Capítulo 29. ¿Cuándo llegará el final?

Es lo que me pregunta mi editor. Me dice que esta historia ya se extendió demasiado, pero yo no tengo la culpa de tener tantas cosas qué contar...

En fin, revisando la computadora de Franz, descubrí sorprendido que ya llevaba mucho tiempo hackeándome. Había copiado muchos de mis programas e incluso algunos juegos que había creado. Mi orgullo de hácker estaba herido, había caído ante un gran rival y ni cuenta me había dado.

No lo puedo creer.- musité.- ¿Qué rayos pasó aquí?

Vaya que te la hizo, hermanito.- comentó Jazmín.

Cállate, Jaz.- gruñí.

¿Qué forma es ésa de hablarle a tu hermana mayor?.- protestó mi hermana.

Mientras más veía más sorprendido estaba. A través de su laptop, Franz hackeó la mía para hackear desde ahí a la computadora principal de la escuela, cambiando así las calificaciones que teníamos Gabriel y yo. Lo sorprendente, y más molesto de todo, era que Franz lo hizo la vez que Gabriel y yo quisimos cambiar las calificaciones y nos arrepentimos.

De haber sabido, mejor las hubiera cambiado, así mínimo nos habrían castigado con justa razón.- musité.

No digas eso, Dai.- protestó Jazmín.- Mira, ya tienes la evidencia, solo te falta inculpar a Franz.

¿Y cómo se supone que voy a hacerlo? ¿Voy con el director y le entrego la computadora?.- cuestioné.- Va a creer que yo mismo lo hice para inculpar a otro.

Tienes razón, pero para eso traje la computadora.- contestó Jazmín.- Algo se te ha de ocurrir, tú eres el genio.

Se me ocurre algo, pero necesitaría tu ayuda.- comenté.

¿Y qué se supone que estoy haciendo?.- replicó Jazmín.- ¿Bailando el can cán? Por si no te has dado cuenta aun, soy una doble agente.

Creo que has leído demasiadas novelas de espías.- gruñí.

Sí, tenía un plan para inculpar a Franz, claro que lo tenía... Solo sería cuestión de que el director me diera la oportunidad de explicarlo todo... Saqué un disco compacto que contenía un programa nuevo que acababa de desarrollar y que podría serme muy útil y lo instalé en la computadora de Franz. Cierto es que él es un excelente hácker, pero yo también lo soy... Media hora después, el programa estaba bien instalado y tan oculto que sería muy difícil que Franz lo detectara.

Espero que lo hayas escondido bien, no creo que Franz no revise su láptop cuidadosamente cuando se la entregue.- comentó Jazmín.

Tenlo por seguro, hermanita.- respondí.- ¿Con quién crees que hablas? No va a detectarlo ni en un millón de años. Lo escondí en un programa que es siempre tan inocuo y simple que nadie sospecha de él.

¿Cuál?

El Solitario.

Bueno, cualquiera que tenga una computadora sabrá que el Solitario es un programa de juegos que consiste en acomodar naipes por orden y alternando el color (rojo y negro). Obviamente, está basado en el juego solitario de naipes que comúnmente se juega cuando uno está aburrido y solo (por algo lo llaman "Solitario"). Nadie sospecharía de un juego como ése, ya que viene en el programa básico de cualquier computadora.

Vaya que eres inteligente, Dai.- sonrió mi hermana.- Por algo eres mi hermano.

Eso ya lo sabía.- respondí, sonriendo también.

Reinicié la laptop de Franz y le hice un escaneo con el mejor detector de antivirus que se había inventado, uno que inventé yo, y por supuesto, el antivirus no captó el programa. Satisfecho, apagué la computadora y se la entregué a mi hermana.

Listo.-sonreí.- La trampa está puesta.

Solo falta que el ratón caiga.- sonrió Jazmín.

Eso dependerá de ti.- dije.- De que le pongas un buen queso.

Jazmín no dijo nada, solo siguió sonriendo. Claro, nadie mejor que Jaz para poner buenos quesos...

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Como era de esperarse, la información se infiltró y al poco tiempo ya todo el mundo estaba enterado de que el donador para el transplante de médula ósea de Lily Del Valle no sería otro que su hijo de 12 años. Por supuesto, la prensa fue cruel y avasalladora, a nadie le parecía ético que un niño cuasi-adolescente fuera a donar uno de sus órganos para salvar a su madre moribunda. Esto demuestra que la prensa es tan idiota y está tan mal informada que lo único que les interesa es vender, vender y vender... Los comentarios de la gente no se hicieron esperar, muchos comenzaron a dar sus opiniones a lo idiota y a decir que era una crueldad que Genzo Wakabayashi y Lily Del Valle me trataran a mí con tanta crueldad... Incluso, las llamadas telefónicas y las cartas y mails amenazantes no se hicieron esperar, vamos que hasta hubo gente que amenazó con acusarlos a derechos humanos...

