosa.- ¿Me vas a ayudar a vengarme?

Por supuesto que sí, preciosa.- asintió Franz, con una gran sonrisa.

La primera parte de la trampa estaba lista...

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Jun estaba sentado solo tomándose un refresco. Yo me sorprendí de no encontrarlo rodeado de gente, ya que él también era bastante popular. Por algo dije en el capítulo pasado que él y Jazmín podrían hacer una buena pareja...

Hola, Jun.- lo saludé.- ¿Qué haces?

Pensando.- suspiró él.

¿En qué?

En mi hermana.- respondió Jun.- Yo no sé qué le pasa... En un principio parecía gustarle Eiki, pero ahora no se separa de Louis, y si bien en un principio no me agradó la idea de ver a tu primo como cuñado, ahora veo que el tener a un Le Blanc en la familia es mil veces peor.

No seas sangrón.- me reí.- Tener a Eiki en la familia no es tan malo, lo digo por experiencia propia.

Sabes de qué hablo.- gruñó Jun.- Creo que Carol hizo que Eiki se fijara en ella y ahora lo va a mandar volar bien y bonito.

Ah, qué tontos podemos ser los hombres.- comenté.

¿Qué quieres decir con eso?.- gruñó Jun.

Que tu hermana no está interesada en Louis, ni Louis está interesado en ella.- respondí.

¿Qué?.- Jun casi escupe su refresco.- ¿Cómo es que estás tan seguro?

Porque Louis me lo dijo.- respondí.- A Carol le siguen gustando Eiki, solo le está ayudando a Louis...

¿Ayudándole a qué?.- se sorprendió Jun.

A conquistar la chica que le gusta.- contesté.

No me digas que Louis está interesado en Valentina...

No, tampoco.- me reí.- Louis está interesado en una chica llamada Umi, una compañera del club de pintura de Caroline y Valentina. Las dos han estado haciendo planes con Louis para poder acercarse a Umi.

¿Y por eso han estado saliendo tantas veces?.- Jun estaba incrédulo.

Así es.- asentí.- Los tres se van a las clases de pintura para que Louis se ponga en contacto con Umi.

¿Y por qué a últimas fechas Louis solo salía con Carol?.- como que Jun seguía sin creerme.

Porque Umi agarró a Valentina de confidente, entonces mientras ellas dos estaban juntas, Carol y Louis buscaban la forma de espiarlas.- expliqué.

No creí que a mi hermana le gustara andar de celestina.- Jun frunció el entrecejo.

Pues para que veas.- me reí.

¿Estás seguro de lo que me dices?

¿Crees que sería capaz de mentirte con algo como eso?

Buen punto... Espera a que Eiki se entere de eso... .- sonrió Jun.

Ah, no, no puedes decirle nada.- repliqué.- Lo que te conté fue secreto.

¿Y qué se supone que debo hacer? ¿Dejar que Eiki sufra?.- cuestionó Jun.

Pues él se lo merece, por ser tan terco.- repliqué.

Jun rió, apoyando mi comentario, aunque a luces pareció estar más tranquilo.

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A esas alturas de mi existencia, ya varias chicas me habían "confesado su amor". Yo había recibido al menos unas veinte cartas de amor, algunas en mi casillero, otras más en mi mochila, unas restantes en mi pupitre. Yo estaba sorprendido. ¿Cómo rayos conseguían tantas chicas meter esos papeles sin que yo me diera cuenta?

Eres el amor de mi vida, cásate conmigo.- leyó Gabriel una carta.

Llévame en tu caballo blanco a tu castillo, mi príncipe azul.- Eiki leía otra.

Quiero que me tomes entre tus brazos y... .- me puse colorado al leer lo que leí.- ¡Válgame! ¿En verdad estas cartas las escribieron niñas de doce años?

Eres todo un Don Juan.- rió Eiki.

O un príncipe azul.- se burló Gabriel.

Ya, que no soy nada más que yo, Daisuke Wakabayashi.- repliqué.

Pues precisamente por eso es por lo que les gustas tanto.- observó Jun.

Yo lo medité por algunos segundos. Cierto era que muchas chicas me habían declarado su amor de muchas formas, sin embargo, ninguna de ellas me interesaba más que como amiga... Y la única chica que en verdad me gustaba no me veía más que como amigo...

Lis venía caminando hacia nosotros, con una expresión extraña en la cara, como si hubiese acabado de oler algo similar a huevos podridos.

¿Qué te pasa, hermanita?.- preguntó Gabriel.- Pareciera que hubiese olido algo muy apestoso...

¿Algo así como tus calcetines?.- gruñó Liz, de mal humor.

Touché.- murmuré.

