Capítulo 30. Cobrando revancha.

¿Treinta capítulos? ¡Que aguante! Y si usted, querido lector, ha leído los otros veintinueve, mis respetos. Yo ya me hubiera aburrido...

Lily fue internada en el hospital para recibir sus dosis mortales de tratamiento.y claro que eran mortales, la radiación hizo que ella sangrara copiosamente de la nariz. Incluso Genzo tuvo que conseguirle a Lily un cepillo para dientes de bebé ya que sus encías eran tan frágiles que no soportaba los cepillos normales. La quimioterapia mantuvo a mi madre vomitando a todo lo que le daban sus fuerzas, y si de por sí estaba delgada, ese tratamiento la dej´ó prácticamente en los huesos... Estoy seguro que si Lily toleró fue debido a que Genzo nunca dejó de apoyarla...

Yo debía de estar preparado para cualquier situación que se me presentara, aunque en realidad el procedimiento del transplante no sería gran cosa, ni siquiera tendrían que hospitalizarme, solo esperar a que todo estuviera listo para presentarme en el hospital y ya.

Sin embargo, me pasó lo que tanto temió Genzo que fuera a sucederme, aun cuando yo juré que no pasaría...

Caí en un ataque de pánico...

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Por supuesto, lo primero que Franz hizo cuando Jaz le entregó su computadora fue revisarla de pi a pá, pero mi programa pasó la prueba del fuego y no fue detectado por el antivirus de Franz. Yo necesitaba aun una forma de engañar a Franz, pero Jazmín me dijo que no me preocupara por eso, que ella se encargaría. Liz, por su parte, me dijo que se ocuparía de convencer al director.

Soy buena estudiante, así que definitivamente va a tener que escucharme.- nos dijo Liz a Gabriel y a mí.- Ustedes irán conmigo pero van a dejar que yo hable.

Ya qué.- gruñó Gabriel, quien hasta esos momentos había sido puesto al tanto de todo.- Solo espero que funcione.

Va a funcionar, hermanito.- gruñó Liz.

Yo miraba hacia otra parte. No quería ver a Liz a los ojos, desde aquella vez que hablamos sobre el beso no había vuelto a dirigirle la palabra y me sentía algo incómodo en su presencia. Gabriel notó lo raro que estaba yo, lo rara que estaba su hermana, y lo raro de nuestro comportamiento. De buenas a primeras, y sin razón "aparente", Liz me trataba como si yo fuese el Dalai Lama...

En fin, básicamente eso sería todo.- concluyó Liz.- Franz tendría que ser muy tonto para caer, pero Jazmín se encargará de eso.

Pues espero que tu hermana sea buena actriz.- gruñó Gabriel.

Lo es.- respondí, distraídamente.

¿Qué les pasa a ustedes dos?.- preguntó Gabriel, súbitamente.- Han estado de lo más raros. ¿Se pelearon o qué?

No.- Liz se puso rojísima hasta más no poder.- No alucines, Gabo...

No nos pasa nada.- yo también sentí que me ponía muy rojo.

Voy por algo de jugo.- dijo Liz, súbitamente, y se marchó antes de que su hermano pudiera decir algo.

Yo me puse a juguetear con mi laptop. Sentía que Gabriel me miraba fijamente pero traté de mantener la calma. Jun y Eiki hicieron pronto acto de presencia.

¿Ya tienen lista la trampa?.- preguntó Eiki.

Claro que sí.- respondió Gabriel.- Ahora habrá que ver si Schneider es tan baboso como para caer.

Va a caer.- comentó Jun.- Jazmín lo trae vuelto loco. No lo culpo.

Anda, y hace algunos momentos estabas bien pegadito de Lisy.- se burló Eiki.

¿Pegadito?.- exclamé.- ¿Se estaban...?

Abrazando, nada más.- respondió Jun, frunciendo el ceño.- No la besé.

Ah, pobre Lisy, si ha de estar ansiosa por probar tus besos.- se burló Eiki.

Pero al menos se los daré, no que tú vas a quedarte esperando los de mi hermana.- replicó Jun.

Eiki dejó de reírse súbitamente.

Ouch.- exclamó Gabriel, por lo bajo.

¿Y de veras vas a besar a mi prima?.- yo levanté mucho las cejas.

Pues no lo sé... Es que sería muy raro... .- murmuró Jun.

¿Por qué?.- me sorprendí.

Pues porque dado que mi primer beso fue con Jazmín no creo que sea muy decente el que bese a Lisy y... .- comenzó a decir Jun.

Eiki, Gabriel, pero sobre todo yo, nos fuimos de espaldas.

¿Le diste tu primer beso a mi hermana?.- casi escupí las palabras.- ¿Me estás hablando en serio?

Este... .- hasta ese momento a Jun le cayó el veinte de lo que había dicho.- Bueno, es que los dos teníamos curiosidad por ver qué se sentía y...