Genzo se hartó de todo, harto de la prensa, harto de tantos comentarios, el peso y el estrés de tantas situaciones vividas estaban minando su fuerza de voluntad. Sin embargo, y antes de que mi padre pudiera hacerlo, Tsubasa Ozhora, mi padrino (ay, creo que nunca he mencionado el hecho de que Tsubasa es mi padrino), convocó a una rueda de prensa. La mayoría de los reporteros pensaron que se trataba de algo relacionado con la Selección Japonesa y sus planes para el mundial, así que todos se quedaron con la boca abierta cuando Tsubasa empezó a hablar sobre mi padre.

Los hice venir por el motivo de que ya me pareció que ya fue suficiente el acoso que han estado dándole a la familia de Genzo Wakabayashi.- dijo Tsubasa.- Él y su familia han estado pasando por una etapa muy difícil en su vida, la esposa de Genzo está gravemente enferma y cuando al fin encuentran una manera de salvarla, ustedes llegan y lo arruinan todo.

Como era de esperarse, la prensa se quedó boquiabierta.

Se han dicho ya muchos comentarios acerca de que Daisuke Wakabayashi sea el donador de su madre.- continuó Tsubasa.- Hablan como si dicho transplante fuese a dejar a mi ahijado incompleto, sin un brazo o sin una pierna, o discapacitado, cosa que no es cierto. Si se tomaran la molestia de investigar primero antes de hablar, se darían cuenta de que el procedimiento es muy sencillo y que no connota ningún riesgo. Les suplico a todos por favor que dejen en paz a la familia de uno de mis mejores amigos, que suficientes problemas tienen ya como para aparte estarse preocupando por ustedes.

El resto de la rueda de prensa no importa. El chiste es que a todos nos sorprendió el hecho de que Tsubasa hubiese puesto alto a tantos rumores falsos.

Gracias, Tsubasa.- le dijo mi padre a mi padrino al día siguiente de la rueda de prensa.

Para eso estamos los amigos- respondió Tsubasa.

Quizás las más incrédulas de todas eran Paola y Kirei, fundadoras en su juventud del club anti Tsubasa Ozhora.

Ni me la puedo creer.- comentó Kirei.- ¿De veras fue Tsubasa el que hizo todo eso?

Algún alien se ha de haber apoderado de su cuerpo.- gruñó Paola.- Hasta que se le quitó lo ñoño.

Sea como fuere, el doctor Lacoste me sometió a muchísimas pruebas, para comprobar que yo me encontraba completamente sano. Debo reconocer que fue muy vergonzoso el tener que estar semidesnudo con una bata que dejaba ver mi retaguardia frente a un grupo de enfermeras que no paraban de cuchichear.

Pasó igual cuando vino Daniel Radcliffe el año pasado.- me comentó Dafne.- Resulta increíble, pero aunque no lo creas, los muchachos de doce años famosos les resultan muy atractivos a todas.

Pero yo ni soy famoso.- protesté.

Al final, todos mis estudios salieron de lo más normales y comenzaron a preparar a mi madre para el transplante. Como ya se había dicho muchas veces, Lily sería sometida a ciclos intensos de quimioterapia y de radiación para destruir todas las células, tanto las sanas como las enfermas. Ya después entraría yo en acción y salvaría a mi madre con mi médula... Ya, lo sé, eso, en vez de sonar heroico sonó medio mamila...

Lo que sí, el torneo de fútbol estaba por concluir y nuestro equipo llegó a las finales. El entrenador Köpke estaba preocupado por el hecho de que el mentado transplante me impidiera a mí el poder jugar en las finales... Con Margus fuera del equipo, yo sería la única posibilidad...

No se preocupe, entrenador.- le dije.- Estaré listo para el juego.

¿Estás seguro, Daisuke?.- él aun dudada.

Claro que lo estoy.- asentí.- Muy seguro.

Sin embargo, no contaba con que los ciclos de quimioterapia y radioterapia terminarían el mismo día en que se jugaría la final. Mi madre tendría menos de 24 horas para recibir la médula nueva antes de comenzar a morir...

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Ahora bien, pasando al tema Gabriel-Katherine... De plano, se había creado una guerra entre ambos que bien podían ganarle a las peleas Lily-Genzo. Por cualquier cosa Katie y Gabriel discutían, hasta por el hecho de que a ella se le cayera el lápiz al suelo porque irritaba a Gabriel, o por el simple hecho de que Gabriel comía papas fritas haciendo demasiado escándalo y eso a Katie le molestaba. Yo ya estaba harto de tanta niñería, ¿qué les costaba el reconocer que se gustaban? Bueno, Katie ya lo había reconocido, pero Gabriel aun se resistía...

Ya no sé que hacer.- a la hora del receso, Gabriel llegó y azotó su mochila contra la mesa.- Esa Katie me saca de quicio.

¿Por qué no reconoces de una buena vez que te gusta?.- protesté.- Yo ya me cansé de estar en medio de sus riñas.