Por cierto.- Liz arremetió contra mí.- Hazme el favor de decirle a tus enamoradas que no soy tu secretaria, Daisuke.

La chica casi me aventó un montón de cartas y se marchó muy enojada.

¿Y a ésta que le pasa?.- musité, sorprendido.

Ha de estar en sus días.- gruñó Gabriel.

Ah, qué mala onda... Yo quisiera poder tener unos tres años más para poder cortejar a Liz como cualquier chico de su edad. Creo que me estaba pasando de pretencioso al imaginarme que en algún momento iba poder a estar con ella de la manera en como lo quería...

Si tan solo hubiese nacido unos cuantos años antes.- suspiré.

¿Qué cosa?.- preguntó Gabriel.

Nada...

A la hora del receso puse un pretexto y me fui a la colina desde donde se dominaba toda la escuela. Recordé que ahí fue en donde Liz me dijo que le daba gusto que a mí no me gustara Katie...

Dai, ¿estás bien?.- me preguntó Lorelei Schneider, en esos momentos.

¿Eh?.- me sorprendí, como era de esperarse.- Claro, estoy bien... ¿Qué pasa?

Quería charlar contigo.- Lori bajó la mirada.- Es importante...

Claro, ¿qué sucede?

Es que... .- Lori muy seguramente se ha de haber armado de mucho valor para decirme lo que me dijo.- Sé que hay muchas chicas que te han declarado su amor, y yo sé que no voy a ser la primera en decírtelo pero sí soy la primera en decirlo... Te quiero, Daisuke, siempre me has gustado mucho.

Me quedé con la boca abierta. Fui chapado a la antigua, como diría mamá, y no estaba acostumbrado a que las chicas se le declararan a los chicos... Bueno, viniendo de gente a quien no conocía esto me tenía sin cuidado, pero viniendo de alguien como Lori...

Te quiero, Dai.- repitió Lori.- Quiero ser tu novia.

Lori me abrazó y me besó en la mejilla. En ese momento, yo vi por encima del hombro de Lorelei que Liz nos miraba incrédula. Ay, no, que mi vida parece de telenovela... Yo me solté inmediatamente de Lori, pero ya era muy tarde: Liz ya había emprendido la retirada.

Lori, eres una niña muy tierna.- dije, escogiendo con cuidado mis palabras.- Me agradas muchísimo, pero no me gustas de esa manera... Perdóname...

Comencé a caminar, sin querer parecer demasiado ansioso por irme. Afotunadamente, Lori no me siguió, me odié a mí mismo por haber tenido que romperle el corazón pero de verdad que ella no me gustaba como novia...

Llámenlo suerte u obra del destino, pero "casualmente" me encontré a Liz apoyada contra un árbol. Yo dudaba entre hablarle o seguir de frente, pero cuando reaccioné mis pies ya me habían conducido a donde se encontraba ella...

¿Te sientes bien?.- le pregunté.

¿Por qué no habría de estarlo?.- me respondió ella, ácidamente.

No lo sé, tú dime... .- me encogí de hombros.- Oye, lo que viste hace rato no es lo que crees...

¿Por qué crees que me interesa lo que haya pasado entre tú y Lorelei?.- me interrumpió Liz, enojada.

Tienes razón.- suspiré.- Seguramente no te interesa un mocoso como yo.

Liz no dijo nada. yo no sabía si debía quedarme o marcharme, así que opté por lo último...

No lo entiendo.- murmuró Liz, cuando yo estaba por marcharme.- Sencillamente no lo entiendo...

¿Qué es lo que no entiendes?.- pregunté.

No entiendo por qué me pongo celosa del muchacho que ha sido el mejor amigo de mi hermano desde la infancia y al que en alguna ocasión vi como a mi propio hermano.- musitó Liz.

¿Necesitaba algo más? Me acerqué lentamente a Liz y... Bueno, pues la besé en los labios... Vamos, que me sentía raro dándole mi primer beso a esa chica pero... Pues debo reconocer que no estuvo nada mal...

De hecho, me encantó...

Ya sé, no soy nada romántico, pero no puedo describir la hermosa sensación que experimenté cuando los labios de Liz se unieron a los míos...

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Jean ya tenía listos los resultados de las segundas pruebas. Al final, solo Jazmín y yo cumplíamos con todos los requisitos para ser los donadores de Lily... Bueno, no éramos tan idóneos pero los porcentajes de compatibilidad eran bastante buenos, como era de esperarse dado que éramos los hijos de la enferma... Y como la compatibilidad tenía que ser lo más exacta posible, el doctor Lacoste eligió al que tenía el mismo grupo sanguíneo que Lily, A (+).

O sea, yo...