Tú, muy generosamente, te ofreciste a quitarle la duda, ¿no?.- gruñí.

Oye, nomás fue un besito... .- Jun se puso rojo.

Ahora entiendo por qué en algún momento quisiste invitarla a salir.- bufé.

Vamos, en aras del primer beso, todo se vale.- defendió Eiki.

Yo no creo que eso sea cierto.- Gabriel frunció el ceño.

¿No me digas que el bebé ya dio su primer beso?.- se rió Eiki, bien y bonito.- ¿A quien se lo diste? ¿A la niña que usa braquets?

No, a Katie Levin.- gruñó Gabriel.

¿QUÉ?.- esta vez fueron Eiki y Jun quienes casi se van de espaldas.

¿Bromeas?.- preguntó Jun.

¿Besaste al engendro de Satanás?.- cuestionó Eiki.

No la besé, ella me besó.- protestó Gabriel.

¿Y qué tal estuvo?.- preguntó Jun, con una sonrisilla.

Debo reconocer que no tan mal como pensé.- Gabriel hizo una mueca.

El primer beso siempre es especial.- suspiré.

Jun, Eiki y Gabriel me miraron fijamente.

¿Qué dije?.- me asusté.- No me hagan caso...

¿A quien besaste, Daisuke?.- comenzó a interrogarme Gabriel.- ¿Por qué no me lo habías dicho?

Este... No... .- musité.- Solo lo dije por... Decir...

¿Y por qué estás tan rojo?.- preguntó Jun, con picardía.- Mejor dinos a quien besaste.

No besé a nadie.- sentí que la cara me ardía.

¿Fue a Lori?.- Gabriel no dejaba de insistir?.- ¿Francine?

Alucínate, no fueron ellas.- yo solito me delaté.

¿Fue alguien de tu club de fans? ¿Rachel? ¿Loreen? ¿Paty?

Que no.- negué.- Ya déjenme en paz...

En ese momento, Liz entró al cuarto de manera precipitada.

Gabriel, no se te olvide que tenemos que regresar temprano a casa porque... .- comenzó a decir Liz, pero se detuvo súbitamente al ver la cara que traíamos todos.- ¿Qué?

No lo pude evitar. Me puse rojísimo, tan rojo que un tomate hubiese parecido una cebolla... Jun, Eiki y Gabriel miraron a Liz, quien me miró a mí y se puso tan roja como yo, sino es que más... No había que ser muy inteligente para atar cabos, sobre todo porque Gabriel ya nos había visto muy raros a los dos...

¡NO LO PUEDO CREER!.- gritó Gabriel, poniéndose de pie.- ¡BESASTE A MI HERMANA!

Ay, no...

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Mis abuelos paternos, Akira y Kana Wakabayashi, y mis abuelos maternos, Alejandro Del Valle y Emily Salazar, llegaron casi al mismo tiempo a nuestro hogar. ¿El motivo? Bueno, los papás de mi papá (eso sonó como a serie de los noventas de Telerisa) llegaron para darle apoyo moral a su hijo. Cierto es que Genzo ya tenía mucho apoyo moral con sus amigos y parientes, pero aun así mis abuelos pensaron que sería lo mejor el estar presente por si acaso sucedía algo que pudiera sacar a mi padre de sus casillas... Bueno, no de sus casillas, sino más bien que sucediera algo terrible como... Ya saben...

Por su parte, mis abuelos maternos vinieron para estar con su hija en lo que bien podría ser sus últimos días en la Tierra. Alejandro Del Valle, uno de los médicos más reconocidos de México, en silla de ruedas y con problemas de mal de Parkinson, aun conservaba intacta su mente y seguía recordando los días en que la pequeña Lily cantaba y bailaba frente al espejo de su habitación. Emily Salazar, a su vez, no podía soportar el hecho de que podría perder a otra de sus hijas por culpa de la misma enfermedad que ya le había arrebatado a una.

No había la necesidad de venir, mamá.- le dijo Lily a su madre.- Todo va a salir bien.

No quería que te fueras sin que supieras cuánto te quiero.- replicó Emily.

La historia no va a repetirse.- contradijo Lily.- Ten Fe.

Cuando salgas de esto, espero que vayas a México con Genzo y mis nietos.- comentó Alejandro.- Te extrañamos por allá.

Lo sé.- Lily comenzó a llorar.- Lamento mucho el haber dejado pasar tanto tiempo sin ir a visitarlos...

Al ver a su hija menor llorar, la que siempre había sido la más fuerte de todas, Emily comenzó a llorar también. Mi abuelo, muy a su manera, consoló a mi abuela, y Genzo hizo lo propio, de acuerdo a su deber de esposo.

No te pongas así, mi amor.- murmuró Genzo, secándole las lágrimas.- Pediré un permiso especial y nos iremos en nuestras próximas vacaciones a México. Si le echas ganas y te recuperas pronto, incluso hasta podríamos ir a Cancún.