Pues cámbiate de escuela si no te gusta.- gruñó Gabriel.

¿Por qué no le dices que te gusta y ya?.- sugerí.- Tú le gustas, ella te gusta, ¿qué más quieres?

Claro, como es tan fácil... .- gruñó Gabriel.

En ese momento, Liz llegó hasta nosotros. Yo casi me atraganté con la leche. Se me había olvidado que su hermano no sabía que ella y yo nos habíamos besado...

Dai, tengo que hablar contigo.- me pidió Liz.- Es urgente.

¿Sobre qué?.- preguntó Gabriel.

Sobre nada que te importe.- respondió Liz.- Por favor, Daisuke...

Está bien.- suspiré.- Ahora vuelvo...

Gabriel no era tonto. Él había notado a su hermana muy extraña y a mí también. Él sabía que en las últimas semanas Liz y yo habíamos estado mucho tiempo juntos, pero Gabriel siempre pensó que era porque yo necesitaba compañía...

¿No has notado que Liz se comporta rara a últimas fechas?.- le preguntó Gabriel a Jun.

Sí lo he notado, en clases se la pasa suspirando.- respondió Jun.- Pero supongo que eso es normal en una chica.

Sí, en una chica enamorada.- añadió Eiki, distraídamente.- Si lo sabré yo, que he visto así a Valentina en muchas ocasiones.

Gabriel escupió su refresco. ¿Liz, enamorada? Pero apenas y estaba considerando la situación cuando Katie pasó junto a él, sin mirarlo. Una vocecilla le aconsejó a Gabriel que aprovechara la oportunidad...

Hola, Katie.- saludó él.- ¿A dónde vas?

A comer mi almuerzo, lejos de gente indeseable.- respondió Katie, frunciendo el ceño.

Qué graciosa.- comentó Gabriel.- Quería hablarte sobre algo...

No me interesa.- cortó Katie, sin dejar de caminar.

Pues deberías, porque es algo importante.- Gabriel se paró frente a ella.- Quiero hablarte sobre el hecho de que me ya no quiero seguirme peleando contigo, porque a pesar de que el comienzo no fue nada agradable, así que me gustaría que tú y yo hiciéramos una tregua y que tratáramos de ser amigos...

¿Y eso por qué?.- se sorprendió Katie.

Pues porque... .- aquí Gabriel comenzó a tartamudear.- Bueno, es que creo que... Katie, me caías muy mal pero creo que ahora tú me...

Y a continuación sucedió algo que solo podría entender una mente femenina, porque me cae que los hombres no entendimos ni pío. Katie se dio cuenta de las intenciones de Gabriel y cayó en un estado de completo pánico. La chica no dejó que Gabriel terminara de hablar y le dio un pisotón que hizo a Gabriel ver estrellitas. Katie salió corriendo con esa velocidad que tanto la caracterizaba.

Nunca entenderé a las niñas.- gruñó Gabriel, sobándose el pie adolorido.

Mientras tanto, Liz y yo nos habíamos retirado a hablar a solas, aunque al principio nos siguieron un grupito de chicas que no dejaban de cuchichear. Yo estaba exasperado, solo esperaba que a ninguna de ellas se le ocurriera declararme su amor enfrente de Liz... Sin embargo, conseguimos librarnos de tan molesta cola y al fin ella y yo nos quedamos solos.

Quería hablarte sobre lo del otro día.- comentó Liz, muy nerviosa.- Ya sabes...

El beso.- suspiré.

Sí. Bueno, pues es que creo que se dio en un momento de debilidad para ambos.- Liz no dejaba de mirarse las uñas.

En eso tienes razón.- con todo el dolor de mi corazón, le dije a Liz lo que ya había planeado decirle.- Creo que fue una locura, aunque estuvo genial. Es decir, fue mi primer beso, y se lo di a una chica que me gusta mucho...

Liz dio un respingo al escuchar esto.

Sí, Liz, me gustas, y mucho.- confesé.- Desde hace mucho, creo que eres algo así como mi amor platónico, no solo por el hecho de que eres la hermana de mi mejor amigo sino también porque eres mayor que yo. Por eso, el hecho de haberte dado mi primer beso significa mucho para mí pero...

Me detuve. Realmente no se lo quería decir pero tenía que hacerlo...

Creo que yo nunca voy a dejar de ser el amigo de tu hermano menor.- continué.- Y pro tanto, sería una locura el pensar que podemos ser algo más que amigos, muy seguramente tú estás interesada en un chico mayor, alguien de tu edad o quizás más grande, alguien más maduro, no en un escuincle como yo, así que por eso mejor seguimos siendo amigos, como siempre.

Por algo dicen que eres muy maduro para tu edad, Daisuke.- murmuró Liz.- Y aunque siempre lo he pensado, es hasta ahora cuando lo compruebo...

Yo sonreí con tristeza. Liz también lo hizo. Eso sería lo mejor...