Tienes razón.- Lily sonrió.- Gracias...

Alejandro le hizo una seña a Emily. Ella miró la calva cabeza de mi padre y el amor que se reflejaba en sus ojos y sonrió. Al poco rato, Lily se quedó dormida cuando se tranquilizó. Emily expresó su deseo de ir a comer algo y Genzo se ofreció a acompañarla, mientras que Alejandro se quedó cuidando a su hija. Emily pidió un café y Genzo hizo lo propio, y ambos se sentaron en una de las mesas de la cafetería.

Gracias, Genzo.- comentó Emily, tranquila.

¿Por qué?.- se sorprendió mi padre.

Por cuidar tan bien a mi hija.- respondió Emily.- Ahora me queda la plena seguridad de que no hay nadie mejor para ella que tú. Estaba inquieta por venir, no sabía si tendrías tiempo de cuidar a mi pequeña con tantas obligaciones que tienes, pero ahora veo que estaba equivocada. Lily no podría estar en mejores manos...

Le hice la promesa a Lily de que siempre estaría con ella.- dijo Genzo.- Y así será.

Emily volvió a sonreír.

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Bueno, ok, no todo salió tan mal como me lo esperaba... Gabriel despotricó y arrojó objetos al por mayor al enterarse de que Liz y yo nos habíamos besado, pero Eiki y Jun se encargaron de tranquilizarse pronto.

Caramba, hay que ver como se pone.- gruñó Liz.- Fue solo un beso, y me lo dio su mejor amigo. ¿Qué hubiera pasado si me lo hubiera dado Franz?

Uhm.- gruñí.

Era un decir.- Liz se disculpó.

Al poco rato, Gabriel ya estaba más tranquilo, pero seguía refunfuñando en voz baja. Yo me acerqué a él y me miró como si fuera un traidor.

Robahermanas.- gruñó.

Liz se acercó después...

Robamejores amigos.- le dijo.

Total, que los dos salimos perdiendo, jeje. Sea como fuere, al día siguiente Jazmín iba a pedirle a Franz que intentara hackearme desde su computadora a la hora del receso. Liz, Gabriel y yo iríamos entonces con el director y trataríamos de convencerlo de nuestra inocencia mostrando el hackeo de Franz. Como era de esperarse, a Jazmín no le costó trabajo convencer a Franz, aunque el directo resultó muy difícil de convencer, como era de esperarse también...

Por favor, señor director.- pidió Liz.- Deje que mi hermano y mi amigo le demuestren que ellos son inocentes.

¿Cómo sé que no es un truco de ellos mismos para que les crea?.- cuestionó el director.

Porque vengo yo a decirle que no lo es.- respondió Liz.- Soy una buena alumna, he estado en el cuadro de honor, no le mentiría ni por tratar de salvar a mi hermano y le consta.

Era cierto, Liz tenía una muy buena reputación en la escuela. El director suspiró y aceptó a concedernos una oportunidad. Encendí mi computadora y esperé a que Franz intentara hackearme. Liz ya le había mandado previamente a Jazmín un aviso... Dicho y hecho, a los pocos minutos de haberme conectado, Franz hackeó mi computadora y a través de allí comenzó a intentar hackear a la escuela.

El programa que instalé nos permitirá ver qué archivos está utilizando Franz.- dije.- Ahora se metió a mis herramientas para hackear páginas y está tratando de romper una contraseña.

Después de un rato, Franz rompió la contraseña y comenzó a checar algunos archivos.

Y ahora, podremos ver qué archivos está hackeando Franz.- dije, haciendo que la información se mostrara en mi pantalla sin que Franz se percatara de ello, ya que el programa que instalé en su computadora me permitía a mí moverme sin que él lo notara. Franz solo podía ver solo lo único que yo quería mostrar.

¡Pero si ésos son los archivos de la escuela!.- exclamó el director.- ¡Y está intentando cambiar sus calificaciones, señor Wakabayashi!

Se lo dije.- musité.- Incluso, podemos ver las fechas y las horas exactas de cuando Franz cambió mi calificación de francés.

No puedo creerlo.- murmuró el director.

Y si va ahora mismo a la cafetería, encontrará a Schneider con su laptop.- añadió Liz.

Jazmín se escabulló justo a tiempo, pero alcanzó a ver la cara de pánico que Franz puso cuando el director se paró junto a él y le ordenó que le entregara su computadora.

Notas:

Bueno, después de tanta alharaca, este fic está a unos cuantos capítulos de terminar, al fin.

El mal de Parkinson es una enfermedad que afecta a una parte específica del cerebro que produce temblores incontrolables en las extremidades.

Y se me olvidó decirlo el capítulo pasado, Daniel Radcliffe es el actor que interpreta a Harry Potter, y no por nada, llámenme asaltacunas, pero es un verdadero bombón .